Vuelta a empezar
El manto de la noche envolvía toda la ciudad. Los fríos vientos habían encerrado a la población en sus casas y los tejados eran bañados por las fuertes lluvias que insistían en interrumpir el silencio con sus constantes truenos a la vez que iluminaban el oscuro cielo con una furia desatada. Las calles estaban desiertas. Las familias se cobijaban bajo el calor hogareño y buscaban entretenimiento en la televisión para olvidar el extraño tiempo. Los árboles se batían con fuerza. Los rayos y truenos estaban cada vez mas cerca. Una energía poderosa se estaba concentrando en Tokio.
- ¡Con esta lluvia no puedo ver nada en absoluto! ¿Crees que este cerca?
- Estoy segura Amy. Insisto, algo muy grave nos acecha y aprovecha el extraño temporal a modo de escondite. Además este bosque esta cargado de presencias espirituales, de espectros que no pueden descansar. ¿Tu ordenador no ubica ningún dato?
- Estoy en ello, pero me resulta difícil ver la pantalla. Esta empañada por el frío y además tiemblo como una hoja. Me resulta difícil teclear.
- Estos truenos y estos rayos no son comunes... No me atraen ni afectan mi cuerpo. Mi poder se rige en ellos, debería notar su presencia, pero en vez de eso es como si no estuvieran, como si fueran una ilusión.
- ¿Estas segura de lo que dices Makoto? Yo no noto nada de extraño en este temporal...
- Mina... si no vas a decir algo inteligente no hables. - El ceño de Ray se contrajo levemente.
- ¿Qué? Sólo digo mi opinión.
- Chicas, no es momento para discutir. Ya hace mucho desde el último ataque... si ella estuviera aquí... quizá...
- No debemos darle más vueltas al asunto Darien. Ella debe estar en algún lugar... cumpliendo su misión. Estoy segura. - Ray se acercó hasta el príncipe Endimión y levantando el rostro de este le dijo- Serena esta viva, lo sé.
Darien respondió a sus palabras con una sonrisa. Hacia mucho tiempo que sufría en silencio por la extraña desaparición de Serena. Al poco tiempo de volver a Tokio ella... simplemente... desapareció. No dejó ninguna nota, no explicó nada a nadie. Lo último que podía recordar era aquel mal presentimiento que guió toda la noche, aquella extraña noche, en la que ella lo abandonó. En ese día Ray sintió como extrañas fuerzas se intensificaban durante breves instantes alterando el orden natural para seguidamente sentir su total desaparición. Algo la inquietaba y esa noche todo se le confirmó al descubrir la falta de su princesa. Las chicas habían intentado ubicarla por todo Tokio. Amy buscó su energía ayudada por la computadora. Nada. Eso fue lo que obtuvieron. Asustadas y confundidas le explicaron a Darien lo sucedido y él solo atinó a relacionar los sucesos con los vampiros.
Había transcurrido un año desde entonces y nunca supieron nada. La desesperación de Darien crecía y crecía y las esperanzas de que ella estuviera con vida se hacían cada vez más nulas. La extraña paz que inundó Tokio no ayudó en mucho, pues tras un periodo de paz estalla una fuerte rebelión. El miedo a perderla, el miedo a lo desconocido y el dolor de su ausencia habían causado grandes estragos en él. Su personalidad era la misma, pero su humor y estima estaban por los suelos. Volvía a ser totalmente inútil.
- Ya he encontrado el paradero de la energía. Esta a unos 50 metros, justo frente a nosotras. Cuidado chicas. Ray... ¿crees que su energía es negativa?
- Nefasta y perversa sería más exacto. Nos acecha, sin duda esta esperando el momento idóneo para atacar. Me atrevería a decir incluso que no es un solo ser... no... por lo menos deben ser 5.
- Eso podría ser bueno ya que significaría que la energía que notas esta dividida y así es menos peligrosa.
- Podría ser de ese modo, pero aún así nos sobrepasa Darien. Si nos atacan juntos estamos perdidos. Sin el cristal de plata nos será imposible una victoria.
Unos espeluznantes crujidos empezaron a envolverles. Algo se acercaba y sus movimientos eran lentos pero acertados. Parecían venir por todas partes y a la vez de ninguna. La tensión estaba empezando a crecer hasta limites inimaginables y sus respiraciones se agitaban con cada movimiento del enemigo.
- ¡Chicas los tenemos a escasos metros!
- ¡Con esta lluvia y la fuerte oscuridad me resulta imposible ver nada!
Un rayo iluminó oportunamente los cielos y ante sus negros ojos apareció la criatura más decrepita que había visto en la vida. Fue apenas un instante, pero sus fieros ojos, inyectados en sangre y su pelaje oscuro y viscoso inmovilizaron todo su cuerpo. Estaba a unos dos metros de ella y lo peor de todo es que con la vuelta de la oscuridad había perdido el enfoque.
- ¡Cuidado los tenemos encima!
Inesperados golpes cayeron a la vez en todas y cada una de las chicas que cayeron heridas al suelo. Unas profundas y sucias garras habían rasgado sus trajes y raspado su fina piel. Darien restaba también en el suelo pero había corrido mejor suerte que las chicas, su espada había parado el golpe. Se levantó rápidamente y como por acto reflejo cubrió a las guerreros.
- ¡Darien! Ten cuidado, aprovechan la oscuridad para camuflarse. Su piel es negra y sus ojos rojos. ¡Tenemos que hacer algo para poder ver donde están!
Una fugaz idea pasó por su mente y en cuestión de segundos dejó escapar su poder. Un carácter chino se formó en su frente de un color verde lima intenso y dos hermosas alas color canela rompieron el escudo que cubría su fornido torso. Su espada se había encendido en un extraño color dorado e iluminaba levemente el lugar, como la luz de una vela.
Las chicas estaban sorprendidas y confusas. Era la primera vez que veían el poder de Darien, y aunque Serena les había contado con lujo de detalles lo sucedido en la batalla contra Lestat , no pudieron evitar su asombro ante tan bella escena. Amy fue la primera en reaccionar.
- Darien con esa luz solo podrás distinguir la figura del oponente y además cuando ya este muy cerca. Apenas tendrás tiempo de reaccionar.
Casi respondiendo al aviso de Amy una negra sombra se abalanzó sobre el chico que apenas tubo tiempo de esquivarlo. Rápidamente la sombra fue ganando terreno hasta lanzar de un feroz ataque a Darien contra las chicas. Sin embargo sus alas ayudaron a amortiguar el golpe y le permitieron salir ileso. Las chicas tomaron entonces la iniciativa y se colocaron de forma protectora frente a Darien que no tardó en situarse a su lado en posición de ataque formando un circulo. Un rayo volvió a caer en el cielo cegándoles instantáneamente y lo último que pudieron distinguir fue unos tétricos ojos rojos frente todos y cada uno de ellos.
