domingo, 26 de octubre de 2003 -lunes, 27 de octubre de 2003
Capítulo 8.
Kai no entendía qué demonios pasaba. Akemi estaba junto a él, sentada y cubriendo con su brazo su costado herido, que comenzaba a sangrar nuevamente.
-¿Qué está pasando?
-Pasa que tu morenito está tirando del lado equivocado de la cuerda –murmuró molesta –Lo sabía, sabía que debía intervenir en Rusia... –comenzó a murmurar para ella misma, sin darse cuenta -...nunca debí dejar que se acercara, que ocupara el lugar de Koneko... pero no, tenía que ser buena y responsable... 'En el destino no puedes intervenir Akemi, no lo hagas'... ¡Maldito Kinomiya!
-¡Un momento!, ¡¿Qué significa todo esto?!
-El chico tiene un acertijo como el que yo te di –dijo empujando a Kai para volver a correr–En él hablaba de nosotros, y de otras cosas que no estoy muy segura que significan.
-Pero...
-Solo corre, después te explicaré con más calma.
Ambos siguieron su apresurada carrera, y aunque su velocidad era muy parecida, Kai podía notar los estragos que la herida comenzaba a causar en la mujer.
-No podemos seguir –le dijo empujándola hacia un callejón oscuro –tu herida no te dejará correr mucho más... Recupera un poco el aire y empieza a decirme que tiene que ver Takao con todo esto.
-Yo... no sé realmente "cuanto" tiene que ver... pero sé que está interfiriendo... 'El Lagarto que vuela se interpondrá en tu camino, al tiempo que lo construye'...
-¿Cómo lo sabes? –preguntó poco convencido –O mejor dicho, ¿cómo lo supiste?
-Generalmente... estas cosas.... no se escriben a conciencia, por eso no son directos... Los acertijos que te di... ni siquiera yo conozco su significado completo... sin embargo... la mezcla de los cuatro acertijos me preocupa mucho...
-Pues empezarás a decirme porqué... o mejor dicho me dirás porqué corremos...
-Nos persiguen... No lo ves, pero deberías sentirlo... Es un psíquico, como yo, aunque en menor grado... Solo concéntrate, olvídate del exterior y no pienses en nada... Inténtalo...
Kai solo la levantó de nuevo y siguió su camino con marcha apresurada. Ella tenía razón, lo sentía. Sabía que algo los seguía, pero quería saber que era. No necesitaba concentrarse ni nada de eso...
-¿Porqué nos sigue?
-No lo sé... pero fue lo que me atacó antes de llegar a tu casa.
-¿Uno de esos Tsubarov?
-No lo creo... es diferente... No entiendo qué demonios está pasando... Ese tipo no estaba en nuestras líneas...
-¿Qué líneas?
-El Destino.
Akemi se levantó rápidamente, pero Kai permaneció en su lugar, mirándola.
-¿Qué pasa Kai?
-... No te seguiré más...
-Pe...
-No te seguiré más...
Tranquilamente, Hiwatari se puso de pie y caminó fuera del callejón, dejando sola a aquella que se hacía llamar su hermana. Akemi por su parte no sabía si seguirlo. Además, había notado que el que los perseguía había detenido su acción hostil cuando el muchacho se alejó de ella.
-¿Estará más seguro sin nosotros?... ¿Quién demonios eres? –murmuró mientras sus ojos se colocaban de un celeste brillante y una extraña aura la rodeaba –Si no me lo dices morirás, lo sabes.
Ahora si estaba realmente furiosa. Encontrar a Kai le había costado una discusión con Takeru, y no estaba dispuesta a repetir el molesto momento para llevar al chico a la blanca mansión. Su vista estaba fija en la figura de su hermano pequeño al alejarse, pero su mente estaba volcada en ese ser joven que se retorcía de dolor bajo su poder.
-Estás bajo las órdenes de alguien, dime quien es...
Pero nada. La Hiwatari se molestó ante la necedad del chico, pero entonces notó algo... la mente de ese sujeto estaba bloqueada. La puerta al laberinto que representaban los pensamientos y recuerdos humanos estaba trabada con un gran candado y custodiada por un gran pozo. Al ver eso, la conclusión fue clara.
-No me sirves vivo.
***
Takeru soltó rápidamente a Rei mientras su vista se clavaba en los bosques que lucían al otro lado de las ventanas.
-¿Take...? –preguntó cansado –
-Akemi está usando su poder... en alguien...
-¿En alguien?, ¿eso no puede matar?
-...Con demasiada facilidad...
-¿Crees que tenga problemas?, ¿será necesario ir por ella?
-Nos dijo que no... no quiero contradecirla. Algo no está bien, lo siento... sé que algo no anda bien...
-Parece que el encuentro con Kai no podrá ser aquí... Vamos a la ciudad Take.
-Pero...
-Akemi no está bien. Encontramos a Kai y lo traemos.
-...No lo se....
Rei se levantó tomando en el camino una toalla, al tiempo que lanzaba otra al ángel rubio.
-Una ducha corta y te espero afuera. La camioneta está en el frontis.
-....Koneko...
-Yo estaré bien. Solo ver a Kai no va a matarme. Además, si lo vemos desde el punto de vista de tu hermano, él no les creerá una sola palabra. Será mejor que yo hable con él.
-Pero...
-Nunca te había visto tan dubitativo Take-chan, vamos ya. La ciudad está a muchas horas.
Ambos se levantaron y comenzaron a prepararse para salir, pero la imponente presencia de Driger en la habitación detuvo sus movimientos.
