Lo que Cambia y Regresa.

Written by: Lore-chan.

            Lo conoció en clases de música. Parecía alguien amable y lleno de problemas al igual que él…éste le abrió la puerta de una nueva realidad, una realidad que pronto fue parte suya.

            Descubrió el rechazo…

            Descubrió lo que significaba perder a un amigo de verdad y por supuesto descubrió lo que era perder a un padre…

            Yamato lo descubrió.  

            3º Parte : El ser 'hombre'

                /…No recae sólo en el hecho de serlo/

        Yamato veía a través de la ventana como una noche más atrapaba el cielo llenándolo de estrellas. Desde el interior del departamento se desprendía un agradable aroma a carne asada que se preparaba en el horno. Aquel aroma no le traía buenos recuerdos, era el mismo que quedó encerrado en sus remembranzas cuando esa discusión se hizo presente en el lugar. Ahí, en la sala, frente al televisor él rodó por la alfombra con un hilo de sangre cayendo por su barbilla temblando… con miedo…

Flash Back

            Ese día, su padre había llegado más temprano de lo acordado a través de los mensajes que se dejaban el uno al otro por papeles. Masaharu le escribía uno a Yamato cuando llegaba en la madrugada y Yamato se lo respondía antes de irse, en ese entonces, a la secundaria. Arribó alrededor de las ocho de la noche y el rubio Ishida cocinaba algo rápido para entretener a una compañía que tenía. Era un compañero de clases de música que estaba afectado por algunas cartas anónimas que estaba recibiendo con frecuencia.

            -olvídalo – dijo Yamato entregándole un refresco – ya verás que con el tiempo lo van a olvidar.

            -lo dudo… - dijo él que tenía unos ojos muy azules casi opacando los del hermano de Takeru – esto no cesa, van tres meses y llegan puntuales cada jueves.

            -y, ¿has hablado con el director?.

            -van doce desde que recibí la segunda, pero no se inmiscuirá en problemas de minorías sexuales…

            -entonces deberás pretender que esto no te afecta…sino va a seguir.

            -no le hecho Yamato – el muchacho lo tomó de la mano – …no va a terminar…lo presiento.

            -no te preocupes te voy a ayudar…

            -gracias… - alcanzó a sonreír – es increíble que un amigo – se sonrojó al mirarlo de reojo - …me apoye mucho más que mi padre o mi madre, ellos sólo se maldicen porque, según ellos, no me criaron de la forma adecuada. No sé como hacerles entender que desde que tengo memoria he sido gay.

            -yo no le he contado al mi padre aún… - susurró el guitarrista.

            -espero que él no te niegue…porque es terrible llegar a casa y que nadie te mire ni te pregunte por nada, soy como un fantasma que aterrizó de pronto. Hasta mi hermano menor no me mira, tiene miedo…cree que es contagioso – volvió a sonreír lastimosamente.

            -me tienes a mí… - Yamato se acercó tanto como para que ese chico sintiera rozar su nariz con la de él.

            -espero que me quieras… - murmuró - …no te perdonaré si mientes…

            Ishida cerró los ojos lentamente, sintiéndose culpable y lo besó. Lo besó por largos instantes, relajándose y pidiéndole perdón a través de éste, porque no iba a ser capaz nunca de decirle que no lo amaba como él esperaba. La puerta del departamento se cerró de golpe, un golpe tan fuerte que pareciese que había explotado. Y ambos jóvenes se separaron para toparse con los de Masaharu, padre de Yamato, que, atónito, no daba crédito a lo que sus ojos vieron. El hombre caminó con pasos fuertes hasta la pareja, soltó su maletín bruscamente contra la mesa y miró decepcionado a su hijo.

            -…Yamato – exhaló vahído, creía que desmayaría de la impresión.

            -yo… - trató de hablar, pero las pupilas de su padre lo callaron.

            Su amigo, pidió disculpas de no se qué y salió disparado al exterior. Tanto padre como hijo se miraban a los ojos.

            -…te lo iba a decir algún día – comenzó él - …yo soy…

            Un golpe en el rostro lo dejó de espaldas a la alfombra.

            -eres hombre, Yamato…te hice hombre – guardó silencio - ¡te hice hombre! – exclamó después marchándose a su dormitorio sin más que agregar.

