2.
Puede decirse que Ginny mantenía a Draco siempre en su mente. Sabía que estaban casados y era consciente de ello. Pero cuatro años son mucho tiempo y, aunque no se había vuelto a enamorar, había sido triste o feliz, había estudiado y pasado vacaciones maravillosas con familia y amigos. No estaba permanentemente triste, ni permanentemente angustiada, ni se sentía sola permanentemente como durante el primer año. De vez en cuando lo extrañaba con más fuerza, de vez en cuando notaba que le faltaba, en determinados momentos (que podían darse a menudo o después de un mes) lo recordaba y lo echaba en falta. A veces se acordaba de él de repente y sentía una punzada de dolor en el pecho que la oprimía hasta no dejarla respirar. Pero la vida seguía. Después de verse sola a merced de Colin-el-borracho, después de tener aquel valioso papel entre sus manos, había notado cuanto le faltaba últimamente Draco. Y no solo por lo de Colin. Cuando había estado en la Universidad, presionada para sacar las mejores calificaciones de parte de su familia y para salir de juerga con sus amigas, apenas sí había tenido tiempo para pensar. Pero cuando eres becaria en un periódico y sólo te encargan una tonta columna semanal, tienes mucho tiempo para pensar. Más del que te gustaría. Y menos sueldo (del que te gustaría). Llevaba una semana mirando constantemente esa cartulina que, a pesar de estar un poco más amarilla que cuando se expidió, había sido conservada de tal manera que de tan lisa y limpia parecía recién escrita. Se planteó seriamente el enmarcarla, pero pensando en lo que haría Ron con ella si la viera expuesta en el salón como un título más, decidió ahorrarse ese dinero y guardarla en una caja (procuraría que fuese una caja bonita) dentro del armario.
-------------
-¡Señor! - Marius Robertson, del escuadrón quince, entró corriendo en el despacho de su jefe.
-¿Tenéis algo sobre Malfoy? ¿Sobre su paradero?
-Con eso vamos tirando pero. adivine. Se casó.
-¿Cómo que se casó? ¿Fue tan idiota como para casarse siendo un fugitivo?
-Fue un poco antes de desaparecer, - explicó Marius - un par de meses antes.
-Pero. no tendría más que diecisiete años. - se extrañó Pier.
-Diecisiete exactamente, señor. Y ella no llegaba. Se llama Virginia, su apellido de soltera es Weasley y vive en el número ocho de Kingsday Street, piso 5º izquierda.
-¿Weasley? ¿De que me suena?
-Hay un jugador que se apellida así en la liga de Quidditch.
-¿Tienen algo que ver entre sí?
-No lo sé, señor. - dijo Marius.
-Vayan a buscarla. - dijo Pier. Y, cuando Marius ya había abierto la puerta, interrogó - Una curiosidad, ¿casa?
Marius sonrió divertido.
-Gryffindor. Increíble, ¿verdad?
-¿Gryffindor eran los amarillos o los rojos?
-Los rojos. Definitivamente, algo tuvo que hacer ese Malfoy para convencerla.
-Que me traigan también el expediente de ella. - ordenó Lagaçette.
-Eso está hecho, señor. Por lo visto también trabajó aquí, empezó justo el mismo año de su matrimonio.
-Pero si sería una adolescente. - comentó Pier.
-Aquellos fueron tiempos oscuros, señor.
Marius salió del despacho dejando al señor Lagaçette con muchas dudas que aquella muchacha llamada. Virginia tendría que resolver.
--------------
Virginia acariciaba el borde de aquella octavilla por centésima vez en ese día. Podía decirse que lo suyo era ya una obsesión. Nunca pensó que un papel pudiese significar tanto. Por otra parte, eso era lo único que en ese momento la unía a Draco Malfoy, el amor de su vida: un papel. "¡No es solo un papel!" se dijo. Pero no obstante, claro quedaba que sí lo era. Hacía cuatro largos años el papel había sido lo de menos. Pero ahora, después de un tiempo que comparado con la eternidad que se le había asemejado no era nada, era su única vía de aferrarse a la persona que amaba. Las lágrimas le venían a los ojos cuando algo que no debería estar en donde estaba la sacó de su ensimismamiento. Sin soltar aquella acta, agarró la varita y apuntó hacia aquella persona que había entrado en su casa sin ser invitada.
