Hola, hola, hola!!!!!!!!!! ^-^!!!!! Este cap lo terminé justo hoy (18/07/02 a las 10:05 pm) con un humor negro negro (problemas familiares)...
Pero aun asi kise continuar a escribir y heme aqui!!!! De seguro este cap lo voy a subir en septiembre, pero bueno. Si, sé que me tardo mucho, pero no se pueden kejar xq todos mis caps son largos!! Este caps es de 17 pags en Word con letra Century Gothic grande de 11!! Es un record pa mi, 17 pags!!
Tengo que decir que como ando en vacaciones, he leido tantos libros... je! Ahora si que me le puedo echar en cara a esa persona que me dijo "...yo he leido mas de 50 libros, sin contar los repetidos...". Ja ja!! =) He leido algunos clasicos como "El Mago de Oz" (que me parecio malisssimo), "El jardin secreto" de Frances Hodgson Burnett (vi la pelicula de peke y kise leer el book! Bellissimo, recomiendo!!) y ahora ando leyendo "La princesita" también de la precedente escritora (igual, vi la peli y kise leerlo. està triste, pero fine y bello). Hodgson es mi segunda escritora favorita!!!! ^^'! Aunque sea escritora de los years 1800, pero ekis... he leido también recientes como "Peggy Sue y los Invisibles: el dia del perro azul" de Serge Brussolo, escritor francés. Es muy bueno y creo que hace la concurrencia a Harry P, al igual que Artemis Fowl. Luego "J.K. Rowling: la maga detras de Harry Potter" de Marc Shapiro, osea, la biografia de Rowling (su vida en parte es triste!). "Los magicos mundos de Harry Potter" de David Colbert, que explica algo sobre las diferentes cosas ke salen en los libros d HP y personajes como Dumbledore y Voldemort. "Manual para aprendistas magos: guia al magico mundo de HP" de Allan Zola Kronzek y Elizabeth Kronzek: seria lo mismo que el de David Colbert, pero sin los personajes. "Los animales fantasticos: donde encontrarlos" de Rowling bajo el nombre de Newt Scamandro. "Quidditch através de los siglos" de Rowling bajo nombre de Kennilworthy Whisp. Luego un libro de Rosie Rushton, sobre 4 amigas adolescentes, de una cadena que se llama "Le Ragazzine" (seria "Las Muchachitas"), realmente comico y romantico!! Ah, y sin contar los mangas y el comic W.I.T.C.H.!!! Tantos, tantos, tantos... juju!!! Kien de ustedes conoce el manga de Kodomo No Omocha (the toy of the kids) de Miho Obana?? Yo adoro ese manga (aunq sea del '95) y a Akito (Heric) lo amo!!!!! u!! Estoy también leyendo Marmalade Boy ["La familia crece", como lo traducieron en Spain _] (una reedicion, obviamente! Mas viejo ese manga...!), que me parece chévere (la Meiko Akizuki es idéntica a Hermione! buen guion pa dibujarla), y otro manga de Masami Tsuda "Kareshi kanojo no jijyo" (abreviado Karekano) o mejor dicho "Las situaciones de él y ella". Me encanta como Tsuda hace los chibis!!! Xq sinceramente los perfiles y movimientos son... que mejor no digo nada. Pero mi dibujante predilecta es y serà x 100pre Wataru Yoshizumi, kien ha creado mi manga favorito "Mint Na Bokura" (o "Somos chicos de menta")!!!! RIUJI & MARIA, THE BEST COUPLE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! RIUJI SASA, LOVE U!!!! ^^'.
Bueno, espero no haberos aburrido. De seguro les darà fastidio leer este cap porque pasarà mucho tiempo pa cuando yo lo publiq, pero no importa, seguiré escribiendo hasta escribir el doloroso final... doloroso?? Si, muy doloroso!! Pero en fin...
Les congratulo buena lectura (in bocca al lupo!) y q no se aburran con este cap. El prox serà mais emocionatation....jujuju!!! Byess ^________^ kisses!!
((ARRIBA EL FEMINISMO, FUERA EL MACHISMO!!))
Capítulo 13: Situaciones que se arreglan, situaciones que se complican
- De seguro debe estar ocupada, porque no la ví en el comedor... – se dijo Karolyn, ya caminando por el pasillo del segundo piso, un tanto apresurada – puede que esté en la biblioteca o en su despacho... ¿umh? – se frenó un tanto al ver que un libro se le había caido. Era el de Transformaciones y por alguna extraña razón, mientras lo recogía, se recordó de Hermione Granger, aquella "sangre sucia" de Gryffindor. Lo guardó muy bien en su bolso, que por el atore había cerrado mal, y se dirigió hacia el despacho de su madre subiendo a mala gana las escaleras.
Cuando llegó al tercer piso, miró por unos momentos aquel lugar en donde se había desmayado por primera vez. Por un impulso desconocido nuestro, se dirigió hacia allá y subió por las escaleras, siempre yendo hasta el punto preciso. Cuando llegó, se agachó y tocó el piso de mármol, tranquilamente. Su madre, que era en parte supersticiosa, le había enseñado una cosa: si uno regresaba al lugar que no quería recordar y escribía lo que quería olvidar, los recuerdos se iban a ir desapareciendo lentamente. Obviamente, esto, requería algo de magia, pero si el recuerdo no era tan doloroso no era necesario. Pero Karolyn, que quería olvidar todo por completo, sacó un frasco con polvo azulado de su bolso y luego lo abrió, para después restregarse un poquito en cada mano. Se arrodilló completamente, vigiló que nadie estuviera alrededor, y empezó a hacer figuras con los dedos, figuras inexplicables, de un lenguaje que había aprendido en la Aetas Vernus. Y mientras escribía en el piso figuras diminutas por última vez, una brisa suave y dulce entró por una de las inmensas ventanas de aquella sala. Fue atraversándola toda muy rápida y llegó fácilmente a la espalda de Karolyn, que ya había terminado. Cuando sintió la brisa, se tornó para ver de donde provenía, y cuando la notó vio que era de varios colores, no, de dos colores, y que para más eran sus dos principales favoritos: dorado y plateado...
Siguió viéndola como si nada. La brisa se movía de un lado a otro, parecía tambalearse en el aire, y "cambiaba" formas; a veces parecía un remolino, otras un simple hilo de aire, en fin, de todo tipo. Y Karolyn la miraba como impresionada, no reaccionaba, se quedaba ahí viendo el cambio de la brisa, que danzaba en el aire. Su mirada ya se estaba perdiendo, en sus ojos sólo aparecían imágenes de cosas inexplicables, cosas que ella jamás había vivido, aunque le parecían ya muy conocidas...
Y fue sólo el ruido de unos pasos lo que le hizo volver a la realidad. Dos personas se dirigían a la sala en donde ella se situaba, a paso rápido. Pronto se escondió tras una columna, no debían verle, no quería que le vieran, así que se alejó lo más que pudo.
- Melissa, ven, por aquí... – dijo la voz aparentemente de un chico, agitada.
- Pero Kevin, ¿ahora qué quiéres? ¿Qué tienes que decirme? – dijo la voz de una chica, parecía estar cansada de tanto correr. Entonces, los chicos se frenaron justo a dos columnas de Karolyn, y ésta pudo verlos mejor. El chico, llamado Kevin, era uno de pelo negro azulado a forma "caída" (N/A: como Tom Felton en las premiere ^^') y de piel rosa pálido, con ojos verde oscuro. La Melissa, tenía el pelo hasta los hombros, a bucles, color castaño, de piel morena y ojos miel. Su expresión de la cara no parecía contenta, y Kevin en vez se veía preocupado y atorado.