            Se quedó algunos minutos más en el suelo para lograr procesar lo recién ocurrido. Y el miedo comenzó a corroerlo de a poco…

End Flash Back

            Ahora, no todo era muy diferente ese amigo al cual había besado murió a las semanas después, según la policía fue un asalto, pero Yamato sabía perfectamente que era a causa de esas extrañas cartas que él jamás le mostró. Y sintió el desprecio de un padre a un hijo como nunca antes, Masaharu no lo volvió a mirar a los ojos, no respondía los mensajes impresos en los papeles de refrigerador pidiendo conversar del tema, e incluso llegó a esperarlo despierto hasta las cinco de la mañana, pero él se negó categórico. Aunque Ishida lo presentía, desde el día en que siempre cenaban juntos y su padre faltó tres veces seguidas, no pensó que llegase a dolerle tanto.  

            Y de tanta humillación, lo enfrentó reclamándole el porqué de su actitud y a partir de ello las discusiones eran pan de cada día que se veían, era por ello que Yamato tomaba lo primero que alcanzaban sus manos y corría fuera del lugar. Y su destino resultaba siempre la casa de Sora sin razón aparente. Él sabía desde un principio que le haría daño a su amiga, pero por primera vez trató de preocuparse por si mismo y no por los demás.

            Al no estar acostumbrado a la bebida, dos o tres pequeñas porciones de licor lo hacían embriagarse casi por completo y olvidaba que era Takenouchi a la que tocaba, a la que besaba y hacía llorar…sufrir.

            La primera ocasión en la que se dieron las caricias estaba en un setenta por ciento fuera de sí, había una porción que le decía qué se sentiría estar con una mujer y otra que le impedía entregarse, y era ésa la que le impedía continuar. Hasta trató de imaginarse a Taichi, pero al besarla y sentir el sabor de su boca todo se cayó y despertó de su embrujo impuesto.

            Pensaba en todo ello cuando la puerta del departamento se abrió sigilosa y entró Masaharu arrastrando su chaqueta oscura cansado de tanto trabajo, apagó el horno tras darse cuenta que la cena estaba lista y caminó hasta su dormitorio para encerrarse en el. Adentro prendió un cigarrillo barata nervioso, se acercó a la ventana que mostraba un pedazo de la noche y despidió al aire un poco de humo en forma abstracta.

            Luego de no sentir ruido alguno, sacó cuidadoso una botella de alcohol debajo de su cama y la bebió a grandes tragos. Después del tiempo gustándolo éste comenzaba a perder su efecto.

            Minutos más tarde oyó desde la cocina sonidos de que el calentador era abierto. Asomó su cabeza por entre la abertura de la puerta y observó como su padre botaba a la basura la comida que había preparado. Lo llenó un sentimiento de rabia al ver la carne rodar por los desperdicios. Salió enojado de su dormitorio.

            -¡qué te crees! – exclamó – ¡no tienes derecho a botar la cena!

            Se quedó parado a pocos metros tras él esperando una respuesta la cual no llegó.

            -¡¿me escuchaste?!, ¡yo la preparé!.

            -porquería… -murmuró sacando desde unas bolsas comida envasada.

            -¿porquería? – repitió dolido - ¡¿por qué porquería?!… - no contestó - ¡responde!

            -porque viene de ti – le dijo en la cara.

            -si tanto te molesta verme, ¡échame de esta maldita casa!

            -no me interesa lo que hagas, si quieres irte…la puerta es ancha.

            Yamato abrió los ojos, ¿realmente había escuchado lo que su padre dijo?.

            -…todo por lo que soy… - murmuró a los ojos de él, que sin dudar lo rehuyeron.

            -tú no eres nadie…se supone que eras hombre.

            -lo sigo siendo – soltó algunas lágrimas sin voluntad propia.

            -si claro – me mofó – eres tan hombre…que te gustan los hombres.

            -yo no lo elegí, nació conmigo…

            Enojado, su padre lo tomó del cuello de la camisa acercándolo a si y lo miró penetrantemente.

            -cuando naciste…fuiste una gran alegría, porque eras el primer hombre que tenía y yo deseaba uno…hoy por hoy, Yamato, eres mi gran decepción.  

            -creo ser más hombre ahora, siendo gay – le respondió el rubio - …porque ningún hombre rechaza a su hijo por lo que es…yo jamás lo haría.

            Dicho aquello Masaharu lo soltó, no sin antes propinarlo un buen golpe.

            -…¡no te quiero ver!, ¡sal!.

            Como era ya su costumbre, tomó las llaves y una chaqueta y salió dando un portazo. Caminó por la avenida principal perdiéndose entre las demás personas completamente ajenas a su desgracia. Prontamente se halló parado ante el departamento de Sora.