-¿Quién es usted y cómo ha entrado? ¡Esta casa está protegida por un encantamiento contra apariciones! ¡Es imposible que usted. . .! - dijo, dándose cuenta de que su tono de voz revelaba el miedo que tenía. Últimamente estaba un poco alterada y sus diferencias con Colin la habían marcado más de lo que pensaba.
-Marius Robertson, aurología.
"Viejos compañeros" pensó.
-¿Qué hace aquí y que quiere de mí?
-Que baje la varita y que me acompañe. - dijo él.
Ginny sonrió avergonzada, y bajó la varita.
-Lo siento. - dijo - Me asusté. Ya sabe, vivo sola y me da miedo que quien quiera pueda entrar en mi casa cuando quiera.
-Debí llamar a la puerta o aparecer en el recibidor, ¿no es cierto? - dijo el hombre, comprensivo - No comente mi manera de aparecer en el Ministerio, por favor.
Ella rió.
-¿Me podría explicar por qué tengo que acompañarle?
-Asuntos oficiales. - dijo él.
-En ese caso, - Ginny hizo uso de los conocimientos que había adquirido durante su breve estancia a servicio del Ministerio - me gustaría recibir una citación por escrito. Tengo planes para esta tarde, ¿sabe? Y creo que estoy en mi derecho. . .
-La necesitamos ahora, señora Malfoy, si me hace el favor. . . - interrumpió él.
Lo de "señora Malfoy" le cayó como un jarro de agua fría. Sólo Draco la había llamado así alguna vez, tras haberse casado, y medio en broma. Y de aquello hacía realmente mucho tiempo. Aquella situación la descompuso de tal manera que durante breves instantes no acertó a articular palabra, doblegándose así y volviéndose dócil como un corderito exteriormente, para hacer frente moralmente a lo que le dio la impresión de que se le venía encima.
-Sí, sí, claro. . . - balbuceó, perdiendo toda la seguridad que había tenido - como usted quiera.
Por el camino Ginny se hizo a la idea de lo que pasaba. Obviamente, si se habían casado por lo civil en alguna parte habría quedado algún registro de ello "Porque si no, no estaríamos casados, tonta" se dijo. Y en el Ministerio habían tenido acceso a ello. Si la habían llamado con tanta urgencia, y confirmado sus presentimientos, no sería para ni por nada bueno. Pero como no tenía idea exacta de lo que ocurría, decidió que lo más prudente era no decir nada de nada hasta nueva orden. Bueno, tal vez daría las buenas tardes. Llegó al lugar que le resultaba tan familiar, aunque lo encontraba algo cambiado. De camino siguiendo al hombre (en esos instantes no recordaba el nombre) se cruzó con Dean Thomas, su último novio antes de Draco, del que actualmente era amiga y compañera de juergas.
-¡Ginny! - exclamó, moviendo los labios sin articular sonido - Llamo a Ron, ¿ok?
La muchacha gesticuló pronunciando que no, que no, que no, que de ninguna manera pero Dean no se dio cuenta (ya había pasado). Se dio con la mano en la frente. "¡Qué desastre!". No obstante, siguió caminando tras aquel tipo trajeado (capa y túnica formales con raya diplomática), resignada a la catástrofe.
-----------
Ron apareció en el despacho de Lagaçette (donde Ginny acababa de llegar) por arte de magia.
-¿Quéee? ¡Ginny! ¿Qué has hecho? ¿Se puede saber por qué estás aquí? - Hermione y Harry aparecieron tras Ron con una cara que mezclaba "La que te va a caer" con un poquito de "¡Pobre!" y vergüenza ajena (esto último para Ron), y miraban con compromiso a Pier.
-¿Le importaría tranquilizarse, señor? Estamos aquí para hablar del matrimonio de la señora . . .
A Hermione y a Harry se le quedaron cara de mona lisa y de "¿Qué dice este tío?".
-¿Quéee? ¿Matrimonio? ¡Gin! Te exijo que me expliques de qué va esto. - ese era Ron.