- Mel... hoy tenemos que salir, esta noche, tenemos que terminar el plan para efectuarlo – dijo éste último vigilando la sala.
- ¿Pero estás loco? ¡¿Quiéres que nos suceda lo mismo que esos Gryffindors?! – exclamó en voz alta Melissa.
- ¡¡Sshh!! ¡No grites!
- ¡Grito si me da la perra gana! ¡¡Me largo!! ¡¡¡Salgo de tu grupo para siempre!!! – Melissa estaba por irse cuando Kevin la sujetó bruscamente de las muñecas contra la pared. Karolyn asomó más la cabeza para ver y escuchar con atención.
- Escúchame bien, Melissa Vannulo... – susurró Kevin audiblemente en la sala, con voz enojada – tú te metiste en esto conmigo y Larry y no puedes dejarnos, ¿está claro? El complot no se puede hacer sin ti, eres parte clave de nuestro plan, y si te sales estarás en graves problemas – luego el chico le apretó el cuello por las amígdalas, soltandole la mano izquierda – ¿de acuerdo? – Melissa cerró los ojos, Kevin le estaba haciendo mucho daño, y sólo cuando la soltó bruscamente pudo devolverle el dolor con una fuerte y dolorosa cachetada.
- No estoy de acuerdo, Kevin Nicholson. ¡No pensé que tu grupo orginazara todo esto en las vacaciones! ¡Pensé que era un grupo con gente de bien! ¡No vándalos! – Kevin la miraba con odio y rabia, mientras se sobaba la mejilla izquierda – Entré en él el año pasado sólo porque te amaba, pero cambié de parecer, no eres el mismo del que me enamoré hace un año. ¡¡Te subestimé demasiado!! – lo empujó hacia un lado y se fue, a paso muy rápido y duro.
- Mierda... – dijo Kevin con odio dando un puño en la pared bien fuerte, para después ver su mano sangrar. No le importó, y dio otro golpe aunque menos fuerte. Después de dejar varias manchas de sangre en el piso, entonces sí que se fue.
Karolyn se quedó impactada por la escena de la cual había sido único público. Si el chico era de apellido Nicholson, su pelo era color negro y tenía el cuello de la túnica color azul, entonces... debía ser el hermano del tal Steve.
Salió lo más rápido posible dando primero un vistazo a la sangre de Kevin y al puño en la pared. Se notaba que era fuerte, pues había logrado hacer una grieta en ella. Luego vio donde había hecho las figuras y notó que estas estaban desapareciendo. Bien, el hechizo estaba resultando.
Se dirigió rápidamente al cuarto piso. Lamentablemente no recordaba muy bien el camino para llegar al despacho de su madre, pero preguntando a unos fantasmas que pasaban por ahí, llegó finalmente. Respiró profundamente y tocó dos veces.
- Adelante – se oyó la voz de una mujer al interior. Karolyn abrió la puerta, entrando lentamente.
- Hola mamá... – dijo sonriendo levemente. Anne despegó la mirada de un libro y se quitó los lentes, para ir donde su hija, feliz.
- Karo, figlia bella! Ti senti bene?! Mi son preoccupata tantissimo!! – dijo con un acento muy italiano y romano, ahogando en besos y en abrazos a su hija. Karolyn le regresó el abrazo tratando de calmarla.
- Eh... ya ma', no pasa nada... sólo me desmayé... – dijo soltándose finalmente de su madre. A ésta se le habían aguado los ojos – ¿Por qué no estás almorzando?
- Comí alguito antes de venir acá, es que tenía que arreglar algunas cosas, y preparar algunas lecciones para esta tarde – dijo Anne regresando a su escritorio.
- ¿Has preparado la nuestra? – preguntó Karolyn sentándose en un sillón.
- ¿La vuestra? ¿Tengo clase con ustedes hoy? Ay Dios, no, no la he preparado... – Anne se puso una mano en la cabeza buscando entre papeles.
- ¿Tienes mucho trabajo?
- Bueno, no diría "trabajo", sino cosas pendientes por hacer.
- Ah... – dijo Karolyn ojeando la habitación. De repente su estómago resonó y entonces la madre le miró.
- Dime, ¿comiste?
- Sí, ya comí, aunque con atore, pero comí.
- ¿Por qué?
- Es que quería venir aquí para preguntarte sobre Lisianne. ¿Te ha respondido las lechuzas? – Karolyn se dirigió al escritorio.
- ¿Lissie? – Anne se quitó los lentes – No, no me ha respuesto... pienso que sigue enojada – luego se restregó los ojos.
- Dios, ¡pero que testaruda! ¡Se enoja por nada! – exclamó Karolyn como si ella fuera la reina de la sabiduría y de lo correcto. Anne la miró cansada.
- Bueno ya, no hablemos más del tema. Pero... ¿no viniste sólo para eso, verdad? ¿Hay algo bajo esta máscara, no es así? – en la antigua escuela donde Anne enseñaba, se le conocía como "La Gitana", porque lograba adivinar el punto al que se tenía que llegar en una conversación, sea con un alumno o con un profesor.
- Bueno, como ya sabes... – dijo Karolyn en voz baja – quisiera saber si has hecho la pregunta al Ministerio de Magia de Italia para regre...
- ¿Aún con esa idea, Karolyn? ¡Nos acabamos de mudar aquí, en Inglaterra! ¡No pretendas que nos regresemos a Italia de un mes a otro! ¡¡Las cosas no son tan fáciles como las vez, Mary Karolyn!! – exclamó Anne parándose de su asiento.
- ¡Lo sé! – exclamó Karolyn, apoyando su bolso en el escritorio – ¡¡Pero a mí me falta mucho Lucianna y las demás!! ¡Son mis únicas y verdaderas amigas, ma'! ¡¡¡Entiéndelo!!! – Karolyn pegó un puño cerrado al escritorio, con Anne que la miraba cansada. Suspiró y se volvió a sentar.
- Karolyn, me acaban de transferir acá, no puedes pretender que...
- ¡... Que nos vayamos ahora, lo sé! – terminó la frase Karolyn, deambulando por la habitación – Pero te suplico, ma', que almenos para el año que viene te regresen a la Aetas Vernus y con un buen sueldo... – esa fue la gota que hizo desbordar el vaso.
- Insomma, Karol!! ¡No es tan fácil como piensas! ¡¡Hazme el favor y regresa al comedor con tus amigas, no tengo tiempo para discutir contigo!! – gritó Anne indicando la puerta y mirando a Karolyn con ostinación. A ésta le ardieron los ojos de ira y se dirigió donde la madre le indicaba.
- Sólo te digo – dijo, cuando abrió la puerta, con cierta tristeza y rabia mezclada – que yo no tengo verdaderas amigas – cerró la puerta con violencia, haciendo que Anne se sobresaltara.
- Ay no... – dijo Anne echándose en el asiento – no otra pelea...
- Dios mio, por poco y lo olvidaba – dijo Hermione dirigiéndose a la biblioteca – tengo que investigar sobre esa cosa que me hará comunicar con Harry... – subió las escaleras y rápidamente estaba a unos pasillos de la biblioteca. Mientras miraba unos libros de Encantamientos que tenía en el bolso, una chica pasó como una rápaga de viento por delante de ella. La vio y notó que era de Ravenclaw. Quien sabía qué le había pasado para andar brotando furia por todos lados.
Momentos después ya había llegado a la puerta de la biblioteca. Saludó a la señora Pince muy cordialmente y se dirigió en una mesa vacía muy apartada de los demás para concentrarse mejor. Apoyó sus cosas ahí y se dirigió a la sección MAGIA Y MUGGLES para buscar los libros necesarios.
