Que emoción, muchos reviews ^.^. Comencemos a contestarlos....

Mariah_chans: ^^ me alegra que te guste tanto, y gracias por tus palabras (me suben el ego!!), pero eso sí, este fic ya está terminado en mi pc. He empezado varios desde que conocí la serie, antes de comenzar a publicar aquí. Pronto los 7 cap estarán listos.

Aiko: Opino lo mismo ¡Kai x Rei RULZ!, ten paciencia que pronto esto terminará... (y espero que no me odies cuando lo haga....)

Neko-Jeanne (neko-chan): Mi querida neko-chan ^^, cuando quieras hacemos juntas, y si necesitas consejo de una ociosa como yo, ya sabes que siempre estaré ahí.

Mistery Ray Girl: Gracias por decir que tengo talento (aunque yo no opine lo mismo ^^), pero eso si, al igual que a los demás: este fic está terminado, no pienses que soy ultra rápida para escribir (aunque admito que no me llevo más de una semana terminarlo).

Rei Kon 18: Nyaaa, ¿cierto que Rei es un gato con todas sus letras?. Me imagino su cara de duda y... ¡¡uuu!! **^o^**

Roquel: Sorry por no contestarte antes, aquí van mas caps.

Y A TODOS LO QUE AQUÍ FIGURAN Y LOS QUE LEEN DE MANERA ANÓNIMA LES DIGO QUE PASE LO QUE PASE Y LEAN LO QUE LEAN... DETESTO EL KAI X TAKAO.

Capítulo 5.

Una suave sensación cosquilleaba en su cara... A pesar de tener los ojos cerrados, podía sentir el calor del sol recorriendo su cuerpo y la frescura del viento. A su respingada nariz llegó un suave aroma, un olor a dulce que lo hizo sonreír sin despertar del todo... Distintos ruidos llegaban a sus oídos, se oían cantos de pájaros, el sonar de las campanillas puestas al viento en las ventanas. Y ese aroma.... Cosquillas en su frente, suaves toques y caricias en su pelo... relajantes sensaciones que no había sentido nunca... aunque no le eran del todo desconocidas. ¿Alguna vez alguien lo habría acunado así?

Poco a poco comenzó a abrir sus ojos marrones y la imagen del techo blanco y la lámpara que colgaba de él llenaron su mirada marrón... Pero...

*El techo no es blanco... *

De hecho, el cielo de la habitación del hotel mostraba un agradable color pastel y arena...

Aroma a hot cakes y pasteles llenaba ahora el lugar...

*Estoy en un hotel, ¡no hay cocina cerca!*

Bruscamente se levantó, y se vio en una mullida cama blanca con enormes almohadones esparcidos por el suelo. Diversas plantas adoraban las esquinas de un dormitorio amplio y enteramente blanco, con escritorios, repisas, mesas pequeñas e incluso un par de sillones y cojines.

-Que bueno que despiertas...

Al voltear, pudo ver a una chica de unos 10 años, aproximadamente, quizás más pequeña, que lo miraba sonriendo. Tenía el cabello largo hasta la cintura de un color muy oscuro, sus ojos eran de un color indefinible para él, y sus gestos le parecían gentiles y amables.

-¿Cómo dormiste?

Sin querer asintió sin hablar. Ella sonrió otra vez y le extendió la mano para llevarlo hasta un espejo enorme que había en la pared.

-Hoy es un día especial, ¿sabes Kai? -le preguntó mientras la puerta se abría y dejaba entrar a un chico un poco mayor que ella, de cabello rubio desordenado y ojos de color inexplicablemente raro.- Hoy tendrás tu distintivo...

Sin pedir explicaciones, Kai pensó en las marcas que adornaban su cara... sus triángulos azules...

Sus ojos marrones voltearon al espejo y quedó sin habla... Manos pequeñas, ojos enormes, cabello corto y rebelde... cara tersa y limpia... ¡Era un niño!

-Si deseas -dijo el chico- cuando crezcas puedes hacerlas permanentes. Pero no podrás siendo tan pequeño.

