P R O M E S A S
Capitulo VI
Descansaba tranquilamente, y para variar, con un apacible Brownie durmiendo en mi regazo, hasta que de repente escuche que la puerta se abría. De inmediato supe de quien se trataba - el único ser humano que aun no aprendía el arte de tocar antes de entrar.
"Ohayou Gishi" saludó Hao, enérgicamente.
"No le veo lo bueno a este dia," le dije sin ganas, entonces miré hacia la ventana, lloviznaba levemente. "Brownie y yo no pudimos salir a jugar."
"Si miras a mi cara te darás cuenta de que tan bueno esta tu dia." Se sentó en mi cama y miró la bandeja. "¿No trajeron desayuno?"
Sabia que solo quería molestarme, estaba encantado por que mi apetito había regresado.
"Ah, olvídalo." Se volteo hacia mi. "Vístete, Anna. Saldremos a hacerle un recado a mi padre," dijo mientras sonreía tranquilamente.
"¿Y por que no vas tu solo?" le pregunté.
"Porque te extrañaría."
"Pues yo no." Le dije, dirigiendo mis ojos hacia el. Para mi consternación, el solo disfrutaba mi mirada. Tuve que mirar a otra parte. ¡Este hombre es insoportable!
"Entonces... ¿vienes conmigo o vienes conmigo?" preguntó, sonriendo.
¿Qué clase de pregunta es esa? Le pregunté extrañada. "De cualquier forma, terminaría contigo."
"Al menos no dirás que no te di opciones," volvió a sonreír.
Esta ves, para mi asombro, me permitió usar la silla de ruedas.
"El pueblo esta un poco alejado, y no creo que puedas soportar esa caminata," me dijo, con voz preocupada, mientras me empujaba la silla de ruedas. Colocó una manta en mi regazo, una bufanda alrededor de mi cuello, y un sombrero en mi cabeza. Entonces giro hacia Tamao, la cual sostenía a Brownie y Shirayuki.
"Aliméntalos y no los pierdas de vista, ¿comprendes?" le preguntó con autoridad. Ella afirmó con la cabeza. El entonces, le sonrió. "Gracias, preciosa."
Pareció disfrutar el ver la forma en que la pobre de Tamao se ruborizaba.
"¿Siempre haces eso?" le pregunté mientras nos dirigíamos al pueblo.
Fingió no saber de lo que hablaba. "¿Uh?"
"¿Siempre coqueteas de esa manera?" le volví a preguntar. "¿Incluso a las chiquillas?"
"¿Cuando lo hice?" pregunto, con un poco de rubor en sus mejillas.
"Hace un momento, con Tamao."
"Ah, eso. No significo nada para mi." Dijo lentamente.
"Bueno, tengo noticias para ti, Asakura Hao." Le dije apretando mis dientes. "¡Tamao es la clase de chica que se derrite con cualquier halago! ¡Es muy inocente, así que te pido que la dejes tranquila!"
Me miró sorprendido, entonces comenzó a reír. "¡Anna, no me digas que... estas celosa!"
Mis ojos brillaron con furia. "¡Maldito! Yo simplemente -"
"Pero si deseas que deje de ser amable con las mujeres, debo aceptar tu petición." Me miró con una de sus sonrisas paralizantes. "Despues de todo, tú eres mi prioridad."
Sabia que debía sentirme molesta por lo que el había dicho, pero no entendía el porque su ultima frase hizo que algo se estremeciera en mi interior. No pude hacer mas que evadir su mirada.
Pereció darse cuenta de mi reacción, por lo que miró en otra dirección y mantuvo silencio.
Hasta llegar al pueblo, la tensión se mantuvo entre nosotros.
"¿El Señor Mikihisa te hizo venir al pueblo a comprar Butterfingers?" Le chillé en desagrado cuando terminó de pagar la compra.
Sostuvo una bolsa con varios chocolates, sonriendo. "Bueno, también tenemos Hershey's, galletas y un poco de crema por aquí. ¡Ñam!" dijo mientras sostenía otra bolsa de plástico. "También hice una compra por mi cuenta - una botella de leche para Brownie y Shirayuki." Me miró impaciente, esperando mi reacción.
