Lo que Cambia y Regresa.

Written by: Lore-chan.

       Era extraño verlas juntas otra vez…hablando, paseándose por ahí como si nunca nada hubiese pasado. Riendo.

       ¿Qué había ocurrido entre ellas para volver a simpatizarse?.

      

       5º Parte:  Ayuda.

       /…¿Qué es lo que siento?/.

       Yamato ya tenía más de la mitad de su ropa empacada. Aún no estaba seguro del lugar a donde iría a vivir, pero cualquier sitio era mejor que estar en su casa. No entendía porqué las cosas se le dieron de esa forma…porque no un padre comprensivo, porque no se inclinaba hacia las mujeres. ¿Qué diablos tenía Taichi que no tenía ninguna mujer?. Ya había tratado de sacárselo de la cabeza…había perdido la cuenta de cuantas veces.

No alcanzó a sentarse en la cama cuando sonó el teléfono.

-buenas noches, ¿quién habla? – dijo con desgana.

-Yamato…

El teléfono resbaló de sus manos y se azotó contra la alfombra. Parecía un tonto al sentirse tan nervioso con aquella voz, pero es que la había escuchado tan de pronto.

Levantó rápido el auricular, creía que quizá le hubiesen colgado.

-¿Taichi?.

-sigo aquí – rió - ¿qué te ocurrió que se cayó el teléfono?…¿te pongo tan nervioso?.

-no sabes cuanto…- pensó el rubio, pero no estaba tan fuera de sí para decirlo – no, lo que pasa es que lo tomé descuidadamente. Pero ya pasó…ya pasó – repitió pasándose la mano por el cabello - ¿y?…¿pasa algo?.

-no hasta el momento…te llamaba para – se tomó su tiempo para seguir – saber de ti…estaba preocupado.

-¿así?, ¿por qué? – las manos le temblaban tuvo que tomar el teléfono con ambas manos para que no volviese a caer del nerviosismo que ese chico le provocaba en todo el cuerpo.

-es que…haz estado un poco alejado. Acaso, ¿ellos te han vuelto a molestar?. Porque si es así sólo dímelo y yo los colocaré en su lugar – su voz sonaba decidida. 

Yamato sonrió inconscientemente, era esa forma que tenía Taichi para preocuparse de él…que lo mataba. Pero tuvo que dejar de lado esa alegría por una voz grave que le pidió de modo estricto que no se inmiscuyera en problemas que no eran suyos.

-no es nada para preocuparse, en serio – concluyó esperando ser convincente.

-si tú lo dices… - el Yagami suspiró – tendré que creerte.

Cuando Taichi colgó supo que las cosas no andaban como siempre y si conocía bien a su amigo, era fácil darse cuenta de que había tratado de alejarlo de los problemas que se estaban acumulando en una gran esfera y que podría explotar en el momento menos pensado.

Pero, ¿qué podía hacer él?, ¿qué?… si ni siquiera podía solucionar su gran dilema de vida. ¿cómo podía decirle a Yamato que todo estaría bien, si él no estaba bien?, ¿cómo podía decirle a Yamato que lo ayudaría en cualquier dificultad que se le presentara si no podía resolver la dificultad con su sexualidad?.

He ahí el gran dilema de vida: su sexualidad.

Estaba atormentado hace meses, casi un año. No, más de un año si lo pensaba meticulosamente.

¿Desde qué momento comenzó a dudar?, aún no lo tenía claro, pero de lo que estaba seguro era que de un día a otro lo notó  y que desde ese momento no pudo seguir tocando a Mimi.

Era difícil tener que besarla y que las imágenes de muchachos de su clase, amigos de football, chicos que veía en la calle…se aparecieran en su cabeza. Peor fue cuando él se apoderó de sus pensamientos y aparecía incesantemente. A cada segundo sin poder evitarlo, estando hasta en sus sueños.

No iba a admitir que era gay, quizá hasta bisexual sonaría mejor, Kae era bisexual y lo había estado 'ayudando' a salir de la preocupación, no del problema. Pero gay, homosexual…sonaba horrible. A sus oídos, horrible. Pero, y ¿si lo era?.

¡¿Qué tenía que hacer?!, ¿pensarlo más o seguir en la disyuntiva?. ¿Decirle a Yamato que aparecía hasta en sus sueños o decirle a Mimi que le diera una segunda oportunidad?. Sí, porque era Yamato el que aparecía en su cabeza, su rubia cabellera…sus ojos azules. Él, siempre perfecto. Pero, Mimi no se merecía lo que él había hecho…quizá si volvían Taichi se aclararía y tal vez todo había sido un mal rato….pero y ¿si no?. y así comenzaba siempre, una y otra vez, sin saber qué hacer.

Aquella noche, al igual que en muchas anteriores no durmió bien pensando en ello. No podía.

Al día siguiente el moreno se propuso averiguar de una vez su inclinación y apenas sonó el primer timbre fue a buscar a Yamato por el colegio.

