Disclaimer: Por favor, apenas si logramos que Rowling escribe el libro, va a venir a escribir un Fan Fiction? Ingenuos...

Capítulo 4
"El Pequeño Harry"

Severus Snape estaba bañando a su hijo de seis años. Había vuelto muy tarde del trabajo ese día, por culpa de una maldita poción inmovilizadora que había enseñado a los del cuarto curso, y que una alumna había hecho explotar, por lo cual, todo el salón, incluso el mismo, quedó inmovilizado. Se mantuvieron así por espacio de una hora, después de la cual, por supuesto, tras poder movilizarse nuevamente Severus quitó 50 puntos a la alumna, lo que le otorgó una inconfesable satisfacción. Lo único que lamentó fue que Inma Lewitz, así se llamaba la chica, era una Slytherin, lo que significaba, 50 puntos menos para su propia casa. Claro que, si el irritante incidente hubiese sido cometido por un alumno de Gryffindor o de cualquier otra casa, los puntos quitados habrían sido 100, o quizás mas.

Pero ahora, por suerte, la escuela donde tenía que enseñar el mas fino arte mágico se hallaba muy lejos, y lo único que le preocupaba en ese momento, era que el pequeño que estaba jugando con su Osito Chispi de goma "Bañarse es Divertido, Niños" necesitaba, evidentemente, un corte de cabello. Había intentado que le creciese largo y lacio, como a él, por medio de cuantas pociones para el cabello encontró. Quizás lo había hecho para que dejase de parecerse tanto a James Potter, pero la verdad es que no lo logró. Por lo tanto, le cortaba el pelo corto, casi tan corto como para que no se hiciese evidente que se iba en todas direcciones.

"Y entonces, el Osito Chispi se apareció, y con un movimiento de su varita, gritó...gritó..." Harry pensó un segundo antes de agregar, mirando con una expresión concentrada –la expresión que llevaba siempre que jugaba a esos largos juegos inventados, como una historia, a los que juegan los chicos – a su padre.

"Papá, como es el hechizo para el agua?"

Severus Snape supuso rápidamente a lo que se refería su hijo. Últimamente parecía que la diversión de Harry en la bañadera no era completa sino terminaba por mojarlo tambien a él. Ya le había pedido que le dijese ese mismo hechizo muchas veces antes, y él había entrado como corderito en la trampa. Pero ahora no.

"Que hechizo para el agua?" Dijo, fingiendo inocencia, mientras untaba Loción Mágica AntiPiojos en el cabello de Harry. "Hay muchos. Puedes hacer que hierva el agua, que se congele el agua, que se hundan en el agua todas las cosas que hay en el, que..." Pero en este punto fue interrumpido por su hijo, que impaciente dijo:

"Ese que hace que el agua se enoje y moje a todos. Tu me lo contaste una vez, que había un hechizo que hacía eso"

"No puedo recordar tal hechizo, pero el Osito Chispi dice que es muy malo mojar a los padres que vuelven cansados del trabajo" Dijo Severus quien estaba muy complacido de haber encontrado la solución exacta para el asunto de la bañadera.

Harry observo al oso que tenia en la mano derecha, y que decía en ese momento "No permitas que el jabón te entre en los ojitos, amiguito!" Harry por supuesto, no estaba dispuesto a dejar que el jabón le entre en los ojitos. Siempre hacía todo lo que el Osito decía.

"Mmmmh, si Don Osito lo dice, es que es lo correcto, no papi?"

"Eh, si, si lo es" Dijo Severus fingiendo estar seriamente concentrado en cerrar la canilla y vaciar la bañera. Luego ayudó a Harry a salir de ésta y le alcanzó una toalla, mientras que tomaba una el mismo y empezaba a secar con fricción el cabello negro.

"Harry, el próximo sábado vamos a ir a Diagon Alley" Le dijo Severus a su hijo ya vestido mientras salían del cuarto de baño al que su papá había limpiado toda el agua que Harry había tirado, con un movimiento de la varita.

"Ve a jugar a tu cuarto mientras preparo la cena" dijo Severus.

