21. LA EXTRAÑA BELLEZA

James levanto con precaución la vista. Sus ojos marrones dejaron de observar la comida que tenia delante para toparse con la delicada silueta de una pelirroja.

Trago saliva. (Nda. Jejje. se pone nervioso =D)

Después de la conversación con Emi y Remus el día anterior había salido preparado a hablar con Lily y explicárselo todo. Pero las oportunidades pasaban por delante de él y no reaccionaba. La confianza que había surgido dentro de él se había evaporado con solo ver a Lily.

Cuando disponía de un minuto libre, ella estaba ocupada, y si por casualidad no lo estaba, iba acompañada.

Se había dicho a lo largo de la mañana que daba igual que estuviera con alguien, que simplemente tenía que pedirla que si podían hablar un momento. Pero ni las piernas le respondían para llevarle junto a ella, ni la voz le salía. Solo podía mirarla.

* * * * *

Lily escuchaba la animada conversación que sostenían sus compañeros de trabajo, sin participar en ella. No había tocado su plato. Desde que James había empezado a trabajar en su departamento tenia una bola en el estómago. Notaba su mirada posada en ella a todas horas, aunque no le viera. Sus ojos marrones la recorrían. y ella luchaba por no girarse. No podía ser débil. Tenia que olvidarle, y pronto.

Lily se fijo en la mesa, intentando no pensar en que los ojos de James estaban clavados en ella. Se fijo en Erik, sentado unas sillas mas allá que ella. No habían vuelto a hablar desde que le pidió salir. Era guapo y tenia buen cuerpo, y además una personalidad envidiable. Muchas chicas del trabajo suspiraban por él.

"¿Por qué le he dicho que no?"

No merecía la pena hacerse esa pregunta. Lily ya sabia la respuesta: James. Si salía con Erik, estaría todo el rato comparándolo con el hombre de gafas y pelo revuelto.

Una joven que trabajaba en el Ministerio y a la que Lily no había visto nunca, se acercó a ella y le susurro al odio.

-¿Por qué le evitas? - Un escalofrío recorrió la espalda de Lily. ¿Cómo podía saber que intentaba no cruzarse con James? - Él te desea.

Lily no pudo contenerse mas y giro bruscamente la cabeza, para pillar a un James que la miraba con auténticos ojos de adoración. Se sorprendió al verse descubierto y bajo rápidamente la cabeza hacia su plato. Sus mejillas se pusieron levemente rojizas (Nda. Que tierno. James sonrojado. oohhhh ^^)

El corazón de Lily empezó a latir descontrolado (Nda. Y el mío también.)

* * * * *

Se había girado.

"¿Por qué demonios tengo que ponerme rojo? Me esta mirando. Parezco un adolescente ¬ ¬"

Estos pensamientos desordenados cruzaron por la cabeza de James cuando vio como las esmeraldas de Lily se fijaban en él. Bajo la cabeza al instante, azorado.

Todo había sido por la mujer esa. ¿Quién seria? James sabia que Lily evitaba mirarle. ¿Qué es lo que esa extraña le había dicho para que se girara tan imprevistamente?

Levanto la cabeza y observo que Lily había comenzado a hablar con un hombre moreno, bastante mayor que ella. Noto que empezaba a enfurecerse por los celos.

"Me estoy volviendo loco. Ese casi podría ser su padre. Ni que se estuvieran besando." (Nda. Pobre James. los celos hacen estragos en su pequeña mente.)

Alguien le estaba observando. Lo sentía (Nda. Que listos son los magos. ^^) Era la mujer que le había susurrado algo a Lily.

James la miro descaradamente, igual que lo estaba haciendo ella. Parecía que le estaba evaluando. Él mantuvo la vista fija en ella, altivo.

No se podía determinar la edad, debido a la madurez que desprendía. Pero James la juzgo muy joven, de apenas unos veintidós años. Poseía un cabello en el que predominaba el marrón, de todos los tonos, aunque también se observaban mechones rojizos e incluso dorados (Nda. Era natural, nada de tintes * - *) Sus ojos de forma de almendra eran grisáceos, como si una tormenta se hubiera metido en ellos. Unas cejas oscuras enmarcaban el ovalado rostro, dándole una apariencia increíblemente exótica. Tenia un aura alrededor que le hacia parecer inalcanzable.

