AVISO IMPORTANTE: Me voy a echar al bolsillo el libro 5. No existe. Así que supongo que esto es AU. Sin embargo, voy a sacar algunos personajes de allí, como a los de la Orden, así que si alguien tiene alguna pregunta que la haga. Gracias por su comprensión y buen voluntad. Espero que lo sigan leyendo ^ ^;
** Capítulo 3: "Septiembre" **
ALGÚN TIEMPO DESPUÉS...
LONDRES, UNA ESTACIÓN FERROVIARIA.Septiembre.
El tren Expreso a Hogwarts partía hacia la escuela llevando su preciosa carga de estudiantes, ansiosos y excitados por llegar a la famosa escuela. A bordo iba un Gryffindor con una cicatriz en la frente que se sentía particularmente inseguro ese año. Voldemort había regresado. Y lo peor de todo, los idiotas del Ministerio de la Magia estaban tratando de encubrirlo de cualquier manera posible.
Cada año de escuela le había significado un nuevo peligro mortal que afrontar, bueno, este año ya sabía lo que debería enfrentar, aún así se preguntó de qué manera sería.
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ALGÚN LUGAR EN ESCOCIA...
En Hogsmeade habían llegado tres personas a la posada. Tenían planeado tener el castillo estrechamente vigilado.
Hacía tan sólo 6 horas que los agentes de Dumbledore se habían aparecido en las afueras de Hogwarts, usando trasladadores trayendo al chico con ellos. Antes de la entrada, él recuperó la conciencia, y desde ese momento volvió a ser un problema.
El aire frío le cortó la respiración, y le hizo doler la frente. Estaba terriblemente mareado. Dos hombres lo flanqueaban llevando unas varas en alto, mirando hacia todos lados. Sebastián se agachó tratando de aclarar sus sentidos. Una mano lo agarró con firmeza del hombro. - Vamos – le ordenó.
- Espera un momento, que el muchacho pueda respirar – dijo el hombre más bajo. Al parecer el mismo hombre le colocó algo bajo la nariz, que le despejo la mente en un segundo acabando con las nauseas.
- No te fíes de él. Ya sabes lo que le hizo a... -
- ¡Es tan solo un chico! – dijo el otro, con algo de diversión en la voz.
Sebastián levantó la cabeza, y observó a su alrededor. Parecía que ya no estaba en Kansas*. No pudo ver mucho de los alrededores porque al momento siguiente un hombre alto y negro lo cogía firmemente del codo conduciéndolo a la entrada al castillo. Les había oído nombrar Escocia en sus conversaciones, así que suponía que se trataba de un viejo castillo escocés perdido en algún lugar poco visitado. ¿Voy a conocer a Nessie**? Siempre pensó que le gustaría viajar y conocer, pero no era así como lo había planeado, más bien en su imaginación involucraba una mochila, una bicicleta y el euroilpass. Tan solo esperaba que el viejo castillo no tuviese fantasmas...
Sebastián miró las antorchas en las murallas con escepticismo. Pero si a este lugar le hacían falta varios halógenos, no una antorchita, ni que fuese antorcha made-in-hollywood de esas que iluminan hasta la casa del frente.
Un hombre apareció dando la vuelta un pasillo, farfullando algo inenteligeble. - ¡Qué! – chilló el hombre flaco - ¡Un muchacho!¡Todavía no deben llegar los muchachos!
- Silencio, Filch. Venimos a ver al Director – dijo el hombre alto, sin detenerse.
El que había gritado, el llamado Filch, le dirigió una mirada de rencor al chico. Sebastián lo miró con burla mientras lo dejaban atrás. Y luego siguió mirando con curiosidad las gruesas murallas de piedra del castillo, puesto que los tres iban en silencio mientras se dejaba llevar mansamente por los intrincados corredores y escaleras. Viejas armaduras del tipo medieval y algunos cuadros se sucedían.
"Qué interesante tercera dimensión, será de última generación... ¿pantalla de gel?". Lo siguiente fue un chillido de su parte cuando los vio cuchichear entre ellos de cuadro a cuadro ¿Un holograma podía hacer eso?. Diggle se rió a carcajadas, encontraba sus constantes sobresaltos muy divertidos. Divertido le iba a dar a él un día de éstos. Pero cualquiera hubiera gritado ¿no? Cualquier persona normal, me refiero. No estos... m-a-g-o-s.