Ginny puso cara de disculpa. No iba a negar a Draco. No podía negarlo, ni a ese señor ni a su hermano. Y mucho menos teniendo aún el acta en la mano. Se puede decir que estaba asustada. No por el Ministerio (conociéndolo tan bien como lo conocía, no le impresionaba en absoluto), sino por su hermano (que conociéndolo tan bien como lo conocía, más le valía echarse a temblar). Lagaçette también estaba bastante sorprendido. Un dato más: ni el hermano (porque con el mismo pelo y las mismas pecas, no podían ser otra cosa) ni los amigos de la susodicha tenían la más remota idea de nada.
-¿Le importaría salir mientras hablo con ella? Esto es oficial, por si no se ha dado cuenta. - le dijo - Los tres podéis esperar en el pasillo.
La sala tenía una puerta que daba a un pasillo, y una ventana que permitía que desde fuera se viese lo que pasaba dentro, aunque la sala estaba insonorizada. Ron (a regañadientes), Harry y Hermione se colocaron tras ese cristal, preparados para leer labios todo lo posible. Lagaçette quedaba frente a ellos y Ginny se sentó en la otra silla del escritorio, dándoles la espalda. Marius había salido con ellos. Dentro, Ginny se olvidó de los nervios que le inspiraba Ron y habló con tranquilidad.
-Disculpe a mi hermano. Es muy. . . temperamental. - dijo - ¿Y bien?
----------------
Jeru Bien. puede que lo de Colin alcoholico y maltratador no pegue mucho, pero iba a poner a alguien haciendo eso y le tocó a Colin. Conste que (fuera de este fic) no le guardo ningún rencor. Digámos que no alcohólico, pero sí aficionado a la bebida (media de una borrachera monumental cada dos meses). Bueno, vale, sí, alcohólico. Y lo de maltratador. explico: pegó a Ginny una vez, de borracho. Fue un golpe, no una paliza. Pero ella no le dejó hacer mucho más y va a ser algo que no se repetirá. Alcohólico y maltratador, sí, pero sin exagerar. Muchisísimas gracias por el review, por la crítica (al fin y al cabo debería dar más verosimilitud a lo de Colin, no?) y por decirme que tiene futuro. Espero que te guste este capi, porque te lo dedico. Cuidate y escribe más preciosos reviews (son míiiios. . . mis teshoooros. . .) por favor.
Suarts
Puede decirse que Ginny mantenía a Draco siempre en su mente. Sabía que estaban casados y era consciente de ello. Pero cuatro años son mucho tiempo y, aunque no se había vuelto a enamorar, había sido triste o feliz, había estudiado y pasado vacaciones maravillosas con familia y amigos. No estaba permanentemente triste, ni permanentemente angustiada, ni se sentía sola permanentemente como durante el primer año. De vez en cuando lo extrañaba con más fuerza, de vez en cuando notaba que le faltaba, en determinados momentos (que podían darse a menudo o después de un mes) lo recordaba y lo echaba en falta. A veces se acordaba de él de repente y sentía una punzada de dolor en el pecho que la oprimía hasta no dejarla respirar. Pero la vida seguía. Después de verse sola a merced de Colin-el-borracho, después de tener aquel valioso papel entre sus manos, había notado cuanto le faltaba últimamente Draco. Y no solo por lo de Colin. Cuando había estado en la Universidad, presionada para sacar las mejores calificaciones de parte de su familia y para salir de juerga con sus amigas, apenas sí había tenido tiempo para pensar. Pero cuando eres becaria en un periódico y sólo te encargan una tonta columna semanal, tienes mucho tiempo para pensar. Más del que te gustaría. Y menos sueldo (del que te gustaría). Llevaba una semana mirando constantemente esa cartulina que, a pesar de estar un poco más amarilla que cuando se expidió, había sido conservada de tal manera que de tan lisa y limpia parecía recién escrita. Se planteó seriamente el enmarcarla, pero pensando en lo que haría Ron con ella si la viera expuesta en el salón como un título más, decidió ahorrarse ese dinero y guardarla en una caja (procuraría que fuese una caja bonita) dentro del armario.
-------------
-¡Señor! - Marius Robertson, del escuadrón quince, entró corriendo en el despacho de su jefe.
-¿Tenéis algo sobre Malfoy? ¿Sobre su paradero?
-Con eso vamos tirando pero. adivine. Se casó.
-¿Cómo que se casó? ¿Fue tan idiota como para casarse siendo un fugitivo?
