Capítulo 5: Explicaciones.
— ¿Mamá?
Pasaron unos minutos en que tanto Harry como Alanna se quedaron mirando fijamente… Sin embargo, el chico pudo notar cómo los ojos de la mujer se llenaron de tristeza.
— Me hubiese encantado que, si yo te hubiese criado en lugar de Petunia, me hubieses llamado así algún día. Pero, no, no soy Lily — respondió, con pesar en su voz.
— Pero… Te pareces mucho a ella — alegó el niño.
— Sí… Eso es lo que pasa cuando haces un rito de sangre con la que fue tu mejor amiga — y sonrió con tristeza: — Cuando despertamos de ese ritual, por unos días parecía que Lily tenía su cabellera en llamas, mientras que mis ojos terminaron pareciéndose a ella, además de que mi cabello adquirió este tono. Antes era más castaño.
— ¿La magia puede hacer eso? — preguntó el niño, con curiosidad.
— Sí, pero ambas éramos mayores de edad cuando decidimos hacerlo, así que te pido que no lo intentes — y extendió su mano: — Creo que no me presentado formalmente. Mi nombre es Alanna Faewood… Y soy una de tus madrinas.
El chico se quedó mirándola nuevamente, confundido. Finalmente, con algo de recelo, extendió su mano y devolvió el saludo.
— Entremos a la casa. Allí te explicaré bien cuál es nuestra situación, para que así seas capaz de tomar una decisión por tu cuenta — y sonrió levemente. — Creo que en tu lugar estaría igual de receloso, y por muchos más motivos de los que te imaginas — y abrió la puerta para que ambos entraran.
La casa, por antigua que pareciera por fuera, era acogedora y se notaba que estaba renovada de hace no mucho tiempo. El interior estaba pintado con tonos claros, y con muebles que contrarrestaban con tonos oscuros. No obstante, lo que más llamaba la atención era que, pese a que se notaba cierta magia en el lugar, existían aparatos muggle que, según lo que Harry sabía, no debían estar funcionando con magia. Además, estaba mucho más ordenada que la casa de los Weasley.
También le llamó la atención la cantidad de libros que estaban ordenados en los estantes y, por lo que podía ver, eran textos que ya parecían tener sus años, además que en sus contenidos tenía tanto literatura mágica como muggle.
— Vamos, acomódate, Harry. Por ahora, estás en casa — dijo Alanna, mientras entraba a la cocina: — ¿Quieres jugo, agua, algo?
— Por ahora un vaso de agua, por favor.
— De acuerdo. Si quieres algo más, te puedes servir cuando quieras — y, por un momento, solo se escuchó el sonido de los vasos y de cómo servía el líquido en ellos.
Mientras, Harry seguía mirando la casa con admiración. Finalmente, se acomodó en uno de los sillones de la salita de estar.
— Cuando Lily se compró esta casa, lo primero que hizo fue invitarme para que conversáramos cosas de mujeres. En ese tiempo no estaba bajo el fidelius, aunque en más de una ocasión le dije que éste sería un mejor lugar para vivir, que estaría tranquila junto a James y que todos nuestros amigos podrían venir a visitarla. Al final ella se negó y prefirió vivir con James, primero en la mansión Potter, y luego en Godric's Hollow, donde finalmente se enfrentaron a Voldemort — explicó la mujer una vez regresó, mientras dejaba sus vasos en la mesa de centro.
— No temes decir el nombre de Voldemort — comentó Harry.
— Mientras no esté activo, no importa tanto decir su nombre. Pero en el tiempo que sí estaba en su intento de régimen, su nombre era considerado tabú, y decirlo en voz alta era fatal. Por lo general sus seguidores o él mismo aparecían para castigar a aquella alma desdichada. Pocos sobrevivieron sus ataques, entre ellos tus padres, uno de tus padrinos, tu otra madrina, y yo — explicó, con seriedad.