Un dolor intenso y un golpe contra el mojado pavimento fue lo próximo que sus cuerpos sintieron y un leve grito de dolor escapó de sus labios. Otra vez oscuridad y de nuevo completamente vulnerables a ellos.
- No... no podemos seguir así... nos matarán si no hacemos algo. Están perfectamente sincronizados. Debemos reaccionar, pensad en algo.
- ¿Pero qué? No les vemos y además su fuerza es muy superior... esta vez... esta vez estamos perdidas.
De nuevo el mismo sonido, esta vez mucho más rápido. Se disponían a atacar. Las chicas no podían hacer más que cerrar los ojos y esperar.
Un golpe, un grito y un quejido. De nuevo silencio. Las chicas se quedaron sorprendidas y rápidamente se buscaron las unas a las otras. Darien también estaba con ellas. No veían nada a su alrededor más que oscuridad. De nuevo unos pasos acercándose, velozmente. Parecían dos... no eran tres... ¿cuantos eran ya?. Las chicas y Darien se situaron en posición de ataque débilmente a la vez que buscaban entre la tenebrosa oscuridad hallar a un feroz y cruel contrincante.
Una figura humana se empezó a dibujar frente a ellos y rápidamente fueron rodeados por tres más. No eran los seres de antes. Una de ellas se abalanzó contra Darien lanzándolo contra el suelo. Las chicas estaban por reaccionar pero entonces vieron una lanza cruzar por el lugar donde antes había estado su príncipe.
- ¡Buscan al príncipe. Proteged a las chicas yo me encargo de su alteza!
- Recibido- tres cabezas asintieron ante el asombro general de las guerreros.
Frente a Darien una figura femenina le ofrecía el brazo como apoyo para levantarse. El príncipe la miró desconfiado pero recordando que le había salvado la vida aceptó sin ningún reparo.
- Su alteza, por favor le pido que confíe en mi y me siga, su seguridad esta en juego. Las guerreros estarán bien protegidas. El problema lo tenemos nosotros. - Darien miró la figura algo confundido. Tenía una voz muy dulce y segura. Sin embargo no podía distinguir ningún rasgo de su rostro y desconocía completamente su identidad.- No hay tiempo para dudas príncipe. Sígame, se lo ruego. - Darien asintió levemente con la cabeza y pudo ver como la chica le ofrecía la mano de nuevo. El príncipe miró a las guerreros y seguidamente siguió a la misteriosa figura que antes le había protegido.
Un poco más lejos ya del bosque donde se estaba llevando la terrible batalla Darien se atrevió a preguntar la identidad de la joven que guiaba sus pasos hasta un lugar desconocido.
- Soy vuestra subordinada, vuestra protección. Soy un guerrero Alteza. Deprisa, no tardarán en ubicarnos. Ocultad las alas, entraremos en la ciudad.
- ¿En la ciudad? Podríamos poner la vida de inocentes en peligro.
- Si usamos nuestra energía para desplazarnos nos encontraran. Debemos usar métodos terrestres alteza. No os preocupéis. Yo os protegeré.
Darien se sintió algo cohibido por la forma de hablar de la chica. Se sentía débil y de nuevo algo impotente. ¿Acaso estaba destinado a que una chica lo protegiera? No quería parecer machista pero la idea de ser el protegido no le gustaba en absoluto.
Ya estaban llegando a la ciudad. Por suerte y gracias al desastroso temporal, la calle estaba desierta. Darien pudo distinguir al fin con mucho más detalle la figura de su guía. Era una chica, sin duda. De mediana estatura, cuerpo esbelto y buen talle. La chica se paró en ese instante y giró su rostro buscando el del príncipe. Darien la miró muy sorprendido. La faz de la chica estaba tapada por lo que parecía un pasamontañas de cuero negro (imagínense a cat woman) que sólo dejaba entrever sus hermosos ojos azules. Su pelo, rubio, estaba recogido en una impresionante cola de caballo. El cuerpo estaba tapado por un traje muy provocativo y sensual. Una armadura negra la cubría como si fuera un bañador de cuello alto. Sus brazos estaban enguantados hasta casi el hombro por cuero negro y sus piernas por dos botas del mismo material. Un altísimo tacón acentuaba su figura haciendo de ella una de las criaturas más hermosas que Darien había visto.
- Nos han encontrado ¡Corra!
- ¿Qué?
La chica se puso tras el príncipe y con una seña le indicó que corriera en una dirección. Darien quiso oponerse pero una fría mirada por parte de ella hizo que cambiara de opinión. Este empezó a alejarse y cuando estaba a una distancia prudente se paró para coger aire. No había podido respirar todavía que la chica ya estaba a su lado y cogiendo su mano empezó a correr obligando al príncipe que fuera tras ella.
- Son cuatro. En el bosque eran 7, eso significa que están luchando 3 con vuestras guerreros y con los míos.
- ¡Pero eso significa... que... deberemos enfrentarnos a 2 por cabeza!
- No os preocupéis alteza, vos no peleareis con nadie.
- ¿Por qué? ¿Por qué me quieres proteger?
- Por qué es mi destino y mi misión.
Una figura roñosa y deformada saltó justo enfrente de ellos parando su carrera. Una asquerosa criatura de ojos rojos y pelaje viscoso y putrefacto les sonreía maléficamente mostrando sus amarillentos dientes. Rápidamente la chica se colocó frente a Darien y citó un conjuro que lanzó al monstruo a unos cuantos metros. Seguidamente la misteriosa guerrera agarró de nuevo la mano de Darien y lo dirigió a un callejón oscuro. En el cielo los rayos y truenos seguían alterando la noche y la lluvia no cesaba. El príncipe seguía a duras penas el ritmo de la muchacha que sorpresivamente paró en seco su huida para girarse y proteger al príncipe de un enemigo invisible. De la nada aparecieron de nuevo un par de lanzas que la chica rompió con un solo movimiento de muñeca y rápidamente dos de esas criaturas se abalanzaron hasta su cuello.
- Príncipe, huid. Debeis correr lo más rápido que os permitan las piernas.
La guerrera invocó en una de sus manos una espada y con una maña inigualable partió en dos una de las criaturas a la vez que lanzaba la otra contra un muro dejándola inconsciente. No había tenido tiempo aún de suspirar que ya estaba siguiendo la energía de su príncipe. Pero algo la hizo cambiar de idea y interrumpió su carrera unos momentos.
