CAPÍTULO 2: EL DOCTOR DULCAMARA
-¿Qué dices?- dijo Seiya- ¿acaso crees que estamos locos?-
-No, lo digo en serio- dijo Afrodita.
-¿Una poción de amor?- dijo Shun levantando las cejas.
-O algo así...- dijo Afrodita.
-Oh...-dijeron los cinco a coro.
-Es un doctor que ha viajado por todo el mundo- dijo Afrodita- y tiene muchas cosas maravillosas: pociones de amor, de suerte...-
-¿Y donde vive?- dijo Ikki.
-Pues cerca de aquí-dijo Afrodita- si quieren les escribo la dirección...-
-¡¡SI!!- gritaron los cinco.
-Y les sugiero que lleven dinero- dijo Afrodita- porque esas cosas no son baratas...-
-¿No son baratas?- dijo Shiryu.
-Bueno, la pregunta es...-dijo Afrodita- ¿qué tanto están dispuestos a dar por esas chicas?-
Los cinco guardaron silencio, absortos en sus pensamientos...¿acaso estaban dispuestos a dar tanto por ellas?...
-¡De acuerdo!- dijo Seiya. Afrodita sonrió.
-Me saludan al doc...-
-¡Gracias!- sonrió Hyoga.
Salieron del cuarto.
-¿Lo hacemos?- dijo Shun entusiasmado.
-No lo sé...-dijo Shiryu- no creo que eso sea muy honesto...-
-Creo que es por aquí...- dijo Shun.
-Calle correcta...número correcto...colonia correcta...-dijo Ikki.
-Pero es un terreno baldío...- dijo Hyoga.
-...y una casa rodante- dijo Shiryu.
-¿Ustedes creen que sea aquí?- dijo Shun- digo, no parece el sitio donde viviría un doctor...-
-Tal vez es porque viaja mucho...y lleva su producto a todo el mundo- dijo Seiya.
-¿Tocamos la puerta?-dijo Hyoga.
-Pues, yo digo que sí- dijo Ikki-no tenemos nada que perder...-
-Sip, solo nuestro dinero...- dijo Shiryu...a quien no le había gustado la idea.
-No me digas que aún sigues con eso...-dijo Ikki.
-Pues yo digo que eso no es honesto-dijo Shiryu- deberíamos seguir el consejo de Mu...-
-¿Estás loco?-dijo Ikki- Mu no sabe nada...la prueba es que no tiene novia-
-Pero...- dijo Shiryu.
-Vamos, Shiryu...-dijo Seiya, poniendo su carita.
-Bueno, está bien...-dijo Shiryu.
Avanzaron y llamaron a la puerta. Dos ancianas abrieron.
-¿Sí?- dijo una, masticando un chicle- ¿qué se les ofrece, hijitos?-
-Em...queríamos...ver al doctor- dijo Seiya- por favor-
-En un segundo, nene- dijo la otra anciana- ¡Doooooooc! Unos chicos vienen a verlo...-
-Enseguida- se escuchó una voz masculina.
-Pasen, pasen, bombones- dijo la primera anciana. Los hicieron sentarse en unos sillones rotos- el doc llegará en unos minutos...-
-Gracias- dijo Shun, sonriendo.
-De nada, dulzura- dijo la anciana.
Esperaron unos minutos y el doctor llegó. Era un hombre alto, obeso, vestido con un traje elegante, pero viejo y arrugado.
-Bienvenidos, jovencitos...- dijo el doctor- soy el doctor Dulcamara, especialista en problemas que aquejan a todos los de su edad...¿en qué puedo ayudarles?-
-Pues verá...-dijo Seiya, pero el doctor lo interrumpió.
-Ah, ya sé, ya sé...-dijo el doctor- quieren una poción para la buena suerte...si, muchos jóvenes vienen por eso...van a presentar un examen o a pedir trabajo...¿es eso?-
-Pues no- dijo Shun- la verdad es que...- pero Dulcamara lo volvió a interrumpir.
