**  Capítulo 1: "Don dinero"  **

EN ALGÚN LUGAR DE INGLATERRA...

- La profesora Trelawny está muy extraña... desde que tuvo ese accidente en la escoba mientras andaba visitando a no sé quien en...

- A su primo.

-...en no sé dónde...

- En Sudáfrica.

     Lo ignoraron, como siempre. ¿Para qué se molestaban en chismorrear si desconocían los hechos?.

-...de ser algo... inconsistente...

- Una charlatana obtusa.

 - ¡Severus, qué bueno que todavía está acá! – avanzó con beatitud el Director, haciendo acto de presencia.

     "Dónde más iba a estar, si él mismo me pidió que lo esperara...", pensó el profesor de pociones. Pero contuvo apenas la lengua.

     Dumbledore saludó al resto de los profesores, en donde faltaba Trelawny, preguntándoles por sus familias, por sus mascotas, por sus jardines, por su receta de porridge, y por toda maldita cosa que se le pudo ocurrir desde que se levantó ese día.

     El pálido profesor de oscuro permaneció silencioso y malhumorado a su lado.

- ¿Así que la profesora Trelawny... ?

     "Oh, no. ¡No de nuevo!". Deseó intensamente haber caído enfermo ese día y así haber faltado a la reunión "social" convocada por el Director. 

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CENTRO DE UNA MEGA-CIUDAD A MUCHOS MILES DE KILÓMETROS DE ALLÍ....

     Sebastián hizo su recorrido habitual por el centro, repartiendo su carga de "cedes". Por un tiempo él mismo los vendía, pero eso le quitaba tiempo para sus otras actividades, así que prefería ocupar su valioso tiempo haciendo de intermediario en remediar las necesidades de los otros. Por un buen porcentaje eso sí. Sólo sí había buen billete para él hacía las cosas.

     Él estaba acostumbrado a tratar con mucho tipo de gente, y a saber sacar provecho de cada pequeño conocimiento que pudiera obtener y que le pudiera servir para algo. Probablemente, se le había desarrollado esa habilidad debido a la vida errante que siempre habían llevado, dando tumbos de un lado a otro, y otro lado más.

     Sebastián sospechaba que su madre tenía sangre de gitana o de pirata o algo parecido, y de ahí le venía el viajar siempre a todos lados. No recordaba haber estado nunca más de 9 meses en alguna parte desde que tenía conciencia de ello. Por supuesto, cuando era más chico, pensaba que eso era muy normal, eso y el soñar siempre con grandes pájaros, pero más tarde se dio cuenta que no era así. Y en cuanto a lo de los pájaros, tal vez era también por lo mismo, fruto de  estar siempre mudándose.

     Después de unas cuantas paradas en el camino, decidió ir a ver a su amigo Yak, en el 'ReY dE lOs TatUaJeS'. Descendió al subsuelo de un moderno edificio de cristal, donde había muchos locales de tatuajes y piercing, y de todo para la moda gótica, dark, neopunk y otras más del mismo estilo. La música de rock pesado te asaltaba rompiendo tímpanos desde varios locales.

     Se detuvo a observar por la vidriera del local, para ver si estaba desocupado. Era una hora floja, sólo aparecía de vez en cuando un oficinista treintón a hacerse algún "tatoo cool", de esos que estaban de moda, como algún ying-yang, o uno de esos como olas, o bien uno de esos símbolos raros de su clase de reiki.

     Un hombre corpulento de cabello azul limpiaba su área de trabajo, y ordenaba las agujas selladas en ese momento.

- ¡Hey, Bas, my man – le gritó Yak desde adentro.

- Hola, mira lo que te traje – le pasó un paquete de comida de la que sabía que a él le gustaba. Comida casera que había comprado en una pensión por allí cerca.

- ¡Te pasaste de buena onda, Bas! – empezó a comer enseguida.

- Sí, claro –. ¡Como si no le fuera a cobrar!.  Sebastián comenzó a curiosear, y se detuvo a observar los dibujos del muestrario, donde aparecían calaveras de todas formas y tamaños. Había unas que le daban risa, y otras algo más siniestras que llamaban su atención. Como esa de la lengua retorciéndose fuera de la boca.

- Hey, Bas, ¿cuándo te vas a animar?. Si quieres te la hago ahora, con un descuento, y con mi mejor tinta. Parece que esa te gusta ¿no? – con un dedo grueso señaló la calavera con la lengua afuera - ¿aquí en el hombro? – se señaló el lugar.

     El chico alzó una ceja - ¿Descuento? 'Estai' más hue... me la tendrías que hacer gratis. Después de todos los clientes que te he mandado-. Por un momento se visualizó a sí mismo con el tatuaje encima. Nada mal, eso, si su madre no lo pillaba.

     El hombre se rió. Se pusieron a conversar de otras cosas. Cuando Sebastián se sintió observado. Volteó y vieron a un sujeto en el pasillo oscuro con las luces de neón de los locales cayendo sobre él. Cabello corto, gabardina oscura, llevaba un paraguas. Miró el local fijamente por varios minutos y luego se marchó. Sebastián no supo por qué, pero el tipo le dio muy mala espina. Y en su negocio, había aprendido a confiar en sus instintos.

- Brr. Ese sujeto sí que era creepy, my man, totally creepy. – le dijo Yak. Y eso, viniendo de un hombre de 45 años, con el cuerpo lleno de tatuajes, de 120 kilos, vestido de cuero, con un fideo colgando en la barba, cabello azul y piercing en toda la cara, SÍ que era escalofriante.

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INGLATERRA EN ESE MOMENTO...

- Así es, Severus, tengo una misión para ti. Tal vez tengamos suerte y Moody te pueda acompañar...

- ¡Moody! – el profesor se atoró de la impresión.

     Dumbledore le dio unos golpecitos en la espalda casi por inercia.

- Sí, sería una suerte que Moody pudiese viajar contigo...

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Continuará...

 Nota:  my man: mi hombre

            creepy, totally creepy:  escalofriante, totalmente, escalofriante.