Darien corría a toda velocidad por los callejones. Notaba unos pasos detrás de él y no eran precisamente los de un humano. Los pasos se oían cada vez más y más cerca y rápidamente llegó al centro de la ciudad. La lluvia era cada vez más intensa y por suerte incluso en plena ciudad no había ni un alma. No había recorrido diez metros que otra de esas criaturas se situó en su camino sonriendo malévolamente. Las pezuñas de sus garras se alargaron y empezó a moverse velozmente buscando atacar. Darien se puso en guardia y esperaba el ataque de la criatura. Esta estaba ya por saltarle encima cuando algo la golpeó violentamente. Un coche deportivo arroyó a la criatura sin ninguna piedad lanzándolo a unos cuantos metros. La puerta del automóvil se abrió y ante los sorprendidos ojos de Darien distinguió al conductor.
- ¡Suba!- Darien seguía inmóvil por la sorpresa- ¡¡Suba!! -Por fin reaccionó y rápidamente abrió la puerta del copiloto. - ¡Agáchese!- La guerrera invocó de nuevo su espada y atacó con furia a la criatura, que estaba detrás del príncipe, lista para clavarle sus mortales garras. - Ahora sí, ya puede subir.
- Ya...- Una gota caía por el rostro de Darien.
La misteriosa guerrera pisó el acelerador y emprendieron su huída una vez más. Darien miraba por el retrovisor. La criatura permanecía en el suelo inmóvil, pero no tardó en distinguir una criatura más acercándose. Miró a la chica intentando avisarla, pero ella estaba también mirando por el retrovisor con unos ojos no muy amables. El horrible ser había mirado el cuerpo de su compañero y sin prestar más atención a la herida criatura empezó a seguir el deportivo rojo que huía a gran velocidad.
- Eso... ven a por nosotros... bestia...- La chica dejó escapar una sonrisa agria y miró a su príncipe cambiando su mirada fría por una de realmente cálida. - No os preocupéis señor. Los 3 guerreros que dejé con Marte, Mercurio, Júpiter y Venus ya han vencido. En estos momentos están en camino, acabarán con la criatura que esta inconsciente en la carretera. Sólo nos resta acabar con una.- Darien la miró sorprendido.
- ¿Cómo puedes saber todo eso?
- Mis guerreros y yo estamos comunicados por una línea mental. Yo sé todo lo que les ocurre y, a su vez, ellos saben lo que me sucede a mí, y por consiguiente, a vos. Ahora si me disculpa el atrevimiento le agradecería que se pusiera el cinturón. Va a ser un viaje movidito.
Darien obedeció sin rechistar y en cuanto lo tubo puesto la guerrera aceleró aún más. La criatura les estaba pisando los talones y ya empezaba a rasgar la parte trasera del deportivo. No tardó mucho en clavar sus garras y empezar a subir por el lomo del coche.
- Justo lo que quería. Agarraos alteza. - De un giró de volante muy certero la chica envió a la criatura contra un poste de luz a la vez que frenaba ruidosamente el coche con un perfecto derrape.- Esperadme aquí, no tardaré.
La chica se bajó rápidamente observando a la torpe criatura que la miraba odiosamente. La luz del poste roto iluminaba perfectamente la figura de la criatura y por primera vez Darien distinguió perfectamente al oponente. Su cuerpo era bastante esbelto y alargado, parecía el de una persona, claro que sin tener en cuanta esas enormes garras y la posición en la que se encontraba. Agachado como un gorila y reposando su peso en los enormes nudillos. Todo él estaba cubierto de un viscoso pelaje negro y sus ojos parecían dos rubís. La criatura respiraba con dificultad y de su asquerosa boca caía un liquido verde oscuro.
- Me pregunto por que todas las criaturas que sirven a los vampiros son tan asquerosas. Malditos gradioxs. ¿Puedes entenderme criatura endemoniada? Tu señor ha sido muy imprudente al mandaros. He matado a dos de los tuyos y mis fieles guerreros ya han eliminado al resto. ¿Acaso crees que tu suerte será distinta? Si hay algo más que roña en tu asquerosa cabeza lárgate y dile a tu señor que no podrá tocar a mi príncipe.
- Maldita humana... mi señor acabará con vuestra raza y aunque tenga que morir en ello, no saldréis ilesa de esta batalla. - la voz tétrica y ahogada de la criatura resonó por toda la calle estremeciendo a Darien que miraba todo desde el coche. Había intentado salir pero la chica se lo negó con un golpe de cabeza.
- Bien, que así sea. Más no os será fácil herirme.
Sin dar apenas tiempo a que la chica acabará su frase, la criatura se lanzó contra ella empuñando una lanza verde lima que se formó en sus garras. La guerrera empuñó su afilada espada y esquivando el feroz ataque rodó por el suelo hasta estar a unos metros de distancia. Se irguió rápidamente con el tiempo justo para parar el siguiente golpe del horrible ser. La fuerza de este era extremadamente fuerte y comparada con la de ella estaba en clara desventaja. Debía enfrentarse a él con armas, pues cuerpo a cuerpo la chica tenía todas las de perder. La guerrera vio a unos metros algo que le sería de mucha utilidad y empezó a retroceder obligando a la criatura a ir hasta allí. El monstruo alzó entonces su pezuña para dar un golpe mortal a la joven que sonrió satisfecha. En un movimiento veloz esquivó el ataque y pudo ver como la garra de la criatura se hundía en una de las jardineras de la calle quedando momentáneamente atrapada por el barro. Rápida como el viento y antes de que se liberase la chica dio un golpe seco a un camión de cemento situado justo al lado y vertiendo todo su contenido encima de la bestia que quedó sepultada. Darien salió entonces del coche y miró asombrado la escena.
- Justo como lo había planeado. Criatura estúpida te di la oportunidad de salvar tu miserable vida, sois demasiado tercos.- Un hilo de sangre escapó de uno de los hombros de la chica que dejó escapar una sonrisa- Cierto, no he salido ilesa, has logrado rozarme. Felicidades.
La guerrera se acercó hasta Darien que no le quitaba ojo a la petrificada figura del monstruo. Suavemente posó su mano en el hombro del príncipe y con una cálida sonrisa le indicó que subiera al coche. El camino fue corto y transcurrió en un extraño silencio. Darien permanecía pensativo y con la mirada baja y la chica parecía absolutamente concentrada en la carretera. No fue hasta que pararon que el príncipe no se percató del tiempo. La lluvia había cesado y los fuertes vientos se habían vuelto calmados y cálidos.
