Capítulo 3 : "Ojos verdes"
Todo estaba completamente, había estado revisando los detallados mapas de
la casa en donde en los próximos minutos estaría. Iba elegantemente
vestido, quien hubiera pensado que su suerte hubiera sido tal, que el
dichoso baile era de máscaras. No le reconocerían los pocos que conocían
su rostro, llevaba un simple antifaz verde y una boina azul marino que
contrarrestaba con su elegante traje, de verde corbata y camisa amarilla
con chaqueta y pantalones negros. Un poco extravagante, y cualquiera
hubiera dicho que llamaba la atención. Precisamente, ese era su truco.
Alguien que llamara demasiado la atención, no podía ser mal bienvenido.
Se encontraba sentado en la limusina negra que le llevaba a territorio
Capuleto. A su lado se encontraba una bella mujer un poco mayor que él,
llevaba un vestido blanco con pequeños destellos plateados, también
portaba un antifaz azul marino que hacía lucir sus bellos ojos celestes y
lilas, llevaba el pelo suelto y estaba muy castamente maquillada.
Ambos estaban en silencio sumergidos en sus propias preocupaciones,
cuando la chiquilla que se encontraba en el asiento del frente los
interrumpió.
Tomoyo, que canción vas a cantar esta vez? - pregunto la tierna jovencita.
Estaba pensando en una canción un poco sensual, sabes que a los Capuletos les fascinan las mujeres especialmente provocativas, así que elegí para el comienzo del repertorio, una sensual canción árabe - dijo ella sonriendo calmada.
OH, como me gustaría verte cantar, que lastima que no pueda quedarme en esa casa......., no me mires así! Se que es horripilante por la gente que vive en ella - dijo la pequeña excusándose.
Exacto Supi, que bueno que lo entiendas, tu lugar esta en la Casa de mi padre, y desde ahí quiero que me des las instrucciones, entendido? - dijo el joven, depositaba toda su confianza en la niña, que había sido criada bajo las instrucciones de la familia, para servir a Shaoran. La pequeña tenia, la inteligencia de una persona al menos 3 años mayor que ella, era madura y tomaba todo con responsabilidad y suficiente profesionalismo como el mismo Shaoran, quien nunca dudaba en trabajar con la niña con quien se ajustaba completamente.
Si lo sé Shaoran! Solo quería ver a Tomoyo..... - poniendo cara un tanto triste.
Tomoyo va a estar con nosotros por mucho tiempo más , asi que puedes verla cantar todas las veces que quieras - dijo Shaoran duramente - Además, estamos llegando - dijo apuntando hacia el final de la avenida donde se divisaba a varios metros la gran casona Capuleto.
Wei, apresúrate, vamos tarde, mi presentación es en una hora más - el señor que iba calladamente al volante asintió levemente y piso el acelerador.
***
Sakura se encontraba sentada frente a un sencillo tocador de madera, se
arreglaba con cuidado y dedicación su sedoso cabello café claro. Vestía
un vestido lardo blanco, un tanto atrevido en cuanto escote, pero que
hacía resaltar sus ojos verdes, debajo de estos un pequeño velo rojo le
cubría le mitad inferior de su rostro, pintaba delicadamente con celeste
sus ojos, y sus muñecas hacían tintinear las pulseras de plata que las
cubrían. Bella, muy bella para cualquier gusto.
En eso, apareció en el marco de la puerta, un muchacho bastante mayor que
ella, de cabello gris y ojos cálidos que le habló con voz suave pero
triste.
Hola, mi amada Sakura, te ves deslumbrante....... bajas? - dijo el melancólicamente.
OH, Yukito, por que haces esto? Yo sé que tu lo amas, puedo olvidarte, sé que puedo se tu detienes esto! - dijo ella mirándolo triste.
No, querida Sakura, tengo que casarme contigo, no importa lo que sienta o lo que tú sientas, olvida detener eso......... bajemos que no puedo esperar presentar a mi prometida a todo el mundo abajo - dijo el extendiendo su mano.
Esta bien - dijo ella tomando la mano de el y pronto la entrelazó con la suya. Sakura estaba comprometida con el guapo Yukito hace una semana, y exactamente hace un mes atrás, le había declarado sus sentimientos, ella lo apreciaba mucho, pero todo aquel cariño de poco se había ido esfumando al estar comprometidos por su padre, ella no estaba nada a gusto con esa obligación y más si Yukito quería a otra persona, precisamente aquella que la joven más aborrecía........ Touya Capuleto, su medio hermano, jefe de investigaciones y total molestia para sus propósitos destructores contra los montesco. El asunto es que hasta ahora estaba dudando de sus propios sentimientos y se encontraba confundida.
Pronto estuvieron al final de la escalera y entrando al majestuoso salón
donde se encontraba la familia reunida. "La familia" no se componía sólo
de abuelo, hijos y nietos. Se encontraban ahí desde los bisabuelos hasta
los bisnietos, primos hasta el tercer grado y por supuesto los Pater de
la familia Capuleto. El Grande Pater: Vittorio Capuleto, hombre bajo
canoso y siniestro, siempre con una sonrisa abierta, ante gustos y
disgustos. Y sus conocidos 6 hijos, todos hombres: Fanor, Fausto, Felipe,
Filemón, Fujitaka y Feliciano. Todos por orden de nacimiento, y los
nietos oficiales (dentro de un matrimonio), Sakura, hija única de
Fujitaka dentro de matrimonio; Nakuru, hija de Fausto; Catalina, Claudia
y Celeste hijas de Fanor; Nicolás, Tonny, Claudio, Alex y Trinidad hijos
de Filemón; Miriam, María, Judas, Juan, Domingo, Jesús y Simón hijos de
Feliciano. En total, 17 nietos, todos y todas bellos sin mas, pero sin
duda, los protegidos por Vittorio era Sakura, Celeste, Alex, Tonny,
Judas, Domingo y Trinidad, nietos tan siniestros en combate como el
mismo.