Una mujer extraña, pero asombrosamente bella. Con sus ojos parecía que lo veía todo y que conocía todo y a todos.

James sintió un enorme respeto hacia ella, a pesar de su juventud.

En ese momento Lily se rió y James, incapaz de olvidar a Lily, aparto la vista de la bella extraña para observar detenidamente a la pelirroja.

Seguía conversando con el hombre moreno, y aparentemente era muy divertido, pues Lily le prestaba mucha atención. En opinión de James, demasiada.

Con una mueca de desagrado, volvió a concentrarse en la extraña, incapaz de soportar esa escena. Ella hizo un leve asentimiento con la cabeza, como si acabara de comprender algo importante.

James se levanto de la mesa en la que se había sentado solo y salió de las Tres Escobas.

Lily no le vio marcharse.

Dos chiquillas de apenas 19 añitos le esperaban a la salida, apoyadas en una pared. Llevaban minifalda y una camiseta corta y muy escotada. Pero James estaba demasiado ocupado en otras cosas como para fijarse en sus cuerpos perfectos.

Iba a pasar delante de ellas sin verlas cuando le saludaron alegremente. Él, sin tener la mínima idea de quienes eran, les devolvió el saludo. Eso pareció animarlas, y se acercaron.

-Hola, eres James ¿no? Yo soy Violet y ella es Heather. Trabajamos en el Ministerio.

James las miro aturdido. Solo conocía a un tipo de chicas que le hablaran así. Las que intentaban ligar con él. Llevaba apenas unos días en el nuevo trabajo y las chicas ya lo perseguían. En otro tiempo eso le habría divertido, pero no ahora, no en ese momento. Penso que a Sirius seguro que le gustarían, pero recordó que estaba saliendo con Emi.

Se fijo en la otra chica (creía recordar que se llamaba Heather). Llevaba el pelo recogido en dos trenzas y una de sus manos se apoyaba en su cadera. Tenia unas curvas muy sugerentes, pero ninguna de las dos le interesaba. Conocía demasiado bien a ese prototipo de chica tonta que solo busca el sexo. Era con las que había estado saliendo todos estos años.

-Encantado pero.

Violet no le dio tiempo a inventarse una excusa con la que escabullirse. Le cogió de la mano y le empezó a llevar de vuelta a las Tres Escobas.

James no intento detenerla. Se le acababa de ocurrir una idea, una idea perversa. Si Lily le hacia sufrir tonteando con todos los chicos que se le ponían delante, ¿por qué él no iba a salir con ese par de mujerzuelas que solo querían pasar un buen rato? A lo mejor incluso sentía celos. sería una buena manera de saber si aun Lily sentía algo por él, y de hacerla pagar por el dolor que sentía en su interior, y que ella había provocado.

Sonrío. Pero no con alegría, porque era la venganza al verse cumplida lo que brillaba en su rostro.

-Os invito a una copa chicas. O puede que a dos. ¿quién sabe? Vamos a pasárnoslo bien.

(Nda. James llega a ser realmente malvado ¬ ¬)

Las sujeto a las dos posesivamente de la cintura. Ellas le dejaron hacer (era lo que habían venido a buscar), mientras le miraban con adoración. Estaban a punto de entrar cuando salió la extraña belleza mirándolo con reproche.

Poso sus ojos en las chicas, en los que parecía que se podrían ver rayos de un momento a otro, y de un salto éstas se alejaron de James, como si hubieran oído una orden directa.

-Estás cometiendo un error. La alejaras por completo de ti.

James la escuchaba turbado, a la vez que seducido por el profundo pero sensual tono de su voz. Todo en ella era perfecto.

-¿Quién es usted?

La mujer ignoró su pregunta.

-Ella solo tiene que comprender. Solo comprender.

Sin una palabra mas y dejando a un James confuso, ella se alejó por un estrecho callejón. James observo detenidamente la ropa que llevaba, en la que antes no se había fijado. Era una túnica de un blanco puro, con mangas anchas y alargadas, que solo dejaban ver las delicadas puntas de sus dedos. Los pies iban cubiertos. Parecía una silueta espiritual.