-Sí, sí, lo sé...-dijo- lo que quieren es una poción para esos molestos barros en la cara...ya sé, ya sé, son molestos, pero ¿porqué aguantarlos? Tengo la poción perfecta para eso...-
-No, doctor- dijo Hyoga- el problema que tenemos es...- y el doctor volvió a interrumpir.
-No, no me digan- dijo- quieren la poción para curar...sus abuelitos tienen una enfermedad y quieren curarlos...si, si, esta medicina- dijo mostrándoles un frasco- es maravillosa...cura diabetes, cáncer, Alzheimer, Parikingson, algunas parálisis...-
-No es eso- dijo Seiya- es que...-
-¡Sí!- dijo Dulcamara- ¿cómo pude ser tan tonto? Si ustedes son caballeros de Atena, ¿verdad?- los cinco afirmaron y el doctor continuó- sí, sí, el señor Afrodita debió haberlos mandado...quieren una poción para curar heridas de combates contra otros caballeros...esta- dijo mostrando otro frasco- es genial para cicatrizar heridas, y también es repelente de ataques, y...-
-¡¿QUIERE ESCUCHARNOS?!- gritó Ikki, desesperado- ¡Queremos su poción de amor!-
-Aaaaahh- dijo Dulcamara- ¿quién pensaría que caballeros tan destacados como ustedes tengan problemas amorosos?-
Los cinco jóvenes se miraron entre ellos.
-Sí, si- dijo Dulcamara- mi elíxir de amor... el elíxir milagroso...-
-¿Entonces es cierto?- dijo Shun- que posee un elíxir que despierta el amor hacia el que lo bebe...-
-Así es, jovencito- dijo Dulcamara- yo lo produzco...-
-¿En serio?-preguntó Shun- ¿y de dónde sacó la receta?-
-De México...-dijo el doctor- allá, los hombres beben el elíxir y nunca tienen problemas amorosos...-
-¿Y lo vende?- preguntó Seiya.
-Sí, todos los días a todo el mundo- dijo el doctor.
-¿Y cuanto cuesta?- dijo Shiryu.
-Eso depende...-dijo el doctor.
-¿De qué?- preguntó Ikki.
-¿Cuánto tienen?-
Los cinco juntaron su dinero. Entre billetes pequeños y algunas monedas, juntaron todo lo que tenían.
-No nos han pagado aún- dijo Seiya- tenemos once dólares y veintitrés centavos...-
-¡Once dólares es exactamente lo que cuesta!- dijo el doctor.
-¡Que suerte!-dijo Seiya.
-¡Anita!¡Mercedes!-grito el doctor- traigan pronto la botella número 17...-
Las dos ancianas trajeron una botella sin etiqueta, con líquido transparente. El doctor Dulcamara le pegó una etiqueta: 'Elíxir'.
-Aquí está el elíxir- dijo el doctor.
-¡Genial!-dijo Seiya- ¿y cómo debemos de tomarlo?-
-Es fácil- dijo el doctor- primero, debes untarte un poco de limón en el dorso de tu mano, así- dijo haciendo lo que decía- luego, pones una pizca de sal sobre el limón, así...y sirves un poco de la botella sobre un vaso. Lo que debes hacer es primero chupar el limón y la sal, e inmediatamente después beber un trago del elíxir. ¿Entendido?-
-Eso creo...-dijo Seiya.
-Si el efecto tarda...beban más...yo digo que con unos 7 u 8 tragos es suficiente...¿de acuerdo?-
-Sip- dijo Shun sonriente.
-Otra cosa- dijo el doctor- no le digan a nadie sobre el elíxir...-
-¿Porqué?-dijo Hyoga.
-Porque comerciar con el amor es un asunto delicado...y las autoridades podrían em...molestarse...- contestó el doctor.
Shiryu les lanzó a los otros una mirada de 'se los dije', pero aún así, Seiya y los otros prometieron guardar silencio al respecto.
-Una última advertencia- dijo Dulcamara- nunca lo tomen dos el mismo día, porque el efecto se pierde...-
-De acuerdo- dijo Hyoga.
-Mil gracias, doctor- dijo Seiya.
