Jeru: Sí! Pobre draquito! Y lo que le queda al pobre! En este capi Herms
tiene su primer ataque. No es especialmente feminista, sino más bien anti-
machista. La pobre está estresada. Ya ves. . . ahora cogen a cualquiera de
mortifago, a que sí? Lo que pasa es que a Voldie le hace falta gente. Pansy
tiene un rango más bien bajo, ya ves. . . coge la comida de los elfos
domésticos y se la sube a Draco, y eso que tiene enchufes. . . ay q ver!
08. El desesperado y la loca.
Ginny estaba preparando una cena por la victoriosa vuelta de Ron y Harry esa noche. Todos habían tratado de ayudarla, pero los había echado literalmente, cuando se pelearon por ver quién pelaba las patatas. Todos estaban sentados en la mesa del salón, con unas bebidas que Ginny había sacado y había puesto en medio de la mesa, y que no habían sido tocadas. Inevitablemente, había salido el tema Draco.
-Me lo cargo. Lo haré trocitos y los esparciré por su asquerosa mansión! - había gruñido Ron.
-Ron. . . - dijo Hermione - Tranquilo, eh?
-¡¿Cómo que tranquilo?! ¡¿Cómo que tranquilo?!
-Si TAN malo es, la verdad es que le está haciendo un favor a Ginny. ¿O no? - dijo Luna.
Hermione dirigió una mirada dura a la rubia.
-Gin no está como si la hubiesen hecho un favor.
-Yo no digo que se lo haya hecho! - protestó Luna - Yo solo digo que Draco no puede ser tan malo. No sé. . . es un sexto sentido, algo falla.
Hermione puso los ojos en blanco.
-Lo que hay son los hechos. Yo creo que deberíamos esperar a que Ginny nos dijera cómo se siente, antes de hacer nada. ¿Qué opinas, Harry?
Harry volteó la cabeza.
-No me preguntéis. Yo siempre dije que no era buena idea que se ilusionase. - dijo escuetamente, serio y con voz ronca.
Hermione fue a servirse cerveza de mantequilla.
-¿No sería más sano que bebieses agua? - preguntó Ron.
-No. - respondió Hermione, tajante.
Ginny llegó con una enorme bandeja de asado.
-Y aquí esta!!!
-Wow! Qué pinta! - exclamó Harry, fingiendo despreocupación.
-Venga, va, los campeones eligen pieza. - dijo Ginny, con fingida alegría.
-----------
-Hola, Draco. - dijo ella con un tono de voz a la vez frío y sensual, que Draco ignoró.
-Te encuentro muy cambiada.
Pansy sonrió, mientras mentalmente se decía que por qué diablos Draco no estaba sorprendido. Draco repasó mentalmente a la Pansy de años atrás, bastante gordita, con trajes muy horteras que pretendían ser provocadores y que casi daban asco. Ahora, con unos cuantos kilos menos aunque aún le sobrarían un par, y su considerable altura, sus faldas seguían siendo igual de horteras pero conseguían sus propósitos de ser provocadoras. Su personalidad. . . era visible que su personalidad estaba totalmente cambiada y, pareciendo mentira, a peor. Antes era tonta, ilusa, maliciosa. Ahora la expresión de su cara mostraba que, aunque no muy inteligente, tenía sangre fría y era calculadora. Draco la estaba mirando, cuando ella se volvió, y entonces vio algo en esos ojos azules y en esa sonrisa con labial rosa chicle, algo que por un segundo lo asustó mucho. Fue tan solo un instante, pero aquellos ojos, aquella sonrisa. . . le dieron la sensación de que a aquella chica estaba totalmente loca. Trastornada. Bien, sí era verdad que Pansy siempre había tenido dejes de locura: alguna que otra vez se había puesto histérica y había destrozado la sala común, o de pura nerviosismo se mordía el labio o retorcía un pañuelo hasta sangrar y, por lo general, casi todas sus novias conocidas (las de Draco) habían tenido que lidiar con Pansy hasta que o sufrían un "accidente" o se "encargaban" de ella. Pero nunca, jamás la había visto de esa manera. . . Se despabiló para que Pansy no pudiese darse cuenta de su sorpresa, pero ella no pareció notar ni la expresión de Draco ni la suya propia, sino que se acercó y se agachó hasta quedar a la altura de la mirada de Draco.