Todavía la seguía observando, cuando ella se detuvo, reflexiva. Pareció decidirse, porque se volvió a mirar a James.

-Surya. Me llamo Surya Schaar.

Finalmente se alejo.

James se fue, odiándose por haber querido vengarse de Lily de esa manera tan cruel. Dejo a las dos rubias tiradas. Ellas, ofendidas, no tardaron en buscarse dos acompañantes guapos e ingenuos. Pero James ni se inmuto. El volvía al Ministerio, mientras una idea se formaba en su mente.

"Que buena pareja haría con Remus. Son almas gemelas."

(Nda. ¡¡¡Jaja!!! No me habíais pedido una chica para Remus. pues ¿qué mejor que esta? Una muy misteriosa. como él. Aunque esperemos que a Sirius no le guste jjeje. con lo mujeriego que es el tío. Ya se me empieza a formar una idea de cómo meterla en la historia, pero no será ahora. Tendré que pensarlo mas. pero creo que os gustara. Y ahora. ¡sigamos con la historia!)

James llevaba unos papeles al despacho de su jefe. Habían pasado unas horas desde la vuelta de las Tres Escobas y de su encuentro con Surya. Cada vez que pensaba en sus palabras, mas convencido estaba que todo se arreglaría en cuanto se lo explicara. Que le perdonaría y que todo volvería a ser como antes.

En cuanto a presentar a Surya a Lupin le parecía muy buena idea. Pero había un problema, parecía que la belleza había desaparecido. Ni rastro de ella.

Tendría que hablar del asunto con Sirius. Si lo planeaban bien y no presionaban a Moony, posiblemente se quedaría en Inglaterra y no volvería a Francia. Sabia que un hombre enamorado dejaría todo por la chica de sus sueños. Además, Remus era demasiado solitario. Era hora de que las cosas cambiaran en ese aspecto.

Entro en el despacho del señor Leestrange y después de dejarle los informes de ese ultimo día y de recibir una serie de instrucciones no muy difíciles de cumplir, salió de la habitación.

Se sentó en su mesa y miro nostálgico una foto de los tiempos de Hogwarts. Sirius había hecho levitar la cámara fotográfica de manera que el también pudiera salir y, por consecuencia, la foto salía torcida. Pero a James le gustaba así, era mucho mas personal. Solo había tenido que hacer unos "arreglitos a base de varita" en el marco para que encajara la foto y todo arreglado. Salían todos: Remus a la izquierda del todo, sonriendo al objetivo; él, con la snitch dorada en una mano y el otro brazo pasándolo por la espalda de Moony; Peter, (que asko) a un lado suyo, mirándole con adoración; Lily y Emi a la derecha, intentando escabullirse de la cámara y, finalmente un Sirius incluso menos maduro que ahora, intentando retenerlas. Por detrás salía correteando la hermana pequeña de Emi, que en esa época estaba en tercer curso y algunos compañeros mas de casa, que se habían unido con agrado a la foto de séptimo curso. Su ultimo curso.

Definitivamente tenia que volver a Hogwarts, en plan visita claro. Tendría que visitar a la profesora Mcgonagall, aunque para eso tendría que ir con Sirius. Estaba en el fondo de que muy muy (muuuyy) en el fondo ella les echaba de menos. Y a ver a la señora Pomfrey, ya que en sus tiempos de estudiante había sido un visitante semanal de la enfermería. Omitiría el saludo al profesor Binns (ya sabemos porqué) y a la profesora Trelawney (no quería volver a empezar con las predicciones de muerte). Y sin iban en la época en que iba alumnos, tal vez el y Sirius podrían hacer unas cuantas bromas a Slytherin y enseñar a algunos alumnos con facultades (facultades para las bromas entendemos) algunos trucos de profesionales. Saco un pergamino y empezó a escribir una carta a Albus. No quería esperar más tiempo para volver a Hogwarts. Esperaría a la fiesta mágica en la que daban día libre y la aprovecharían. Así podrían ir todos. Seria divertido. (Nda. Que miedo... cuando James dice que algo puede ser divertido es para echarse a temblar... ^^)

* * * *

Lily entro en el despacho y se encontró a un James aislado del mundo por un trozo de pergamino. Le pico la curiosidad y estuvo a punto de preguntarle qué era eso que escribía emocionado, (Nda. Me le imagino... jejje... con los ojos brillándole de felicidad... como un niño con juguete nuevo) pero se contuvo al recordar que le estaba intentando evitar.

