Hyrule Kingdom No Densetsu.

Notas Iniciales: ........mmmm, hola, los saludo desde la lejana tierra de chilangolandia (México D.F.) este es mi 1º fanfic y espero que les guste. Algunos datos que deben conocer son los siguientes.

Este Fic, esta situado 10 años antes de que nuestro querido y admirado Héroe del Tiempo nazca, se trata de las guerras por el poder dorado, los caballeros Hylia, la creación del Templo del Tiempo y muchas cosas más, espero que les guste.

Prólogo: El Primer Encuentro.

Era una mañana brumosa y fría, todo indicaba que el invierno empezaba, el lugar estaba oscuro y desolado, a lo lejos se podía observar la llama de una vela y la figura de una frágil mujer, de aproximadamente 20 años, cabello rubio y hermosura inigualable; en el mismo lugar se encontraba un hombre que sólo la observaba, él era fornido y alto, de unos 25 años, en su cincho estaba una daga y un sable, su cabello era corto, como los que usan los soldados de elite, en su mirada se podía observar una llama que ardía al observar a la dama de la que parecía estar enamorado.

El sol por fin salía; el mercado, que se encontraba a los alrededores del castillo, empezaba a abrir sus puertas, el puente que dejaba entrar a los extranjeros a la villa era desplegado y el guardia que les daba la bienvenida a los foráneos se ponía en posición.

En toda la villa se rumoraba sobre el destino del reino, el Rey había muerto en batalla, sólo hubo algunos sobrevivientes de la cruel lucha en la que había perdido su vida. El Capitán de Caballeros Nohansen y el líder de la 2º tropa Zhein, fueron responsables de traer el cuerpo del Rey, al cual hicieron los honores fúnebres en el castillo.

Parecía que todo estaba perdido, el Rey no tuvo ningún hijo a quien heredar el trono, sólo una hija, ella estaba comprometida con un príncipe de una zona lejana, el cual apoyaba al reino con suplementos médicos y alimenticios. La princesa nunca estuvo de acuerdo en dicho compromiso, pero era necesario para abastecer al ejército.

Los villanos discutían en el mercado el futuro incierto del Reino.

-No podremos vencer al otro reino, es mejor que nos rindamos- se escuchaba decir al panadero Bred.

-No podemos hacer eso, caeremos en lo peor si lo hacemos, debemos unirnos, pero sin un verdadero líder, sin nuestro Rey, es muy probable que perdamos no sólo nuestro reino, sino también el poder dorado que tiene la princesa.- comento el joven líder de la tropa 17 Zee Venth, el cual era el más joven de todos los oficiales, con 18 años. La verdad era increíble que un joven de su edad tuviera tanto valor y liderazgo, sus subordinados le respetaban. De tez morena y cabello negro, algo enrizado, sus ojos eran del mismo color que su cabello, realmente le encantaba ese color, pues toda su vestimenta era del mismo, en su cinturón había una espada forjada en metal negro de la cual estaba orgulloso y por el mismo motivo la presumía sin una vaina.

-Nohansen debe ser el rey- decían los pajes de los caballeros.

-Cierto, es uno de nuestros mejores hombres, además no conocemos al tipo que está comprometido con la princesa, ¿qué tal si es un tirano?- comentaban algunos miembros de la guardia.

En ese momento el otro caballero que llevó el cuerpo del difunto Rey se incorporaba a la plática, tenía unos 23 años, alto, poco fornido, de cabellos color castaño claro, ojos de color verde que denotaban inigualable valentía, llevaba una capa que cubría el escudo, arco y carcaj de flechas que portaba; en un su cinturón había una daga y una espada envainada.

-No deben desesperarse, Nohansen podrá dirigirnos hasta la victoria... pero requiere de todos nosotros para lograrlo, de su apoyo y de su sacrificio, ustedes mejor que nadie saben que no podemos rendirnos en estos momentos, saben que si no triunfamos, nuestros niños sufrirán las consecuencias, la última esperanza que tenemos es la de atacar su ciudadela, si no lo hacemos ahora...-

En ese instante una roca caía del cielo, esta se dirigía a dos pequeños que jugaban cerca de la armería, Zhein hizo un movimiento muy rápido sacando a los chiquillos del apuro, de inmediato tomo su caballo de color carmín y se dirigió hacia el castillo mientras les gritaba a los aldeanos -¡Mujeres y niños refúgiense en los sótanos de las casas, y los hombres pidan al armero todas las armas y escudos que tenga, díganle que Zhein se los pagará luego, que es una emergencia!.-

Acto seguido se dirigió al líder del 17º batallón -¡Zee quiero que te encargues de que todos evacuen el área de riesgo y que los hombres estén preparados para cualquier cosa!-

Y así, todos los aldeanos se dirigieron con Armand, el armero, que era de aspecto tosco, con cara de pocos amigos, se negó a dar todas sus armas y escudos fiados pero tuvo que acceder ante la presión que todos le hicieron.

