4. En las profundidades.
La luna era lo único que los iluminaba ahora, las calles, totalmente desiertas eran los únicos testigos de su paso por allí.
Hermione, se colocaba lo más próxima a Crabbe, ella se dio cuenta que él la miraba de reojo de vez en cuando, y se nota cierto atisbo de desconfianza. Aunque pensándolo bien, él siempre había tenido esa mirada.
No aguantando más la tensión del incomodo silencio, Hermione dijo:
- Hacia dónde, exactamente, nos dirigimos?- dijo de forma casual, para no demostrar su inquietud.
- Usted sígame y no haga preguntas- y dio por terminada la fluida conversación.
Abandonaron los alrededores de la ciudad y se dirigieron a las colinas que delimitaban un pequeño bosque.
Llegaron al lado de un tronco de árbol cortado y Crabbe si inclinó en busca de algo.
Hermione lo observó extrañada, pero pensó que era mejor no decir nada.
- Muy bien, acérquese y coloque su mano encima de esto- dijo señalando una lata abierta de sardinas.
- Eugh, pretende que ponga mi mano en, eso?- puso la cara más repulsiva que pudo, pero no servía de nada, su capucha impedía que Crabbe le viera su expresión.
- Es un trasladador, nos llevará hasta dónde debemos ir- dijo perdiendo la paciencia.
- Ya supuse que sería eso, pero, porque simplemente no nos "aparecemos" en el lugar?- dijo colocando sus manos en las caderas.
Ese comportamiento tan arrogante era la forma que tanto había practicado para pasar por una sangre limpia a lo Slytherin. Cosa que siempre le había divertido un poco de lo cuentistas que llegaban a ser.
- Mi intención no es mostrarle directamente el camino de llegar, señorita.- dijo intentando escudriñar su rostro- usted no es de fiar todavía, como comprenderá, y por lo tanto ahora se pondrá esta cinta sobre los ojos y se dejará llevar- se sacó una cinta negra y se la dio a Hermione- cuando hayamos llegado se la quitaré. Hasta entonces ningún truco ni queja. Esta claro?
- Aprovecha ahora para darme ordenes, porque habrá un momento en que ya no podrás- ahora Hermione le titubeaba para imponer su autoridad, cosa que era bastante sencilla sobre un muchacho que se había dedicado toda su vida a seguir las ordenes de los que tenían cerebro.
Lentamente se echó la capucha hacia atrás y dejó su rostro al descubierto. Pudo ver como Crabbe se quedó mirándola fijamente, había tenido razón Harry, su apariencia intimidaba a los demás. Esperaba que no solo fuera con el joven que tenía en frente.
- Nunca le han dicho, señor Crabbe, que no hay que mirar tan fijamente a la gente?- en un zarpazo le quitó la cinta en la mano y se tapó los ojos. No importaba que no viese el camino, ya llegaría el momento de preocuparse de eso.
Hábilmente se acercó hacia él, y colocó su dedo en la lata, repentinamente se notó caer, no tenía equilibrio. Y en cuestión de segundos, fue como golpear sus pies al suelo. Pero sabía que no había caído. Esa impresión de trasladarse ya la había experimentado en muchas ocasiones, no era algo nuevo para ella.
- Ahora yo la guiaré, sujétese de mi brazo- dijo en un murmullo, si no se encontrara en la situación que estaba, Hermione juraría que aquel individuo estaba disfrutando del panorama.
Con paso lento emprendieron la marcha. Ella podía sentir que se encontraban en campo abierto, por el olor a hierba húmeda, el sonido de los árboles y el viento azotando suavemente en su cara.
De repente se encontró caminando sobre piedra gruesa, notaba olor a humedad y el frío que se filtraba por las posibles paredes.
- Ya no falta mucho- dijo el joven.
- Eso espero…- dijo Hermione con tono despectivo.
En un momento Crabbe se detuvo, la soltó y le quitó la cinta de los ojos.
Con un gesto de la cabeza, le indicó que le siguiera. Hermione observó el largo pasadizo en el que se encontraba. Por la humedad se suponía que estaban debajo tierra, una débil luz tenue provocaban las pequeñas antorchas.