— Entonces, ¿ésa es la real causa? ¿Por eso temen decir tanto su nombre? — preguntó el muchacho, con asombro.
— Sí. Y como aún le temen, aunque lo creen muerto, le siguen diciendo a sus niños que no lo invoquen, como si fuese un mal augurio o algo así. Además, como debes saber, algunos de sus seguidores siguen libres y expectantes a su regreso — respondió la mujer, mientras bebía de su vaso.
— ¿Y tú crees que volverá?
— No lo creo. Lo sé
Ante la declaración, el muchacho se sorprendió de la calma con que Alanna tomaba la situación. Además, él podía ver en los ojos de la mujer un fuego que demostraba su deseo de combatir contra el mago oscuro con todas sus fuerzas.
— No ha pasado ni dos horas desde que nos encontramos y me has dado más respuestas que las que cualquier adulto me haya querido decir. ¿Por qué es eso? — preguntó Harry, con seriedad.
Alanna pareció dudar un momento. Luego miró la hora y volvió a dirigirse a la cocina.
— Es cierto. No hemos comido aún. ¿Sabes cocinar? Yo sé lo básico, pero si trabajamos los dos, podemos ir compartiendo respuestas y también podremos almorzar antes — dijo una vez en la cocina.
— Estás evitando la respuesta… — dijo el de ojos esmeraldas, con algo de decepción.
— No, estoy preocupándome de que estés bien alimentado. Tenemos tiempo de sobra para poder responder todas tus dudas — replicó la mujer, mientras ponía agua a hervir: — ¿No te importa si hago pasta? Es de las pocas cosas que sé hacer bien.
— ¿Y cómo conseguiste comida? — preguntó el chico.
— Como te dije al llegar, los goblins me ayudaron a revisar y restaurar la casa. Mandaron a uno de los humanos que son sus empleados a comprar al pueblo. Por supuesto, les dije que todo esto se descontaba de mi cuenta… Y claro, yo traje unos pocos implementos propios, como esta misma pasta, ya que acá no es tan tradicional— y suspiró, asomándose para mirar a Harry. — ¿Te importa si hago salsa a la boloñesa? Me imagino que no has probado la comida italiana.
Harry asintió, extrañado de que alguien que nació en Inglaterra esté más acostumbrada a la comida internacional.
— ¿Has viajado mucho? — preguntó.
— Por mucho tiempo no tuve más opción — respondió ella. — ¿Sabes cocinar? Me serviría si me ayudas a cortar el tomate y el ajo para preparar la salsa.
— Bueno… Si sé cocinar, pero no sé hacer salsa.
— Con que me ayudes con el tomate y el ajo está bien. No pienso abusar de ti — y sonrió, causando que el chico se relajara.
Pasaron unos minutos en que ambos trabajaron en silencio, el que fue interrumpido solamente cuando la mujer daba indicaciones a su ahijado para la cocina. Finalmente, luego de quince minutos, estaban sentados en el comedor compartiendo el almuerzo.
Harry probó su preparación y sonrió. Para ser de un estilo totalmente diferente a lo que había preparado donde los Dursley, sabía bastante bien.
Pasaron el almuerzo en silencio, el que a veces se hacía incómodo, pues hacía muy poco que se estaban conociendo, pero ya no existía la tensión inicial tras haber compartido un momento de hacer algo juntos.
Luego de terminar y dejar los platos en el lavaplatos, se sentaron nuevamente en la salita de estar, esta vez con mejor disposición.
— En fin. Luego de comer bien, ahora sí te puedo contar todo lo que es necesario para que entiendas no sólo el hecho de que estés aquí en lugar de tus tíos y, si sigues bien mi línea de tiempo, el motivo para no haberte buscado antes — habló Alanna, con seriedad: — Te pido que no me interrumpas, por muchos deseos que tengas, y que las preguntas las guardemos al final. Si quieres, puedes anotar aquí tus preguntas para que así no se te olviden, ¿de acuerdo? — y le entregó un pequeño cuaderno con un bolígrafo, lo que pareció alegrar a Harry, ya que seguía sin acostumbrarse a usar la pluma.