Yukito, era el hijo del mejor amigo de Fausto, casi parte de la familia y
participaba contra los montesco tanto como los demás familiares, lo único
que los separaba era su amistad con el joven Touya, solo Sakura conocía
los sentimientos de Yukito hacia su medio hermano, el se lo había contado
la noche en que ella de declaró.
Al entrar al vistoso salón, todos parecieron felices al ver a tan
conmovedora pareja, y pronto Vittorio se acerco a su nieta favorita.
Hija mía! Mucho tiempo sin ver tus ojos, te doy mi bendición - dijo este poniendo la mano en la frente de Sakura.
Buenas noches, abuelo, espero que la fiesta este siendo de tu agrado - dijo ella con dulzura.
Como no habría de pasarlo bien, en el cumpleaños de mi nieta más pequeña - dijo el tomando sus delicadas manos - Y como está mi aijado favorito! E observado que has cuidado de mi nieta con el respeto que esta se merece......... se que te la mereces y que ella te merece a ti, hijo mío, ahora debo retirarme para saludar a mis olvidados hijos.
Claro abuelo, disfrute, que esta noche no la olvidará
Claro que no, pequeña, claro que no - Y que cierto era aquello.
***
Shaoran bajó de la limusina extendiendo su mano a la grácil Tomoyo.
Que con la mayor suavidad se bajó del automóvil. Nadie podía cuestionar
su grandiosa belleza, sus movimientos que la hacían ver como una preciosa
paloma que flota con el viento a favor.
Se detuvieron un momento a mirar la casona que se extendía delante de
ellos, un suave aroma frutal provenía de ella y sus opacas luces le deban
un ambiente un tanto romántico.
La pequeña Supi, al tener la casa en frente no desaprovechó el tiempo
para admirarla, en la entrada se encontraban varios guardias esperando a
los invitados y recibiendo la invitaciones. Lo que más le llamó la
atención fue a un rubio jovencito de su edad aproximadamente que sonreía
a cada invitado y se reía junto a los guardias. Al divisarla, el
jovencito le sonrió y agitó su mano en forma de saludo. La chiquilla se
sonrojó al instante, al ver que esos cálidos ojos color miel la
saludaban, devolvió el saludo con ansias, mientras la limusina arrancaba
y dejaba a los jóvenes espías, entrando a la boca del lobo.
***
Al verla avanzar, el guapo Alex se aprontó a saludar a su prima favorita.
Sakurita! Cuanto tiempo - dijo el envolviéndola en un abrazo, ella se lo devolvió con creces
OH Alex, necesito hablarte un momento - dijo ella sin ocultar su tono un tanto angustiado.
Claro preciosa - dijo el travieso, su prima era bastante querida para el pero siempre, gracias a su carácter irritante, el había sido un tanto molesto para Sakura, pero nunca la había dejado de lado ni un solo momento dificultoso.
Salieron rápidamente del salón y avanzaron hacia los hermosos jardines de la casa, habían unos tantos grupos hablando en voz baja y el silencio reinaba en el jardín exceptuando por la suave melodía que llenaba el ambiente proveniente del salón.
Que pasa chiquitina, no me dejes con la duda - dijo el sonriendo.
Debes haberte enterado de mi compromiso - dijo ella melancólica
Nunca me pierdo algo que esté relacionado contigo prima, y debo decir que esta noticia, no es de mi entero agrado, el no te ama - dijo el bebiendo de su copa con ligereza.
Lo se, esa es una de las tantas razones, no me agrada tener que casarme por la fuerza, pero Yukito insiste en proseguir - suspiró y continuó - sabes lo obstinado que es con respecto a el abuelo, quiere darle el placer en todo, pero tu sabes que el abuelo no lo consentiría si supiera que no quiero hacerlo.....
Y que te detiene? Sé que no lo amas, quizás te atrae, siempre te gustó su simpatía y cariño, recuerdo que cuando niños cada vez que te molestaba con mi pistola a balines el te defendía claro que eso terminó en una pelea entre ambos........... y yo gané por supuesto, y todavía no puedo entender por que el abuelo lo aprecia tanto.....
Yo tampoco, quizás tiene alguna deuda con el como con todo el mundo - dijo encogiéndose de hombros - quisiera terminar con el compromiso pero, no puedo...... no sé por que, quizás es por mi aprecio y el dominar de mi corazón que me fuerza a no contradecirle....
Sakurita! Me asombras, te has convertido en una mujer sumisa, todavía recuerdo, cuando me dominaste a mi, y con una arma de verdad - dijo el riendo irónico, su prima, en cuanto a peleas, era una maestra y lo superaba por bastante - además...... como vas a casarte? Tienes 17 todavía..... muuuchos hombres esperan por ti pequeña.... yo que tu terminaría con ese matrimonio ahora.