Sonreí divertida. "¿Compraste leche para los gatitos?"
"Yup. ¡Quiero que continúen fuertes y sanos!" Comenzó a empujar la silla fuera de la tienda. "También compre un poco para ti," dijo tranquilamente. "Con el mismo propósito que los gatos... y algo mas."
Parpadeé.
Volvió a sonreír, y sacudió su cabeza. "Olvídalo." Entonces se fijó en un parque no muy alejado de nosotros. "Vamos, pasemos por el parque."
"Esta es la clase de lugar que no lamentaría morir protegiendo," me dijo mientras caminábamos por un área adornada con flores.
Moví la cabeza en afirmación, pero me detuve al sentir su mirada en mi. Nunca me gusto la intensidad de sus miradas - pueden hipnotizarte de una manera fascinante. Debido a ellas hacia cosas estúpidas.
Exactamente como en este momento, intercambiando miradas con mi cuñado.
El solo me miraba con la misma intensidad, o tal vez algo mas, que cuando hablo del lugar que no le importaría morir protegiendo. Sus ojos me decían que sentía lo mismo por mi.
"¿Anna?" Mi nombre rodó por su boca, causando escalofríos por toda mi espalda.
"¿S-Si?" Me felicité por el simple echo de poder conservar la frialdad en mi voz.
Sonrió gentilmente. "Por favor, no me mires de esa forma. Puedes hacer que un hombre caiga de rodillas con esas miradas."
"¿Y que se supone que quieres decir con eso?" le respondí.
Volvió a sonreír, esta vez, con un poco de nerviosismo en su voz. "Nada." Continuó empujando la silla de ruedas hacia el centro del parque.
"¿Por qué hay monedas bajo el agua?" Preguntó Hao, cuando nos sentamos en la fuente.
"Las personas se sientan y la arrojan," le conteste, sorprendida por el hecho de que Asakura Hao era muy sabio, pero conocía muy poco sobre las personas.
"¿Por que?"
"Piden deseos, y creen que si lanzan la moneda como ofrenda, el deseo se hará realidad."
"Es estúpido," dijo. "Un centavo no puede cumplir deseos."
"El centavo no es lo que hace el deseo realidad," le dije suavemente. "La fe de las personas lo hace realidad."
Mantuvo silencio.
"Obsérvame." Tomé una moneda y la lance al agua. Entonces junté mis manos y pedí un deseo.
Cuando lo miré, el me observaba, sorprendido.
"Nunca imaginé que serias del tipo de personas que cree en cosas románticas," me dijo, sonriendo.
"Entonces, acompáñame." Tomé la ultima moneda de mi cartera.
Vaciló, pero tomó la moneda y la lanzó a la fuente. Cerró sus ojos por un momento para pedir su deseo.
"¿Y cual fue tu deseo?" le pregunté, cuando abrió sus ojos.
"Te diré el mío si me dices el tuyo." Me dijo sonriendo.
Parpadeé, luego mire a mi regazo. "Esta bien. Deseé que yo... que yo..." Mi mente repitió las palabras que usé para mi deseo. Como sea, cuando lo miré, perdí el valor. Sabia que se burlaría hasta mas no poder.
"Tengo el presentimiento de que no me lo dirás," me dijo, sonriendo. "Oh bueno, entonces... no creo poder decirte el mío."
"¡Maldición! ¿Y que hay si te digo el mío y luego no me dices el tuyo?" le respondí bruscamente.
Sonrió, y volvió a empujar la silla de ruedas.
Suspiré profundamente, para volver a recostarme en la silla de ruedas, y de repente, me sentí muy cansada. Estaba tan acostumbrada a la quietud de mi habitación, que una simple actividad como esta consumía mucha de mi energía.
Sentí que la silla se detuvo, entonces gire a mirarlo, pero no lo encontré. Fruncí el ceño. "¿Hao?" Me levante un poco. "¿Dónde diablos estas?" Comencé a sentirme nerviosa, aunque algo dentro de mi me decía que el no me dejaría así por así.
Obtuve mi respuesta cuando lo vi, viniendo por atrás. Sostenía dos conos de helados. "Lamento haberte dejado de esa forma, pero pensé que dormías."