-Mortales dichosos...-dijo Dulcamara- ahora vayan y pruébenlo...-
Los cinco chicos dieron las gracias y se despidieron alegremente del doctor Dulcamara, y se dirigieron a casa de Saori, ya que las chicas ya no estarían ahí...
Una vez que desaparecieron a lo lejos...
-He conocido antes muchos bobos-dijo- pero nunca unos tan grandes como estos...-
-Doctor- dijo una de las ancianas- ¿qué fue lo que les dio?-
-Jajaja- rió Dulcamara- mi queria Anita, les di una botella de tequila, no elíxir...-
-¿En serio?- dijo la otra anciana- ¿les mintió?-
-No, mi querida Mercedes...en México los hombres beben tequila, y nunca tienen problemas amorosos...bueno, tal vez sí, pero ese no es el punto...-
-Doctor, es un genio...-dijo Anita.
-Lo sé- dijo Dulcamara- ahora vámonos...nuestra siguiente parada: Araba. El sultán quiere unas pociones de la suerte...-
Y diciendo esto, encendieron el auto de la casa rodante y se fueron de ahí...
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Mientras tanto, los chicos hicieron papelitos con sus nombres y los pusieron en vaso.
-Bien- dijo Seiya- vamos a sacarlos uno por uno, y el que salga es el primero, y así nos vamos, ¿de acuerdo?-
-De acuerdo- dijeron los otros cuatro.
-Entonces- dijo Seiya, sacando un papel- primero Shun...-sacó otro- luego Hyoga...- sacó uno más- luego Ikki...-sacó otro- luego Shiryu...¡que mala suerte!...yo al último...-
-Mañana-dijo Ikki- empezará Shun-
CONTINUARÁ...
¿Qué pasará con nuestros niños de bronce? Chicos, espero que les esté gustando como va... Sus reviews son bienvenidos siempre... Para los que preguntaron: la ópera se llama igual: 'el Elíxir de Amor, de Donizeti'... (sorry es que mi santo padre es fanático de las óperas y nos obliga a mirarlas por horas y horas... no más que ésta me dio una buena idea)
Abby L.
-¿Qué dices?- dijo Seiya- ¿acaso crees que estamos locos?-
-No, lo digo en serio- dijo Afrodita.
-¿Una poción de amor?- dijo Shun levantando las cejas.
-O algo así...- dijo Afrodita.
-Oh...-dijeron los cinco a coro.
-Es un doctor que ha viajado por todo el mundo- dijo Afrodita- y tiene muchas cosas maravillosas: pociones de amor, de suerte...-
-¿Y donde vive?- dijo Ikki.
-Pues cerca de aquí-dijo Afrodita- si quieren les escribo la dirección...-
-¡¡SI!!- gritaron los cinco.
-Y les sugiero que lleven dinero- dijo Afrodita- porque esas cosas no son baratas...-
-¿No son baratas?- dijo Shiryu.
-Bueno, la pregunta es...-dijo Afrodita- ¿qué tanto están dispuestos a dar por esas chicas?-
Los cinco guardaron silencio, absortos en sus pensamientos...¿acaso estaban dispuestos a dar tanto por ellas?...
-¡De acuerdo!- dijo Seiya. Afrodita sonrió.
-Me saludan al doc...-
-¡Gracias!- sonrió Hyoga.
Salieron del cuarto.
-¿Lo hacemos?- dijo Shun entusiasmado.
-No lo sé...-dijo Shiryu- no creo que eso sea muy honesto...-
-Creo que es por aquí...- dijo Shun.
-Calle correcta...número correcto...colonia correcta...-dijo Ikki.
-Pero es un terreno baldío...- dijo Hyoga.
-...y una casa rodante- dijo Shiryu.
-¿Ustedes creen que sea aquí?- dijo Shun- digo, no parece el sitio donde viviría un doctor...-
-Tal vez es porque viaja mucho...y lleva su producto a todo el mundo- dijo Seiya.
-¿Tocamos la puerta?-dijo Hyoga.
-Pues, yo digo que sí- dijo Ikki-no tenemos nada que perder...-
-Sip, solo nuestro dinero...- dijo Shiryu...a quien no le había gustado la idea.
