Notas de la autora: ¡Hola a tod@s! Mi nombre es Lanthir, y me encanta escribir fanfics, aunque esta es la primera historia de HP que escribo. Es un fanfic slash/yaoi, o sea, relación chico-chico. No quisiera herir susceptibilidades, así que si no te gustan este tipo de relatos, baja el menú que esta en el índice y ve al rating correcto a tus necesidades. Si te gusta lo que lees, déjame un review, por favor :)

Ah! Y todos los personajes son de J. K. Rowling (a excepción de la prefecta Nancy),  yo solo soy una imitación barata de ella, je, je. No gano nada por escribir esto, mas que sacar el exceso de imaginación de mi loca cabeza y (espero) entretenerlos a ustedes. ¡Disfruten y gracias por leer esto! :)

Lanthir

Un Giro Insospechado

Capitulo 12: El regreso.

Todo pasó muy rápido. Harry sintió como el puñal se clavaba en la suave espalda de Draco, tan limpiamente como cuchillo en mantequilla. El rubio gritó levemente, y cayó de rodillas junto a Ron, llevándose a Harry con él. El aturdido Gryffindor no atinó a soltar el arma hasta que Draco se desplomó sobre su costado izquierdo, tratando desesperadamente de alcanzar la daga que lo hería. Harry se puso de pie, cubriéndose la boca con las manos, horrorizado al ver que los dedos de Malfoy por fin cogían el pulido mango, y dando un desgarrador gemido, sacaba el cuchillo ensangrentado de su espalda. Lo tiró a un lado, y sus ojos brumosos por fin vieron a Harry; la sorpresa se dibujó en su pálido rostro.

-¿Harry?- fue la pregunta formulada en un ronco susurro, seguido de un absceso de sangre que fluyó por los labios entreabiertos del chico. Se sentó con dificultad, tosiendo mientras la sangre caía sobre su pecho y sus manos. Se vio los dedos llenos de sangre con los ojos muy abiertos, asombrado. Después parpadeó varias veces, como tratando de enfocar bien, mientras se ponía de pie, gimiendo por el dolor. Dio unos pasos inseguros hacia la puerta, trastabillando como si de pronto se hubiera quedado ciego, y volvió a caer, medio sofocado por la sangre que seguía manando de su boca.

Harry se adelantó, tratando de ayudarlo, pero Draco se alejó de él, como si lo fuera a lastimar de nuevo; con esfuerzo llegó a la puerta, y echando una última mirada confundida al otro muchacho, salió hacia el oscuro pasillo.

Harry seguía parado en medio de la habitación, congelado y sin asimilar lo que acababa de hacer. La mirada en los ojos grises de Malfoy le dolió tanto como si el mismo hubiera clavado un cuchillo en su corazón.

Los ahogados gritos de Ron lo sacaron de su estupor al fin.

-¡Harry! ¡Harry! ¡Ayúdame!- gritó el pelirrojo con todas sus fuerzas, aunque su voz apenas fue un murmullo debido al hechizo.

El muchacho moreno posó los ojos en su amigo, y se sobresaltó al verlo todavía amarrado en el suelo, malherido. Buscó la varita de Ron, que estaba en una de las esquinas de la habitación, y exclamando "finite incantatem", desató las cuerdas que lo sujetaban. La voz del Gryffindor volvió a la normalidad, pero tenía la cara cubierta de la sangre de su nariz fracturada y sus mejillas cortadas. Casi toda su ropa estaba dolorosamente derretida sobre su piel, y lo que quedaba de su cabello despedía un fuerte olor a quemado. Se apretó las costillas, mientras Harry lo ayudaba a levantarse.

-Yo quería matarlo... quería lanzarle el Avada Kedavra, Harry, pero no me atreví... pensé en mi familia y en lo que pasaría si me metían a Azkaban... y entonces Malfoy me tomó por sorpresa y... y él iba a aniquilarme sin pensarlo...-

Ron vaciló, y Harry lo hizo sentarse de nuevo. Usó la varita de su amigo para voltear la cama que estaba patas arriba, y lo ayudó a acostarse en ella.