El menor asintió, mucho más cuando sentía que la mirada de la mayor parecía querer paralizarlo.
— Bien. Como te dije, mi nombre es Alanna Faewood. Soy mestiza, al igual que tú, y en Hogwarts pertenecí a la casa de Ravenclaw. En mi primer viaje a Hogwarts conocí a tu madre en el Expreso junto a otro muchacho que sería nuestro amigo también, aunque los tres pertenecimos a casas diferentes. Él, en Slytherin, Lily en Gryffindor y yo con los Ravens.
Harry pareció querer interrumpir cuando la pelirroja indicó el cuaderno, por lo que tuvo que anotar su primera pregunta.
— Pese a la diferencia de casas, los tres hacíamos muchos esfuerzos en juntarnos para estudiar y así analizar desde diferentes puntos de vista la materia que nos entregaban. Además, como tú mismo debes haber vivido en Hogwarts, debíamos estudiar por nuestra cuenta tanto Historia de la Magia como Defensa contra las Artes Oscuras. De los tres, yo era la única que lograba estar despierta en las clases de Binns, en tanto que Lily muchas veces terminaba cabeceando. No sabía si nuestro amigo seguía despierto, ya que no teníamos clases juntos.
Harry la vio sonreír de nostalgia. Parecía que su mamá era muy buena amiga.
— La vida no era fácil. A algunos de los Gryffins no les gustaba que Lily se juntara tanto con nosotros, en especial porque teníamos en nuestro grupo a un Slytherin. En ese tiempo, la rivalidad entre Gryffindor y Slytherin era muy grande, en especial porque Voldemort estaba determinado a hacer una guerra en contra de los que se denominan magos de la luz. Obviamente, no atacaba Hogwarts porque sabía que en ese entonces Dumbledore podía detener sus ataques con facilidad y, pese a sus creencias, no quería derramar sangre de las generaciones más jóvenes. Creo que en ese entonces no estaba tan loco como cuando fue a atacar tu casa — continuó, con seriedad.
Potter comenzó a anotar preguntas en su libreta, en especial dándose cuenta de que se seguía sin mencionar el nombre de su amigo de Slytherin y que aún no se mencionaba a su papá.
— En fin. Con el pasar de los años, aunque nuestra amistad era muy fuerte, lo eran aún más los ataques tanto de Gryffindor como de Slytherin. No era tanto por mí, ya que mi familia seguía teniendo respeto por la comunidad mágica, sino que por tu madre. A los Slytherin no les gustaba que uno de los suyos se juntase con una sangre sucia… sus palabras, no las mías — aclaró, viendo que Harry iba a decir algo. — En tanto, los de Gryffindor no les gustaba que Lily se juntara con un Slytherin porque de seguro se iba a convertir en mortífago… Nuevamente, sus palabras y no las mías. Tu padre, James, quien se sentía enamorado de Lily desde el primer momento, era quien más nos molestaba, en especial a nuestro amigo, a quien le hacían bromas nada inocentes que hicieron que más de una vez discutiéramos con él para que dejase de hacerlo, obviamente, cayendo en oídos sordos.
Harry agrandó sus ojos de la sorpresa. Siempre había pensado que sus padres habían estado juntos desde el primer momento. Ahora vio que no era así y, peor aún, notó que su padre en sus primeros años era un bully, tratando de llamar la atención de su madre. Y no pudo evitarse preguntar cómo terminaron juntos, si su relación había comenzado así.