            "No puedo seguir haciendo esto…" pensó una parte suya, pero la otra necesitaba cariño ya, comprensión, comprensión que no encontraba en otra parte.  Tocó el timbre una vez y su amiga pelirroja abrió la puerta creyendo que sería su madre, al verlo sus ojos brillaron en seguida como también éstos se nublaron… porque sabían lo que ocurriría.

            -hola Sora… - saludó apoyándose en el umbral cerca de ella.

            -hola… - suspiró - ¿qué pasa?.

            -¿por qué siempre lo preguntas?.

            -porque aún tengo la esperanza de que llegue el día en que me necesites para otra cosa.

            -lo lamento…

            -ya no importa, pasa… - se hizo a un lado.

            La casa continuaba adornada de las mismas cosas…Yamato creía conocer a la perfección cada rincón.

            -¿estás sola?.

            -sí. Mi madre salió durante la tarde y todavía no llega. ¿quieres tomar algo?.

            -por favor…

            -¿qué?.

            -lo que sea, agua, jugo, bebida…lo que sea.

            -bien, entra a mi pieza para que no te vea mi mamá si llega, espérame.

            La chica no demoró casi nada y llegó con Coca Cola.

            -¿qué ocurrió hoy? – preguntó ella sentándose a su lado.

            -me echó de la casa, prácticamente – sonrió.

            -vaya…lo que querías.

            -en cierto sentido sí…debe estar muy decepcionado de mí para habérmelo dicho.

            -olvida eso…¿quieres dormir?.

            -no tengo sueño… - la miró y ambas pupilas sabían lo que vendría.  

            A veces Sora dudaba de la decisión sexual que había tomado el rubio cantante, ¿en verdad era Homosexual o quizá era heterosexual?. Fuese lo que fuese los labios de él le acariciaron el cuello y al respirar tan cerca de su nariz descubrió aroma a licor en él y comprendió el porqué nuevamente pasaría aquello. Lentamente la fue acomodando de espaldas a la cama recorriendo con sus manos uno que otro sitio antes investigado, pero lo que más buscaba ella era su boca…trataba de rozarla, mas no lo lograba.

            A medida que transcurrían los minutos cada prenda fue cayendo y perdiéndose en el piso. Yamato se encontraba sin camisa y Sora absolutamente desnuda de la cintura hacia arriba. Y fue en el momento en el que sintió sus senos en los que se detuvo de golpe. No podía continuar. Su límite había llegado. Se sentó nuevamente sobre la cama con las manos cruzadas puestas en su frente meditando todo por milésima vez.

            -¿quieres la frazada? – preguntó ella tapándose con una almohada su pecho.

            -no… - la observó de frente - …tengo que terminar…terminemos…

            -¿ah?, ¿terminar qué?.

            -todo esto…si no puedo estar con un hombre tendré que estar con una mujer – dijo no muy convencido.

            -no, Yamato…dejémoslo hasta aquí…no quiero seguir. Mañana te arrepentirás…mira siempre terminamos de la misma forma no cambiemos las reglas del juego sino vamos a sufrir – sonrió acercándose – tú quieres a Taichi y no voy a permitir que te involucres conmigo porque no eres lo suficientemente valiente como para decírselo.

            -pero…

            -sin pero – apoyó el mentón sobre el hombro del de ojos azules – Taichi está confundido, sácalo de esa confusión…

            -está con Mimi…

            -estaba…terminaron hoy…

            -¿por qué?.

            -¿sabes?, quizá no eres el único que usa a las mujeres para olvidar tus problemas – cambió el tema.

            -Sora, ¿por qué terminaron? – repitió queriendo saber.

            -descubrió a Taichi con otra.

Continuará…

Notas:

Bien, es el tercer Cap. Dedicado especialmente a Yamato, no se preocupen no habrá mucho Sorato ^^, en el siguiente voy a tratar a la pareja Taimi, ya? Se van a enterar qué se dijeron cada uno al otro y etc, etc.

Espero que les haya gustado, no voy a poder subir los capítulos tan seguido porque este año se viene súper pesado en clases y apenas tuve tiempo hoy para concluir esta parte. Aún así trataré de llenarme de nuevas energías y continuar escribiendo.

Deséenme suerte que tengo prueba @~@

Muchos, saludos desde este país lejano, pero muy lindo ^^

De parte de…

L o r e – c h a n.