En la búsqueda sus ojos fueron a dar hasta una de las tantas mesas donde se come a orillas de los árboles y ahí, ante su asombro, Mimi y Sora conversaban alegres. Se frotó los ojos pensando que era una alucinación, pero después de hacerlo ellas continuaban ahí. Comiendo un par de galletas que de seguro la pelirroja había preparado.

¿Qué demonios había sucedido que ambas ya eran amigas otra vez?

A pesar de su enorme asombro, debió seguir su camino sino se iría todo el descanso en hallar una respuesta al suceso.

Caminó hasta el pasillo de piedras y césped que llegaba hasta la cancha de football y notó el sonido único que emitía la armónica de Yamato que estaba encaramado en uno de los árboles del patio con vista a la cancha.

Éste tocaba la armónica con sentimiento y Tai sabía que algo le estaba ocurriendo puesto que tañía el instrumento sólo cuando se encontraba acongojado.

Lo miraba pensativo, sin quitarle ojo de encima. Lo observó un buen rato…absorto.

Yamato terminó su melodía y primero abrió con lentitud los ojos, pero al ver a Taichi allí, mirándolo de aquella forma tan penetrante…los abrió de un golpe y perdiendo el equilibrio cayó a sus pies.

-¿estás bien? – preguntó su amigo arrodillándose a su lado preocupado - ¿te golpeaste en algún lado?.

-no, nada. Estoy bien…bien… - y se levantó ágil, pero completamente rojo de vergüenza de haber sido tan estúpido.

Taichi lo observó taciturno sin saber muy bien de qué hablar ahora que lo había encontrado. Quería preguntarle el porqué tocaba su armónica pero era seguro que recibiría una negativa puesto que él no hablaba de sí y no le gustaba andar divulgándolo tampoco, aunque fuera con una amigo.

-vi a Sora hablando con Mimi – dijo de pronto.

-sí, yo las vi ayer – Yamato se apoyó contra el árbol – al parecer ya arreglaron sus diferencias…ya era hora – suspiró.

-nunca supe porqué se enfadaron, ¿tu lo sabes? – y Taichi pensó que el tema no era tan malo después de todo.

-bueno, Sora me contó…pero me pidió estrictamente que no se lo dijese a nadie…

-oh, vamos. Soy yo, a ¿quién se lo diría? – preguntó ofendido – tampoco soy un chismoso…no tengo a quien contarle.

Yamato titubeó. Confiaba en Taichi, pero ¿qué pasaría si Sora se enteraba que él le había contado a otra persona?. ¿cómo negarle la información si estaba tan guapo y casi implorando?.

-está bien – dijo al fin – pero promete que no dirás nada a nadie. 

-lo prometo – y levantó la mano derecha en señal de juramento.

-¿recuerdas la noche en que buscábamos a Sora porque había discutido con su made? – Taichi asintió – estaba donde Mimi y pasó la noche allí…Mimi estaba sola y sacó algunos licores. Ambas bebieron…Sora dijo que ella estaba un poco más ebria que Mimi…bueno, la cosa es que – el moreno se aproximó a su amigo para poder escuchar mejor y sin que ninguno de los dos lo advirtiera, estaban ruborizados a causa de la cercanía – …se besaron – dijo casi en un susurró.

-¡¿qué?! – exclamó - ¿ambas se…? – pero Yamato le dio una señal para que guardara silencio.

-no sólo eso, al parecer se tocaron un poco…pero nada serio. Mimi se molestó con ella diciéndole que fue Sora quien la besó y quiso sobrepasarse con ella. Pero al fin y al cabo ambas tuvieron la misma culpa.

-por eso Mimi no me había dicho nada… - dijo Taichi pensativo – ¿o sea ella…?

-no debes juzgarla – interrumpió el rubio severo – nadie tiene derecho a juzgar a las personas. Debía ocurrir y ocurrió.

El Yagami lo miró en silencio y recordó lo que tenía pensado hacer, pero aún así era difícil olvidar lo que Yamato le había dicho acerca de Sora y su ex novia. ¿Qué hacer?.

Su amigo se sentó en el césped con la espalda apoyada en el tronco del árbol de donde cayó. Se veía triste y Taichi se acuclilló nuevamente a su lado. Luego tendría tiempo suficiente para meditar sobre Mimi y la Takenouchi.

-¿qué te sucede? – preguntó – anoche no me quisiste decir, pero sé que algo te preocupa.

-no es nada, Tai.

-sí, claro…no soy tonto y por algo soy tu amigo. Puedes confiar en mí para lo que sea…si tienes que decirme algo, si necesitas ayuda…

"¿ayuda?"  pensó Yamato. Por supuesto que la necesitaba, miró al de ojos marrones: -¿me ayudarías en lo que sea?.

-es lo que te estoy diciendo.

-entonces…¿me aceptarías en tu casa por algunas semanas?.

Continuará…

Notas:

Al fin otro caps de este fic. Tenía sólo una hoja escrita porque no me llegaba la inspiración con esta historia, pero hoy sí y aquí está. Espero que haya sido de su agrado. Maleysin ya pudiste leer la continuación Cálmate!.  

Un beso a todos.

L O R E - C H A N