-Fue un poco antes de desaparecer, - explicó Marius - un par de meses antes.
-Pero. no tendría más que diecisiete años. - se extrañó Pier.
-Diecisiete exactamente, señor. Y ella no llegaba. Se llama Virginia, su apellido de soltera es Weasley y vive en el número ocho de Kingsday Street, piso 5º izquierda.
-¿Weasley? ¿De que me suena?
-Hay un jugador que se apellida así en la liga de Quidditch.
-¿Tienen algo que ver entre sí?
-No lo sé, señor. - dijo Marius.
-Vayan a buscarla. - dijo Pier. Y, cuando Marius ya había abierto la puerta, interrogó - Una curiosidad, ¿casa?
Marius sonrió divertido.
-Gryffindor. Increíble, ¿verdad?
-¿Gryffindor eran los amarillos o los rojos?
-Los rojos. Definitivamente, algo tuvo que hacer ese Malfoy para convencerla.
-Que me traigan también el expediente de ella. - ordenó Lagaçette.
-Eso está hecho, señor. Por lo visto también trabajó aquí, empezó justo el mismo año de su matrimonio.
-Pero si sería una adolescente. - comentó Pier.
-Aquellos fueron tiempos oscuros, señor.
Marius salió del despacho dejando al señor Lagaçette con muchas dudas que aquella muchacha llamada. Virginia tendría que resolver.
--------------
Virginia acariciaba el borde de aquella octavilla por centésima vez en ese día. Podía decirse que lo suyo era ya una obsesión. Nunca pensó que un papel pudiese significar tanto. Por otra parte, eso era lo único que en ese momento la unía a Draco Malfoy, el amor de su vida: un papel. "¡No es solo un papel!" se dijo. Pero no obstante, claro quedaba que sí lo era. Hacía cuatro largos años el papel había sido lo de menos. Pero ahora, después de un tiempo que comparado con la eternidad que se le había asemejado no era nada, era su única vía de aferrarse a la persona que amaba. Las lágrimas le venían a los ojos cuando algo que no debería estar en donde estaba la sacó de su ensimismamiento. Sin soltar aquella acta, agarró la varita y apuntó hacia aquella persona que había entrado en su casa sin ser invitada.
-¿Quién es usted y cómo ha entrado? ¡Esta casa está protegida por un encantamiento contra apariciones! ¡Es imposible que usted. . .! - dijo, dándose cuenta de que su tono de voz revelaba el miedo que tenía. Últimamente estaba un poco alterada y sus diferencias con Colin la habían marcado más de lo que pensaba.
-Marius Robertson, aurología.
"Viejos compañeros" pensó.
-¿Qué hace aquí y que quiere de mí?
-Que baje la varita y que me acompañe. - dijo él.
Ginny sonrió avergonzada, y bajó la varita.
-Lo siento. - dijo - Me asusté. Ya sabe, vivo sola y me da miedo que quien quiera pueda entrar en mi casa cuando quiera.
-Debí llamar a la puerta o aparecer en el recibidor, ¿no es cierto? - dijo el hombre, comprensivo - No comente mi manera de aparecer en el Ministerio, por favor.
Ella rió.
-¿Me podría explicar por qué tengo que acompañarle?
-Asuntos oficiales. - dijo él.
-En ese caso, - Ginny hizo uso de los conocimientos que había adquirido durante su breve estancia a servicio del Ministerio - me gustaría recibir una citación por escrito. Tengo planes para esta tarde, ¿sabe? Y creo que estoy en mi derecho. . .
-La necesitamos ahora, señora Malfoy, si me hace el favor. . . - interrumpió él.
Lo de "señora Malfoy" le cayó como un jarro de agua fría. Sólo Draco la había llamado así alguna vez, tras haberse casado, y medio en broma. Y de aquello hacía realmente mucho tiempo. Aquella situación la descompuso de tal manera que durante breves instantes no acertó a articular palabra, doblegándose así y volviéndose dócil como un corderito exteriormente, para hacer frente moralmente a lo que le dio la impresión de que se le venía encima.
-Sí, sí, claro. . . - balbuceó, perdiendo toda la seguridad que había tenido - como usted quiera.