Lo único que veía al frente, era la ancha espalda del muchacho.
Cuando se detuvo, abrió una pequeña puerta disimulada entre las columnas. Sea lo que fuese lo que había allí, no quería ser descubierto con facilidad.
Posiblemente por eso, en esos tres años, nadie había podido encontrar el escondrijo de los magos tenebrosos.
Una figura encapuchada estaba detrás de la puerta, primero miró a Crabbe y luego a Hermione.
- Quien es ella?- dijo sin mirar a Hermione.
- Vino en busca del Maestro.- dijo en un murmullo Crabbe.
- Así por las buenas? Como sabía que tenía que ir a ti?- seguían sin mirarla. Era como si no estuviera ella allí.
- Es…
- Disculpen caballeros…- dijo Hermione con una fría voz- creo que me pueden preguntar a mí directamente.
- Qué es lo que está buscando aquí?- dijo el hombre encapuchado dirigiéndose a ella por primera vez.
- Lo mismo que todos ustedes- dijo haciendo una mueca irónica-…poder.
El enigmático encapuchado le hizo un reconocimiento a primera vista.
- Descúbrase- lentamente Hermione se quitó la capucha, por un momento el silencio reinó- no la conozco. Pero pase, ya tendremos tiempo de saber quien es usted exactamente.
Una sucesión de oscuros pasadizos recorrieron el camino, Hermione no podía saber como encontraría la salida. Pero ahora ya no importaba, la cuestión era pasar la dura prueba que se le presentaría.
Al fin la pudo ver, una enorme puerta de doble hoja, adornada con motivos que hacían poner los pelos de punta a cualquiera. Espeluznantes serpientes de marfil se entrelazaban unas con otras hasta llegar a la juntura de la puerta.
Lentamente el misterioso hombre abrió la puerta.
Un enorme salón apareció ante ellos, enormes cortinas de un oscuro verde adornaban algunas paredes sin ventanas, enormes sillones ocupados por varias figuras sin descubrir. Una gran mesa central, algunos candelabros y antorchas iluminaban débilmente la estancia. Miró varias veces y comprendió el porque de aquel doloroso frío. Allí no había chimeneas.
Tenía que reconocer que esta siempre fue su visión de la casa Slytherin, pero no pensaba que Hogwarts los castigara tanto.
- Se puede saber quien es esta?- dijo una voz que la hizo salir de sus pensamientos. Pero lo que le llamó más la atención era que reconocía aquella voz. Por supuesto que la conocía. Blaise Zabinni , Slytherin.
- Ha venido en busca del Maestro- dijo en un murmullo Crabbe.
- Eso quiere decir que quieres unirte en su doctrina?- dijo Zabinni.
¿"Doctrina"? Ahora llamaban "doctrina" a lo que manifestaba el Señor Tenebroso? Desde cuando seguían una especie de religión? Parecía que las cosas habían cambiado desde la última vez.
- Quiero ver al Maestro- dijo firmemente Hermione, tenía que ir al grano de todo aquello sin perder el tiempo en tontos interrogatorios. Aunque también le interesaba porque no habían dado señal de vida durante este tiempo. Aunque tampoco le extrañaba, casi todos los padres de aquellos alumnos desaparecidos, eran mortífagos.
- No creas que va a ser tan fácil para ti, primero tendrás que demostrar que eres de fiar- por fin se descubrió el encapuchado. Era Goyle. Normal que no lo hubiera reconocido por la voz, pocas veces lo había escuchado hablar.
Hermione los miró divertida, se giró a observar a Zabinni, y entendió que este no estaba fijándose exactamente en lo que decía.
Mirándole despectivamente, se giró a observar a los demás que se encontraban en la sala. Algunos rostros le eran conocidos, otros en cambio, no.
- Y que debo hacer?- dijo Hermione suponiendo que este momento llegaría.
- Someterte a una pequeña…prueba- dijo un chico más alejado cuyo nombre Hermione desconocía.
- Muy bien, así será…- y con un movimiento de mano Zabinni le indicó a donde dirigirse, no sin antes darse cuenta que él se quedaba rezagado para observarla andar. Nunca se había sentido tan avergonzada, pero eso debía pasarlo por alto.