Septiembre.
Primavera... una extraña y gélida primavera, sin lugar a dudas. Un momento, continente equivocado. Este era ¿Otoño?.
Escuchó de nuevo voces indistintas que se elevaban en frases audibles sólo de manera entrecortada.... Imposible... el conjuro... QUÉ!... hasta cuándo?... él no es... (largo silencio o más bien palabras inaudibles para él) ...Slytherin??... necesitamos...
Estaba taaan aburrido. Balanceó las piernas y se levantó. Inmediatamente tronó una voz paralizándolo:
- ¡¡No se mueva de su asiento, señor Millar!! – gritó una voz masculina desde adentro.
Se sentó con un bufido, su trasero estaba dormido después de estar ¿horas? sentado en el pasillo afuera del despacho del Director. ¡Y ni siquiera había empezado las clases! Aburrido. Tiró el palito al aire varias veces y lo movió entre los dedos, girándolo como a una batuta. ¿Qué era eso que brillaba sobre la mesa?
- ¡¡Señor Millar!! – gritó una voz en su oreja - ¡No se arroja la varita al aire si no quiere acabar con media cara menos! – la recogió en el aire. Mírenlo, gritando como Moody.
- Eso sería cierto si yo supiese usar la maldita cosa – le dijo con remarcado sarcasmo.
- ¡20 puntos menos a... - se interrumpió al recordar que el mocoso insolente aún no tenía casa asignada. No soportaba su sonrisita de afectación, y no había sentido tantos deseos de estrangular a un alumno desde los Potter, James y Harry juntos.
- Señor Millar, ahora puede pasar – los interrumpió la serena voz del Director desde el interior de la oficina.
Sebastián sonrió – ¿Me disculpa? El Secuestrador-Jefe me solicita.
- Mocoso... – Sebastián se agachó por instinto mientras sentía pasar airecito por arriba de su nuca. Esquivó un coscorrón o una cachetada no estaba seguro, pero el evitarlo era suficiente.
- Gracias, Severus, puedes retirarte a tus obligaciones – dijo Dumbledore con afabilidad.
El maestro de pociones se retiró refunfuñando.
- Ah, señor Snape... – lo llamó el chico. El profesor se detuvo, sin voltearse – el 'palito'... – le recordó, ya que aun lo tenía en la mano izquierda. Snape se volteó con lentitud, y por un segundo Sebastián se visualizó a sí mismo con el corazón atravesado por el pálido profesor utilizando para ello el 'palito'; aunque, pensándolo bien, el otro era más bien el de la pinta de vampiro... jum... ¡Nah! Eso era poco verosímil.
Dumbledore debió haber creído lo mismo, porque se adelantó y extendió la mano con una sonrisa beatífica. La varita temblaba apretadamente en la mano del profesor cuando la depositó en las manos de Albus. – Gracias – le dijo el Director, y le palmeó el hombro empujándolo hacia la puerta de salida.
- Albus, no lo dejes solo, ya sabes que él es un la.. -
- Sí, sí,... – cerró la puerta.
Sebastián examinaba la oficina del Director. Deliberadamente evitó mirar los retratos. Brr... eso sí que le daba escalofríos.
Cuando sus ojos catalogaban el contenido del escritorio del Director, se sintió observado. Se volteó y vio una percha. ¡Vaya! Un ave enorme se posaba sobre ella. Un ave dorada con matices de oro y fuego entrelazados. Sebastián extendió la mano, quería sentir sus plumas. El Fénix extendió las alas y retrocedió retrayéndose y evadiendo su contacto, voló al otro lado de la habitación. "Tímido", pensó el chico.
Dumbledore entrecerró los ojos al observar la escena.
- Asiento, Sebastián. ¿Té? – hizo aparecer unas tazas y galletas y notó la tensión del muchacho cuando hizo eso. – Así que soy el, ¿cómo me llamaste?, "Secuestrador-Jefe" – se rió entre dientes, mirándolo por sobre los anteojos de media luna.
