Jeru: Eres la única que me ha dejado review, así que mereces una contestación laaarga laaarga. He decidido poner un Ron un tanto raro en mi ff, porque. . . no sé, quiero darle originalidad. Y porque Ron no tiene por qué ser un ogro. Espero que no empieces a odiar a Gin en este capítulo. No sé, me da la sensación de que he puesto a ambos demasiado. . . melosos. En fin, tendré que trabajar en ello. Como ves, mi inspiración (maldita! Juega conmigo como si fuese su peluche!) va y viene cuando le da la gana y, lo peor, se ve que no está con la moral alta porque lo poco que escribo, lo escribo mal. . . Weno, pos eso, un besazo enorme.

Dedicado a Jeru (otra vez, pero esta con especial intención. . .) y a mi adorada amiga leedora de historias (a la cual tengo el orgullo de haber aficionado yo, ella sabe quién es) porque han seguido la historia desde el principio. Jeru, en serio es muy importante para mí que leas cada capítulo (aunque sea pésimo, como el tercero y este mismo) y que me dejes 1 review por capítulo!!! Eso es un récord para mí!!! Y para mi amiga. . . ¿por qué mejor no me preguntas cuando lo hayas leído y te suelto todo el rollo? Bueno, pues eso, muchísimas gracias a las dos y por favor, recordadme que os tengo que dedicar otro capítulo, pero que merezca la pena leer.

5. La cárcel

Ya eran cinco las horas que Draco llevaba en ese. . . "sitio" como había decidido llamarlo, a falta de otro nombre. La noticia de que él había vuelto y estaba preso debía de haber corrido como una liebre porque ya eran varias las periodistas que había pretendido entrevistarlo. Había mandado al diablo a todas y cada una de ellas, una por una. Simplemente no iba a dejar que nadie supiese en qué condiciones se encontraba. "Un Malfoy en la cárcel" esa frase retumbaba en su cabeza, y era bastante preferible que no retumbase en las de los demás. No sabía como se las iba a arreglar para salir de allí, pero de algún modo lo haría. Si el bazo legal no daba de sí lo suficiente - "Nota mental, Draco, búscate un buen abogado" - pues ya encontraría el hechizo que rompiese los barrotes. Su fallo había sido, desde joven, el ser cobarde e impaciente. Ni los años transcurridos podían cambiar lo de impaciente, a pesar de que trataba de controlarse. Pero había descubierto que el ser valiente solo consistía en enfrentarse al miedo y, una vez se había visto obligado a enfrentar el miedo una vez, había sido como montar en bicicleta. Tal vez avisase a Snape. . . más tarde. No quería parecer desesperado por salir. "Quien es inocente sabe que lo es, y como no tiene nada que perder, confía que en el juicio se aclare todo." Se dijo. "Así que, cuando me condenen, ya puedo desesperarme" añadió con sarcasmo, para sí mismo. Ahora sólo tenía que sentarse a esperar y, cuando le trajesen la comida (confiaba en que le darían de comer, ya que los aurores son piadosos por naturaleza) preguntaría si podía buscarse un abogado para el juicio. Y adecentarse un poco, ya puestos. Una voz lo sacó de sus pensamientos.

-Hola.

Otra periodista más, no. Ya que corría la voz de que lo tenían encerrado, que corriese la voz de que NO daba entrevistas. Además de que su estado de ánimo no era el mejor para hacerse el mártir, que eso era lo que le hacía falta en ese momento. Se pondría a gritar de un momento a otro, muy probablemente. La periodista agitó con impaciencia los barrotes.

-Mire, si es usted una de esas estúpidas periodistas ya puede ir largándose. No estoy de humor. - dijo.

----------

Se encontraba el tipo más cursi del mundo. Y le daba igual. Ver a Ginny de nuevo le había hecho sentir. . . ni él mismo podía describirlo. Sólo pensar en esa melena pelirroja era como una corriente eléctrica. Y luego el que se acordara de él era otra cosa de agradecer. Solo de imaginarse a SU pelirroja con Potter. . . le hervía la sangre. Por otra parte, hacía mucho que nadie lo besaba. Solo veía el momento de volverla a tener al lado, para besarla otra vez. Para abrazarla. . . Para averiguar si sus curvas seguían en sus sitio, para averiguar si su piel seguía siendo tan suave, si seguía teniendo aquella peca en la tripa. . . Sin duda, se estaba distrayendo. Tenía una cuestión mucho más grave que resolver. Si salía de la cárcel, tal y como ella le había dicho, se vería obligado a marcharse otra vez. Y por lo visto, ella no se esperaba que él se largase de nuevo. Y si no salía, iría derechito a Azkaban. Y tampoco la vería. Esa balanza era una mierda.

-----

Se sentía como volando. Besarle de nuevo. . . había sido como subir al cielo y volver. Y luego estaban las mariposas del estómago. Abrió la puerta de su piso, que como eran principios de mes estaba caliente. Pasó directa a su habitación y suspiró, dejándose caer sobre la cama.

-Gin, te comportas como una cría. - dijo, en voz alta.

Estuvo medio soñando despierta durante un tiempo indefinido. La vida era maravillosa. Draco no tenía razones para ir a la cárcel, así saldría de ella bastante pronto. Y entonces podría besaaaaaarlo. . . sin interrupción de ningún estúpido barrote. Se giró y cogió el teléfono de la mesilla. Diablos, qué útiles eran aquellos cacharros muggles. Lo dejó sonar. . .

-------

El teléfono de la mesilla de los Weasley-Granger sonaba sin parar. A las dos y media de la mañana. Hermione dio un codazo a Ron.

-Cógelooooo. . . - se dio la vuelta en la cama.