-Ron, escúchame, Tengo que ir por ayuda, no vas a llegar a la enfermería en este estado. Solo espera, ¿quieres? Vuelvo en un minuto.-

Ron ni siquiera respondió. Se había desmayado.

Harry salió corriendo por los oscuros pasillos, con el corazón desbocado y una pregunta latiendo en su mente: ¿Había matado a Draco? Dios, no... no podía ser. Era como si todo fuera una pesadilla, por favor, que Draco y Ron estuvieran bien y nada de esto hubiera pasado...

Entonces, terminando las escaleras que bajaban de la torre al doblar la esquina, sus pies desnudos resbalaron con algo y cayó al suelo. A través de la tenue luz, distinguió a Malfoy, tirado a unos centímetros de él en medio de un charco de sangre. Sollozaba quedamente, al parecer sin fuerzas como para levantarse; estaba extremadamente pálido, tanto que bajo la luz de la luna parecía casi luminoso. Sus ojos plateados estaban abiertos mirando hacia la ventana, pero sin ver nada en realidad, y de su boca seguía escapándose un hilo de sangre.

-Oh, Draco...- susurró Harry, arrodillándose junto al rubio y acariciando sus suaves cabellos. El Slytherin volteó la cabeza lentamente, posando sus claros ojos en Potter.

-¿Por qué?- preguntó con un hilo de voz, con los ojos humedecidos por las lágrimas.

-Lo siento...- dijo Harry, sintiendo un nudo en la garganta. –Asustaste a Hermione, y estabas a punto de matar a Ron. No me hiciste caso cuando grité que te detuvieras... ¿Cómo podía dejar que lo hicieras?-

Draco se rió suavemente, y con voz apenas audible, dijo:

-Nunca comprendí por que estabas con ellos... aún no lo comprendo...-

De repente, el chico se tensó, arqueando la espalda. Cerró los ojos con fuerza y apretó los puños, como si un dolor terrible lo atravesara. Un segundo después, su cuerpo se soltó y dejó de respirar.

Harry gritó el nombre de Draco una y otra vez, sacudiéndolo, lleno de pánico y angustia y dolor, tanto dolor que creyó que se iba a volver loco.

Un instante después, sintió una mano firme sobre su hombro. A través de las lagrimas, vio a Dumbledore, seguido de la profesora McGonagall y la señora Pomfrey.

Todo estaba descubierto, y por lo tanto, perdido. Pero a Harry no le importaba. Estaba en la enfermería, viendo a Ron y a Draco dormir profundamente en las estrechas camas del lugar. Estaban vivos, y eso era lo que contaba. Los problemas que tendrían en la escuela y con el Ministerio de Magia eran inevitables, pero ni siquiera le importaban en ese momento. Estaban vivos...

Todo acabó tan rápido como empezó. Nancy había avisado a McGonagall sobre lo ocurrido con Ron y Hermione. La chica casi fue obligada por la profesora a hablar sobre lo que sabía, y cuando el director y la enfermera llegaron, fueron rápidamente a la torre de astronomía. Allí encontraron a Harry, Draco y Ron. Los transportaron de inmediato a la enfermería, donde Harry le contó al director todo, absolutamente todo. Parecía que le habían dado una dosis doble de veritaserum. Lo único que quería era que salvaran a sus amigos. Le dolió terriblemente la expresión de completa decepción en el viejo rostro de Dumbledore, pero lo hecho, hecho estaba.

Harry se sentía sumamente mal por haber involucrado a tantas personas en ese enredo. Sus amigos, Ron y Hermione; la prefecta Nancy y hasta la señora Pomfrey, pues el episodio en la enfermería también salió a relucir.

Dumbledore escuchó toda la historia sin decir una palabra, con sus ojos azules horadando a Harry como si quisiera atravesarlo. La profesora McGonagall tenía los labios mas tensos que nunca; no había olvidado el castigo que le debían Harry y Ron, pero lo que acababa de escuchar estaba más lejos de lo que hubiera imaginado. La señora Pomfrey atendía a los chicos en silencio, conciente de que su trabajo estaba por irse por el caño.

