"CURA MILAGROSA"

Capítulo 2

Un cepillo para Amelia



Zelgadiss había decidido subir a su cuarto mientras Tirsa platicaba con Lina, Filia y Amelia; se sentía algo cansado, en definitiva, su vigésimo-primer cumpleaños había sido de lo más ajetreado, primero se encuentran con Xelloss y este les ofrece un caballo, su hermana se emociona tanto que iba a la carrera sin fijarse en el camino, a tal grado que no pudo evitar chocar con Gourry quien venía con Lina para ver a Filia y a Amelia, esta última le hizo, en un principio, muchas preguntas sobre Tirsa quien no paraba de hablar con los demás, sumándole que recordó que era su cumpleaños cuando la camarera trajo un pastel que Tirsa ordenó; el día se sentía ya algo pesado para esos momentos y algo era seguro, Zel nunca olvidaría que Xelloss le regaló un espejo amplificador (probablemente adrede) y el mango del cepillo que le regaló Tirsa lo dejó con el ojo cuadrado; al menos ahora sabía porque había tenido que dormir en el bosque una noche. Ahora solo le quedaba una duda, pues tenía idea de porque el mango de su cepillo nuevo era así, la cuestión era ¿porqué Tirsa llamaba "Maestro" a Xelloss? Y ¿cuándo lo conoció?, después de todo, jamás le había contado nada sobre él.

Zel. – ¡Ahhh! Ya no tiene importancia, seguro me lo contará en otra ocasión;

será mejor dormir . . . ¿hum? No es posible, Tirsa me dejó el atrapa-

sueños, parece que vendrá algo tarde a dormir; ni hablar, prefiero eso a

compartir mi cuarto con Xelloss.

Mientras tanto . . .

Lina. – Entonces por eso le dices hermano.

Tirsa. – Si, así es.

Filia. – Oye, ¿y no te molesta ese, ese namagomi?

Tirsa. – ¿Namagomi?

Xelloss está en su habitación y comienza a estornudar.

Amelia. – Así le dice la señorita Filia a Xelloss.

Tirsa. – A vaya, oye Amelia.

Amelia. – ¿Si señorita Tirsa?

Tirsa. – No me digas "señorita".

Amelia. – Esta bien señ, Tirsa.

Tirsa. – Pues bien, a mi las bromas de Xelloss no me molestan tanto, estuve

soportándolo alrededor de 3 años, él me enseñó mucho de magia, por eso

le digo maestro.

Lina. – ¡¿Y qué te enseñó?!

Tirsa. – ¡Sore wa himitsu desu!

Filia. – Ahora si estoy segura que fuiste su alumna, ¡qué calamidad!

Tirsa. – ¿Calamidad?

Amelia. – Bueno, es que Xelloss siempre nos juega bromas pesadas o nos da

información incompleta . . .

Lina. – Nos controla para su beneficio en ocasiones . . .

Filia. – Es realmente odioso y además, es un mazoku ¿sabías?

Tirsa. – Pues, yo ya sabía que él era un mazoku, también puede ser bastante

cruel y está algo chiflado pero nunca miente, además, me cae bien y me

enseñó la mayor parte de la magia que sé.

Filia. – ¿Y cómo aguantaste viajar 3 años con él?, ¿no te molestaba?

Tirsa. – Si, al principio me ayudóa escapar de unos ladrones y se ofreció a

acompañarme, y he de admitirlo, los primeros 6 meses con él fueron

horribles, siempre me estaba jugando bromas o burlándose de mí,

recuerdo que todo mejoró en una ocasión que entre los 2 le hicimos una

broma al guarda de un puente, es por eso que ya no me molestan tanto

sus bromas, terminé por acostumbrarme.

Amelia. – ¿Y qué hacías fuera de casa?

Tirsa. – Me estaba probando.

Lina. – ¿Probando?

Filia. – ¿A qué te refieres?