— Por un tiempo, nuestra amistad siguió fuerte, ya que los tres aprendimos a defendernos mutuamente, a detectar las pociones que hacían tanto de una como de otra casa para provocar que discutiésemos. Nos defendíamos de los hechizos de uno u otro lado, y aun así teníamos el tiempo para ser los mejores de nuestra generación. Sin embargo, en nuestro quinto año, tu padre realizó una broma demasiado cruel en contra de nuestro amigo. Lo puso boca arriba, dejando mostrar su cuerpo que estaba marcado con las cicatrices del maltrato de su padre. Obviamente, Lily trató de defenderlo de esa humillación, pero como lo estaba mirando mucha gente, incluso los de su casa, cometió un error terrible y le llamó sangre sucia en frente de todos. Como debes imaginarte, eso rompió el corazón de Lily… Y por primera vez tu padre vio que todas sus acciones traían consecuencias para todos. Fue entonces cuando comenzó a cambiar.
Tuvo que detenerse para beber algo de agua. Harry, quien sólo escuchaba, comenzaba a sospechar quién era el amigo de Lily y, sintiendo que se trataba de esa persona, podía reconocer el motivo para que lo tratase a él como lo hacía.
— Por semanas traté de hablar con uno y con otro porque podía reconocer que nuestro amigo no había dicho esa frase en su sano juicio. Por mientras, James, quien trataba de cambiar, comenzó a ir a nuestras sesiones de estudio cuando estábamos sólo Lily y yo. Ahí reconocimos que tu padre realmente podía ser amable y tenía mucha tenacidad y fuerza de voluntad. Algunas veces nos acompañaba otro de los amigos de tu padre, Remus Lupin, quien era realmente bueno en Defensa contra las Artes Oscuras y en Historia, así que su ayuda fue más que bienvenida. Fue entonces cuando nos hicimos amigos con James y Remus, y sólo entonces tu mamá comenzó a sentir algo más que los simples sentimientos de amistad con tu papá — y sonrió.
Entonces sacó una foto que llevaba siempre consigo, donde estaban James, Remus, Lily, ella y el amigo de Slytherin, a quien Harry reconoció como un joven Severus Snape. Así que tuvo que tarjar una pregunta anterior y anotar una nueva, relacionada al motivo en que Snape lo trataba tan mal si llegó a ser amigo de su padre.
— Un amigo de James, Sirius Black, se dio cuenta que James se juntaba con nosotras y que, por primera vez, tuvo una conversación seria con nuestro amigo, a quien debes reconocer ahora como Severus Snape, ¿no? — y el muchacho agrandó sus ojos de la sorpresa de que ella adivinase sus pensamientos: — No te leí la mente. Sabía que conocías a Severus, pero necesitaba que entendieras el contexto antes de decirte que él era nuestro amigo.
Nuevamente, Harry trató de intervenir, pero Alanna le indicó que siguiese anotando sus preguntas en el cuadernito, tal como lo había hecho hasta ese momento.
— Como te decía, en una de nuestras reuniones logré que James, Lily y Severus estuviesen juntos y, aunque todos me reclamaron por reunirlos sin su consentimiento, les recalqué que en esos tiempos necesitábamos la mayor ayuda de todas partes y que James era el que había provocado toda la situación, así que él era el primero que debía disculparse. Severus también había cometido sus errores y Lily, aunque era quien había hecho menos daño, también estaba siendo prejuiciosa con algunos aspectos de la magia que le habíamos conversado entre Sev y yo. Y bueno, como en ese día todos estábamos pidiendo perdón, yo también les pedí perdón por no haber intentado limar las diferencias antes, ya que James era, en el fondo, una buena persona.
Mientras seguía hablando Alanna, el muchacho seguía anotando preguntas. Como nunca había escuchado hablar de sus padres, y mucho menos saber cómo era su vida en Hogwarts, quería saber más de eso.
