Holaaaaaaa!!! Perdón por la tardanza!!! Pero es que claro, ahora escribo dos fics a la vez y además tengo más trabajo, por aquello de que he empezado bachiller... espero de todas formas que os guste el capítulo (nada del otro mundo, la verdad ^^'). Mejor me despido y dejo que lo juzguéis vosotros mismos. Hasta ahora!! -_^
3. Tres hermanos y un sombrero
—Bueno, ya hemos llegado.
Sirius soltó el carrito para llevar el equipaje, que consistía en un abultado baúl y un par de jaulas que contenían un gripnie azul y una lechuza blanca. Harry miró a su alrededor y se percató de las miradas extrañadas que estaban recibiendo. Era el día uno de septiembre y acababan de entrar en la estación King Cross. Se hallaban parados justo delante de la barrera que dividía los andenes nueve y diez. El lugar estaba lleno de gente apresurada que caminaba de un lado para otro, muchos sin mirarlos, pero ya empezaban a llamar la atención, sobre todo por el ulular inquieto de Hedwig.
—Ahora lo llevas tú —indicó Sirius señalando al baúl, con expresión de fastidio—. Pero mejor que te des prisa, no me gusta como me mira la vieja esa.
Harry se acercó al carrito y lo cogió sin protestar. Miró a su alrededor, sin ver a la mujer en cuestión.
—No la veo. ¿Qué pasa? ¿Te está mirando mal? —preguntó, echando a caminar hacia la barrera como quien no quiere la cosa.
—No, si fuera así no me preocuparía lo más mínimo… ¡agh! ¡Corre, me acaba de guiñar un ojo!
Reprimiendo una carcajada para no llamar la atención, Harry se aseguró rápidamente de que no había moros en la costa y echó a correr hacia la barrera. En cuestión de unos segundos la había atravesado, hallándose en un largo andén, repleto de gente que charlaba animadamente, casi todos transportando pesados baúles, jaulas y cajas que contenían criaturas de todo tipo y muchos otros también ataviados con túnicas. Un larguísimo tren de vapor color rojo esperaba parado como una enorme serpiente a la izquierda del andén.
Poco después de dar los primeros pasos por el lugar, Harry oyó a Sirius aparecer por detrás de él. Juntos echaron a andar para buscar caras conocidas. Harry reconoció a muchos compañeros de clase, como Dean y Seamus, que le saludaron al pasar, y a muchos otros del colegio. No tardó en reconocer a un grupo de cabezas pelirrojas que se encontraban hacia la mitad del andén. Corrió hacia ellos seguido de Sirius. Los pelirrojos, que desde luego eran los Weasleys, se percataron de su presencia aún antes de que los alcanzara.
—¡Eh, es Harry! —exclamó Ginny, señalando hacia él.
Harry llegó y se saludaron efusivamente. Notó que faltaban muchos miembros de la familia Weasley. De todos los hermanos sólo estaban Ron y Ginny, además de sus padres. Claro, Fred y George ya habían dejado el colegio. Harry pensó lo raro que sería no tenerlos por allí aquel año. No habían intercambiado más que unas palabras de saludo, cuando Hermione apareció con sus padres y se unió al grupo. Mientras los cuatro chicos se intercambiaban noticias del verano, Sirius se acercó al señor Weasley para cuestionar asuntos del Ministerio, ya que estaba en vías de ser re-admitido en el departamento de Aurores.
—¿Y qué tal te ha ido, Harry? —preguntaba Hermione mientras tanto—. Con Sirius y Remus, me refiero.
—¿Pues cómo me iba a ir? ¡Ha sido el mejor verano de mi vida! En cualquier caso, infinitamente mejor que cualquiera pasado con los Dursleys —dijo Harry, feliz.
—Qué suerte, tío. Si no hubieran atrapado a Pettegrew en junio… —Ron no terminó la frase, dando a entender con ello lo horrible que habría sido.
—Hablando de junio —intervino Hermione, poniéndose seria de repente y bajando la voz—. ¿No han vuelto a haber noticias de Él desde entonces?
—¿Eh? ¿De Pettegrew? —preguntó Ron, sin entender.
—No, de Quién-Vosotros-Sabéis —aclaró Hermione, impaciente. Miró a Harry antes de añadir— ¿No sabes nada nuevo, Harry?
—No —Harry se sentía muy raro pero de alguna manera contento por el hecho de ser él quien recibía las preguntas después del verano y no quien las hacía—. Absolutamente nada. No sé… es como si hubiera desaparecido otra vez de repente, o algo.
