CAPÍTULO 4: AMAR.....

Caminaron tomados de la mano por el centro de la ciudad, sin que les importaran mucho las miradas de algunas personas. Al llegar a la puerta de entrada de un restaurante sencillo pero elegante, Micchy saca un largo pañuelo de cuello de su bolsillo del pantalón y venda los ojos de Kogure, luego que le pidiera que le entregara sus anteojos.

-Micchy...qué es esto?- realmente no se esperaba que su cita comenzara de esa manera.

-Shhh....confía en mi, vale?- musitó en su oído haciendo que se estremezca de anticipación.

Siente su mano cálida aferrada a la suya, llevándolo hacia aquel lugar. Escucha el murmullo de las personas que están dentro del local; algunos han dejado de comer y otros, en su mayoría mujeres, suspiran ante el gesto romántico.

Micchy lo lleva hasta que no se escucha ni el mínimo murmullo, siente que lo introduce dentro de una habitación y lo primero que le llega a su mente es el aroma a rosas.

Aspira profundamente aquella fragancia mientras Micchy se sitúa detrás de él y le quita la venda. Al ponerse sus anteojos, Kiminobu no puede creer lo que ve: en medio de una habitación repleta de jarrones con rosas rojas hay una mesa delicadamente dispuesta para dos comensales iluminada únicamente con el fuego de unas velas.

Micchy se sonríe ante el escepticismo de su amor y lo abraza con ternura, besándolo suavemente en los labios. Sin palabras ante semejante gesto de amor, Kiminobu decide que sus besos hablen por él, agradeciendo todo desde el fondo de su corazón.

Luego de una espléndida comida, Micchy volvió a vendar sus ojos y lo llevó a fuera del restaurante hasta un lugar en donde la música se escuchaba muy fuerte. Al quitarse la venda Kogure nota que es una disco dance muy famosa en la ciudad, en la que muy pocos entraban, sin embargo Micchy lo toma de la mano y lo lleva hasta ahí.

-Hola, Matt- dice Micchy saludando al portero, una mole humana de músculos y huesos- vengo con mi novio a divertirme un rato- sonrió ante el tirón que sintió en la mano y decidió ignorarlo.

-Vaya, asi que este es Kimy – comentó sonriendo mientras lo dejaba pasar sin hacer la rigurosa y odiada fila para entrar- me alegro mucho por ti, Mitsui, entra sin problemas amigo.-

-Gracias, nos vemos dentro- la mirada de Kogure le perforaba la espalda pero siguió adelante, pasando entre un mar de gente que lo saludaba al paso. Saludo al barman y al discjockey y continuó hasta los lugares VIP. en donde se volteo y enfrentó a su amor.

- Vaya que eres conocido aquí- le dijo en el oído, sin creer todavía la familiaridad de todas esas personas con Micchy.

- Si, pero eso no importa.- contestó y lo abrazó contra él contoneándose al compás de la mezcla de música dance y pop.

Kogure se dejó llevar por la música y al rato ya estaba bailando de manera inconscientemente sensual. La gracia casi felina de sus movimientos encendieron el calor del deseo en Micchy, que no podía creer la intensidad del magnetismo sexual que irradiaba su amor. La manera en que se abandonaba al baile, al compás enérgico de la música lo excitaba. Se apretó contra él mientras se sumergían en un mundo de color y sonido.

Bailaron hasta caer exhaustos en unos sillones, en donde Kiminobu se sentó en el regazo de Micchy, en tanto este tomaba un trago para aliviar la sed. Descansando con la cabeza apoyada en su pecho, Kiminobu, con un vaso de cerveza a la mitad,  observa como su novio rechaza docenas de insinuaciones hechas tanto por hombres como por mujeres, sorprendiéndose ante el descaro de algunos.

- Pasa algo?- lo siente tenso entre sus brazos y no entiende el  porqué.

- No, nada- no le quiere decir que se puso celoso pero Micchy se da cuenta de ello.

- Te amo a ti – se acercó a su boca y lo besó – solo a ti-

- Hisashi....- se rindió ante esa boca que lo reclamaba con pasión, bebiendo con su lengua los restos del trago que Micchy había estado tomando. El beso se profundiza a medida que crece el deseo entre ellos dos; las lenguas se enlazan en un duelo en el que no hay ni ganadores ni perdedores sino la búsqueda de un placer sin fin. Ambos dejan su vasos en lugares seguros para abrazarse con avidez.

Pero el lugar no era el adecuado para una intimidad como aquella por lo que Micchy fue reduciendo la intensidad de sus besos hasta que rompió el beso poniéndose de pie y tomando de la mano a Kiminobu decidió que era hora de salir de aquel lugar.