Tal vez, termine con esto..... pero no se si pueda hacerlo, en todo caso no quiero ninguna clase de ayuda, entiendes? Y tampoco una palabra con nadie, o te las veras conmigo - dijo amenazante.
Soy una tumba preciosa - en eso pasa por detrás de el una bella mujer vestida provocativamente de rojo - bueno prima, te dejo, tengo unos pequeños asuntos que resolver - dijo volteando y corriendo hacia su presa al otro lado del jardín.
Adios - dijo ella en un suspiro.
****
Kero estaba entusiasmado, acababa de saludar a una chica muy bonita en una limusina, nunca se había tomado en serio lo de "muy guapo" pero, quien lo diría, ella, como ninguna otra, había respondido a su saludo. No la hubiera saludado a no ser por esos bonitos ojos con los que se había topado, que de cierta forma lo habían llamado a hacerlo. Pero la chica se había ido.... el auto había arrancado sin dejarle si quiera oportunidad de saludarla con su propia voz....
Señorcito, señorcito Kerberus..... por favor, ya llegaron todos, por que no entra, le aseguro que habrá más que mirar que aquella chiquilla por ahí adentro
Si, claro - dijo corriendo a la casa sonrojado, lo embargaba una alegría especial, se sentía extrañamente feliz.
***
Tomoyo y Shaoran entraron en el salón sin llamar mucho la atención, se dirigieron hacia una habitación de la segunda planta, ahí se encontraban los músicos de Tomoyo, tenían todo preparado para el show que la joven daría. Tenía un especial talento, a pesar de sus escasos 19 años, tenía todo lo necesario para ser una artista completa, cantaba en todas partes, sin embargo, aunque tenía un especial talento, muchos se preguntaban, por que ella no utilizaba este para acrecentar fama y trascender. La respuesta, era que detrás de su común apellido Daudoji se encontraba el Montesco, quien lo diría? Una muchacha tan grácil y suave, provenía de la violenta familia temida no sólo por Melinoen entera, si no que por el país entero. La violenta familia vendía especialmente armas que tenían un especial sello de ellos mismos, eran un tanto mafiosos, pero nunca se había sabido el por que de su retrasada victoria sobre los para ellos odiados Capuletos.
En fin, se encontraba lista para salir flamante como siempre al escenario, donde siempre ponía el mayor esfuerzo.
Ya vete Shaoran, no gastes tiempo aquí - dijo ella dando los últimos toques en su cabello.
Cállate, sé lo que hago, no me des órdenes, nadie me las da nunca, y menos tú - dijo el mirando hacía afuera en el umbral de la puerta.
La chica callo sumisa, era mejor no provocar a Shaoran en esos momentos,
sabía las consecuencias que esto traía.
En unos minutos estuvo lista, y junto con sus "músicos" se encaminaron
hacia el salón. Nunca había participado en una misión de tal grado.
Siempre todos los trabajos que realizaba tenían un grado alto de
importancia para la familia, pero no como aquel, de echo, nunca había
estado ni siquiera cerca de esa casa. Parecía tan hogareña, llena de
calidez y alegría, le recordaba a....... una verdadera familia, de esas
en las que siempre hay enemigos, rivales y muchos se odian entre si, pero
se protegen unos a otros con su vida misma, sus lazos de sangre eran
verdaderos y irrompibles, era una conexión de sangre real, era algo de lo
que ella nunca había sido parte. Siendo criada por los Montesco, nunca
llegaría a ser parte de aquello y lo sentía extrañamente ajeno e
imposible. Y llego a la conclusión de que, si llegaba a encontrar ese
sentimiento en alguien, sería en el hombre que amara, que tal vez, pronto
llegaría.
Voy por otro lado, no cometas errores, sabes lo que pasará si lo haces, yo no te salvare, no iré por ti, pero cuidare tu espalda - dijo Shaoran mientras se mezclaba en la multitud de el grandioso salón.
***
Desde una esquina Shaoran diviso como Tomoyo estaba por subirse al
escenario que se encontraba brillantemente alumbrado, examino la multitud
buscando una presa fácil para su objetivo. Estaba en un principio
asombrado por la poca dificultad con la que había entrado a la fiesta,
pero lo que estaba ante el, respondía a esa inquietud, todas y cada una
de esas personas en el salón, tenía un potencial de lucha, todas
probablemente portaban armas debajo de sus trajes y sabían defenderse.
Estuvo examinando a los invitados con curiosidad cuando divisó una mesa
en donde tres hombres de avanzada edad, estaban sentados y bebían con
ligereza todo vaso con alcohol que se les cruzara por delante. He ahí su
oportunidad única, todavía faltaba un tanto para que Tomoyo cantara así
que no habría de que preocuparse.
Se encaminó a la mesa de ancianos regordetes con una media sonrisa en el
rostro.
***
Sakura, después de su conversación con Alex, había estado largo rato
sentada pensativa, y determino antes de que la interrumpieran, que el
compromiso seria completamente anulado y pensaba hacerlo esa noche.
Prima! - desde el salón provino una suave y un tanto infantil voz - que alegría verte de nuevo.
