P R O M E S A S

Capitulo II

Pase los dedos por la fotografía de mi prometido. Por su gran sonrisa, su alborotado cabello, por cada pequeño detalle que quería recordar y conservar.

Pude sentir las lágrimas que fluían de mis ojos al recordar lo que paso en esa desdichada tarde. Volvíamos a casa después de pescar, cuando el caballo, de repente, escucho el sonido de una bala. Se puso histérico, lanzándonos a los dos al suelo. Luego todo pasó en cámara lenta. El caballo estaba a punto de pisarme despiadadamente, y yo no podía moverme - mis pies no se movían y ni siquiera podía sentirlos.

Pero Yoh de repente se agacho en frente de mí, usando su espalda para protegerme de las pisadas. Observe con horror como el caballo lo golpeaba repetidamente, pero el no se movía. Puedo recordar como trababa de sonreír débilmente segundos antes de que el caballo dejara de golpearlo y comenzara a correr en dirección opuesta.

"¿Por qué no te moviste?" Le pregunte, con voz quebrantada. Todavía estaba sobre mi, y su pecho se movía pesadamente, como si hiciera un gran esfuerzo para respirar.

Sonrió débilmente. "N-Nadie puede lastimar a mi Anna..." De repente tosió sangre, haciendo que el pánico se apoderara de mí.

"¡¡¡¡Yoh!!!!" Quería levantarme, y llevarlo al doctor más cercano. Trate de levantarme, solo para sentir un inmenso dolor. Una lágrima rodó por mi rostro.

"N-No..." Me pidió, quitando la lágrima con su dedo. "No quiero verte llorar, nunca."

"Debemos llevarte a un doctor." Mire a mi alrededor desesperadamente, pero nadie pasaba por ese camino a esa hora del día. Me gire hacia Yoh, quien estaba tendido en el suelo. Parecía que ahora respiraba con más esfuerzo. "Yoh, aguanta. Yo... Yo buscare ayuda."

Volvió a sonreírme débilmente antes de volver a toser. La sangre mancho sus manos. El espanto se apodero de mí."¡¡¡Tasukete!!! ¡¡¡Tasukete!!!" Mi voz era arrastrada por el viento, pero no lo suficiente para ser escuchada por alguien. Comencé a temblar. Si nadie nos escuchaba, en menos de una hora, Yoh podría... Yoh podría...
Volví a mirarlo, grite cuando vi que sus ojos se cerraban lentamente. Me arrastre hasta el. "Yoh... Yoh, no. No te duermas."

"L-Lo siento. S-Se que haría cualquier cosa por ti," dijo, su voz parecía un suspiro. "Haría cualquier cosa por ti Anna, Dakedo... me siento tan cansado... tengo mucho sueño... "

"Y-Yoh, no hables... guarda tus fuerzas, la ayuda viene en camino."

Yoh levanto su mano, como si fuera su último esfuerzo. Inmediatamente tome su mano y la roce con mí mejilla. "No te atrevas a dormirte, Yoh Asakura". Le dije amenazante. "Nunca te lo perdonare."

"¿Anna, tienes idea de cuanto te amo?" Pregunto suavemente.

Otra lágrima rodó por mi cara. "Lo suficiente para cuidarme y amarme toda la vida."

Volvió a sonreír. "Y cuando me valla, espero que el también haga lo mismo."

"¿E-El...?"

"Lamento decepcionarte. No puedo seguir soportando el sueño... Espero que puedas perdonarme algún día."

Finalmente, sus ojos se cerraron, y la mano que mantenía en mi mejilla se torno fría.

Regrese al presente cuando escuche a alguien tocar a la puerta. Debe ser Sensei-Kino.

"Entra," dije tratando de esconder la vibración de mi voz.

Para mi completa consternación, fue Hao Asakura quien se paro en la puerta. Una fastidiosa sonrisa adornaba su cara. Miro mis ojos, luego a la fotografía que sostenía. Cerro la puerta tras de el y se sentó en el borde de mi cama, para así estar frente a frente.

Instintivamente, se me ocurrió dar la vuelta e ignorarlo, pero sabia que el esperaba esa reacción. Decidí hacer lo opuesto. Lo mire fijamente también, manteniendo mi cara cuidadosamente inexpresiva. "¿Que haces aquí, Hao Asakura?"

Rió entre dientes. "¿Siempre eres así, Anna?, ¿dejas entrar personas a tu habitación para luego preguntar que hacen adentro?"

"Ocúpate de tus asuntos y vete," le dije fríamente.

"Bueno, la bienvenida fue mas calurosa de lo que esperaba." Dijo mientras encogía los hombros. "Déjame ver... vine aquí a llevar a cabo el deseo de mi hermano... vine a cuidarte." Apunto a la fotografía que yo sostenía. "Yoh es realmente fotogénico, ¿no? Me pregunto por que lloras si el se veía tan bien en esa fotografía."

Conciente de cómo la furia se acumulaba en mi, resistí el deseo de golpearle la cara, sabiendo que al perder la paciencia solo lo complacería. Abrasé la fotografía colocándola cerca de mi corazón. "No esperaba que el señor Mikihisa te dejara entrar por la puerta de en frente."

