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Capítulo / Día 8. Enfermedad.

A Draco le retiraron el parche que le curaba la nariz tres días después de su encuentro con Ginny. No que eso remediara el resto de su aspecto, pero era un avance.

Ojalá pudiera recuperar su motocicleta y rehacer el camino de unos años atrás.

A pesar de los éxitos que había tenido como investigador y fabricante de pociones, sus premios y reconocimientos en la Sociedad Alquímica de Noruega y en la Internacional de Sustancias Mágicas, nada se comparaba con la sensación de aquella tarde: cuando Ginny había aceptado acompañarle para hablar y se había subido a la moto con él.

Era un tipo de libertad-confianza que no había vuelto a experimentar.

No habían hablado, ella no había aceptado retomar la relación donde la habían dejado todavía, no había reconocido que lo extrañaba tanto como él a ella, o que había sido idiota creer que lo suyo era algo para dejar en el colegio. Sencillamente había subido con él y aferraba su cintura mientras él conducía.

Si tuviera que definir la felicidad, seguiría siendo de esa forma: tu persona más importante en el mundo, abrazándote mientras el futuro entero se les pone delante.

"En la salud y en la enfermedad"

Mientras aceleraba para huir de los terrenos Weasleys, Draco seguía escuchando las voces de aquella boda.

"En lo próspero y en lo adverso"

Cuando consideró que se habían alejado suficiente y se detuvo, se concedió permiso de tomar las manos de Ginny y sujetarlas ahora sobre su pecho.

"Todos los días de mi vida"

Se soltaron solo para poder quitarse el casco los dos. De inmediato, ella volvió a abrazarlo por la espalda. Draco no sabía en qué momento se le llenaron los ojos de lagrimas.

No importaba.

"Prometo que mi amor será paciente y bondadoso".

Ya todo estaba bien.

Hablarían.

Y todo estaría bien.

"Que te bendeciré mientras viva"

Se prometieron muchas cosas esa noche después de hablar, se besaron muchísimo, dieron vueltas como idiotas y fueron inmensamente felices.

De frente al espejo que una enfermera le extendió, Draco examinaba las marcas bajo sus ojos y la ligera línea morado-verdosa que quedó del golpe.

Había una pareja en el cubículo contiguo y solo escuchar sus palabras lo entristeció.

Aparentemente el hombre estaba enfermo.

"… amarte en la salud y en la enfermedad, en lo próspero…" comenzó a recitar-llorar la mujer.

Draco vio en su reflejo que los ojos se le llenaban de lágrimas. Parte contagiado por la tristeza que flotaba en esa parte del Hospital, parte porque recordaba el juramento que le había motivado a tanto siendo tan joven y que no pudo concretar.

Al menos no para ese tiempo.

Alejarse de los Malfoy (y de las personas en general), lo había vuelto sensibilero. Después tendría que buscar un remedio para eso.

A Ginny seguro que no le gustaría un hombre flaco, cansado y neciamente triste, para colmo.

Ella, además de preciosa, había sido siempre fuerte y valiente. De algún lugar, Draco tendría que sacar lo necesario para recuperarla.

"Ahora y siempre…"