Disclaimer: No soy J.K , de serlo, obviamente no estaría escribiendo aquí, sino disfrutando de mis millones en Indonesia, y sin preocuparme en absoluto por el libro 6...

Por qué tu no eres mi padre?
By Rosamond Crane

Capitulo II
"El Alegre Conejito Timmy"

Severus Snape estaba preparando un sencillo desayuno, consistente en huevos revueltos, café y salchichas para él, y "Osito Chispi, el Yogurt con Chispitas Mágicas!!" para el niño de tan solo un año que dormía placidamente en su cuarto por ahora, pero esperaba que se despertase de un momento a otro.

Movió lánguidamente su varita por encima del hombro, y automáticamente las salchichas flotaron desde la sartén hacia un plato previamente ubicado en la mesa, al lado de un plato igual con los huevos revueltos. Tomó la taza de café con la mano derecha y se dirigió a la mesa, y en el momento en que estaba por sentarse, escucho un llanto proveniente del piso de arriba. Miró hacia el techo, dejó la taza, y con un suspiro, abandono la cocina y subió las escaleras.

"Ya voy, ya voy" dijo, y escucho que los llantos se hacían mas y mas fuertes.

Se asomó a la habitación pintada de celeste pastel, con guardas de patos amarillos de distintos tamaños, y como lo hacia cada vez que veía sus horribles picos, maldijo a la persona carente de buen gusto que los había elegido. Divisó a Harry Potter parado en su cuna también celeste llorando, seguramente esperando algo de comer y un cambio de pañales.

"Es que jamás voy a poder disfrutar de un desayuno en paz? No crees que me merezco eso por lo menos?" le dijo al niño que, escuchando el tono de voz tan exageradamente trágico, sonrió primero para luego dar paso a una risa tan convulsiva que lo hizo caerse.

Severus al ver que el niño había desaparecido detrás de los barrotes azulados, pensó que el chico no se vería capaz de caminar correctamente hasta por lo menos, los cuatro años.

Murmurando algo inentendible, se acercó a la cuna y tomó al niño derrotado por la gravedad en sus brazos, de una manera no muy ortodoxa pero si útil, ya que no le era permitido al niño hacer un solo movimiento en falso. Lo tomaba por las rodillas con el brazo derecho, y sostenía los hombros con el izquierdo, de esa manera, inmovilizaba sus brazos y el niño viajaba horizontalmente.

Bajaron la escalera, con la cabeza de Harry rozando la baranda y fueron a la cocina a desayunar. Lo sentó en una silla de bebé, tan horrible como el resto de los muebles que habían elegido para el niño, decorada con pequeñas manzanas sonrientes. Harry, que seguía riendo, al ver su envase de el "Osito Chispi" esperándolo empezó a mover las manos frenéticamente y a tratar de alcanzarlo. Snape, viendo el intento del bebé de conseguir el yogurt sin cambiar de posición, le dijo con un tono mordaz:

"Si te esforzaras un poco, tal vez lo lograrías" Pero Harry se limitó a mirar hacia el, sonreír aún mas y dirigir la pequeña mano a la cara cetrina del hombre vestido de negro sentado en una silla junto a él.

Severus consiguió evitar que los dedos de Harry se metieran en sus ojos por el sencillo método de acercarle el frasco con su correspondiente Cuchara Mágica, la cual después de sumergirse en el yogurt se dirigió a la boca de Harry que clavaba embelesado en ella sus ojos verdes, siguiendo su recorrido con la mirada.

Sin embargo, a pesar del aparente entusiasmo que sentía el bebé, cuando la cuchara llegó a destino, no abrió la boca para dejarla entrar, sino que la tomo con la mano y dirigió una mirada de reojo a Severus, quien en ese preciso instante, adivinó lo que ocurriría. En efecto, un segundo mas tarde, el contenido de la cuchara volaba hacia la pared mas cercana, con las chispas multicolores zumbando.

Harry, tras observar con un gesto de concentración el resultado de aquel experimento, se dispuso a tomar una cucharada mas del frasco de yogurt, pero Severus fue más rápido que él, y atrapó la pequeña mano antes de que la pared se viera cubierta de chispas de colores una vez mas. Pero lo que se vio cubierto de las chispas fue su camisa, por lo cual Harry se rió tan fuerte que Snape sospecho que de no haber sido por la silla se hubiese caído al suelo una vez mas, como era de costumbre.

