2. De nuevo al trabajo.
Los ruidos procedentes del salón, hicieron que Hermione se despertase. Se había quedado dormida encima de los libros del escritorio.
Se puso algo cómodo para salir de la habitación y abrió la puerta, para su sorpresa, se encontraba en frente de ella una joven pelirroja con cara sorprendida.
- Pensé que estabas durmiendo, Hermione. Te desperté?.
- No Ginny. Vamos abajo a desayunar.
La pequeña Weasley había crecido mucho, y ahora era un poco más alta que Hermione. Era una bonita chica que seguía teniendo los rasgos de niña, gracias a la multitud de pequeñas pecas que se concentraban en su nariz
Bajaron al salón, donde se encontraron una gran mesa repleta por multitud de alimentos para el desayuno. En mitad de todo el alboroto, se encontraba, como siempre, la señora Weasley.
- Oh Hermione, querida! Siéntate donde puedas, enseguida serviré el té.- con una medio sonrisa, se sentó en la silla más próxima.
Alguien le alborotó los cabellos, solo una persona se lo hacía.
- Buenos días, Harry.- el joven Potter, también había crecido. Su cuerpo se había desarrollado atléticamente. No sólo por sus años de jugador de quidditch, sino por sus duros entrenamientos para ser auror.
- Cómo te encuentras hoy, Mione?- dijo en casi un murmullo Harry. Su tono siempre se había vuelto algo triste con ella, desde aquel suceso. Nunca se perdonaría la vida que llevaba ahora su amiga.
- Perfectamente, como siempre- mintió la chica- mucho trabajo hoy?
- Ya sabes como va esto, nunca se sabe- dijo haciendo una mueca irónica- aunque estoy algo cansado para empezar la mañana con demasiado trabajo.
Al escuchar esto, Hermione sonrió, sabía cual era la razón del cansancio matutino de Harry. Y esa razón eran unos cabellos largos y una mirada soñadora, de nombre Luna Lovegood. La joven se había ganado por fin, un hueco en el corazón del chico. Hermione siempre supo que había algo en ellos que conectaba, aunque siempre se apenó que esa chica no hubiera sido Ginny, pero a pesar de ello, la pequeña encontró a alguien que hizo que se sorprendieran todos.
- Ginny, hija, sabes cuando llegará Neville?- dijo la señora Weasley- no se si prepararle el desayuno.
La pequeña se sonrojó levemente.
- Tenía que ir al Ministerio pronto esta mañana, mamá- Neville había cambiado mucho también en el paso de los años. Su aspecto había cambiado, y a pesar que mantenía su rostro algo infantil, ahora era un gran mago. Se había ganado el cariño de todos, y al fin pudo encajar en aquel sitio, pudiendo superar sus miedos.
Lupin y Tonks ya estaban desayunando antes que ninguno de los presentes, y pronto llegó por la puerta Moody.
- Oh, dios, ya de buena mañana te presentas con esa cara por aquí- dijo Remus, ante el cuadro que presentaba el viejo auror. Ropas raídas y una nueva cicatriz en la cara. Este hombre nunca aprendería.
Tonks presentaba un nuevo look esa mañana, se llevaba el pelo liso y de color morado. No había día que esta mujer fuera igual que el anterior.
Ron también había llegado, pero no pronunció ni una sola palabra, estaba demasiado adormecido para decir nada, pero su madre lo resolvió pronto.
- Ronald Weasley, vas a llegar tarde. Todavía no te has duchado? Tendrás ropa limpia, no?
El rubor llegó hasta sus orejas, no soportaba que hiciera su madre eso, y delante de todos, tratándole como un… niño.
- Mamá, por favor…
Todos rieron, todos menos…Hermione.
Cuanta felicidad había en esa casa, cuanto amor…tantas risas, tanta ilusión….pero ella… no podía ser completamente feliz. Quería serlo, pero…
- Hermione, Hermione…-dijo insistentemente Ron, la chica reaccionó.
- Eh? Ah dime Ron.- se había quedado embobada mirando la mantequilla de su tostada.
- Sólo te preguntaba que con quien tenías guardia esta noche…
- Pues….
- Si quieres voy contigo- dijo cortándola el joven.
Hermione lo miró fijamente, ninguna expresión reflejaba. Antiguamente si que había salido al anochecer, con Ron, patrullando por las calles, pero eso era cuando ellos dos…
- Me toca con Luna.
- Esta noche se va contigo?- dijo sorprendido Harry.- no me dijo nada.
- Bueno, ya la conoces, no te tendría que sorprender que no te hubiera dicho nada.
Harry cayó y no dijo nada. Ron tampoco dijo nada. La comunicación de todos ellos había decaído demasiado en los últimos tiempos.