— Black aún se llevaba muy mal con Severus, y Sev estaba tratando de descubrir un secreto que Lupin tenía. Ni Lily ni yo lo sabíamos, pero en esos momentos aún tratábamos de mantener nuestra neutralidad. Sin embargo, Black, en la que sería su última gran broma, le dijo a Snape que fuese donde estaba el sauce boxeador y que encontraría un área secreta donde descubriría el secreto de Lupin. Sev, como estaba empecinado en saber la verdad y… Bueno, ni Lily ni yo supimos todo lo que pasó esa noche, pero sí sabemos que en ese día James salvó la vida de nuestro amigo, creando una deuda de vida entre ellos. Afortunadamente, James y Sev ya no se llevaban mal, así que entre ellos se concretó su amistad y, aunque Lupin trató de alejarse, nuestro grupo se afianzó… Claro, tal como ves en la foto, Black terminó pidiendo perdón, quizás porque James lo obligó, y terminamos como un gran grupo de amigos, junto a muchos más que no te mencionaré por ahora… Eso, hasta que fue nuestro último año en Hogwarts, y la guerra llegó finalmente a nuestras puertas.
Pasaron unos minutos en silencio, donde el menor no sabía dónde comenzar a preguntar sobre lo que pasó en la guerra y el momento de su nacimiento. Pero, cuando al fin iba a preguntar, Alanna tomó fuerzas y continuó su historia.
— Todos reconocíamos a Voldemort como una amenaza, pero, en primera instancia, no queríamos entrar en una guerra en la cual nosotros éramos demasiado jóvenes en comparación a la élite del Señor Oscuro. Era cierto que Snape estaba siendo presionado por sus compañeros para unirse a los mortífagos, ya que su talento en pociones no podía ser superado por ninguno, al menos en Inglaterra. James, en tanto, comenzaba a ser presionado por Dumbledore para que se uniese a su grupo de avanzada, la Orden del Fénix. Lily y yo sólo queríamos comenzar nuestra maestría en Encantamientos y en Runas, y estábamos considerando seriamente irnos de Inglaterra al no tener oportunidades de poder estudiar tranquilamente, pero, por mientras, había comprado con algo de mi ayuda esta casa y, con algo de reticencia de parte de ella, hicimos un ritual para que fuésemos declaradas como hermanas ante los ojos de Madre Magia. Tanto Severus como James comenzaron a cortejar a tu madre, ya que ambos la amaban, pero de momento ella no pensaba en el matrimonio. Pero, de repente, no sé qué fue lo que pasó que todo cambió de manera demasiado repentina — y su rostro se volvió severo, como si le doliese todo lo que vivió.
Harry quiso preguntar, pero sabía que la narración no había terminado.
— Un día, tu madre fue a Hogwarts para conversar con el profesor Flitwick de nuestra situación para convertirnos en aprendices para la maestría en Encantamientos, pero cuando regresó… Estaba diferente. No había notado cuánto en ese momento, pero después comencé a pensar en todo lo que pasó.
Sus ojos parecieron llenarse de lágrimas al recordar esos días.
— De a poco, fue pensando cada vez más en James y apartando a Severus de su vida, tratándolo como un amigo más. Al principio, pensé que las cosas se estaban dando de forma normal, pero después… Comenzó a hablarme sobre unirse a la Orden del Fénix ya que James estaba ahí, al igual que Sirius y Remus, y cuando le pregunté sobre qué pasaría con Severus, me dijo: "bueno, terminaría uniéndose a los mortífagos, ¿no? Aunque sea como espía de Dumbledore". Después, supe que Severus sí se había unido a los mortífagos, pero no sabía si como espía o no… Y luego… Bueno, primero vino la muerte de los papás de Lily, cuyo funeral sólo fuimos Lily y yo, ya que Petunia no soportaba a James.
Se detuvo nuevamente y bebió un sorbo de agua.