- Bueno, uno como el que tengo de Estudios Muggles pero más profundizado me serviría de maravilla y uno de Encantamientos con hechizos que se relacionen con los muggles (y sobretodo con la electrónica) también me serviría... – dijo Hermione todo de un tiro para sí misma mientras buscaba entre los estantes. Siguió repitiendo cosas como estas por más de diez minutos, paseándose por los inmensos estantes.
Mientras tanto la ya muy famosa Karolyn Vingel se dirigía también a la biblioteca, murmurando entre sí.
- Será mejor que busque un libro para relajarme, ¡ella siempre pierde la paciencia por cualquier cosa! ¡¡Sabe muy bien que no puedo irme de la escuela a mitad año, así que lo que decía era obviamente para cuando lo terminara!! Ahh, che stronza che é!! – cuando entró, saludó a mala gana con la mano a la señora Pince, ésta que la miró de reojo frunciendo los labios. Eligió una mesa así por así y se sentó, abriendo su bolso ruidosamente.
- ¡Shh! – sibiló una chica de Hufflepuff a unas mesas de ella que parecía estar estudiando para la próxima lección. Karolyn trató de calmarse y de no responderle. Decidió que mejor era buscar un libro sobre Griegos y Troyanos o simplemente uno de Encantamientos. Dejó sus cosas ahí y se dirigió a los estantes.
Hermione finalmente había agarrado un libro de la editora Soraysz "La comunicación de los Muggles en el mundo Mágico" y otro de la editora Incate "Como comunicar por medios simples" y estaba ya decidida a salir de aquel laberinto. Con los dos libros (relativamente pesados) se fió de unos estantes y finalmente llegó a la mesa en donde había dejado sus cosas.
Pero al regresar no sólo encontró las suyas: había otro bolso en la mesa. Bueno pensó sin darle importancia ni modo que la mesa es sólo mía. Somos un país libre. Se sentó a poca distancia del otro bolso y abrió el libro de la editora Soraysz, en el sumario. Comenzó a buscar algo que le fuera útil para la investigación.
- A ver, a ver, a ver... ¡ajá! ¡Este es el de la otra vez! – exclamó Karolyn en un susurro cuando encontró un libro interesante de Griegos. Luego miró su reloj y notó que aún quedaban dieciseis minutos para que terminara la pausa del almuerzo. Agarró el libro y fue hacia la mesa donde había dejado sus cosas, encontrando ahí a la famosa Gryffindor.
- ¿Ah? ¿Qué haces tú aquí? – dijo, como proclamando privacidad. Hermione alzó la mirada del libro, con paciencia.
- ¿Es ese tu bolso?
- ¡Sí!
- Yo dejé el mío antes que tú.
- No, no estaba – dijo Karolyn muy segura de lo que decía.
- Sí que estaba, lo dejé acá escondido para que nadie lo viera – dijo Hermione y regresó su atención al libro para no seguir discutiendo. Karolyn captó esto y se sentó a dos sillas de Hermione. Abrió su libro, miró luego en su reloj que faltaban trece y medio minutos y le activó la alarma. Pero apenas abrió el libro en la página 326 le dirigió la palabra a Hermione.
- Oye, ¿no sabes por qué sí pueden servir los relojes electrónicos y no las agendas? Supuestamente no sirve la electricidad aquí adentro – Hermione apartó la vista del libro y miró a Karolyn incrédula.
- ¿Te sirve? – le miró el reloj impresionada – Es imposible, no debería, el mío no servía y tuve que cambiarlo por uno manual – agarró la mano derecha de Karolyn, donde estaba el reloj, y vio que funcionaba perfectamente – Bah, qué extraño...
- Bueno, menos mal – Karolyn regresó a su libro y Hermione la imitó. Por alguna razón el ambiente era tenso en esos momentos.
- Comuncación através del tiempo, Muggles y la inveción del "teléfono"... – susurraba Hermione muy bajo pasando el dedo por el sumario, bien concentrada. Karolyn en vez no lograba imitarla.
- Sinceramente non la capisco, va su tutti i nervi per nulla, e dopo mi scaccia fuori como se fossi un cane! A Lisianne non aveva mai trattato in quel modo... – murmuraba Karolyn mientras sólo leía con los ojos el libro y Hermione que la escuchaba.
- Hey... ¿hablas italiano? – dijo desconcentrándose por completo.
- ¿Cómo? – dijo Karolyn en voz alta, densimismándose.
- Escuché palabras en italiano y me pregunto si lo hablas – dijo Hermione en voz baja insinuando a que Karolyn lo hiciera.
- Oh, mi madre es italiana, he crecido casi toda mi vida en Italia, y por supuesto hablo el italiano – dijo Karolyn en voz baja, sin importancia. Hermione sonrió con inocencia.
- Mi madre me enseñó en este verano el italiano, aunque muy poco y no lo entiendo si lo hablan rápido, je je.
- Allora non capisci quel che sto dicendo adesso, vero? – dijo Karolyn muy rápidamente. Hermione sonrió sarcástica.
- Graciosa... – Karolyn rió a medias y Hermione vio la hora, parándose de golpe – Dios, nueve minutos y ya es hora, es mejor que nos vayamos Vingel – recogió los libros y fue donde la señora Pince para pedir el permiso de llevárselos.
- Sí, ya voy – Karolyn recogió su bolso y el libro y fue también donde madame Pince.
Las dos agarraron sus permisos y continuaron caminando juntas por los pasillos, sin darse cuenta. Después de un par de minutos, Hermione habló.
- Hey... ¿qué clase tienen?
- Cuidado de las Criaturas Mágicas, con ustedes también, si no me equivocó – Hermione miró su horario.
- Es cierto... y también tenemos Defensa Contra las Artes Oscuras... ¿cómo enseña tu madre?
- Dios mío, otra vez la pregunta Depende. Si yo estoy en clase, puede comportarse de dos formas: dulce, cuando no está enojada conmigo. Insoportable cuando en vez sí lo está.
- ¿Y está enojada? – dijo Hermione cuando ya estaban cerca del Gran Comedor.
- Sí, la hice enojar antes de ir a la biblioteca – dijo Karolyn pensando justo ahora que no debía haberlo hecho.
- Oh, bravo, un aplauso – dijo Hermione sarcásticamente con entusiasmo. Finalmente llegaron a las puertas del Gran Comedor.
- Eh... bueno... voy a comer algo antes de ir a clase... no comí mucho que digamos... – dijo Karolyn dirigiéndose a su mesa. Obviamente Hermione captó que no quería ser vista con ella, tal vez Karolyn hablaba de ella como "la sangre sucia Granger". La saludó con la mano y la otra hizo lo mismo.
Hermione siguió caminando y pasando por su mesa y no encontró a Harry aún en ella. Entonces decidió ir directamente hacia la cabaña de Hagrid, pasando por las puertas de Hogwarts.
Mientras, Karolyn ya estaba en su mesa tomando un poco de pan y bebida, para calmar el estómago hambriento. A unos metros de ella, en la larga mesa, se encontraban unos chicos de sexto y sobretodo de séptimo, charlando como si nada fuese.
Pronto estos muchachos notaron la presencia de la chica, que tomaba su comida tranquilamente. A ella en realidad no le importaba si llegaba tarde a la clase de Hagrid, le parecía que éste era una buena persona y que no le quitaría puntos por sólo comer. Los chicos luego se iban acercando disimuladamente y Karolyn empezaba a sentirse intimidada. Los muchachos la miraban de reojo con aire pícaro, y se intercambiaban miradas complices. Luego, al parecer el mayor de ellos y para más guapo, habló.
- Sabemos quién eres – dijo.
- Todo el mundo lo sabe – dijo otro.
- Eres Karolyn Vingel, hija de Anne Miark, la nueva profesora de Defensa – dijo otro más. Karolyn no osó subir la mirada de su plato e hizo como si nada.