- Este es el tiempo normal en primavera y no el de hace unos minutos. ¿no cree? Sus guerreros y los míos están en este templo. - Darien miró el lugar y sonrió por primera vez en la noche. Estaban en el templo Hikawa. - Ahora responderé todas sus preguntas alteza. Sólo espere unos minutos más hasta que estemos todos reunidos. Por favor un poco de paciencia. - Darien observó los ojos cálidos de la chica y pudo ver dibujada, bajo la ropa de cuero, una sonrisa en su rostro.
Las chicas se miraban las unas a las otras sin atreverse a preguntar nada. Estaban reunidas en el templo, como siempre que ocurría algo. Más esta vez no estaban solas. Tres figuras permanecían en pie frente a ellas con sus miradas perdidas en el cielo estrellado. El tiempo era ahora cálido y tranquilo. Ray no podía evitar ver en ellos algo de melancolía. Por otro lado les debían mucho, la vida para ser más concretos. Esas tres figuras habían matado a las criaturas y afirmaban que Darien se reuniría con ellas en breve. Amy les miraba con disimulo y empezó a recordar los sucesos que habían ocurrido hace sólo unos momentos.
- ¡¿Quiénes son?! ¡¿Dónde se llevan a nuestro príncipe?!- Silencio, fue todo lo que recibió Ray como respuesta- ¡No me ignoren y contesten! ¿Qué quieren de nosotras?
- Tranquilízate y calla. Lo único que vas a conseguir con gritar es excitar al enemigo. - Uno de los guerreros, de voz varonil y fuerte le había contestado seca y fríamente.
- ¿Cómo...?
- ¡Cállate Ray! Nos quieren ayudar. Estoy segura. - La voz dulce de Amy tranquilizó la furia de la guerrero del fuego que más calmada miró a los tres desconocidos.
Por las siluetas habían descubierto que eran dos hombres y una mujer. Llevaban ropas oscuras y el rostro cubierto. Sus cuerpos despedían una gran energía que no pasó desapercibida por Rey. Ambos hombres parecían fornidos y fuertes. La joven, por el contrario, parecía delgada y débil. Los tres empuñaban espadas y miraban incansablemente un punto fijo.
De golpe 3 criaturas se abalanzaron contra los guerreros y todas y cada una de ellas fue vencida rápidamente. Las chicas no salían de su asombro. Ellas habían estado luchando sin ningún resultado contra las criaturas y no les había servido ni para hacerles un rasguño. Pero estos tres guerreros habían empuñado su espada certeramente y derrotado a su enemigo con una facilidad asombrosa.
- Las criaturas más fuertes han ido en busca del príncipe. Deberíamos ir en su ayuda.
- Guerrero Láctea podrá sola, estoy segura de ello. Pero acabaremos más rápido si vamos a matar a alguna de las criaturas. - La chica miró hacia donde estaban las 4 guerreras. - Será mejor que vengáis con nosotras, vuestro príncipe también lo hará más tarde.
Así las chicas habían ido detrás de los misteriosos guerreros que les habían ayudado. Se adentraron en la ciudad y no tardaron mucho en encontrar una de las criaturas tumbada en el suelo cubierta por su propia sangre. Al parecer, por las marcas de rueda en el suelo, había sido arrollada por un coche.
- Como no... siempre nos lo deja en bandeja.- Una sonrisa sincera se dibujo en sus rostros enmascarados y con un corte limpio de espada uno de los guerreros terminó con la vida de aquel miserable ser. Rápidamente el cuerpo de la criatura se evaporizó como si nunca hubiera existido. Cómo si nunca hubiera estado allí. Antes de que se dieran cuenta el mal tiempo empezó a ceder y en menos de diez segundos los fuertes vientos y la fría lluvia habían cesado.
- La última de las criaturas ha sido vencida. Chicas, ¿nos conducirían a un lugar donde podamos hablar sin interrupciones? Láctea se ocupará de llevar a vuestro príncipe hasta allí.
- Cla... claro...- Ray sólo pudo pensar en un lugar, el templo Hikawa. Y sin pensarlo los condujo hasta allí, que por cierto, estaba a pocas manzanas.
Y así habían terminado en el lugar de siempre, esperando ver aparecer a Darien por la puerta. No pasó mucho tiempo y ya el príncipe ingresaba en el lugar. Las chicas sonrieron mucho más calmadas y saludaron efusivamente al chico que las recibió encantado. Por detrás apareció la misteriosa guerrera que con una sonrisa fue a buscar a sus guerreros.
- Tan impecable como siempre. ¿Pero tienes un rasguño? Acaso una de esas criaturas logró tocarte?- La chica guerrero miró a su amiga algo sorprendida.
- Su fuerza de voluntad era muy fuerte, no quería defraudar a su señor.
- Debió ser muy fuerte para poder llegar a tocar a Láctea.
- No, simplemente no deseaba morir. Lástima que tuviera que hacerlo.
- Debes dejar de compadecerte de esas criaturas, son seres sin escrúpulos, crueles y fieros, y además, asquerosos.- Uno de los hombres se acercó hasta Láctea y acarició con cuidado la cabeza de esta. - Mi niña, siempre tan bondadosa. - Las cuatro figuras se pusieron a reír, no fue hasta entonces que Darien pudo notar que en comparación de las otros tres, la guerrera que le había protegido era bastante pequeña. Sin embargo parecía la líder del grupo.
- ¿Y bien? Creo que tienen mucho que contar. - Darien, un poco más relajado encaró a los cuatro guerreros, que, para su sorpresa se arrodillaron ante su figura. Las chicas, también sorprendidas, se miraron las unas a las otras.
- Mi señor, es un placer conocerle al fin. Nosotros somos los 4. Nuestra misión es protegerle a vos, nuestro príncipe y futuro Rey. Pero sobretodo, nuestra misión es ayudarle en el día X. Somos los guerreros finales, entrenados por dioses, inmortales herederos de la fuerza. Mi señor, somos los mensajeros del cambio.
Continuará...
Autora: Madre mía... al fin... estoy emocionadísima con esta segunda parte. La verdad es que quería hacerla mucho más tarde. Pero si hay una cosa que no soporto es tener una idea en la cabeza y no poder llevarla a cabo. Así que aquí esta. Espero que les guste, y no se preocupen si están perdidos. Eso es lo que quiero! A medida que se desarrolle la historia irán entendiendo. Espero que les guste y claro, también espero comentarios. Me dan la vida! Un beso y hasta la próxima.