Saludaron a todos a su paso y salieron al exterior en donde todavía había gente esperando para entrar.

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La oscuridad de la noche se estaba aclarando por lo que casi despuntaba el alba cuando volvían abrazados hacia la casa de Kogure. La cita había sido una cadena de sorpresas que lo conmovieron. Se notaba que su amor había estado presente en cada detalle sin dejar nada al azar. Se abrazó con fuerza a su cintura sintiéndose seguro con sus poderosos brazos rodeándolo. Seguro y feliz.

Lo invitó a tomar un café pero al cerrar la puerta de entrada a sus espaldas la invitación fue otra. Durante toda la noche había logrado controlar el ardiente deseo que sentía pero al ver su invitación en la mirada oscura de Kiminobu, ya no pudo resistirse más. Se descalzaron en la entrada y Micchy dejó que ahora sea Kiminobu quien le vendara y le condujera hacia el dormitorio.

Al llegar allí se quitó la venda de sus ojos mientras Kiminobu abría la ventana, dejando que la luz del inevitable amanecer llenara la habitación, que pareció iluminarse aún más gracias a los suaves colores que la decoraban. Dejando las cortinas cerradas para darle cierta intimidad al ambiente, Kogure se quita sus anteojos y los deja sobre la mesa de luz  con nerviosismo.

Percibiendo las emociones de Kogure, Micchy lo empuja hacia el baño y allí comienza a desvestirlo sin prisa, recreándose con la mirada la visión del cuerpo de su amado,  besando y acariciando cada centímetro de piel descubierta, que vibra  sólo con él. Al terminar siente las manos de Kiminobu sobre su ropa y deja que, con manos tan suaves como los toques de una mariposa, lo desvista. Siente su boca en cada recoveco y espacio de su cuerpo y jadea ante cualquier atrevida mordida que le inflinge. Ya sin nada entre ellos, Micchy abre la lluvia de la ducha y la regula hasta convertirla en una cascada tibia.

Se mete dentro de la ducha y arrastra consigo a su amor, quien toma un poco de jabón liquido en su manos y comienza a lavarlo con suavidad. Luego de un rato es Micchy quien toma el control de la situación y repite el mismo proceso pero sobre la piel suave y tersa de Kiminobu, relajándolo y al vez excitándolo con el poder de sus manos.

Totalmente relajados por el poder del agua, se abrazan debajo del chorro tibio por un buen rato, suspirando ambos ante la unión perfecta de sus cuerpos desnudos. Cerrando la ducha, Micchy sale y lo hace salir a Kiminobu mientras toma una toalla y lo seca con cuidado, para luego secarse él mismo pero sin el cuidado que puso anteriormente.

Lo toma entre sus brazos y lo recuesta sobre la cama, que los espera preparada para el amor. Se acuesta de costado, a su lado, y con una mano recorre su mejilla, su cuello, su pecho y más.....

- Bebé...-la claridad en la habitación le permite ver el deseo en su mirada.

- Si?....- cerró los ojos y se arqueó ante esa mano atrevida.

- Si en determinado momento quieres que me detenga, o  si algo te incomoda, me lo dices, eh?- era importante para él que Kiminobu le confiara el control de su cuerpo como él le confiaba el suyo.

-Esta bien.....te amo, Hisashi...-dijo mientras tomaba su rostro entre sus manos para besarlo.

- Yo también....- musitó sobre sus dulce labios y cerró sus ojos para abandonarse a las sensaciones que se adueñaban de él.

Su boca responde con fervor al beso de Kiminobu; cuyos labios recorren los suyos mientras su lengua, algo tímida, le pide permiso para entrar dentro de su boca. Negándose aún siente como los labios de Kimy envuelven los suyos; se los muerde y se los succiona rogándole una y otra vez que le conceda el permiso para saborear su interior. Con un gemido de rendición, Hisashi abre su boca y deja que su lengua se encuentre con la de Kimy en un baile de placer.

Sus manos inquietas ya acariciaban la figura del joven de ojos marrones arrancándole suspiros de gozo. Dejó su boca un instante y comenzó a recorrer su blanco cuello con mordiscos y lamidas hasta llegar a su pecho, sintiendo cómo las manos de Kimy lo ahogaban de placer recorriendo su espalda, su trasero, su pecho....se aprieta contra él haciéndolo consciente de la intensidad de su deseo. Sus caricias algo inexpertas, le hacían sentir tanto placer que gimió con fuerza al sentirlas cada vez más cerca de su caliente miembro.

-Kimy.......amor......Ahhhhhhh.- musitó contra su  piel perlada de sudor.

