23. PODER DE PERSUASIÓN
James estaba muerto de frío. Había parado de llover, pero una brisa proveniente del Norte se le metía por el abrigo y le llegaba hasta los huesos. (Nda. Todas sus citas siempre están pasadas por agua jejje)
Se froto las manos y soplo dentro de ellas, en un vano intento por calentarlas. Lo único que salía de su boca era un denso vaho, no precisamente caliente.
Llevaba horas ahí. Hoy era el día que hablaría con Lily, tanto si ella quería como si no. Y se supone que le perdonaría y todo volvería a ser como en el restaurante. Todo iba a salir según lo planeado, o eso esperaba James. Pocas veces sus planes fallaban, ¿sería una de estas contadas veces? (Nda. Os confío que Sirius no ha participado en la creación del plan, por lo que tiene alguna posibilidad de éxito)
Había decidido ir un poco antes de que dieran las nueve, hora a la que Lily salía de trabajar normalmente. Pero no aparecía por mucho que James esperaba. Seguramente el señor Leestrange no habría encontrado a un sustituto para la vacante que él había dejado libre, y la pelirroja tendría mucho trabajo.
DIN, DIN, DIN...
La campana del gran reloj que adornaba la fachada del Ministerio sonó once veces seguidas, y James vio como una sombra pequeña se acercaba a la puerta principal. Se agazapo detrás de un matorral. No quería que le descubrieran antes de asegurarse que la que salía era Lily.
(Nda. Se que es un poco lioso... por eso os voy a explicar las situación. A ver... El sitio que James decidió elegir para sorprender a Lily es el jardín delantero del Ministerio. Por lo tanto, se ha escondido detrás de unos matorrales grandes donde no pueden verle y lleva ahí dos horas prácticamente sin poder moverse).
Pero no era Lils la que salía, sino un hombre bajito, algo rechoncho, calvo y con gafas. Todo lo contrario a la pelirroja vamos. James le reconoció como el señor Linnet-Ogilve, que muy frecuentemente consultaba con su padre sobre negocios.
James respiro hondo un par de veces. La paciencia de todo hombre tiene un limite, y la suya estaba empezando a llegar a ese punto critico. Suponía un gran esfuerzo de voluntad por su parte no entrar en el Ministerio y sacar allí a Lily, aunque fuera arrastras.
La puerta se volvió a abrir y James espero expectante. Pero la suerte parecía no acompañarle esa noche, porque eran dos mujeres y un hombre quienes salían, charlando amigablemente, de camino a sus respectivas casas.
Resoplo de frustración por un momento, que no fue muy largo. Su cara se convirtió en una mueca de asombro cuando vio a Lily salir acompañada. Esta claro que cuando se empieza mal, todo sigue mal; porque para mejorar la situación el acompañante era Erik. (Nda. Pobre James... todo todo todo todo le sale mal)
Evitando piedras y palitos que pudieran delatarle, se desplazo unos metros, para estar mas cerca de la pareja y escuchar su conversación. Se agacho detrás de unos arbustos con flores naranjas.
-¿Seguro que no quieres que te acompañe a casa? Pareces cansada.
-Tranquilo. Estoy bien.
-¿Seguro?
-Si. Todo va bien.
Pero no era cierto. Nada iba bien. Estaba peleada con Emi y encima habían echado a James del trabajo, y no solo eso, sino que también habían salvado a Erik de que perdiera su puesto. Estaba claro que absolutamente nada iba bien.
James levanto la varita y apunto al bolso de Lily. Había realizado ese hechizo miles de veces en Hogwarts, para abrir las mochilas de compañeros suyos, sobre todo de Snivellus (Es Snape. Lo sabrán quienes hayan leído el quinto libro). Se le abrió una costura, y todos los documentos, cosméticos y demás que llevaba Lily en el bolso cayeron estrepitosamente al suelo.
"Esta claro que cuando te levantas con el pie izquierdo..."