Por el camino Ginny se hizo a la idea de lo que pasaba. Obviamente, si se habían casado por lo civil en alguna parte habría quedado algún registro de ello "Porque si no, no estaríamos casados, tonta" se dijo. Y en el Ministerio habían tenido acceso a ello. Si la habían llamado con tanta urgencia, y confirmado sus presentimientos, no sería para ni por nada bueno. Pero como no tenía idea exacta de lo que ocurría, decidió que lo más prudente era no decir nada de nada hasta nueva orden. Bueno, tal vez daría las buenas tardes. Llegó al lugar que le resultaba tan familiar, aunque lo encontraba algo cambiado. De camino siguiendo al hombre (en esos instantes no recordaba el nombre) se cruzó con Dean Thomas, su último novio antes de Draco, del que actualmente era amiga y compañera de juergas.
-¡Ginny! - exclamó, moviendo los labios sin articular sonido - Llamo a Ron, ¿ok?
La muchacha gesticuló pronunciando que no, que no, que no, que de ninguna manera pero Dean no se dio cuenta (ya había pasado). Se dio con la mano en la frente. "¡Qué desastre!". No obstante, siguió caminando tras aquel tipo trajeado (capa y túnica formales con raya diplomática), resignada a la catástrofe.
-----------
Ron apareció en el despacho de Lagaçette (donde Ginny acababa de llegar) por arte de magia.
-¿Quéee? ¡Ginny! ¿Qué has hecho? ¿Se puede saber por qué estás aquí? - Hermione y Harry aparecieron tras Ron con una cara que mezclaba "La que te va a caer" con un poquito de "¡Pobre!" y vergüenza ajena (esto último para Ron), y miraban con compromiso a Pier.
-¿Le importaría tranquilizarse, señor? Estamos aquí para hablar del matrimonio de la señora . . .
A Hermione y a Harry se le quedaron cara de mona lisa y de "¿Qué dice este tío?".
-¿Quéee? ¿Matrimonio? ¡Gin! Te exijo que me expliques de qué va esto. - ese era Ron.
Ginny puso cara de disculpa. No iba a negar a Draco. No podía negarlo, ni a ese señor ni a su hermano. Y mucho menos teniendo aún el acta en la mano. Se puede decir que estaba asustada. No por el Ministerio (conociéndolo tan bien como lo conocía, no le impresionaba en absoluto), sino por su hermano (que conociéndolo tan bien como lo conocía, más le valía echarse a temblar). Lagaçette también estaba bastante sorprendido. Un dato más: ni el hermano (porque con el mismo pelo y las mismas pecas, no podían ser otra cosa) ni los amigos de la susodicha tenían la más remota idea de nada.
-¿Le importaría salir mientras hablo con ella? Esto es oficial, por si no se ha dado cuenta. - le dijo - Los tres podéis esperar en el pasillo.
La sala tenía una puerta que daba a un pasillo, y una ventana que permitía que desde fuera se viese lo que pasaba dentro, aunque la sala estaba insonorizada. Ron (a regañadientes), Harry y Hermione se colocaron tras ese cristal, preparados para leer labios todo lo posible. Lagaçette quedaba frente a ellos y Ginny se sentó en la otra silla del escritorio, dándoles la espalda. Marius había salido con ellos. Dentro, Ginny se olvidó de los nervios que le inspiraba Ron y habló con tranquilidad.
-Disculpe a mi hermano. Es muy. . . temperamental. - dijo - ¿Y bien?
----------------
Jeru Bien. puede que lo de Colin alcoholico y maltratador no pegue mucho, pero iba a poner a alguien haciendo eso y le tocó a Colin. Conste que (fuera de este fic) no le guardo ningún rencor. Digámos que no alcohólico, pero sí aficionado a la bebida (media de una borrachera monumental cada dos meses). Bueno, vale, sí, alcohólico. Y lo de maltratador. explico: pegó a Ginny una vez, de borracho. Fue un golpe, no una paliza. Pero ella no le dejó hacer mucho más y va a ser algo que no se repetirá. Alcohólico y maltratador, sí, pero sin exagerar. Muchisísimas gracias por el review, por la crítica (al fin y al cabo debería dar más verosimilitud a lo de Colin, no?) y por decirme que tiene futuro. Espero que te guste este capi, porque te lo dedico. Cuidate y escribe más preciosos reviews (son míiiios. . . mis teshoooros. . .) por favor.
Suarts