Siempre se lo habían contado todo, se habían apoyado mutuamente, pero la negociación de que no quería que nadie se apiadara de ella, había echo surgir un muro alrededor suyo.
- Hermione, descansa un poco más si quieres y después de almorzar proseguiremos por donde nos quedamos ayer- últimamente era Lupin quien ponía al día a Hermione y le ayudaba a practicar conjuros y demás hechizos, y debía estar plenamente despejada para poder llevarlos acabo.
Lentamente la chica se despidió de todos, y como hacía cada mañana, ella se iba a su habitación, mientras que el resto se dedicaba a sus respectivos trabajos. Todos abandonaban la casa, exceptuando Lupin que la ayudaba, pero ya no quedaba nadie. Sola de nuevo.
Harry la observó, como tantas veces lo había echo antes. Tan frágil, tan silenciosa, tan…triste. Esa no era la Hermione Granger de Hogwarts que nunca paraba de hablar y sonreír. Hacía tres años que ya no veía a su querida amiga Hermione.
Como recordaba aquella noche…. Cuando vio que Lord Voldemort estaba frente a él, dispuesto a lanzarle el Avra Kedavra. Ya no le quedaban fuerzas para seguir luchando, todo aquel revuelo en la escuela, todos aquellos muertos y heridos, todos…en parte para atraparle y acabar con él. Estaba dispuesto a abandonar todo de una vez, y en momento final, su maldición rebotó y fue dirigida a una de las últimas personas que hubiera querido… y por culpa de aquella desafortunada equivocación, un chico arrepentido había perdido contra todo lo que había luchado. Nunca se perdonaría las perdidas de Hermione y Draco, nunca.
Nunca olvidará los gritos de Ron, tirando todo lo que se encontrara a su alcance, su desesperación, su cólera y él… no reaccionó, se quedó en estado shock, nunca entendió el porque, pero el ver a su mejor amigo llorando de pura impotencia junto al cuerpo inerte de su mejor amiga, de su persona especial, y ella…tan pálida, tan fría… Nunca se lo perdonaría.
No consiguió conciliar el sueño en las pocas horas que le había dejado Lupin. Simplemente se había recostado en la cama y miraba una pequeña telaraña que se había formado en la esquina superior derecha, en ese momento le parecía la cosa más fascinante del mundo. Cuando pareció que iba a cerrar los ojos, llamaron a la puerta.
Hermione entendió, y recogiendo su varita encima de su mesita, abandonó su habitación en dirección a la sala especial de entrenamiento.
Allí, en medio, se encontraba Remus. De pie, observándola. Ella cerró silenciosamente la puerta y se quedó, al igual que él, observándole.
- Muy bien, Hermione. Tus resultados superan de buen grado a muchos de tus compañeros, como era de esperar. – que otra cosa se hubiera esperado, si se pasaba los días entrenando de día sin parar, y por la noche intentaba llevar sus poderes acabo? Aunque todavía no se le había presentado una gran oportunidad.
- Pero, a pesar de todo ello, yo…
- Lo entiendo Hermione, pero sabes tu situación, si consiguiéramos derrocar a todos los seguidores de Voldemort, podrías volver a tu vida anterior- la recuperaría, podría volver a salir, reencontrarse con su antigua vida. Pero, seguiría faltando algo.
- De todas formas, eso tardará mucho, no tenemos pistas, nada, ni una señal de que sigan en actividad.
Lupin ahogó un suspiro, le entristecía ver así, a su antigua alumna. Ya había tenido que ayudar a uno de ellos a superar su soledad como niño marcado, y ahora su amiga. Esta historia había llegado a ser muy triste.
- Hermione, te voy a decir algo, que no quiero que olvides nunca- Hermione asintió- incluso en la más profunda oscuridad, siempre hay esperanza de luz. Remuérdalo siempre.
Esas palabras se grabarían en el cerebro de la joven hasta el fin de sus días, y siempre la ayudarían en los momentos de soledad, siempre.
Tras los duros entrenamientos, se dedicaron a las pociones; venenos, antídotos, diversos brebajes… Snape ya le ayudó en su momento, muy a pesar suyo, pero esos conocimientos le servirían de mucho en su futuro.
Por la tarde comenzaron a llegar algunos de los ocupantes de la casa.
El primero fue Ron, que llevaba una larga capa que hacía que sus cabellos brillaran más que nunca, aunque para muchas chicas, se había convertido en un chico que desear. Se giró a observar a Hermione, que se encontraba en la cocina preparando algo para los que llegaran antes.
Cuanto le gustaba a él observarla, pero siempre añoraría algo de ella que perdió hacia mucho tiempo.
