P R O M E S A S

Capitulo VIII

¿¡Hao quiere casarse conmigo!? Aun no puedo creer lo que acabo de escuchar. Sentí la mirada de Tamao, e inmediatamente, tuve la necesidad de hacer algo al respecto.

Entre furiosa a la sala principal. "¡Nunca! ¡¡Nunca me casare contigo!!"

Todos, incluyendo Hao, permanecieron en silencio.

"Nadie lo entiende..." sequé con furia una lagrima que bajaba por mi mejilla. "Me basta con los recuerdos de Yoh. Soy feliz recordándolo, y no necesito a nadie para cubrir su ausencia. ¡Así soy feliz!"

"¿Cómo puedes ser feliz si te dejas agobiar por los recuerdos?" me preguntó tranquilamente.

"¡¡Lo amo!!" le grité. "¡Nunca voy a olvidarlo!"

"No te pido que lo olvides, te pido que siguas adelante."

"¿Contigo?" le pregunte con rencor.

"Conmigo," dijo con énfasis. "Solo conmigo. Y cualquier hombre que quiera tomar tu mano en matrimonio tendrá que pasar sobre mi."

Mi cara se enrojeció al sentir las miradas de Sensei Kino y el Señor Yohmei.

"Entonces, deberás probar que eres un hombre digno de ella," decidió Kino, cruzando los brazos frente su a pecho.

"¿Creen que seria capaz de lastimarla?" preguntó algo decepcionado.

En mi interior, las columnas que me sostenían se derrumbaron. Di un paso atrás, entonces, corrí a mi habitación.

"¡Srta. Anna!" Tamao me llamaba, por suerte, no me siguió. Kino se apresuro a detenerla.


Un par de horas habían transcurrido desde que me eche en la cama y comencé a llorar. Brownie me hacia compañía, parecía ser molestado por mi silencioso llanto.

Me esforcé en levantar la cabeza, y trate de sonreír. "L-Lo siento Brownie. N-No puedo jugar contigo no ahora."

Acaricié su piel con mis dedos. "No se que hacer. Hao quiere ser mi esposo... y se que debo rehusarme. Mi corazón le pertenece a Yoh. Y la simple idea de casarme con su hermano es..."

Mire hacia mi almohada. "Se que deseé encontrar un hombre que me amara como Yoh lo hizo. Fue algo estúpido ¿por que lo habré echo?"

Brownie ronroneó, se arrastro hasta mi cuello y se acurrucó. Luego se durmió.

Sonreí. "Cásate conmigo, Brownie. Al menos sabré que lo haces por una buena razón -me amas y yo te amo-. No por que tu hermano te hizo prometer que me cuidarías."

"¿Brownie tiene erecciones?" preguntó una voz conocida.

Miré hacia la ventana. Allí estaba Hao, de pie, sonriendo.

Me sonrojé, apenada. "A diferencia de ti, pienso que el amor va primero que la codicia. No soy una enferma sexual como tu."

"Solo trataba de hacerte reír," me dijo, mientras entraba en la habitación. "Has llorado por mas de dos horas y media. Tus conductos lacrimógenos han producido agua suficiente para darle potencia a la hidroeléctrica de Izumo."

"Tu tienes la culpa."

"No es cierto. Solo te ofrecí algo que la mayoría de los hombres niegan a las mujeres - mi apellido. Entonces, comenzaste a llorar," me dijo. "Pero si piensas que fui el causante de tu tristeza... entonces, lo siento."

"Hao..." Lo miré de reojo, y me di cuenta de la pena que sus ojos expresaban.

"Anna, es cierto, quiero casarme contigo."

"Por que Yoh te pidió que lo hicieras."

"Yoh me pidió que te cuidara. La decisión de casarme contigo fue mía, con mis propias razones."

"¿Qué razones?" tenia que pregunta, después de todo, temía cual seria su respuesta.

Se mantuvo en silencio, luego suspiró. "Porque al contrario de Brownie, yo si tengo erecciones."

Sentí que mi boca se abría, y un sonido salio de ella. Estaba... estaba sonriendo.

Hao sonrió. "Entonces... Anna, ¿te casaras conmigo?"

