Suposiciones e intrigas

A pesar de sus alas y la gran velocidad que adquiría con ellas el viaje hacia su guarida se le estaba haciendo eterno. Algo muy raro había pasado aquella noche, algo que la había dejado trastornada. El viento soplaba frío como el hielo contra su rostro despejando así un poco su preocupación. Había muchas cosas que no encajaban en toda esta historia.

Nada más instalarse en la guarida junto con los otros guerreros del cambio había encontrado esas fotos en su recamara. Si bien le resultaba difícil de creer que alguien, a parte de los elegidos, había podido entrar allí, lo que más turbaba sus pensamientos era el por qué la princesa de la luna habría querido dejar las fotos allí. Estaba claro que lo había hecho con intención, no era cosa de un descuido. Se veía claramente pues la princesa había dejado escritos en el sobre su nombre, dirección (la del piso) y fecha de entrega (la cual coincidía con el día exacto de su desaparición). Además y para dejar claro que estaba planeado, al lado de las fotos había una nota que decía. "Mi príncipe no ha podido verlas, le pido a quién las encuentre que se las entregue personalmente y también me tomo la libertad de pedirle por favor que no le comente nada sobre esta nota. Yo tengo las que faltan, pues en ellas hay algo que debe permanecer aún oculto". Bien, ese era el verdadero motivo por el cual su cabeza estaba a punto de estallar. ¿Qué era lo que debía permanecer en las sombras? ¿Qué misterio podría haber descubierto la princesa para tener que desaparecer de esa forma? Y peor, ¿cómo lo hacia para esconder su aura? Porque estaba claro que tenía aura. Además, lo que había ocurrido en el piso... todo le resultaba muy confuso. Al llegar todo estaba en sombras y cubierto de polvo. Entró por la ventana con su poder de telequinesia y se había puesto a registrar el cuarto. Pero algo la había trastornado y ahora le resultaba imposible recordar nada. Se había levantado del suelo con un punzante dolor de cabeza y había oído voces procedentes de la entrada. Al salir pudo ver a su príncipe y a las guerreros. Si eso ya era extraño el hecho de que dijeran que la princesa había estado allí, que habían notado su presencia ya fue la gota que colmo el baso. ¿Acaso la princesa la había dejado inconsciente y por eso le dolía tanto la cabeza? ¿Pero cómo un ser inferior en poder a ella la había podido dejar sin conciencia? No, esa posibilidad debía ser descartada, no sabía si era por su orgullo de guerrera, pero se negaba a pensar que la princesa podía ser más poderosa que ella. No, era irrisorio, no podía ser. Pero entonces... ¿qué explicación había? ¿Qué papel estaba jugando la princesa en esta historia? Su majestad estaba sufriendo por su ausencia, aún así ella no da señales de vida. Lo normal y probable sería que estuviera muerta. Todos lo habían dado por echo, pero las guerreras se habían negado a creerlo. Pero si estuviera muerta el ordenador no habría detectado nada. ¿Por qué noto su aura? ¿Y por qué ahora?

Entre pensamiento y pensamiento llegó a la guarida, completamente helada y exhausta. Se adentró por los peligrosos laberintos y como un murciélago en la oscuridad detectó la entrada. Las luces del pequeño paraíso se filtraron dolorosamente en sus cansados ojos mientras descendía hasta tocar el suelo. Tres pares de ojos aguardaban su llegada con sumo interés y preocupación. Láctea sonrío y sin decir nada se adentró a un pequeño ropero que había a su izquierda. (ya sé que parece difícil de imaginar el lugar dónde se encuentran, pero imagínense una selva tropical en pequeño y con una casa de madera muy amplia en una cala hermosa que daba a un lago artificial. Las típicas comodidades de playa, tumbonas, palmeras, cocos, y tras la casa toda una selva con plantas y flores exóticas. Además el vestidor, o ropero, que a veces vemos en esos lugares, como un armario para cambiarse, ¿me siguen? Si tienen dudas me lo preguntan ¿vale? Sé que es difícil de imaginar, pero también lo es explicarlo. ) Bien, Láctea sonrío y sin decir nada se adentró a un pequeño ropero que había a su izquierda. Los tres se miraron unos a otros para luego dirigir su mirada acusadora hasta ella. La figura de la guerrera se podía divisar entre la cortina del ropero mientras cambiaba su traje de lucha por uno de más cómodo.