Era lo que necesitaba James. Un momento de distracción por parte de Lily, para acercarse a ella. Pero justo cuando iba a abordarle la voz de Erik interrumpió.
-¿Lily? ¿Necesitas ayuda?
-No pasa nada.
-De acuerdo. Te espero en la esquina. (Nda. Joder... que borde)
La figura de Erik se alejo con paso cansino.
"¿Qué le pasara?"
Desde que James había evitado que le echaran, había notado un alejamiento por parte de Erik. La evitaba en ocasiones en los pasillos, ya no era tan cariñoso con ella... vamos, que algo debía de haber pasado entre esos dos que la traían de cabeza.
Lily se encogió de hombros, sin saber que pensar. Ahora que Erik había desaparecido y que no se veía a nadie salir del edificio, James salió de su escondite y se acerco despacio, como si un ruido le pudiera costar la vida. Y en verdad era algo parecido, porque ¿podríais imaginaros la reacción de Lily si se diera la vuelta y se encontrara a un James semi-agachado, empapado de pies a cabeza y con clara intención de cogerla por la espalda? Las mínimas oportunidades que todavía conservaba para poder hablar con ella se convertirían en nulas en una milésima de segundo.
Fue muy rápido. La tapo la boca, para ahogar el grito que de seguro daría, mientras con la otra la sujetaba de la cintura y la arrastraba hacia un esquina, detrás de unos árboles, donde seria muy improbable que fueran vistos.
Lily tenia los ojos desorbitados, asustada por estar completamente desprotegida. Su varita estaba entre las cosas que habían caído al suelo. (Nda. Muy lista)
"¿Dónde esta Erik cuando se le necesita?"
James la dio la vuelta. Hasta ahora la había mantenido de espaldas a él, sin que ella pudiera verle la cara. Cuando Lily le reconoció, puso una cara de confusión tan cómica que James no pudo evitar sonreír.
"El mundo se ha vuelto loco, ¿desde cuando James se dedica a secuestrarme?"
-¿Me prometes no gritar Lils?
Lily asintió, dispuesta a montarle a James la bronca de su vida por haberla dado ese susto. (Nda. Si al final los hombres van a tener razón... no hay que fiarse de las mujeres)
-Esta bien - James aparto la mano de la boca de Lily.
-¿¿¿¿SE PUEDE SABER QUE HACES????
-Shhh... no grites...
-¡¡GRITO SI ME DA LA GANA!!
-Vale, pero shhh... (Nda. La tía no hace caso)
Lily al final bajo la voz. La curiosidad se le había abierto, y sabia que si quería enterarse de porque James quería secuestrarla, no debían de llamar la atención.
-Esta bien, pero dime de una vez que es lo que quieres.
-Hablar contigo, ¿tan raro te parece?
-¿Y para eso tienes que secuestrarme?
-No te he secuestrado.
-Si lo has hecho.
-No lo he... - James resoplo. No era exactamente un secuestro... pero algo así - Bueno, dejémoslo ¿vale? El caso es que sino no hubieras querido hablar conmigo.
-¡En eso tienes razón! Y ahora que lo dices... ¡me voy!
-¡No! Espera un momento Lils... - la agarro por la muñeca - Déjame explicártelo todo, por favor.
-No hay nada que explicar - contesto la pelirroja mirando al suelo.
-Hay mucho que explicar y mucho que tu tienes que entender. Cometí un error al...
-BESAR A ESA ZORRA. SI, ¡LO SE!
-Baja la voz... ¡y sabes que eso no es cierto! Ella fue la que me beso. Yo la aparte. ¡¡Tu lo viste!! ¿Por qué te empeñas en cerrar los ojos?
Lily se quedo callada. ¿Tendría razón James? Si. Ella había visto como Loraine le besaba y como había caído al suelo después del empujón de James para quitársela de encima. Había visto la humillación y la sorpresa en la cara de la chica...la furia en la cara de James... Entonces, ¿por qué no le perdonaba? ¿Por qué seguía negando la verdad que conocía? ¿Tal vez por miedo? ¿Pero miedo a que? ¿A comprometerse? ¿Al dolor si la relación no funcionaba? Tal vez fuera un poco de todo.
