Capitulo 10
- No te enfades mama, el también tiene alas y me va a enseñar a usarlas, a que sí Van.
- No estoy enfadada – le digo acercándose al niño – seguro que Van te enseñara a volar, pero no ahora es tarde y ya deberías estar durmiendo.
- Vale hasta mañana mama, adiós Van.
Van no respondió, solo lo vio marcharse y miro a Hitomi esperaba respuestas a las miles de preguntas que corrian por su mente.
- Gracias, por ayudarlo. Buenas noches Van – la oyó decir.
- Buenas noches y ya esta. Creo que me debes mas de una explicación Hitomi. ¿Es mi hijo? ¿Es mío?.
- Que importancia tiene quien sea su padre.
- Para mí mucha, necesito saberlo, ¿es verdad Hitomi es hijo mío?.
- Y que si lo es, no importa Van.
- Que como me puedes decir eso.
- De la misma manera que tu me pudiste decir a mí que no me querías, yo te puedo decir a ti, que no tienes nada que ver con mi hijo, y óyelo bien Van mi hijo y de nadie mas – grito dándose la vuelta.
- No – Van la sujeto del brazo y la volteo para que la mirara – no. Ojala fuera verdad, ojala te hubiera dejado de amar, pero no es verdad. Solo quería protegerte, ponerte a salvo, no quería que volvieras a vivir otra guerra arriesgando tu vida, sabia que si te pedía que te fueras no lo harías, y escogí una salida fácil, no fuera la mas acertada, pero no se me ocurrió otra, cuando la guerra acabo fui a buscarte, pero te encontré con otro hombre y con un niño, pensé que habías rehecho tu vida con otra persona y que eras feliz, no me quise involucrar, pero te quería y te sigo queriendo, y querré a nuestro hijo con todo mi amor – añadió abrazándola.
Hitomi se quedo en silencio, no podía decir nada, no sabia que decir, lo sentía tan cerca de el, notaba su aliento en su cuello, sus brazos rodeándola como tantas veces había deseado.
- Hitomi sé mi reina por favor.
No obutuvo respuesta, ella se separo de el y corrio dentro del castillo, dejándole en la mayor soledad.
- Mama ¿Te has enfadado conmigo por enseñarle mis alas a Van? – le pregunta viendo el rostro de tristeza de su madre que se encontraba sentada junto a la ventana.
- No, como crees eso, yo nunca me enfadaría contigo.
- Puedo pasar – preguntaron desde la puerta.
- Claro Allen pasa – le contesto Hitomi – Allen paso dentro de la habitación seguido por Merle.
- Oye Kamcun, la cocinera ha hecho un pastel y esta esperando que alguien lo vaya a probar para ver que tal esta.
- Yo voy – grito el niño saliendo por la puerta – me encantan los pasteles.
- Bueno Hitomi – Allen se sentó a su lado y Merle enfrente – así que Kamcun es hijo de Van.
- Os lo ha dicho.
- En realidad, os hoy ayer de noche – contesto Merle bajando la cabeza avergonzada.
- Veo que no has perdido tu habilidad para escuchar a escondidas.
- Bueno yo... Esa no es la cuestión, nosotros queríamos decirte que lo que te contó Van ayer es cierto.
- El te quiere Hitomi – le soltó Allen – te necesita, esta sufriendo.
- Ahora me necesita. También yo lo necesite a el, y me aparto de su lado yo también sufro y sufrí mucho cuidando yo sola de un niño, creéis que es tan fácil perdonar el daño que me hizo.
- El solo quería ayudar – le contesto Merle – puede que no fuera de la mejor manera pero solo te quería proteger.
- Y también esta lo de Kamcun, es su hijo. De verdad quieres ocultárselo para siempre, tiene derecho a saber que Van es su padre, no es justo para el crecer sin padre. Es muy listo y algún día preguntara por él y lo querrá conocer.
- El ya sabe que conocerá a su padre a su debido tiempo. Y nunca creí que vosotros dos pudierais venir en plan de casamenteros – les digo enojada.
- Nosotros no queremos involucrarnos, solo que creíamos que debías saber la verdad, mientras estuvimos en la guerra, cada uno de los pensamiento de Van estaba destinado a ti Hitomi.
- Dejarlo por favor, no me ayudáis solo me confundís más.