—¿No decís que se llevó su merecido aquel día, en el ataque? —preguntó Ginny—. Puede que fuera su final definitivo.
—¡Sí! Bueno, es posible, ¿no? —saltó Ron.
—No creo. No lo encontraron cuando fueron a buscarlo y es muy probable que se halle escondido tramando algo. De todas formas vuelve a estar escaso de poderes, yo no me preocuparía en exceso —explicó Harry.
—Pues yo sí me preocuparía, Harry. Sigue siendo poderoso y todavía cuenta con seguidores. No es prudente hacer como si no pasara nada —dijo Hermione.
—No hago como si no pasara nada, pero llevo algunos años sin preocuparme por otra cosa. Me gustaría tener un respiro de vez en cuando —replicó Harry, irritado.
—Ya, bueno, sólo sugiero que no bajemos la guardia. El año pasado tuvimos muchos problemas aún estando preparados —se explicó la chica, tranquila.
Ron se encogió de hombros.
—Bien, vale. ¿Podemos cambiar de tema? Para empezar el curso no es que sea muy ameno —dijo, con una mueca de disgusto.
Ginny soltó una risita.
—Pues es verdad. ¡Aún no hemos entrado en Hogwarts y ya nos estamos preocupando por si nos matan! —bromeó.
—¿Sí? Bien, podéis uniros al club —ironizó Harry amargamente.
Todos rieron menos Hermione, quien solía mover la cabeza silenciosamente ante las ironías. Neville pasó a su lado en ese momento, con su abuela, y tras saludarlos momentáneamente se encaminó hacia el tren. Harry pensó con felicidad en el nuevo año que les esperaba. Tenía la sensación que iba a ser un curso realmente bueno, y por extraño que parezca, no conseguía preocuparse. Ni siquiera las advertencias de Hermione habían hecho mella en su positivo estado de ánimo. Mientras pensaba, vio a Cho-Chang que charlaba con unas amigas cerca de la puerta del tren. Sus miradas se cruzaron y Harry desvió la vista rápidamente, mientras el corazón le daba un vuelco.
—¿Sabéis lo que me preocupa a mi de verdad? —volvió a hablar Ron, al cabo de un momento—. El nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras. No estaría mal que por una vez fuera decente.
—¡El del año pasado era decente! —saltó Hermione, sin pensárselo ni un segundo.
Todos la miraron incrédulos. La chica notó que se le subían los colores, mientras buscaba algo apropiado que añadir.
—Eh… quiero decir dando clase. Dando clase era decente —aclaró, algo sofocada, sobre todo por la mirada rabiosa que le estaba lanzando Ron.
—Me refiero decente a escala completa —dijo Ron, molesto—. Me da igual que sea bueno dando clase si su pasatiempo preferido son las sesiones de tortura en los ratos libres.
Hermione frunció el ceño mientras Harry y Ginny esperaban a que se desatara una nueva discusión entre la reciente pareja.
—Eres un exagerado y un celoso —replicó.
—No soy celoso, tú te enamoras de todos los profesores —contraatacó Ron—. Da igual lo que hagan, tú siempre los defiendes. Primero fue Lockhart y ahora Darkwoolf, ¿qué diferencia hay?
—¡Eso es falso! —protestó Hermione—. Y además, ¿quién te dice que el de este año no podría ser aún peor? Tengo derecho a pensar eso, ¿no?
Ron soltó una carcajada sarcástica.
—¿Peor? —dijo, incrédulo—.Dudo que haya alguien peor que el megalómano ese que tanto te gusta.
Hermione iba a replicar, furiosa, pero antes de que pudiera decir nada, alguien lo hizo por ella.
—Bueno, Ron, es obvio que no te has parado a pensarlo detenidamente —dijo una voz fría a sus espaldas.
Todos se giraron hacia la voz, cuya dueña no era otra que Krysta. Venía sola, estirando de un baúl a sus espaldas con a mano derecha y sosteniendo la jaula de su ave acuática con la otra. Miraba a Ron con lo que sin duda era una expresión de molestia. Ron no supo qué contestar, mirándola asombrado, pero Ginny salvó la situación.
—¡Hola Krysta! Me alegro de verte, hace mucho desde la última vez —saludó—. ¿Vienes sola?
—Sí, el megalómano tenía trabajo, por lo visto, así que no me ha podido acompañar. No es mucho problema, si vives en Londres y sabes coger el metro —aclaró, todavía con aspecto de estar enfadada.