Se encontró sola en una habitación pequeña, en dónde había una silla en el centro de esta. Antes de que nadie llegara, y con un repentino movimiento de brazo sacó de la bolsa un ingrediente que le sería de mucha utilidad. Sabía que era algo echo con bezoar, con ello repelería y sería inmune a cualquier veneno.
En la habitación entraron Zabinni, Crabbe y un hombre adulto que reconoció como el padre de Goyle. ¿Pero ese hombre no estaba en Azkaban? Ahora no importaban sus preguntas.
El hombre traía un frasco. Hermione se lo había supuesto. Pócima de la verdad, como la que habían empleado con Crabbe.
- Bébase esto muchacha- sin dudarlo Hermione agarró el vaso y se tragó todo el líquido. Entonces fingió un aturdimiento y dejó los ojos levemente caídos y fijos en un punto vacío de la habitación. Esta prueba no era algo que no hubiera practicado con Snape anteriormente.
- Muy bien, empecemos, cual es su nombre?- prosiguió el señor Crabbe.
- Fraser…Ilona Fraser- dijo lentamente Hermione.
- De dónde viene?
- …Escocia
No había practicado esta respuesta, pero fue el primer lugar lo suficientemente alejado para que dudaran de ella.
- Qué le ha traído hasta aquí?
- El Señor Tenebroso, a quien todo el mundo teme, el Maestro
- Por qué?
- Quiero poder, y se que con él lo conseguiré.
- Y por qué quiere poder, Fraser?
- …Porque quiero borrar a todos los indignos que se llaman así mismos "magos"- esto le había costado, se estaba insultando así misma, pero de todas formas, estas palabras le carecían de sentimiento, pero parecían creíbles a oídos de los allí presentes.
- Entonces eres una sangre-límpia.
- En efecto.
Hubo un gran silencio en el cual se miraron unos a otros, entonces Zabinni se adelantó y dijo:
- Y señorita, tiene algún…pretendiente que la eche de menos en su hogar?
- BLAISE!!- dijo el señor Crabbe- no conteste a eso, el muchacho es un perturbado mental. Nada que no se pueda solucionar con agua fría- Hermione contuvo su risa, y pensar que ese era el mismo Zabinni que la había insultado tanto en la escuela. Si supiera la verdad.
- Había que aprovechar ahora- dijo encogiéndose de hombros.
Salieron de la habitación y la llevaron hasta un largo pasillo. Había muchas puertas y a ella la llevaron a una bastante alejada.
¿La llevarían directamente a conocer a Lord Voldemort? ¿Había sido tan sencillo?
Abrieron la puerta, y lo que allí había no era ninguna sala principal ni nada parecido. Una cama, un escritorio, una butaca y un armario.
- Esta será su habitación?- dijo el señor Crabbe.
- Como?- se sorprendió Hermione, se suponía que ella debería regresar a su casa.
- Todos los que vienen por primera vez, por seguridad, permanecen un tiempo aquí. Tú estarás junto a los más jóvenes, supongo que tendrán tu edad.- dijo señalando a Zabinni y a Crabbe, ahora ya sabía donde se alojaban.
- Pero…- las miradas de estos, especialmente de Zabinni no le gustaban nada.
- Creo que sabrá cuidarse de sí misma.
- Por supuesto que sí!- dijo Hermione colocándose las manos en las caderas.
- Muy bien, instálese y ya la haremos venir. Acto seguido abandonaron lo que sería ahora su habitación.
Tenía que pensar en como llegar a los demás su situación actual. Si allí no había ni chimeneas, ni ventanas, y por supuesto, no sabría salir de allí sola. Cualquier intento de enviar un mensaje sería en vano.
Tendría que preocuparles un poco.
Conjuró una trampilla secreta y escondió todos los brebajes de Snape. No tenía nada de ropa para guardar en el armario, así que tendría que crearla con algún hechizo.
¿Cuántos magos estarían allí afuera en estos momentos? Ella había intentado identificarlos, pero no había encontrado más caras conocidas, para su gran decepción. Tenía una vaga esperanza de…
El ruido de la puerta le hizo volver en sí. Una joven, la recordaba de Hogwarts, pero olvidó su nombre. Menuda, pelo castaño claro, cabizbaja. Como alguien como ella se encontraba en aquel lugar?