- Nos pareces muy hermosa – dijo uno de sexto, al parecer muy lindo, que estaba cerca del de séptimo. Karolyn continuó sin responder, pero se enrojeció rápidamente y tomó de su copa dorada. Cuando bebió, notó que en toda la sala sólo estaban los chicos y ella. Se sintió acorralada.
- Tienes un buen cuerpo, no sé si te has dado cuenta, y nos has provocado desde que llegaste – dijo otro que se parecía al primero. Karolyn ya estaba bien roja y maledició infinitamente que su pollina (larga casi cuanto su pelo normal) estuviera amarrada en las dos colitas que llevaba, porque le dejaban ver su rostro. Luego, el que estaba más cerca, que para más era bellísimo, dio un puño en la mesa enfrente de ella y la hizo sobresaltar.
- Entonces mujer – dijo con una voz realmente grave, tratando de calmar su impaciencia – sabemos que no eres muda, y queremos que hables – Karolyn continuó fijando su plato que ya estaba vacío, los duendes abajo se habían llevado la bebida y la comida sobrada. Luego subió la cabeza pero no la mirada y habló.
- ¿Y qué quieren que les diga? – dijo con una confianza tan grande como una miga de pan. Todos los hombres presentes sonrieron malévolamente. El muchacho que tenía al lado acercó el rostro al de Karolyn y acarició uno de los cabellos que tenía alrededor de su hombro izquierdo.
- No tienes novio, ¿verdad? – a Karolyn se le helaba cada centímetro de su piel a la vez que cada chico se acercaba más y que el otro enrollaba parte de su melena en su dedo índice derecho.
- No, no tengo – dijo Karolyn siempre fijando la mesa. No quería ver ninguno de esos hombres, ni mucho menos el que tenía al lado.
- Sabes, muchas chicas de todas las casas, incluso de Gryffindor, han querido empatarse conmigo, dese todos los años – dijo el chico, quitando la melena que estaba de frente a la oreja de Karolyn, para luego acercar la boca – pero yo no he querido empatarme con ellas. Por eso, ¿quisieras ser la afortunada y empatarte? – luego susurró – Te complaceré en todo, linda... – de repente le pasó el brazo por los hombros y la apretó más hacia él. Karolyn, rápidamente, lo alejó empujándolo por el pecho, para luego agarrar su bolso y darle una senda bofetada con él.
- ¡Perra! – gritó el chico (que se había caído de la silla) tocándose la mejilla golpeada y mirando a Karolyn con ira. Varios chicos se acercaron a Karolyn.
- ¡Jamás me empataría con un cochino como tú! – dicho esto empezó a correr hacia la puerta del Gran Comedor, porque ya los otros chicos empezaban a perseguirla.
Abrió las puertas con dificultad y bajó las escaleras casi tropezándose, mientras los chicos se acercaban más y más. Siguió corriendo sin volver la mirada atrás, tan sólo tenía que llegar a las puertas de Hogwarts y estaría a salvo. Varios cuadros miraban a los chicos correr con desprecio, como para decir Tsé, ¡los chicos de hoy en día!, mientras que las estatuas les bloqueaban el paso. Karolyn les fue muy agradecida a todas esas cosas locas de Hogwarts, mientras ya llegaba a las puertas que daban a los jardínes, pero luego pensó que los cuadros tampoco la habían visto con buen aire que digamos.
Finalmente abrió las puertas y se encontró en los jardines de Hogwarts. A su izquierda, el límite del Bosque Prohibido, y más allá se encontraba la cabaña de Hagrid, donde éste impartía su clase. Karolyn, antes de dirigirse hacia allá, agarró una cajita de su bolso, y la abrió. Ahí había un espejito y al verse la cerró rápidamente. Buscó un cepillo en su bolso y cuando lo encontró se sentó en las escaleras de las puertas, para después peinar su larga melena. Al terminar, se volvió a mirar en el espejo, y notó que estaba muy bien, excepto por las colitas. Decidió quitarselas y andar de pelo suelto, ya que por suerte no hacía calor. Guardó sus cosas en el bolso y se encaminó a la cabaña de Hagrid, implorando a Dios que no le quitara puntos a su casa.
La clase esa vez se impartía también a las afueras de la cabaña, con los alumnos sentados en el piso. Ese día, en la primera hora, tocaba teoría y lo que se debía estudiar era el cuerpo y el carácter de un Pegaso. Pero la clase, como siempre, estaba aburrida: la mitad de los alumnos bostezaba cada tres minutos mientras que el profesor continuaba a explicar con entusiasmo la extraña composición de las alas del Pegaso, que no eran unas simples alas. Pronto el profesor dejó de hablar al notar que una alumna se dirigía hacia la clase, y los alumnos volvieron su mirada a donde el profesor la tenía. Hagrid suspiró con cansancio.
- Señorita Vingel, la clase empezó hace mucho – dijo cuando Karolyn ya había llegado. La chica se dirigió donde el profesor e hizo una reverencia.
- Disculpe profesor – susurró audible sólo para el supérstito – es que un poltergeist no me ha dejado pasar.
- ¿Un poltergeist, dices? Es imposible, hemos llevado a Peeves en el bosque en las vacaciones – Karolyn quedó en blanco, y Hagrid la miró con superioridad. Pero, como toda Slytherin, tenía una respuesta pronta.
- Pues debió de regresar porque estuve gritando para que me dejara pasar y, fíjese, me quedé sin voz – continuó a susurrar Karolyn. Hagrid la miró con desconfianza.
- Umh... bueno, esta se la perdono. Tal vez Peeves haya entrado y tengas razón – Hagrid le hizo señas de sentarse y Karolyn se dirigió donde Laly que estaba junto a Pansy, Millicent, Vicent (Crabbe), Gregory (Goyle) y Draco.
La clase continuó normalmente como todos los años, o sea con los típicos comentarios de Draco. Después de la clase de teoría, tocaba la clase manual, es decir la combivencia con las criaturas mágicas que a Hagrid le encantaban. Esta vez Hagrid les había dado un huevo enorme como de avestruz a cada grupo (que era de dos o más personas) y se tenía que lavar, limpiar y mantener a fuego lento.
- Hey Potter – dijo Draco, mientras ponía el huevo en un recipiente con agua limpia – vi que finalmente tu amigo el Gigante decidió cambiar look. – Harry, que lamentablemente estaba cerca de Draco (el grupo de éste era con Crabbe y Goyle), no dijo una palabra y siguió restregando el huevo, con Hermione que buscaba información sobre un libro – Y yo que pensé que los Gigantes no tenían suficiente cerebro como para preocuparse de la apariencia y cortarse el pelo – Harry por poco y rompe el huevo de la rabia, haciéndolo caer en la grama. Hermione casi y lo estrangula al ver eso, y le dijo que mejor le dejaba limpiar a ella mientras él buscaba información sobre como ponerlo a fuego lento.
- Pues Malfoy – dijo Harry, mientras pasaba las páginas. Draco lo miró – Almenos no tienen esa lameada de vaca en el pelo como tú – varios Gryffindors se rieron, incluso Hermione trató de aguantar la risa – Ah, ¿y ahora es que te das cuenta de que sí tienen cerebro? Lo decía yo, Hermi – dijo luego refiriéndose a su amiga – que a los Malfoy falta algo en la cabeza... El cerebro. – Varios Gryffindors por ahí cerca se rieron chistosamente mientras que las mejillas de Draco tomaban un leve color rosado.