Cuando Harry terminó de hablar, el director se quedó callado unos eternos minutos, haciéndole una seña a la profesora McGonagall para que no hablara. La maestra parecía estar a punto de estallar, pero obedeció.

Dumbledore entrelazó sus largos dedos, apoyando el mentón en ellos y moviendo imperceptiblemente la cabeza. Después, se levantó y salió de la habitación sin siquiera mirar a Harry. McGonagall se quedó desconcertada, sin saber si quedarse o ir tras el anciano.

-¡No-quiero-que-salga-nadie! ¡¿Entendido?!- dijo finalmente con los dientes apretados, corriendo después hacia la salida.

Ron y Draco seguían inconscientes, y la enfermera ya los había atendido. El tobillo de Hermione también había sido curado, y ahora estaba revisando algunos cortes y raspones en los pies de Harry.

-Lo siento mucho, señora Pomfrey, yo no quería...- comenzó a decir el Gryffindor, pero la enfermera le lanzó tal mirada de furia que mejor se quedó callado. Entonces, para sorpresa del muchacho, los ojos de la mujer se llenaron de lagrimas, y empezó a balbucear:

-¡¿Pero como acabaron en esto, muchachos?! Casi se matan, por Dios... y ahora están arruinados... ¡Y yo también!- La señora Pomfrey rompió a llorar ruidosamente, y se alejó por el pasillo rumbo a su despacho. Se escuchó el portazo cuando cerró la puerta tras de si.

Pues bien, Harry se encontró sentado entre Hermione, quien parecía seguir en shock, pues no había dicho una palabra desde que llegaron al lugar. Y Ron, quien seguía desmayado y oliendo a quemado. Junto al pelirrojo estaba Draco, pálido como la muerte y respirando casi imperceptiblemente.

Harry se recostó en la cama, con un inminente dolor de cabeza y tan cansado como si hubiera jugado diez partidos de quidditch seguidos. No quería pensar en las palabras de la enfermera. Arruinado. Las lagrimas amenazaban con brotar sin control. Cerró los ojos y se tapó la cara con las manos, tratando de controlar el repentino temblor que lo había invadido.

Entonces sintió que alguien se sentaba junto a él. Era Hermione.

-¿Por qué lo hiciste?- preguntó la chica en voz baja. No había reproche en su voz, simplemente era una pregunta. En realidad, parecía tanto o más cansada que Harry, como si ya no le quedara energía para discutir.

-Yo... creí estar enamorándome de él- contestó Harry inexpresivamente. Sentía el peso de todos esos días caer sobre él en ese momento. –No sabía que te había amenazado, ni que había matado a Crookshanks. Lo siento mucho.-

-Yo también lo siento... no pensé que Ron reaccionara así. Nunca debí decirle lo que pasó... ahora por mi culpa va a ir a Azkaban.- Hermione comenzó a llorar desconsoladamente. Harry la abrazó, acariciando sus cabellos castaños, al borde de las lagrimas él mismo. El tiempo pasó y sin darse cuenta, se quedaron dormidos, abrazados.

Harry estaba teniendo una espantosa pesadilla, donde apuñalaba por la espalda a Draco. Casi podía sentir la sangre del rubio sobre sus manos, tan cálida y roja... entonces se dio cuenta de que no era un sueño, sino un recuerdo.

El Gryffindor se sentó, sobresaltado, con el cuerpo cubierto de un sudor frío. Y vio a Dumbledore justo frente a él. Su corazón dio un vuelco. "Sígueme" fue todo lo que dijo el mago, saliendo silenciosamente de la habitación. Harry lo siguió, cuidando de no despertar a Hermione, que estaba acurrucada junto a él. Caminó junto al director por lo fríos pasillos hasta su despacho, aquel lugar que ya había visitado varias veces. Parecía ser de madrugada, pues una leve luz se filtraba por las ventanas. Todo estaba igual a como lo recordaba, con esos curiosos objetos que hacían ruiditos y Fawkes en su percha, durmiendo con la cabeza bajo el ala.