El manto de la noche envolvía toda la ciudad. Los fríos vientos habían encerrado a la población en sus casas y los tejados eran bañados por las fuertes lluvias que insistían en interrumpir el silencio con sus constantes truenos a la vez que iluminaban el oscuro cielo con una furia desatada. Las calles estaban desiertas. Las familias se cobijaban bajo el calor hogareño y buscaban entretenimiento en la televisión para olvidar el extraño tiempo. Los árboles se batían con fuerza. Los rayos y truenos estaban cada vez mas cerca. Una energía poderosa se estaba concentrando en Tokio.
- ¡Con esta lluvia no puedo ver nada en absoluto! ¿Crees que este cerca?
- Estoy segura Amy. Insisto, algo muy grave nos acecha y aprovecha el extraño temporal a modo de escondite. Además este bosque esta cargado de presencias espirituales, de espectros que no pueden descansar. ¿Tu ordenador no ubica ningún dato?
- Estoy en ello, pero me resulta difícil ver la pantalla. Esta empañada por el frío y además tiemblo como una hoja. Me resulta difícil teclear.
- Estos truenos y estos rayos no son comunes... No me atraen ni afectan mi cuerpo. Mi poder se rige en ellos, debería notar su presencia, pero en vez de eso es como si no estuvieran, como si fueran una ilusión.
- ¿Estas segura de lo que dices Makoto? Yo no noto nada de extraño en este temporal...
- Mina... si no vas a decir algo inteligente no hables. - El ceño de Ray se contrajo levemente.
- ¿Qué? Sólo digo mi opinión.
- Chicas, no es momento para discutir. Ya hace mucho desde el último ataque... si ella estuviera aquí... quizá...
- No debemos darle más vueltas al asunto Darien. Ella debe estar en algún lugar... cumpliendo su misión. Estoy segura. - Ray se acercó hasta el príncipe Endimión y levantando el rostro de este le dijo- Serena esta viva, lo sé.
Darien respondió a sus palabras con una sonrisa. Hacia mucho tiempo que sufría en silencio por la extraña desaparición de Serena. Al poco tiempo de volver a Tokio ella... simplemente... desapareció. No dejó ninguna nota, no explicó nada a nadie. Lo último que podía recordar era aquel mal presentimiento que guió toda la noche, aquella extraña noche, en la que ella lo abandonó. En ese día Ray sintió como extrañas fuerzas se intensificaban durante breves instantes alterando el orden natural para seguidamente sentir su total desaparición. Algo la inquietaba y esa noche todo se le confirmó al descubrir la falta de su princesa. Las chicas habían intentado ubicarla por todo Tokio. Amy buscó su energía ayudada por la computadora. Nada. Eso fue lo que obtuvieron. Asustadas y confundidas le explicaron a Darien lo sucedido y él solo atinó a relacionar los sucesos con los vampiros.
Había transcurrido un año desde entonces y nunca supieron nada. La desesperación de Darien crecía y crecía y las esperanzas de que ella estuviera con vida se hacían cada vez más nulas. La extraña paz que inundó Tokio no ayudó en mucho, pues tras un periodo de paz estalla una fuerte rebelión. El miedo a perderla, el miedo a lo desconocido y el dolor de su ausencia habían causado grandes estragos en él. Su personalidad era la misma, pero su humor y estima estaban por los suelos. Volvía a ser totalmente inútil.
- Ya he encontrado el paradero de la energía. Esta a unos 50 metros, justo frente a nosotras. Cuidado chicas. Ray... ¿crees que su energía es negativa?
- Nefasta y perversa sería más exacto. Nos acecha, sin duda esta esperando el momento idóneo para atacar. Me atrevería a decir incluso que no es un solo ser... no... por lo menos deben ser 5.
- Eso podría ser bueno ya que significaría que la energía que notas esta dividida y así es menos peligrosa.
- Podría ser de ese modo, pero aún así nos sobrepasa Darien. Si nos atacan juntos estamos perdidos. Sin el cristal de plata nos será imposible una victoria.
Unos espeluznantes crujidos empezaron a envolverles. Algo se acercaba y sus movimientos eran lentos pero acertados. Parecían venir por todas partes y a la vez de ninguna. La tensión estaba empezando a crecer hasta limites inimaginables y sus respiraciones se agitaban con cada movimiento del enemigo.
- ¡Chicas los tenemos a escasos metros!
- ¡Con esta lluvia y la fuerte oscuridad me resulta imposible ver nada!
Un rayo iluminó oportunamente los cielos y ante sus negros ojos apareció la criatura más decrepita que había visto en la vida. Fue apenas un instante, pero sus fieros ojos, inyectados en sangre y su pelaje oscuro y viscoso inmovilizaron todo su cuerpo. Estaba a unos dos metros de ella y lo peor de todo es que con la vuelta de la oscuridad había perdido el enfoque.
- ¡Cuidado los tenemos encima!
Inesperados golpes cayeron a la vez en todas y cada una de las chicas que cayeron heridas al suelo. Unas profundas y sucias garras habían rasgado sus trajes y raspado su fina piel. Darien restaba también en el suelo pero había corrido mejor suerte que las chicas, su espada había parado el golpe. Se levantó rápidamente y como por acto reflejo cubrió a las guerreros.
- ¡Darien! Ten cuidado, aprovechan la oscuridad para camuflarse. Su piel es negra y sus ojos rojos. ¡Tenemos que hacer algo para poder ver donde están!
Una fugaz idea pasó por su mente y en cuestión de segundos dejó escapar su poder. Un carácter chino se formó en su frente de un color verde lima intenso y dos hermosas alas color canela rompieron el escudo que cubría su fornido torso. Su espada se había encendido en un extraño color dorado e iluminaba levemente el lugar, como la luz de una vela.
Las chicas estaban sorprendidas y confusas. Era la primera vez que veían el poder de Darien, y aunque Serena les había contado con lujo de detalles lo sucedido en la batalla contra Lestat , no pudieron evitar su asombro ante tan bella escena. Amy fue la primera en reaccionar.
- Darien con esa luz solo podrás distinguir la figura del oponente y además cuando ya este muy cerca. Apenas tendrás tiempo de reaccionar.
Casi respondiendo al aviso de Amy una negra sombra se abalanzó sobre el chico que apenas tubo tiempo de esquivarlo. Rápidamente la sombra fue ganando terreno hasta lanzar de un feroz ataque a Darien contra las chicas. Sin embargo sus alas ayudaron a amortiguar el golpe y le permitieron salir ileso. Las chicas tomaron entonces la iniciativa y se colocaron de forma protectora frente a Darien que no tardó en situarse a su lado en posición de ataque formando un circulo. Un rayo volvió a caer en el cielo cegándoles instantáneamente y lo último que pudieron distinguir fue unos tétricos ojos rojos frente todos y cada uno de ellos.
