"Esto es estúpido..."

-Takuya, ¿qué estamos haciendo aquí escondidos?

El aludido giró la cabeza hacia su izquierda, lugar donde un Kouji encogido y visiblemente molesto hacía esfuerzos por no clavarse una rama en el trasero. Takuya abrió la boca, se quitó un par de hojas intrusas de la misma, y procedió a explicarle por qué demonios se habían metido en unos arbustos y llevaban ya cerca de las dos horas fisgoneando a cualquiera que pasara.

-Ya te lo he dicho, estamos espiando a esas chicas.

-¿Se puede saber para qué?

-Para reafirmar mi sexualidad.

-¿Mande? ¿Y para eso tengo que estar yo aquí?

-Pues sí. Tú calla y mira.

-...

-Vale, ¿cuál es el problema? -rezongó.

-Estamos en un parque público.

-¿Y?

-Podríamos sentarnos en un banco y mirarlas tranquilamente, no necesitamos estar dentro de una planta que juraría es urticante, porque tengo los brazos y piernas llenos de ronchas. Eso aparte de que casi se me está metiendo un palo por el culo.

Kanbara tuvo que hacer grandes esfuerzos para no soltarle que aprovechara la situación y se lo metiera del todo, cosa que se reflejó en la cara que puso y que Kouji no pudo sino obviar al adivinar sus pensamientos. Dios, la preadolescencia realmente le estaba afectando mucho...

-De acuerdo -siseó al cabo de unos minutos- Estamos aquí mirando cómo dos chicas leen revistas y comentan la maravillosa línea de cosméticos de Ayu. Sigo sin entender por qué no podemos estar como personas normales sentados en ese banco de enfrente.

Takuya puso los ojos en blanco.

-¡Porque esto lo hace más excitante! -explicó como quien le cuenta a un niño de tres años que la lluvia es el agua de las nubes.

-¿A ti te excita una mata de ortigas cosquilleándote en el cuerpo?

-¡No, yo lo que quiero es seguir mirando a esas dos!

-¿Perdona? ¿A quién quieres mirar?

Ambos chicos levantaron la vista y se encontraron a las dos muchachas a las que habían estado espiando inclinadas sobre los arbustos, reflejando en la cara la una curiosidad y la otra suspicacia.

A Kouji le reventó la cara de vergüenza. Takuya simplemente se quedó anonadado mirando a la pelirroja, quien esperaba impaciente su respuesta.

-¡Hola! -exclamó agitando la mano por delante de sus ojos- ¿Hay alguien ahí? ¿Qué pasa con vosotros, nos estabais espiando o qué?

-Eh... Sí...

¡Ante nada que decir, la sinceridad por delante!

Ella parpadeó asombrada. Su compañera emitió una risita tonta a todas luces destinada a atraer su atención. Los tres la ignoraron.

-Esto... Pues vale. ¿Y por qué estabais metidos en esos arbustos? Podíais sentaros ahí delante... -observó, provocando que Kanbara se pusiera rojo y Minamoto tuviera que hacer serios esfuerzos por no soltar "¡te lo dije!" en medio de un ataque de risa.

-¡Oye, Eriko! ¿Y si nos vamos todos a un karaoke y pasamos allí la tarde? -propuso la otra chica demostrando un repentino subidón de hormonas. Ella pareció pensárselo: dirigió su mirada a Takuya y chasqueó la lengua, pero la presencia de Kouji terminó por convencerla.

-Vale, de acuerdo. Yo soy Eriko y ella es Yumi. ¿Venís con nosotras?

-¿U...una cita? -tartamudeó el castaño- No, gracias. Yo sólo estoy aquí para reafirmar mi sexualidad.

Intercambio de miradas.

-...Vale... Pues... nosotras... somos chicas... -comenzó Yumi muy despacito, como temiendo que el pobre chico no lo fuera a entender.

-Genial... -dijo Takuya también lentamente- Pero es que... a mí... me gusta él... ¿Lo pillas...?

Aquí fue cuando tanto ellas como Kouji perdieron el habla durante unos instantes. Se quedaron mirando el dedo que señalaba a Minamoto como si de repente le fueran a salir flores de la punta.

Y después reaccionaron.

-...Okey... Os dejamos haciendo cositas en vuestro arbusto, entonces... Hala, que os lo paséis bien, ¿eh? -y procedió a arrastrar a su compañera lejos del lugar, ya que no dejaba de tartamudear y mirarles con ojos desorbitados, murmurando cosas sobre "gays que se esconden en parques para traumatizar a pobres niñas inocentes". Lo último que se oyó fue la voz indignada de Eriko comentándole que no eres inocente si practicas el Enjo Kosai*.