- Oh vaya – dijo con un guiño – ¿un nuevo sobrenombre para la sangre sucia? – Hermione se enrojeció, dejando de reir – Oooohhhh, Hermiiiiii, amor de mi vida, ayúdame a encontrar la poción que traerá mis padres de vuelta... – imitó Draco la voz de Harry (aunque más aguda), con una mano en la frente, haciendo que éste se pusiera rojo de ira. Todos los Slytherins del quinto año se rieron, menos una cierta chica ya muy popular: Karolyn.
- Quiero ver yo – dijo ésta en voz alta, ya que estaba un tanto lejos del grupo de Draco y Harry, mientras puliba su huevo – que fueras huérfano y que se burlaran de ti por serlo. – Todos los Gryffindors (y obviamente Harry y Hermione) la miraron pasmados, al igual que los Slytherins. Draco no tuvo respuesta para esto, y tenía los ojos bien ensanchados mientras fijaba a Karolyn – ¿No te gustaría, verdad? – Karolyn posó el huevo en el caldero y dio a Laly (que estaba en su grupo [muy impresionada]) los guantes, para que encendiera el fuego. Draco continuó lavando su huevo, un poco dolido por el comentario.
- Cómo puedo saberlo – dijo – si ni siquiera soy huérfano; – sacó el huevo del recipiente y comenzó a pulirlo – problema tuyo si sabes qué se siente y por esa razón defiendes a Potter – Karolyn lo miró con ira, las Slytherianas se sorprendieron, y ella le hubiera respondido si no hubiera sido porque Hagrid estaba girando de por ahí.
- Todo bien, ¿Harry? – le susurró a éste, posándole una pesante mano en el hombro. Harry asintió, con la mirada vacía, soportando el peso, y luego Hagrid le susurró en el oído: – Menos mal, pensé que estabas enojado por el artículo de Laura Skeeter hoy en el Daily Prophet – Harry, que estaba picando unas hojas para poder calentar el huevo, giró su rostro de repente y miró a Hagrid con incognita y preocupación. Éste entendió la mirada y se alejó lo más pronto posible a otro grupo, para que el chico no le hiciera preguntas. Rápidamente, Harry se volvió a Hermione, dejó de picar las hojas y le habló.
- Hermione, – dijo muy serio, mientras ésta terminaba de pulir el huevo – ¿por qué no me dejaste ver lo que escribió Laura Skeeter? – Hermione lo miró con incognita, mientras cortaba unas hierbas de eucalipto – Sí, a Hagrid se le salió que la Skeeter escribió algo sobre mí. Tú eres a la que entregan el periódico todas las mañanas y debes saberlo – Hermione se encogió de hombros.
- Harry, no tengo idea de lo que hablas, y por si no te recuerdas me llevaste corriendo a la torre Gryffindor para hacer la tarea de Astrología justo en la mañana y no pude leer el diario – Harry pensó un momento y vio que Hermione tenía razón.
- Pero el periódico lo tienes, ¿verdad? ¿Está en tu bolso? – Harry hizo andemán de buscar en el bolso de Hermione pero ésta fue más rápida y lo agarró en un santiamén – Hey, ¿quién te dijo que puedes ver mis cosas así no más, eh? – Hermione parecía disgustada y Harry se encogió de hombros levemente, preguntándose porqué no podría ver en el bolso de Hermione. Ésta se tardó unos segundos y luego lo encontró, sacandolo triunfante.
- A ver... – Harry empezó a buscar por las páginas y finalmente encontró un texto con un enorme título, para luego leerlo en su mente, con Hermione leyendo por su hombro al igual:
ACONTECIMIENTOS INCREÍBLES EN HOGWARTS
Las clases en Hogwarts tuvieron inicio el 2 de Septiembre, a las ocho en punto de la mañana –Laura Skeeter, enviado profesional. Por el resto de los días, todo prosiguió normal, hasta la noche del jueves 4 de Septiembre: alrededor de las ocho cincuenta y cinco, Ginger Weasley y Colin Creevey del cuarto año fueron aparentemente atacados por unas lianas asesinas y en estos momentos se encuentran en la enfermería de la escuela.
Como ya era de saberse, la Escuela de Magia y Hechicería de Hogwarts está perdiendo la reputación de "la más segura de las escuelas" como antes. Desde hace ya cinco años, nuestra escuela ha tenido muchos problemas y disturbios y ni el profesor Dumbledore ni el Ministerio de la Magia han hecho algo al respecto. Las familias empiezan a inquietarse y a no enviar los hijos.
Los chicos, que están a los cuidados de Madame Poppy Pomfrey, siguen inconscientes, y se duda acerca de su sobrevivencia. Es posible que el día 8 de Septiembre sean transferidos al hospital San Mungo (si no se recuperan) para darles cuidados mayores.
Mientras tanto, la misma noche en que los alumnos fueron atacados, el director de Hogwarts Albus Dumbledore tuvo una reunión a medias con el Ministro del Ministro de Magia Cornelius Fudge y el jefe del Departamento de Relaciones Exteriores Políticas, Alexander James McClean, discutiendo sobre un argumento que lamentablemente no está a nuestro alcance. Lo más probable es que hayan discutido sobre la fecha de las elecciones para el nuevo Ministro de la Magia, o tal vez para impedirlas. Fudge se niega aún a ceder su puesto, y esto ha causado ya muchos conflictos en el Ministerio.
Y regresando a Hogwarts, se dice que el que derribó el Señor Tenebroso, Harry Potter, haya finalmente encontrado su primer amor después de tantos rumores del año pasado. Puede que ya sea novio de su íntima amiga Hermione Granger, que le fue a visitar este verano, o también de la chica con la cual iniciamos este artículo, Ginger Weasley.
Nunca se separan desde que llegaron a Hogwarts comenta Lalienne Labett, una simpática chica del quinto año una vez los vi agarrados de la mano al entrar en el comedor; también nos comenta algo Pansy Parkinson, del mismo curso Si es cierto que pasaron mitad del verano juntos, entonces no sé que pudo haber pasado. Tal vez ellos no se den cuenta, pero ya se han creado la fama de "novios del año" (risas de parte de la chica). Aunque, después de estos dos comentarios, también tenemos uno de Elena Smith, que habla sobre el posible amor de Ginger Weasley Recuerdo que cuando yo estaba en tercer año, la Weasley le dedicó un poema a Potter en el día de San Valentín, en público. Y el año pasado, sigue comentando la chica de sexto año se dice que Potter haya estado en su casa por todo el verano. Otros comentarios sobre los posibles amores de Harry Potter nos hacen pensar que entre estos tres chicos nombrados exista lo que se llama un "triángulo de amor". Por el momento sólo esperamos lo mejor.
A fin de cuentas, hemos notado que muchos aconteciemientos increíbles, inexplicables e inesperados han sucedido en Hogwarts en menos de una semana. Todo esto nos hace refleccionar un poco: si en tan poco tiempo unos chicos están al borde de la muerte, ¿cómo se transcurrirá todo el año escolar?
Harry y Hermione quedaron pasmados al terminar de leer. Miraron con rabia a los Slytherins y se contuvieron la furia que tenían trabada en la garganta, que podía estallar de un momento a otro en una pelea. Ahora Harry se sentía mal, antes pensaba que la Laura Skeeter no fuera tan exagerada y metida como la Rita, pero en vez sí lo era, y también utilizó a Hermione y a Ginny como arma para un artículo. Pensó que Hermione debía de sentir y pensar lo mismo.
- Señor Malfoy – dijo Hagrid, mientras examinaba el huevo de Draco, inclinado – hay una mancha aquí, – señaló en el huevo. Draco miró la mancha – y otra acá – señaló otra parte – y otra por allá, para más grande – Hagrid se enderezó y negó con la cabeza – Tsé, tsé, tsé. No puede pulirlo si aún no lo ha lavado bien. Vuelva a lavarlo – señaló Hagrid el recipiente. Draco lo fijó con sus ojos grises, con rabia.