Hiwatari observó que ambos llevaban marcas como las que el recordaba que siempre llevaba, pero que (al parecer) en aquel lugar iba a recibir por primera vez. Él lucía una línea recta que corría bajo sus ojos, y ella dos vértices unidos, sobre los cuales había una pequeña punta de flecha. En silencio observó la preparación del color y como los triángulos aparecían en su cara... para nunca dejarla....

Y mientras los mayores sonreían y festejaban, un ruido resonó en todos lados, llamando la atención de los 3. Así, vio aparecer a un hombre alto de largo cabello y mirada dura.

-Ya es hora. -Y Kai reconoció a su abuelo-

-Es muy pequeño todavía... -dijo ella-

-Para tu inútil pasatiempo es muy pequeño. Para que sea un verdadero guerrero pronto será demasiado tarde.

El muchacho también opuso resistencia, pero sabían que ninguno podía evitar que el hombre se llevara al pequeño, lo habían visto en el futuro de Kai... La separación era necesaria.

Kai volteó para ver por última vez la gran casa blanca, rodeada de árboles y pastizales hermosos. Recordó la habitación en la que había despertado y los dos muchachos que lo cuidaban. Tocó su cara sintiendo la suave textura de la tinta sobre su piel y se prometió que las marcas serían permanentes. Él y ella se hallaban en la puerta cuando volteó al notar que pronto la mansión sería invisible por el camino. Ambos se hallaban serios, sin hacer seña alguna de pena o de furia, más sus posturas le indicaban una resignación que le dolía.

-Despídete Kai -le dijo Voltaire- Es la última vez que verás a esos debiluchos....

El sonido desapareció y poco a poco el color de toda imagen también lo hizo. La mansión desapareció en medio del bosque y el llanto quiso hacerse presente, pero las palabras del adulto resonaron como golpes.

-Si lloras eres débil, y si eres débil morirás.

Pero no podía evitarlo, quería llorar. No sabía quienes eran ellos, pero sentía en su pecho un dolor que no soportaba y una soledad que una criatura tan pequeña no debería siquiera imaginar. Escondió su cara entre las rodillas y se tomó la cabeza con las manos para que Voltaire no lo escuchara, hasta que sus ojos se abrieron y la visión del techo oscuro de piedra de la Abadía llenó sus sentidos....

***

Poco a poco, al sentir el viento en su cara, comenzó a abrir los ojos. Antes de distinguir cualquier imagen los cerró de nuevo, temeroso del techo que lo recibiría... ¿blanco y brillante?, ¿claro y elegante? u ¿oscuro y tétrico?. No habían campanillas, pero tampoco había frío o miedo. Cuando su vista se adecuó a la luz del sol reinante, vio los suaves colores pastel del techo del hotel, y eso lo tranquilizó de sobremanera.

Miró hacia los lados intentando saber en que habitación se encontraba, pero el peluche de Galux que cayó en su cara al moverse le indicó claramente donde estaba... Un suspiro y una sonrisa... claro, se había quedado dormido cuidando de Rei... Y hablando de ese Neko malcriado...

-¿Rei? -preguntó despacio, imaginando que sería temprano y que el muchacho dormiría... pero se encontró con la cama vacía- ¿Rei?

Rápidamente recorrió la habitación para encontrarlo y notó que la ventana que daba al balcón estaba abierta. Se levantó sin notar la cantidad de Bestias de peluche que lanzó al suelo en el trayecto y se asomó por la puerta de vidrio, que hacía las de ventana gigante. Rei estaba del otro lado, sentado sobre la protección, con su cabello suelto, mirando el horizonte. A Kai esta acción le extrañó, ya que Kon prefería la pequeña ventana que daba a la calle para perderse en sus pensamientos y en la admiración del suelo.

-¿Rei?

El aludido volteó cuando escuchó su nombre. Una sonrisa amable afloró en sus labios, como siempre que veía a alguien.

-¿Qué haces despierto tan temprano?

-...No tengo más sueño.

Ante la frase Kai levantó las cejas en forma de pregunta. Los ojos dorados de Kon mostraban leves ojeras, que denotaban falta obligada de sueño, y no ausencia del mismo.

-¿Soñaste algo? -le preguntó pensando que si él tuvo un sueño raro, Rei también podría haberlo tenido-

-...Si, un mal sueño...

-¿Quieres hablar de él?

-No es nada... no te preocupes. Todos tenemos alguna vez un mal sueño.