Harry entró en su habitación y prendió la luz muggle que lo iluminaba. Corrió hacía su baúl de juguetes, muy excitado con la perspectiva de jugar una vez mas en ese día. Buscó con la vista algún súper juguete, pero a pesar de todos los que había, ya después de haber jugado tanto con ellos eran muy aburridos. Pensó que sería muy feliz si tuviese el Mega Booster 3000 como todos sus amiguitos en la escuela pero a su padre no le gustaba mucho comprarle juguetes muggles, le gustaban más los mágicos. De todas maneras Harry tampoco tenía muchos de esos, por precaución. Solo una varita de juguete y una escoba que volaba a unos 50 cm del suelo, la cual era su favorito. Después de meditar un rato, decidió volar en la escoba hasta la cocina, donde trataría de convencer a su papá de jugar a las peleas. Seguro que le ganaría.

Montó su Cleansweep Jr. y salió volando de la habitación. Cuando llegó a las escaleras, se acordó de que su padre siempre decía que bajarlas montado en escoba era demasiado peligroso para él. Pero como el siempre comía el cereal del Osito Chispi, calculo que sería lo suficientemente fuertecito como para lograrlo.

Bajo las escaleras volando a la escasa velocidad que permitía la escoba. Llegó abajo, y se dirigió a la cocina, donde su padre se hallaba cocinando mágicamente tarta de pollo para la cena.

"Mira que bien vuelo, papi!" Chilló excitadamente Harry mientras volaba en círculos alrededor de la mesa. Su padre lo miró levantando una ceja, y observó:

"Grandioso. Pero deberías tener mas cuidado, pueden verte los muggles" Volvió a la tarta que estaba intentando cerrar en ese momento.

Harry se compungió un poco, y desmontó de la escoba. Se sentó es un silla, del lado derecho de la cabecera.

"Adivina lo que hice hoy papá" Dijo Harry, mientras inspeccionaba sin mucho interés unos rollos de pergamino que se hallaba arriba de la mesa.

"Mmmh, que?" Dijo haciendo que la tarta entrase en el horno con la varita, y sacando de la nevera el jugo de calabaza.

"Papá, te puden ver los muggles a ti tambien" Dijo Harry utilizando el mismo tono mordaz que había empleado su padre para decir lo mismo momentos atrás.

"Estas ofendido porque no te he dejado volar con esa tonta escoba alrededor de la mesa?"

"No, pero me regalas una escoba, y luego no me dejas usarla" Su papá no dijo nada, y Harry comprobó así que tenía razón, y que podría volar libremente un par de días.

"Estabas contando lo que hiciste hoy, hijo" Dijo su papá evidentemente tratando de cambiar el tema de la conversación.

"Hoy nos enseñaron a hacer collage con fideos!! Puedes creerlo?, con fideos!" Harry se puso a recordar lo divertido que había sido hacer ese collage, sobretodo cuando accidentadamente un fideo se había metido en las narices de su compañera de banco, Lucy.

"Excelente, hijo! Que de cosas útiles que enseñan en esa escuela muggle!" Comentó su padre mientras acomodaba los platos a la mesa.

En ese momento, Harry trató de leer lo que decía el primer pergamino. Sabía leer bastante bien, para su edad. O al menos era lo que decía su padre.

"Mira, papá, aquí dice ´Severus Snape, profazar de pasiones´ Eso es lo que enseñas en Hoddwarts, no? " Comentó alegremente tratando de demostrar que inteligente era acordándose de ese detalle.

"No, pero cerca. De hecho soy profesor, de Pociones, no pasiones, en la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería." Replicó el otro acercando a la mesa, sin la varita esta vez, la tarta ya cocinada, el jugo de calabaza, etc.

Harry se desilusionó un poco, pero eso no le impidió agregar "Cuando iré yo allí, papi?" Con expresión de ensueño en la carita.

"Te he dicho muchas veces que en cuatro años, hijo. No lo preguntes mas, si?"