Dibujando con su lengua el níveo pecho de Kimy encuentra una tetilla, la humedece con su lengua y la toma dentro de su boca para succionarla con avidez, mientras con su mano acaricia la otra. Luego de atormentarlo por unos minutos decide repetir lo mismo con la otra tetilla que ya lo esperaba endurecida para él.

-Mmmmmm.....Hisashi.......-se muerde los labios sacudido por el deseo.

Espasmos de placer sacuden a Kimy en tanto siente cómo esa lengua lasciva e inquieta se desliza por su estómago, rodea su ombligo y llega hasta su masculinidad ardiente, que consiente con breves besos y lamidas hasta tomarlo directamente dentro de su boca, imitando el antiguo ritual del amor.

- Ohhhh...sí........- jadea Kimy envuelto en una nube de puro placer, mientras sube y baja sus caderas inconscientemente, marcando el ritmo de su deseo, aferrado a la nuca de Micchy.

Micchy disfruta el sabor de la masculinidad de su amado, lamiendo y besando, aumentando la velocidad cada vez más y más, sin darse cuenta de los jadeos que soltaba  Kimy, ante cada embestida de su boca.

Aumenta aún más el ritmo al escucharlo aproximarse a la culminación, poniéndolo con cada empuje de sus labios contra el abismo del éxtasis.

-Hisashi.....yo........yo.....- susurra ya sin voz y se derrama con fuerza dentro de la boca húmeda de su amor, quien se bebe todo ese liquido de vida con gran placer, lamiendo hasta no dejar nada, sediento de lo que sólo Kimy podía darle.

Apartándose de él se deja caer a su lado, esperando con infinita paciencia que su Kimy se recupere del estallido. Lo toma entre sus brazos y lo acurruca contra sí , acariciando su pecho sudoroso, satisfecho por haberle hecho ver el cielo. 

-Bebé......- murmura mientras Kimy lo besa primero con ternura, recorriendo sus labios y ,al paladear  el sabor de su cuerpo en ellos, profundiza el beso con pasión.

Sus manos se vuelven traviesas y acarician su pecho ávidamente, memorizando cada rincón, cada cicatriz, cada pliegue. Llega a su masculinidad, que aún sin desahogarse, espera con impaciencia sus caricias. Su lengua abandona su boca y recorre su pecho con la misma religiosidad usada antes por él. Se apodera alternativamente de sus tetillas e inflige las mismas torturas que le fueron infligidas a él, sólo que esta vez él no tiene piedad.

-Bebé......Kimy......ahhhhh- cierra los ojos con fuerza y  se muerde los labios ante la agonía  de la tortura.

Su boca sigue hasta la masculinidad de Hisashi, recorriéndola con su lengua y chupandola como si fuera el más dulce de los caramelos, provocando una catarata de gemidos y espasmos de gozo.

Casi a punto de perder el control, Micchy interrumpe las caricias de Kimy, impide sus protestas besándolo profundamente mientras separa sus muslos y coloca sus piernas sobre sus hombros.

-Qué........- protesta Kimy pero se retuerce al sentir esa lengua tan lasciva prepararlo para el ritual del amor. Jadea sin control cuando Micchy humedece, con una paciencia inagotable que contrasta con su carácter, aquel sitio suave y aterciopelado que tanto ama y tiene miedo de lastimar.

Después de torturarlo por un buen rato, Micchy se acerca a él y lentamente se adentra, con decisión y a la vez con miedo de lastimarlo. Se introduce mientras siente un espasmo de dolor de Kimy, quien le ruega que no se detenga que siga adelante, mordiéndole el hombro para no gritar, gimiendo al sentir fusionarse sus cuerpos con totalidad.

-mi amor...- musitó Kimy mientras lamía el herido hombro de Micchy, que sonrió al ver la marca de los dientes en su hombro.

-Eres mío, solamente mío......-murmuró en tanto comenzaba a moverse con lentitud, entrando y saliendo del cuerpo de su amor, para quien ya no existía el dolor sino un calor abrasador que ahora inundaba cada célula de su ser.

-Tuyo......, siempre tuyo....-gimió al sentir como sus tetillas se tocaban en el impulso del vaivén de Micchy – ahhhhh.........tuyo....

-Mío...........- cerró sus ojos y apoyo su frente sobre la almohada, extasiado al sentir como el cuerpo de Kimy apretaba su miembro, haciéndolo jadear ante el mínimo movimiento.-Mío......-

La realidad se pierde ante la magia de la unión de dos seres que se aman. Sus cuerpos y sus almas se acoplan en una eterna danza que los consume.