-Lo estoy. . . y no sabes cuánto. - en un principio el rubio no supo a qué se refería su interlocutora, pero después, mientras ella le quitaba el hechizo que lo esposaba, comprendió que se refería al último comentario que él había hecho.
-No intentes escapar, no podrás. Por cierto, tengo que quedarme aquí hasta que acabes, así que procura darte prisa. - dijo ella, como por rutina.
La rubia le acercó la comida. Él probó un trozo de carne. Estaba rica. . . y tenía tanto hambre. . . estuvo a punto de lanzarse a ella como un poseso, pero por miedo a que estuviese envenenada y para no mostrar debilidad, se comedió y, siempre con unos modales exquisitos, empezó a comer.
-Vaaaya, Draquito, - dijo Pansy con despreocupación - en qué líos te metes. . .
-¿Sigues alargando las vocales? Me produces dolor de cabeza! Ah, y, por favor, no me vuelvas a llamar "Draquito" - comentó él con la misma despreocupación. - De todos modos, ya saldré de mis líos como he salido otras veces.
-No, Draquilín, esta vez no sales. - dijo ella.
-¿Quieres hacer el favor de llamarme Draco?
-No pareces nervioso, ¿eh? - preguntó ella retóricamente, haciendo caso omiso de las últimas palabras de Draco - No, - suspiró, respondiéndose a sí misma - tú nunca lo estás. Y haces mal, porque esta vez no. . . no te salvas. Si hubieses seguido tu carrera, si te hubieses casado conmigo. . . - más despreocupación.
-Cuántas veces tengo que decirte que yo ya estoy casado? Es que no te cansas de oírlo? - interrumpió él.
-Otra vez sales con la tontería? Ni años después dejas de repetirla. . . Si antes querías ser interesante, o darme largas, todavía. Pero que ahora me salgas con esto. . .
-Piensa lo que quieras. Pero es cierto.
Ella suspiró de nuevo.
-Pero eso ya no importa, ¿sabes? Me voy a casar. - se sonrió - Con otro, claro está.
-¿De veras? - dijo Draco, poco interesado.
-Sí, con Steve Davison. Estoy prometida con él desde hace año y medio. - Pansy se sentó en el borde de una ventana.
-¿Con ese mierda?
-ESE es el "mierda" que además es la mano derecha de mi Lord, Draco. Eso significa mucho, mucho poder para una "mierda".
-Bah. - murmuró Draco. - De todos modos, tenía entendido que tú y las otras seis mujeres que hay en todo esto de los mortífagos, solíais hacerle compañía a "vuestro" Lord.
Pansy sonrió. Sabía a lo que Draco se refería.
-Así era. . . y así es. Él es mucho más increíble de lo que puedas llegar a imaginar.
-¿Tan increíble como asqueroso? - dijo Draco, terminando la carne.
-No siempre es agradable, Draco, pero lo que viene después, el poder, es muucho muucho mejor. Y ah, Draco, yo que tú no llamaría asqueroso a nuestro Lord, porque también es el tuyo. . . y podría irte muy muy mal. - dijo Pansy mientras se iba, y después de volver a maniatar a Draco.
. "¿Peor que ahora? ¿Con hambre, encerrado, esperando la muerte y sin Ginny? ¿Peor que eso? Ya,ya. . ., lo que tú digas, bonita" pensó Draco, tratando de ser positivo. La imagen de loca que Draco había tenído de Pansy segundos antes se le antojó, entonces, una tontería. Cansancio. No obstante, lo obsesionada que ella estaba con el poder. . . eso no era nada bueno.
---------------
-Va a ser difícil convencerle para que vuelva al carril. - dijo Pansy, sentándose sobre Davison.