"Me enseñaras pasiones, digo pociones, papá?" preguntó Harry. El padre ya sentado en la cabecera, sirviendo la comida en los platos, le contestó:

"Claro que sí, a menos que me den el puesto de Defensa Contra Las Artes Oscuras"

"Arte, papi? Como en mi escuela de ahora. Me enseñaras a hacer collage con fideos tu también?" Dijo Harry entusiasmadísimo con la idea.

"Mejor come, si?" Contestó su papá con la boca llena de tarta.

Harry probó unos bocados, pero un pensamiento cruzó por su mente.

"Papá, porque nos llamamos distinto tu y yo?" Cuestionó.

"Todas las personas tienen diferentes nombres. No esperaría llamarte Severus tu también? Es un horrible nombre, deberías estar agradecido de llamarte diferente"

"A mi me gusta, pero yo decía el apallido"

Su padre lo miró un rato en silencio, tras lo cual dijo "Apellido."

"Si, si eso. Todos los chicos del colegio se llaman como sus papas, por que yo no?"

"Personalmente pienso que Harry Potter suena mucho mejor que Harry Snape." Observó ligeramente el padre.

"Pero a mi me gustaría llamarme como tu, papi"

"Pero te llamas como tu verdadero padre, James Potter."

"Ese no es mi padre!! Ni siquiera lo conozco."

"Ha muerto Harry, ya te lo explique. Se fue."

"Pero si tu no eres mi padre, porque respondes cuando te llamo 'papá'?"

"Porque soy tu padre adoptivo, quiere decir, que aunque no lleves mi sangre, somos padre e hijo"

Harry no entendía nada del asunto. Lo único que podía comprender era que si el tal James Potter no existiese, Su padre sería su verdadero padre.

"Basta, tu eres mi padre, no ese James Potter"

"Tu padre murió para salvarte la vida, Harry, deberías respetarlo." hiso un silencio, luengo continuó "Yo me he encargado de ti, y esta bien que nos queramos como si fuéramos padre e hijo"

"Y porque me cuidaste tu papa? Eras muy amigo de mi otro papa?

"Eh, no mucho, pero el punto es que ahora estas conmigo."



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Aquel sábado, Harry se despertó en su cama, al lado de su conejito Timmy al cual se le notaba el paso de los años, más temprano que lo usual, y lo primero que hizo, todavía con el pijama puesto, fue ir corriendo a la habitación de su padre, el cual roncaba sonoramente. Entró y saltó sobre el cuerpo dormido del papá, quien se sobresaltó y exclamó: "50 puntos!"

Harry permaneció unos segundos mirando la expresión perdida de su padre, tras lo cual le chilló:

"Papá, papá! Levántate, tenemos que ir a Diagon Alley!!!"

"Harry? Qué haces despierto a las 5 de la mañana. Es sábado! Deja dormir a tu padre tranquilo"

"Pero, pero papá!" dijo Harry frustrado "Son las 12, dijiste que iríamos a Diagon Alley!"

A Harry le encantaba ir a Diagon Alley, ya que era el único lugar donde podía jugar con niños como él, sin tener que cuidar sus palabras. Claro, salvo por el hecho de que no le permitían decir su apellido. Le habían explicado porqué, pero Harry nunca lo entendió del todo, así que solo se limitaba a hacerles caso.

"Harry, tu no sabes leer la hora" su papá estaba ahora mirando el reloj que estaba en su mesita.

"Sí que sé!" le contestó ofendidísimo.

"No son las doce, son las ocho"

"Tampoco eran las cinco"

"No te hagas el listo conmigo, muchacho" le advirtió su papá. Harry cambió de tema rápidamente.

"Pero tu habías dicho que iríamos a Diagon Alley!"

Suspiró profundamente el papá, y haciendo a un costado a Harry, se levantó de la cama. Con esta acción, Harry empezó a saltar en la cama al grito alocado de "YUPI!".

"Harry, no grites. Ve a la cocina y pon la mesa. Ahora bajo para que desayunemos y luego nos vamos"



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Para la extrema felicidad de Harry, acaban de llegar a Diagon Alley. Caminaba de la mano de su padre, y con la otra aferraba orgullosamente su pequeña escoba.