- ¿Por qué debería hacerlo? – dijo con su típica voz que arrastraba las palabras – Tú no eres un verdadero profesor, ni siquiera terminaste los estudios – continuó puliendo su huevo. Hagrid lo miró intensamente y suspiró con cansancio.
- Puede que no – dijo normalmente – pero sé más de criaturas que tú. ¿Dime, sabes con qué tipo de huevo estás tratando? – Hagrid dijo esto con grandeza y Draco ni lo miró, continuando a pulir su huevo – ¿Quién sabe qué tipo de huevo es con el que tratamos? – sólo tres manos se alzaron en el jardín, una de Hermione, otra de Karolyn y otra de Dean. Hagrid indicó el chico.
- Es un Puffskein, señor – la mayor parte de las chicas de Slytherin y Gryffindor se sorprendieron emocionadas y exclamaron ¡Un Puffskein! ¡Que ternura!.
- Muy bien, Thomas. ¿Y qué tipo de criatura es? – Aún las manos de Karolyn y Hermione se alzaron, aunque esta vez acompañadas por la de Seamus.
- ¿Finnigan?
- Es una criatura dócil que le encanta ser mimada. Está cubierta de pelo color crema y de vez en cuando saca una lengua muy fina para buscar comida.
- Muy bien, grandioso. Cinco puntos para Gryffindor. – Hagrid luego se refirió hacia Draco – Ve, ahora puede saber qué es lo que trata – Draco continuaba puliendo, haciendo caso omiso a su profesor, hasta que éste en un satiamén le quitó el huevo y lo regresó en el recipiente.
- ¡Hey! – exclamó, quejándose del agua salpicada.
- Le dije que tenía que lavarlo otra vez – Draco lo fijó con ira, y volvió a lavarlo, con Vicent y Gregory que por primera vez en su vida estaban utilizando el cerebro en la poción (esta servía a que el huevo se abriera antes de tiempo). Hagrid continuó deambulando por ahí hasta que regresó a su asiento y escribió varias cosas en la pizarra. Al parecer eran tareas.
Al final de la primera hora, todos los alumnos ya tenían sus huevos hirviendo en el
caldero. Hagrid había dicho que diez minutos allá adentro le harían bien al Puffskein y que más o menos al día siguiente saldrían del cascaron. Especialmente las mujeres estaban muy emocionadas.
- Una vez tuve un Puffskein – dijo Harry mientras él y Hermione escribían en sus pergaminos las tareas que les había asignado Hagrid – Pero no sé que hizo Fred que lo utilizó como bludger para practicar, y de ahí no lo he visto más (N/A: esto lo leí en el libro de "Los animales fantasticos: donde encontrarlos". Harry escribe una nota cerca del nombre Puffskein diciendo que había tenido uno y que no sabía donde estaba, y Ron le responde "Fred lo utilizó como bludger para entrenarse").
Otras chicas, como Pansy Parkinson, no habían admirado la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas desde que habían visto aquel Unicornio el año pasado.
- Los Puffskeins son adorables – dijo Pansy, viendo el huevo en el caldero y refiriéndose a Laly – mi madre me dijo que de pequeña tenía una familia entera de ellos.
- Espero que podamos tratar con ellos por todo el año – dijo Laly revisando la descripción en el libro de Newt Scamandro. De repente, entre charlas de los estudiantes, retumbó la voz de Hagrid haciendo que todos se callaran.
- Muy bien – dijo radiante de alegría – ahora quiten el caldero del fuego y luego apáguenlo – los estudiantes obedecieron y quitaron los calderos con ruido posándolos en la grama humeda, para luego apagar el fuego con el agua del recipiente donde habían lavado los huevos. Luego esperaron otras órdenes de Hagrid.
- Bien – dijo – ahora boten el agua del caldero en cualquier parte de la grama (con tal de que sea lejos de aquí) sin dejar caer el huevo. Es mejor si se ponen los guantes de tela – los chicos obedecieron yendo a un lugar apartado de la clase. Con cautela y precisión, volvieron con el caldero pesante y el huevo, para posarlo de nuevo en la grama. Hagrid los miró felices, incluso a los de Slytherin.
- Muy bien. Ahora tráiganme el huevo con o sin el caldero, como prefieran – casi todos prefirieron ir sin el caldero, pero personas como Vicent y Gregory, que eran bastante fuertes, decidieron llevarlo adentro, dejando atrás el flacucho de Draco. Después de que dieron el huevo a Hagrid, todos temían que éste iniciara otra clase de teoría.
- Muy bien – dijo Hagrid a la clase – ahora pueden marcharse – los estudiantes lo miraron impresionados.
- ¿Disculpe, señor? ¡Si apenas sonó la campana de la segunda hora hace diez minutos! – exclamó Karolyn como si protestara por sus derechos humanos.
- Un pequeño regalo como inicio del año – dijo Hagrid con gran afecto. Karolyn pareció furiosa, pero los demás estudiantes, felices de no estudiar la estructura osea de un Pegaso, salieron pitados hacia el castillo de Hogwarts.
- Karolyn, agárratela con calma. – dijeron Laly y Millicent – Piensa que así podrás estudiar Encantamientos o leer uno de esos libros de Troyanos – Karolyn tomó eso por consuelo y empezó a guardar sus cosas, lentamente. De repente, escrutó a Hermione y Harry – Adelántense, ya las alcanzo – extrañadas, Pansy, Millicent y Laly se encaminaron hacia el castillo, mientras que Harry y Hermione hablaban con Hagrid.
- Espero que ahora – dijo, en voz baja para que Karolyn y Draco (éste que estaba anotando las tareas) no oyeran – tengan tiempo para visitar a Ron. Esta hora libre es en parte para que la dediquen a su amigo.
- Oh no, no, no. – susurró Harry – No quiero ver a los señores Weasley, deben estar destrozados y yo no tengo idea de como consolarlos – Hagrid le posó una mano en el hombro y Hermione notó que Harry se estaba doblando en dos.
- Harry... – dijo mientras éste aguantaba el peso – tienes que ayudar a tu amigo en momentos como estos. Son ya cinco años que lo conoces – Hagrid, con su otra mano, mostró cuatro dedos doblando el pulgar – ¡Cinco! – entonces sí mostró el pulgar – No puedes perder su amistad por nada al mundo, y más aún ahora. Ahora vayan y consuélenlo, que debe estar en pedazos – Harry bendeció todos los santos cuando Hagrid quitó todo su peso de encima y pudo alejarse junto a Hermione al castillo. De repente, mientras caminaban por los prados hacia las puertas, Karolyn se les acercó.
- Hola chicos – dijo con tono natural – ¿a dónde van? ¿Qué piensan hacer en esta hora libre? – Harry, impresionado por el comportamiento de Karolyn, volvió tres cuartos su rostró hacia atrás y notó que Draco los fijaba a los tres intensamente, sobretodo a Karolyn, que estaba junto a Hermione (órden de posición desde atrás: Karolyn, Hermione, Harry).
- Pensabamos ir a la enfermería – dijo Hermione, que durante la lección se había preguntado constantemente porqué Karolyn había mentido ya que sabía perfectamente que el poltergeist había estado deambulando por las afueras del bosque, cuando lo había visto yendo hacia la cabaña.
- Oh – dijo ya cuando estaban en la puerta del castillo, con Draco que los fijaba desde atrás – por vuestro amigo, supongo. Lo siento mucho. Hasta luego – se acercó a Harry, que estaba distraidamente mirando hacia atrás, y le besó rápidamente en la mejilla, para luego desaparecer entre las puertas. Draco, que ya estaba a pocos metros del dúo, se volvió todo rojo de la rabia y miró a Harry con odio y celos. ¡A él, Karolyn ni le había rosado con sus labios!