No importaba que las cosas no hubieran funcionado, ella seguía estando allí, sana y salva, aunque sus pensamientos estuvieran a años luz de aquella cocina.
- Pensé que estarías durmiendo – Hermione se sorprendió al verle allí, no se había dado cuenta que hubieran entrado en la casa. Recobrando la compostura.
- No pensarás que me voy a pasar el día durmiendo, yo no estoy hibernando ni nada parecido.
Ante el comentario de esta, él soltó algo que parecía una pequeña risa. Podría haber cambiado su ánimo, pero seguía siendo tan sarcástica como siempre.
- Alguna novedad en el Ministerio?- preguntó Hermione volviéndose a las tortitas.
- Pues nada en especial, ha habido varias redadas, pero nada que nos incumba a nosotros. Mi padre si que lo ha tenido difícil, cada vez es más duro evitar que los magos hagan tonterías con los objetos muggles. La confusión de la gente mágica empieza a ser evidente.
- Es que verás Ron, los muggles tienen ojos, a pesar de lo que penséis todos vosotros.
Las disputas entre los dos viejos amigos era algo que tampoco había desaparecido del todo, pero no era lo mismo.
La noche estaba apunto de llegar, Hermione subió a su habitación para ponerse su indumentaria.
Nunca volvió a utilizar ninguna ropa de un color que no fuera el negro, nunca debía llamar la atención, desde que su vida se centraba por la noche.
Camisa y falda negra, y alrededor, cubriéndola, una ligera y larga capa negra. Guardó su varita en el interior de la capa y bajó, donde Luna Lovegood la estaba esperando junto a Harry.
Tras despedirse y todos desearle buena suerte a ambas chicas. Salieron a trabajar.
Hermione, de nuevo, sería ocultada por las sombras del anochecer.
Su destino era merodear por las afueras del viejo barrio de Surrey. Muchos magos que vivían en la zona muggle, habían afirmado ver gente extraña en los últimos días reuniéndose en los callejones.
- Bueno, hoy en día se puede considerar cualquier persona algo extraño, no crees?- Hermione miraba de reojo a la callada chica, se había acostumbrado a que Luna nunca decía más de lo necesario, y habla por hablar, pues…simplemente no hacia con ella.
Iban despacio caminando, pues tenían toda la noche para caminar por todas esas callejuelas. De repente, el silencio se rompió por la débil voz de Luna.
- Hermione, hay algo que te quería preguntar desde hacía mucho tiempo, pero creí meterme en lo que no me llaman- dijo muy seria.
- Di-dime – dijo no muy convencida, las preguntas que le pudiera hacer aquella chica, siempre le habían dado cierto miedo.
Durante un momento de duda, Luna prosiguió.
- Por qué acabo así lo tuyo con Ron?
- Como?- Hermione no se esperaba aquello.
- Lo que he dicho. Yo pensaba que os iba muy bien, pero…
- No se lo preguntaste a Harry?
- Preferí preguntarte a ti personalmente, pero si no quieres no hace falta que me expliques nada.
Hermione siguió mirando a la lejanía, y finalmente dijo:
- Verás Luna, yo…eh? Ahí- dijo interrumpiendo la conversación y señalando a un punto oscuro de la calle.
- Dondé..- pero a Luna no le dio tiempo a terminar la frase, Hermione ya había salido corriendo detrás del bulto que se escondía detrás de los árboles del paseo.- Hermione ESPERA…no tienes que ir sola- esto último se lo dijo así misma antes de correr detrás de su compañera, aunque esta ya estaba muy lejos.
Hermione no se quitó la capucha que le escondía la cara, seguía corriendo silenciosamente detrás del individuo. No parecía muggle por sus vestimentas.
Tenía que averiguar si era alguien peligroso. No era muy normal ver a gente deambular en las sombras por la noche y vestido como un mago. Solo había dos clases de personas que lo hacían, gente como ella, o magos tenebrosos.
Sin darse cuenta el perseguido, Hermione estiró su varita y la presionó en la espalda del contrario, muy lentamente dijo:
- Date la vuelta y muéstrate- dijo con voz firme.
El hombre, alto, bastante corpulento, despacio se llevó las manos a la cabeza y se descubrió el rostro antes de girarse dijo:
- No te metas donde no te llaman- dijo una voz ronca y bastante gruesa. A Hermione le sonaba de algo esa voz, pensó que ya la había escuchado antes.
- He DICHO…que te muestres- volvió a ordenar Hermione.
Lentamente, el mago se giró y fijó sus oscuros ojos en la persona que tenía delante. Bajo la luz de un foco que iluminaba tenuemente ese lugar, Hermione ahogó una expresión de sorpresa. Rápidamente alzó su varita contra el individuo y:
- Petrificus totales!!!- totalmente petrificado, cayó al suelo. Hermione observó que no hubiera más gente extraña por el lugar y se descubrió el rostro.