'Algo viene'
-Driger...
'No pueden salir, algo viene... '
-Pero Akemi-
'Ella estará bien. Algo se acerca'
***
-¿No dejarás de seguirme?
-Por supuesto que no.
-Pues no lo hiciste en cuanto me fui, no sé porqué cambiaste de idea.
-Tenía que revisar un muerto. Por eso tardé.
Hiwatari volteó cansado de la situación. La mujer de nombre Akemi no paraba de seguirle los pasos con esa camiseta llena de sangre y su rostro pálido debido a las heridas.
-¿Cómo puedes seguir caminando con esa pérdida de sangre?
-La mente es poderosa.
-¿Te autosugestionas de que estás bien?
-Así es.
-En cualquier momento caerás muerta.
-No antes de llevarte a la mansión blanca.
-Pues no iré.
-Debes venir.
Kai iba a reclamar una vez más cuando el teléfono de la mujer sonó.
-¿No vas a contestar? –preguntó al escuchar sonar tres veces el aparato –
-No quiero hacerlo.
-¿Porqué? –Akemi sacó de su bolsillo un manos libres para el celular. Conectó la saliente con el aparato y entregó un auricular a Kai, quedándose con el otro –
-No hables cuando conteste.
-No entiendo para qué...
-Silencio. –y contestó- Koneko...
-Akemi-chan...
Hiwatari abrió la boca sorprendido, pero la mano de la mujer se cerró sobre sus labios...
-"¡Rei!"
-Akemi, ¿estás bien?
-Si Koneko, no te preocupes.
-Bien. Driger nos dijo que algo se acercaba y estamos preocupados por ti. Íbamos a ir por ti, pero no pudimos por la noticia.
-Quédense en casa hasta que vuelva.
-¿Cómo te ha ido con Kai?
-Es un chico terco, pero terminará de una forma u otra en casa.
-No vayas a ser dura con él. No será fácil para Kai asimilar lo que le dices. Siempre ha estado solo y no se convencerá fácilmente de la idea de una familia.
-Te preocupas demasiado por él.
-Solo te lo digo porque lo conozco.
-Supongo que si... Oye, ¿y qué es eso de que algo va hacia allá?
-Driger no nos dio más detalles. Solo dijo que no podíamos salir.
-Bien, espérenme en casa. Y tengan otra pieza libre.
-Déjanos ir por ti... Take dice que estás herida y que usaste tu poder en alguien.
-Take habla más de la cuenta. No salgan de la casa. Quédense junto a Driger y espérenme.
-...Como digas...
-Bien.
-¡Akemi!... Al menos prométeme que te cuidarás.
-Claro. Muerta no puedo llevar a Kai.
Cuando la comunicación se cortó Akemi aguantó las ganas de partirle la cara a Kai.
-"Ahora te agrada escuchar a Rei..." ¿Vendrás conmigo o no?
--Eh... yo...
Confusión, extrañeza, mente en blanco. ¿Qué hacer con un muchacho en esas condiciones?
--Lo siento Kai, pero no tengo tiempo.
El mundo se hizo negro y el peso de su cuerpo hizo remecer la herida de la mujer. Sería duro trabajo cargarlo hasta la mansión.
Rápidamente, y con ayuda de un poder reservado a la batalla, Akemi desapareció junto a Kai. Mientras, un poco lejos, Vladimir observa con algo de interés y preocupación.
--'Las cosas giran de extraño modo, ¿no Akemi Hiwatari?'.
Un suspiro escapa de sus labios y sus ojos se pasean por todo el alrededor, mientras su poder se extiende hacia los rincones que su vista no alcanzaba.
--Definitivamente algo aquí es más extraño que de costumbre. –dice al aire mientras sus pasos lo encaminan hacia sus hermanos. Por alguna razón que no entendía, sentía algo de temor al estar solo en esas calles, sensación que, sin saberlo, también inundaba a Akemi momentos atrás.
Sin embargo, los que observan suelen ser observados, y alguien espiaba los pasos de Vladimir con un sigilo que incluso evadió los poderes de los herederos Hiwatari y Tsubarov.
--Lo sabía... –sollozó Takao -¡Ella me lo arrebató!
--Tranquilo –dijo un hombre alto que estaba tras él, poniendo su mano blanca y estirada en el hombro de Kinomiya. –Solo debemos ir por él...
--¡Lo llevará con Rei!
--Entonces deberemos quitar al gato del medio...
La extraña sonrisa en los labios del hombre alto tranquilizó los sentidos de Takao, arrancándole una sonrisa.
--Si, hay que sacar a Rei y todo estará listo... –repitió mirando el lugar en donde habían estado los hermanos, sin notar las ansias en los ojos de su acompañante.
Lo que parece no es,
Pero lo verás demasiado tarde.
Cuando sus garras estén en manos del abismo,
El deseo será desatado.
Nadie podrá oponerse a la oscuridad...
El Fénix caerá en cenizas.
La leyenda perecerá en desgracia,
Y tú Dragón, serás el juguete del Poder...
***ediciones_ryochan@hotmail.com***
Notas: ¡Uf!, vaya si me costó sacar este cap.
Espero que les guste, y que me tengan paciencia. Pero no se preocupen que este fic tendrá un final, no sé cuando ni como será, pero lo tendrá (comienzo a acostumbrarme a escribir fics sin saber como continuarlos). Buenos, nos vemos!!
miércoles, 04 de febrero de 2004
