Capitulo 4

Los rayos del sol en su semblante le despertaron, abrió los ojos lentamente, tenia miedo de abrirlos, y que todo lo que había pasado la noche anterior hubiese sido un sueño, como tantas veces, pero esta vez no era así, en el rostro del rey de Fanelia apareció una sonrisa, ella estaba allí, dormida sobre su pecho. En ese momento escucho unos golpes en la puerta, se levanto con cuidado, intentando no despertarla. Se puso algo de ropa y abrió la puerta.

- Buenos días Van – le saludo Allen.

- Buenos días. ¿Qué ocurre? – interrogo, saliendo de la habitación y arrimando la puerta  para no dejar ver al caballero celeste, la escena que había dentro del dormitorio.

- Siento molestarte, pero ha llegado un mensaje de Austria, han atacado Freid, y me dispongo a partir hacia allí.

- Freid... ¿Quién lo ha hecho? ¿Cómo puede ser?

- No lo se Van, en una hora saldré hacia allí. Y te informare de todo.

- Yo iré contigo Allen, si alguien intenta iniciar otra guerra, quiero saber quien es.

- No creo que sea buena idea Van. Debes de quedarte en Fanelia, puede ser peligroso.

- Soy el soberano de Fanelia Allen, pero también soy protector de Gaia. Quiero este mundo en paz. – y más ahora, penso para él, mas ahora que ella ha vuelto.

- De acuerdo viendo que no te puedo hacer cambiar de opinión, te espero en las caballerizas en una hora.

- Si – contesto él, entro nuevamente en la habitación y la observo aun dormía, se acerco y la llamo, Hitomi abrió los ojos y sonrió al verlo.

- Hola – le saludo – como has dormido.

- Bien – contesto él – Hitomi tengo que partir hacia Freid, puedes quedarte aquí, avisare a Merle para que te haga compañía.

- No – grito ella – he vuelto para estar contigo, iré contigo a Freid.

- No puedes, veras a Freid lo han atacado, y es peligroso que vengas.

- Y que importa eso, estuve contigo durante la guerra, acaso eso no era peligroso.

- Si – respondió él – y entonces te puse en peligro varias veces, no quiero que eso vuelva a ocurrir.

- Tu no me pusistes en peligro Van, yo te quería ayudar, y ahora también. Voy a ir contigo y nada de lo que me digas me hará cambiar de opinión.

Van se la miro a los ojos y en ellos vio determinación, y supo que no seria capaz de hacerla cambiar de idea.

Hitomi se subió al caballo mientras el mozo de cuadra le sujetaba las riendas – subir es fácil – pensó – pero no sé que debo hace para que este animal ande.

- ¿Sabes montar? – le pregunta Van.

- Define saber. Yo sé subirme al caballo, pero no sé que más debo hacer.

- No te preocupes – le contesto él con una sonrisa – tu caballo es muy dócil, seguirá a los otros, tu solo preocúpate de no caerte.

Todos empezaron a cabalgar hacia Freid, y como Van había dicho, su caballo solo siguió al resto, Allen y Van iban delante, ella los seguía, y detrás algunos soldados de Fanelia.

- Bueno dime Hitomi – dijo Allen – me has echado de menos. – Van al oír esta palabras miro de reojo a Allen molesto.

- Claro – contesto Hitomi – como a todos, mira que hasta e echado de menos a Merle. – Van al oír la respuesta de ella sonrió.

- Vamos Allen, que intentas reconquistarla – le dijo Van.

- Bueno supongo que después de  a ver escuchado los suspiros provenientes de tu habitación lo tengo difícil ¿eh amigo? – Allen rió al mirar el rostro enrojecido de sus acompañantes.

En ese momento, una flecha proveniente de algún lugar del bosque, se clavo en uno de los soldados de Fanelia, los soldados, Allen y Van, se bajaron rápidamente de sus monturas, este último cogió a Hitomi bruscamente bajándola del su caballo y poniéndola detrás de el protectoramente. Del bosque salieron varios hombre y algunos guymelefs. Van llamo a uno de sus soldado, dejando a Hitomi bajo su protección, lanzándose a la lucha junto a Allen. El rey de Fanelia, luchaba ferozmente, abatiendo a todo aquel que se interponía en su camino, Hitomi lo miraba, había mejorado mucho desde la última vez que ella lo había visto combatir, sintió un peso sobre ella y callo al suelo, su hombro le dolía fue entonces cuando se dio cuenta que el soldado de Fanelia había caído sobre ella, una flecha le había atravesado el cuerpo y al caer la flecha se había clavado en su cuerpo hiriéndola.

Los atacantes huían, Van los miraba mientras ellos corrian del campo de batalla.

- Estas bien  - le pregunto Allen poniéndose en frente de él.

- Si y tu – pero el caballero celeste no le contesto, se habia quedado blanco y miraba detrás de Van, este se dio la vuelta y creyo morir, los soldados ayudaban a Hitomi a ponerse en pie, estaba cubierta de sangre, y su rostro se reflejaba el dolor. Corrio hacia ella y la sostuvo.

- Estoy bien Van, no te preocupes – le dijo con una sonrisa y lágrimas en los ojos. Van le inspecciono todo el cuerpo buscando la herida, y encontro una pequeña desgarro en su hombro, no era grave y respiro aliviado, se dio cuenta que la sangre que cubria a Hitomi era en la mayoria del soldado que la protegia. Miro el cuerpo del soldado y en silencio le dio las gracias.

- Van – le dijo Allen – volvamos a Fanelia, es peligroso.

- Sí. Podras volver a montar – le pregunto a Hitomi mientras miraba sus ojos llenos de lágrimas y tristeza. Como le habia echo eso otra vez, como la habia vuelto a meter en una guerra que podia costar la vida, él estaba preparado para morir, pero no para que muriera ella.

- Si, no te preocupes, solo ayudame a subir al caballo – dicho esto Van la cogio en brazos y la subio sobre la montura. Cogio las riendas y se subio a su caballo, volviendo hacia Fanelia.