Movió la silla que estaba pegada a su mesa lo suficiente para poder sentarse sin hacer ruido. Quería observar a James, sabiendo que él no reparaba en ella ahora. Se fijo en que cada cierto tiempo dejaba de escribir y cogía un marco con una foto. Aunque se esforzó por verla, no lo consiguió. A lo más que llegó fue a ver la silueta de varias personas.

Se quedo mirándole un rato mas hasta que recordó que tenia trabajo atrasado. Esa mañana al señor Leestrange le había surgido un asunto inesperado y ella se había tenido que encargar de todo. Una mujer se había inventado un hechizo pensando que no funcionaria y se había quedado encerrada en un bote de mermelada. A Lily le había costado mucho mas tiempo del previsto sacarla de ahí, ya que los contra hechizos comunes no habían funcionado. Luego, por si fuera poco, había tenido que entregar un informe sobre lo ocurrido a su jefe y eso la había tenido ocupada toda la mañana y el principio de la tarde. Pero lamentarse no servia para nada. Lo único que podía hacer ahora era ponerse manos a la obra.

* * * *

James escribió triunfalmente su nombre al final de la carta. Ya estaba. Dentro de poco iría a Hogwarts. Metió la carta en un sobre y la sello con cera, estampando antes de que ésta se enfriase el sello que contenía inscrito el escudo de la familia Potter. A continuación se lo guardo en un bolsillo interior de la túnica. Como no era asunto del Ministerio, no veía correcto usar una de sus lechuzas. Esperaría a llegar a casa y usaría la suya.

Miro todos los papeles que había sobre la mesa. Se había puesto a escribir la carta y se había olvidado del trabajo. Resoplo. Lo que tenia que hacer por recuperar a Lily. Si no fuera por ella, jamás se habría metido en el Ministerio y seguiría con la tienda de bromas, que era lo que realmente le gustaba. Y menos mal que Sirius se divertía con ella incluso mas que él, porque sino la dejaría abandonada. Era una suerte que con la tienda fuera tan responsable. (Nda. Si es que es posible que Padfoot llegue hasta esos extremos)

Lily... miro hacia su mesa. Pego un bote en la silla al ver que la pelirroja estaba trabajando en ella. James ni siquiera se había dado cuenta de que había entrado. La observo detenidamente. Todo en ella era tan... encantador. Un mechón rojo oscuro le casi sobre la mejilla y los ojos verdes se movían rápidamente mientras leía. Los labios ligeramente abiertos y húmedos, las mejillas sonrosadas... James adoraba cuando fruncía levemente el entrecejo al concentrarse. Tenerla tan cerca y no poderla hablar, ni besar, ni... (Nda. Mejor no sigo... no lleguemos a mas *-*)

James reparó en que Lily movía la cabeza, y que si la levantaba advertiría que él estaba otra vez mirándola. Así que se puso a hacer que escribía. No quería que pasase lo mismo que en la taberna. Sintió los ojos de Lily posados sobre el y noto una especie de gusanillo en saber que la chica se seguía sintiendo, por lo menos un poco, atraída hacia él. Y luego se le ocurrió... ¿por qué no invertían los papeles? Ahora el seria el que la cogería mirándole y ella la que pasaría vergüenza.

James levanto la cabeza y sus ojos coincidieron con los de Lily. Percibió un asomo de rubor en sus mejillas, que ella intentaba desesperadamente controlar. Pero como no lo consiguió (ya sabemos como son los pelirrojos) y cada vez se ponía mas roja, opto por levantarse bruscamente y salir de la habitación.

El hombre de pelo revuelto se acomodo en la silla (cosa un poco difícil), sonriendo. Ahora ya sabia que no había perdido a Lils, por lo menos no del todo. Todavía la intimidaba. Y éste podía ser el momento que había estado esperando para hablar con ella y explicárselo todo.