Davison se rió.
-Ya no queremos que vuelva al carril, Pans.
-¿Ah, no? - preguntó ella.
-No. . .
-Lo mataremos. - dijo una voz.
-Creo que eso tampoco, - dijo Davison, pesaroso - acabo de hablar con nuestro Lord. Me ha dicho que lo necesita vivo para otros fines, pero no me ha dicho para qué. . .
Davison, que parecía realmente enfadado, descargó su ira contra una de las mesas de aquella salita de descanso.
-Amor, te veo tenso. . . - murmuró Pansy - ¿necesitas un masaje?
Davison la besó..
-Lo que yo necesito es otra cosa. - la cogió y, levantando la mano derecha, se despidió de su otro acompañante - Nos vemos.
Davison subió las escaleras con Pansy cargada en sus brazos. . .
-----------
-Ja, ja, ja!!! - Ginny reía sin parar.
Hermione miró a Luna. Solo habían sido dos copas de hidromiel, y en un caso normal no habría parecido borracha ni nada así, pero la verdad Ginny estaba TAN contenta y parecía estar pasándoselo TAN bien para la situación en la que estaba. . .
-¿Quién quiere más? - preguntó la pelirroja, entre carcajadas.
-Estoy llenísimoooo. . . - gritó Harry.
-Muy rico, hermanita, pero yo tampoco puedo más.
-No, gracias. Pero estaré encantada de venir mañana a acompañarte a comer lo que quede. - comentó Luna.
-Vale, vale, estás invitada. . . ¿más, Mione?
-No. Lo siento, pero creo que reventaré.
-¿En serio que no quieres más? - preguntó Ron, instantáneamente.
-Totalmente. - dijo Hermione, sonriendo.
-¿Seguro? - preguntó el pelirrojo volviéndose hacia su mujer.
-Segurísimo, Ron.
-Antes te serviste tan poco. . .
La sonrisa de Hermione se volvía más forzada por segundos.
-Era suficiente, Ronald. No seas pesado.
-¡¿Pesado?! ¿Pesado yo? La pesada eres tú! Qué manía con no querer comer! A la comida pasó lo mismo, y no me creo que no te gustasen los espaguetis que hice! - Ginny, Luna y Harry se miraron riéndose por lo que había dicho Ron (un desastre en la cocina), pero él ni siquiera pareció advertirlo.
-Tenían demasiada pimienta, cariño!
-Mira, Mione, no me calientes. Creo que en tu estado. . . bien, el niño tiene que estar bien nutrido, lo dijo mi madre, así que hazme el favor de nutrirte.
-¡¿Perdona?! ¿Cuál estado? Hablas. . . como si fuese una enfermedad! No estoy enferma, Ronald, estoy embarazada. Y sigo siendo yo. No soy el envoltorio del niño, SOY YO, por Dios! Y creo que deberías confiar en mí, sé perfectamente lo que tengo que hacer!
Ni Luna, ni Harry ni Ginny parecían tan divertidos ahora.
-Pues entonces come!
-Ya he comido suficiente, Ron! Estoy harta de que me abras y me cierres todas las puertas, recojas mi ropa, desordenes todos mis papeles hasta que parezcan ordenados, TRATES de planchar, hasta cambies de canal por mí y de que me salgas con tonterías como la de la cerveza de mantequilla! Tal vez cuando esté como un tonel no pueda. . . yo qué sé! No pueda agacharme cuando se me caiga algo, pero no soy una inútil! Ni soy de porcelana ni me voy a romper! Y créeme que si voy a poder parir, voy a poder hacer un montón de cosas mucho más sencillas! Es más, si no te lo hubiese dicho, ni siquiera te habrías dado cuenta de que estoy embarazada! Así que ya DÉJAME EN PAZ!!!
Hermione salió hecha una furia en dirección al cuarto de Ginny. Ginny miró al resto de la mesa.
-Emmm. . . voy a ver.
-Déjala! - gruñó Ron - Está muy hormonal!
Luna puso los ojos en blanco.