— Petunia, por lógica, lo primero que hizo fue reclamar a Lily que por qué, si tenía su don, no había podido salvar a sus padres. Hubo mucha discusión hasta que finalmente ellas lograron hablar sin tanto dolor. Lily quería mucho a Petunia, ¿sabes? Y, aunque Petunia sí le tenía muchos celos por poseer magia, había llegado a no sentir tanto rencor y la podía tratar respetuosamente. Conmigo pasó algo parecido, pero no sin discutir un poco primero — y siguió bebiendo hasta tener que llenar nuevamente su vaso: — Después, no sé si por desesperación, por los efectos de la guerra o porque realmente pasaba algo raro, tu mamá se comprometió con James y pronto se casaron, cuya ceremonia lo celebramos muy pocos. Después no la volví a ver hasta que anunciaron tu nacimiento… Y allí estuvimos incluso menos personas.
Sacó unas fotos más. Unas eran el matrimonio de James y Lily y otras del momento de su nacimiento.
— Bueno… La verdad es que Severus y yo nos infiltramos para verte, porque los que estaban en la Orden del Fénix no querían que te viéramos. No sé por qué, pero de todas formas Sirius nos reunió y nos puso bajo la capa de invisibilidad de tu padre… Sí, la misma que tú debes tener en estos momentos, y nos llevó a San Mungo para que te conociéramos. La primera vez que estuviste en mis brazos fue realmente místico. Mi corazón se llenó de alegría cuando hiciste tu primer intento de sonrisa, que hizo enfadar mucho a James y a Sirius, y después te entregué a Severus y tus ojos se abrieron, con lo que él casi se puso a llorar. Pocos días después, tus padres nos pidieron a Sirius, Severus, Alice Longbottom y a mí que fuésemos tus padrinos en caso de que algo malo ocurriese, y todos hicimos un juramento a Madre Magia para protegerte, incluso dando nuestras vidas de ser necesario. Madre Magia nos bendijo a todos nosotros, y realmente creí que había esperanzas para el mundo mágico… porque de todos los rituales en los que he participado en mi vida, en ninguno de ellos pude sentir a Madre Magia tan feliz…
Sus ojos derramaron algunas lágrimas, las que secó rápidamente pasando sus manos en su rostro.
— Sin embargo… Pasó casi un año y Dumbledore obligó a tus padres a esconderse. Pese a que los cuatro estábamos con el juramento de protegerte, ellos nunca nos dieron la razón exacta para ello. Hablaron de una profecía en la que tú y Neville, el hijo de Alice, estaban involucrados, pero… Lily me dijo que no sabía en quien confiar. Yo le insistí que yo podría estar con ellos, que podría ayudarlos a protegerte, que utilizaran un lugar más seguro que Godric's Hollow, pero me dijeron que conocía demasiada magia dudosa como para confiar en mí. Y no sé qué le dijeron a Severus y a Sirius que tampoco pudieron acercarse a ellos… Y, entonces, ese día llegó.
Sacó de entre sus cosas un trozo del diario El Profeta donde aparecía la noticia de la caída de Voldemort, anunciando la muerte de James y Lily Potter y el milagroso hecho de que Harry Potter sobreviviera la maldición asesina, llamándolo El-Niño-Que-Vivió.
— Yo estaba en una misión por mi propia cuenta, fuera de Inglaterra, reuniendo información sobre varias situaciones anormales cuando me enteré de lo sucedido. Rápidamente regresé para cumplir mi promesa y para saber si estabas bien, pero cuando llegué se me acusó de conspirar con Sirius Black en contra de James y Lily y de haber planificado tu muerte. Me iban a enviar a Azkaban como ocurrió con tu padrino, a quien se le acusó de romper el secreto del Fidelius, pero algunos Lords del Wizengamot apelaron a que mi labor se encontraba fuera de Inglaterra, así que lo mejor que podrían hacer era exiliarme… Y sólo ahora pude regresar, por intervención de otros — concluyó, con tristeza: — Lo peor es que sé que Black es inocente, pero no puedo alegar a su favor…
Alanna comenzó a sollozar recordando el dolor de haber partido de Inglaterra, de haber sabido que podría haberse podido llevar a Harry con ella, pero que las acciones de unos pocos la detuvieron. Recordó las ocasiones en que rogaba a Madre Magia que la ayudase, que hubiera finalmente justicia… Pero sólo ahora se pudo iniciar el camino para conseguirlo.