Mientras, Zhein se dirigía al castillo, pero antes de llegar, se encontró con una dama de cabello rubio, que a los ojos de Zhein parecían dados por la Diosa Din, de 18 o 19 años, ojos azules que reflejaban una total pureza, tez blanca como la nieve y hermosura desbordante; tal fue la distracción del joven caballero que casi ocasiona que el caballo se estampe contra un muro de piedra, el caballo giró al ver que se dirigía al muro, Zhein al no darse cuenta ni sentir el movimiento que el potrillo hizo, cayó. Por la acción que había presenciado, la dama río dulcemente. Aunque Zhein parecía recuperar la cordura, cuando volvió a ver a la dama se tiro de espaldas cayendo de nuevo al suelo, la joven se preocupó y se acerco al caballero.

-¿Se encuentra bien?- le preguntó la dama.

-Sí, me encuentro bien, mmm, hace un buen clima ¿no lo cree?- le respondía Zhein algo nervioso, atarantado y apenado por lo que le acababa de suceder.

-Yo no estaría preguntando eso en estos momentos, después de todo, nos encontramos en tiempo de guerra y es difícil que se gane la batalla después de la muerte del Rey- le contestaba la dama de una forma linda y directa.

-¡Oh! Es cierto, tengo que dirigirme al palacio- tomó una flor silvestre que encontró a su alrededor y se la entregó a la dama -Espero volverla a ver en mejores condiciones- montó a su corcel y se dirigió a todo galope hacia el castillo.

Cuando llegó, observó que los caballos del capitán Nohansen y del líder de la 1º tropa Lay Tolktibh seguían en el establo. Tolktibh era un sujeto algo alto y demasiado fornido, de cabello castaño, mejor dicho, lo que le quedaba de cabello, de unos 24 o 25 años, algunos decían que era un charlatán pero los pocos amigos que le quedaban argumentaban lo contrario, decían que era el más leal de los hombres, aunque no lo pareciera. De inmediato el líder de la 2º tropa subió por la torre principal en busca de los dos caballeros, indagó por todo el castillo hasta que llegó al cuarto del difunto Rey. Ahí se encontró a Lay, con el que por cierto, no se llevaba muy bien.

-Lay, estamos bajo ataque, la villa está en peligro, tengo una idea, pero necesito de tu ayuda, quiero que tus hombres se reúnan y ataquen desde el oeste, mientras los míos atacan desde el este para realizar un ataque de pinza, con esto detendremos su avance y no tendremos bajas- explicaba agitado Zhein

-¿Qué demonios? ¿De que hablas hombre?, además realmente crees que ese estúpido plan funcionará, lo mejor será que te retires del campo de batalla, tu cerebro se está fundiendo. En vez de atacar por ambos lados lo mejor será atacar frontalmente, el enemigo no sospechará que lo atacaremos de esa forma y venceremos más rápido- le dijo Lay, vanidoso y muy confiado de sí mismo.

-Bueno, es mejor hablarlo con Nohansen, ¿Dónde se encuentra el capitán?- preguntó Zhein muy molesto.

-Probablemente esté en el cuarto que era del Rey, junto a la princes... es decir, la Reina, consolándola por los acontecimientos recientes- Le contestó Lay mientras se veía en un espejo y se peinaba la única parte llena de cabello que le quedaba, su nuca.

Zhein decidió dejar al vanidoso y arrogante caballero y entró al cuarto del Rey, donde efectivamente se encontraban la nueva Reina y el Capitán Nohansen.