El chico se encogió de hombros y examinó sospechosamente una galleta.- Bueno, eso es lo que pasó ¿no?. Me secuestraron de mi país, de mi casa y mi familia.
- Sebastián, se te ha explicado varias veces que es por tu propia protección. Estamos en una guerra. Y tu...
- Oh, vaya – lo interrumpió con sarcasmo – Y yo que creía que las únicas eran la guerra de Irak, la de Somalia y la de Palestina. ¿Ya sabe dónde está?
Dumbledore suspiró. - No, Sebastián, todavía no la encontramos.
- ¿Y cómo sé yo que no la tiene por ahí en un calabozo o mazmorra?
- Sebastián. Te aseguro que no es así. Y que tan pronto sepamos algo te avisaremos.
- Sí, claro.- la mirada azul clara de Sebastián parecía un diamante. Dumbledore se estremeció involuntariamente, se preguntó si siempre habría sido así, igual de fría, pero no tenía punto de comparación, ya que cuando llegaron a él era muy tarde. No sabía si el chico siempre fue así, igual de sarcástico y astuto, o era a causa del conjuro del pergamino.
El Director le extendió la varita. – En unas horas, llegarán los alumnos a Hogwarts para iniciar el año escolar. No salgas del castillo. Y guarda esto, no te separes nunca de ella.
El chico inclinó la cabeza, se sentía muy cansado, inadvertidamente extendió la mano izquierda y la varita saltó a su mano. - ¿Me puedo ir?
- La profesora McGonagall te espera afuera. No dejes el castillo – le repitió. - Afuera hay mayor peligro del que crees. Ah, y no pienses hacer lo que estas pensando hacer – lo miró fijamente, pero el chico no pareció impresionarse. Eso era lo peor, se sobresaltaba por tonterías, pero no hacía caso de otras cosas.- Tenemos a gente vigilándote especialmente – recalcó el hecho, para evitar que hiciese alguna tontería, como tratar de escaparse.
Sebastián echó la cabeza atrás y soltó una carcajada, tomándolo absolutamente por sorpresa. ¿Estaba tratando de asustarlo, acaso?
Dumbledore suspiró. Oh, sí, definitivamente este iba a ser un año muy pesado, Voldemort, la Orden, el Ministerio, Harry Potter, los mortífagos, y ahora Sebastián Millar.
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Continuará...
Notas del autor: * Alusión a la película El Mago de Oz.
** Nombre popular y cariñoso con que se conoce al mítico Monstruo del Lago Ness, en Escocia.
Respuestas a los reviews en orden alfabético:
Ahuitl: Muchas gracias por tu review! Bueno, Sebastián tiene entre 14 y 15 años. Llega al 5º año con Potter. No lo describí desde el principio a propósito, porque es algo que se puede hacer sólo cuando escribes, en que cada uno se lo imagine como le parezca. Acerca de que él vive solo es más común de lo que crees, yo me he basado en gente real para hacer este personaje. Que bueno que te guste mi nick . No sabía lo que me contaste de Bellatrix. Ah, y no tengo rollo con Snape, es uno de mis favoritos también =)
Karla-Hoshi: Muhahaha. Se me... pegaron... los puntitos... Si Sebastián es o no un mago eso está por verse y es parte de la trama. )
Tasha: ¡Gracias! Te voy a cobrar la palabra.
Viena: ¡Gracias por tu review! Tuve algunos problemillas con la continuación, como arrancar del PC a cierto adolescente que chatea con su novia, ¡uf!, jeje.Gracias por igual a cualquiera que lo lea y no se atreva a dejar un review.
¿Cuáles son lo buenos y cuáles son los malos? ¿Por qué el fénix se apartó de Sebastián? ¿Qué es lo que está perdido? ¿Qué es el conjuro? ¿Qué había en el pergamino? ¿Qué se le perdió a Moody? ¿Por qué los mortífagos quieren a Sebastián? ¿Sebastián es mago o no es mago? ¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué el gas se acaba siempre que es feriado y el agua caliente se termina cuando uno se está lavando el pelo? Cof-cof (perdón, me dejé llevar)
Se reciben posibles respuestas y especulaciones.