Dumbledore indicó a Harry que se sentara, y él tomó asiento en el elegante sillón detrás del escritorio. Observó al nervioso chico frente a él por unos momentos, y dando un suspiro, comenzó a hablar.

-Harry, esta vez te has extralimitado, más de lo que nunca me imaginé- El chico bajó la vista, avergonzado.-No solo te metiste en problemas tú, sino que arrastraste a otras personas a este caos, y casi mueren dos estudiantes en el proceso. Esto es grave, muchacho... muy grave.-

Harry no podía articular palabra. Quería morirse.

-Sin embargo- prosiguió el director –Se que no fue tu intención que todo esto pasara. No se puede arreglar nada de lo que está hecho, pero algo se podrá hacer antes de que pase...-

Dumbledore sacó un pequeño reloj de arena de oro y un broche para solapa. Harry los vio sin saber que decir.

-Debes recordar esto- dijo el anciano, al tiempo que le pasaba a Harry el reloj. –Es un Giratiempo. Hace un par de horas hablé con Fudge sobre la situación que tenemos aquí, y logré convencerlo de que se te diera otra oportunidad. Después de todo, el Ministro de Magia te debe su trabajo, Harry. Lo que pasó con Voldemort hace un año estuvo a punto de hundirlo, tu bien lo sabes.- El chico asintió, sin alzar los ojos y con el rostro tenso. –Tendrás que retroceder en el tiempo hasta el día en que todo comenzó. El día que salvaste al señor Malfoy en el risco.-

Harry alzó la vista por primera vez, y repuso:

-¡Pero no dejaré que Draco se mate!-

-No, no. Vas a salvarlo, pero tienes que hechizarlo, y tienes que borrar tu memoria también.- El mago lo vio intensamente desde sus pequeñas gafas. –Tienes que lanzarle un obliviate al Harry del pasado al mismo tiempo que a Draco, y entonces esto –dijo Dumbledore, dándole el broche- te regresará al presente. Una vez que hechices a tu yo pasado, el presente no recordará que hacía en ese lugar. El Traslador esta programado para traerte un segundo después de que realices el hechizo desmemorizador. Te llevará a tu habitación, y si todo sale bien, nadie recordará nada de esto, por que no llegará a pasar.-

Harry no sabía que decir. Parecía que era su salvación; podría cambiarlo todo, nada de lo ocurrido en los últimos días pasaría. Nada. Entonces comprendió que lo vivido con Draco también desaparecería. Un dolor sordo oprimió su pecho al pensar en el Slytherin. A pesar de todo, no podía evitarlo... no podía evitar sentir algo por él. No sabía como era posible que en un par de días se enamorara de su peor enemigo, pero así era. Tal vez desde siempre sintió algo por él y hasta ahora lo aceptaba. No tenía idea, sin embargo, aún no comprendía el por que de las acciones del rubio. Estaba tan confundido y herido...

Dumbledore lo sacó de sus pensamientos.

-Harry- le dijo, mientras le pasaba su varita. Al parecer, la había traído del dormitorio –Fudge y yo queremos ayudarte por que sabemos que eres un buen muchacho, pero que quede claro que no aceptaremos que algo así vuelva a suceder. Ya me mentiste una vez, Potter, y no quiero que vuelva a pasar. ¿Entendido?- Los ojos del anciano brillaron amenazantes, y Harry asintió de inmediato. El rostro del director se suavizó de nuevo. –Vete entonces, y buena suerte.-

Harry tartamudeó un "gracias", mientras Dumbledore le daba instrucciones precisas y le ponía el broche en el suéter. El muchacho guardo su varita, y salió del castillo, dirigiéndose al Bosque Prohibido. Conforme avanzaba, se decía a si mismo "es lo mejor, es lo mejor". Pero su corazón le decía que no deseaba olvidar todo lo que había compartido con Draco... maldito sea. ¡No quería olvidarlo, pero tampoco quería herirlo de la forma en que lo hizo!. Apretó el paso, y llegó cerca de la base de la colina donde rescató a Malfoy varios meses atrás.

