P R O M E S A S

Capitulo IV

Sentada en mi silla de ruedas, disfrutaba la brisa, mientras Brownie jugaba en mi regazo, trataba de atrapar las cuentas de mi collar. Se irritaba fácilmente por el sonido que provocaban al moverse, pero infortunadamente, al tratar de atraparlas con sus garras, lo único que conseguía era que se balancearan más rápido.

"Eres un tonto, Brownie." Le dije sonriendo. "Tal vez, si te quedas quieto y esperas, el collar podría dejar de sonar."

Para mi asombro, me miro pareciendo comprender, para entonces sentarse en mis piernas, esperando que el collar dejara de moverse.

Luego de un rato, dejo de moverse. Brownie se levanto, movió su cola, y volvió a agitar el collar. Al comenzar a sonar de nuevo, Brownie comenzó a saltar incontrolablemente, y siguió golpeando el collar.

La cara de mi prometido se apodero de mis pensamientos.

"Yoh..." dije en voz baja. De repente, recordé a Yoh brindándome su última sonrisa, una débil sonrisa, justo antes de dar su último respiro. Sentí un dolor intenso en mi interior, y comencé a temblar violentamente.

El quejido del gato hizo que volviera a la realidad. Entonces me di cuenta que lo apretaba demasiado.

"Lo siento," le dije en voz baja. "Trato de no recordar... hago mi mayor esfuerzo por no seguir recordando..."

Dakedo, cuando decidí adoptar el gato, ¿no fue por que la tranquilidad de los animales eran un recuerdo de mi prometido?

Dirigí mi silla de ruedas de vuelta a mi habitación.

La mañana siguiente, tan normal como que el sol sale por el este, Hao estaba en mi habitación. Pero esta vez, su visita no fue tan desagradable como antes, traía a Shirayuki con el.

Abrasé el gatito blanco, "¿cómo amaneciste hoy, Shirayuki?"

"Muy bien," dijo Hao, achicando su voz. "El Señor Hao me alimento con mucha leche y pan esta mañana, ¡Y también me dio un baño!"

Mire a Hao, estaba sonriendo. "¿¡Que hiciste qué!?"

"¿Uh? ¿Yo dije algo?" pregunto inocentemente, regresando su voz a la normalidad.

Trate de ignorar su broma. "¿Porque le diste un baño a un gato tan pequeño?"

"Bueno... para empezar, apestaba."

Fruncí el ceño. "¿Y que hubieras hecho si Shirayuki-hime hubiera muerto de frío?"

"Bueno, en ese caso... creo que lo hubiera enterrado muy lejos de aquí," bromeó.

"¡Eres un desalmado!"

"¡Hey, solo bromeaba! De todos modos, ¿por qué haría eso?"

"No lo se"

"Vamos, no me tomes tan en serio. ¿Dónde esta tu sentido del humor?"

"Tu humor es enfermizo."

"Pruébalo."

"Piensas que matar tus antiguos oponentes del combate de shamanes es 'divertido'."

Se encogió de hombros. "En este mundo no hay lugar para los débiles."

"¿Y porque salvaste los gatitos?" le pregunté.

Sonrió. "Estos gatitos indefensos son mucho mas dignos que esos debiluchos."

"¿Quién murió y te hizo el juez de la raza humana?" le conteste bruscamente.

"Simplemente entrego la salvación para el mundo." Cuidadosamente, hizo un ademán refiriéndose a los alrededores. "Toda la bondad que nos rodea es corrompida por los humanos, y los débiles shamanes que eligen protegerlos." Suspiró. "Como sea, el mundo no esta preparado para mis conceptos. Parece que tendré que esperar otros quinientos años mas."

"Tu espera será en vano. El mundo nunca estará listo para tus ideologías porque son erróneas." Mire por la ventana. "No puedes cambiar el mundo cubriéndolo todo en llamas. El fin nunca justifica los medios. No puedes garantizar que se no habrá maldad alguna cuando tengas tu mundo de shamanes. Pero si cambias el mundo con amor..."

"Amor," dijo en tono burlón. "Esas son tonterías. En toda la historia de la humanidad, el amor a estado presente, ¿y acaso la vida a mejorado?"

Estaba a punto de contestar cuando el se puso de pie. "Fin de la discusión, Anna. Lo que digas no cambiara lo que pienso. Vine aquí por otra razón."

Lo mire con curiosidad.

"Quiero ayudarte a deshacerte de esa maldita silla de ruedas," declaró.

Inmediatamente fruncí el ceño. "No caminare de nuevo."

"No seas terca. ¿Quieres ser una carga para esta familia por el resto de tu vida? ¿Qué tengan que traerte la comida a tu cuarto todos los días? ¿Ser la causa de preocupación de todos?" me preguntó.

Me mordí los labios. "No volveré... a caminar."

Suspire cuando lo vi acercarse a mí con mucha determinación. Me levanto de la silla sin ningún esfuerzo y me colocó en la puerta. Se dirigió a mi cama y se sentó en esta, mirándome con expectativa.

"¿Qué esperas que haga?" le pregunte fríamente.

"Espero que te arrastres hasta aquí, si no..." De repente tomo a Browny y lo coloco fuera de la ventana. El gato lucho desesperadamente por zafarse cuando se dio cuenta de lo que Hao estaba por hacer.

Sentí mi corazón aprisionado. "¡¡Brownie!!"

"Trata de llegar a mi lo mas pronto posible, o mi brazo podría cansarse y dejaría caer a esta pobre criatura."