Miró la camisa, antes negra y limpia, ahora adornada de chispas amarillas, verdes y rosadas, y tomando con todo su odio el frasco con una mano y la cuchara en la otra, se dispuso a darle el yogurt a Harry. Con cada cucharada, el Osito Chispi dibujado en el envase de yogurt, decía continuamente: "Tu puedes amigo, una cucharada mas, y serás tan fuertecito como yo!!"con una voz tan insoportable que Severus se creía capaz de perseguir incansablemente al creador del Osito Chispi y estrangularlo.

Terminado el caótico desayuno y tras haber limpiado todo rastro de chispas en la pared, Severus tomó a Harry y lo llevó a la sala de estar donde lo dejó en la alfombra, cubierta de juguetes que habían quedado del día anterior. Aprovechando que el niño estaba entretenido con su juguete favorito, un conejo "Timmy", que gracias a un hechizo saltaba como si fuese de verdad, se dispuso a aprovechar ese momento de tranquilidad y sacó el libro que estaba leyendo, titulado "La Influencia de las Artes Oscuras en la Edad Media" y se sumergió en él. Pero no por mucho tiempo. Cuando llegó a la parte más interesante lo distrajo un ruido ya familiar para él. Asomó la cabeza por encima del libro, y vio a Harry desparramado en la alfombra mirando tristemente a su conejito que se alejaba con alegres saltos.

Severus pensó que esta podía ser una excelente oportunidad para hacer que el chico, camine de una vez por todas, así ya no tendría que cargarlo todo el tiempo. Dejando de mala gana su libro a un lado, se puso de pie y lo puso de pie a Harry. Acercó el conejo hacia ellos con la varita, e hizo que saltara alejándose una vez más.

"Ve por él" dijo dirigiéndose a Harry, quién después de mirar unos segundos su juguete, miró a Severus desconcertadamente.

"Vamos" insistió una vez más Severus "Ve por el conejo!". Pero Harry no apartaba su mirada del hombre que le estaba hablando. "Deja de mirarme y ve por el conejo!"

Pero el conejo se había alejado tanto, que había salido de la habitación. Viendo esto, Severus furioso dijo:

"A tu edad, ya montaba mi propia escoba" y Harry, entendiendo aún menos, no hizo más que reírse estúpidamente y señaló la puerta, por donde Timmy había salido brincando, segundos atrás.

"Ya noté que se fue ese conejo idiota. Podrías ir a buscarlo, no crees? No quiero despertar por la noche, con un conejo saltando en mi almohada."

Puesto que Harry no dio signos de respuesta, Severus caminó unos pasos hacia la puerta que daba al pasillo, alejándose. Harry que seguía de pie, concentrándose en no caerse, lo miraba mientras el otro le decía.

"Vamos, camina hacia aquí"

Una vez más, la respuesta de Harry fue nula cosa que exasperaba aún más a Severus, quien empezó a ser más duro aún con el chico.

"Qué esperas? Ven! Debería darte vergüenza tener tu edad y ser incapaz de dar dos pasos seguidos"

Lo que pasó después, sorprendió a Severus: Harry empezó a moverse hacia él, con pasos lentos pero seguros. Cuando finalmente estaba logrando caminar mucho más de lo habitual, se escuchó que golpeaban la puerta de entrada y Harry, perdiendo la concentración, cayó de bruces contra la alfombra.

Severus, sin preocuparse por levantarlo y lanzando una exasperada mirada hacia la puerta, pensó en no abrirla ya que de seguro se trataba de su molesta y anciana vecina muggle, que desde que él había llegado, no hacía más que entrometerse para darle consejos que él no necesitaba para nada. Aunque tenía que reconocer que algunos, habían sido útiles.

Pero sin embargo, terminó por abrir la puerta y desconcertado, se encontró con el anciano rostro, no de su vecina sino de Albus Dumbledore.

Severus lo hizo pasar a la sala, y tomar asiento en un sillón rojo, ubicado al lado de Harry, que seguía en el suelo mirando fijamente a su conejito, que a las espaldas de Severus, empezaba a subir la escalera, con sus alegres brincos.