Salió resuelto a hablar con ella de la habitación, siguiendo sus pasos. Había dos puertas por las que podía haber ido. Por la derecha era improbable, ya que era un armario de limpieza. Pero la de la izquierda daba al pasillo, opción mucho mas factible. Tomo el ultimo camino mencionado y observo como una de las puertas se cerraba. Se encamino hacia allí, maldiciéndose interiormente por haber tardado tanto en encontrarla. Si dentro de esa sala se encontraba con alguien la oportunidad se echaría a perder. Y mucho mas si ese alguien era... ERIK.

(Nda. Huelo a pelea)

James vio como el rubio se levantaba del sillón en el que estaba sentado y se acercaba tímidamente a hablar con Lily. Se paso la mano por el pelo, visiblemente nervioso, aunque para Prongs ese gesto significaba mucho mas.

"Fíjate... con ese gesto solo quiere tenerla en el bote... y ella ni se da cuenta... además, como si tuviera un pelo bonito"

(Nda. James no se acuerda de que ese gesto él lo hace todo el rato... aunque apuesto que en su caso no es por timidez ¬ ¬)

No oía lo que decían, pero los gestos le bastaban. Cuando después de unos minutos de conversación (que no pudo escuchar) vio que Erik se acercaba a besar a Lily (aunque no se fijo que era un beso de amigos en la mejilla) abrió la puerta de golpe e interrumpió la escena con un nada disimulado "ejem, ejem".

Luego, arrogante, fue a sentarse en un sofá cercano a ellos dos, para que no pudieran mantener una conversación privada. (Nda. Hay que admitir que sabe lo que se hace... vaya tío... un poco capullo si que es).

Lily le miro, bastante molesta de que interrumpiera tan descaradamente. Erik solo tenia ojos para ella, a la que miraba apenado. Lo que no sabia James es que el beso que había interrumpido era de despedida, porque Erik se había resignado ya, sabiendo que Lily no estaba destinada para él.

El hombre rubio cogió la mano de la pelirroja en un impulso y se la apretó suavemente.

-Erik...

-Ya nos veremos.

James observo la salida de Halper (apellido de Erik) hasta que desapareció por la puerta. Entonces se levanto y le empezó a seguir a paso rápido. Oía el retumbar de la sangre hirviendo de furia dentro de él. (Nda. Ah... ya vuelven los celos... no los puede controlar) y por una vez no escucho a Lily llamarle, a pesar de que ella le haba evitado desde su llegada.

-James... ¿a dónde vas...? ¡James! ... No iras a...

Lily tenia un mal presentimiento. Solo había visto a James dos veces tan enfadado, y las dos veces, el objetivo de su furia no había salido bien parado. Cuando perdía el control de esa manera no atendía a razones, ni siquiera a las que Lily le pudiera dar.

Cogió a Erik en el pasillo y le empujo a una estancia vacía. Éste, confuso, no fue capaz de responder... por el momento.

-Pero... ¿¡¿que haces?!?

-¡No quiero que vuelvas a acercarte a ella!

-¿Acercarme a quien? (Nda. Erik es un poco lento) -¡¡A Lily!! ¡No quiero volver a verte junto a ella!

-Pero si ella y yo...

-¡Me da igual lo que ella y tu hicierais o dejarais de hacer! ¡¡¡Quiero que la dejes en paz!!! ¿Me entiendes? (Nda. James parece un matón)

-Yo si... pero... ella...

-¡Tu solo déjala!

-¿¡Pero de que vas?! (Nda. La parte salvaje de Erik ha reaccionado... tarde pero ha reaccionado)

-(De Bitter Kas... no va. en serio) ¿Vas a alejarte de ella o no?

-¡¡¡Estas loco!!!

(Nda. Esto es una breve aclaración... Erik tiene mas o menos la misma estatura y corpulencia que James, vamos, que no se esta peleando con un enano. Y por cierto, esto ultimo que ha dicho Erik no creo que le haya hecho ninguna gracia a James... sobre todo con lo susceptible que esta últimamente ^^)

James, olvidando que era mago, que tenia varita, y que lo normal eran los duelos, estampo con fuerza su puño en la mandíbula de Erik, que se tambaleo y retrocedió unos pasos.