-Precisamente es eso! - exclamaron las dos.
-¿Qué pasa? ¿Qué he hecho ahora? - preguntó Ron a Harry.
Harry se encogió de hombros, mientras Luna y Ginny iban en pos de Hermione.
------------
Llegaron al cuarto de Ginny, y nada más entrar un cojín sobrevoló sus cabezas.
-No lo soporto! - gritó ella.
-Herms. . . no crees que te estás. . .?
-¿Pasando? - preguntó ella - Oh, no. No me estoy pasando.
Hermione suspiró mientras caía sobre la cama.
-Peleamos antes de salir de casa, también. No sabéis lo que es. . . - Hermione no sabía explicarlo - esta mañana apagó mi despertador, para que durmiese más. Me preparó un desayuno exagerado que, además de no estar muy bien hecho (y siento decirlo así), me retrasó aún más. Cuando llegué a trabajar, una hora y media más tarde de lo normal, encontré todos mis papeles desordenados. Además, cinco de mis compañeros, los mismos cinco que aspiran al mismo ascenso que yo, se me acercaron esta mañana a tocarme la tripa y a decirme que he engordado "nos kilitos" cuando solo peso doscientos gramos más. Supersimpáticos, claro, me dijeron "bueno, ahora te dedicarás a tu hijo, ¿no?" Es como. . . como si para todos los hombres de este planeta me hubiese pasado de ser Hermione a ser el cochecito del hijo de Ron. Y, por supuesto, todos dan por sentado que no tengo más que hacer que dedicarme al niño. Machistas!!!
-Bueno. . . - dijo Ginny. La verdad es que la situación sí era un poco penosa - es bueno que cuides a tu hijo. . . no?
-Se pueden hacer ambas cosas.
-Estoy de acuerdo, - dijo Ginny - pero ya sabes. . . bueno, en mi opinión. . . Bien, los hombres siempre han tenido envidia porque en nuestros embarazos apenas sí se ven involucrados. Yo creo que quiere aportar algo. . .
-Déjalo, Gin. Ya sabemos que es tu hermano.
-Hermione, - intervino Luna, por primera vez - te estás pasando.
Hermione se llevó las manos a la cabeza.
-Lo siento. . . - murmuró después de un rato - pero reconoced que es desesperantemente machista.
08. El desesperado y la loca.
Ginny estaba preparando una cena por la victoriosa vuelta de Ron y Harry esa noche. Todos habían tratado de ayudarla, pero los había echado literalmente, cuando se pelearon por ver quién pelaba las patatas. Todos estaban sentados en la mesa del salón, con unas bebidas que Ginny había sacado y había puesto en medio de la mesa, y que no habían sido tocadas. Inevitablemente, había salido el tema Draco.
-Me lo cargo. Lo haré trocitos y los esparciré por su asquerosa mansión! - había gruñido Ron.
-Ron. . . - dijo Hermione - Tranquilo, eh?
-¡¿Cómo que tranquilo?! ¡¿Cómo que tranquilo?!
-Si TAN malo es, la verdad es que le está haciendo un favor a Ginny. ¿O no? - dijo Luna.
Hermione dirigió una mirada dura a la rubia.
-Gin no está como si la hubiesen hecho un favor.
-Yo no digo que se lo haya hecho! - protestó Luna - Yo solo digo que Draco no puede ser tan malo. No sé. . . es un sexto sentido, algo falla.
Hermione puso los ojos en blanco.
-Lo que hay son los hechos. Yo creo que deberíamos esperar a que Ginny nos dijera cómo se siente, antes de hacer nada. ¿Qué opinas, Harry?
Harry volteó la cabeza.
-No me preguntéis. Yo siempre dije que no era buena idea que se ilusionase. - dijo escuetamente, serio y con voz ronca.
Hermione fue a servirse cerveza de mantequilla.
-¿No sería más sano que bebieses agua? - preguntó Ron.
-No. - respondió Hermione, tajante.
Ginny llegó con una enorme bandeja de asado.
-Y aquí esta!!!