Tirsa. – Quería saber si podría sobrevivir sin mi familia, estuve así por 5 años.

Amelia. – Yo creo que estabas escapando de algo, por ejemplo Lina, ella está

fuera por su hermana . . .

¡PLOP!

Lina. – Amelia, ¿porqué no te callas?

Tirsa. – Pues, no escapo de nada, regresé a mi pueblo hace un año y me enviaron

en busca de un hechizo.

Filia. – Y fue cuando conociste a Zel.

Tirsa. – Si.

Lina. – ¿Y qué haces ahora?

Amelia. – Si Tirsa, ¡se supone que ya encontraste el hechizo!

Tirsa. – Le prometí a mi hermano ayudarlo a encontrar una cura y además . . .

Amelia. – Ahora te gusta la vida de viajes y aventuras, conocer gente nueva y

ver como aprendes más ¿no?

Tirsa. – (Asombrada) Si, ¿cómo lo sabes?

Amelia. – A mi me pasa algo similar.

Tirsa. – Te entiendo.

Filia. – Bueno chicas, yo me voy a dormir, con su permiso.

Lina. – Yo también me voy, Amelia, compartiremos el cuarto, no lo olvides.

Amelia. – No lo haré.

Tirsa. – Vaya, al fin se fueron.

Amelia. – ¿? ¿Qué quieres decir?

Tirsa. – Quería hablar contigo a solas desde hace algún tiempo.

Amelia. – Y ¿eso porqué?

Tirsa. – Dime Amelia, ¿qué sientes por mi hermano?, se honesta.

Amelia se puso color tomate hasta las orejas, no se esperaba esa pregunta que tanto la había apenado.

Tirsa. – Te gusta mucho ¿verdad?

Amelia asintió con la cabeza.

Tirsa. – Bien, entonces esto te pertenece.

Tirsa sacó un envoltorio de su capa, se lo pasó a Amelia y esta la abrió un poco confundida, quedando asombrada ante el descubrimiento de su regalo.

Amelia. – Es el cepillo de Zelgadiss-San

Tirsa. – No Amelia, este es tu cepillo, el de Zelgadiss es de plata y tiene una

luna creciente atrás, el tuyo es de marfil con una estrella de 5 picos,

hace juego con tu traje.

Amelia. – Si, es cierto pero, ¿porqué mío?

Tirsa. – Mira bien el mango y dime que vez.

Amelia. – Es una pareja besándose (dijo suspirando mientras se ruborizaba)

Tirsa. – Míralo bien, ¿reconoces a alguien de la pareja?

Amelia. – Bueno, veamos . . .

La princesa comenzó a analizar cada detalle de la pareja, los brazos, la ropa, la posición, las cara, estudió hasta el más mínimo de los rasgos de aquella pareja, esos personajes le empezaban a parecer familiares, de pronto supo quienes eran.

Amelia. – ¿De donde sacaste esto?

Tirsa. – Primero contéstame, ¿quiénes son?

Amelia. – La chica soy yo y el chico, ¿es Zelgadiss?, se parece mucho.

Tirsa. – Si, son ustedes.

Amelia. – Ahora responde ¿de donde lo sacaste o el brazo de la justicia caerá

sobre . . .

Tirsa. – Bájale de espuma a tu chocolate Amelia, lo saqué de un sueño de Zel,

por eso se a parece a él, mi hermano sueña con ser normal y encontrar

una cura.

Amelia. – Por eso aquí está así, porque así sería él si encontrara una cura.

Tirsa. – Muy inteligente princesa.

Amelia. – ¿Y porqué me está besando?

Tirsa. – Es algo tímido y su físico no le ayuda mucho, generalmente se siente

como un monstruo que está así por los crímenes que cometió, además,

esa es una escena de su sueño favorito.

Amelia. – ¿Su sueño favorito?

- Tiene que ver con el atrapa-sueños.

Amelia. – Buenas noches Xelloss –San.