Un dolor intenso y un golpe contra el mojado pavimento fue lo próximo que sus cuerpos sintieron y un leve grito de dolor escapó de sus labios. Otra vez oscuridad y de nuevo completamente vulnerables a ellos.
- No... no podemos seguir así... nos matarán si no hacemos algo. Están perfectamente sincronizados. Debemos reaccionar, pensad en algo.
- ¿Pero qué? No les vemos y además su fuerza es muy superior... esta vez... esta vez estamos perdidas.
De nuevo el mismo sonido, esta vez mucho más rápido. Se disponían a atacar. Las chicas no podían hacer más que cerrar los ojos y esperar.
Un golpe, un grito y un quejido. De nuevo silencio. Las chicas se quedaron sorprendidas y rápidamente se buscaron las unas a las otras. Darien también estaba con ellas. No veían nada a su alrededor más que oscuridad. De nuevo unos pasos acercándose, velozmente. Parecían dos... no eran tres... ¿cuantos eran ya?. Las chicas y Darien se situaron en posición de ataque débilmente a la vez que buscaban entre la tenebrosa oscuridad hallar a un feroz y cruel contrincante.
Una figura humana se empezó a dibujar frente a ellos y rápidamente fueron rodeados por tres más. No eran los seres de antes. Una de ellas se abalanzó contra Darien lanzándolo contra el suelo. Las chicas estaban por reaccionar pero entonces vieron una lanza cruzar por el lugar donde antes había estado su príncipe.
- ¡Buscan al príncipe. Proteged a las chicas yo me encargo de su alteza!
- Recibido- tres cabezas asintieron ante el asombro general de las guerreros.
Frente a Darien una figura femenina le ofrecía el brazo como apoyo para levantarse. El príncipe la miró desconfiado pero recordando que le había salvado la vida aceptó sin ningún reparo.
- Su alteza, por favor le pido que confíe en mi y me siga, su seguridad esta en juego. Las guerreros estarán bien protegidas. El problema lo tenemos nosotros. - Darien miró la figura algo confundido. Tenía una voz muy dulce y segura. Sin embargo no podía distinguir ningún rasgo de su rostro y desconocía completamente su identidad.- No hay tiempo para dudas príncipe. Sígame, se lo ruego. - Darien asintió levemente con la cabeza y pudo ver como la chica le ofrecía la mano de nuevo. El príncipe miró a las guerreros y seguidamente siguió a la misteriosa figura que antes le había protegido.
Un poco más lejos ya del bosque donde se estaba llevando la terrible batalla Darien se atrevió a preguntar la identidad de la joven que guiaba sus pasos hasta un lugar desconocido.
- Soy vuestra subordinada, vuestra protección. Soy un guerrero Alteza. Deprisa, no tardarán en ubicarnos. Ocultad las alas, entraremos en la ciudad.
- ¿En la ciudad? Podríamos poner la vida de inocentes en peligro.
- Si usamos nuestra energía para desplazarnos nos encontraran. Debemos usar métodos terrestres alteza. No os preocupéis. Yo os protegeré.
Darien se sintió algo cohibido por la forma de hablar de la chica. Se sentía débil y de nuevo algo impotente. ¿Acaso estaba destinado a que una chica lo protegiera? No quería parecer machista pero la idea de ser el protegido no le gustaba en absoluto.
Ya estaban llegando a la ciudad. Por suerte y gracias al desastroso temporal, la calle estaba desierta. Darien pudo distinguir al fin con mucho más detalle la figura de su guía. Era una chica, sin duda. De mediana estatura, cuerpo esbelto y buen talle. La chica se paró en ese instante y giró su rostro buscando el del príncipe. Darien la miró muy sorprendido. La faz de la chica estaba tapada por lo que parecía un pasamontañas de cuero negro (imagínense a cat woman) que sólo dejaba entrever sus hermosos ojos azules. Su pelo, rubio, estaba recogido en una impresionante cola de caballo. El cuerpo estaba tapado por un traje muy provocativo y sensual. Una armadura negra la cubría como si fuera un bañador de cuello alto. Sus brazos estaban enguantados hasta casi el hombro por cuero negro y sus piernas por dos botas del mismo material. Un altísimo tacón acentuaba su figura haciendo de ella una de las criaturas más hermosas que Darien había visto.
- Nos han encontrado ¡Corra!
- ¿Qué?
La chica se puso tras el príncipe y con una seña le indicó que corriera en una dirección. Darien quiso oponerse pero una fría mirada por parte de ella hizo que cambiara de opinión. Este empezó a alejarse y cuando estaba a una distancia prudente se paró para coger aire. No había podido respirar todavía que la chica ya estaba a su lado y cogiendo su mano empezó a correr obligando al príncipe que fuera tras ella.
- Son cuatro. En el bosque eran 7, eso significa que están luchando 3 con vuestras guerreros y con los míos.
- ¡Pero eso significa... que... deberemos enfrentarnos a 2 por cabeza!
- No os preocupéis alteza, vos no peleareis con nadie.
- ¿Por qué? ¿Por qué me quieres proteger?
- Por qué es mi destino y mi misión.
Una figura roñosa y deformada saltó justo enfrente de ellos parando su carrera. Una asquerosa criatura de ojos rojos y pelaje viscoso y putrefacto les sonreía maléficamente mostrando sus amarillentos dientes. Rápidamente la chica se colocó frente a Darien y citó un conjuro que lanzó al monstruo a unos cuantos metros. Seguidamente la misteriosa guerrera agarró de nuevo la mano de Darien y lo dirigió a un callejón oscuro. En el cielo los rayos y truenos seguían alterando la noche y la lluvia no cesaba. El príncipe seguía a duras penas el ritmo de la muchacha que sorpresivamente paró en seco su huida para girarse y proteger al príncipe de un enemigo invisible. De la nada aparecieron de nuevo un par de lanzas que la chica rompió con un solo movimiento de muñeca y rápidamente dos de esas criaturas se abalanzaron hasta su cuello.
- Príncipe, huid. Debeis correr lo más rápido que os permitan las piernas.
La guerrera invocó en una de sus manos una espada y con una maña inigualable partió en dos una de las criaturas a la vez que lanzaba la otra contra un muro dejándola inconsciente. No había tenido tiempo aún de suspirar que ya estaba siguiendo la energía de su príncipe. Pero algo la hizo cambiar de idea y interrumpió su carrera unos momentos.