- ¡Largo, Potter! – dijo empujando hacia Hermione a un Harry ya desconsertado por el beso de Karolyn, y cerrando las puertas con una rabia y fuerza desconocida. Hermione por poco cae por las escaleras.
- ¡Dios mio! – dijo, cuando tomó el equilibrio de nuevo – ¡¿Pero qué demonios les pasa a esos dos?! – Harry, que sabía mucho menos de Hermione, sólo se limitó a decir: – No tengo la más mínima idea.
Mientras Hermione y Harry se dirigían hacia el segundo piso, Draco Malfoy iba hacia las mazmorras dirigiéndose a su casa, con una rabia inmensa. Pensaba a lo que le había dicho Karolyn en clase, y a ese beso que le había dado a su peor enemigo Harry Potter... ¿Pero qué le pasaba a la chica? Primero lo había humillado al decir eso de los huérfanos, y luego se había acercado a la sangre sucia y a Potter, para luego darle un beso a éste... Definitivamente, algo le pasaba.
Murmuró la contraseña a la estatua que hacía la custodia a su casa y ésta lo dejó pasar con una mirada extraña. Draco entró y fue a paso veloz con la idea de ir directamente a su habitación, pero se frenó cuando vio a Karolyn sentada en un sillón, al parecer escribiendo en su diario. Draco no resistió a la tentación de acercárse y sentarse, así que lo hizo. Fue directamente al sillón enfrente al de Karolyn, para verle en la cara. Karolyn sólo subió la mirada y notó que Draco estaba ahí, sentado. Regresó a su diario e hizo caso omiso a los ruidos de Draco sacando un libro de su bolso, para aparentar leer. De vez en cuando miraba a Karolyn, veía cada gesto de su mano deslizarse con una pluma muggle de una tal marca Giotto, y veía como pedazos de la melena ondulada le caían por los hombros. Karolyn lo descubrió y Draco se ruborizó, para luego "seguir" leyendo y crear una atmosfera tensa. Y justo cuando no sintió más el ruido de la pluma deslizarse por el papel, habló.
- Oye... – dijo, apoyando el libro en la mesita y fijando los ojos de Karolyn con seriedad, ésta que lo miraba confundida mientras se desisitía a guardar sus cosas en el bolso – ¿puedo hacerte una pregunta? – Karolyn terminó de guardar sus cosas y luego se acomodó en el asiento.
- Soy toda oídos – dijo.
- ¿Eres de amiga de la sangre su... – antes de terminar la frase se cortó – de Granger?
- Umh... nope. Pero me cae bien – dijo Karolyn sin importancia. Draco no sintió alivio pero tampoco rabia.
- ¿Estás... estás interesada en Potter? – le preguntó, balbuceando tontamente. A Karolyn ni se le ruborizaron las mejillas ni pareció disgustada.
- ¿Por qué lo dices? – preguntó.
- Le has besado. En la mejilla, pero le has besado – dijo Draco, lleno de ira.
- ¿Y? ¿Qué tiene de malo? – dijo Karolyn tan fría como el hielo.
- Nada, – dijo Draco apretando los dientes – nada – guardó su libro e hizo andemán de irse.
- ¡Hey! – exclamó Karolyn parándose y haciendo que Draco se frenara – Estás enojado, ¿verdad? Por lo que dije en la clase, ¿no es así? – Draco le miró – Tienes que quitarte esa manía de fastidiar a la gente, no puedes siempre ser tan prepotente, y si es necesario que yo te la quite, pues, ten por seguro que lo haré – Karolyn dijo todo esto como si se estuviera quitando una carga de encima. Draco posó su bolso en el piso.
- ¿Te molesta tanto mi manera de ser? – susurró, arrástrando las sílabas con dolor y odio y con su típico guiño. Karolyn le fijó en los ojos, con el ceño fruncido.
- Me parece injusta, – dijo al fin – sobretodo con Potter. – Draco hizo un paso hacia Karolyn, con los puños cerrados.
- Entonces sí te agrada – dijo con un guiño de celos, fijando a Karolyn, que la tenía a un metro – lo amas.
- No es verdad – sibiló Karolyn, indignada.
- ¿Ah no? – susurró Draco, sintiendo que iba a explotar – ¿Por qué tanta confidencia, entonces? ¿Cómo justificas tu nueva 'amistad'? – Karolyn no entendía para nada el comportamiento de Draco, ¿qué le pasaba? Miraba esos ojos grises que le traspasaban su mirada color marrón, y sentía que en la sangre de él había un sentimiento de odio y sobretodo de celos hacia ella.
- No sé qué te pasa – dijo, fijando los ojos de Draco – te comportas raramente. ¡A mí no me gusta Potter! – sintió en la mirada de Draco la incredulidad – Y si me gustara, ¿cuál sería tu problema? ¿Qué te importa a ti? ¡Somos dos perfectos desconocidos! – Karolyn lo miró con intensidad notando que en la mirada de Draco cierto dolor prevalecía.
Draco posó sus brazos en los hombros de Karolyn, bajando la mirada y cerrando los ojos. Me importa pensó porque me gustas y no dejo de pensar en ti cada momento sintió esas palabras retumbar en su mente tratando de ser liberadas y de llegar a la mente de Karolyn. Pero Draco no podía decirle nada, ahora sabía que no tenía esperanza con la chica, sabía que Karolyn no le hubiera prestado la mínima atención.
- Ve-verás... – balbuceó al fin, regresando la mirada hacia los ojos de Karolyn, que lo miraba entre confundida y enojada. Draco se hizo valor y la miró con intensidad, sin dejarle los hombros libres – Potter es de Gryffindor. ¡Sería una humillación si te gustara uno como él! No queremos gente similar en nuestra casa. – Karolyn agarró las manos de Draco con brusquedad, las quitó de sus hombros y las soltó con violencia.
- ¡Pero qué dices, estúpido! ¡Todos los de esta casa son unos orgullosos del carrizo! ¡No sé dónde tienen los sentimientos! ¡¡Sólo se preocupan de como los ve la gente!! – Karolyn estalló, sin preocuparse de su voz que retumbaba en toda la mazmorra.
- ¡Sí que tenemos sentimientos! – gritó Draco, dando un paso hacia atrás, como para coger su bolso y largarse – ¡¡La vanidad y el orgullo no son las únicas cosas que nos importan!! ¡Eres tú la que estás cegada por los comentarios de los demás sobre nosotros! – agarró su bolso y se lo puso en el hombro – ¡No puedes juzgarnos si no sabes cómo somos en verdad! ¡No sabes de nosotros los Slytherins!
- ¡Oh bien! – exclamó Karolyn, ya roja de la rabia – ¡¡Entonces debería largarme de esta miserable casa!! ¡¿No es eso lo que prefieres?! ¡¿No crees que sería bueno si ahora mismo fuera donde Dumbledore para largarme de aquí?! ¡Así tendría la libertad y el derecho de escoger mis amistades, ya que aquí uno tiene que seguir cierto régimen! – Draco estaba ahí, oyendo a Karolyn gritar esas obscenidades. Por un momento sintió que sus ojos ardían, que trataban de controlar ciertas gotas de agua.
- No podrías – dijo sin aliento – porque ya formas parte de nosotros. – Dicho esto se marchó directo a la habitación de los chicos, sintiendo como una lágrima fría se delizaba por su mejilla izquierda. Me has hecho llorar, Karolyn, pensó Draco, apenas cerró la puerta del dormitorio masculino por primera vez en mi vida.
