Wachi ;) sigo :) aunque no me gusta el nombre del título… para eso no estoy muy inspirada…

AVISO: Empiezan las escenas subiditas de tono, todavía no serán muy fuertes, así que dejémoslo en PG17 ;) no quiero que nadie se me rebote por esto ;)

Estoy muy inspirada, y aunque no es normal en mí este tipo de escenas, algo debió de poseerme, porque se me han ocurrido.

Comentario importante: esta historia es sobre Draco y lo que él siente. Así que esos datos no se revelarán hasta el final. Puede que parezca que se comporta raro, pero hay una explicación para todo ;) Al final se darán las razones del comportamiento de Draco, de todo, pero para eso falta… muchas cosas jejeje (es que quiero jugar con la intriga de Ron hacia Draco, y con la evolución de la relación, y cuando todo se desvele ya no será lo mismo (hablo demasiado ;) seguid leyendo :) )

Un último detalle, la historia ya está completamente planeada :D así que os diré que están en el 7º curso, y que Voldemort será importante y que el quinto libro cuenta auque no voy a desvelar nada (nada importante, pero si pequeños detalles que ya han ocurrido, si has leído el libro comprenderás mejor y si no, no importa. De todas maneras Draco casi no sale en el 5º…)

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La puerta de la habitación se cerró tras el profesor Snape. Y Draco y Ron se quedaron solos, otra vez. Ron sonreía nerviosamente y Draco lo hacía malignamente.

Con unos cuantos movimientos de varita y un conjunto de palabras el rubio bloqueó la entrada. Después de toda aquella absurda pelea parecía haber tomado una decisión. E iba a ponerla en práctica.

–Bien

Su voz sonaba excesivamente ceremoniosa.

–Digamos que hoy estoy… receptivo. –dijo haciendo un giro con la mano– vamos… cuéntame algo.

–Eh… mm… bueno… –sus manos se movían nerviosamente, estrujando la túnica. – esto… algo… eh… bueno…

–Oh, Weasley. Te repites.

Esto último era suave y casual. Terminó marcando su perfecta sonrisa, labios perfectos. Parecía mofa y soberbia pero también ternura. Todo esto acabó por descolocar a Ron. Se sentía como un niño pequeño. Le llevaba a donde él quería, y lo hacía tan bien…

–Vamos, deja todo eso sobre la mesa.

'¿Me está invitando a 'arreglar' todo? ¿O en realidad está jugando conmigo?' Si era esto último, estaba cayendo en la trampa, vaya si estaba cayendo. Ron suspiró y dejó la mochila sobre una silla. Los nervios le estaban dando calor, así que también se sacó la capa.

–¿Mejor?

Ahora él tenía el control. Y eso parecía gustarle. Hasta podía llegar a considerársele 'amable'. 'Si sigo haciendo lo que él quiere no se enfadará' pensó Ron. 'Al menos puede que salga entero de esta' Sus ojos le sonreían. Parecía complacido, pero al mismo tiempo dominante. Por un momento le pareció un ángel, un ángel guerrero y mandante.

Sintió que su pecho se comprimía. Algo le apretaba. Acababa de toparse con algo con lo que ni había imaginado. Él estaba ahí, de pié, frente a él. Su soberbia, su porte distinguido, en realidad nunca lo había odiado. Eran celos, él también quería ser como él, y los celos le habían podido. Le miraba y le miraba y empezaba a entender cosas que nunca había comprendido. 'Es tan hermoso' pensó un instante 'Pero ¿qué he dicho? No es un ángel… es un demonio, pero su rostro es el de un ángel.' Tragó saliva '¿qué estoy diciendo? ¡Soy imbécil! Él es Malfoy, Draco Malfoy… ¡oh! Pero me atrae… de qué manera lo hace… ¡Maldita sea! ¡No!…mierda… para que negarlo…'

Quizás por que su rostro lo decía todo o porque le estaba mirándole de aquella manera. Pero Draco empezaba a acercársele, totalmente seguro de sí mismo. Sus pasos eran precisos y perfectamente calculados. Se detuvo a menos de un metro de él. Ron retrocedió un paso y Draco avanzó otro.