- Me llamo Bulstrode, Mirtle Bulstrode- ya la recordaba. A ella y al dicho de su gato. Gracias a su equivocación, en segundo se convirtió en algo parecido a un gato.- tú debes ser Ilona Fraser. Puedo llamarte Ilona? Aquí la gente es muy fría y no se llaman por el nombre y…
- Bueno, vale, mientras no hables tanto puedes llamarme como quieras…- estas palabras no le hicieron sentirse aludida a la chica. Hermione odiaba hablar así, pero no había otro remedio- y que querías?
- Sígueme, te están esperando
Las dos chicas salieron de la habitación y volvieron a la sala principal que vio al principio Hermione.
Ahora ya no habían tantos magos, pero seguían estando Crabbe, Zabinni, Goyle y el señor Crabbe.
- Y bien?- dijo Hermione.
- Vaya, vaya, la pequeña novata tiene mucha prisa, eh?- una voz burlona, desagradable…desquiciada. Hermione nunca pudo olvidar su voz durante los últimos cinco años, desde que estuvo en quinto. Esa horrible mujer, loca, perturbada Bellatrix Letrange.
Ella…ella fue la que… la sangre le llegaba a los puños de Hermione, una rabia repentina, un odio, no podía evitar sentirse así delante de aquella mujer. Una de las protegidas de Lord Voldemort, aquella que…sino hubiera levantado sospecha alguna, habría alzado la varita y atacado con el Avara Kedavra en ese mismo momento para borrar aquella sonrisa cínica. Cuanto la odiaba. Pero intentó controlarse. Ya llegaría el momento.
- No me gusta perder mi tiempo en burdas charlas sin sentido- fue lo contestó Hermione al cabo del tiempo.
- No le pega esa voz a tu dulce carita, pequeña- Bellatrix seguía burlándose de ella, pero no le iba a dar el placer de contestarle.
Las dos se quedaron mirando, una tensión inundó el ambiente, todos las miraban. Una sonriendo, la otra alzando la barbilla observándola orgullosamente.
- Siento intervenir esta discusión tan agradable, pero nuestro Maestro espera a nuestra nueva invitada para…probarla- una voz provino de un pasadizo. Esa voz también la recordaba. Dios no sabía si podría aguantar esa situación sin explotar. Peter Pettigrew alias "Colagusano", también estaba allí. Él y su brazo lustroso, regalo personal de Voldemort. Aquel sucio traidor.
Se giró indicándole a Hermione que le siguiera. Los demás se quedaron atrás.
Esos túneles eran diferente a los que había visto anteriormente, eran más oscuros, y la humedad más creciente. No había ninguna puerta. Solo veía una tenue luz al final del túnel. Pero antes de seguir sintió un olor a azufre, molesto, mezclado con…no sabría explicarlo. Conocía la procedencia de ese olor, pero no podía ser… Vio una puerta en un lateral, estaba entreabierta, el olor era mucho más fuerte allí, y algo que le llamó mucha atención, era una llamativa luz roja, diminuta, pero reluciente. No se veía nada más, todo estaba oscuro, involuntariamente posó su mano en el pomo para abrir un poco más la puerta pero…
PLAF!!
-Aquí no se entra- dijo cerrando de golpe la puerta Colagusano -sígame y no toque nada.
Siguieron andando, pero la curiosidad se había apoderado de Hermione. Qué era lo que había allí dentro?
Al fin llegaron a su destino, una sencilla puerta de piedra. Ningún adorno ni relieve. Lisa, pero había unas inscripciones grabadas, que Hermione no pudo descifrar.
- No diga nada, las preguntas las hará ÉL- Hermione no recordaba haber estado nunca tan nerviosa como ahora. Detrás de esas puertas estaba Lord Voldemort, el enemigo de todos aquellos que no se sometieran a él. De todos los impuros, de todos los muggles.
Colagusano abrió la puerta y le dio un empujón para que entrara, velas rojas iluminaban tenuemente la habitación, era muy grande, no distinguía nada. Esperaba que sus ojos se acostumbraran a aquella iluminación, pero otra voz la despistó.