Era Trinidad, la indiscutible nieta favorita de el Abuelo. Una muchacha
de escasos 16 años, alta, con el pelo café oscuro ondulado hasta la
cintura. Unos ojos profundos y oscuros que a la poca luz de la noche, se
veían negros pero que no abandonaban el brillo de alegría que se posaba
en ellos.
Trinity! - dijo Sakura, recibiendo a la que era en esos momentos su mejor amiga - que bueno es verte, supe que habías estado en Francia y Inglaterra, pero no pensé que volvieras para mi cumpleaños! No me perdería tu cumpleaños amiga, por nada, además sabes lo fastidioso que es ir a esos países que aunque sean bellos, son opacados por la clase de misión a la que te mandan - dijo ella un tanto triste
Si, lo se, pero mírate, estas aquí y estas radiante, estas más alta y creo que te creció el cabello - dijo la muchacha examinado a su prima
Ya te pones como el abuelo que no para de decir que estoy creciendo demasiado? - dijo ella riendo
No para nada, pero te vez perfecta.
No tanto como tú, pero que haces aquí afuera, todos ansían saludarte y darte un feliz cumpleaños - dijo la chiquilla tirando fuertemente de la muñeca de su prima y caminando hacia el salón.
Dentro, pudo saludar con más calma a sus primos y tíos que se aprontaron
a llenarla de abrazos, regalos y uno que otro piropo. Como siempre
salieron comentarios llenos de recuerdos como : "te acuerdas de......",
"tan bonita que estas...." "como has crecido, hace poco eras un bebé" y
cosas por el estilo, haciendo denotar lo unida que estaba esa familia.
***
Tomoyo se subió al escenario y pronto todas las caras presentes en el
salón se fijaron en ella, las luces la enfocaron y uno que otro grito de
"uuuuu mamita" se escuchó en la multitud.
Condujo el micrófono cerca de su boca y detrás comenzó a sonar la música
de panderetas y grandes timbales. Comenzó con suavidad a mover sus
caderas al ritmo de una canción:
Ayer conocí
Un cielo sin sol,
y un hombre sin suelo
Shaoran se levantó de la mesa de los ancianos que hace poco le habían
brindado la información que necesitaba. Posó sus ojos en Tomoyo, pero
rápidamente se desviaron hacia la multitud que se movía con la agitada
canción árabe y se mezcló en ella.
Un santo en prisión
Y una canción
Triste sin dueño
Sakura se separó de su familia, quería bailar esa canción. Disfrutaba
mucho bailar y especialmente si eran canciones árabes. Y se mezcló en la
multitud.
Y vi pasar
Tus ojos negros
Y ahora si que no
Puedo vivir sin ellos yo
Sus miradas se cruzaron. Y en solo un segundo, quedaron pegados,
estáticos. En un principio, Shaoran encontró esa mirada sencillamente
cautivante, ese fuerte color verde, literalmente lo estaba llamando.
Luego advirtió quien era ella, la había visto en fugaces fotografías,
nunca captadas con precisión, pero ahora la tenía enfrente y no podía
apartar su mirada de ella, era ni más ni menos, que la "General Sakura"
un apodo que siempre encontró ridículo. Ella estaba encargada de todo lo
relacionado con lo combates realizados en el coliseo. Ella estaba a cargo
de las fuerzas militares secundarias, encargadas principalmente de solo
la protección de la familia, no soldados en combate, pero estaba
conciente de que ella era una de las razones por las que los Capuleto no
habían sucumbido ante su familia.
Ahora estaba frente a ella, sin poder mover un músculo, lo que se veía
extraño entre la danzante multitud.
Le pido al cielo,
Solo un deseo
Que en tus ojos yo pueda vivir
He recorrido,
Ya el mundo entero
Y una cosa te vengo a decir..
Se lanzo dentro de esos ojos marrones oscuros, casi ocultos entre los
antifaces que los rodeaban. Y como en una piscina se hundió en ellos, se
sintió perdida y a la vez encontrada, quería más que nada acercarse,
quería tocar........ no reconoció al joven como parte de la familia y no
se apuró en tratar de averiguar quien era. Solo quería quedarse así,
olvidarse de todo, y concentrarse en el, fuera quien fuera.
Y vi más mil
Y hasta Perú
Y miles de nortes del polo sur
Y no encontré, ojos así
Como los que tienes tu....
Lentamente, y sin apuro, comenzaron a acercarse, hasta que por fin
unieron sus frentes, sin separar su mirada sin poder desconectarse uno
del otro, solo para pestañar, lo que les parecía un tremendo suplicio.
Se rodearon con los brazos, él por la cintura y ella por los altos
hombros de él. Y sin meditarlo, sin siquiera pensar lo que hacían
comenzaron a bailar. Podría decirse que bailaron por lo que a ellos les
pareció un tiempo demasiado corto, respirado el aliento dulce de cada
uno, sintiendo como sus manos jugaban con el cuerpo de su pareja. Hasta
que Shaoran no pudo resistir más, la había observado demasiado tiempo,
quería tocar, quería sentirla muy cerca de el y que no lo dejara en su
infinita soledad de nuevo. Juntó su boca con la de ella, lentamente y con
la mayor suavidad, acariciando sus labios con los de el por primera vez,
se sintió perderse en ellos, ya no volvería a sentir mayor placer que no
fuera este, lo supo desde que hizo contacto con ella. Profundizó su beso,
llevándosela lejos con el, olvidándose de quien era y quien era el.
