Actualización: 12 de agosto del 2006
PODER DE PERSUASIÓN
VII. NUNCA MÁS ES DEMASIADO TIEMPO
La campanilla de la puerta sonó y entro una mujer joven, guapa. Era alta, con un cuerpo espectacularyun pelo largo hasta la cintura que acentuaba sus rasgos. El camarerovio como hablaba con ella y luego se iba. Parecía buscar a alguien; miraba a las personas que ocupaban las mesas, andando entre ellas, despacio, provocadoramente. Varias miradas de chicos se dirigían a su cuerpo. Ella lo notaba y le gustaba.
Pero James y Lily no se dieron cuenta de su entrada. Estaban demasiado ocupados intentando buscar algo que decir. Lily ya le había advertido.
-Este baile no ha significado nada. ¡No te hagas ilusiones!
-Me lo imaginaba. Ahora somos... amigos mas cercanos.
-Pero tampoco mucho. No te acerques demasiado.
No se dieron cuenta de que la mujer que había entrado se acercaba en la dirección en la que estaban ellos... hacia su mesa. Llego allí y pasó su delicada mano por el pelo de James.
-Jamsie, cariño. ¿Me has echado de menos?
Y le dio un beso en los labios.
Los ojos de James demostraban sorpresa y una confusión enorme. Apartó a la chica bruscamente, tanto que cayó al suelo y miró hacia donde estaba Lily. Ella le miraba con asco y a ella, con odio.
Me he dejado engañar... ¿cómo he sido tan tonta? Sólo me invito para que viera a su espectacular novia.
-Lily, espera. Puedo explicarlo... ¡Lils, espera!
Pero Lily hizo que no oía las llamadas suplicantes de James y se marchó corriendo. Sentía cómo las lágrimas empezaban a salir, corriendo por su rostro. Lily corría, intentando huir del sitio donde por un momento se había sentido feliz.
Notó una mano que la sujetaba, que la impedía oír.
-¡Vete con tu novia! -gritó-. ¡Lárgate y déjame en paz!
La tristeza y la rabia que sentía se notaban en sus palabras, cargadas de odio. James se acobardó, consciente del daño que había hecho a la chica.
-Lily, déjame explicarlo. Ella no es mi novia. Yo no quería besarla... Fue ella...
Lily no quería oír sus explicaciones y tampoco quería que la viese llorar, llorar por esa traición, en la que estaba envuelto él. Le dio la espalda.
-No quiero verte... nunca más.
James se quedó paralizado. Las últimas palabras le habían dolido mucho.
Nunca más es mucho tiempo.
Lily se giró y le miró a los ojos. Sus ojos esmeralda centelleaban de odio, de rabia, de tristeza, de traición... Se clavaron en los de James, que no podía apartar la mirada de esos ojos que expresaban todo lo que él le estaba haciendo sufrir. Despacio, en voz baja pero claramente, murmuró:
-Nunca más... Te odio.
Este comentario terminó de destrozar a James, que se dio la vuelta y se marchó.
Lily se quedó sola. Demasiado sola. Llorando, regresó a su casa. A esa casa donde había recibido la carta... la carta que le había hecho volver a encontrarse con su pasado.