-Serás cabrón...

Mientras decía esto escupió un poco de sangre al suelo. Se llevo la mano a la boca, seguramente para comprobar que tenia todos los dientes en sus sitio.

Lily, preocupada por la salida de James, entro en ese momento en la sala, justo para ver como James hacia un placaje a Erik y los dos caían al suelo.

Rodando por el suelo, James pego a Erik, Erik se defendió y pego a James, y así, enzarzados en la pelea mientras Lily gritaba que parasen, entro el señor Leestrange por la puerta, inquieto por los ruidos. Al ver la escena se quedo clavado en el sitio, y a la estupefacción principal le siguió una dureza inusitada para ese hombre aparentemente tan tranquilo.

-Señor Halper, señor Potter, ¡hagan el favor de parar este jaleo! Quiero verles en mi despacho en diez minutos.

Y dejando a los dos hombres parados en el suelo, salió tan rápida y silenciosamente como había entrado.

-¿Estas bien, Erik?

Lily se acerco al rubio y le ayudo a levantarse, intentando no tocar las magulladuras y heridas que tenía por todo el cuerpo.

-Vamos al baño. Ahí hay un botiquín.

Y sin ni siquiera mirar a James, los dos salieron.

Prongs seguía en el suelo, con la boca abierta, alucinado de que le hubieran ignorado de esa forma. Al fin y al cabo, el también había estado en la pelea, y en ese preciso momento, empezaba a sentir las consecuencias de los golpes de Erik. Tenia un labio partido y un golpe fuerte en la cara, por no contar los moratones que sentía por toda la tripa y el pecho. Y Lily todavía tenia la caradura de ni siquiera preguntar como se encontraba. ¡Esto era demasiado para él! (Nda. Se sigue creyendo que es el centro del mundo... igual que Sirius... no aprenderán nunca... ¬ ¬)

Recordando que debía de estar en menos de diez minutos en el despacho de su superior, se levanto lentamente, intentando no hacer caso del dolor. Creyó que lo mas conveniente era ir primero al baño, a uno en el que no estuvieran ni Lily ni Erik. Al fin y al cabo, después de lo enfadado que estaba el señor Leestrange, lo mas conveniente era limpiarse un poco la cara.

Después de todo, un despido no resultaría tan malo. Estaba claro que el plan no había dado resultado. No solo no había recuperado a Lily, sino que cada vez se sentía mas separado de ella. Primero la insultaba, luego ella le ignoraba, y ahora, después de una pelea, ella apoyaba al otro hombre. Definitivamente, un despido seria lo mejor. No quería volver a trabajar en el Ministerio en su vida.

El señor Leestrange les observaba con un enfado que James no creía haber visto nunca en ninguna persona. Erik bajo la cabeza, humillado, pero James la mantuvo alta, dispuesto a enfrentarse con un despido seguro. Total, ese puesto de trabajo no le importaba nada y le daba exactamente igual lo que su padre dijera sobre la importancia de mantener la buena reputación del apellido Potter.

-Creo que sois conscientes de que vais a ser despedidos por esta falta.

James creyó conveniente contestar, pero Erik seguía mirándose la punta de sus zapatos.

-Sí señor.

-Sr. Halter, Sr. Potter; quiero meteros en la cabeza que los trabajadores del Ministerio no se dedican a entrar en peleas por las faldas de una mujer.

James abrió la boca. Lo último había sido como si hubiera llamado ramera a Lily, y eso no estaba dispuesto a permitirlo. Pero su jefe le hizo una seña para que no dijera ni una palabra.

-Se perfectamente que eso es lo que ha pasado con la señorita Evans, señor Potter, así que no quiero explicaciones. Una de las reglas de este lugar es dar ejemplo de respeto entre los compañeros de trabajo y es precisamente lo que ninguno de ustedes dos ha dado. Deberían estar avergonzados. ¡En todos mis años de trabajo no he presenciado ningún caso como éste! ¿Y si llega a haber alguien mas? ¿Y si llega a estar presente algún reportero? ¡No se dan cuenta de lo que puede suponer ésto! Quiero que empiece a recoger sus cosas, señor Potter; y en cuanto a usted, Halter, iremos a hablar con su superior en este momento.