—Oh, bueno, vaya… —contestó Ginny, algo perdida.
—¿Trabajo? —todos se giraron hacia Sirius, que había cortado momentáneamente su conversación con los señores Weasley y había intervenido—. Claro, sería el contrato de Remus, ha salido esta mañana temprano para el ministerio. ¿No es eso?
—Sí, mi tío no se lo podía saltar —confirmó Krysta.
De pronto, sus ojos se agrandaron al fijarlos en algo o alguien que estaba en algún punto impreciso situado por detrás de Sirius. La expresión fría pasó a convertirse en otra de absoluto horror. Se volvió rápidamente hacia el grupo y dijo, apresuradamente:
—Si me disculpáis, voy a buscar a mis amigas de Ravenclaw… yo… eh, hace mucho que no las veo —y tirando del baúl salió a todo correr hacia el tren.
Los otros cuatro se miraron cuando desapareció.
—¿Y eso? —preguntó Ginny.
—La has ofendido, Ron —reprochó Hermione, mirando disgustada al pelirrojo—. ¿No podías tener más tacto?
—¡Oye, que no la había visto! Y no he dicho más que la verdad… si de todas formas, ella era siempre la primera que lo insultaba.
—Como de costumbre, no entiendes nada —replicó Hermione disgustada—. Es evidente que a pesar de todo Andrew le importa, y no pretenderás que se tome con buen humor tus idioteces después de lo que pasó el año pasado.
Ron iba a replicar, fastidiado, pero Harry no le dio ocasión.
—Da igual, chicos, no se ha ido por eso. No sé qué es lo que ha visto por allá que…
—Creo que ahí tenéis la respuesta —interrumpió Ginny señalando a un chico que venía andando hacia ellos.
Era aproximadamente de su edad, con el pelo castaño ondulado y repeinado, los ojos grises, y la cara redonda y pecosa. Caminaba junto a un joven más alto y que parecía algo mayor, charlando animadamente. Ambos se parecían bastante, pero el más alto tenía la cara más afilada y carecía de pecas. Por lo demás era muy parecido.
—No veo la respuesta por ninguna parte —dijo Hermione.
—Pues yo sí. ¿Habíais visto a esos dos alguna vez? Yo no, seguro que uno es el italiano ese del que nos habló en el Callejón Diagon.
—¡Ah, ya! —dijo Harry cayendo en la cuenta.
—¿Italiano? —preguntó Hermione que aún no entendía nada.
—Bueno, en realidad es inglés, —explicó Harry— pero por lo que nos contó Krysta lleva viviendo en Italia unos seis años, y por eso no llegó a entrar en Hogwarts. Krysta no lo puede ni ver, porque según ella es un auténtico plomo.
—¡Lo que pasa es que se la intentó ligar! —rió Ron.
Hermione comprendió por fin el asunto.
—Bueno, pues ya que ella ha subido ya al tren, ¿por qué no vamos también nosotros? No creo que tarde en salir —dijo.
Los otros, percatándose de que ya casi todos los alumnos habían subido y de que podían quedarse con un sitio muy malo, le hicieron caso y se dirigieron hacia el vehículo, no sin antes despedirse de sus respectivos familiares y amigos. Luego, subieron los baúles y el resto del equipaje (no con poco esfuerzo) y cruzaron el pasillo buscando algún compartimento vacío. En el camino se encontraron con el joven que momentos antes había estado hablando con Derek Velian. Este les lanzó una inexpresiva mirada y siguió su camino sin inmutarse.
Por fin encontraron un compartimento. Tras guardar el equipaje se pegaron a la ventana para saludar desde ella. Harry le hizo un gesto a Sirius, que se lo devolvió risueño. Por una vez, Harry tenía a un familiar que le despedía en el andén (o lo más parecido a un familiar). No tuvieron que esperar mucho para que el tren se pusiera en marcha. Se mantuvieron junto a la ventana mientras el tren arrancaba pesadamente y hasta que ya no pudieron ver la estación. Una vez más, emprendían el viaje de vuelta a Hogwarts.
