Debo admitir que me dio un poco de miedo regresar a la escuela, un par de días después. Aunque Jou y los demás me aseguraron que se inventaron una historia, no me sentía muy seguro. Probablemente Jou y Honda inventaron que estaba poseído por algún espiritu maligno o cosas así...

Bueno...

Sin entrar a tecnicismos, estoy poseído por un espiritu. No maligno, pero sirve a ese efecto.

Dioses, ¡me estoy ruborizando! ¡No, no, no! ¡Que pena, ruborizarme y reírme como chica con su primer novio!

O chico con su primer novio...

Tengo que dejar de pensar en estas cosas, en serio. No son buenas para mi escasa atención en la escuela.

Entro al salón de clases y ahí estaban. Honda me agarró del cuello y revolvió mi cabello, Jou haciéndome cosquillas bajo los brazos. Y creer que estuve a punto de perder todo esto...

No, Yugi Motou, deja de pensar en ello.

Las clases empezaron. No se que historia dijeron, pero nadie hacía mas que verme de reojo un momento y regresar su atención a otras cosas. Honestamente yo no pude concentrarme. No cuando mi memoria repetía una y otra vez los sucesos de hace 2 noches...

¡NO NO NO! ¡NO TE SONROJES AHORA! Demonios... ¡debo parecer tomate!

Me pregunto si me sonrojé cuando él... ¡Ahhhhh! ¡Por favor! ¿¡En que estoy pensando!?

Cruzo los brazos sobre la banca y hundo mi cara en ellos. No quiero que me vean como si fuera una luz de semáforo o algo así.

Pero...

Su mano, recorriéndome como una suave pluma... que habilidad tiene para mandar electricidad a todos mis nervios... como tomó mi mano en la suya, entrelazando sus dedos.

Hmm... si, un espiritu me poseyó en ese momento. Besó mis labios, tocó mi cuerpo... me reclamó como suyo.

Acaricio el rompecabezas por debajo de mi banca. Creo que incluso deje escapr un suspiro.

Cada día me comporto mas como colegiala, eso no puede ser bueno.

Escucho su risa. ¿Se está burlando de mi?

DEFINITIVAMENTE no puede ser bueno.

Oh ¡cállate!, le digo. Oh dioses, me mandó un beso...

¡Odio que haga eso! ¡Sabe que no puedo resistirme!

"Gomen sensei...", dije, levantándome de mi asiento. "¿Me permite ir al baño?"

La profesora asiente. Jou me pregunta por lo bajo si todo esta bien. Le guiño el ojo. "Perfectamente", le murmuré.

Es bueno que sea Lunes. Los Lunes no hay gimnasia para ningún grupo, y obviamente, el gimnasio esta vacio. He estado ahi con Jou (escapándonos de clases) tantos lunes, que estoy más que seguro que nadie entra.

Checo que las puertas esten cerradas.

"Me debes un beso, ¿sabes? Que me lo mandes no es lo mismo..." dije, aunque muy bajito.

Solo silencio es mi respuesta.

"Te quieres hacer el dificil, ¿eh?" dije, sin ocultar una risita nerviosa.

Casi no entraba luz por las persianas cerradas. Me recuesto en una de las colchonetas y cierro mis ojos. No voy a volver a clase el resto del día...

Sus manos explorándome...

¡OOOOIIIII! ¿Por que cada que cierro los ojos tiene que volver esa imagen?

Por que te encantó, Yugi, por que estás completamente embelesado en recordarlo.

Maldita sea mi conciencia.

Suspiro. Tiene razón. Quiero revivirla en mis recuerdos cada que tengo oportunidad.

¿Tengo que repetirme lo de la colegiala?

Me besó... lo primero que hizo esa noche fue besarme. Suave... agonizantemente lento... Al principio me sorprendió el gesto, pero no tardé en responder. ¡Había esperado tanto por esto! Todas las imágenes de mis deseos, mis sentimientos cruzaron por mi mente... sé que él las vió. Lo sé, se lo permití. Quería que viera todo lo que lo necesitaba. Todo lo que deseaba su tacto, sus labios, su ser...

Es la obscuridad, como su nombre lo dice... sino, ¿por que me llamaría su hikari?

Toda luz necesita su obscuridad. Y el es la mía, mi complemento, mi otra mitad...

Sus manos comienzan a recorrerme. Sus movimientos son bruscos, pero a la vez mortalmente deliciosos...

....... ¿Acabo de decir "delicioso"?

Cada uno de sus dedos mandó escalofríos a mi espina. Dioses, gemí tan fuerte que creí que habría despertado al abuelo.

Sus labios se separaron de los míos. Estaba tan nervioso, tan emocionado, no podía pensar...

Escuché su voz, diciéndome todo lo que yo deseaba desde hace tiempo: "Eres mío..."

No podía pensar... yo... esas palabras... yo quería...

De nuevo, un gemido se escapa de mi boca. Puedo verlo. ¡Me dejó verlo! ¡Me dejó vagar en lo mas profundo de sí! Creía que no podría soportarlo más... seguía besandome, mordiéndome y lamiendo ese lugar.

....... Ahora que lo pienso, ¿cuando me quito la ropa?

No hay parte de mi que él no haya encontrado, ni rincón del que se haya apiadado. Encontró fascinante mis reacciones cada que acariciaba un punto sensible en mi.

"Mío..."

No había duda ya. No había vuelta atrás. Esto era todo por lo que continuaba vivo.

No sé de donde tomé fuerza, ni de donde saqué la voz. Pero dije lo único que pasó por mi mente en ese momento.

"Tuyo..."

Después, ninguno volvió a mencionar palabra alguna. El único sonido existente en mi habitación eras mis gemidos y nuestra respiración, que se hacía cada vez mas fuerte.

Y grité, cuando entró.

Él se sorprendió, al ver lágrimas en mis ojos. Pero murmuró palabras dulces que apaciguaron el dolor.

Fuímos uno. Uno solo. En ese momento no había división en nuestra alma, ni duda en nuestro corazón.

No se sabía donde terminaba uno y empezaba el otro.

Lo sentí, llenándome. Besó mi frente, lamió mis lágrimas...

"Te estás ruborizando"

Abrí los ojos. Ahí estaba...

"Pareces manzana" dijo, sin suprimir esa sonrisa tan suya.

No pude evitar el reír.

"Vamos a dar una vuelta, no voy a regresar a clase" le dije, mientras me colgaba de su brazo y salíamos del gimnasio.

Él solo rió y me dio un beso.

"Ahí está el beso que te debo" me dijo mientras caminábamos fuera de la escuela.

-------

Well, shit XD estoy escribiendo mushy stuff, go me.