Sacudiendo la cabeza para quitarse la indecisión, sacó el reloj de arena y le dio vueltas una y otra vez, hasta que sintió que volaba hacia atrás, con el viento zumbándole en los oídos. Pasaron unos minutos que le parecieron horas, y aguantando el fuerte dolor de su cabeza, por fin llegó a un lugar donde las cosas volvieron a tomar forma a su alrededor. Se tambaleó un poco antes de recuperar sus sentidos al 100 %. Estaba en el mismo lugar del bosque, pero algunas cosas estaban diferentes, por lo que pensó que el Giratiempo había funcionado. En unos momentos mas llegaría Draco. Se escondió detrás de unas piedras, y esperó. Unos minutos después, vio al Slytherin caminando entre los árboles, en dirección del risco. Se veía tan triste, tan apesadumbrado... Harry se dio cuenta de que Draco nunca le habló claramente del por que había tratado de matarse. Ahora nunca lo sabría.

Unos metros detrás del rubio, Harry vio que unas ramitas y hojas se quebraban en el suelo. Ese era él bajo la capa invisible. Esperó a que Malfoy subiera al peñasco, conteniéndose de detenerlo. Se preparó para salir detrás del Harry pasado, que ahora estaba sentado en una roca, aún invisible. Draco resbalaría en unos instantes... allí estaba. Vio al otro Harry salir de debajo de la capa y correr hacia la colina, y lo siguió sigilosamente. En la cima del risco, se escondió detrás de unos arbustos, listo para actuar. El Harry pasado atrapó la mano de Draco justo antes de que cayera, y lo subió trabajosamente hasta un lugar seguro. Ese era el momento oportuno, cuando los dos estaban desprevenidos.

Harry apuntó, concentrándose en borrar solo los recuerdos de la ultima hora de ambos chicos, y susurrando "¡obliviate!" les lanzó el hechizo. Vio a los muchachos con expresiones confundidas, antes de que él mismo olvidara por que estaba allí. Sintió que algo lo jalaba y sus pies despegaban del suelo, llevándoselo lejos de allí. Su mente era un caos, pero por alguna razón lo único que permanecía sin cambiar era su amor por Draco...

¡Hola a tod@s! :D ¿Qué tal? Bueno, pues espero que les haya gustado este capitulo :) Se que tiene algunas cosas que no concuerdan, pero como siempre he dicho, no soy Rowling, sino una copia barata de ella, je, je :P No se si los trasladores se pueden usar para transportar a alguien no solo de lugar, sino de tiempo, pero yo lo puse como que si. Y el modelo del tiempo que usa Rowling en el tercer libro, o sea, redondo, no lo usé aquí. Yo tomé el modelo onda "Back to te Future" (¿han visto esas películas? ¡Me encantan! :), o sea, que el tiempo es lineal y que pueden haber futuros alternativos, por eso Harry tiene la oportunidad de regresar y cambiar las cosas. No se si me di a entender bien. Espero que no se confundan demasiado :P

Sip, se que en mis fics siempre termina alguien con un pulmón perforado, je, je, pero es que si se recibe una herida por la espalda, es casi seguro que pase eso!! En fin. Draco solo tuvo un paro respiratorio, no se murió y lo revivieron después (eso no se puede hacer). Que mas... mmm... creo que es todo. El meollo del asunto es que a pesar de que Harry olvida lo que pasó cuando regresa al presente, lo único que sigue constante es que ama a Draco!! ¿Y como es eso, se preguntarán? Bueno, pues no se pierdan el siguiente capitulo!!! :D

Mil gracias por sus reviews, no saben lo contenta que estoy de que les esté gustando este fic :) No olviden ponerme un mensaje con sus comentarios o dudas, y mi mail siempre esta abierto: lanthir_l@hotmail.com  ¡Nos vemos! :D

Lanthir

PD. ff.net tuvo problemas hace unos días, por eso no había podido actualizar. Algunos reviews me llegaron a mi mail, pero no aparecieron en la página :( ¡Lo siento! De cualquier forma, mil gracias por sus comentarios :)

PD2. LG, que gusto que ya te estoy metiendo al "lado oscuro" de HP, je, je. ¿Ves que no es tan malo? ;)