* * *
El viaje en tren había sido largo, pero ameno. Echaron mucho en falta las acostumbradas visitas de Fred y George vendiéndoles artículos de broma, y se asombraron de que Malfoy no apareciera como siempre en su compartimento con ganas de montar gresca, pero aún así el viaje se les había pasado rápidamente. Hacía ya un rato que habían bajado del tren y habían montado en los carruajes que debían transportarlos hasta el castillo. Ahora dejaban los carruajes y se colocaban delante de las puertas del castillo. Arrullados por la calma de la noche, tremendamente oscura por el cielo nublado de principios de septiembre, esperaron a que se les permitiera entrar. Pronto apareció la profesora McGonagall y abriendo las puertas les indicó que pasaran. Lo más ordenadamente posible todos pasaron al vestíbulo, a través del cual los guió la profesora McGonagall para conducirlos al comedor. Como ya iba siendo costumbre después de tantos años, nada más la profesora les pidió silencio, todos se pusieron a hablar animadamente y corrieron hacia sus respectivas mesas. En pocos segundos, el Gran Comedor había cobrado vida, llenándose con las voces de los cientos de alumnos que estudiaban en el colegio. Mientras se sentaba, Harry vio a Krysta tomar sitio en la mesa de Ravenclaw junto a sus amigas y también a Draco Malfoy, un poco más hacia allá, flanqueado por sus dos gorilas particulares y con su acostumbrada mueca despreciativa en los labios. Harry decidió hacerle caso omiso. Había dirigido su vista hacia Hermione, que tomaba asiento a su lado en ese momento, cuando una voz cercana llamó su atención.
—¡Ey, Harry!
Se giró rápidamente y sonrió cuando descubrió a quién pertenecía la voz.
—¡Ana! ¡Cuánto tiempo!
La chica, que efectivamente era Ana Hinns, su amiga de segundo curso (y fan consumada de él) le dedicó una espléndida sonrisa. Harry notó que no había cambiado demasiado, aunque estaba ligeramente más alta y menos rechoncha, además llevaba una túnica nueva que no le venía grande como la antigua. Por lo demás era como siempre, con su pelo castaño claro recogido en una larga coleta y sus ojos oscuros y burlones.
—¿Sí, verdad? ¿Has pasado un buen verano?
—Sí, ha sido genia…
—¡El mío también! —interrumpió Ana excitada, sin dejarle terminar—. Me fui ¿sabes adónde? ¡A Egipto! ¡Sí! ¿Conoces la isla de Faros? ¡Pues allí! Es preciosa, y está llena de gente mágica… hay hasta un museo mágico. La pena es que no lo pudimos ver, porque se ve que hubo un robo o algo así, y de todas formas, nuestro organizador (era un viaje organizado) desapareció. Pero da igual, valió la pena…aunque mis padres se quedaron con las ganas de verlo…
—¿Tus padres son magos? —interrumpió Harry, antes de que Ana le contara todo su viaje sin omitir ni un detalle.
—No, son muggles los dos, pero les gusta tanto la magia que casi como si lo fueran. Siempre se lo pasaban en grande con mi prima, que estudió en Hogwarts, así que cuando descubrieron que yo también era una bruja se pusieron contentísimos. Son algo fantasiosos, ¿sabes? —explicó Ana, cuya facilidad para cambiar de tema rebasaba lo imaginable.
Podría haber seguido contando la vida y milagros de sus padres si no fuera porque Hermione, que estaba sentada junto a Harry, intervino en ese momento.
—¡Ana! ¡Hace un montón que no te veo! ¿Has pasado un buen verano? ¡No te hemos visto en el tren! —saludó, sorprendida.
Ana se quedó inexplicablemente muda un momento y pareció ruborizarse ligeramente. Luego dijo:
—Sí, bueno… claro, es que estaba con los slytherins, por eso no nos hemos visto.
Harry, Ron y Hermione se miraron significativamente e intercambiaron sonrisas de picardía. "Jill" pensaron los tres a un tiempo.
En ese instante, la puerta del Gran Comedor se abrió con un crujido, dando paso a Hagrid con los nuevos de primer año, casi todos asustados. La atención del grupo se desvió casi inmediatamente hacia los recién llegados y durante un rato guardaron silencio, mientras el sombrero seleccionador cantaba su canción, la profesora McGonagall salía al frente de la mesa de profesores, se acercaba al sombrero seleccionador y empezaba a recitar nombres. Harry se mantuvo callado más por respeto que por interés, puesto que después de cinco años viviendo la misma ceremonia una y otra vez, ya estaba más que aburrido de ella. Pasó bastante tiempo pensando en las musarañas y aplaudiendo mecánicamente cada vez que alguien era seleccionado para Gryffindor. Al cabo de mucho, la voz de Dumbledore se hizo oír en el Gran Comedor. Harry pensó que la selección había terminado, y se dispuso a escuchar el discurso final de todos los años, pero el director le dio una sorpresa.