-Wow! Qué pinta! - exclamó Harry, fingiendo despreocupación.
-Venga, va, los campeones eligen pieza. - dijo Ginny, con fingida alegría.
-----------
-Hola, Draco. - dijo ella con un tono de voz a la vez frío y sensual, que Draco ignoró.
-Te encuentro muy cambiada.
Pansy sonrió, mientras mentalmente se decía que por qué diablos Draco no estaba sorprendido. Draco repasó mentalmente a la Pansy de años atrás, bastante gordita, con trajes muy horteras que pretendían ser provocadores y que casi daban asco. Ahora, con unos cuantos kilos menos aunque aún le sobrarían un par, y su considerable altura, sus faldas seguían siendo igual de horteras pero conseguían sus propósitos de ser provocadoras. Su personalidad. . . era visible que su personalidad estaba totalmente cambiada y, pareciendo mentira, a peor. Antes era tonta, ilusa, maliciosa. Ahora la expresión de su cara mostraba que, aunque no muy inteligente, tenía sangre fría y era calculadora. Draco la estaba mirando, cuando ella se volvió, y entonces vio algo en esos ojos azules y en esa sonrisa con labial rosa chicle, algo que por un segundo lo asustó mucho. Fue tan solo un instante, pero aquellos ojos, aquella sonrisa. . . le dieron la sensación de que a aquella chica estaba totalmente loca. Trastornada. Bien, sí era verdad que Pansy siempre había tenido dejes de locura: alguna que otra vez se había puesto histérica y había destrozado la sala común, o de pura nerviosismo se mordía el labio o retorcía un pañuelo hasta sangrar y, por lo general, casi todas sus novias conocidas (las de Draco) habían tenido que lidiar con Pansy hasta que o sufrían un "accidente" o se "encargaban" de ella. Pero nunca, jamás la había visto de esa manera. . . Se despabiló para que Pansy no pudiese darse cuenta de su sorpresa, pero ella no pareció notar ni la expresión de Draco ni la suya propia, sino que se acercó y se agachó hasta quedar a la altura de la mirada de Draco.
-Lo estoy. . . y no sabes cuánto. - en un principio el rubio no supo a qué se refería su interlocutora, pero después, mientras ella le quitaba el hechizo que lo esposaba, comprendió que se refería al último comentario que él había hecho.
-No intentes escapar, no podrás. Por cierto, tengo que quedarme aquí hasta que acabes, así que procura darte prisa. - dijo ella, como por rutina.
La rubia le acercó la comida. Él probó un trozo de carne. Estaba rica. . . y tenía tanto hambre. . . estuvo a punto de lanzarse a ella como un poseso, pero por miedo a que estuviese envenenada y para no mostrar debilidad, se comedió y, siempre con unos modales exquisitos, empezó a comer.
-Vaaaya, Draquito, - dijo Pansy con despreocupación - en qué líos te metes. . .
-¿Sigues alargando las vocales? Me produces dolor de cabeza! Ah, y, por favor, no me vuelvas a llamar "Draquito" - comentó él con la misma despreocupación. - De todos modos, ya saldré de mis líos como he salido otras veces.
-No, Draquilín, esta vez no sales. - dijo ella.
-¿Quieres hacer el favor de llamarme Draco?
-No pareces nervioso, ¿eh? - preguntó ella retóricamente, haciendo caso omiso de las últimas palabras de Draco - No, - suspiró, respondiéndose a sí misma - tú nunca lo estás. Y haces mal, porque esta vez no. . . no te salvas. Si hubieses seguido tu carrera, si te hubieses casado conmigo. . . - más despreocupación.
-Cuántas veces tengo que decirte que yo ya estoy casado? Es que no te cansas de oírlo? - interrumpió él.
-Otra vez sales con la tontería? Ni años después dejas de repetirla. . . Si antes querías ser interesante, o darme largas, todavía. Pero que ahora me salgas con esto. . .
-Piensa lo que quieras. Pero es cierto.
Ella suspiró de nuevo.