Poco después llegó Luna, intentando recuperar la respiración:
- Oh Hermione nunca seré una buena corredora- miró la cara descubierta de Hermione que observaba un cuerpo en el suelo, se acercó un poco más para averiguar quien era, se llevó un dedo a la mejilla y frunció el ceño- oye…este tipo me suena.
- Claro que te tiene que sonar…este es Crabbe, era de Slytherin en nuestro mismo curso- Hermione seguía mirando el cuerpo sorprendida- despareció junto a los demás slytherin y Voldemort hace tres años.
Tras la primera impresión se lo llevaron entre las dos, con un hechizo elevador, hacia su punto de reunión de la Orden.
Al llegar allí, despertaron a todo el mundo, pues era muy extraño que Hermione regresase tan pronto cuando podía salir a la calle.
Tras explicar lo que había sucedido, Moody dijo:
- Si este chico, iba merodeando por ahí, a esas horas, quiere decir que se está tramando algo, pero…
- Si, Moody, donde ha estado metido los últimos tres años?- le interrumpió Tonks.
- Bueno eso lo podemos averiguar enseguida- dijo Lupin, dirigiéndose hacia el cuarto contiguo.
- Es extraño que haya aparecido así de golpe- surgió la voz de Harry, que se encontraba recostado en la pared. Ron no dijo nada, seguía mirando el cuerpo inmóvil del antiguo slytherin.
Ginny miró a Hermione, sabía perfectamente en lo que estaba pensando su amiga. Pero no se atrevía a decirle ahora nada, cualquier cosa que se le dijera podría ponerla nerviosa. Pero a pesar de que todos también sabían lo que estaba pensando la joven, esta hablo:
- Si ha aparecido él, quiere decir, que de dónde vino deben haber más, posiblemente todos los que desaparecieron- hizo una pausa en la que nadie interrumpió- y este movimiento solo puede significar una cosa…. Los mortífagos están volviendo a actuar.
Por un momento, a Ron le pareció observar en el rostro de su amiga, una sonrisa de satisfacción. Y eso cumplía todos sus temores. Poner en peligro de nuevo a su persona especial.
- Ahora lo que tenemos que hacer…
- Lo sé Hermione- la interrumpió Lupin que volvía a la sala, llevaba en la mano un pequeño recipiente- Snape me dejó bastante de este brebaje mientras él estaba ausente. Ya sabes lo que es, no?
Hermione dibujó una nueva sonrisa complacida, esa no era la sonrisa que todos habían estado esperando desde hacía tanto tiempo, era una sonrisa de triunfo, no de felicidad, pero…
- Con el jugo de la Verdad todo lo tendremos claro- volviendo a empuñar su varita, la volvió a encarar a Crabbe- ahora sabremos donde has estado estos últimos tres años.
--------------------------------------------------FIN DEL CAPÍTULO
Bueno, aquí de nuevo, estoy subiendo muy deprisa, se nota que intento aprovechar los ultimos momentos de vacaciones.
Este capítulo no pasa mucho, bueno al final si, pero este era más para presentar que tal estan los personajes después de tres años.
Todos los personajes son de Rowling, ninguno inventado, casi todos son pertenecientes a la orden del fénix, (esque me encantan)
Ahora a vuestras respuestas de reviews:
Hermione Riddle Malfoy: hola wapisima, gracias por seguir leyendo este fic, me alegra que te este gustando. No te puedo adelantar acontecimientos. Pero cualquier sugerencia la cogere de buen gusto.
Por cierto, si me das la direc de tu pag, la vistare con mucha happy. Gracias por apoyarme y espero que sigas disfrutando con el fic. Muchos besos.
BB: Gracias por leer este fic tambien, me ha alegrado verte por aquí, jejeje. Lo de que pareja será este fic, puesssssss…..sorpresa. Tú sigue leyendolo, no quiero dar pistas, por ahora, aunque la verdad todavía no lo tengo muy claro. Ya veremos. Espero que te haya gustado este fic y lo sigas leyendo. Un besazo.
Koré: Mi niña, gracias por darme ese apoyo y tus consejos, bueno te llevas siempre la exclusiva, más con este fic que con el otro, pero gracias por estar ahí. Sigue dandome consejitos que yo los considero. Aunque ya sabes que siempre luego hago lo que quiero, juas juas. Besinhos.
Gracias a los que estéis leyendo este fic, dejarme reviews y opinad, dar consejos, enviar howlers, todo se acepta. Leer el otro fic tambien, y todas esas cositas que siempre digo.
Muchos besos y nos leemos pronto.
Shiro