-Cógelo tú. . . - dijo Ron - ¿quién está de copas hasta esta hora en día de diario?

-Lo coges tú que estás más cerca. . . - dijo Hermione - Y hay mucha gente que lo hace, entre ellos tus hermanos los gemelos.

Ron descolgó.

-¿Diga. . .? - voceó Ron.

-No chilles. - dijo Hermione por detrás.

"¡¿Ron?! ¡No grites! ¡¿Puedo hablar con Herms?!"

-¿Qué. . .? ¿Cuál. . .? ¿Gin? - preguntó Ron, confundido y medio dormido, dejando de gritar - ¿Me oyes. . .?¿Pasa algo?

"¡¿Puedo hablar con Herms, Ronald?!"

-Mione. . . es para ti.

-¡Estúpido trabajo! - dijo ella, sentándose en la cama.

-Es mi hermana. . . - informó él, esperando a que le cogiera el teléfono de la mano.

-¿Y a mí para qué me quiere? - se quejó Hermione, disponiéndose a dormir otra vez.

-Es tu amiga. - aclaró Ron, que ya se había espabilado.

-Es verdad. . . - dijo Hermione.

Cogió el inalámbrico y anduvo a tientas hasta la cocina.

-¿Qué pasa? - eso era una queja, más que una pregunta.

-"¡Adivina!" - exclamó Ginny- "¡Adivina, adivina, adivina!"

-¿Quieres dejar de dar grititos como si fueses Pansy Parkinson y decirme qué te pasa?

-"¡Draco! ¡Está aquí! ¡Lo he visto!"

-Gin. . . - dijo Hermione, poniendo cara seria - ¿has bebido?

-"¡Mione, por Dios! ¿Por quién me tomas? ¿Por una loca desesperada? ¡Le he visto esta misma noche! ¡de verdad!"

-Ginny, ¿eres consciente de lo que dices?

-"Totalmente." - repuso la pelirroja.

-Ya sé que mañana hay trabajo, pero. . . voy para allá.

----------------

Ginny acarició la mano de Draco con sus dedos. Llevaban ya un rato en silencio, solo mirándose.

-Ni Luna ni Hermione lo creyeron cuando dije que estabas aquí. Hermione, de hecho, se presentó en casa con no sé qué comprimidos muggles de vitamina B, porque creía que estaba borracha, y no paró hasta hacerme tomar uno. - comentó.

Draco cogió la mano de Ginny. Ambos estaban sentados muy juntos, separados por los dichosos barrotes.

-¿Se lo contaste? - preguntó. Ginny notó en su voz que estaba algo molesto.

-¿Cómo crees que llevo esto entonces?

Draco, que hasta entonces no había reparado en el anillo que Ginny llevaba en su mano izquierda, sonrió. Buscó en su cuello una cadena, y le mostró a Ginny otro anillo (también de oro blanco, pero liso) que colgaba de ella. Ambos esbozaron una sonrisa cómplice.

-La verdad, yo todavía no me creo que sea así. Que estemos juntos, que estés a mi lado y tal. No quiero ser cursi. - dijo él - Pero se me había olvidado lo que es tenerte enfrente. La próxima vez que me detengan, ¿te importaría traerme una foto?

-Yo me acuerdo cada día, pero te traeré una. - replicó ella.

Ginny acarició la mejilla de Draco (que ya se había afeitado) con la punta de la uña. Él la tomó de la barbilla y la besó. Cuando pararon, ella soltó una carcajada.

-Esto sí se me había olvidado. - exclamó - Es tan. . . ¿para qué hacer puenting si besando se descarga más adrenalina?

Draco frunció el ceño.

-¿Puenting?

Ginny se rió de nuevo, poniéndose de pié.

-Un deporte muggle. Algún día te lo explicaré. Ahora me tengo que ir.

-¿Familia? - preguntó él.

Gin sacudió la cabeza con resignación.

-Trabajo. Persigo un ascenso.

-¿Vendrás mañana a explicarme qué es el puenting? - preguntó él poniéndose de pié y haciendo un puchero, como si fuese un niño pequeño.

-¿Lo dudaste? Vendré esta misma tarde! - Ginny le dio un beso rápido - Adiós. - dijo, antes de girarse y empezar a subir las escaleras.

Él la vio alejarse, sintiéndose totalmente estúpido. Estúpido porque, si revisaba su conversación, había sido la cosa más empalagosa de su vida. Y estúpido porque, a pesar de todas las tonterías que se habían dicho, ella se le escapaba, se iba. Al llegar a media escalera Ginny se chocó con alguien.

-¡Mire por donde va, señora Malfoy! - dijo una voz fría.

-¿Profesor Snape? ¿Qué sabe usted. . .? ¿Qué. . .? ¿Qué. . .? - definitivamente aún no se había acostumbrado a que la llamasen de aquella manera, y mucho menos Severus Snape.

-Buenos días. - él siguió bajando la escalera con toda la parsimonia del mundo, mientras ella se quedó helada en medio de ella. Vaya si las noticias corrían. ¡Y qué rápido! No obstante continuó. Su hora de descanso estaba a punto de acabarse. Snape continuó bajando hasta llegar al final.

-Buenos días, Draco.

-Buenos días. ¿Sabes ya cómo sacarme de aquí?

-Las cosas están bastante peor de lo que imaginaba. . .

-----

Me ha costado dios y ayuda acabar este capítulo!!! Mi problema es que tengo pensada la trama pero no sé cómo enlazarla. . . (sí, ya sé que a nadie le importa eso). Pero bueno, dejad reviews aunque sea sólo para tirar tomatazos. Un beso: Suarts