Capítulo 4.

Por fin el silencio reinaba de nuevo en el hotel.

Rei suspiró mirando por la ventaba. Recordaba todas y cada una de las frases dichas por sus amigos cuando lo vieron llegar casi arrastrado por Kai: Desde los afectuosos "estábamos muy preocupados" de Max; hasta los "¡¡REI!!, ¿CÓMO SE TE OCURRE SALIR?, ¡NOS TENÍAS TAN PREOCUPADOS....!" de Mariah. Pero no podía negar que le causaba gracia todo lo que había pasado. Más todavía al recordar las caras de sus amigos cuando les mostró los peluches. Ahora todos descansaban sobre su cama, en donde él debía estar.

-Acuéstate ya.

La autoritaria voz de Kai lo sacó de sus pensamientos y, sin querer, lo hizo sonreír más.

-¿Qué pasa?

-...Nada Kai. Gracias por buscarme. Y siento no haber avisado...

-Ya lo has dicho miles de veces. Lo importante es que duermas. Ya no te volverás a escapar.

-Pero no quiero estar aquí encerrado. -reclamó mientras caminaba hacia la cama- Me aburro mucho...

-Pues no te divertirás a costa de nuestros nervios.

-¿Y si la próxima vez aviso?

-No habrá próxima vez.

-¡Pero Kai...!

-Nada de peros. -cortó. De pronto, la situación casi hizo sonreír a Hiwatari. Parecía un viejo regañando a un niño pequeño- No seas malcriado y duérmete.

-Pero...

-Los gatos duermen todo el día. Tú deberías hacer lo mismo.

-¿Gato?

La mueca de "no entiendo" que se posó en la cara de Rei logró arrancar risas mal disimuladas de su compañero. Definitivamente necesitaba carcajearse.

-Gato... -y de un movimiento increíblemente ágil se escondió bajo las sábanas quedando solo su largo mechón fuera. -

-Duerme de una vez Neko malcriado.

Un maullido se oye desde el interior de la cama y Kai sonríe una vez más. Ese Rei era un caso perdido. ***

"Es como un niño pequeño... Tanta ternura, tanta dulzura en una sola persona... al principio pensé que él no tenía nada que hacer con nosotros, que Takao sería más fuerte que él, pero me doy cuenta de mi enorme error. Todas esas cosas que a mis ojos eran falencias son las que arman la personalidad de este gato malcriado... Ya es todo un joven, pero es tan agradable y reconfortante ver su sonrisa y sus ojos brillantes... solo le falta comenzar a jugar con un ovillo de lana... Quizás deba traerle uno para molestarlo..."

Kai se mantenía silencioso sentado en la cama junto a Rei, que no se había movido de la posición en la que se había quedado dormido, permitiendo a su amigo y guardián(carcelero) jugar con su mechón negro y rebelde. Una enorme sonrisa adornaba los siempre fríos rasgos de Hiwatari, otorgándole aires de serenidad y paz interna que el muchacho no había sentido nunca. La luz de la luna que se filtraba a través de la ventana bañaba su cabello bicolor, dejando la habitación entera en tonos celestes, grises y blancos, con ligeros tonos de violeta claro, azules y negros en las sombras más alejadas. Las perlas marrones de Kai brillaban con tonos púrpuras y rojos, denotando su tranquilidad y la sensación de bienestar que sentía en ese momento. Por primera vez en mucho tiempo el silencio reinante no acunó su alma en sombras, sino en pensamientos agradables y situaciones divertidas. Los sentimientos de frustración y desesperación que lo habían llenado durante la búsqueda de Rei le parecían ahora meras anécdotas, malos recuerdos que pronto se alejarían.... Mientras el muchacho estuviera bajo su cuidado se encargaría de que nada malo le pasara...

Pero entonces llegó a él un preocupante pensamiento, que rompió la suave atmósfera creada....

"Mientras Rei esté enfermo..."