- Alteza, Capitán, lamento interrumpir y traer de nuevo malas noticias, pero estamos bajo ataque de un nuevo enemigo. Yo supongo que no puede ser el reino contra el que nos enfrentamos hace unos días, pues el mismo Rey Fernemd prometió que no atacaría hasta que la luna estuviera llena, y aún está en creciente. Mi recomendación es realizar un ataque de pinza de este a oeste, pero Lay dice que será mejor un ataque frontal, usted, ¿qué ordena que hagamos?-

Nohansen estuvo pensando todo lo que Zhein le había dicho en ese instante, dirigió su mirada hacia donde se encontraba su amada Reina para después ver que Lay entraba por la puerta

-Zhein, combinaremos tu plan con el de Lay, primero haremos un ataque frontal, cuando los arqueros disparen las flechas incendiarias, tú y Venth atacaran por Oeste y Este respectivamente. Ahora salgan de inmediato y contacten a sus tropas.- Después volteó hacia donde se encontraba su amada -Majestad, discúlpeme, debo de salir a atender está emergencia- se hincó y le beso sutilmente la mano, los otros dos simplemente hicieron una reverencia y se apresuraron a reunir a sus respectivos batallones.

Cuando los hombres que estaban en el mercado vieron a Nohansen acercándose empezaron a formarse para recibir las ordenes del Capitán y prepararse para luchar, si se presentará el caso. Nohansen observó que Venth seguía organizando a los hombres, se dirigió hacia donde estaba.

-Venth ve con tus hombres al Este y cuando observen que las flechas incendiarias son lanzadas, diríjanse de inmediato al lugar de la batalla- el joven entendió de inmediato y se dirigió con sus hombres al Este.

Mientras tanto, Zhein ya se encontraba en el Oeste, estuvo observando la situación desde un árbol, se percató de que sólo había una catapulta y que el enemigo no se dio cuenta de los movimientos que habían realizado para llegar al lugar. Bajó del árbol y le dijo a Zekh Onodth, un joven de cabello castaño oscuro, ojos café claro, igual de alto y fornido que el mismo Zhein, el cual era el 2º al mando de la tropa número 2.

-Prepara a los demás para atacar en cualquier momento. Cuando ataquemos debemos aprovechar al máximo la sorpresa que causaremos. A los arqueros diles que en el momento en el que vean las flechas, disparen las suyas hacia las reservas del enemigo- de inmediato, el joven al que se dirigía hizo caso y les dijo a los arqueros lo que su líder había mandado.

Mientras del otro lado, Zee llegaba con todos sus hombres algo apurados, puesto que tenían que haber estado ahí 10 minutos antes, al observar que el batallón de Zhein seguía en su posición pudo respirar un poco más aliviado, discutió con uno de los arqueros que lo acompañaban.

-Señor, ¿Debemos atacar cuando las flechas incendiarias caigan? O esperamos a que ustedes lleguen al punto de la batalla y atacamos a las reservas.-

-Es preferible que ataquen en el momento que observen la señal, ataquen a las reservas desde el principio, así será más seguro que no nos respondan el ataque- Le contestó Venth, observando hacia la posición que ocuparía el capitán Nohansen, esperando observar las flechas y de inmediato atacar.

Lay ya había llegado al lugar donde se le había encomendado, sólo esperaba a que Nohansen llegará con él y ordenará el ataque, observo a los enemigos que iba a enfrentar, volvió a peinar el poco cabello que tenía para posteriormente ver que Nohansen estaba a punto de llegar.

El total de hombres que pensaban defender el Reino no pasaba de unos 500, contando a los 80 aldeanos que defenderían la villa en caso de que fuese necesario; en cuanto a los demás: 100 eran arqueros, 200 estaban a caballo y 120 a pie, estos se enfrentarían a un ejercito de más de 1000 guerreros, o al menos ese era el aproximado que había hecho el vigía en la torre principal.

Cuando Nohansen llegó al lugar donde lo esperaba Lay, los soldados que estaban en el horizonte empezaron a moverse. Después de observar esos movimientos una lluvia de flechas se dirigió a donde se encontraba el capitán de caballeros, inmediatamente ordenó a sus hombres sacar sus escudos y cubrirse, milagrosamente ninguna flecha dio en alguno de los pocos soldados que tenían. De inmediato ordenó a los hombres en caballo dirigirse a atacar, era extraña esta maniobra puesto que siempre iniciaba el ataque con los hombres a pie. Cuando salió la primera línea de caballos, salió la primera de soldados a pie y tras esta se envió a los arqueros a disparar con flechas incendiarias, está fue la señal para que Zhein y Venth se empezaran a mover con sus respectivos batallones, mientras que la 3º línea de hombres a pie salía comandada por el mismo Nohansen, Lay emprendía lo mismo con la siguiente línea de hombres a caballo.