-Pero eso ya no importa, ¿sabes? Me voy a casar. - se sonrió - Con otro, claro está.
-¿De veras? - dijo Draco, poco interesado.
-Sí, con Steve Davison. Estoy prometida con él desde hace año y medio. - Pansy se sentó en el borde de una ventana.
-¿Con ese mierda?
-ESE es el "mierda" que además es la mano derecha de mi Lord, Draco. Eso significa mucho, mucho poder para una "mierda".
-Bah. - murmuró Draco. - De todos modos, tenía entendido que tú y las otras seis mujeres que hay en todo esto de los mortífagos, solíais hacerle compañía a "vuestro" Lord.
Pansy sonrió. Sabía a lo que Draco se refería.
-Así era. . . y así es. Él es mucho más increíble de lo que puedas llegar a imaginar.
-¿Tan increíble como asqueroso? - dijo Draco, terminando la carne.
-No siempre es agradable, Draco, pero lo que viene después, el poder, es muucho muucho mejor. Y ah, Draco, yo que tú no llamaría asqueroso a nuestro Lord, porque también es el tuyo. . . y podría irte muy muy mal. - dijo Pansy mientras se iba, y después de volver a maniatar a Draco.
. "¿Peor que ahora? ¿Con hambre, encerrado, esperando la muerte y sin Ginny? ¿Peor que eso? Ya,ya. . ., lo que tú digas, bonita" pensó Draco, tratando de ser positivo. La imagen de loca que Draco había tenído de Pansy segundos antes se le antojó, entonces, una tontería. Cansancio. No obstante, lo obsesionada que ella estaba con el poder. . . eso no era nada bueno.
---------------
-Va a ser difícil convencerle para que vuelva al carril. - dijo Pansy, sentándose sobre Davison.
Davison se rió.
-Ya no queremos que vuelva al carril, Pans.
-¿Ah, no? - preguntó ella.
-No. . .
-Lo mataremos. - dijo una voz.
-Creo que eso tampoco, - dijo Davison, pesaroso - acabo de hablar con nuestro Lord. Me ha dicho que lo necesita vivo para otros fines, pero no me ha dicho para qué. . .
Davison, que parecía realmente enfadado, descargó su ira contra una de las mesas de aquella salita de descanso.
-Amor, te veo tenso. . . - murmuró Pansy - ¿necesitas un masaje?
Davison la besó..
-Lo que yo necesito es otra cosa. - la cogió y, levantando la mano derecha, se despidió de su otro acompañante - Nos vemos.
Davison subió las escaleras con Pansy cargada en sus brazos. . .
-----------
-Ja, ja, ja!!! - Ginny reía sin parar.
Hermione miró a Luna. Solo habían sido dos copas de hidromiel, y en un caso normal no habría parecido borracha ni nada así, pero la verdad Ginny estaba TAN contenta y parecía estar pasándoselo TAN bien para la situación en la que estaba. . .
-¿Quién quiere más? - preguntó la pelirroja, entre carcajadas.
-Estoy llenísimoooo. . . - gritó Harry.
-Muy rico, hermanita, pero yo tampoco puedo más.
-No, gracias. Pero estaré encantada de venir mañana a acompañarte a comer lo que quede. - comentó Luna.
-Vale, vale, estás invitada. . . ¿más, Mione?
-No. Lo siento, pero creo que reventaré.
-¿En serio que no quieres más? - preguntó Ron, instantáneamente.
-Totalmente. - dijo Hermione, sonriendo.
-¿Seguro? - preguntó el pelirrojo volviéndose hacia su mujer.
-Segurísimo, Ron.
-Antes te serviste tan poco. . .
La sonrisa de Hermione se volvía más forzada por segundos.
-Era suficiente, Ronald. No seas pesado.
-¡¿Pesado?! ¿Pesado yo? La pesada eres tú! Qué manía con no querer comer! A la comida pasó lo mismo, y no me creo que no te gustasen los espaguetis que hice! - Ginny, Luna y Harry se miraron riéndose por lo que había dicho Ron (un desastre en la cocina), pero él ni siquiera pareció advertirlo.