Harry y Hermione no habían desobedecido a Hagrid al dejarles la hora libre. Habían decidido ir directamente hacia la enfermería sin distraerse, para cumplir las órdenes del amigo gigante. Sin embargo, en la mente de los dos adolescentes retumbaba la escena en la cual habían sido testigo durante el almuerzo. Temían encontrar a Ron hecho pedazos, sin saber cómo consolarlo. Cuando ya estaban cerca del pasillo de la enfermería, Hermione se frenó.
- Harry, ¿estás seguro de querer entrar? – preguntó, nerviosa.
- Sí... – dijo incierto Harry.
- ¿Completamente seguro?
- Claro – dijo Harry ojeando el pasillo.
- ¿Respuesta definitiva? – dijo Hermione aún nerviosa, mirándolo.
- ¡Sí Herms! – dijo Harry dando paso lento hacia el pasillo. Hermione lo siguió.
Por suerte ninguna voz se oía mientras llegaban a la puerta. Al ojear el interior de la enfermería, notaron que la única persona que había ahí dentro era madame Pomfrey. Ésta los notó rápidamente.
- Chicos, ¿no deberían estar en clase? – preguntó con desconfianza.
- Nos dejaron la hora libre, señora – dijo Harry mirando a un Colin muy pálido.
- ¿Qué profesor?
- Fue Hagrid, madame – dijo Hermione. Pomfrey los miró con extrañeza, y estuvo apunto de decir algo pero Harry la interrumpió.
- Antes de que nos eche, – dijo con calma – ¿nos podría decir cómo están los chicos? – Pomfrey les dejó pasar y miró con dolor a sus pacientes. Alizó un poco las sábanas de Ginny y luego se refirió a Harry.
- No han despertado ni una vez. – suspiró – A veces me da la impresión de que no respiran. Reviso, y aún les late el corazón, pero lento. No sé si se recuperaran pronto. Lo más probable es...
- Que los lleven a San Mungo – completó Hermione. Pomfrey asintió.
- ¿Y los familiares? – preguntó Harry.
- Vinieron hace una hora y algo, – dijo Pomfrey, paseándose por la cama de Colin – estaban dolidos. La señora Creevey no quería aceptar lo sucedido, se negaba a dejar a su hijo acá y lo quería llevar a un hospital muggle. Creo que ella es una y que tuvo que pedir un permiso especial para poder entrar a Hogwarts... – miró a Ginny – Y los señores Weasley... Dios, la señora Weasley se sentía por el piso. No sabía que decir. Sus hijos, los gemelos y el otro, se quedaban mudos, como para aguantar las lágrimas. Sólo espero que todo esto se acabe pronto... – agarró un vaso y una jarra de agua que había en una mesa cerca y versó el agua en el vaso. Los chicos se miraron y luego Hermione habló.
- ¿Dónde están todos ellos ahora? – preguntó.
- Se han ido, – dijo – no pueden quedarse mucho. Los alumnos se han quedado aquí en Hogwarts, pero no creo que tengan ánimos para ir a las lecciones durante un tiempo. Deben de estar en sus respectivas casas. – Pomfrey se dirigió hacia los chicos y les hizo seña de irse – Ahora es mejor que se vayan. No pueden permanecer por mucho tiempo acá – los empujó fuera de la enfermería y cerró la puerta. Rápidamente los chicos, como por telepatía, tuvieron la misma idea: ir a la casa Gryffindor.
Sin pensarlo dos veces y sin intercambiarse palabra alguna se dirigieron rápidamente hacia su casa. Ron debía de estar ahí solo o con los hermanos. Corrieron, subieron escaleras, y a un cierto punto ya habían llegado al retrato de la señora Gorda. Exclamaron la contraseña (Estrella de mar) y se encontraron en una Sala Común vacía. Revisaron con los ojos por todo el lugar y notaron que no había nadie.
- Puede que esté en la habitación... – dijo Harry mirando hacia la escalera a forma de caracol.
- O afuera... – dijo Hermione quitándose la melena del cuello para echarse un poco de aire.
- Será mejor que vaya, – dijo Harry – o no sabremos donde. – se dirigió hacia los dormitorios y en menos de tres minutos ya había regresado – Nada – fue la única palabra que salió de su boca.
Los dos se sentaron en los sillones de la Sala Común. No sabían qué hacer. Hermione entró y salió varias veces de su dormitorio mientras que Harry se quedaba en la sala leyendo un libro. Sólo en un momento Harry se dirigió al dormitorio masculino para ir al baño mientras que Hermione leía uno de los libros que había sacado de la biblioteca. Pronto el retrato de la Señora Gorda se abrió. Hermione no prestó atención al momento pero luego notó que los pasos eran lentos. Alzó la cabeza del libro y a unos metros de ella se encontraba Ron, con la cabeza baja. Éste la notó y empezó a correr hacia las escaleras, pero Hermione fue más rápida y lo agarró por el brazo derecho.
- ¡Ron! – exclamó, haciendo que éste le hiciera ver la cara. La tenía toda roja y sus ojos estaban inchados de tanto llanto.
- Hermione... – dijo Ron, soltándose de ella lentamente – lo sabes, ¿no? – Hermione no sabía qué responder. Notó también que Ron llevaba una copia del Profeta en la mano izquierda.
- S-sí... – balbuceó Hermione. Lo que siguió fue algo incomprensible. Hermione abrazó fuertemente a Ron alzándose de cuclillas para que el amigo hundiera su rostro en su hombro, llorando. Hermione brotó también algunas lágrimas.
- Todo va a estar bien, Ronnie... – susurró apretándolo más.
- ¡No, Herms, no es así! – sollozó Ron – ¡No ha despertado ni una vez! ¡Está en coma, Hermi! – continuó sollozando, con el pelo despeinado. Aquel día, obviamente, no se había preocupado de su peinado estilo muggle.
- Pero qué dices... – susurró Hermione. De repente, Harry los vio mientras bajaba por las escaleras. En un primer momento se quedó paralizado y en blanco; Ron se separó de Hermione viendo a Harry con una tristeza inmensa. Los tres se observaron uno a uno, sin pronunciar palabra. Después de unos segundos, Harry se adelantó y con una leve sonrisa apoyó una mano en el hombro izquierdo de Ron.
- No te preocupes... – susurró – ella vivirá.
Entonces en un momento Ron abrazó a Harry y Hermione abrazó a los dos. Finalmente, el milésimo reconciliamento había sucedido en el trío.
La clase de Defensa contra las Artes Oscuras había sido en parte divertida, en parte fría. Por alguna extraña razón, la profesora Miark enseñaba casi igual a Lupin, cosa que agradó bastante a Harry. Ron, obviamente, había decidido no asistir a esa clase. Raramente Karolyn no había intervenido en toda la clase cuando la profesora Miark hacía preguntas, y la mayoría de los puntos se los había llevado Gryffindor gracias a la intervención de Hermione y algunos otros pocos. Draco había prestado poca atención a la clase, sumergido en sus pensamientos. Lamentablemente había tocado justo al lado de Karolyn, y en la hora manual de la clase no pudieron trabajar en grupo dado a su reciente pelea; Pansy, Laly y Millicent, que estaban detrás de Harry y Hermione, reían constantemente. Pero el dúo no hacía caso a nada, más bien permanecía callado. Hubieron momentos de tensión cuando la profesora Miark hacía preguntas a su hija: ésta respondía cortamente fijando a veces con intensidad los ojos de su madre, a veces mirando hacia otro lado enrollándose la larga melena entre uno de sus dedos. Pero a pesar de esto, Miark no había desistido a una sonrisa, y jamás había perdido el control: es más, a pesar de ciertas risas de sus alumnos de ambas casas, no quitó puntos. La clase, a fin de cuentas, había ido a la perfección.