¿Pero cuanto tiempo más estaría así?. Su recuperación iba a pasos agigantados, los médicos estaban asombrados.... Pronto Rei estaría sano de nuevo, tal como dijo Takao, saltando tejados y comiendo pescado...

Y volverían a la relación que tenían antes. Esa relación de "líder-frío-y- chico-duro-que-no-habla" y "muchacho-sereno-que-aguanta-todo-con-una- sonrisa". Volverían a ser hielo y paciencia, indiferencia y cooperación... volverían a ser Kai y Rei... Y no quería eso... la sonrisa juguetona de Rei, sus reclamos... ¡no quería perder esos pequeños detalles de la intimidad de su compañero!... ¿un momento?... ¿intimidad?...

"¿Intimidad?... pero... nunca me ha gustado meterme en la vida de otros, porque yo mismo guardo secretos que no me gustaría que nadie supiera... Respeté el silencio de Rei la primera vez que nos encontramos con los White Tigers y esa mocosa lo llamó traidor... ¡ja!, traidor Rei... eso me hizo hervir la sangre, y cuando los demás aparecieron... ¡quería hacerlos polvo!, ¡y Rei no se defendía!... quería destruirlos porque dañaban a Rei, lo sentía... sus ojos dorados nublados por los recuerdos... y cuando nos dijo que Mariah tenía razón.... ¡Esa mocosa!, ¡como la detesto!, siempre colgada del cuello de Rei, como su fuera una sanguijuela... podría irse lejos, a China y no aparecer nunca más, odio que esté cerca de él... cuando estaban conversando aquí y Takao me arrastró, ella nos quiso sacar, yo lo supe, lo noté... Ella hierve de celos, pero Rei no la quiere, no señor, se nota que los sentimientos de este Gato Malcriado son diferentes hacia ella.... es... ¿cómo decirlo?... ¿un amor filial?, [de hermanos]... noto la manera en que la mira, no tiene ese brillo especial que lo hace ver tan bien... Además... sus ojos se ven más gatunos cuando su pelo cae por su cara, o vuela al viento.... y.... ¿en que pensaba antes?"

De nuevo la palabra volvió a su mente. Intimidad. ¿Eso era lo que tenía con Rei?, ¿una relación íntima?... quizás si era así. Íntima pero no física, y eso causó una pequeña amargura en su pecho. En esos días había podido notar diferentes detalles de Rei que antes habían pasado por alto. Su manera juguetona, sus manías... sin embargo, aún no conocía su corazón. Mucho menos su cuerpo.

-"Quizás... quizás el hecho de estar preocupado por él, el sentirme culpable por su estado me provoca estos extraños sentimientos... Rei me ha mostrado algunas cosas que al resto no, pero no son tantas tampoco. Con todos se ha visto simpático y juguetón... pero todavía sé menos de Rei que ellos"

Y ese "ellos" iba directamente dirigido a los White Tigers. Lo conocían casi de toda la vida... podían saber que hizo, comió, bebió, por donde estuvo y que sentía con solo mirar sus ojos ámbar... y eso era lo que Kai deseaba... deseaba saberlo todo. El muchacho chino era tan especial para sus cosas: su serenidad a toda prueba, su tranquilidad, su sonrisa, sus ojos... ¿Cuántas veces habrá puesto en la lista de cualidades de Kon su sonrisa y sus ojos?

-"¿Esto es culpa?... ¿o es algo más?"

Las posibles respuestas y sus reacciones mantuvieron a Hiwatari pensando durante largo rato, hasta que el sueño lo venció con un suave aroma a aire húmedo y cerró sus ojos, apoyándose en la almohada, mientras Rei se estiraba por primera vez en toda la noche.

Continuará...

Notas: bastante sentimental este cap, pero lo quise hacer para mostrar un poco los sentimientos que Kai comienza a tener sobre su felino compañero... ¿Será amor lo que siente o es solo la culpa que lo agobia? ediciones_ryochan@hotmail.com