Atención: Este fic contiene SEXO.
Black Darck Lady: Me alegro de que lo leyeras tan pronto, jeje way! Ke bien ke te haya emocionado jeje, y el Sirius si que pudo dormir está acostumbrado a esos dos tortolitos jaja, si es que James, también es otro que tal baila MmM. Y si que habrás cosillas sobre Remus! Tengo una sorpresita preparada jeje.
Amemait: Sé que no hay casi fics con relaciones hetero, y la mayoría son flash, yo no escribo flash, así que seguiré mi dinámica habitual, con este segundo fic que escribo de este tipo.
Silence-messiah: Jejeje, lo sigo, aquí el segundo capítulo.
Shumara: Sí aquí está la continuación. Me alegro de que éste también te gustase.
ATRACCIÓN
2. Luna Llena
Me levanté y al dirigirme al baño me choqué con una figura menuda, me froté los ojos y los abrí mucho, me había chocado con Lily, que salía del baño envuelta en una toalla, pude notar su cuerpo apetitoso, pero giré la cabeza pensando que era la novia de mi mejor amigo.
Seguí hacia delante, pero ella me paró en seco: "¿Qué le has hecho a Nox, Black?", la miré desconcertado, cuando le dije que nada me soltó: "¡Cómo que nada! ¿Te crees que soy tonta? Anoche llegaste más tarde de lo normal y James me contó que os vio en el tren. Y Nox está coladita por ti, como la hayas hecho algo te enteras", me dejó sorprendido, así que James nos había visto en el tren, y ¿yo le gustaba a Nox? Y de qué me sorprendía, estaba harto de recibir cartas de admiradoras, así que la respondí insolente: "No la he hecho nada malo, te aseguro que muchas hubiesen deseado estar en su lugar". Me miró enfadada y frunció el cejo antes de darme un bofetón.
Me quedé mirándola mientras se alejaba y entré a la ducha rápidamente. Cuando salí me encontré a Remus muy pálido y con aspecto enfermizo, me acerqué a él cuando las piernas le fallaron: "¡Ey! Lunático no te me caigas ahora, venga agárrate iremos a la enfermería". Le llevé a la enfermería donde la enfermera que ya le conocía bien, le dio una poción para tranquilizarle y le tumbó a descansar en una camilla, luego me dijo que era normal porque esta noche era Luna Llena, yo asentí y ella me dijo que avisase a mis amigos que no le verían esa noche.
Me fui de la enfermería pensando en que Remus sí que nos vería, esta noche deberíamos convertirnos en animales para irle a visitar.
Cuando iba a bajar al Gran Comedor una chica de Slytherin de último año se me puso delante y sonriéndome con esos labios carnosos pintados de rojo sangre y acercándose sensualmente hacia mí me susurró en el oído "¿Qué tal primito?", pasó una de sus uñas largas por mi mejilla, la agarré la mano y la aparté: "Piérdete Bella, tengo prisa" Y seguí mi camino hacia delante dejando a Bellatrix atrás mirándome insistentemente.
Antes de llegar al Comedor me crucé con Nox, ella me miró de reojo pero siguió su camino, "¿No me saludas Nox?", ella se paró y volteó a mirarme, me sorprendió su mirada, tenía los ojos un poco hinchados así que se me revolvió el estómago al pensar que podría haber estado llorando por la noche, tenía una mirada entre mezcla de orgullo herido y vergüenza.
"Buenos días Sirirus, ¿qué tal pasaste la noche?" dijo esa pregunta con cierto tono de ironía, "Muy bien, preciosa" dije acercándome peligrosamente hacia ella, que retrocedía sonrojada, "Dormí como un angelito, ¿y tú?". Me miró recobrando su postura y me dijo irónicamente "Genial", se giró y entramos al Gran Comedor.
Cuando llegamos ya estaban sentados Peter, James y Lily, que nos habían guardado sitio, esta última me miró recelosa, y Peter y James me preguntaron entre susurros dónde estaba Remus, les dije que en la enfermería y que hoy tendríamos que ir a verle a la Casa de los Gritos, los dos chicos asintieron y siguieron comiendo.
"¿Dónde está Remus?" preguntó Nox cuando entramos en nuestra primera clase, "Está enfermo" le dije fríamente. Al entrar cruzamos miradas asesinas con los de Slytherin, nos tocaba pociones y odiábamos tanto al profesor como a los Slytherins con los que teníamos que compartir clase.
Bella me miró, y se relamió los labios, no sabía qué iba a hacer con esa prima, además estaba convencido de que se había pasado al lado oscuro, al igual que muchos de los muchachos con los que ahora compartíamos clase.