Este, por su parte, levantó a Harry , y tras ofrecerle a su visitante algo para tomar, a lo cual se negó, se sentó en el otro sillón enfrentado a donde había ubicado a Dumbledore con Harry todavía en sus brazos, estirando las manos en la dirección del conejo, quien ya había desaparecido en la escalera.

Los ojos de Dumbledore se posaron en la camisa de Severus.

"Que bonita camisa, Severus" dijo sinceramente el anciano mago "Desearía comprarme una igual. Fue Madam Malkin quien te la hizo?"

Severus miró su camisa, la cual había olvidado de cambiarse después del desayuno.

Y contestó fríamente: "No, señor, de hecho fue el Osito Chispi , con ayuda de nuestro amigo aquí presente" señalando a Harry que miraba ahora el sombrero de Albus Dumbledore con un interés demasiado sospechoso.

"Ah, si...ese simpático oso de los envases de Yogurt.lo recuerdo."

"Me temo que no nos referimos al mismo. El que yo digo, no tiene simpatía, ni gracia"

"De veras?"dijo pensativo. Cambiando de tema, agregó "Bueno. Estoy aquí, Severus, y disculpa que no haya podido venir antes, es que con lo que pasó, el ministerio me ha tenido de un lado al otro, y sumándole la conmoción en la escuela...en fin."

Severus no dijo nada, pero asintió seriamente.

"Vine para ver como les esta yendo aquí, si han tenido algún problema, y si encontraron el lugar de su agrado." Al decir esto, ambos miraron hacia la cortinas blancas con un bordado de flores lilas, y que era lo que Severus mas odiaba en toda la casa, junto con los patos del cuarto de Harry. Pero Dumbledore no tenía porque saberlo, por lo cual contestó.

"No hemos tenido ningún problema, señor. Ya le he dicho repetidas veces que soy capaz de afrontar las tareas que usted me pida, las que generalmente son peores que tener a mi cuidado sólo un niño de un año."

"De acuerdo Severus." Dijo Dumbledore con una sonrisa mirando por encima de sus anteojos de media luna a Severus que trataba de lucir frío y orgulloso, pero no lo lograba del todo, ya que Harry estaba jugando ahora con las chispas que brillaban en la camisa, y tratando de comérselas.

"También he venido" Continuó "Para decirte que no voy a poder venir en un tiempo considerable, ya que se acercan los juicios" Viendo la mirada que había asomado a los ojos de Severus, agregó rápidamente "Tu no debes preocuparte, estas bien protegido, legalmente, y de otras maneras también. De eso precisamente tengo que hablarte"

Severus se inclinó un poco mas sobre el asiento, lo cual hizo que Harry se viera demasiado incómodo, por lo cual lanzo un gemido de molestia, y Severus, viendo esto, dejo a Harry de pie en el piso, pero eso no impidió que siguiera jugando con las chispas de la camisa.

"Hay una serie de hechizos poderosos colocados en esta casa, así como en el poblado. Uno de los cuales, es el encantamiento Fidelio, y yo soy el guardián secreto"

Severus asintió. Harry se comió una chispa amarilla.

"También, por el tiempo en que los seguidores de... Tu Sabes Quien" dijo, evitando mencionar el nombre 'Voldemort', sabiendo lo que provocaba en Severus Snape "siguen sueltos, debes tratar de estar aquí el mayor tiempo posible. No abandones el pueblo, y si vas a Diagon Alley, te agradecería que lleves a Harry contigo, de lo contrario déjalo aquí, con una persona de confianza, te sugiero a la vecina. Pero asegúrate que no salga de la casa si no es contigo."

Severus, confuso, asintió de nuevo mientras Harry probaba las chispas rosas.

"Hablando de Diagon Alley, Severus, aquí tienes las llaves" dijo entregándole dos pequeñas llaves plateadas, una de las cuales tenía un llavero de pompón color rojo.

"La del llavero adorable, es la tuya, Severus. En esa bóveda encontrarás todos los meses una modesta cantidad de dinero, que será lo suficiente para cubrir las necesidades cotidianas de ustedes dos."

Severus miró la llave del pompón y trató sin éxito de no imaginarse a si mismo estragándole esa llave a algún gnomo de Gringotts.

