Sin Consejo de Nadie.
Written by: Lore-chan.
2º Capítulo.
Takeru y Hikari, ¿era necesario recordarles cuánto tiempo se conocían?. No, porque siempre se lo estaban recordando el uno al otro cuando los demás chicos les decían que ambos hacían una pareja perfecta y que deberían de una vez decirse que estaban enamorados. Claro, todos menos Taichi que tenía que morderse la lengua en presencia de Sora cuando salía el tema.
Nadie quería entender que no estaban enamorados…o ¿sí?.
¿Qué era esa mirada que Takeru daba a Hikari cuando ésta le pedía el favor a su padre de que les prestara la camioneta?. ¿Qué eran esas palabras en tono delicado que hacía Hikari cada vez en que estaban solos?. Pero no, no estaban enamorados.
Estaban irritados al ver que el regalo de Sora no debía ser visto tan fácilmente y que con la camioneta se vería a dos o tres kilómetros a la redonda.
-podríamos contratar a un montacargas… -comentó la hermana de Taichi cansada.
-¿a estas horas? – Takeru alzó la muñeca para constatar la hora con su reloj y ya daban las diez un cuarto – Sora comenzará a sospechar si no llegamos a la hora.
Él tenía razón.
Ambos se cruzaron de brazos frente al regalo de su amiga: un automóvil.
¿Por qué un automóvil y no algo que ocupase menos espacio?. El auto era pequeño, eso sí, pero no quitaba el hecho de ser un auto. La madre de Sora había juntado dinero por un buen tiempo y de un momento a otro, al pasar por una automotriz, se dijo que el mejor regalo de todos debía de ser eso. Además, ella se lo merecía, su relación había mejorado considerablemente con el avanzar de los años.
Pero como no quería interrumpir la reunión de su hijo y sus amigos, les pidió a Hikari y Takeru si es que podían llevárselo. Y desde ese momento sus ratos libres se transformaron en toda una odisea buscando a alguien que lo ayudase a transportarlo. Porque nadie quería que llegase de una forma común, debía ser espectacular…debía de aparecer de la nada.
En fin, no había ninguna otra situación al alcance de sus manos para llevarlo así que deberían amarrarlo a la camioneta de su padre el cual lo cubría si se veía desde en frente. Lo dejarían guardado a la vuelta de la esquina y asunto arreglado hasta que dieran las doce.
Entre tanto, a la reunión ya había llegado Taichi y todos conversaban alrededor de un 'poco' de licor de 'cada' licor habido y por haber. Ninguno fumaba a excepción de Yamato que había heredado esa costumbre de su padre años atrás y ahora lo hacía con más vehemencia luego de enterarse de los sentimientos de Jou.
Miró a Sora de reojo y ella observaba de igual forma al chico de lentes que casualmente hacía lo mismo en dirección a la pelirroja. Y si no estuviese tan preocupado de la Takenouchi habría notado que Mimi también miraba a Taichi y que Taichi sólo tenía ojos para su vaso con vodka y la cabeza empapelada con la imagen de Hikari, preguntándose en donde estaría su hermana en esos momentos.
-voy al baño, permiso – Mimi se abrió paso entre Yamato y Jou.
Sora la notó un poco extraña, pero no dijo nada ni tampoco la siguió. Pensó que quizá aún no superaba el haberle dicho lo de su regalo…
-vamos – dijo ella – están más callados ahora, estábamos conversando muy bien hace poco. ¿por qué?.
-pon algo de música movible, Sora – pidió Jou que se apreciaba algo incómodo – para relajar tensiones.
-¿Jou quiere bailar? – dijo en tono irónico, Yamato – sólo falta que Taichi deje de pensar en donde diablos está Hikari.
Se oía molesto y todos lo notaron… mirándolo enojados, en especial Taichi que no estaba de buen humor. Fuese como fuese a ninguno de los presentes le había agradado su comentario.
-voy al baño – dijo el moreno levantándose con su vaso.
Sólo quedaron ellos tres, en silencio. Los tres nerviosos, Jou por Sora que no dejaba de mirarlo cada vez que podía y por Yamato que se había vuelto en contra de él de un segundo a otro; Sora por Jou que insistía en que sus pupilas se cruzaran siempre y por Yamato que no entendía su nueva postura frente a ella y a Jou. Y Yamato, por Sora por no entender esa repentina atracción hacia Jou y por Jou que no dejaba de persuadir con la mirada a la pelirroja. Hasta creía que se abalanzaría sobre ella a besarla o algo por el estilo…
La festejada se levantó yendo hasta el computador puesto en una esquina de la casa. Eligió la primera canción al alcance del mouse: 'Yokan' de Dir-en-Grey, que sonó potente en el departamento y sin más se puso a bailar sola en medio de la sala. Ambos chicos la quedaron viendo embobados, fascinados y maravillados por sus curvas que se movían al son de la música.
Se dirigieron miradas desafiantes: ahora comenzaba la batalla por quien conseguía el cariño de la pelirroja en su cumpleaños y durante esta reunión.
Jou a pesar de no saber los sentimientos de Yamato los dedujo desde el instante en que sus ojos brillaron por el cuerpo de la muchacha. No tenía idea de cómo de había enterado el rubio, pero ahora no le interesaba.
Taichi, aunque nadie lo vio bien, ya había vaciado la botella de vodka y tomado dos vasos de cerveza. Aún no estaba completamente ebrio, pero el camino comenzaba a moverse sin que pudiese evitarlo.
Llegó a la puerta del baño y sin siquiera golpear la abrió. Mimi estaba adentro y lanzó un pequeño grito que no se escuchó en el comedor debido a la música que había subido de volumen. No estaba haciendo nada malo, sólo sentada en el excusado pensando.
-y ¿tú? – preguntó apoyándose en el umbral y la apuntó con el vaso - ¿no deberías estar bailando?. Ya comenzó la 'fiesta'…
-quería estar sola, allá están extraños y no me gusta la manera en que se miran.
-aah – dijo Taichi y empinó el vaso para tomar un trago contundente – el estúpido de Yamato es el extraño…¡qué se cree! – dijo al recordar lo que el rubio había dicho de él.
-te enojaste bastante… - fue lo único que atinó a decir.
Mimi lo miró embelesada a sabiendas que estaba a pasos de la embriaguez, pero aún en ese próximo estado era muy atractivo a sus ojos. La forma en que estaba apoyado en el umbral era: hot!, pensó. Su cabello más revuelto de lo acostumbrado, sus pupilas más pequeñas que en lo diario y su ropa como siempre…la misma que llevaba a todas partes.
Taichi, no sabía si era a causa del alcohol, pero Mimi lucía realmente atractiva ese ajustado vestido verdeagua. No negaba que hace algún tiempo atrás la chica le había atraído, mas no fue algo serio…sino una atracción surgida en el verano al verla en traje de baño.
-te ves bonita.. – le dijo antes de beber otro trago.
Mimi se ruborizó y apartó la vista al lavamanos: -gracias…
Continuará…Notas:
Me he dado cuenta que tengo muchos fics que me exigen continuación así que las historias que he subido recientemente tendrán caps cortos, trataré de que sean de excelente contenido, pero quizá termine estresada con tanta historia, ya?.
Besos,
L O R E - C H A N
Maleysin, estoy trabajando en el Taito así que cálmate ^^