La primer línea ya había encontrado al enemigo, el cual era superior en número en esos momentos, al llegar la 2º línea parecía que se igualaba el número de oponentes, realmente eran los mejores caballeros del reino, puesto que ninguno de ellos había caído aún en el feroz combate, mientras que del otro bando ya tenían bastantes bajas. Era increíble ver a estos soldados en acción, tenían un buen manejo de la espada y un excelente dominio sobre el caballo. Los arqueros que se encontraban realizando el ataque de pinza tomaron desprevenidos a los hombres del ejército contrario, estos quisieron responder el ataque, pero quedaron acorralados al retroceder para evitar las flechas que les eran disparadas.

Al llegar Zhein hacia donde se encontraba su enemigo, llego a divisar al capitán de estos hombres, probablemente era de su misma altura, traía una armadura dorada que, en vez de parecer de esa tonalidad, era amarilla, su color de piel era blanco. Trato de observar su cara pero, antes de poder hacerlo, empezó la gran lucha.

Los cuatro comandantes se enfrentaban con los enemigos, los hicieron retroceder unos 100 metros, con lo cual lograron desmantelar la catapulta. De los 1000 que componían al rival sólo quedaban unos 450, mientras que del ejército defensor sólo quedaban unos 270, sin contar a los aldeanos defensores.

Venth ya había acabado casi con todos sus contrincantes y estaba a punto de llegar al comandante de estos; Zhein estaba a un paso de hacer lo mismo, sólo tenía que quitarse de encima a dos caballeros, estos trataron de acorralarlo, pero con un salto rápido, hizo que ambos se noquearan entre sí, y pronto llegó con el comandante enemigo.

-Detén esta lucha, no tiene sentido que nos estén atacando, ordena retirada- le dijo Zhein muy molesto.

-Fu, fu, fu, que gracia me das caballero , quiero decir, intento de caballero. ¿Crees que me rendiré o me retiraré en este momento? Sólo estoy observando sus fuerzas y debilidades. ¿Por qué crees que fue tan fácil que vencieran a un ejército de 1000 guerreros con uno de tan sólo 400 o 500?, obviamente esto fue posible, porque estos 1000 soldados eran tan sólo aprendices.- dijo arrogantemente el caballero que tenía el cabello rubio y ojos ámbar.

-¡Basta de esto! ¡Eres un maldito!- Zee empezó a atacarlo con su espada negra, la cual el caballero paró con su mano, sin desenvainar su espada.

-¿Eso es lo mejor que puedes hacer?... niño, debes mejorar. ¿O es que acaso eso es todo lo que este sucio reino puede ofrecer: Sólo caballeros débiles?- soltó la espada de Zee y le hizo una seña tanto a él como a Zhein para que lo atacaran juntos.

Inmediatamente empezó la lucha. Zhein lo atacó con su espada envainada, era increíble, durante toda la batalla no había desenfundado la espada, se decía que cuando la desenfundara el enemigo conocería una muerte instantánea y un viaje directo al infierno si nunca fue honorable en su vida. El sujeto la tomó con su mano y le lanzó una patada que Zhein esquivó con un salto, poniéndose a espaldas del tipo y con su daga, enfundada también, le dio un golpe que hizo que el arrogante sujeto saltará y soltara la espada de inmediato.

-¡Vaya! Al menos alguien digno con quien combatir, dime amigo ¿cuál es tu nombre?- le preguntó el sujeto a Zhein.

-De Khana, Zhein de Khana, comandante del 2º batallón del Reino de Yerluh- le contestó mientras guardaba su daga en el cincho.

-Mucho gusto Señor Khana, mi nombre es Derer, Bleid Derer, discípulo de la orden del Gran Maestro Obhentick.-dijo el hombre, mientras deslizaba sus dedos en su cabello.

En el momento en que los tres espadachines luchaban, Nohansen se encontraba en apuros. El capitán de caballeros era atacado por 5 soldados y dos jinetes, Nohansen se quitaba de encima a uno, pero de inmediato otro tomaba el lugar del último y volvía a atacar.

Lay estaba observando todo, desde la pelea de Nohansen, como la de Zhein, Zee y Bleid, en vez de ayudar a cualquiera de los tres aliados que se encontraban luchando, prefería sólo observar y derrotar a uno que otro contrincante.