...

Kouji miró a Takuya. Takuya miró a Kouji. Un fondo de florecitas de cerezo hizo su aparición.

-¿Eres gay?

Se rompió el encanto.

-Pues no -soltó Kanbara.

...

Aquí hay algo que no encaja.

-Euh... No se si te habrás percatado de que soy un tío... -tanteó Kouji, ahora esperándose cualquier cosa.

-Ehm... Ya... Ya lo sé... ¿Tú no lo sabías...?

Castañazo contra el suelo.

-¡¡¿Cómo no voy a saber si soy chico o chica?!! ¡¡Claro que sí!! ¡Pero si te gusta un tío es que eres gay, Takuya!

-No, eres gay si te gustan los hombres. Y a mí no me gustan TODOS los hombres. Solo tú.

Una explicación clara y concisa, sí señor. Y bastante desconcertante para el pobre preadolescente Kouji Minamoto, el cual de repente se encontró con que le gustaba a un amigo. ¿Reacción?

-...Vale.

.................

¡¡¿VALE?!!

-¿Cómo que vale? -preguntó Takuya, gotitas de sudor perlando tooooda su cabeza. A veces pensaba que era el más normal de todos sus amigos. Sólo a veces.

-Que sí, que me parece bien -murmuró ligeramente incómodo. Dicho lo dicho, se dedicó a mirarse las rodillas con un interés inusitado para tratarse de eso, rodillas.

-Ah...

Takuya bajó también la vista. Y la volvió a levantar ipso facto. De lo pequeño que era el sitio donde estaban, y de lo juntitos que se encontraban, lo que estaba viendo no ayudaba precisamente a mantener la cabeza fría.

-Oye, Kouji... -murmuró. El moreno sintió un escalofrío.

-¿Qué pasa?

-Tienes la bragueta abierta.

¡¡¡¡!!!!

~~~~~~~

Dos horas más tarde...

...Ambos seguían metidos tal cual en el seto.

-Takuya, me aburro...

-...

-¿Takuya?

-¿Eh? ¿Qué?

-No me estabas escuchando. Digo que me aburro.

-Ah...

Minamoto frunció el ceño. Su compañero no hacía más que mirar hacia el otro lado con cara ausente, y tratándose de él era algo muy, muy raro.

Y además...

¿Era un efecto óptico o estaba demasiado rojo?

-Eh -llamó- ¿En qué piensas?

Takuya giró la cabeza y por fin le miró a la cara.

-Dame un besooo...

Si en ese momento hubiera habido un semáforo en rojo por allí cerca, probablemente se habría quedado sin empleo, porque la cara de Kouji superaba con creces el brillo de cualquier bombilla.

-¿Qu...? ¿¡Pero qué dices!? -preguntó completamente descolocado.

-Bueno, no me parece que sea nada del otro mundo. Ni que te estuviera pidiendo que te tiraras por la ventana -contestó el castaño poniendo morritos.

-¡No pongas esa cara! _ ¡Yo te dije que me parecía bien que te gustara, pero nada más! ¿Por qué voy a tener que besarte? -a medida que hablaba se iba poniendo aún más rojo si cabe.

-No sé -dijo Takuya poniéndose serio-, porque no me has dicho nada. Yo quiero un beso porque me gustas. Así que dime tú por qué no quieres besarme.

Kouji se calló de golpe. Era extraño ver a su amigo actuando con tal seriedad. Y pensándolo bien, tampoco es que fuera para tanto... Era solo un beso... ¿no?

Bajó los párpados lentamente y respiró profundo, rezando por que Takuya captara la indirecta y no tuviera que decirle nada. Porque entonces sí que saldría corriendo.

Pasaron unos instantes. Entonces sintió su respiración bajo la nariz y se estremeció.

~~~~~~

...

-¿Ya está? -Kouji, sorprendido, abrió los ojos. Takuya estaba sentado enfrente como si tal cosa, de tal manera que llegó a pensar que lo había soñado. Pero no. Definitivamente sus labios seguían latiendo intensamente allí donde se habían juntado con los de su amigo. Y además, éste aún tenía las mejillas sonrosadas (así que no quería saber cómo estarían las suyas).

-Sí -contestó él.

Minamoto intentó recordar si se había desmayado durante "el momento", pero no. Estaba bien despierto. Y no recordaba nada acerca de una lengua.

-Pero si fue sólo un pico -replicó estupefacto. Deseó haberse callado.