"Papi, papi! Vamos a Honeydukes!!" gritaba al ver a lo lejos la tienda de dulces, sin notar que todas las personas que habían alrededor habían volteado a ver de dónde provenían los gritos.

"Harry, cálmate, y no grites. Todo el mundo nos mira."

"Bueno..." dijo Harry en voz baja, y volvió a repetir "Papi, papi, vamos a Honeydukes" casi inaudiblemente. Su padre lo miró, y se limitó a decirle que irían mas tarde.

Pasaron la tarde comprando cosas necesarias para el trabajo del papá, y objetos que Harry se encaprichó en adquirir. El último negocio al que fueron, fue Flourish and Blotts donde su papá se había pasado más del tiempo adecuado, conversando con una extraña vendedora, la que le había pellizcado las mejillas. Harry había esperado que al menos, su papá la convirtiese en sapo, pero no sólo no lo hizo, sino que se rió tontamente.

Harry estaba molesto por ello.

"Papá, vamos" le dijo una vez más, tirando de la manga de su túnica.

"Ya vamos hijo" le contestó, una vez más, pero siguió sonriéndole a aquella vendedora.

"Bueno, me voy yo. Adiós"

Se dirigió hacia la salida, y esperó unos segundos para ver si su papá lo miraba, al menos. Pero no, suspirando, salió de la tienda.

Caminó un poco por la calle intentando leer los carteles de los negocios.

En uno de los callejones que se veían divisó un grupo de niños, más o menos de su edad. Muchos de ellos, tenían escobas y eso fue lo que lo decidió a acercarse a ellos.

"Hola" dijo alegremente al llegar.

"Quién eres?"

"Cómo te llamas?"

"Cuantos años tienes?"

"Juegas al Quidditch?"

"De qué equipo eres?"

La cantidad de preguntas abrumó a Harry, quien intentó lo mejor posible responderlas.

"Eh.. me llamo Harry, tengo 6 años... soy de los Falmouth Falcons, como mi papi, y nunca jugué al Quidditch, pero me gusta. Una vez fui a un partido con mi papá."

"Mi papá y mi hermano también son de los Falcons" dijo un chico que parecía un poco más grande que ellos.

"Yo soy del Chuddley Cannons" dijo orgullosamente una niña con rizos rubios.

"Pero si pierden siempre!" agregó otro niño, que llevaba una túnica violeta.

"Bueno, sí. Pero es el equipo del Osito Chispi."le respondió la niña, altivamente.

Harry no pudo articular palabra. Cuando lo consiguió exclamó incrédulo:

"El Osito Chispi tiene equipo?!"

"Por supuesto. Que no lees los envases de jugo? Dice claramente que él apoya a los Cannons."

Harry, que a penas podía distinguir la C de la G, se quedó callado.

"Que? No sabes leer, tonto?" dijo ella.

"Yo no soy tonto!"

"Bueno, bueno, no importa" intervino el niño que parecía más grande. "Ya que Harry no sabe jugar al Quidditch, podemos jugar al Shuntbums"

"Al qué?" preguntó Harry.

"Al Shuntbums. No te preocupes, ahora te enseñamos. Sube a la escoba"

Todos los demás niños lo hicieron. Harry una vez que estaba jugando, pudo comprobar que el juego consistía en golpear y derribar de la escoba a la mayor cantidad de oponentes.
Él hizo lo que pudo, pero al ser tan pequeño, recibió más golpes de los que dio. Sobretodo de parte de la niña que apoyaba a los Cannons, quien parecía haberse ensañado con él. Terminó el juego, y había ganado Candy, lo cual no había sorprendido en nada a Harry.
Todos se fueron argumentando que sus papás los estarían buscando, pero Harry se quedó allí, aún tendido en el suelo pensando en que su padre, probablemente no lo estaría buscando. Seguramente seguía en Flourish and Blotts, hablando con aquella vendedora.

Interrumpió sus pensamientos un grito de: "Allí está Severus!". Pudo ver que se dirigían hacia él, su papá con expresión de enojo y la vendedora, de pelo largo y cara bonita.