Darien corría a toda velocidad por los callejones. Notaba unos pasos detrás de él y no eran precisamente los de un humano. Los pasos se oían cada vez más y más cerca y rápidamente llegó al centro de la ciudad. La lluvia era cada vez más intensa y por suerte incluso en plena ciudad no había ni un alma. No había recorrido diez metros que otra de esas criaturas se situó en su camino sonriendo malévolamente. Las pezuñas de sus garras se alargaron y empezó a moverse velozmente buscando atacar. Darien se puso en guardia y esperaba el ataque de la criatura. Esta estaba ya por saltarle encima cuando algo la golpeó violentamente. Un coche deportivo arroyó a la criatura sin ninguna piedad lanzándolo a unos cuantos metros. La puerta del automóvil se abrió y ante los sorprendidos ojos de Darien distinguió al conductor.
- ¡Suba!- Darien seguía inmóvil por la sorpresa- ¡¡Suba!! -Por fin reaccionó y rápidamente abrió la puerta del copiloto. - ¡Agáchese!- La guerrera invocó de nuevo su espada y atacó con furia a la criatura, que estaba detrás del príncipe, lista para clavarle sus mortales garras. - Ahora sí, ya puede subir.
- Ya...- Una gota caía por el rostro de Darien.
La misteriosa guerrera pisó el acelerador y emprendieron su huída una vez más. Darien miraba por el retrovisor. La criatura permanecía en el suelo inmóvil, pero no tardó en distinguir una criatura más acercándose. Miró a la chica intentando avisarla, pero ella estaba también mirando por el retrovisor con unos ojos no muy amables. El horrible ser había mirado el cuerpo de su compañero y sin prestar más atención a la herida criatura empezó a seguir el deportivo rojo que huía a gran velocidad.
- Eso... ven a por nosotros... bestia...- La chica dejó escapar una sonrisa agria y miró a su príncipe cambiando su mirada fría por una de realmente cálida. - No os preocupéis señor. Los 3 guerreros que dejé con Marte, Mercurio, Júpiter y Venus ya han vencido. En estos momentos están en camino, acabarán con la criatura que esta inconsciente en la carretera. Sólo nos resta acabar con una.- Darien la miró sorprendido.
- ¿Cómo puedes saber todo eso?
- Mis guerreros y yo estamos comunicados por una línea mental. Yo sé todo lo que les ocurre y, a su vez, ellos saben lo que me sucede a mí, y por consiguiente, a vos. Ahora si me disculpa el atrevimiento le agradecería que se pusiera el cinturón. Va a ser un viaje movidito.
Darien obedeció sin rechistar y en cuanto lo tubo puesto la guerrera aceleró aún más. La criatura les estaba pisando los talones y ya empezaba a rasgar la parte trasera del deportivo. No tardó mucho en clavar sus garras y empezar a subir por el lomo del coche.
- Justo lo que quería. Agarraos alteza. - De un giró de volante muy certero la chica envió a la criatura contra un poste de luz a la vez que frenaba ruidosamente el coche con un perfecto derrape.- Esperadme aquí, no tardaré.
La chica se bajó rápidamente observando a la torpe criatura que la miraba odiosamente. La luz del poste roto iluminaba perfectamente la figura de la criatura y por primera vez Darien distinguió perfectamente al oponente. Su cuerpo era bastante esbelto y alargado, parecía el de una persona, claro que sin tener en cuanta esas enormes garras y la posición en la que se encontraba. Agachado como un gorila y reposando su peso en los enormes nudillos. Todo él estaba cubierto de un viscoso pelaje negro y sus ojos parecían dos rubís. La criatura respiraba con dificultad y de su asquerosa boca caía un liquido verde oscuro.
- Me pregunto por que todas las criaturas que sirven a los vampiros son tan asquerosas. Malditos gradioxs. ¿Puedes entenderme criatura endemoniada? Tu señor ha sido muy imprudente al mandaros. He matado a dos de los tuyos y mis fieles guerreros ya han eliminado al resto. ¿Acaso crees que tu suerte será distinta? Si hay algo más que roña en tu asquerosa cabeza lárgate y dile a tu señor que no podrá tocar a mi príncipe.
- Maldita humana... mi señor acabará con vuestra raza y aunque tenga que morir en ello, no saldréis ilesa de esta batalla. - la voz tétrica y ahogada de la criatura resonó por toda la calle estremeciendo a Darien que miraba todo desde el coche. Había intentado salir pero la chica se lo negó con un golpe de cabeza.
- Bien, que así sea. Más no os será fácil herirme.
Sin dar apenas tiempo a que la chica acabará su frase, la criatura se lanzó contra ella empuñando una lanza verde lima que se formó en sus garras. La guerrera empuñó su afilada espada y esquivando el feroz ataque rodó por el suelo hasta estar a unos metros de distancia. Se irguió rápidamente con el tiempo justo para parar el siguiente golpe del horrible ser. La fuerza de este era extremadamente fuerte y comparada con la de ella estaba en clara desventaja. Debía enfrentarse a él con armas, pues cuerpo a cuerpo la chica tenía todas las de perder. La guerrera vio a unos metros algo que le sería de mucha utilidad y empezó a retroceder obligando a la criatura a ir hasta allí. El monstruo alzó entonces su pezuña para dar un golpe mortal a la joven que sonrió satisfecha. En un movimiento veloz esquivó el ataque y pudo ver como la garra de la criatura se hundía en una de las jardineras de la calle quedando momentáneamente atrapada por el barro. Rápida como el viento y antes de que se liberase la chica dio un golpe seco a un camión de cemento situado justo al lado y vertiendo todo su contenido encima de la bestia que quedó sepultada. Darien salió entonces del coche y miró asombrado la escena.
- Justo como lo había planeado. Criatura estúpida te di la oportunidad de salvar tu miserable vida, sois demasiado tercos.- Un hilo de sangre escapó de uno de los hombros de la chica que dejó escapar una sonrisa- Cierto, no he salido ilesa, has logrado rozarme. Felicidades.
La guerrera se acercó hasta Darien que no le quitaba ojo a la petrificada figura del monstruo. Suavemente posó su mano en el hombro del príncipe y con una cálida sonrisa le indicó que subiera al coche. El camino fue corto y transcurrió en un extraño silencio. Darien permanecía pensativo y con la mirada baja y la chica parecía absolutamente concentrada en la carretera. No fue hasta que pararon que el príncipe no se percató del tiempo. La lluvia había cesado y los fuertes vientos se habían vuelto calmados y cálidos.