Takuya se levantó inmediatamente al oír estas palabras y se abalanzó sobre él sin dudar, quedando a cuatro patas encima de un muy asustado Kouji. El parecido con un felino que tenía en esos momentos tampoco ayudaba demasiado, que digamos. Hacía que se sintiera como un ratón acorralado.

-¿Es que esperabas algo más? -ronroneó. La cara del moreno se tornó blanca como la cal.

-¡No! ¡Nada en absoluto!

-Vaya, qué pena...

Y dicho esto se apartó de golpe, dejando a Kouji con tres palmos de narices tirado boca arriba en el césped.

~~~~~~

Tres, dos, uno, y el barrio de Shibuya encendió sus farolas y sus luces de neón. Como siempre las calles estaban llenas de gente, en su gran mayoría jóvenes volviendo de comprar en el 109. En una de esas calles, la pareja que nos ocupa trataba -sin mucho éxito- de pasar entre un corrillo de Ko Gals ofuscadas en llevarse a uno de ellos al catre. Las adolescentes reían, chillaban y se insinuaban sin pudor poniendo más que nerviosos a los dos chicos.

-¡Venga, venid a dar una vuelta, porfaaaaa! -rogaba una.

-¡Eso, eso! ¿Qué perdéis por salir con unas chicas tan guapas como nosotras, eh? -insistía otra.

"El sentido del gusto..." escuchó Kouji susurrar al compañero, y no pudo evitar esbozar una sonrisa.

-¡Mírale, si hasta sabe sonreír! -exclamó una de las muchachas, tomándole del brazo en un momento de distracción y tratando de arrastrarle consigo. Solo que algo se lo impidió.

Takuya.

-¿Q...Qué rayos haces tú? -balbuceó la joven, mirando perpleja al chico fuertemente aferrado al otro brazo del objeto de su deseo. Éste no hizo sino entrecerrar los ojos y mirarla aún peor de lo que lo estaba haciendo.

-Suéltale -gruñó.

-¿Porque me lo digas tú?

-Que le sueltes.

-¿Se puede saber qué le pasa a este enano? -saltó ella comenzando a enfadarse.

Ese momento eligió el moreno para intervenir. Como tocado por un súbito haz de inspiración divina, miró a la chica, miró a Takuya, le señaló, y dijo:

-Es mi novio.

Y al grupo al completo se les cayeron los trastos al suelo.

~~~~~~

-¡Koooooujiiiiiiii! -llamó el castaño.

-¿Qué quieres? -resopló el mentado, mejillas ardiendo, corriendo a trote ligero por las calles secundarias de Shibuya. Taku le seguía de cerca, risueño.

-¿De verdad eres mi novio?

¡¡PLONC!!

-¿¡¡¡En qué mundo vives, Takuya!!!? -bramó, la temperatura de su cara alcanzando sin problemas los treinta y ocho grados de golpe- ¿¡En serio pensaste que lo estaba diciendo en serio!? ¡Yo no soy gay!

Kouji se interrumpió jadeante; quizás ahí se había pasado. Éste había bajado la cabeza y reducido la velocidad considerablemente.

-Ey... -su semblante cambió a uno preocupado- Oye... Perdón...

Takuya apretó el paso y levantó la vista, furioso. Minamoto pudo ver sus ojos extrañamente brillantes.

~~~~~~

"¿¡De qué va!?" pensaba mientras aceleraba el paso hasta el punto de casi echar a correr, ignorando las súplicas de que parase. Siguió caminando hasta darse cuenta de que la voz de Kouji se oía cada vez más lejos, y de que ya no escuchaba sus pisadas detrás de las suyas. Dio la vuelta.

-¡Eh, Takuya! -le oyó gritar desde un portal- Ésta es mi casa. Me tengo que ir.

Se tomó su tiempo antes de llegar a su altura. No iba a darle el gusto de irle detrás como un perrito, encima.

-Buenas noches -contestó con voz seca.

-Buenas noches... -dijo dubitativo, como esperando alguna otra cosa.

"No pongas esa carita de pena, so cabrón"

Takuya continuó su camino sin más contemplaciones. Casi podía sentirle, con el dedo en el timbre, dudando si picar o correr a alcanzarle.

-¡Oye! -escuchó una vez más- ¡Espera!

"¡No me llames, no digas mi nombre! ¡Sabes que iré corriendo!"

-¡Taku!

~~~~~~~~~

Shinya miró a la pared. Luego miró a su hermano. De nuevo a la pared.

-¿Se puede saber qué tiene de interesante para que la estés mirando todo el rato? ¿Eh? ¿Takuya?