"¡¡No, no puedes hacerlo!!" le grite. "¡¡No puedes hablar en serio!! ¡Lo salvaste ayer, a-ahora no puedes hacer eso! "

"No me pongas a prueba, Anna." Dijo mientras balanceaba al gato, asustándolo cada vez más.

"¡¡B-Brownie!!" De repente, sentí que la adrenalina recorría todo mi cuerpo, desde adentro. Trate de levantarme, pero sentí un profundo dolor. No caí al suelo; esta vez trate de gatear, usando mis manos para llevar mi cuerpo al lado de la cama, a varios metros de el.

Hao me miraba, con una sonrisa triunfante en su cara. Puso el gato de vuelta en la habitación tan pronto llegue a su lado, jadeando. Se agacho y coloco al gato cerca de mí, este inmediatamente se apresuro a llegar a mi cuello, escondiéndose en mi pelo.

"¡Te odio... Hao Asakura!"

"Cuando se presente otra situación similar, y esa ves, el causante hable en serio, ¿qué harías?" me preguntó. "Solo por no querer usar tus piernas..."

Cerré mis puños. "Te odio..." le repetí.

"¿Cómo podrías proteger tus seres queridos?" continuó preguntándome, mirando a Brownie. "Así que déjate de estupideces. Lo quieras o no, te vas a deshacer de esa silla de ruedas. Vas a caminar de nuevo. Mikihisa me dijo que aun tienes posibilidad de caminar. Yoh también desearía verte caminar por ti misma, si el estuviera aquí."

Aparte mi vista de el. Yoh era la razón por la que no quería volver a caminar. Me sentí tan inútil - si solo hubiera sido capaz de esforzarme en caminar, lo hubiera llevado a un hospital, y no hubiera muerto.

Todo fue por mi culpa...

Una lagrima bajo por mi mejilla, y la quite con furia. "Te odio..." le grite, esforzándome en sostenerme del espaldar de la cama para levantarme. Un dolor profundo recorrió de nuevo mis piernas, y estaba a punto de caer al suelo si Hao no me hubiera sostenido por mis brazos y cintura.

"Parece que te odias a ti misma," dijo tristemente.

"¡No tienes el derecho de asumir lo que siento!" le respondí bruscamente, mientras mi temperatura se elevaba. No, no era solo por la rabia. Esto era lo mas cerca que había estado de el, desde aquella ves en el torneo de shamanes - cuando lo abofetee por burlarse de Yoh. Luché por separarme de el.

"Anna, escúchame. Sabias de antemano que Yoh moriría-"

"¡¡¡CALLATE!!!" le grite, utilizando mis manos para cubrir mis oídos.

"No fue tu culpa-"

"¡¡FUI TAN ESTUPIDA!! ¡¡TODO FUE MI CULPA!! ¡¡POR MI INCOMPETENCIA!!"

"Anna-"

"¡¡MURIO POR MI CULPA!!" dije mientras mi voz se transformaba en un sollozo, finalmente liberando todo el dolor y las lagrimas que sentí por incontables noches. Estaba a punto de seguir gritándole cuando, de repente, me cubrió con sus brazos. Mi cara apoyada en su capa, y sus musculos a mí alrededor.

"La felicidad de mi hermano se basaba en vivir y morir para ti, Anna," me dijo gentilmente. "Estoy seguro de que si aun estuviera con nosotros, y tuviera la misma oportunidad, lo haría de nuevo, y de nuevo... ese estúpido amoroso."

Lentamente cerré mis ojos, y mis hombros comenzaron a temblar. "Yo lo mate... yo mate a Yoh..."

"Anna, el odiarte no te traerá nada bueno," me dijo, para mi sorpresa, con voz paciente. "Te complicas por nada, esa no es la forma correcta de apreciar lo que el mártir de mi hermano hizo por ti."

Sentí que mis ojos se ensanchaban.

"A Yoh le gustaría mucho... si te perdonaras y continuaras viviendo," dijo en voz baja contra mí pelo.

Me aparte de él, y lo encontré sonriéndome tiernamente.

"Durante toda su vida, solo se preocupo por tu felicidad. ¿No crees que es tiempo de hacerlo feliz?" Dio palmadas en mi espalda tratando de animarme. "Vive y se feliz."

Baje mi cabeza, y mire hacia abajo.

"Demuéstrame que el amor es real... que el amor es fuerte. Vive, hazlo por Yoh," me instruyó.

Fue un reto.

Dije que si afirmando con la cabeza, mientras el me miraba cariñosamente.

"Lo siento... moje tu ropa," le dije en voz baja, algo avergonzada.

Me sonrió cortésmente. "No hay problema. Puedes lavarla por mi."

Lo miré de forma amenazante. "Baka."

Me sonrió. "Mañana, le daremos de nuevo un poco de ejercicio a tus piernas."

"No te atrevas a volver a tomar mi gato de rehén."

"No. No lo haré, la próxima ves, Yohmei será el rehén."

Deje caer mi cuerpo en mi cama. Acariciaba a Brownie para hacerlo dormir. Estaba descansando cerca de mi cuello. Roncaba suavemente.

"Hao te dio un buen susto, ¿no?" dije en voz baja. Mire hacia el techo. "Pero me hizo pensar en muchas cosas. Nunca espere aprender tanto de el. De todas las personas, el... quien no cree en el amor."

"Pero hace un momento... se me hacia fácil el creer que el podría tener mucho amor en su interior, muy adentro. ¿De que otra forma pudo hacer dicho aquellas palabras?"

Lentamente cerré mis ojos. "Buenas noches, Yoh."

Y en mis pensamientos, también le desee buenas noches a su hermano.


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Chapter V coming soon...