- Este es el tiempo normal en primavera y no el de hace unos minutos. ¿no cree? Sus guerreros y los míos están en este templo. - Darien miró el lugar y sonrió por primera vez en la noche. Estaban en el templo Hikawa. - Ahora responderé todas sus preguntas alteza. Sólo espere unos minutos más hasta que estemos todos reunidos. Por favor un poco de paciencia. - Darien observó los ojos cálidos de la chica y pudo ver dibujada, bajo la ropa de cuero, una sonrisa en su rostro.
Las chicas se miraban las unas a las otras sin atreverse a preguntar nada. Estaban reunidas en el templo, como siempre que ocurría algo. Más esta vez no estaban solas. Tres figuras permanecían en pie frente a ellas con sus miradas perdidas en el cielo estrellado. El tiempo era ahora cálido y tranquilo. Ray no podía evitar ver en ellos algo de melancolía. Por otro lado les debían mucho, la vida para ser más concretos. Esas tres figuras habían matado a las criaturas y afirmaban que Darien se reuniría con ellas en breve. Amy les miraba con disimulo y empezó a recordar los sucesos que habían ocurrido hace sólo unos momentos.
- ¡¿Quiénes son?! ¡¿Dónde se llevan a nuestro príncipe?!- Silencio, fue todo lo que recibió Ray como respuesta- ¡No me ignoren y contesten! ¿Qué quieren de nosotras?
- Tranquilízate y calla. Lo único que vas a conseguir con gritar es excitar al enemigo. - Uno de los guerreros, de voz varonil y fuerte le había contestado seca y fríamente.
- ¿Cómo...?
- ¡Cállate Ray! Nos quieren ayudar. Estoy segura. - La voz dulce de Amy tranquilizó la furia de la guerrero del fuego que más calmada miró a los tres desconocidos.
Por las siluetas habían descubierto que eran dos hombres y una mujer. Llevaban ropas oscuras y el rostro cubierto. Sus cuerpos despedían una gran energía que no pasó desapercibida por Rey. Ambos hombres parecían fornidos y fuertes. La joven, por el contrario, parecía delgada y débil. Los tres empuñaban espadas y miraban incansablemente un punto fijo.
De golpe 3 criaturas se abalanzaron contra los guerreros y todas y cada una de ellas fue vencida rápidamente. Las chicas no salían de su asombro. Ellas habían estado luchando sin ningún resultado contra las criaturas y no les había servido ni para hacerles un rasguño. Pero estos tres guerreros habían empuñado su espada certeramente y derrotado a su enemigo con una facilidad asombrosa.
- Las criaturas más fuertes han ido en busca del príncipe. Deberíamos ir en su ayuda.
- Guerrero Láctea podrá sola, estoy segura de ello. Pero acabaremos más rápido si vamos a matar a alguna de las criaturas. - La chica miró hacia donde estaban las 4 guerreras. - Será mejor que vengáis con nosotras, vuestro príncipe también lo hará más tarde.
Así las chicas habían ido detrás de los misteriosos guerreros que les habían ayudado. Se adentraron en la ciudad y no tardaron mucho en encontrar una de las criaturas tumbada en el suelo cubierta por su propia sangre. Al parecer, por las marcas de rueda en el suelo, había sido arrollada por un coche.
- Como no... siempre nos lo deja en bandeja.- Una sonrisa sincera se dibujo en sus rostros enmascarados y con un corte limpio de espada uno de los guerreros terminó con la vida de aquel miserable ser. Rápidamente el cuerpo de la criatura se evaporizó como si nunca hubiera existido. Cómo si nunca hubiera estado allí. Antes de que se dieran cuenta el mal tiempo empezó a ceder y en menos de diez segundos los fuertes vientos y la fría lluvia habían cesado.
- La última de las criaturas ha sido vencida. Chicas, ¿nos conducirían a un lugar donde podamos hablar sin interrupciones? Láctea se ocupará de llevar a vuestro príncipe hasta allí.
- Cla... claro...- Ray sólo pudo pensar en un lugar, el templo Hikawa. Y sin pensarlo los condujo hasta allí, que por cierto, estaba a pocas manzanas.
Y así habían terminado en el lugar de siempre, esperando ver aparecer a Darien por la puerta. No pasó mucho tiempo y ya el príncipe ingresaba en el lugar. Las chicas sonrieron mucho más calmadas y saludaron efusivamente al chico que las recibió encantado. Por detrás apareció la misteriosa guerrera que con una sonrisa fue a buscar a sus guerreros.
- Tan impecable como siempre. ¿Pero tienes un rasguño? Acaso una de esas criaturas logró tocarte?- La chica guerrero miró a su amiga algo sorprendida.
- Su fuerza de voluntad era muy fuerte, no quería defraudar a su señor.
- Debió ser muy fuerte para poder llegar a tocar a Láctea.
- No, simplemente no deseaba morir. Lástima que tuviera que hacerlo.
- Debes dejar de compadecerte de esas criaturas, son seres sin escrúpulos, crueles y fieros, y además, asquerosos.- Uno de los hombres se acercó hasta Láctea y acarició con cuidado la cabeza de esta. - Mi niña, siempre tan bondadosa. - Las cuatro figuras se pusieron a reír, no fue hasta entonces que Darien pudo notar que en comparación de las otros tres, la guerrera que le había protegido era bastante pequeña. Sin embargo parecía la líder del grupo.
- ¿Y bien? Creo que tienen mucho que contar. - Darien, un poco más relajado encaró a los cuatro guerreros, que, para su sorpresa se arrodillaron ante su figura. Las chicas, también sorprendidas, se miraron las unas a las otras.
- Mi señor, es un placer conocerle al fin. Nosotros somos los 4. Nuestra misión es protegerle a vos, nuestro príncipe y futuro Rey. Pero sobretodo, nuestra misión es ayudarle en el día X. Somos los guerreros finales, entrenados por dioses, inmortales herederos de la fuerza. Mi señor, somos los mensajeros del cambio.
Continuará...
Autora: Madre mía... al fin... estoy emocionadísima con esta segunda parte. La verdad es que quería hacerla mucho más tarde. Pero si hay una cosa que no soporto es tener una idea en la cabeza y no poder llevarla a cabo. Así que aquí esta. Espero que les guste, y no se preocupen si están perdidos. Eso es lo que quiero! A medida que se desarrolle la historia irán entendiendo. Espero que les guste y claro, también espero comentarios. Me dan la vida! Un beso y hasta la próxima.