"Oh no, realmente entre por el baño." Bromeó Hao. Pero al ver mi cara de horror comenzó a reír. "Vamos, tomas las cosas muy en serio. Mikihisa también es mi padre, ¿sabes? Soy un Asakura, así que tengo todo el derecho de caminas por estos terrenos si quiero hacerlo." Comenzó a mirarme divertido. "Pero, por la expresión de tu cara, estabas esperando que entrara por la ventana, con toda la gloria de mi furyoku."

"Verosímil," le dije sarcásticamente.

Hao volvió a sonreír. "No te preocupes, lo haré la próxima vez, si eso te divierte."

Crucé mis brazos. "Gracias por hacerme compañía, ahora vete."

El frunció el ceño. "¡Vaya señorita! ¡Eso es mala educación! Solo e estado aquí apenas dos minutos."

"Yoh solo te pidió que me cuidaras. Aun estoy viva, ¿que otra cosa quieres?" Le respondí.

"¿Crees que Yoh te llamaría viva en este momento?" Me pregunto. Sus ojos me miraban de arriba-abajo. "Pareces alguien del reparto de Resident Evil, infectada con el virus T-"

Sus palabras fueron interrumpidas por mi bofetada.

"¿Quien te crees para meterte en mi vida?" Le grite. "¿Esperas que este alegre como tu, incluso si perdí a un ser muy querido?"

Hao se volteo hacia mí cuidadosamente, su sonrisa había desaparecido. "¿Yoh siempre te deja salirte con la tuya cuando lo golpeas?" Me pregunto lentamente.

"Por supuesto," le dije.

Se levanto de la cama, para agacharse frente a mi. "Escúchame, querida 'cuñada'. Si crees que puedes hacerme eso de nuevo, juro que te castigare. Tengo muchas maneras de hacerlo." Su voz se torno baja y peligrosa. "No vacilare en hacerlo, por que no soy una persona muy paciente." Se levanto y se sentó donde estaba antes, sin apartar los ojos de mi cara. "Te dejare pasar esta, solo por esta ves. Se que no tienes la mente clara y aun estas dolida. Como sea, la próxima ves, no seré tan indulgente..."

"¡¡Maldito!!" le grité. "¿Acaso Yoh sabe a que clase de persona le pidió que me cuidara?"

"¿Por qué me preguntas? No soy Yoh." Inclino su dedo en su barbilla. "Espera... el es originalmente parte de mi alma, así que... debo ser alguna clase de Yoh, pero no soy realmente el." Dijo mientras en su cara de nuevo se formaba una sonrisa. "Realmente Anna, en lugar de discutir, ¿Por qué no tratamos de llevarnos bien? Es decir, se que te preocupabas mucho por mi hermano, y yo lo admiraba también. Solo por su descanso eterno, donde quiera que este, tal vez deberíamos hacer una tregua."

"Eso es muy sucio," le dije tranquilamente. "Usar a tu hermano para tus chantajes."

Rió entre dientes. "Chica lista. Creo que estoy comenzando a sentir un poco de miedo hacia ti." Me extendió su mano. "Así que... ¿qué dices? Solo tratemos de no irritarnos, tal vez podamos resolver algunas cosas. Odio decepcionar a Yoh."

Observe su mano, luego la mía. Extendí mi mano, y toque la suya. Sonrió y se inclino para besarla. "Bien." Sonrió. "Ahora quiero que trates de no pensar en el accidente. Mejor trata de recordar los momentos felices que viviste con mi hermano."

"Decirlo es mas fácil que hacerlo."

"Estoy de acuerdo. Pero vale la pena intentarlo. Olvidarlo te ayudara a recuperarte."

"Tienes el descaro de hablar como si fueras experto en los sentimientos humanos. No tienes la mas mínima idea de la naturaleza humana."

Rió abiertamente. "Me atrapaste, pero no exactamente. Mi hermano me enseño un poco sobre ellos, como trabajan. Y otras cosas." Se volvió a levantar de donde estaba. "Creo que mi tiempo se acabo." Se voltio hacia la puerta, y yo seguí su mirada. Yohmei y Kino hacían guardia.

Hao me sonrió. "Come algo Anna. Reúne fuerzas, entonces te llevare a pasear."

"¿Quién dijo que iría contigo de todos modos?" Le pregunte.

"Anna, posees mas Furyoku que yo. Si lo deseas, podrías arrojarme por encima del Mt. Fuji y yo no seria capaz de oponerme."

Saludo y se marcho, sorpresivamente usando la puerta. ¿Hao actuando civilizadamente? Sacudí mi cabeza, entonces mire la fotografía de Yoh.

"Podrán ser gemelos, pero son tan diferentes como el dia y la noche." Le dije a la foto. "Tu eres el dia y el la noche." Sonreí sin ganas. "Malos atardeceres... Yoh, ¿que piensas de todas formas? Contigo, siempre se lo que siento. Se que lo que veo en la luz, es lo que obtengo. Por otra parte, el es incomprensible; en su oscuridad, no estoy segura sobre lo que piensa." Sacudí mi cabeza. "Pero seré fuerte, Yoh. Soy Anna Kyouyama, esposa del Shaman King. Puedo hundir el infierno si lo deseo. Eso me dijiste una ves, ¿recuerdas?" Bese la fotografía tiernamente. "Haré que te sientas orgulloso de mi, sobreviviré."

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Creo que hasta aquí va el Cap. 2... Espero que les haya gustado, y muchas gracias por sus reviews, en verdad que agradezco su apoyo.