Todo estaba completamente, había estado revisando los detallados mapas de
la casa en donde en los próximos minutos estaría. Iba elegantemente
vestido, quien hubiera pensado que su suerte hubiera sido tal, que el
dichoso baile era de máscaras. No le reconocerían los pocos que conocían
su rostro, llevaba un simple antifaz verde y una boina azul marino que
contrarrestaba con su elegante traje, de verde corbata y camisa amarilla
con chaqueta y pantalones negros. Un poco extravagante, y cualquiera
hubiera dicho que llamaba la atención. Precisamente, ese era su truco.
Alguien que llamara demasiado la atención, no podía ser mal bienvenido.
Se encontraba sentado en la limusina negra que le llevaba a territorio
Capuleto. A su lado se encontraba una bella mujer un poco mayor que él,
llevaba un vestido blanco con pequeños destellos plateados, también
portaba un antifaz azul marino que hacía lucir sus bellos ojos celestes y
lilas, llevaba el pelo suelto y estaba muy castamente maquillada.
Ambos estaban en silencio sumergidos en sus propias preocupaciones,
cuando la chiquilla que se encontraba en el asiento del frente los
interrumpió.
Tomoyo, que canción vas a cantar esta vez? - pregunto la tierna jovencita.
Estaba pensando en una canción un poco sensual, sabes que a los Capuletos les fascinan las mujeres especialmente provocativas, así que elegí para el comienzo del repertorio, una sensual canción árabe - dijo ella sonriendo calmada.
OH, como me gustaría verte cantar, que lastima que no pueda quedarme en esa casa......., no me mires así! Se que es horripilante por la gente que vive en ella - dijo la pequeña excusándose.
Exacto Supi, que bueno que lo entiendas, tu lugar esta en la Casa de mi padre, y desde ahí quiero que me des las instrucciones, entendido? - dijo el joven, depositaba toda su confianza en la niña, que había sido criada bajo las instrucciones de la familia, para servir a Shaoran. La pequeña tenia, la inteligencia de una persona al menos 3 años mayor que ella, era madura y tomaba todo con responsabilidad y suficiente profesionalismo como el mismo Shaoran, quien nunca dudaba en trabajar con la niña con quien se ajustaba completamente.
Si lo sé Shaoran! Solo quería ver a Tomoyo..... - poniendo cara un tanto triste.
Tomoyo va a estar con nosotros por mucho tiempo más , asi que puedes verla cantar todas las veces que quieras - dijo Shaoran duramente - Además, estamos llegando - dijo apuntando hacia el final de la avenida donde se divisaba a varios metros la gran casona Capuleto.
Wei, apresúrate, vamos tarde, mi presentación es en una hora más - el señor que iba calladamente al volante asintió levemente y piso el acelerador.
***
Sakura se encontraba sentada frente a un sencillo tocador de madera, se
arreglaba con cuidado y dedicación su sedoso cabello café claro. Vestía
un vestido lardo blanco, un tanto atrevido en cuanto escote, pero que
hacía resaltar sus ojos verdes, debajo de estos un pequeño velo rojo le
cubría le mitad inferior de su rostro, pintaba delicadamente con celeste
sus ojos, y sus muñecas hacían tintinear las pulseras de plata que las
cubrían. Bella, muy bella para cualquier gusto.
En eso, apareció en el marco de la puerta, un muchacho bastante mayor que
ella, de cabello gris y ojos cálidos que le habló con voz suave pero
triste.
Hola, mi amada Sakura, te ves deslumbrante....... bajas? - dijo el melancólicamente.
OH, Yukito, por que haces esto? Yo sé que tu lo amas, puedo olvidarte, sé que puedo se tu detienes esto! - dijo ella mirándolo triste.
No, querida Sakura, tengo que casarme contigo, no importa lo que sienta o lo que tú sientas, olvida detener eso......... bajemos que no puedo esperar presentar a mi prometida a todo el mundo abajo - dijo el extendiendo su mano.
Esta bien - dijo ella tomando la mano de el y pronto la entrelazó con la suya. Sakura estaba comprometida con el guapo Yukito hace una semana, y exactamente hace un mes atrás, le había declarado sus sentimientos, ella lo apreciaba mucho, pero todo aquel cariño de poco se había ido esfumando al estar comprometidos por su padre, ella no estaba nada a gusto con esa obligación y más si Yukito quería a otra persona, precisamente aquella que la joven más aborrecía........ Touya Capuleto, su medio hermano, jefe de investigaciones y total molestia para sus propósitos destructores contra los montesco. El asunto es que hasta ahora estaba dudando de sus propios sentimientos y se encontraba confundida.
Pronto estuvieron al final de la escalera y entrando al majestuoso salón
donde se encontraba la familia reunida. "La familia" no se componía sólo
de abuelo, hijos y nietos. Se encontraban ahí desde los bisabuelos hasta
los bisnietos, primos hasta el tercer grado y por supuesto los Pater de
la familia Capuleto. El Grande Pater: Vittorio Capuleto, hombre bajo
canoso y siniestro, siempre con una sonrisa abierta, ante gustos y
disgustos. Y sus conocidos 6 hijos, todos hombres: Fanor, Fausto, Felipe,
Filemón, Fujitaka y Feliciano. Todos por orden de nacimiento, y los
nietos oficiales (dentro de un matrimonio), Sakura, hija única de
Fujitaka dentro de matrimonio; Nakuru, hija de Fausto; Catalina, Claudia
y Celeste hijas de Fanor; Nicolás, Tonny, Claudio, Alex y Trinidad hijos
de Filemón; Miriam, María, Judas, Juan, Domingo, Jesús y Simón hijos de
Feliciano. En total, 17 nietos, todos y todas bellos sin mas, pero sin
duda, los protegidos por Vittorio era Sakura, Celeste, Alex, Tonny,
Judas, Domingo y Trinidad, nietos tan siniestros en combate como el
mismo.