—Llegados a este punto en la ceremonia de selección —empezó—, debo anunciar la entrada de tres alumnos nuevos al colegio, en condiciones algo diferentes. Los tres son hermanos y han venido este verano desde Italia para instalarse en Inglaterra. Por ello hemos reservado su selección hasta el final, y puesto que todos estamos impacientes por empezar a cenar, no nos demoraremos más —Dirigió su mirada a Minerva McGonagall—. Cuando quiera, profesora McGonagall.
El director se volvió a sentar, risueño, y la profesora McGonagall reanudó su enumeración de nombres, aunque esta vez algo más concisa
—Cyrus Velian, séptimo curso.
Harry se estiró un poco para ver mejor y distinguió al joven que había visto aquella mañana en la estación, hablando con Derek. Cyrus parecía una versión más estirada de su hermano, pero sin pecas. Caminó tranquilamente hacia el sombrero, se sentó inexpresivo en el taburete y se lo caló en la cabeza, por donde resbaló hasta ser detenido por su larga nariz. Pasaron unos segundos, y el sombrero decidió.
—¡SLYTHERIN!
El ánimo se despertó en la mesa de Slytherin. Todos aplaudieron y silbaron, dándole la bienvenida. Cyrus se quitó el sombrero, lo dejó en su sitio con cuidado y dirigió sus pasos hacia la mesa de Slytherin, al parecer en absoluto nervioso. La profesora McGonagall continuó.
—Derek Velian, sexto curso.
Derek salió caminando rápidamente desde la izquierda de la sala y se acercó al sombrero. Llevaba una sonrisa encantada en a cara, y caminaba muy estirado, pomposo. Su resplandeciente ánimo contrastaba de manera especial con la indiferente actitud de su hermano momentos antes.
Se colocó el sombrero como con prisas y esperó. Derek fue un candidato difícil para el sombrero. Pasaron cerca de cuatro minutos, pero finalmente hubo un resultado.
—¡RAVENCLAW!
Se levantó feliz y corrió hacia la mesa azul, que era ahora la que aplaudía y gritaba más fuerte. Harry pudo ver la expresión de disgusto de Krysta. Casi sintió pena por ella, pero era el turno del último Velian. Harry se estiró aún más, preguntándose quién sería. La profesora McGnagall habló de nuevo.
—Helena Velian, primer curso.
Una niña bajita y muy delgada apareció caminando rápidamente y cabizbaja ante la vista de todos. Parecía tremendamente nerviosa. A diferencia de los otros dos, no compartía ningún parecido físico con sus hermanos. Era de piel muy blanca, con una corta melena de pelo liso, rubio y en poca cantidad. Los grandísimos ojos color verde pálido miraban tímidos hacia el suelo y las mejillas le brillaban coloradas. Cogió el sombrero con sus manos temblorosas y se lo puso. Este resbaló hasta casi los hombros. No pasó mucho rato, y el sombrero gritó:
—¡HUFFLEPUFF!
Al quitarse el sombrero, Helena pareció algo consternada. La mesa de Hufflepuff le dio la bienvenida alegremente, pero mientras se sentaba, Harry pudo apreciar las furtivas miradas que dirigía hacia las mesas de Ravenclaw y Slytherin. Sin duda le hubiera gustado estar con cualquiera de sus hermanos. Helena parecía la más insegura y tímida de los tres.
—Qué cosas, ¿no? Son hermanos y cada uno está en una casa —comentó Ron.
Harry no se extrañó de que a Ron le resultara raro ese hecho, puesto que en su casa eran siete hermanos y todos sin excepción habían ido a Gryffindor como él. Sonrió mientras la profesora McGonagall daba por concluida la selección y el director se ponía de nuevo en pie para hablar.
—Muy bien, resuelto por fin este asuntillo, no me queda más que desearos una buena cena... pero antes —añadió con cierta picardía, viendo el entusiasmo que ponían algunos alumnos con respecto a los platos vacíos de la mesa—, quisiera presentaros a vuestra nueva profesora de defensa contra las artes oscuras, aquí presente.