Tuvo que darle un par de bofetadas para que dirigiera sus ojos hacia él. Y tras un buen rato, abrió la boca y dijo:

-No me puedo creer que haya hecho eso.

El pequeño se fue a su cuarto dejándolo por imposible.

~~~~~~~~~

-Buenas noches, Kouji -saludó su morena "madre" apareciendo en el descansillo al oír la puerta cerrándose- ¿Qué te pasa que vienes tan rojo? ¿Tienes fiebre?

El chico evitó su mano y subió a trote las escaleras murmurando un débil "no me pasa nada". Justo antes de desaparecer en el piso de arriba, la pobre mujer pudo gritarle que tenía una visita.

-¿Quién? -inquirió asomando la cabeza por el hueco.

-Ya lo verás. Está en tu cuarto -y con una sonrisa se ocultó de la vista de Kouji.

-Mierda, odio que se haga la interesante -masculló.

Corrió hasta la puerta de su habitación, ansioso. No tenía ni la más remota idea de quién podría ir a su casa sin avisar, y encima a esas horas de la noche. Las bisagras chirriaron desagradablemente, recordándole que ya iba siendo hora de echarles Tres en Uno. Su visita se encontraba en esos momentos extendiendo su saco de dormir en el suelo, al lado de su cama.

-¡Koichi! -exclamó sin poder contener la sorpresa.

-¡Hola, hermano! -sonrió.

~~~~~~~~~

Kouji sacó unas mantas del armario para usarlas como colchón para el saco de dormir. Al girarse, se dio cuenta de que su gemelo le estaba observando con detenimiento, y eso le incomodó. Ya se sentía bastante analizado cuando iba por la calle... ¿Acaso los gays llevaban una especie de distintivo en la cara y le estaba saliendo a él también? Por precaución se echó un vistazo rápido al pasar por delante de la superficie reflectante de la ventana. Nada raro. ¿Entonces qué?

-Aquí están las mantas -las soltó en el suelo y luego, ayudado por Koichi, colocó el saco encima. Después ambos se sentaron encima.

-Gracias por dejarme dormir aquí -comenzó amablemente el mayor.

-Ah -contestó el menor, bajando de las nubes- De nada.

-Que hablador estás hoy, ¿eh?

Kouji asintió sin enterarse de lo que le estaban diciendo.

-¿Me lo vas a contar? -preguntó Koichi.

-¿El qué?

-Lo que te pasa.

-No -murmuró sonrojándose.

-¿Por qué?

-Porque es personal.

-¿Y te vas a estar comiendo la cabeza sin contárselo a nadie hasta no dar con una solución y desesperarte completamente? -soltó toda aquella retahíla mostrando todos sus blancos dientes en una sonrisa encandiladora que consiguió confundir a su hermano hasta el punto de que aceptase contarle todo... después de la cena.

~~~~~~~~~

-...Y entonces me dijo que no podía traérmelo porque no lo tenía terminado, y... -el padre de los gemelos se interrumpió en mitad de la batallita para mirar a su hijo menor que se había levantado de la mesa y recogía su plato sin mediar palabra- ¿Qué te pasa? ¿No vas a comer nada más?

-No me encuentro bien, creo que me voy a acostar -arrulló sombrío.

-¿Quieres que te suba una aspirina luego? -preguntó la mujer.

-No. Sé cogerla yo solo, gracias.

Abandonó el comedor sin mirarles, aunque sabía que tenía tres pares de ojos pegados al cuello. Los sintió incluso un rato después de haberse perdido por la casa, como si las pupilas de su hermano -el único que todavía no había vuelto la vista a los alimentos- pudieran atravesar las paredes. Notó un escozor en la nuca.

~~~~~~~~

Koichi encontró la puerta de la habitación arrimada y el interior oscuro. Se asomó ligeramente para buscar el interruptor, dudando si debía encender la luz; pronto una voz le sacó de dudas.

-No la enciendas.

-¿Kouji? ¿Estás despierto?

-No, verás, es que soy sonámbulo. ¿No te lo había dicho? -ironizó.

-¿Quieres hablar?

-No.

-¿Y si te hago cosquillas?

-Ni te atrevas -_-#

Koichi comenzó a reír en voz baja. Y habría jurado que incluso había oído una pequeña carcajada de la figura que yacía a su lado en la cama.

-Entonces no me hará falta recurrir a esos extremos, ¿no? -comentó haciendo ademán de atacar a su hermano con la danza mortal de las cosquillas. Éste se echó para atrás inmediatamente.

-¡No, no hace falta! ¡Ya te cuento!

...

-¿Qué te tengo que decir?