Yukito, era el hijo del mejor amigo de Fausto, casi parte de la familia y
participaba contra los montesco tanto como los demás familiares, lo único
que los separaba era su amistad con el joven Touya, solo Sakura conocía
los sentimientos de Yukito hacia su medio hermano, el se lo había contado
la noche en que ella de declaró.
Al entrar al vistoso salón, todos parecieron felices al ver a tan
conmovedora pareja, y pronto Vittorio se acerco a su nieta favorita.
Hija mía! Mucho tiempo sin ver tus ojos, te doy mi bendición - dijo este poniendo la mano en la frente de Sakura.
Buenas noches, abuelo, espero que la fiesta este siendo de tu agrado - dijo ella con dulzura.
Como no habría de pasarlo bien, en el cumpleaños de mi nieta más pequeña - dijo el tomando sus delicadas manos - Y como está mi aijado favorito! E observado que has cuidado de mi nieta con el respeto que esta se merece......... se que te la mereces y que ella te merece a ti, hijo mío, ahora debo retirarme para saludar a mis olvidados hijos.
Claro abuelo, disfrute, que esta noche no la olvidará
Claro que no, pequeña, claro que no - Y que cierto era aquello.
***
Shaoran bajó de la limusina extendiendo su mano a la grácil Tomoyo.
Que con la mayor suavidad se bajó del automóvil. Nadie podía cuestionar
su grandiosa belleza, sus movimientos que la hacían ver como una preciosa
paloma que flota con el viento a favor.
Se detuvieron un momento a mirar la casona que se extendía delante de
ellos, un suave aroma frutal provenía de ella y sus opacas luces le deban
un ambiente un tanto romántico.
La pequeña Supi, al tener la casa en frente no desaprovechó el tiempo
para admirarla, en la entrada se encontraban varios guardias esperando a
los invitados y recibiendo la invitaciones. Lo que más le llamó la
atención fue a un rubio jovencito de su edad aproximadamente que sonreía
a cada invitado y se reía junto a los guardias. Al divisarla, el
jovencito le sonrió y agitó su mano en forma de saludo. La chiquilla se
sonrojó al instante, al ver que esos cálidos ojos color miel la
saludaban, devolvió el saludo con ansias, mientras la limusina arrancaba
y dejaba a los jóvenes espías, entrando a la boca del lobo.
***
Al verla avanzar, el guapo Alex se aprontó a saludar a su prima favorita.
Sakurita! Cuanto tiempo - dijo el envolviéndola en un abrazo, ella se lo devolvió con creces
OH Alex, necesito hablarte un momento - dijo ella sin ocultar su tono un tanto angustiado.
Claro preciosa - dijo el travieso, su prima era bastante querida para el pero siempre, gracias a su carácter irritante, el había sido un tanto molesto para Sakura, pero nunca la había dejado de lado ni un solo momento dificultoso.
Salieron rápidamente del salón y avanzaron hacia los hermosos jardines de la casa, habían unos tantos grupos hablando en voz baja y el silencio reinaba en el jardín exceptuando por la suave melodía que llenaba el ambiente proveniente del salón.
Que pasa chiquitina, no me dejes con la duda - dijo el sonriendo.
Debes haberte enterado de mi compromiso - dijo ella melancólica
Nunca me pierdo algo que esté relacionado contigo prima, y debo decir que esta noticia, no es de mi entero agrado, el no te ama - dijo el bebiendo de su copa con ligereza.
Lo se, esa es una de las tantas razones, no me agrada tener que casarme por la fuerza, pero Yukito insiste en proseguir - suspiró y continuó - sabes lo obstinado que es con respecto a el abuelo, quiere darle el placer en todo, pero tu sabes que el abuelo no lo consentiría si supiera que no quiero hacerlo.....
Y que te detiene? Sé que no lo amas, quizás te atrae, siempre te gustó su simpatía y cariño, recuerdo que cuando niños cada vez que te molestaba con mi pistola a balines el te defendía claro que eso terminó en una pelea entre ambos........... y yo gané por supuesto, y todavía no puedo entender por que el abuelo lo aprecia tanto.....
Yo tampoco, quizás tiene alguna deuda con el como con todo el mundo - dijo encogiéndose de hombros - quisiera terminar con el compromiso pero, no puedo...... no sé por que, quizás es por mi aprecio y el dominar de mi corazón que me fuerza a no contradecirle....
Sakurita! Me asombras, te has convertido en una mujer sumisa, todavía recuerdo, cuando me dominaste a mi, y con una arma de verdad - dijo el riendo irónico, su prima, en cuanto a peleas, era una maestra y lo superaba por bastante - además...... como vas a casarte? Tienes 17 todavía..... muuuchos hombres esperan por ti pequeña.... yo que tu terminaría con ese matrimonio ahora.