"Y la otra" Continuó Dumbledore mirándolo fijamente "Es la de la bóveda de los Potter."

Severus automáticamente dejó la llave sobre la mesita, como si le hubiese quemado.

"No voy a tocar ni un knut de ese dinero, señor" Dijo Severus, muy seriamente.

"Solo te lo doy, para que la pongas junto con el resto de las cosas de Harry, así cuando yo consiga una familia para él, tengamos todas sus pertenencias juntas."

En ese punto, ya no pudieron conversar mas, puesto que el conejito Timmy acaba de bajar la escalera, y se dirigía saltando alegremente hacia ellos, con lo cual Harry había comenzado a festejarle la vuelta a su amado juguete con gritos de emoción, y intentos de alcanzarlo con las manos. Severus viendo esto, no pudo contenerse y dijo dirigiéndose a Harry: "Ve hacia el conejo". Harry lo miró y aquél repitió "Vamos, ve por él de una vez!" Con esto último Harry empezó a caminar lentamente hacia el conejo, que ahora había empezado a dar los alegres brincos en el mismo lugar, gracias a un pequeño hechizo perpetuado rápidamente por Albus Dumbledore.

"Que alegre conejito, Severus!" comentó jocosamente el anciano mago.

La mirada mortal que le dirigió Severus en ese momento no le impidió agregar "Como se llama?"

"Timmy" se limitó a contestar Severus, que miraba de nuevo a Harry, ahora tratando de alcanzar el conejo que saltaba cada vez mas alto.

"Deberías agarrar fuerte a Timmy, Harry" Le recomendó Dumbledore seriamente. "Yo mismo tuve uno igual, que no pude dominar por unos cuantos años, y el secreto era simplemente sujetarlo fuertemente de las orejas" Comentó satisfechamente mirando a Severus.

"Y yo que me preguntaba todas las noches sin poder dormir, cuál era el misterio, señor" Respondió Severus sarcásticamente, interrumpido por los gritos de contento que dio Harry cuando por fin, pudo agarrar al conejo sujetándolo, efectivamente de las orejas, lo cual , pensó Severus, era solamente casualidad.
Harry lo miraba feliz esperando, se notaba un comentario de su parte.

"Bien hecho" dijo secamente, tras lo cual se dirigió de nuevo hacia Dumbledore, que había observado la escena con una sonrisa en los labios.

"He estado tratando de que camine toda la semana, pero parece que siente una particular atracción por el suelo" Comentó, y en ese instante Harry se volvió a caer, dejando escapar a Timmy, quien no desperdicio la ocasión y se alejó saltando alegremente.

"Bien, Severus, me alegro que por aquí marche todo bien, espero poder verlos pronto, pero lo dudo, lamentablemente." Dijo Dumbledore, levantándose.

"No se preocupe, señor, como y a le he dicho y usted ha visto, puedo arreglármelas perfectamente con el chico Potter"

Diciendo esto, se puso de pie, levantó a Harry del suelo y lo colocó en sus brazos. Dumbledore se inclinó sobre el bebé para besarle la frente, y Harry aprovechó el descuidado movimiento, para arrebatarle el sombrero violeta al mago inclinado sobre el.

Snape, aterrado al ver esto, se lo quitó bruscamente, diciendo "No toques eso!!" se lo devolvió a Dumbledore disculpándose en nombre de Harry, pero al director de la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería, ese gesto inocente le había divertido, y se despidió de Harry y Severus sonriendo, contento de que había sido una buena decisión, después de todo, dejar a Harry Potter al cuidado de Severus Snape.

Severus se había alejado con Harry en brazos en dirección a la cocina, sin duda en busca del conejito Timmy.

Antes de desaparecerse, Albus alcanzo a oír una voz diciendo: " Que te parecería comer conejo hervido esta noche? Debe haber alguna receta en ese maldito libro que tengo por ahí"

Post Scriptum: El conejito Timmmy, con su vida amenazada seriamente, les pide que manden reviews tan alegres como sus brincos, y espera que les halla gustado el segundo capitulo.

No vamos a contestar todas las reviews, pero agradecemos muchísimo el gesto de mandarlas. Si quieren pueden agregarme a su msn mi e-mail es: panda_malvado@hotmail.com