- ¿Y bien? ¿Qué pasó?- Ayies le miraba preocupado.
- No la he encontrado.- Miradas de desconfianza por parte de todos.
- Ya... ¿pero habrás descubierto algo...
- Parece estar viva. Me he encontrado a su majestad y a las guerreras en el piso, al parecer han detectado su energía en una computadora que contenía sus datos y se han encaminado hasta allí. Pero al llegar ellos su aura ha desaparecido por completo. Yo no he visto nada ni he captado nada, así que hay dos posibilidades. Que su ordenador este mal codificado y no haya captado en realidad nada y ella esté muerta, que creo que es la más probable (pero entonces no entiendo como encontró el piso, quién sabe). O que la princesa siga viva, haya estado allí y sea lo suficientemente fuerte y astuta como para haber podido impedir que la hallara.
- Es decir, que esta muerta. Si tú no la has encontrado es que no esta. - Ayies sonreía con orgullo.- ¿Nada más?
La chica pareció demorarse en contestar, cosa que extrañó a los tres guerreros. Además de que su voz sonó temblorosa.

- Nada más. Nuestro príncipe volverá al piso a mirar si encuentra algo. Yo también volveré mañana por la tarde. En cuanto a lo de la posible muerte de la princesa les recuerdo que no deben decir nada. Su majestad no quiere ni oír hablar de ello. Después de lo de hoy esta completamente seguro de que esta viva.
- No sé por qué quieres perder el tiempo buscando a esa princesa- Shin era ahora el que hablaba, recostado en una tumbona y mirando fijamente a la chica - Según las leyendas que nos contaron es muy poderosa, pero no lo puede ser más que tú, y por lo tanto me parece difícil creer que haya podido ocultar su presencia.
- Pero no es imposible- Aísha volvía a sus cosas pero sin dejar de prestar atención.- Si el príncipe necesita tanto a la princesa esta claro que su motivación en la lucha será más positiva con ella cerca o como mínimo con la esperanza de volver a verla. Si le borramos sus ilusiones ya no tendrá motivos por los cuales luchar. Nos conviene.
- Tú siempre tan fría y calculadora. Es cierto que el príncipe tiene un papel y que debemos hacer que lo cumpla, pero no es un objeto. - Láctea salió del pequeño vestidor con un hermoso bikini estampado.- Ahora me voy a bañar en el hermoso lago que tenemos e intentaré olvidar lo que ha pasado.
- ¿Bombón quieres que haga que sea de noche? Es mejor bañarse con la vista nocturna de las estrellas.
- Sí gracias, pero al fin y al cabo no dejará de ser un cielo creado por tu magia, no es la realidad Ayies.
- Quítale el romanticismo bombón, total, que importa lo que piense Ayies... - Ayies estaba hablando sarcásticamente y con tono dolido mientras la chica sonreía y se acercaba a él.
- Mi amor, no te enfurezcas. - Sus labios se juntaron ardientemente- ¿Por qué no te bañas conmigo?

Ayies no dejo ni que acabara la petición que ya estaba en el agua. El cielo oscureció y las estrellas aparecieron brillantes en la bella oscuridad.

- Lo bueno de los cielos artificiales es que no tienes que pensar en si habrá o no nubes.- Una sonrisa se dibujó en los labios de Láctea que se sumergió delicadamente en el agua dejando que alejara todos sus pensamientos contradictorios. No quería preocupar de más a los chicos así que se guardó para ella mucho de lo sucedido aquella noche. Aquel paraíso era suficiente para amainar notablemente todas sus dudas y poder así relajarse. Pronto volvería al piso y quizá descubría algo más. Por ahora sólo debía pensar en su vuelta. Ella había iniciado más tarde su entrenamiento y debía volver con su maestro a concluir su preparación. La razón por la cual había sido despertada más tarde que los demás le era desconocida. Su maestro le había dicho que antes de su iniciación debía concluir una misión de su otra vida. Eso significaba que ella había sido alguien importante en su vida pasada, alguien con poder y magia. Dentro de unas horas, tras su investigación, se dirigiría a la "Miríada", galaxia dónde se había criado y el lugar dónde había madurado y progresado en esta vida.

