Capitulo 7

- Él puesto que me ofreces es muy interesante Van, pero no puedo dejar Asturia así.

- Porque no Allen tu mismo has dicho en mas de una ocasión que no quieres seguir siendo un soldado. Que quieres llevar una vida estable, además ahora que tu hermana se ha casado, no tienes nada que te ligue a Asturia. Y yo necesito un consejero, a una persona de confianza y no conozco a nadie mejor para ese puesto que tu.

- Si, tienes razón y a Janin, le gusta mucho Fanelia. Y le gustaría que llevara una vida más tranquila, me paso el día de aquí para allá.

- Si lo ves, estoy seguro de que ella estará de acuerdo conmigo. No es plan de casarte y andar dejando a tu mujer sola tanto tiempo.

- Sí, de acuerdo Van acepto el puesto de consejero de tu reino.

Mientras tanto en la tierra.

- No es natural Hitomi y tú lo sabes. Da miedo.

- Ese no es tu problema Olken devuélveme a mi hijo – le grito mientras le arrebata al niño de sus brazos.

- Como puedes decir eso. No te das cuenta de lo que ocurre es un engendro.

- No digas eso, no es cierto.

- Si lo es, lo que ocurre es que tu lo ves con ojos de madre. Este niño tiene que ser mirado por algún médico – dijo mientras intentaba volver a coger al niño, Hitomi se interpuso en medio, pero fue empujada por Olken, chocando contra un marco y recibiendo un golpe en el labio – Hitomi – le dijo acercándose y sujetándola por lo hombros – lo siento no era mi intención hacerte daño.

- Vete y déjanos es paz – chillo ella empujándolo.

- Eso es lo que quieres que me vaya – le grito él empujándola contra una pared – tienes a un niño que es un monstruo. Solo tiene cinco años, que crees que ocurrirá cuando crezca.

- No suelta a mi mama – gritaba Kamcun golpeándole y tirandole de las piernas con sus pequeñas manos para que soltara a su madre – suéltala – Olken le dio un empujón para que le soltara y el niño callo lastimado al suelo.

- ¡No! No le hagas daño.

- ¿Van te ocurre algo?

- ¿No lo has oído?

- No el que.

- Es Hitomi algo le ocurre, me necesita – sin decir mas echo a correr dejando a Allen sorprendido en su asiento.

- No lo entiendes – le volvió a gritar Olken – solo lo hago para protegerte, no sabes si ese niño puede ser peligroso.

- Si lo sé, no es lo que piensas, es herencia de su padre, pero no es nada malo.

- Su padre – repitió Olken – preferiste acostarte con un engendro antes que conmigo – le dijo mientras la volvía a apretar contra la pared Hitomi sintió una punzada de dolor en sus costillas – ¡qué demonios... ! – mascullo cuando una luz le cegó.

- Suéltala.

Olken se quedo sin palabras mientras que el recién llegado le apartaba bruscamente de ella y le pegaba un puñetazo en la barbilla y otro en él estomago, no reacciono hasta que sintió él frió acero contra su cuello.

- Van no – le exclamó ella, sujentadole del brazo – déjale.

Van bajo su espada y la volvió a envainar mientras se daba la vuelta y miraba a Hitomi.

- Estas bien – le pregunto mirando su labio hinchado por el golpe, volvió a mirar al hombre con los ojos llenos de furia – no te perdonare que le hayas hecho daño.

- Van – le susurro ella – llévanos contigo quiero ir a Gaea.

- ¿Llévanos?

- Si – contesto Hitomi cogiendo a su asustado hijo en brazos – a los dos.

Van no hizo mas preguntas, la cogió fuertemente de la cintura y noto como Hitomi se estremecía de dolor así que soltó un poco su abrazo, apretó el colgante con su mano, el pilar de luz se abrió y fueron transportados una vez mas a Gaea.

- Que ocurrió – se preguntaba un asustado Olken en el suelo – que fue todo esto.