CAPÍTULO 12

Tras el festival de mayo y la partida de Candy a Escocia, decidió que era momento de irse. La rubia había recuperado su sonrisa y su brillo tan característico, además que por las cartas que llegaban de su amiga y Terry, sabía que era cuestión de tiempo para que los dos reconocieran sus sentimientos. Candy tenia a sus amigos y George le informaría de cualquier acontecimiento.

Así fue como con una sonrisa se despidió de todos en el zoológico y partió en compañía de Pupet sin un destino en mente, solo sabía que quería hacer algo por los demás y sentirse libre por última vez antes de presentarse como el patriarca de los Andrew.

Los días en África pasaban increíblemente rápido, siempre había algo que hacer, alguien a quien ayudar y algo que contemplar. Se sentía útil, tranquilo y libre. Cuando tuvo un momento para descansar en medio de aquellos ajetreados días, decidió escribirle a Candy, deseaba que estuviera con él y poder compartirle todo lo que estaba descubriendo y aprendiendo, al menos a través de la pluma podría transmitirle un pedacito de ese rincón del mundo.

Conforme pasaba el tiempo soñaba con la posibilidad de quedarse ahí por años o tal vez toda la vida, podría nombrar un heredero, Archie había demostrado cierto interés en los negocios y sabía que con la educación apropiada sería un buen líder para la familia. La idea no abandonaba su mente en ningún momento, pero ¿realmente podría condenar a otro al destino que le había sido impuesto? Quizá resultaría más fácil para Archie, pero aun así no parecía algo justo. Además, no quería ni imaginar la reacción de la tía abuela, quien había confiado en el desde el principio ¿y George? Nunca lo había dejado solo y había sido de mucha ayuda a lo largo de los años. Además, Candy no dejaba de escribir al tío abuelo con la esperanza de conocerlo algún día. Suspiró.

- ¿Qué te tiene tan preocupado? -un joven de tez morena se sentó a su lado, Laurie al igual que él, había viajado con la intención de ser de utilidad y se habían vuelto buenos amigos.

-Es algo difícil de explicar.

-Bueno, tenemos tiempo-se encogió de hombros. El rubio vacilo mientras contemplaban el paisaje, comenzaba a atardecer y parecía que todo era posible en aquel momento, incluso confiar su mayor secreto a una nueva persona-esta bien si no quieres contarme-el joven le dio unas palmadas en la espalda-es solo que últimamente te he visto preocupado y pensativo, te arrugaras muy pronto a ese paso-ambos rieron.

-Digamos que…yo no debería estar aquí, debería estar…en un lugar muy distinto, haciendo cosas muy diferentes, cosas que no quiero hacer.

- ¿malas?

-No…solo…cosas que no me hacen sentir útil, libre ni…feliz.

- ¿y porque no?

-Lo que yo mas quisiera es vivir siempre en la naturaleza, ayudando a quienes lo necesitan, en compañía de animales y buenas personas, quisiera tener la libertad de elegir y ser yo mismo. Sin tener que mantener una fachada ante el mundo, preocupándome por dinero, negocios y frivolidades.

- Creo que entiendo un poco de que va todo esto. Eres un heredero de una gran fortuna, un futuro líder o algo así ¿no? Lo que quiere decir que siempre te veras rodeado de papeles, negocios y gente que quiere quedar bien contigo solo por obtener algo a cambio. Crees que no habrá tiempo para ti mismo, para hacer algo que ames con personas que ames-Albert asintió- ¿y has pensado en como podrías ayudar a otros con lo que tu eres y no con lo que te gustaría ser? -ante la mirada confusa del rubio Laurie continúo hablando-Se que eres una buena persona y te gusta ayudar a los demás, y claro que si fueras una persona común y corriente podrías hacerlo como hasta ahora indefinidamente. Pero no lo eres, tienes poder y dinero, y claro que tienes que encargarte de las frivolidades que mencionaste antes, pero también…tienes en tus manos la oportunidad de hacer cosas aún más grandes ¿Cuántos ricos hay que se preocupen genuinamente por enfermos, pobres, animales y las injusticias? Te aseguro que no lo suficientes. Y tú, teniendo todas esas posibilidades, prefieres ayudar como uno mas de nosotros. No puedes huir de lo que eres, del destino que tienes, o quizás podrías, pero creo que podrías hacer algo mejor aún, tomar la parte de ti mismo de la que siempre has huido para que se una a la que siempre has querido. No digo que será fácil, pero ¿Qué en esta vida lo es? Venga, no me veas así que das un poco de miedo-Albert estaba pasmado ante las palabras de su amigo-creo que necesitas un momento para ti, nos veremos después-se alejó dedicándole una última sonrisa.

En ese momento ante Albert se abrieron un sinfín de posibilidades, todas las cosas que podría hacer por quienes lo necesitaban, Candy había sido una pequeña gran muestra de ello y él no se había dado cuenta. Gracias a que era el líder de los Andrew, había podido darle a Candy una familia, un futuro y momentos de alegría y eso a su vez lo había hecho feliz ¿Cuánto más podría hacer si decidía por fin tomar el lugar que tanto temía? Claro que no sería fácil, tendría que hacerlo al mismo tiempo que se ocupaba de todos los otros asuntos que no le gustaban, pero quizás podría compartir esa carga con alguien, con Archie…y así también podría disfrutar de algunos momentos de libertad.

En ese momento se sentía tan feliz y decidido que no quiso esperar más, tomo las pocas pertenencias con las que había llegado a ese rincón del mundo, se despidió de Laurie y se dispuso a partir, había llegado el momento de enfrentar su destino.

El resto de los recuerdos ya los conocía lo suficiente, el accidente del que había salido con vida gracias a la huida de Pupet, la marea de confusión y dolor que sintió al despertar, ser visto ante todos como un espía, un vagabundo, un delincuente o alguien indeseable, hasta que ella lo encontró.

-Estoy aquí en Chicago viviendo con Candy…caí cuando lavaba los platos y ahora estoy en la sala de reposo del restaurante. Oh Pupet, siento como si hubiera despertado de un largo sueño-lo abrazo con alegría, todo a su alrededor comenzaba a encajar.

Poco después se encontraba en el parque, aunque ahora sabia quien era y lo que tenia que hacer, no podía evitar pensar en la joven pecosa

- ¿Qué debo hacer? El sol ya casi se pone. He recobrado mi pasado, pero no sé si podre seguir viviendo con ella- ¿Cómo hacerlo después de haber albergado sentimientos y esperanzas que no eran apropiados? -Éramos un paciente y una enfermera y podíamos vivir juntos así-pero ahora él sabía que no eran solo eso, habían sido amigos, confidentes, cómplices, y el era su padre adoptivo. La mofeta comenzó a hacer ruidos- ¿quieres volver con ella? esta bien, vayamos-seguro la rubia se preocuparía y lloraría si desaparecía sin decir más- Lo mantendré en secreto, no le diré a Candy que he recobrado mi pasado-solo un poco mas de tiempo, solo eso necesitaba. Seguramente todos esos sentimientos se aclararían, ahora que sabía quién era realmente, podría volver a cuidar de Candy, solo como un amigo y nada más. Además, quería devolverle todo lo que había echo por el en ese tiempo.

...

se que ha pasado mucho tiempo, pero tuve un gran bloqueo

espero que sigan leyendo esta historia y prometo subir otro capitulo pronto, gracias