Nota informativa: Para que no haya confusiones. Láctea no tiene aura por qué no tiene pasado y por lo tanto carece de recuerdos y sentimientos. Pero os preguntareis (y sus 15 años de vida?) Bien, tiene fácil explicación. Recordad que en el capitulo anterior se dijo que al nacer habían encerrado sus sentimientos y los habían dejado protegidos de cualquier amenaza exterior. Es decir, que Láctea puede amar, puede reír, llorar, y puede hacer de todo! No es un trozo de hielo. Como habréis notado algo se come entre Ayies y ella. Así que no descartéis la posibilidad de un romance entre ellos, pero si es verdad que su misión esta por delante, ellos lo saben y lo respetan. Su amor jamás podrá ser tan intenso como el de Serena y Darien, pues sus sentimientos están controlados, pero eso no significa que no sientan.

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Estaba realmente cansado. La noche había sido más larga de lo habitual y además durante el poco tiempo que concilió el sueño tuvo miles de pesadillas. Por alguna razón se le repetían en la cabeza imágenes de una de ellas, confusas y sin sentido. Una luz verde en su frente, un rayo de esperanza, un dolor en su pecho y los ojos llorosos de Serena frente a él, apenas a unos centímetros. Él intentaba decir algo a su amada, pero las palabras se morían en sus labios a la vez que despertaba. Era la segunda vez que lo tenía y se empezaba a inquietar.

Ahora estaba liadísimo recogiendo todas esas cajas y amontonándolas en una sola habitación. Llevaba en el piso un par de horas y todavía tenía muchas cajas por mover. Luego, limpiaría el polvo, barrería el suelo y fregaría. Tal vez sí tenía tiempo luego se pondría a mirar el contenido de las cajas y a colocar las cosas en el piso. Una sonrisa melancólica se dibujó en su rostro. Esa sería su sorpresa para Serena, en cuanto viniera encontraría el piso montado y listo para ser habitado. Quién sabe.. quizá sería ahora su pequeño refugio, uno sólo para él, hasta que ella volviese. Un lugar dónde nadie le encontraría.

- Buenas tardes alteza. - Darien se sobresaltó sobre manera y giró el rostro impresionado.
- La... Láctea...Siempre me asustas.- Láctea se acercó hasta el príncipe y se inclinó en señal de respeto.
- Lo lamento alteza, no era mi intención asustarle. - Darien la miró de arriba a bajo. Ella siempre llevaba el mismo traje de lucha y el rostro tapado. Dejó escapar un suspiro de resignación- Perdón por mi impertinencia alteza, pero me gustaría preguntarle si habéis hallado algo.
- Sí... bueno... no he hallado nada, he descubierto algo.
- ¿Puedo preguntaros que majestad?
- Al llegar he hablado con la recepcionista. Ella me ha preguntado si me llamaba Darien Chiva, al contestarle que sí, muy sorprendido por que supiera mi nombre, me ha entregado esto.- El príncipe le extiende un sobre a la guerrera.

Querido Darien:

Sabia que encontrarías este lugar tarde o temprano. En fin, si estas leyendo esta nota es que mis premoniciones han sido acertadas y en estos momentos no estoy a tu lado. Pero no debes preocuparte amor, mi corazón me dice que algún día, no muy lejano espero, nos veremos de nuevo y entonces ya nada nos volverá a separar. Sólo espero que no me guardes rencor por haberme ido sin ti. Sabes que tengo mis motivos, siempre los tengo y también quiero que sepas que ocurra lo que ocurra siempre te querré Darien. En fin, nueva misión nueva lucha, esta será muy dura. Te ruego que intentes entenderme y ponerte en mi lugar. Se bueno con los guerreros que aparecerán o ya han aparecido en tu vida y sobretodo, amor, no me olvides. Dale recuerdos a las chicas y cuida de este piso.