-No me digas que aún sigues con eso...-dijo Ikki.
-Pues yo digo que eso no es honesto-dijo Shiryu- deberíamos seguir el consejo de Mu...-
-¿Estás loco?-dijo Ikki- Mu no sabe nada...la prueba es que no tiene novia-
-Pero...- dijo Shiryu.
-Vamos, Shiryu...-dijo Seiya, poniendo su carita.
-Bueno, está bien...-dijo Shiryu.
Avanzaron y llamaron a la puerta. Dos ancianas abrieron.
-¿Sí?- dijo una, masticando un chicle- ¿qué se les ofrece, hijitos?-
-Em...queríamos...ver al doctor- dijo Seiya- por favor-
-En un segundo, nene- dijo la otra anciana- ¡Doooooooc! Unos chicos vienen a verlo...-
-Enseguida- se escuchó una voz masculina.
-Pasen, pasen, bombones- dijo la primera anciana. Los hicieron sentarse en unos sillones rotos- el doc llegará en unos minutos...-
-Gracias- dijo Shun, sonriendo.
-De nada, dulzura- dijo la anciana.
Esperaron unos minutos y el doctor llegó. Era un hombre alto, obeso, vestido con un traje elegante, pero viejo y arrugado.
-Bienvenidos, jovencitos...- dijo el doctor- soy el doctor Dulcamara, especialista en problemas que aquejan a todos los de su edad...¿en qué puedo ayudarles?-
-Pues verá...-dijo Seiya, pero el doctor lo interrumpió.
-Ah, ya sé, ya sé...-dijo el doctor- quieren una poción para la buena suerte...si, muchos jóvenes vienen por eso...van a presentar un examen o a pedir trabajo...¿es eso?-
-Pues no- dijo Shun- la verdad es que...- pero Dulcamara lo volvió a interrumpir.
-Sí, sí, lo sé...-dijo- lo que quieren es una poción para esos molestos barros en la cara...ya sé, ya sé, son molestos, pero ¿porqué aguantarlos? Tengo la poción perfecta para eso...-
-No, doctor- dijo Hyoga- el problema que tenemos es...- y el doctor volvió a interrumpir.
-No, no me digan- dijo- quieren la poción para curar...sus abuelitos tienen una enfermedad y quieren curarlos...si, si, esta medicina- dijo mostrándoles un frasco- es maravillosa...cura diabetes, cáncer, Alzheimer, Parikingson, algunas parálisis...-
-No es eso- dijo Seiya- es que...-
-¡Sí!- dijo Dulcamara- ¿cómo pude ser tan tonto? Si ustedes son caballeros de Atena, ¿verdad?- los cinco afirmaron y el doctor continuó- sí, sí, el señor Afrodita debió haberlos mandado...quieren una poción para curar heridas de combates contra otros caballeros...esta- dijo mostrando otro frasco- es genial para cicatrizar heridas, y también es repelente de ataques, y...-
-¡¿QUIERE ESCUCHARNOS?!- gritó Ikki, desesperado- ¡Queremos su poción de amor!-
-Aaaaahh- dijo Dulcamara- ¿quién pensaría que caballeros tan destacados como ustedes tengan problemas amorosos?-
Los cinco jóvenes se miraron entre ellos.
-Sí, si- dijo Dulcamara- mi elíxir de amor... el elíxir milagroso...-
-¿Entonces es cierto?- dijo Shun- que posee un elíxir que despierta el amor hacia el que lo bebe...-
-Así es, jovencito- dijo Dulcamara- yo lo produzco...-
-¿En serio?-preguntó Shun- ¿y de dónde sacó la receta?-
-De México...-dijo el doctor- allá, los hombres beben el elíxir y nunca tienen problemas amorosos...-
-¿Y lo vende?- preguntó Seiya.
-Sí, todos los días a todo el mundo- dijo el doctor.
-¿Y cuanto cuesta?- dijo Shiryu.
-Eso depende...-dijo el doctor.
-¿De qué?- preguntó Ikki.