Tal vez, termine con esto..... pero no se si pueda hacerlo, en todo caso no quiero ninguna clase de ayuda, entiendes? Y tampoco una palabra con nadie, o te las veras conmigo - dijo amenazante.
Soy una tumba preciosa - en eso pasa por detrás de el una bella mujer vestida provocativamente de rojo - bueno prima, te dejo, tengo unos pequeños asuntos que resolver - dijo volteando y corriendo hacia su presa al otro lado del jardín.
Adios - dijo ella en un suspiro.
****
Kero estaba entusiasmado, acababa de saludar a una chica muy bonita en una limusina, nunca se había tomado en serio lo de "muy guapo" pero, quien lo diría, ella, como ninguna otra, había respondido a su saludo. No la hubiera saludado a no ser por esos bonitos ojos con los que se había topado, que de cierta forma lo habían llamado a hacerlo. Pero la chica se había ido.... el auto había arrancado sin dejarle si quiera oportunidad de saludarla con su propia voz....
Señorcito, señorcito Kerberus..... por favor, ya llegaron todos, por que no entra, le aseguro que habrá más que mirar que aquella chiquilla por ahí adentro
Si, claro - dijo corriendo a la casa sonrojado, lo embargaba una alegría especial, se sentía extrañamente feliz.
***
Tomoyo y Shaoran entraron en el salón sin llamar mucho la atención, se dirigieron hacia una habitación de la segunda planta, ahí se encontraban los músicos de Tomoyo, tenían todo preparado para el show que la joven daría. Tenía un especial talento, a pesar de sus escasos 19 años, tenía todo lo necesario para ser una artista completa, cantaba en todas partes, sin embargo, aunque tenía un especial talento, muchos se preguntaban, por que ella no utilizaba este para acrecentar fama y trascender. La respuesta, era que detrás de su común apellido Daudoji se encontraba el Montesco, quien lo diría? Una muchacha tan grácil y suave, provenía de la violenta familia temida no sólo por Melinoen entera, si no que por el país entero. La violenta familia vendía especialmente armas que tenían un especial sello de ellos mismos, eran un tanto mafiosos, pero nunca se había sabido el por que de su retrasada victoria sobre los para ellos odiados Capuletos.
En fin, se encontraba lista para salir flamante como siempre al escenario, donde siempre ponía el mayor esfuerzo.
Ya vete Shaoran, no gastes tiempo aquí - dijo ella dando los últimos toques en su cabello.
Cállate, sé lo que hago, no me des órdenes, nadie me las da nunca, y menos tú - dijo el mirando hacía afuera en el umbral de la puerta.
La chica callo sumisa, era mejor no provocar a Shaoran en esos momentos,
sabía las consecuencias que esto traía.
En unos minutos estuvo lista, y junto con sus "músicos" se encaminaron
hacia el salón. Nunca había participado en una misión de tal grado.
Siempre todos los trabajos que realizaba tenían un grado alto de
importancia para la familia, pero no como aquel, de echo, nunca había
estado ni siquiera cerca de esa casa. Parecía tan hogareña, llena de
calidez y alegría, le recordaba a....... una verdadera familia, de esas
en las que siempre hay enemigos, rivales y muchos se odian entre si, pero
se protegen unos a otros con su vida misma, sus lazos de sangre eran
verdaderos y irrompibles, era una conexión de sangre real, era algo de lo
que ella nunca había sido parte. Siendo criada por los Montesco, nunca
llegaría a ser parte de aquello y lo sentía extrañamente ajeno e
imposible. Y llego a la conclusión de que, si llegaba a encontrar ese
sentimiento en alguien, sería en el hombre que amara, que tal vez, pronto
llegaría.
Voy por otro lado, no cometas errores, sabes lo que pasará si lo haces, yo no te salvare, no iré por ti, pero cuidare tu espalda - dijo Shaoran mientras se mezclaba en la multitud de el grandioso salón.
***
Desde una esquina Shaoran diviso como Tomoyo estaba por subirse al
escenario que se encontraba brillantemente alumbrado, examino la multitud
buscando una presa fácil para su objetivo. Estaba en un principio
asombrado por la poca dificultad con la que había entrado a la fiesta,
pero lo que estaba ante el, respondía a esa inquietud, todas y cada una
de esas personas en el salón, tenía un potencial de lucha, todas
probablemente portaban armas debajo de sus trajes y sabían defenderse.
Estuvo examinando a los invitados con curiosidad cuando divisó una mesa
en donde tres hombres de avanzada edad, estaban sentados y bebían con
ligereza todo vaso con alcohol que se les cruzara por delante. He ahí su
oportunidad única, todavía faltaba un tanto para que Tomoyo cantara así
que no habría de que preocuparse.
Se encaminó a la mesa de ancianos regordetes con una media sonrisa en el
rostro.
***
Sakura, después de su conversación con Alex, había estado largo rato
sentada pensativa, y determino antes de que la interrumpieran, que el
compromiso seria completamente anulado y pensaba hacerlo esa noche.
Prima! - desde el salón provino una suave y un tanto infantil voz - que alegría verte de nuevo.