Mire a los ojos al hombre que podía hacerme enojar, llorar, y reír, sin mucho esfuerzo. El que me dio fuerzas para continuar en el camino de la vida. Hao Asakura, a quien odiaba abiertamente, y por quien me preocupaba en secreto.
"¿Por qué debería?" le pregunté, disfrazando mi voz con mi frialdad.

Sonrió entre dientes. "Te daré ciento una razones para hacerlo."


"¿Para que son?" Pregunte a la mañana siguiente cuando el llego a mi habitación, sosteniendo una canasta de flores.

"Te estoy cortejando," dijo, encogiéndose de hombros.

"¿D-Discúlpame?"

"Es la primera razón por la que deberías casarte conmigo- porque te bañare con flores todos los días," sonrió.

"E-Entonces en lugar de casarme contigo, debo hacerlo con un florista." Dije con tono burlón, pero acepte la canasta. "Y no me digas que los floristas no tienen erecciones."

Sonrió diabólicamente. "No tan grandes como las mías."

Mis mejillas enrojecieron. No debí responder con eso- nunca se le agotarían las respuestas, y mucho menos ahora, que ha empezado a relacionarse con la palabra 'ereccion'.

"Segunda razón: te haré el desayuno" me dijo, colocando la bandeja al lado de mi cama.

"¿Eso es comestible? Dije mientras miraba la bandeja, sospechosamente.

"Esa es mi tercera razón- el desayuno que preparo es comestible."

Di una probada, e hice una mueca de desagrado.

"Nunca dije que estaba delicioso," se apresuro a decir. "E-Es la primera vez que cocino algo."

"Esta muy dulce," me queje.

"Así de dulce soy yo."

"Es nauseabundo."

Hao rió entre dientes. "Pudiste tragártelo, ¿no?" Comenzó a pelar la naranja en mi plato.

Lo observe, perpleja. "Deja de hacer eso."

"¿Prefieres la manzana?" preguntó.

"No. ¿Por qué haces estas cosas?"

"Te lo dije. Te estoy cortejando."

"¿En serio piensas que esto me hará cambiar de opinión?" le pregunté, divertida.

"¿Quieres que te diga algo que se que no creerás?" preguntó.

"Inténtalo."

Volvió su mirada a la fruta que estaba pelando. "Creo que estoy enamorado de ti."

Sentí que mi corazón se detuvo - incluso puedo jurar que el mundo dejo de moverse. Todo estaba paralizado, a excepción de Hao quien seguía aferrado a pelar la naranja.

"Mentiroso," dije finalmente, al recobrar mi voz.

"La próxima vez, no pidas la verdad si no piensas creerla," dijo, con voz un poco aguda.

"¿De verdad crees que alguien como tu sea capaz de amar?" pregunte, comenzando a desesperarme por que se me agotaban las defensas.

"Acabo de hacerlo," dijo con voz cortante.

Baje la mirada, sin saber que decir. ¿Hao cree amarme? ¿Como? ¿Porque? ¿Desde cuando? Por primera vez, en toda mi vida, no sabia que hacer. Estaba acostumbrada a utilizar mi frialdad como mecanismo de defensa para contrarrestar emociones inesperadas. ¿Pero algo tan inesperado como esto? No estaba lista para este tipo de enfrentamiento.

"Toma." Hao me ofreció la naranja, y actuaba como si nada hubiera pasado. Entonces me di cuenta de que estaba llorando de nuevo.

"Maldición. Anna, ¿Qué es lo que tengo que siempre te hace llorar? ¿Acaso me odias tanto como para llorar todo el tiempo?" preguntó.

"Déjame sola."

"¿En serio crees que te dejare, estando así?"

Hao, deja de hacer esto. Deja de preocuparte por mí. Se supone que debo odiarte. Mis pensamientos no encontraban desahogo. Incluso la fuerza para hablar me había abandonado.

Se sentó a mi lado y me miro seriamente. "Nunca seré igual al primer hombre que amaste y tal vez tus sentimientos nunca se desvanezcan, pero no me importa. No quiero que estés sola."

¿Pero como odiarte si me hablas de esa forma?

Sus manos se abrieron camino hasta mis mejillas. "Intentémoslo, Anna. Si luego crees que te sentirías mejor estando sola, me iré. Y no volverás a verme nunca más. Lo prometo."

Era tan fácil decir "si"; mi corazón lo decía a gritos. Como sea, una parte de mis pensamientos aun tenían sus dudas.

Pareció darse cuenta. Se levantó. "Ven conmigo, Anna."