El mayor se golpeó la frente con la palma de la mano. Tan listo que era para unas cosas y sin embargo para otras...

-Podrías empezar por contarme lo que hace que estés así de mal -sugirió. Kouji movió afirmativamente la cabeza y, tras varios intentos fallidos de que le saliera la voz, consiguió comenzar la historia:

-Hoy... hoy empecé a salir, creo, con... "alguien". Alguien a quien antes no consideraba... "a mi alcance", por así decirlo -habló entrecortadamente. Los pensamientos se agolpaban en su mente, se arremolinaban, e intentaban salir por su garganta todos a la vez, causando embotellamientos-. Y... no sé qué me pasa cuando estamos juntos... Es como si mi cerebro se fuera a dar una vuelta y hago cosas de lo más extrañas... porque me ha dicho que le gusto y yo estoy aquí tan tranquilo, como si el sentimiento fuera mutuo... y me parece que no lo es... pero... ¡tampoco estoy seguro de eso!

-Ajá -asintió Koichi-. Te entiendo. Como antes no tenías a esa persona en mente como posible objetivo, ahora que se te presenta esta oportunidad no sabes lo que significa para ti ni cómo reaccionar cuando estáis juntos, ¿verdad?

-Verdad.

-Bueno, eso no es un gran problema -se llevó la mano a la barbilla, sopesando las posibilidades-; sólo tienes que comportarte como siempre y darle tiempo al tiempo y todo saldrá adelante, para bien o para mal.

Kouji miró dubitativo a su hermano. Había una cuestión que le reconcomía por dentro...

-Ya, pero... -titubeó- ¿Qué pasa si las cosas se aceleran tanto que no soy capaz de controlarlas?

-¿Si te insiste o te fuerza, quieres decir? Pues tendrías que dejarle bien claro que no quieres hacer nada hasta estar seguro de tus sentimientos, y si no lo entiende, pues nada, eso que se pierde -terminó triunfal.

-Mm...

El menor bajó la vista, a pesar de que con la escasa luz que venía del pasillo poco había que mirar. Koichi frunció el ceño.

-¿No es sólo eso? -preguntó.

-No, bueno, verás... -carraspeó- Al principio era poca cosa lo que me pedía, nada de que preocuparse, pero... después nos enfadamos... y acabamos...

Se interrumpió.

-¿Acabasteis qué? -inquirió impaciente Kimura.

-Acabamos... enro...llándonos aquí fuera... -ignorando como pudo los ojos como platos de su hermano, siguió- Pero lo peor no es eso... Es...

Tomó aire.

-...Que lo empecé yo.

+~*~+~*~+~*~+~*~+~*~+

Notas de la Autora: Je, como siempre mis fics empiezan a lo tonto y termino poniéndome seria XD ¡Bueno, la cuestión! Quiero dedicar este fic a mis hermanas ^_^ A Natty por haber vuelto, a Bratty por leérselo a pesar de que le gusta más el Kouzumi (¬¬U) y muuuuuuuuuuy especialmente a Eleone, porque sin ella este fic se habría quedado en la primera página, porque no me habría hecho fan de la serie si ella no estuviera ahí cada tarde para reír, llorar y gritar conmigo lo que pasa en el capítulo del día, porque ella es fan del Koukoi y siempre discutimos por eso, y por el maravilloso fic Takouji que está escribiendo (por cierto, ¡¡¡visitadlo!!! Se llama "Secretos" y es genial ^_^ ¡Es una orden!). Y a todas ellas, por ser mis hermanas, ¡¡muchas gracias!! ;___;

Eeeeh, me he puesto sentimentaloide X_D

Bueno, otra cuestión: ¡Enviad reviews, onegai! Si no recibo algunos, no creo que tenga ánimos para publicar más... Ahora mismo estoy en época de exámenes y tengo muchísimo trabajo (no os podéis imaginar cuánto =_=), y encima mi autoestima no está muy alta en estos momentos. Por favor, no enviéis flames; si queréis criticar, lo hacéis como es debido, ¿ok? ^_^

~Muchos besitos os mando y muchos reviews quiero a cambio~

PD: Ya lo he dicho, pero ¡¡leed el fic de mi hermana!! ^________^

PD2: Si alguien de aquí está leyendo mis fics de Shaman King "Cuando las chicas se juntan" o "12 de Mayo"... ¡no los he abandonado! ¡En Navidad los continuaré! ¡Gomen! XO

+~*~+ ¡¡¡Y ahora, que la leyenda evolucione!!! +~*~+

(Gomen, tenía que decirlo XD)