Trate de ocultar la angustia sentida con mi mal humor. "¿Sabias que dormía y de todas formas me dejaste por mi cuenta? ¿¡No pensaste en lo que podría pasarme!? ¿Y si alguien se hubiera interesado en mi y me hubiera secuestrado mientras estas lejos?"
"El heladero solo estaba a algunos pasos de aquí." Me dijo pacientemente.
Mordí mis labios, avergonzada. Claro, Hao no podría abandonarme. ¿Cómo podía dudar del hombre que me devolvió el deseo de volver a caminar?
"Puedo darme cuenta que llegaste a imaginar varias cosas," dijo, ofreciéndome uno de los helados.
"Cállate, Asakura."
"Mi nombre, por favor."
"Me da gusto que sepas cual es mi sabor favorito." Lamí el helado que goteaba por uno de los extremos de mi cono.
Me detuve cuando sentí sus ojos fijados en mi. Me sonrojé. "¿Q-Que me estas mirando?"
"Se me acaba de ocurrir el chantaje perfecto para este dia." De repente se arrodilló en frente de mi. "Si no dices mi nombre, lameré el helado que cayó en tus dedos."
Sacudí levemente mi cabeza. "No lo haré, Asakura."
"Disfrútalo." En un rápido movimiento, tomó mi mano con la suya, y en cámara lenta, llevo mis dedos a su boca.
Electricidad corría en mi interior. ¿Cómo se me había ocurrido tentarlo? ¡El era el mismo diablo, sin temor alguno!
Abrí mi boca para disculparme, pero un suspiro escapo de mi garganta. Su lengua acariciaba la yema de mis dedos.
"H-Hao..." dije, con voz entrecortada cuando sus labios ya se habian deslizado hasta la palma de mi mano.
Me miró brevemente, sus ojos ardían con una pasión espantosa. "Maldición, debiste decirlo antes." Plantó suavemente un beso en la parte posterior de mi mano y se levantó. Para mi consternación, sentí un gran vacío dentro de mi. Kami-sama, ¡disfruté lo que hizo!
"Parece que no podré dormir esta noche, señorita." Me dijo divertido. Comenzó a empujar la silla de ruedas, de nuevo.
No debería estar tan molesto; se que lo que hizo también fue de su agrado.
Esa noche, lleve la palma de mi mano a mi pecho, miré a una brillante estrella que imaginé era Yoh. "¡Tu estúpido hermano beso la palma de mi mano con su lengua! ¡Ni siquiera tu me habías besado con esa intimidad! ¡Ooh, como lo odio!"
Imaginé su cara sonriente, y comencé a reír. "Suficiente de el. Yoh, desearía encontrar a un hombre que me ame como tu lo hiciste. Ya que estas arriba y prácticamente puedes ver a cada hombre desde haya, ¿podrías ayudarme a encontrar al Sr. Correcto?"
La estrella parpadeó, como si quisiera decir '¡Por supuesto!'
En ese momento, escuche a alguien mencionar mi nombre. Miré hacia abajo, y encontré a Hao parado en la puerta principal, saludando.
Sentí que mi corazón se detuvo. No, debía ser solo coincidencia. ¡Tenia que serlo!
"Olvidé decir buenas noche," dijo sonriendo.
"¡Maldito!" Le grité. Hace un momento se fue sin decir una palabra desde que llegamos a casa. Me encontraba aliviada en ese momento - no sabia como hablarle luego de lo que paso.
Pero por la forma en que me saludo, parecía haberse recuperado.
Volvió a sonreír. "Gracias. ¡Dulces sueños para ti también!"
Me giré y volví a mirar hacia la estrella. "Yoh, no quisiste decir eso, ¿o si?"
La estrella parpadeó de nuevo.
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Pam Pam Pam Paaam... hasta aqui el nuevo cap. Pido disculpas por actualizar tan tarde, pero tuve problemas con el modem... Espero les valla gustando la historia por que solo faltan 3 cap. para el final. Asi que, se pondra mejor... Gracias por sus Reviews, me cae muy bien su apoyo.
Ja ne! ^^