-Tenían demasiada pimienta, cariño!
-Mira, Mione, no me calientes. Creo que en tu estado. . . bien, el niño tiene que estar bien nutrido, lo dijo mi madre, así que hazme el favor de nutrirte.
-¡¿Perdona?! ¿Cuál estado? Hablas. . . como si fuese una enfermedad! No estoy enferma, Ronald, estoy embarazada. Y sigo siendo yo. No soy el envoltorio del niño, SOY YO, por Dios! Y creo que deberías confiar en mí, sé perfectamente lo que tengo que hacer!
Ni Luna, ni Harry ni Ginny parecían tan divertidos ahora.
-Pues entonces come!
-Ya he comido suficiente, Ron! Estoy harta de que me abras y me cierres todas las puertas, recojas mi ropa, desordenes todos mis papeles hasta que parezcan ordenados, TRATES de planchar, hasta cambies de canal por mí y de que me salgas con tonterías como la de la cerveza de mantequilla! Tal vez cuando esté como un tonel no pueda. . . yo qué sé! No pueda agacharme cuando se me caiga algo, pero no soy una inútil! Ni soy de porcelana ni me voy a romper! Y créeme que si voy a poder parir, voy a poder hacer un montón de cosas mucho más sencillas! Es más, si no te lo hubiese dicho, ni siquiera te habrías dado cuenta de que estoy embarazada! Así que ya DÉJAME EN PAZ!!!
Hermione salió hecha una furia en dirección al cuarto de Ginny. Ginny miró al resto de la mesa.
-Emmm. . . voy a ver.
-Déjala! - gruñó Ron - Está muy hormonal!
Luna puso los ojos en blanco.
-Precisamente es eso! - exclamaron las dos.
-¿Qué pasa? ¿Qué he hecho ahora? - preguntó Ron a Harry.
Harry se encogió de hombros, mientras Luna y Ginny iban en pos de Hermione.
------------
Llegaron al cuarto de Ginny, y nada más entrar un cojín sobrevoló sus cabezas.
-No lo soporto! - gritó ella.
-Herms. . . no crees que te estás. . .?
-¿Pasando? - preguntó ella - Oh, no. No me estoy pasando.
Hermione suspiró mientras caía sobre la cama.
-Peleamos antes de salir de casa, también. No sabéis lo que es. . . - Hermione no sabía explicarlo - esta mañana apagó mi despertador, para que durmiese más. Me preparó un desayuno exagerado que, además de no estar muy bien hecho (y siento decirlo así), me retrasó aún más. Cuando llegué a trabajar, una hora y media más tarde de lo normal, encontré todos mis papeles desordenados. Además, cinco de mis compañeros, los mismos cinco que aspiran al mismo ascenso que yo, se me acercaron esta mañana a tocarme la tripa y a decirme que he engordado "nos kilitos" cuando solo peso doscientos gramos más. Supersimpáticos, claro, me dijeron "bueno, ahora te dedicarás a tu hijo, ¿no?" Es como. . . como si para todos los hombres de este planeta me hubiese pasado de ser Hermione a ser el cochecito del hijo de Ron. Y, por supuesto, todos dan por sentado que no tengo más que hacer que dedicarme al niño. Machistas!!!
-Bueno. . . - dijo Ginny. La verdad es que la situación sí era un poco penosa - es bueno que cuides a tu hijo. . . no?
-Se pueden hacer ambas cosas.
-Estoy de acuerdo, - dijo Ginny - pero ya sabes. . . bueno, en mi opinión. . . Bien, los hombres siempre han tenido envidia porque en nuestros embarazos apenas sí se ven involucrados. Yo creo que quiere aportar algo. . .
-Déjalo, Gin. Ya sabemos que es tu hermano.
-Hermione, - intervino Luna, por primera vez - te estás pasando.
Hermione se llevó las manos a la cabeza.
-Lo siento. . . - murmuró después de un rato - pero reconoced que es desesperantemente machista.