-Entonces reiniciemos, ya que hemos tenido la debida cortesía de presentarnos.- dijo el caballero rubio, de inmediato desenvaino su espada y se coloco en posición ofensiva.

Inmediatamente el dirigente de la tropa 17 empuño su espada de forma amenazadora y se dirigió a su contrincante, Derer volvió a tomar el arma de su enemigo con su mano izquierda.

-Niño, te repito que debes mejorar- tomó su espada y se disponía a propinarle un estoque, pero Zhein cubrió el cuerpo de Venth lanzando su escudo, claro que esto ocasionó que el joven recibiera un golpe.

-Definitivamente es usted hábil Sr. Khana, realmente me impresiona lo audaz que es...- de inmediato trató de darle un golpe con la espada, pero Zhein, siendo más ligero al haberse quitado el escudo, dio un salto que lo hizo quedar detrás de su oponente.

De inmediato Bleid volteó y dio un paso atrás, el comandante del 2º batallón estaba decidido a derrotar a su enemigo, así que desenfundo su espada, está era reluciente como ninguna, su color acero era realmente impresionante, la luz que despedía dejaba ciego a cualquiera.

Zhein empuñó la espada con su mano izquierda, dejo su funda en el cincho y se dispuso a atacar al enemigo, su mirada reflejaba una frialdad que nunca se le había visto antes, cuando estuvo a distancia de ataque lanzó un espadazo, a lo cual Derer saltó hacia un árbol, Zhein hizo lo mismo para atraparlo, pero el rubio empuño su espada para defenderse.

Los metales chocaron, rápidos movimientos de Zhein provocaban que el rubio esquivará y se moviera cada vez más rápido. De pronto, Zee se recobró del golpe que había recibido cuando Zhein aventó su escudo, miró a su alrededor y observó la lucha entre Zhein y Bleid. Mientras ellos luchaban, decidió buscar su espada para ayudar a Zhein.

Zhein daba furiosos golpes con la espada, a lo cual Bleid sólo se defendía, algunas veces en lugar de bloquearlos con su espada saltaba hacia atrás o simplemente se movía a los lados. De pronto, Zhein dio un golpe que hizo volar la espada de su adversario, justo en el momento en el que se disponía a despacharlo...

-¡Zhein, vengo a ayudarte!- Gritó a lo lejos Zee, el cual ya había recuperado su arma. Esto hizo desconcentrar a Zhein por un momento, esto lo aprovechó Bleid para dar unas volteretas y recuperar su espada. Zhein reaccionó demasiado tarde, ya que su contrincante había recuperado su arma y se disponía a atacar.

-Ja, ja, señor Khana, nunca deje de observar a su enemigo y mucho menos a mitad de un duelo. - Saltó hacia él y de un golpe le quitó la espada de las manos.

Bleid estuvo propinando varios golpes hacia el cuerpo de Zhein, pero él los eludía de una forma espectacular, hubo un momento en el que Derer estuvo a punto de darle una estocada, pero inmediatamente Zhein sacó su daga y se defendió con ella. Zee no pudo llegar a donde se encontraba Zhein a causa de 4 caballeros que se interpusieron y a los cuales tuvo que enfrentar.

Tardó un poco, pero al final los derrotó. Entonces pudo ver como Zhein sólo se defendía con su daga y el tipo tomaba ventaja del tamaño del arma de su oponente, decidió que lo único en lo que podía ayudar a Zhein era relevarlo de la batalla, pero era muy probable que pasará lo que ya había sucedido, el sujeto tomaría su espada y lo atacaría mientras no tuviera defensa. Decidió volver a intentarlo de todas maneras.

Zee dio un salto y se acerco bastante a Bleid, de inmediato intentó golpearlo, pero nuevamente el rubio tomó la espada con sus dedos, sólo que esta vez ocurrió algo diferente, Zee presintió lo que iba a suceder y en el instante en que Bleid lanzó un sablazo, el joven comandante del 17º batallón lanzó un golpe a su rostro con su mano libre, gracias a ello, Zhein pudo aprovechar para recuperar su espada.

-¡Ugh! Vaya, esta vez si me sorprendiste niño, no creí que fueras a darme un puñetazo, obviamente fue sólo suerte tuya y descuido mío, ya que si no hubiera sido así, digamos que ahora estarías en el suelo con tu propia arma en el pecho- se dirigió Bleid a Zee mientras limpiaba la escasa sangre que escurría por su labio, de inmediato se puso en postura de combate, listo para recibir cualquier ataque.