Era cierto que había ocultado muchísima información a Harry, pero por ahora bastaba con lo que le había contado. El muchacho era aún demasiado inocente y noble y, si él no había sido testigo de las manipulaciones de Dumbledore, no quería todavía que sacara conclusiones guiado por las palabras de alguien que él recién iba conociendo. Sólo cuando pudieran ir a Gringotts dejaría que el muchacho sacase todas sus conclusiones y, de aceptarla completamente en su vida, lo guiaría para ser la mejor versión de sí mismo, cumpliendo la promesa a Madre Magia.
Harry, en tanto, miraba a la mujer que tenía frente a él, su madrina, quien se notaba acongojada y triste por no haber sido parte de su vida. Era cierto que la historia de la vida de sus padres era más complicada de lo que había pensado, y ahora sabía que existían muchas más personas que debían haber estado con él, incluyendo a Snape, pero que no estuvieron ahí. ¿Por qué fue eso? ¿Por qué nadie se preocupó de su situación con los Dursley? ¡Cuántas veces él soñó que alguien lo sacaría de allí!
Pero alguien vino. Alguien se preocupó, aunque fuese algo tarde, estaba ahí y quería conocerlo y quería saber sobre él y sobre su vida. Además, le estaba dando respuestas a preguntas que siempre se planteó, y que en su momento nadie parecía querer responderle.
Sólo quedaba en su mente una pregunta fundamental… ¿Podía confiar en ella?
Mientras Harry se hacía esas preguntas, Alanna finalmente se calmó y miró a Harry con firmeza.
— Ya te conté mi historia y cómo está enlazada a la historia de tu familia. Te agradezco que no me hayas interrumpido y, tal como prometí, llegó el momento de contestar tus preguntas. ¿Quieres hacerlo ahora, o prefieres más tarde, o bien mañana? Mira que se ha hecho tarde.
En efecto, los tonos del atardecer se hacían más visibles y el muchacho se sorprendió del tiempo que pasó entre que llegaron y la historia de Alanna.
— Dejémoslo para mañana. Creo que así puedo pensar bien en mis preguntas — respondió Harry.
— Muy bien, te enseñaré tu habitación para que dejemos al fin tu baúl y comamos algo, ¿te parece? Así podré contarte más anécdotas de lo que pasamos en Hogwarts con Lily — y se dirigió a la cocina.
Y, luego de mostrar a Harry su habitación, pasaron un resto de tarde más agradable, pensando que el día de mañana sería muchísimo mejor que el ajetreado día que estaba terminando.
Notitas de autor
¡Sí! ¡Al fin sabemos quién es Alanna!
... Y quedan muchas dudas detrás ¿cierto?
Holis ^^
Guau... 10 Favs y 12 Alertas (o al revés. Me fijo, pero no he tenido tiempo para ver con exactitud). Muchas gracias por darle un me gusta a esta historia.
Bueno, ya saben. Alanna fue por mucho tiempo el puente entre Severus y Lily. Casi logra que todos pudiesen ser una bonita comunidad, pero...
Si alcanzaron a leer bien, ya sabemos que fue algo que al parecer planeó Dumbledore, pero es consciente de que, aunque fuesen por dos años, Harry ya conoce al director y le tiene su confianza. No se puede de un día para otro destruirlo fácilmente, sino que se necesitan pruebas, y sobre todo, conseguir que Harry confíe en ella y ella necesita tener el valor para mostrar dichas pruebas a Harry. El enlace entre ellos recién se forma, algo tarde, pero no sabemos qué puede ocurrir a futuro.
En fin, si quieren ayudar con las preguntas de Harry, aunque creo que podemos saber cuáles son esas dudas, pueden comentar.
Y... Nos vemos el próximo capítulo
¡Saludos!