El enojo de su padre se desvaneció al verlo tirado en el suelo, todo golpeado.

"Harry! Que pasó contigo?! Quién te hizo esto!?" y rápidamente lo alzó.

"Nada, nada, estuve jugando con unos niños al Shuntbum. Y gané!"

"De veras?" le preguntó dulcemente la vendedora.

Harry la miró con poco agrado y dijo: "Sí. Pero me duelen los brazos de tanto pegar. Así que papá, vamos a casa, si?".

"Si, vamos" le contestó su padre con el ya conocido por Harry, tono de 'Ya verás cuando lleguemos a casa'. A Harry no le importó, estaba feliz de que podía al fin, alejar a su padre de la mujer.

"Bueno, Srta. Glasnevin, creo que tengo que ir a mi casa a preparar la cena para mi hijo", je dijo, abrazando a Harry demasiado fuerte.

"Ay, qué amor. Bueno, espero verte en otra ocasión, Severus" agregó ella, muy melosamente para el gusto de Harry.

"Seguro", dijo Severus.

"Adiós, Harry" saludó la Srta. Glasnevin, pellizcando una vez más a Harry en su mejilla.



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Harry no se había terminado de limpiar las cenizas de la ropa cuando su padre le empezó a gritar:

"CÓMO TE VAS A IR ASÍ? ACASO ERES INCONSCIENTE? CUANTAS VECES TA HA DICHO TU PADRE QUE NO TE DESPEGUES DE EL? Y SI TE OCURRIA ALGO? QUIERES HACERME SUFRIR ACASO?"

Harry retrocedió un poco, pero recordó su enojo y respondió

"Yo te dije que me iba, pero tu, claro estabas muy ocupado hablando con la 'señorita Glas no sé que" Dijo Harry imitando la forma de hablar de la mujer.

"NO LE HABLES ASI A TU PADRE, MUCHACHO"

"A ti no te importa lo que me pasú, tu no te diste cuenta que me quería ir." Le contestó Harry con un sobre actuado gesto de pena.

"Yo no tengo porque hacer todo lo que tu quieres. Me pasé el día comprandTe compre todo lo que querías, no?" Exclamó demandante el papá.

"Pero pero yo quería jugar con los niños"

"Me imagino que no les habrás dicho tu apellido, no?" Preguntó preocupado el padre.

"No, no se los dije!!! Es lo único que te importa!"

"No lo es, Harry, pero me preocupo por ti, tu no sabes todo el peligro que hay en mencionar tu nombre" Suspiró su papá.

"Y bueno, si es peligroso, podrías haberme cuidado, no solo hablar con esa vendedora!"

"Podrías haber colaborado con eso, y quedarte al lado mío" Dijo el padre, volviendo al tono enojado de antes.

"Ay, yo estoy todo golpeado, y tú me gritas y me hablas mal, no ves que me duele todo?" dijo Harry trágicamente, cambiando de tema.

"Que no habías ganado?" pregunto su papá levantando una ceja.

"NO!! Soy mucho mas pequeño que todos los niños, y si quieres saberlo, me gano una niña, sí una niña!" Chilló exaltadamente Harry, tras lo cual empezó a subir las escaleras. Escucho la risa contenida de su padre en la sala, lo que lo hizo enfurecerse mas aún. Cuando llego a su habitación, dio un portazo.

"Harry, Harry, no me estoy riendo de ti, no te ofendas! Eres gracioso cuando actúas, sabes?"

Harry ofendido tras la puerta cerrada de la habitación, pensó que nunca lo tomaban en serio por ser un niño.

"PARA QUE LO SEPAS, AHORA SOY DE LOS CHUDLEY CANNONS, COMO EL OSITO CHISPI" le grito al padre, sabiendo que eso lo molestaría. Sabía que a su padre, no le agradaba el oso.

POST SCRIPTUM: Ya conocen el sistema. Leen, dejan una linda review y mientras más reviews, mejor y más rápido saldrán los capítulos. Así que a ponerse las pilas!