Perdiendo la noción del tiempo y ante el gemido de Kimy, apresura un poco más la cadencia de sus embestidas, profundizándolas, aumentando el ritmo del placer. Con miles de sensaciones invadiéndolo en todo su ser, Kimy acompaña levantando su caderas, buscando el alivio a su íntima necesidad, aferrándose a la sólida espalda de Hisashi.

Ya no son más dos personas, sino que se convierten en una sola ante el fuego del amor, que los envuelve y los aprisiona cada vez más, fundiéndolos como ninguna otra cosa. Los limites no se conocen y el placer aumenta con la insistencia  de las embestidas que son más rápidas con cada gemido de gozo.

Ante la llegada de un clímax inminente, Micchy agarra con más fuerza a Kimy, tomándolo por las caderas,  aumentando la fricción entre ellos, hasta un punto ya insoportable. Su boca se apodera de la de él e imita con precisión el baile que ejecutan sus cuerpos. Al llegar al paraíso de la satisfacción, Micchy se contiene al sentir como su amor se deja ir por segunda vez y se traga su gemido de culminación, jadeando al sentir como abandona su boca para morderlo en el hombro en el preciso instante en que llega a la cima del placer. Ese gesto de posesión dinamitó el poco control que le quedaba y con un último y profundo empuje, se derrama dentro de él con fluidez, perdiéndose en un océano de lava y fuego.

Minutos después se retira de su cuerpo para luego acostarse a su lado. Se endereza buscando la sábana de la cama y al encontrarla, toma entre sus brazos a Kimy, apretándolo contra su pecho mientras cubre sus cuerpos sudorosos de la fría corriente matutina de verano. Sus corazones buscan serenarse a la vez que sus brazos y piernas se entrelazan con languidez; Micchy delinea con una mano  el contorno de la espalda de Kiminobu en una caricia repetitiva e instintiva.

- Hisashi.....-

- Si?- el  tono de su voz lo inquietó un poco y escuchó su voz demasiado tranquila.

- Perdóname por haberte lastimado- dijo Kimy recorriendo con un dedo las marcas de sus dientes, sorprendiéndose de haberle cortado la piel hasta el punto de hacerle sangrar.

- Esta bien, no hay problema – suspiró aliviado y se rió un poco- la verdad es que me gustó mucho sentir tus dientes clavándose. Fue algo muy erótico.- murmuró ronco y lo apretó contra si al ver que se ruborizaba levemente.- Oye...

- Qué?-

- Te lastime mucho?- no pudo evitar evocar el origen de ese gesto tan primitivo y posesivo.

- No, aunque al principio dolió un poco pero después ya no sentí ningún dolor- ruborizándose aún más al agregar- estaba demasiado excitado como para sentirlo.-

-Te amo,  Kiminobu- susurró besándolo tiernamente en los labios.

- Te amo, Hisashi – murmuró respondiendo a los besos que su amor le daba.- Gracias por la cita, fue hermosa-

- De nada, fue un gran placer- sintió como volvía a encenderse el fuego del deseo en él- Amor.....

- mmmmm.....- gimió al sentir otra vez las caricias de Micchy en su cuerpo. Apartó su boca de la de él y recorrió con besos y lamidas su marca de posesión, provocando que Micchy arqueara su espalda de placer al mismo tiempo que gemía con fuerza.

-AHHHH.......- sentir su boca en aquel lugar y sus manos en todo su cuerpo lo estaba aniquilando.- Bebé.........

- Si?-su boca dejó un collar de besos en el cuello de Micchy y se acercaba de manera peligrosa a su pecho.

- Eres mío.- con fiereza volvió a tomar su boca, invadiendo ese lugar húmedo con su lengua ansiosa- Mío....

- Siempre- prometió con fervor dejándose avasallar por el deseo y el amor- Siempre tuyo.......- y no protestó cuando Micchy aprisionó su cuerpo contra el colchón, poniéndose arriba suyo, tomando pleno control de la situación, haciendo que ruegue por el éxtasis que sólo su amor podía darle.

El descanso y el sueño quedó relegado para más tarde por mutuo y silencioso acuerdo, sabiendo que ambos aún tenían el resto de sus vidas juntos por delante. Juntos. Los dos. Por siempre....

Fin.

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NOTA DE LA AUTORA:

Este es mi segundo  fanfic yaoi lemon con la pareja MitxKo, que me gustan mucho. Por un momento consideré dejarlo en un solo capítulo, pero luego lo dividí en cuatro, haciendo que la historia se alargue un poco.

Espero que les haya gustado, sino pueden dirigirme replicas, correcciones u otras inquietudes a mi dirección de e-mail.

Gracias.

JACKIE O.

E-mail: CI5_J@hotmail.com

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