(Nda. Erik no trabaja en el mismo departamento que James y Lily, por lo que tiene distinto jefe. Pero su departamento esta al lado de este, en la misma planta)

James pensaba que el señor Leestrange estaba haciendo una montaña de un grano de arena (opino lo mismo), pero Erik estaba tan abatido y avergonzado que James sintió lástima por él. Estaba claro que a Erik le importaba su trabajo... y mucho. No como a él, que estaba casi rogando porque le despidieran, teniendo en cuenta de que ya se le había ocurrido una forma de abordar a Lily, que era lo que a él le importaba. Y, sin pensar mucho, estaba claro que la pelea había sido solo culpa suya y lo menos que podía hacer era ayudarle de alguna manera.

-Perdone señor, pero creo que no es justo que despida a Halter.

Erik levanto la vista hacia James, estupefacto. ¿Qué intentaba hacer?

-Si hubiera estado al comienzo de la pelea, hubiera visto que el culpable de ella solo fui yo. Él solo se defendió, igual que hubiera hecho usted y cualquier otra persona de haber estado en su situación.

El señor Leestrange le miro inquisitivamente. ¿Qué es lo que intentaba hacer? ¿No se había enterado de que los dos estaban despedidos?

-Yo vi como se peleaban, acto suficientemente grave como para expulsarles del Ministerio.

-Lo entiendo perfectamente señor Leestrange, y por eso no reclamo nada en cuanto a mi despido, ya que fui yo el iniciador de la disputa (Nda. Jo! Q fina le ha quedado esta frase a James... nunca pensé que tuviera capacidad para decir algo así ^^). Y por la misma razón creo que Halter no debería ser despedido. Insisto en que el solo se defendió. Asumo toda la responsabilidad.

-¿Es usted consciente... - empezó lentamente el señor Leestrange, todavía pensando en las (finas) palabras de James - de que al asumir toda la responsabilidad, estará usted despedido del Ministerio e imposibilitado para volver a trabajar en él?

-Sí señor. (Nda. Por dentro estará pensando: ¡¡justo lo que quería!! Jejje... como si no le conociéramos)

-¿Y aun así asume toda la responsabilidad?

-Sí señor.

-Entonces... creo que si el señor Halter no tiene nada que añadir, y teniendo en cuenta de que lleva varios años trabajando para su departamento sin ninguna queja, podría hacer la vista gorda y solo abrirle un expediente por comportamiento, señor Halper.

Lo del expediente le supo a Erik como la gloria. No iba a ser despedido.

-En cuanto a usted, señor Potter, se irá. Si usted ha empezado una pelea hoy, puede empezarla en un futuro, y no estoy dispuesto.

-Sí señor.

-Y ahora pueden irse. Usted, Potter, pásese a ultima hora para cobrar el sueldo de lo que lleva de mes, incluido hoy.

-De acuerdo señor.

Salieron los dos. La puerta se cerro mágicamente tras ellos. Erik miro a James, rebosando agradecimiento.

-Muchas gracias.

James movió la mano, como indicando que no había sido nada.

-Mejor que despidan a uno que a los dos. Y además, te lo debía. (Nda. Este James cada vez me sorprende mas. Primero le pega y luego le salva de ser despedido... en el fondo es un tío legal)

Erik tendió la mano para que James se la estrechara.

-Verdaderamente Lily te merece. Cuídala bien, ¿de acuerdo? Es una chica estupenda.

Y con un paso alegre se marcho a trabajar.

James se quedo solo, pensando en que por fin podría volver a la tienda de bromas, cosa que (suponía él) alegraría a Sirius. También pensaba en cual seria el mejor día para abordar a Lily y hablar con ella en el sitio que tenia planeado.

Con los acontecimientos del día se había olvidado por completo de la carta que aun guardaba en el bolsillo de la túnica y que iba dirigida al director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería: Albus Dumbledore. (Nda. No es raro que se le haya olvidado. Casi se me olvida a mi Ò_ô y eso que soy la autora)