-¿Qué dices Lils? ¿Me perdonas o vas a seguir haciendo el tonto?
Tras esa pregunta que hubiera podido ofenderla en otro tiempo, Lily vio la suplica que se escondía detrás de ella.
Por un momento no supo que contestar. Se sentía como una niña pequeña, sin capacidad para decidir. Miro a James. Y vio como éste estaba inquieto por su silencio, que tal vez se alargaba demasiado.
-¿Lils? Si necesitas pensarlo... yo te doy tiempo (Nda. Que monoooo... ^^)
Una lagrima rodó por la mejilla de Lily, quien no hizo ningún amago de quitársela. James pensó que nunca la había visto tan triste y a la vez tan bella.
-No James. Tienes razón. He sido una tonta por no creerte. Pero estoy hecha un lió y no se que pensar... y tampoco se porque he actuado así... Siempre he sabido que estaba equivocada, pero no lo admitía... y... siento haberte tratado así... porque creo que te quiero... - James la miro con adoración - aunque eso no quita que a veces te lo merecieras... pero ese no es el caso, y entendería si no quisieras perdonarme...
-¡Lily! ... ¿Puedo besarte?
La pregunta la desconcertó en un principio, pero no se resistió y poso sus labios sobre los de él.
"Siempre acaba por convencerme"
* * * *
Erik volvió al lugar donde había dejado a Lily sola, incapaz de ocultar su preocupación por su tardanza. Cuando llego solo vio las cosas de Lily todavía tiradas en el suelo y una pareja en la esquina besándose con pasión. Sonrió resignado.
(Nda. Y de ahí el titulo del fic... Poder de Persuasión es poder de convencimiento. Por eso la ultima frase. Y ahora tengo una sorpresa para vosotros... también lo ha sido para mi, ya que no pensaba hacerlo... pero he hecho una capitulo... que aunque solo tiene media hoja, es divertido. Ya veréis...)
James estaba muerto de frío. Había parado de llover, pero una brisa proveniente del Norte se le metía por el abrigo y le llegaba hasta los huesos. (Nda. Todas sus citas siempre están pasadas por agua jejje)
Se froto las manos y soplo dentro de ellas, en un vano intento por calentarlas. Lo único que salía de su boca era un denso vaho, no precisamente caliente.
Llevaba horas ahí. Hoy era el día que hablaría con Lily, tanto si ella quería como si no. Y se supone que le perdonaría y todo volvería a ser como en el restaurante. Todo iba a salir según lo planeado, o eso esperaba James. Pocas veces sus planes fallaban, ¿sería una de estas contadas veces? (Nda. Os confío que Sirius no ha participado en la creación del plan, por lo que tiene alguna posibilidad de éxito)
Había decidido ir un poco antes de que dieran las nueve, hora a la que Lily salía de trabajar normalmente. Pero no aparecía por mucho que James esperaba. Seguramente el señor Leestrange no habría encontrado a un sustituto para la vacante que él había dejado libre, y la pelirroja tendría mucho trabajo.
DIN, DIN, DIN...
La campana del gran reloj que adornaba la fachada del Ministerio sonó once veces seguidas, y James vio como una sombra pequeña se acercaba a la puerta principal. Se agazapo detrás de un matorral. No quería que le descubrieran antes de asegurarse que la que salía era Lily.
(Nda. Se que es un poco lioso... por eso os voy a explicar las situación. A ver... El sitio que James decidió elegir para sorprender a Lily es el jardín delantero del Ministerio. Por lo tanto, se ha escondido detrás de unos matorrales grandes donde no pueden verle y lleva ahí dos horas prácticamente sin poder moverse).
Pero no era Lils la que salía, sino un hombre bajito, algo rechoncho, calvo y con gafas. Todo lo contrario a la pelirroja vamos. James le reconoció como el señor Linnet-Ogilve, que muy frecuentemente consultaba con su padre sobre negocios.