Parecía contento del juego. Sonreía, sacó su varita mientras Ron tropezaba con la pared. Se acercó completamente, se puso de puntillas, elevó el rostro y le rozó suavemente los labios.

Ron se quedó paralizado unos instantes, sintió calor en sus mejillas. Mientras el rubio observaba su reacción.

–Te sonrojas. Eres como un niño inocente. Quizás sea una de tus pocas cualidades.

Su voz era tan tierna. Nunca se hubiese imaginado que podría sonar así. Quería más, pero una pequeña parte de él todavía lo rechazaba, la parte con más voluntad. Intentó escabullirse, dio un paso lateral. Draco levantó su varita.

Inmovile corpus

Estaba paralizado. De cuello para abajo los únicos músculos que se le movían eran el diafragma y el corazón (cada vez más rápido). Intentó hablar y no le salían las palabras. No porque no pudiese, sino porque no sabía que decir. Pero en el fondo deseaba que aquello ocurriese, su maldito comportamiento le estaba paralizando más que aquel hechizo. Se estaba negando a sí mismo, y por eso no era feliz. 'No te niegues' Draco volvió a acercarse a él y le susurró al oído.

–No te me vuelvas a escapar.

No podía y no quería, ahora no. Se había decidido, y pasase lo que pasase lo aceptaría.

Sus labios entraron en contacto. Suavemente, no había prisa. Poco a poco Ron se fue liberando de sus tabúes. Lentamente, el pelirrojo hacia abajo, el rubio hacia arriba. La altura no era un problema. Desinhibirse completamente. Pronto se comportó como si lo hubiese sabido toda la vida, como desde siempre supiese besarle, y que quería seguir haciéndolo, siempre. Su lengua se desligó del agarrotamiento, y empezó a moverse lentamente. Las dos se tocaron, primero asustadizas, luego amantes. Ni se dio cuenta de que el hechizo había perdido fuerza y ahora sus manos agarraban una suave capa de terciopelo, y luego apretaban una delgada espalda contra su cuerpo. El movimiento de los labios se encarnizó. Sin saber muy bien de dónde había salido, sintió como unos dedos fríos le acariciaban por debajo de la camisa. Unas yemas jugueteaban sobre sus pezones. Necesitaba respirar. Aire. Se dejó caer al suelo y quedó de rodillas.

El rubio se sentó sobre sus piernas a horcajadas. Le miró a los ojos. Su mano derecha se mezcló con el cabello pelirrojo, ladeándole la cabeza. Con el dorso del índice izquierdo acarició su cuello. Luego eran unos labios los que succionaban suavemente. A veces acariciaba la punta e la lengua.

¿Cómo podía saber él que una de las zonas más sensibles de su cuerpo era la piel de su cuello? Pero lo sabía de algún modo. Y lo explotaba. Cerró los ojos. Todo el vello de su cuerpo estaba de punta. Estaba totalmente paralizado ante las sensaciones. Sus brazos, solamente caían a los lados de su cuerpo. No importaba nada.

-Ah –gimió suavemente.

Unos dientes se le habían clavado justo debajo de la mandíbula. Un escalofrío recorrió toda su columna. Era tan soberbio el placer que temblaba y respiraba ligera y rápidamente. Como si tuviese en el cuerpo un veneno. El veneno de una serpiente. Se sintió caer y caer en un pozo sin fondo. Ningún miembro de su cuerpo se movía. Excepto uno, que parecía tener voluntad propia. Tal y como estaba sentado, el slytherin se dio cuenta de ello.

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Aaah soy mala |-) jejejejeje

Lo dejo a la mitad, pero aviso que el siguiente ya está medio escrito ;)

La inspiración nace sola, ayer puse un capítulo y hoy otro, por lo que no tengo reviews a los que responder…

No importa ;) a este espero que haya (y si no seguro que al siguiente sí que hay) pq el siguiente sí será R al menos eso intentaré

Por cierto, decir que es mi primera escena slash (no me lo creo ;) ) espero críticas, decidme q tal está quedando *^^*

Y como siempre me paso con los puntos suspensivos… y los paréntesis (es que me encantan ;) y no sólo por los smieys)

Nios leemos

Bkñs

Tiz