Tirsa. – Hola maestro.

Xelloss. – Hola chicas, y volviendo al tema, la magia de Treasure es todo un

misterio.

Amelia. – ¿Vienes de Treasure?

Tirsa. – Si.

Xelloss. – Bueno Amelia, ese cepillo lo hizo Tirsa, ¿no es una buena artesana?

Amelia. – ¿Lo hiciste tú?

Tirsa. –Si, es uno de los hechizos de mi pueblo.

Amelia. – No entiendo.

Xelloss. – Verás Amelia, en Treasure hay artefactos llamados atrapa-sueños,

se supone que destruyen pesadillas y repiten sueños, la verdad es que

también le permiten a determinadas personas ver los sueños de la

demás gente.

Amelia. – ¿Por eso Tirsa dice que es una escena de un sueño de Zel?

Tirsa. - Exacto.

Xelloss. – Lo más sorprendente es que, como en Treasure solo hay campesinos y

artesanos pueden usar "marla".

Amelia. – Creí que el marla era un mito.

Tirsa. – En realidad, las únicas 3 minas de marla que existen se encuentran en

mi pueblo.

Amelia. – Y con eso hiciste mi cepillo y el de Zel.

Tirsa. – Originalmente iba a hacer un solo cepillo pero al darle los últimos

toques se dividió en uno de plata y uno de marfil.

Amelia. – Xelloss-San, ¿alguna vez ha visto marla sin moldear?

Xelloss. – Solo en una ocasión, Tirsa me mostró como se hacía y me regaló una

figura.

Amelia. – ¿Puedo verla?

Xelloss. – No.

Amelia. – ¿Porqué?

Xelloss. – ¡Sore wa himitsu desu!

Tirsa. – Se lo regaló a su ama.

Xelloss. – (En el oído de Tirsa) Eso te va a costar al menos una broma.

Tirsa. – x_xU ya lo sabía.



Amelia. – ¿Ocurre algo?

T y X. – No, nada.

Amelia. – Bien, me voy a dormir, Domo arigato Tirsa.

Tirsa. – No hay de que.

Xelloss. – ¿Crees que estuvo bien dárselo?

Tirsa. – Algún día se iba a enterar, además maestro, con usted cerca no me

pude resistir.

Xelloss. – Por lo visto me divertiré mucho estas vacaciones.

Tirsa. – ¿Te dan vacaciones?

Xelloss. – Solo de vez en cuando, es la primera vez en siglos.

Tirsa. – Pues disfrútalas.

Finalmente todos estaban dormidos, Amelia se había ido a dormir preguntándose como sería aquel sueño de Zelgadiss, Xelloss imaginaba todas las bromas que haría en sus pequeñas 3 semanas de vacaciones obligatorias y Tirsa pensaba en Lina.

Tirsa. – {Con que Inverse ¿eh? Y le tiene miedo a su hermana mayor, ¿no será

Luna Inverse?¿la caballero de Ceiphid?, talvez ella sepa algo de el

hechizo que necesita mi hermano mayor, ya veré eso mañana.}

Y así, cada quien se quedó profundamente dormido sin saber lo que esas 3 semanas les esperaban.



Notas de la autora:



Konnichi wa chicos y chicas, la parecer este episodio no fue muy trascendental en la historia, a excepción de cómo se conocieron Xelloss y Tirsa, ¿ustedes lo creen? Por cierto, este capítulo va dedicado a mi amigo Ryoga Antilles, espero te guste Ryoga San. También quiero agradecerle a mi amiga Karoru chan por permitirme poner esta historia en su page y ya saben, quejas, cartas bomba, virus de computadora, judiciales y tomatazos a la oficina de quejas de mi maestra Urania Baba, y si quieren mandarme en cambió comentarios, felicitaciones, criticas constructivas, dinero perdido, cheques de viajero o cualquier cosa que se le paresca pueden escribir a: luin_chan@hotmail.com

SARABA.