Harry se dio cuenta repentinamente de que no se había fijado en la persona extraña que se hallaba sentada en una esquina de la mesa de profesores. Hubo muchos murmullos en la sala cuando Dumbledore señaló con un gesto amable hacia el lugar donde se hallaba sentada la persona en cuestión. Esta era efectivamente una mujer. No parecía muy mayor, quizá tendría los treinta y tres. Tenía la tez ligeramente oscura y el pelo negro, muy rizado con reflejos castaños que le caía por la espalda. Parecía ser de proporciones medias, tanto en altura como en peso. Su forma de vestir era bastante peculiar. Consistía en una túnica de estilo clásico, como la de las antiguas romanas, de color verde botella. Una cinta plateada se la ceñía a la cintura y dos broches también color plata se la sujetaban en los hombros. Llevaba sandalias de tiras en los pies. Sonreía agradecida, pero Harry pudo distinguir alguna clase de aura melancólica que daba la sensación de rodearla. Sus ojos, de color verde muy oscuro y profundo, parecían apagados. Se la podía considerar una mujer guapa, y algunos alumnos lanzaban miradas hacia ella que contenían algo más que simple curiosidad. Sin embargo, Harry no prestó atención a este asunto. El director había dicho algunas palabras más de bienvenida hacia la mujer, aclarando que su nombre era Lucy, Lucy Montblanc. Al acabar, fue ella la que se dirigió hacia el comedor en general.
—Muchas gracias a todos. Me siento muy complacida de estar aquí... y espero hacerlo lo mejor posible.
Harry se sorprendió. El habla de esa mujer tenía un toque extraño, como un acento extranjero. Si el inglés es un idioma que se caracteriza por su pronunciación gutural y golpes de voz en las consonantes, Lucy lo hacía precisamente al revés. Lo hablaba perfectamente, pero su pronunciación era clara y marcada, exagerando, a juicio de Harry, todas las vocales. Hermione también parecía sorprendida. Cuando acabaron todos los trámites y rituales anuales, y por fin se llenaron los platos de comida, se dirigió a sus amigos.
—¿Habéis notado su acento? No hay duda de que es extranjera.
—Sí, bueno... será francesa, o italiana, o vete a saber qué. No es que me importe, la verdad —dijo Ron, que ya estaba comiéndose el filete de su plato con avidez.
—No, francesa no es, pronuncia bien la erre y además hace las vocales muy raras —siguió Hermione, pensativa.
—Bien, vale, pues siempre se lo puedes preguntar a ella... ¿te vas a comer eso? —Ron señaló con el cuchillo hacia el plato de Hermione.
Hermione frunció el ceño.
—Claro que sí, pedazo de gordo —dijo, apoderándose de sus cubiertos y empezando a utilizarlos antes de que Ron tomara cartas en el asunto.
Ron sonrió mientras Hermione le sacaba la lengua y Harry se centró también en su cena. Ron y Hermione tenían una manera muy peculiar de tomarse las relaciones, aunque no podía negar que le divertían.
Pasaron un buen rato charlando e intercambiando novedades con los compañeros del curso. Neville parecía haber madurado su autoestima ese verano, se lo notaba como más seguro, más tranquilo. Por su parte, Dean y Seamus estaban inmersos en una de sus interminables discusiones acerca del fútbol y el quidditch, mientras Parvati y Lavender comentaban las nuevas tendencias en ropa mágica. Hermione les lanzaba miradas hastiadas y bufaba. Todo era familiar y reconfortante. Harry se sintió en su casa otra vez.
Al acabar la cena, los tres amigos dejaron el Gran Comedor junto al resto de Gryffindors y más gente de las demás casas. El ambiente estaba muy animado. El comienzo de curso en Hogwarts siempre traía nuevas sorpresas, y algunos alumnos comentaban con entusiasmo el hecho de que ese año tuvieran profesora nueva en vez de profesor. Entre el mar de gente que seguía los pasillos de Hogwarts, Harry llegó a distinguir a dos chicos vestidos de uniforme azul que estaban hablando junto a la pared. Uno era Derek, la otra era una más que malhumorada Krysta. Harry tuvo la impresión de que ambos le lanzaban miradas de reojo al tiempo que conversaban. No estaba demasiado seguro, y no tuvo tiempo de pensarlo, ya que Derek lo vio casi inmediatamente y lo saludó con entusiasmo desde lejos. Krysta aprovechó la ocasión para escabullirse y Harry siguió su camino hacia la sala común de Gryffindor, aguantando una carcajada de diversión. Krysta tendría que aprender algunas lecciones acerca del sentido del humor... o lo pasaría realmente mal aquel curso.
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Bueno, pues esto ha sido todo. No me gusta en exceso... no sé, me da la impresión de que le falta originalidad y acción, a este capítulo. Pero es que, entre que no estaba inspirada y que el capítulo de por sí tenía que ser lento, ya veis. Esto es lo que me salió, y deja bastante que desear T__T. Por lo menos he presentado a los nuevos personajes. Y os aseguro que van a tener mucha pero que mucha importancia en esta history. Oh, ¿Y a que no adivináis de donde es Lucy? XDDD, va, seguro que ya lo sabéis...