-¿Cuánto tienen?-
Los cinco juntaron su dinero. Entre billetes pequeños y algunas monedas, juntaron todo lo que tenían.
-No nos han pagado aún- dijo Seiya- tenemos once dólares y veintitrés centavos...-
-¡Once dólares es exactamente lo que cuesta!- dijo el doctor.
-¡Que suerte!-dijo Seiya.
-¡Anita!¡Mercedes!-grito el doctor- traigan pronto la botella número 17...-
Las dos ancianas trajeron una botella sin etiqueta, con líquido transparente. El doctor Dulcamara le pegó una etiqueta: 'Elíxir'.
-Aquí está el elíxir- dijo el doctor.
-¡Genial!-dijo Seiya- ¿y cómo debemos de tomarlo?-
-Es fácil- dijo el doctor- primero, debes untarte un poco de limón en el dorso de tu mano, así- dijo haciendo lo que decía- luego, pones una pizca de sal sobre el limón, así...y sirves un poco de la botella sobre un vaso. Lo que debes hacer es primero chupar el limón y la sal, e inmediatamente después beber un trago del elíxir. ¿Entendido?-
-Eso creo...-dijo Seiya.
-Si el efecto tarda...beban más...yo digo que con unos 7 u 8 tragos es suficiente...¿de acuerdo?-
-Sip- dijo Shun sonriente.
-Otra cosa- dijo el doctor- no le digan a nadie sobre el elíxir...-
-¿Porqué?-dijo Hyoga.
-Porque comerciar con el amor es un asunto delicado...y las autoridades podrían em...molestarse...- contestó el doctor.
Shiryu les lanzó a los otros una mirada de 'se los dije', pero aún así, Seiya y los otros prometieron guardar silencio al respecto.
-Una última advertencia- dijo Dulcamara- nunca lo tomen dos el mismo día, porque el efecto se pierde...-
-De acuerdo- dijo Hyoga.
-Mil gracias, doctor- dijo Seiya.
-Mortales dichosos...-dijo Dulcamara- ahora vayan y pruébenlo...-
Los cinco chicos dieron las gracias y se despidieron alegremente del doctor Dulcamara, y se dirigieron a casa de Saori, ya que las chicas ya no estarían ahí...
Una vez que desaparecieron a lo lejos...
-He conocido antes muchos bobos-dijo- pero nunca unos tan grandes como estos...-
-Doctor- dijo una de las ancianas- ¿qué fue lo que les dio?-
-Jajaja- rió Dulcamara- mi queria Anita, les di una botella de tequila, no elíxir...-
-¿En serio?- dijo la otra anciana- ¿les mintió?-
-No, mi querida Mercedes...en México los hombres beben tequila, y nunca tienen problemas amorosos...bueno, tal vez sí, pero ese no es el punto...-
-Doctor, es un genio...-dijo Anita.
-Lo sé- dijo Dulcamara- ahora vámonos...nuestra siguiente parada: Araba. El sultán quiere unas pociones de la suerte...-
Y diciendo esto, encendieron el auto de la casa rodante y se fueron de ahí...
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Mientras tanto, los chicos hicieron papelitos con sus nombres y los pusieron en vaso.
-Bien- dijo Seiya- vamos a sacarlos uno por uno, y el que salga es el primero, y así nos vamos, ¿de acuerdo?-
-De acuerdo- dijeron los otros cuatro.
-Entonces- dijo Seiya, sacando un papel- primero Shun...-sacó otro- luego Hyoga...- sacó uno más- luego Ikki...-sacó otro- luego Shiryu...¡que mala suerte!...yo al último...-
-Mañana-dijo Ikki- empezará Shun-
CONTINUARÁ...
¿Qué pasará con nuestros niños de bronce? Chicos, espero que les esté gustando como va... Sus reviews son bienvenidos siempre... Para los que preguntaron: la ópera se llama igual: 'el Elíxir de Amor, de Donizeti'... (sorry es que mi santo padre es fanático de las óperas y nos obliga a mirarlas por horas y horas... no más que ésta me dio una buena idea)
Abby L.