De tu conejita: un beso.

Láctea levantó la cabeza sorprendida. La princesa ya sabía que tendría que irse, que Darien encontraría el piso y lo peor, que ellos llegarían. ¿Cómo podía ser?

- Serena sabía lo que ocurriría. ¿No es asombroso? Siempre tuvo un don, pero poder ver el futuro con tanta claridad... eso es nuevo.
- Príncipe... no tengo palabras. Vuestra princesa debe ser muy poderosa, sin duda. Pero es muy extraño que no notemos su aura. No logro entender nada.
- La recepcionista me ha dicho que ella le dio permiso para que yo me instalara en el piso si era mi deseo. Serena me conocía muy bien, sabía que querría venir a menudo aquí. He decidido pagar los gastos de electricidad, agua y luz y así poder venir aquí cuando me apetezca. Estoy seguro de que las chicas me ayudarán a recogerlo todo y a colocar las cosas de Serena. - Darien miraba ilusionado el piso con una sonrisa de lo más melancólica.
- Mi príncipe debo comunicaros algo. - La voz de Láctea se tornó muy seria y segura.
- Dime Láctea, que te preocupa.
- Mi señor, yo debo volver a mi hogar ahora. Debo acabar mi entrenamiento para poder ser más eficiente en la lucha y en vuestro entrenamiento. Durante 6 meses estaréis sin mi protección. Ayies, Shin y Aísha estarán para todo lo que podáis necesitar. Lamento tener que partir tan rápido, pero es por el bien de la misión. - Darien la miró algo sorprendido para luego sonreír.
- Claro, lo entiendo. No te preocupes, sé cuidarme. Además si me dejas a tan buenos guerreros...
- Gracias mi señor por entender. Ahora debo partir. Estaré ansiosa por volver y poder ver el piso perfectamente arreglado y decorado. Le deseo mucha suerte alteza y espero que encuentre a su princesa pronto. - Láctea se inclinó y miró a los ojos a su príncipe.- No debéis preocuparos alteza, vos tenéis bondad en vuestro corazón, fuerza y deseos de proteger vuestro planeta. No necesitáis más que eso para vencer en esta batalla.
- En eso te equivocas, la necesito a ella. - Darien le sonrío dulcemente a la vez que apretaba en sus manos la nota que su princesa le había dejado.
- La tenéis, quizá no delante, pero sí en el corazón. Adiós majestad. Espero con ansias nuestro próximo encuentro.
- Buen viaje. Que te vaya bien.

Láctea desapareció tal y como llegó. Se esfumó en cuestión de segundos dejando tras de sí una nube de polvo. Darien no sabía por qué pero sentía una gran confianza por esa chica. Quizá era demasiado respetuosa y servicial, pero no dejaba de sorprenderle. Había algo muy cálido en ella, y él lo sabia. Darien miró a su alrededor y una gota caía por su frente.

- Mejor que me ponga a trabajar o esta noche la paso aquí.
- Tranquilo nene, las guerreras del amor y la justicia han llegado! - La voz de Mina despejó a Darien de todas sus preocupaciones y miró a las cuatro chicas con una sonrisa.
- Pues entonces...- Darien coge una escoba y se la entrega a Mina- Puedes empezar.

Se pasaron toda la tarde liados con las tareas domesticas, y aún así sólo lograron despejar todo el polvo. No tuvieron tiempo para fregar ni mucho menos para empezar a colocar las cosas de las cajas. Esa tarde había sido la mejor en mucho tiempo para Darien, con una sonrisa y sin tener tiempo a pensar en otras cosas. Simplemente había vuelto a ser el de antes, por una tarde.

Continuara....

NOTAS DE LA AUTORA: Bueno, ahora me ha dado por escribir a toda pastilla. Pero es que estoy pasando por una lluvia de ideas y ya que se han acabado los exámenes. Pues escribo! Espero que les este gustando. Muchas gracias por sus comentarios, me animan mucho. Un beso y hasta el próximo capítulo.