Aviso: este fic es un universo alterno, ya que es la continuación de otro fic, y no del 5º libro. Probablemente es algo obvio, pero quiero decir que personajes que puedan desaparecer en el 5º libro seguirán saliendo, del mismo modo, puedo sacar personajes nuevos y exclusivos del 5º libro. De todas formas, si no lo habéis leído no pasa nada, porque no voy a revelar absolutamente nada relevante, lo que quiere decir que podéis seguir leyendo este fic con total tranquilidad. Oh, y aprovecho para comentar lo de los mails, que ya dije en el otro fic. A partir de ahora voy a enviar mails de aviso cada vez que actualice. Si alguien no está de acuerdo que me lo haga saber, y si alguien no lo ha recibido y le interesa, que lo diga y me dé su mail, okis? Pues eso era ^__^. Gracias!
Contestaciones a los reviews:
Rakshah: woooohoooo!! La primer!! Y qué revi más largo!! Mola ^___^. Juasjuas, ya ves que lo de las escenas tétricas me emociona XDD. Por desgracia en este capi no he podido meter ninguna… y respecto a lo de Aerin, ya casi estoy a punto de escribirlo. XDD, es bastante graciosa, la escena. Oh, supongo que ahora Derek te caerá de perlas, porque ya ves que sí lo he metido en Ravenclaw. De todas maneras tienes razón, Atlas es el mejor!! ^___^. Lo de la "pirámide" ya se verá qué es y, eh… déjame a mí lo de los títulos alternativos ¬__¬. XDDDD, me gusta que te salgan los reviews raros, así lo paso mejor. Pero seguro que no bebiste en la cena?? XDDD. Y quiero más escenas románticas con Lynx!!! MÁS MÁS MAAAAS!!!. Ups, pero Andrew, cariño, qué haces? Suelta el teclad… AU!! BESTIA!!!
*Andrew peligrosamente calmado: muy bien, Klimn, esto ya se ha convertido en algo personal. De esta noche no pasas. Estabas avisado, asqueroso pervertidor de menores. Actor de tres al cuarto!! WAHAHAHAHAHAHAH!!! Vas a morir!!!! Y ahora mismo voy a buscar a Lynx. Me va a oír, ya lo creo que me va a oír… qué haces, niña?? Suelta eso, que no he terminad…! AU! DUELE!*
Ahem… ¬___¬ ya está. Parece que ya se ha "calmado". Dile a Nicky que no sea tan fastidión, que me lo altera y le entran accesos asesinos muy perjudiciales, eh? Y esperemos que ojalá mi Andy no haya perdido su encanto, que me deprimo T_T. XD, ale, ya nos veremos, y escribeeeee!! Un bexote.
Faire Estela Lhuderl-Hirl: Niñaaaaaa!! Toi c'est desparú!! *Se escribe azín?? o_O''* Amos, que no te veo por ningún lado. A ve si te conectas!! XDDD, sí, la locura por la manicura (y sin haberlo pensado he formado un pareado que me ha quedado de cuidado XDD) es algo que se pega. Sobretodo si todos los tíos wenos de las historias se ponen como locos cada vez que se les estropean las uñas ^^'. XDD, mis comienzos te traumatizan, por lo que veo. Pero no te preocupes por Keiths, que no es Lucius, pero es casi tan malo como él, o incluso peor, verás… y Lucius también saldrá por ahí, desde luego. El vídeo de Going Under es la caña. Evanescence se sale (aunque sólo les he oído un par de canciones XDD). Pero la cuestión es que ese vídeo me deja más rallada que un elepé de los años teinta… weps, asias por el revi, y por la betada y todo… y eso digo yo!! A ver si hablamos!! Un kizzo.
Synn: wons!! XDD, ya ves lo rápida y feliz que soy yo escribiendo, es que no pierdo el tiempo ni en verano!! Vale, que he tardado mazo tiempo en actualizar, pero es que la inspiración o viene o no viene, y en este caso… ^^'. Lo del "fic más rápido", quiere decir que tendrá menos capis. No por nada, sino porque a este paso voy a escribir el Quijote, entre la dos partes XD. El sitio donde va es algo asip como el Callejón Knockturn, sí. (A decir verdad no tengo muy claro dónde es, pero tampoco es importante de momento XD). Y nopas, la contramaldición de Andrew no lo mató, sólo lo dejó solo y desvalido y algo tetraplégico, pero aún poderoso XDD. Derek es bastante divertido de caracterizar… creo que dará bastante que hablar, me alegro de que te guste. Y me alegro que estés de acuerdo conmigo en lo de la mascotilla… wenos, un besazo, y ya nos vemos!