Me levante, confusa.


Me llevo a la tumba de Yoh -un lugar que aun no había visitado-. Di un paso atrás, pero sus manos me detuvieron.

"H-Hao..." Mis ojos estaban abiertos, expresaban dolor, y miedo.

"Encuentra el camino de regreso, Anna. Y a donde quieras 'regresar', será tu decisión." Se despidió de la tumba de su hermano y se marcho.

Observe como su figura desaparecía. Entonces me gire hacia la tumba. Nadie había tratado de traerme luego del accidente, temían que no fuese bueno para mí. Ni siquiera pude asistir a su funeral. Y ahora, luego de cuatro meses de aquel nefasto día, estaba con Yoh de nuevo.

"Yoh..."

De repente, su espíritu apareció. "¡Hola Anna!"

Un grito sofocado salio de mi boca. "Y-Yo no te invoque," dije, con voz entre cortada.

Amidamaru también apareció. "Hao nos dijo que ustedes vendrían."

"¡Hai!" agregó Yoh. "Ne, Anna, ¿esta cuidando bien de ti?"

Moví la cabeza, afirmando. "Si."

"Te lo dije, Anna. Mi hermano es un buen hombre," dijo mi prometido, orgulloso.

"Quiere que me case con el," admití.

"¡Bien!"

"¿H-Huh?"

Me sonrió. "Anna, odiaría pensar que te quedaras sola para toda la vida. ¿No crees que es tiempo de olvidar y ser feliz?"

"P-Pero..." mis ojos temblaron. "Te amo, Yoh."

Parpadeó, luego se sonrojó. "Gracias. Pero si me amas, si en realidad me amas, quiero que hagas algo por mi."

"Cualquier cosa."

"Se feliz," me dijo. "Te e observado. Se que el puede hacerte feliz."

"Yoh..."

"Es la ultima persona en el mundo que desearía hacerte daño." Su mano tocó mi mejilla. "Lo se porque puedo sentirlo."

"¿M-Me estas dando libertad para que entregue mi corazón a otra persona?" suspiré.

"Hay mucho amor en tu corazón, Anna. No es correcto ser egoísta y dejarlo hay encerrado," explicó. "Especialmente cuando se que mi hermano moriría feliz si llegara a tener por lo menos una fracción de el."

"¿Hao... esta interesado en mi?"

"¿No lo sabias?" pregunto Yoh, sorprendido. "Aniki te a mostrado su amor en cientos de formas ¿Y tu no te has dado cuenta?"

Estaba estupefacta.

"Esta fuertemente enamorado de ti," afirmó mi prometido. "Una ves me dijo que no creía en el amor ni en los sentimientos producidos por el corazón humano. Entonces te conoció, e hiciste que todos sus cientos de años de creencias se derrumbaran en un momento."

Me levante temblorosa. "Aun no puedo creerlo..."

Yoh volvió a sonreírme. "Vuelve a casa. Te esta esperando."

"P-Pero..." lo miré.

Sonrió. "¿Los espíritus tienen erecciones?"

Mi boca se curveó en una sonrisa. "Yoh..."

"Lo que quiero decir es que... estoy muerto, el no. Y esta listo para entregarte su vida incondicionalmente. Esa clase de amor es tan escaso como las lunas azules. Entonces, ¿por qué no aprovechar la oportunidad?" me dijo. "Estoy feliz de que me recuerdes, pero los recuerdos, por hermosos que parezcan, no son suficientes. Aun estas viva, y quiero que disfrutes la vida que el puede ofrecerte."

"Yoh..."

Afirmó con la cabeza.

Me restregué los ojos. "Lamento haber durado tanto en dejarte ir. En el proceso me lastimé, y lastimé a las personas que me rodeaban. T-Te lastime, y a Hao también..." Mi corazón comenzó a latir rápidamente.
Volvió a sonreír, y comenzó a desaparecer lentamente. "Se feliz, Anna. Es todo lo que pido."

"Lo haré, Yoh. Te lo prometo."

Sonreí a su tumba antes de comenzar a caminar. "R-Regresare a casa."

******************************


Se acabo el capie!!! Por hay vendra el ultimo... gracias, muchas gracias a todos por sus reviews. Nunca habia tenido tantos, ni siquiera se q hacer con ellos... xD
Arigatou!!