James respiro hondo un par de veces. La paciencia de todo hombre tiene un limite, y la suya estaba empezando a llegar a ese punto critico. Suponía un gran esfuerzo de voluntad por su parte no entrar en el Ministerio y sacar allí a Lily, aunque fuera arrastras.
La puerta se volvió a abrir y James espero expectante. Pero la suerte parecía no acompañarle esa noche, porque eran dos mujeres y un hombre quienes salían, charlando amigablemente, de camino a sus respectivas casas.
Resoplo de frustración por un momento, que no fue muy largo. Su cara se convirtió en una mueca de asombro cuando vio a Lily salir acompañada. Esta claro que cuando se empieza mal, todo sigue mal; porque para mejorar la situación el acompañante era Erik. (Nda. Pobre James... todo todo todo todo le sale mal)
Evitando piedras y palitos que pudieran delatarle, se desplazo unos metros, para estar mas cerca de la pareja y escuchar su conversación. Se agacho detrás de unos arbustos con flores naranjas.
-¿Seguro que no quieres que te acompañe a casa? Pareces cansada.
-Tranquilo. Estoy bien.
-¿Seguro?
-Si. Todo va bien.
Pero no era cierto. Nada iba bien. Estaba peleada con Emi y encima habían echado a James del trabajo, y no solo eso, sino que también habían salvado a Erik de que perdiera su puesto. Estaba claro que absolutamente nada iba bien.
James levanto la varita y apunto al bolso de Lily. Había realizado ese hechizo miles de veces en Hogwarts, para abrir las mochilas de compañeros suyos, sobre todo de Snivellus (Es Snape. Lo sabrán quienes hayan leído el quinto libro). Se le abrió una costura, y todos los documentos, cosméticos y demás que llevaba Lily en el bolso cayeron estrepitosamente al suelo.
"Esta claro que cuando te levantas con el pie izquierdo..."
Era lo que necesitaba James. Un momento de distracción por parte de Lily, para acercarse a ella. Pero justo cuando iba a abordarle la voz de Erik interrumpió.
-¿Lily? ¿Necesitas ayuda?
-No pasa nada.
-De acuerdo. Te espero en la esquina. (Nda. Joder... que borde)
La figura de Erik se alejo con paso cansino.
"¿Qué le pasara?"
Desde que James había evitado que le echaran, había notado un alejamiento por parte de Erik. La evitaba en ocasiones en los pasillos, ya no era tan cariñoso con ella... vamos, que algo debía de haber pasado entre esos dos que la traían de cabeza.
Lily se encogió de hombros, sin saber que pensar. Ahora que Erik había desaparecido y que no se veía a nadie salir del edificio, James salió de su escondite y se acerco despacio, como si un ruido le pudiera costar la vida. Y en verdad era algo parecido, porque ¿podríais imaginaros la reacción de Lily si se diera la vuelta y se encontrara a un James semi-agachado, empapado de pies a cabeza y con clara intención de cogerla por la espalda? Las mínimas oportunidades que todavía conservaba para poder hablar con ella se convertirían en nulas en una milésima de segundo.
Fue muy rápido. La tapo la boca, para ahogar el grito que de seguro daría, mientras con la otra la sujetaba de la cintura y la arrastraba hacia un esquina, detrás de unos árboles, donde seria muy improbable que fueran vistos.
Lily tenia los ojos desorbitados, asustada por estar completamente desprotegida. Su varita estaba entre las cosas que habían caído al suelo. (Nda. Muy lista)
"¿Dónde esta Erik cuando se le necesita?"
James la dio la vuelta. Hasta ahora la había mantenido de espaldas a él, sin que ella pudiera verle la cara. Cuando Lily le reconoció, puso una cara de confusión tan cómica que James no pudo evitar sonreír.
"El mundo se ha vuelto loco, ¿desde cuando James se dedica a secuestrarme?"
-¿Me prometes no gritar Lils?