Era Trinidad, la indiscutible nieta favorita de el Abuelo. Una muchacha
de escasos 16 años, alta, con el pelo café oscuro ondulado hasta la
cintura. Unos ojos profundos y oscuros que a la poca luz de la noche, se
veían negros pero que no abandonaban el brillo de alegría que se posaba
en ellos.
Trinity! - dijo Sakura, recibiendo a la que era en esos momentos su mejor amiga - que bueno es verte, supe que habías estado en Francia y Inglaterra, pero no pensé que volvieras para mi cumpleaños! No me perdería tu cumpleaños amiga, por nada, además sabes lo fastidioso que es ir a esos países que aunque sean bellos, son opacados por la clase de misión a la que te mandan - dijo ella un tanto triste
Si, lo se, pero mírate, estas aquí y estas radiante, estas más alta y creo que te creció el cabello - dijo la muchacha examinado a su prima
Ya te pones como el abuelo que no para de decir que estoy creciendo demasiado? - dijo ella riendo
No para nada, pero te vez perfecta.
No tanto como tú, pero que haces aquí afuera, todos ansían saludarte y darte un feliz cumpleaños - dijo la chiquilla tirando fuertemente de la muñeca de su prima y caminando hacia el salón.
Dentro, pudo saludar con más calma a sus primos y tíos que se aprontaron
a llenarla de abrazos, regalos y uno que otro piropo. Como siempre
salieron comentarios llenos de recuerdos como : "te acuerdas de......",
"tan bonita que estas...." "como has crecido, hace poco eras un bebé" y
cosas por el estilo, haciendo denotar lo unida que estaba esa familia.
***
Tomoyo se subió al escenario y pronto todas las caras presentes en el
salón se fijaron en ella, las luces la enfocaron y uno que otro grito de
"uuuuu mamita" se escuchó en la multitud.
Condujo el micrófono cerca de su boca y detrás comenzó a sonar la música
de panderetas y grandes timbales. Comenzó con suavidad a mover sus
caderas al ritmo de una canción:
Ayer conocí
Un cielo sin sol,
y un hombre sin suelo
Shaoran se levantó de la mesa de los ancianos que hace poco le habían
brindado la información que necesitaba. Posó sus ojos en Tomoyo, pero
rápidamente se desviaron hacia la multitud que se movía con la agitada
canción árabe y se mezcló en ella.
Un santo en prisión
Y una canción
Triste sin dueño
Sakura se separó de su familia, quería bailar esa canción. Disfrutaba
mucho bailar y especialmente si eran canciones árabes. Y se mezcló en la
multitud.
Y vi pasar
Tus ojos negros
Y ahora si que no
Puedo vivir sin ellos yo
Sus miradas se cruzaron. Y en solo un segundo, quedaron pegados,
estáticos. En un principio, Shaoran encontró esa mirada sencillamente
cautivante, ese fuerte color verde, literalmente lo estaba llamando.
Luego advirtió quien era ella, la había visto en fugaces fotografías,
nunca captadas con precisión, pero ahora la tenía enfrente y no podía
apartar su mirada de ella, era ni más ni menos, que la "General Sakura"
un apodo que siempre encontró ridículo. Ella estaba encargada de todo lo
relacionado con lo combates realizados en el coliseo. Ella estaba a cargo
de las fuerzas militares secundarias, encargadas principalmente de solo
la protección de la familia, no soldados en combate, pero estaba
conciente de que ella era una de las razones por las que los Capuleto no
habían sucumbido ante su familia.
Ahora estaba frente a ella, sin poder mover un músculo, lo que se veía
extraño entre la danzante multitud.
Le pido al cielo,
Solo un deseo
Que en tus ojos yo pueda vivir
He recorrido,
Ya el mundo entero
Y una cosa te vengo a decir..
Se lanzo dentro de esos ojos marrones oscuros, casi ocultos entre los
antifaces que los rodeaban. Y como en una piscina se hundió en ellos, se
sintió perdida y a la vez encontrada, quería más que nada acercarse,
quería tocar........ no reconoció al joven como parte de la familia y no
se apuró en tratar de averiguar quien era. Solo quería quedarse así,
olvidarse de todo, y concentrarse en el, fuera quien fuera.
Y vi más mil
Y hasta Perú
Y miles de nortes del polo sur
Y no encontré, ojos así
Como los que tienes tu....
Lentamente, y sin apuro, comenzaron a acercarse, hasta que por fin
unieron sus frentes, sin separar su mirada sin poder desconectarse uno
del otro, solo para pestañar, lo que les parecía un tremendo suplicio.
Se rodearon con los brazos, él por la cintura y ella por los altos
hombros de él. Y sin meditarlo, sin siquiera pensar lo que hacían
comenzaron a bailar. Podría decirse que bailaron por lo que a ellos les
pareció un tiempo demasiado corto, respirado el aliento dulce de cada
uno, sintiendo como sus manos jugaban con el cuerpo de su pareja. Hasta
que Shaoran no pudo resistir más, la había observado demasiado tiempo,
quería tocar, quería sentirla muy cerca de el y que no lo dejara en su
infinita soledad de nuevo. Juntó su boca con la de ella, lentamente y con
la mayor suavidad, acariciando sus labios con los de el por primera vez,
se sintió perderse en ellos, ya no volvería a sentir mayor placer que no
fuera este, lo supo desde que hizo contacto con ella. Profundizó su beso,
llevándosela lejos con el, olvidándose de quien era y quien era el.