Van estaba sentado delante de las tumbas de sus padre y de su hermano Folken, recordó como había perdido a su hermano sin tener la oportunidad para decirle que le había perdonado, que le quería.
- ¿Quiénes son? – interrogo Kamcun sentadonse junto a el.
- Mis padres y mi hermano.
- ¿Tenias un hermano?
- Si, murió durante una gran guerra.
- Mi padre también estuvo en una guerra.
- ¿Quién te ha dicho eso?
- Mi mama. Él estuvo en una guerra donde salió victorioso y libero a todo su pueblo.
- ¿Qué te ha dicho tu madre sobre él?
- Que es un gran caballero, es muy valiente y muy fuerte, pero que no puede estar con nosotros porque debe luchar por la paz. Cuando yo sea mayor, seré como él y luchare para que nunca haya guerra como lo hace.
Van miraba al niño mientras hablaba, tenia los ojos de su madre, y se alegro de que ella no le hubiera contado la verdad, de que la había echado de su lado, por miedo a perderla, por cobardía.
La noche había caído, Hitomi sentada en la cama de su hijo, le miraba mientras el emocionado, le contaba como Van le había enseñado a mover sus alas.
- Solo me eleve unos centímetros, pero Van dice que según vaya creciendo mis alas también crecerán y volare tan alto como él. Van dice que tu has volado con él, yo también te llevare a volar.
- Te cae muy bien Van.
- Si, es muy bueno conmigo, y no le dan miedo mis alas como a Olken – dijo mientras bajaba su mirada – él decía que yo era un monstruo.
- Pero tu sabes que eso es mentira.
- Si, además Van me ha dicho, que eso es por que Olken era idiota y yo también lo creo.
- Vaya por lo que veo hablas mucho con Van. Cariño, te acuerdas que yo te dije que un día conocerías a tu padre.
- Sí.
- Bien pues creo que ya es hora de que sepas que... Van es tu padre.
El niño se quedo en silencio mirando a su madre, no añadió nada a lo que le había confesado su madre, solo se levanto de su cama y fue a la habitación de Van, mientras su madre lo seguía. Kamcun pico a la puerta y entro cuando recibió la invitación, Hitomi se quedo afuera esperando, no sabia la reacción que podía tener su hijo, pero pensó que seria mejor que hablaran a solas.
- Pero bueno – le digo Van – tu nunca te acuestas temprano, los niños deben irse pronto a dormir.
- Mama me lo ha dicho.
- Claro que te lo ha dicho, porque las mamas se encargan de que los niños este a su hora en la cama.
- No, me ha dicho que tú eres mi padre – Van se quedo mudo, no esperaba esa respuesta - ¿Es verdad?
- Si lo es – el niño se acerco a el y lo abrazo, Van le correspondió al abrazo.
- ¿Tengo que irme?
- Irte a donde.
- A la tierra, ¿Tengo que volver?
- No soy yo quien debe tomar esa decisión. Tu madre es quien debe decidir si se quiere quedar. No sé si lo entiendes, pero tu madre y yo pertenecemos a mundos distintos, y eso no es fácil.
- ¿Y yo a que mundo pertenezco?
- Al que tu elijas – le dijo Hitomi desde la puerta – si te quieres quedar aquí nos quedaremos, si quieres volver a la tierra nos iremos.
- Yo me quiero quedar. Quiero estar con mi padre. ¿Vosotros os queréis? – los dos se miraron, no sabiendo que contestarle al niño.
- Yo quiero mucho a tu madre – le contesto Van al niño.
- ¿Y tu mama, le quieres?
- Kamcun, no es tan fácil, nos hemos hecho mucho daño, han pasado muchas cosas y demasiado tiempo.
- Si lo es mama, yo aunque estuviera años sin verte te querría mas aun. ¿Tu le quieres?
- Si le quiero – contesto Hitomi mirando a los ojos de Van, este sintió una liberación en su corazón, ella aun le seguía amando, se acerco a ella la beso y la abrazo.
- Perdóname – le dijo – perdona lo que hice, pero te juro que pasare el resto de mi vida intentando que olvides el dolor que te provoque.
Hitomi respondió a su abrazo y comenzó a llorar, pero por primera vez en estos últimos años no lloraba de tristeza, sino de felicidad. La felicidad que le daba volver a estar con la persona que amaba.
Fin.
Bueno espero que os haya gustado.
Un beso Emily.
emilywolen@yahoo.es