Lily asintió, dispuesta a montarle a James la bronca de su vida por haberla dado ese susto. (Nda. Si al final los hombres van a tener razón... no hay que fiarse de las mujeres)
-Esta bien - James aparto la mano de la boca de Lily.
-¿¿¿¿SE PUEDE SABER QUE HACES????
-Shhh... no grites...
-¡¡GRITO SI ME DA LA GANA!!
-Vale, pero shhh... (Nda. La tía no hace caso)
Lily al final bajo la voz. La curiosidad se le había abierto, y sabia que si quería enterarse de porque James quería secuestrarla, no debían de llamar la atención.
-Esta bien, pero dime de una vez que es lo que quieres.
-Hablar contigo, ¿tan raro te parece?
-¿Y para eso tienes que secuestrarme?
-No te he secuestrado.
-Si lo has hecho.
-No lo he... - James resoplo. No era exactamente un secuestro... pero algo así - Bueno, dejémoslo ¿vale? El caso es que sino no hubieras querido hablar conmigo.
-¡En eso tienes razón! Y ahora que lo dices... ¡me voy!
-¡No! Espera un momento Lils... - la agarro por la muñeca - Déjame explicártelo todo, por favor.
-No hay nada que explicar - contesto la pelirroja mirando al suelo.
-Hay mucho que explicar y mucho que tu tienes que entender. Cometí un error al...
-BESAR A ESA ZORRA. SI, ¡LO SE!
-Baja la voz... ¡y sabes que eso no es cierto! Ella fue la que me beso. Yo la aparte. ¡¡Tu lo viste!! ¿Por qué te empeñas en cerrar los ojos?
Lily se quedo callada. ¿Tendría razón James? Si. Ella había visto como Loraine le besaba y como había caído al suelo después del empujón de James para quitársela de encima. Había visto la humillación y la sorpresa en la cara de la chica...la furia en la cara de James... Entonces, ¿por qué no le perdonaba? ¿Por qué seguía negando la verdad que conocía? ¿Tal vez por miedo? ¿Pero miedo a que? ¿A comprometerse? ¿Al dolor si la relación no funcionaba? Tal vez fuera un poco de todo.
-¿Qué dices Lils? ¿Me perdonas o vas a seguir haciendo el tonto?
Tras esa pregunta que hubiera podido ofenderla en otro tiempo, Lily vio la suplica que se escondía detrás de ella.
Por un momento no supo que contestar. Se sentía como una niña pequeña, sin capacidad para decidir. Miro a James. Y vio como éste estaba inquieto por su silencio, que tal vez se alargaba demasiado.
-¿Lils? Si necesitas pensarlo... yo te doy tiempo (Nda. Que monoooo... ^^)
Una lagrima rodó por la mejilla de Lily, quien no hizo ningún amago de quitársela. James pensó que nunca la había visto tan triste y a la vez tan bella.
-No James. Tienes razón. He sido una tonta por no creerte. Pero estoy hecha un lió y no se que pensar... y tampoco se porque he actuado así... Siempre he sabido que estaba equivocada, pero no lo admitía... y... siento haberte tratado así... porque creo que te quiero... - James la miro con adoración - aunque eso no quita que a veces te lo merecieras... pero ese no es el caso, y entendería si no quisieras perdonarme...
-¡Lily! ... ¿Puedo besarte?
La pregunta la desconcertó en un principio, pero no se resistió y poso sus labios sobre los de él.
"Siempre acaba por convencerme"
* * * *
Erik volvió al lugar donde había dejado a Lily sola, incapaz de ocultar su preocupación por su tardanza. Cuando llego solo vio las cosas de Lily todavía tiradas en el suelo y una pareja en la esquina besándose con pasión. Sonrió resignado.
(Nda. Y de ahí el titulo del fic... Poder de Persuasión es poder de convencimiento. Por eso la ultima frase. Y ahora tengo una sorpresa para vosotros... también lo ha sido para mi, ya que no pensaba hacerlo... pero he hecho una capitulo... que aunque solo tiene media hoja, es divertido. Ya veréis...)