- Que tenemos aquí? – esa voz también sabía de quien era, supuso de sobra que ella también estaría ahí, Pansy Parkinson, no había cambiado mucho, reconocía que era bonita, pero siempre tuvo un gesto desagradable en la cara.
Ahora que se acercaba un poco más la pudo ver con claridad, pudo observar que su aspecto no parecía muy presentable, daba la sensación de que se acabará de despertar. Sus cabellos algo revueltos, su vestido arrugado. Pero algo que no le cuadraba…que hacía ella con Lord Voldemort? Sería su nueva protegida?
Pansy la miró divertida, cosa que Hermione no le gustó nada. Nunca le cayó bien la Slytherin.
- Maestro, aquí tiene a su nueva pupila…- dijo Colagusano.
Hermione desvió la vista de Pansy y observó al fondo de la sala. Unas pequeñas escaleras daban pie a un alto decorado por cortinas que se movían ligeramente, parecía que algo las elevaba. En el centro un gran sillón que ocultaba un figura que sostenía una copa en la mano.
No se diferenciaba bien quien era, pero para Hermione ya estaba claro, su presencia le daba escalofríos.
- Acércate- ordenó una escalofriante voz que arrastraba las palabras a su paso.
Hermione sintió como sus piernas se movían solas hacía aquel ser.
No quería mirar directamente a su rostro, algo se lo impedía, o tal ver era él el que le prohibía mirarle directamente a los ojos.
Se quedó quieta, a poca distancia de las escaleras, levemente inclinando la cabeza. Pero su propia fuerza de voluntad hizo que alzase la cabeza.
Sus ojos se abrieron de par en par, ahogó un grito colocándose una mano sobre su boca. Esto sobrepasaba todo lo que se hubiera imaginado. No estaba preparada para esto, sin poder evitarlo las palabras surgieron de su boca:
- Dra…Draco Malfoy!!
----------------------------------------------------------------FIN DEL CAPÍTULO
Bueno pues ya está otro capítulo más. La verdad esque quería atrasar más este momento, pero no se me ocurría como alargar más lo inevitable.
Aunque las cosas ahora no van a ser tan fáciles. Quiero hacer unas aclaraciones: primero, por alguien, cuyo nombre no quiero nombrar, si tú mi pequeña sangre sucia, quiero decir que la pócima que se toma Hermione cuando la estan interrogando, se la toma antes de que ellos lleguen, lógico, y ellos no saben nada sobre eso. Segúndo: no me acordaba bien si Bulstrode, su nombre era Mirtle, perdón si no era así, si os acordais decirmelo y lo corregiré para cuando salga en otro cap.
Espero que no os haya decepcionado este cap. Me paso haciendo capitulos de presentaciones, al final pueden ser aburridas. Pero yo creo que son bastante necesarias.
BB: gracias por tus reviews, siempre son tan bien recibidos, jejeje, bueno me alegra que no te haya decepcionado tanto el anterior cap. Lo de que no te puedes imaginar a la nueva Hermione, pues bueno, yo he intentado describirla más o menos, pero solo debes saber, que es muy hermosa y tiene un porte bastante distinguido(tipico Slytherin), el pelo es largo cayendo en algunos bucles, de un color muy negro pero tono azabache, pero todavía mantiene sus mismos ojos. Espero que puedas imaginartela mejor. Muchos besos y espero que te guste este cap.
Lolit: hola wapisima, me encanta que te guste este fic, yo espero que no se me seque el cerebro y pueda seguirlo a un buen nivel. Tú sigue opinando y cuando quieras pon sugerencias. Besos.
Koré: Ay mi pequeñas sangre-sucia, la que se lleva todas mis exclusivas, que podría decir que tú no supieras? Pues que gracias por apoyarme y me alegro que te guste este fic, espero seguir con una buena trama. Muchos besos y ya sabes, a harrypottear, juas juas juas.
Pues nada, gracias por vuestros reviews y espero que opineis de lo que ha pasado hasta ahora.
Un beso muy grande y nos leemos.
Shiro.