-¡Calla maldito! Verás lo que te haremos... ¡Y deja de decirme niño!... mi nombre es Zee, Zee Venth, líder de la tropa 17- contestó irritado el joven, mientras esperaba que Zhein encontrará su arma.

-No me interesa como te llames niño, sólo sé que eres eso, un chiquillo al cual tuvieron lastima, y al ver que no había mejores caballeros, le asignaron una de las estúpidas cuadrillas que defendería este sucio Reino-

Sin esperar más, Zee atacó a aquel sujeto que había herido su honor de caballero. De nuevo los metales chocaron, Zee daba golpes que esquivaba fácilmente el caballero rubio. Zhein trató de ayudar a su joven compañero de armas, pero 2 caballeros más se interpusieron en su camino, trató de evitarlos, pero estos fueron lo suficientemente hábiles para no dejarlo pasar, el ojos verdes envainó su espada y con ella los noqueó, de inmediato observó que su amigo estaba teniendo problemas: Zee empezaba a cansarse y Derer comenzaba a acorralarlo.

Inmediatamente desenvainó su espada y se dispuso a defender a su amigo, la cruel lucha reanudó de inmediato. Derer decidió entonces no perder más tiempo con ambos caballeros, de pronto su mano derecha emitió una luz extraña, de su mano emergió una flama azul y la lanzó hacia Zee, este la evitó pero piso mal y se torció el tobillo.

Zhein siguió atacando a Bleid, cuando de repente una flecha que salió de lo lejos se clavó en su brazo derecho. Bleid volteó y observó a una persona vestida completamente de azul, tenía una clase de capucha que cubría su rostro y sólo dejaba ver sus ojos, los cuales eran del mismo color que la ropa que portaba.

-¡Qué demonios haces aquí!, se supone que debes estar con el Gran Maestro Obhentick, además ¡¿Por qué hiciste eso!? Estaba apunto de acabar con él- le reclamó de inmediato al encapuchado.

-Sí claro, cómo no, estabas a punto de perder, además no te salve porque me simpatices mucho, sino porque el Gran Maestro Obhentick lo ordenó. Dijo claramente que si en una hora no los vencías tú y el ejército de inútiles, dieras la retirada de inmediato.- Contestó el encapuchado mientras bajaba del árbol en el que se encontraba.

-Está bien, diles a los demás que se retiren, yo sólo quiero dejarle un recuerdito a este caballero que me causó problemas- Dirigió una mirada diabólica hacia donde se encontraba Zhein.

De inmediato el caballero desarmado sacó su daga, pero la mano de Bleid volvió a brillar y envió una flama hacia la mano izquierda de su contrincante, tumbándole el arma. Zhein estaba pensando en como salir de la situación presente, trató de incorporarse, pero el dolor que causó la flecha que se le había incrustado en el brazo, cerca del tórax, impidió que se levantara.

-Es hora de que nos larguemos de aquí, pero antes le dejaré un recuerdo, Sr. Khana- de inmediato el hombre lanzó un espadazo hacia el joven líder del 2º batallón... pero de repente.

-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!- Zee se lanzó aún con el tobillo torcido hacia Zhein, sin embargo...

-¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!!!!!!!!- un grito de dolor se escuchó en todo el campo de batalla, todos los que se encontraban luchando en el lugar se estremecieron. Luego del grito se escuchó una clase de trompeta o algo parecido, todos los soldados que atacaban al Reino comprendieron el mensaje y huyeron de inmediato, dejando solos a los caballeros que defendieron su territorio.

En el lugar en el que Zhein, Zee y Bleid pelearon se pudo ver un torrente de sangre, sangre que emergía de la extremidad de un hombre, sangre que gota a gota parecía extinguir la vida del caballero que agonizaba en el campo de batalla...

Fin del Prólogo: El Primer Encuentro.

Notas Finales del LOCO Autor:

Bueno, muchas semanas después de tener la idea de este capítulo lo terminé, se que es un poco corto pero espero que a final de cuentas les guste, y por favor manden todos sus comentarios en reviews o a mi correo el_gran_oni@hotmail.com Otra cosa, sean compasivos, es mi primer fic, espero que alguien lo lea T_T, me despido entonces de todos los lectores.

.....................................WHATEVER............................