-Si, supongo que si...

-¿Y tú?, ¿soñaste algo? -Kai se puso pensativo y asintió- ¿Algo bueno?

-...Algo extraño... algo sobre las marcas de mi cara... pero no recuerdo más...

-Vaya...

-¿Y como te sientes?

-Bastante bien, gracias.

Rei miró hacia el lado y contempló a Kai durante algunos momentos. Su líder se mostraba tan preocupado y solícito que se sentía como el nieto único de un par de abuelos regalones. Y no podía tampoco evitar portarse como un niño consentido y tierno... pero las actitudes de Kai le llamaban tanto la atención... sabía que al otro le gustaba verlo actuar como un gatito, entonces lo hacía. A él, después de todo, tampoco le molestaba hacerlo... Todo con tal de ver una sonrisa en esos fríos rasgos.

Por un momento se entristeció. Ocultaba tan bien sus sentimientos... su mente repetía una y otra vez que la nueva actitud de Kai no duraría para siempre, así que no se ilusionara, incluso Mariah le había dicho algo parecido, aunque ella insistiera en negarlo...

*La culpa puede hacer muchas cosas...*

Sin querer bajó los ojos con pena. Ya estaba casi recuperado... su tiempo con Kai comenzaba su cuenta regresiva...

Y una vez más el suelo llamó su atención. Sus manos se aferraron a la protección cuando su cuerpo se inclinó levemente hacia delante... Sus perlas doradas se fijaron en el patio del hotel, con su piscina y sus altos árboles. Desde un lugar parecido se había lanzado al vacío en su sueño, luego que Kai lo dejara caer, para sumergirse en un mar que por fuera era verde como las esmeraldas, pero en su interior era tan rojo como las escarlatas... la luz se filtraba como destello dorados y violetas, formando la más extraña combinación de colores que vio en su vida... y que, sin embargo, lo tranquilizaba mientras la imagen de Kai aparecía y desaparecía abrigándolo mientras todo se volvía negro.

-¿Rei?

-...¿Eh?

-¿Estás bien?

La preocupación en el rostro de Hiwatari le parecía tan hermosa... Sus ojos marrones brillando con el sol de la mañana.

-Kai... yo... -sus mejillas se tiñeron de rojo y la mirada de Hiwatari se hizo más profunda y preocupada-

-¿Qué pasa Rei?

-...¡Kai yo...!

La puerta de la habitación se abrió justo en ese momento dejando entrar a un eufórico Takao.

-¡Vamos muchachos!, ¡es hora de desayunar!

Kai miró a su compañero sin mucha alegría. Takao (que a veces es perceptivo) captó la indirecta y se calmó.

-¿Interrumpo algo? -preguntó con intriga disfrazada de casualidad-

-...No, ¿cómo crees Takao? -sonrió Rei poniendo sus pies en el balcón y entrando.- Vamos a comer.

-¡Rei espera! -Kai se acercó a Kon, pero él se apartó justo antes que el otro tomara su brazo para voltearlo. Takao observó en silencio, pero su corazón supo que su aparición había sido un hecho importante en los sentimientos de Kai y Rei, aunque no sabía si era para bien de ellos o para el suyo.

***

-¡Take!

El joven se alejó una vez más de su acompañante, sin mirarla ni hablarle.

-¡Take-kun!... ¡te digo que yo no fui!

-Pues me cuesta creerte Akemi. Ya lo habías intentado antes...

-¡Pero yo no fui!, ¡sabes bien que la posibilidad de que Kai se desbloqueara existía!

-No sin ayuda. -gruñó lanzándole una fulminante mirada-

-Pero... Take... ¡yo no fui!

-Al menos logramos evitar que recordara el sueño. Aunque el sueño del Gato también me preocupa.

-Ambos son muy perceptivos... podrían influenciarse sin querer.

-...Si quizás. Pero de todas formas no quiero saber que andas metida en la cabeza de los demás.

-¡Te digo que no fui yo!

Continuará...

Notas: vaya cosa rara de capítulo. Bueno, veamos si podemos dejar de centrarnos un rato en Kai y Rei y pasar a los sentimientos de otros personajes y sus apreciaciones de lo que está pasando... ediciones_ryochan@hotmail.com