Dadaiiro: Holaaaa!!! Me alegro de que te esté gustando la continuación!! La verdad, no sé si será tan buena como la otra historia, pero procuraré intentarlo… finses, voy a contestarte los dos revis en uno, así me cuesta menos ^^'. Veo que lo del prisma de metal te intriga mucho… pues no pienso revelar qué es hasta dentro de unos capis. Cuántos exactamente no lo sé aún… también se sabrá quién es Keiths, claro, pero a lo largo de la historia se irán dando datos de él. Y sí, no me pude resistir a sacar a Andy ya en el primer capítulo. Quería ponerle una escena entrañable con krysta… qué monos ^___^. Oh, y lo de decirle bicho a los gatos… XDDDD, yo se o digo muchas veces al mío, por eso lo puse. Es que me hace gracia XDD. Dudley en el coro debe de ser algo horrible, creo yo. Lo de Remus con Maudy ya se irá vendo (te daré el gusto y pondré escenitas suyas jejejejeje ^__^). Y verdad que te alegraste cuándo Sirius quedó libre?? Es que tenía unas ganas de liberarlo, al pobre!! Tiene una vida muy dura T_T. Oh, y escenas familiares de Sirius, Remus y harry, no sé si pondré más, pero de Andrew y Remus trabajando "en paz" vas a tener por lo menos una, en el próximo capítulo XDD. Jojo, veo que coincidimos en gustos con los gatos, y a qué es una monada Andy, cuando se pone celoso? Yo lo quieroooooo!!!! En fin, siento no haber actualizado pronto, como me pediste, pero al menos aki está este tercer capítulo. Espero que lo hayas disfrutado!! Un beso y nos vemos!!!
Cyqni: Pues muchas gracias!! Creo que es el primer revi tuyo que recibo, y me hizo mucha ilusión. A ver si la continuación te gusta tanto como la primera, ^___^. Siento haber tardado… Un abrazo y hasta pronto.
Saquillo: hum, pues puedes ir preparando la sierra eléctrica, porque con lo que he tardado… ^^' problemas técnicos, ya sabes. Bueno, lo de hacerlo más largo… es que tampoco quiero extenderme, que ya parece que me vaya a tirar la eternidad con lo mismo XDD. Aunque este fic va a ser bastante diferente, claro. Finses, ya veremos. Asias de todas formas ^^. JUASJUAJUAS!! Lod el prisma aún no lo pienso revelar por que sí!! Soy mala y me gusta dejaros con la mierda en la boca!! UAJAJAJAAJAJA!!! XDDD. Epas, pues tienes razón, en el otro fic me flipé con Andrew, pero de todas formas, si te fijas, no deja de ser un secundario, porque al final como siempre, el héroe es Harry, con sus amigos y eso… intentaré hacerte caso y darles más protagonismo esta vez ^^'. Eso eso, tú sigue dejando más y más revis tontos XDD. Oh, veo que eres como Krysta, te cae mal el muchacho ligón XD. Me divierte escribir con ese personaje. Ale, hasta pronto, y procuraré darme más prisa. Nos vemos!!
Lora Chang: pues nada, chica, que deberías hacerte vidente, porque siempre me adivinas las intenciones en casi todos los capítulos ^^'. Sí? Te gusta mas la continuación? Pues no sé… el estilo es el mismo… aunque claro, como la base ya la tengo hecha por la otra, he de explicar menos cosas, así que supongo que será por eso. Andrew no jode la fiesta!! La anima!! Es el mejor XD. Estarás contenta, en este cap no ha salido… y sí!! Me gustan los gatos y voy a coro, qué pasa??? XDD. Bueno, eso de que este fic es mejor que el otro… eso espérate a decirlo cuando loa cabe, porque la inspiración ocmo que se me está yendo ^^'. Claro que te sacaré, y serás la novia del nano ese rubiales, pero no para siempre, porque le tengo un pollo pensado… por cierto, qué es eso de "krysirta"? Se ha cambiado el nombre y yo no me he enterado?? XDDDD. Ya veremos si Derek le quita la chica a Harry… un besazo, wappa, y nos vemos!!
Gracias a todos por leer