Snape estaba inclinado sobre su caldero, leyendo un libro de pociones muy concentrado, su pelo grasiento caía por su cara, su palidez cetrina le daba aspecto débil, me acerqué lentamente por su espalda y empecé a susurrar una canción sobre él y su pelo, Snape se dio la vuelta rápidamente y me miró horrorizado esperando la nueva broma que le iba a hacer, en ese momento Lilith una chica de Slytherin bastante atractiva, muy extraña y misteriosa se puso al lado de Snape y me miró desafiadoramente con los brazos cruzados.
Les miré alternativamente y después de decirle: "Vaya Snape no sabía que tuvieses novia, tienes buen gusto, esta chica es demasiado para ti", me fui al ver entrar al profesor por la puerta.
Cuando terminamos la sesión de clases me crucé con una Ravenclaw de sexto curso que me susurró una hora y un lugar para ir a verla por la noche. Así pues cuando se hizo tarde y mis amigos fueron hacia la Casa de los Gritos, yo me desvié en un pasillo, saliendo de la capa invisible de James y les dije que en una hora más o menos estaba con ellos, James me guiñó el ojo y les perdí de vista de nuevo cuando se pusieron la capa invisible.
Subí con cuidado de que el conserje no me viese, y llegué a un pasillo cerca de la Sala Común de Ravenclaw, la chica esperaba ahí, la agarré de la mano y me metí por unos pasadizos que bien conocía, el hacer el mapa del merodeador con James, Lupin y Peter había servido para algo, y me conocía el castillo como mi propia palma de la mano.
Anduvimos silenciosos durante unos cinco minutos, hasta que me paré delante de un tapiz, y apartándolo a un lado ayudé a pasar a Rebecca. Luego entramos en un aula vacía, habíamos bajado hasta las mazmorras.
Vi como Rebecca se encogía al sentir el frío de ese lugar, yo la agarré por la cintura para darla calor mientras la guiaba a oscuras entre las mesas de una clase en desuso.
Cuando nuestros ojos se acostumbraron a la penumbra, la empujé hacia la pared y empecé a besarla apasionadamente, ella me atraía con fuerza, agarrando mi cuello, y jugando con mi pelo, enrollándolo en sus dedos y dando pequeños tirones.
Me pegué todavía más a ella haciendo que a Rebecca se le escapase un gemido tanto de dolor como de excitación.
Comencé a besarla de nuevo mientras la desnudaba rápidamente, cuando quedó completamente desnuda y yo me aparté un poco para observar los cambios que su cuerpo había sufrido en verano, su pecho había aumentado al igual que sus caderas, ella me sacó la túnica por la cabeza despacio, mientras yo le acariciaba los muslos y la tripa sin llegar a la zona prohibida.
Ella terminó de desnudarme y se arrodilló, cogió mi pene con manos hábiles y lo introdujo en su boca, comenzó lentamente a rodear con círculos la punta, para luego ir introduciéndoselo más en la boca e ir chupando más detenidamente.
Mientras hacia movimientos rítmicos con la cabeza, me agarraba fuertemente del culo, atrayéndome más hacia ella, sentía como mi pene llegaba hasta el borde de su garganta, provocándome un placer extremo, la agarré con una mano la cabeza y comencé a acariciarle el pelo y a mover su cabeza hacia mi con mayor velocidad.
Rebecca incrementó la velocidad mientras absorbía, yo con la mano que tenía libre la tocaba el pezón de un pecho que ya estaba muy hinchado. Comencé a respirar agitadamente, y cerré los ojos cuando de vez en cuando dejaba escapar un débil gemido de mi boca.
Decidí tumbarme sobre el frío suelo de las mazmorras y ahora con las dos manos acariciaba todo su cuerpo, llegando a su entrepierna. Ella colocada sobre mi con posición de perrito, abrió más las piernas al sentir como mis fríos dedos buscaban la apertura.
Estaba muy mojada así que introduje dos dedos de golpe y ella gimió sin dejar de chupar, comencé a introducir los dedos con rapidez, haciendo que Rebecca respirase con dificultad subiendo y bajando muy deprisa el pecho. Pellizqué uno de sus pezones mientras seguía introduciéndole los dedos en la vagina con velocidad.
Sentí que me iba a correr, y así hice, mientras ella seguía teniendo mi miembro en su boca, al sentir como eyaculaba dentro, ella empezó a absorber y a tragar. Cuando acabó levantó la cabeza y se acercó más a donde yo tenía el brazo, yo aún seguía introduciéndole los dedos, pero al estar ella andando de rodillas tuve mayor acceso y la escuché gemir de placer cuando se los metí violentamente, sintiendo como su interior bombeaba un líquido al llegar ella a su orgasmo.
No paré y seguí introduciéndole los dedos, pronto ella se repuso y volvió a gemir.
Empecé a acariciarla el clítoris con los dedos de la otra mano, y vi como se retorcía de gusto encima mío, aún estando incorporada y rodillas, luchaba por abrir más las piernas, y sus gemidos, que ahora eran casi gritos, hicieron que mi miembro volviese a ponerse erecto, y ella volvió a correrse ante mi insistencia cuando le tocaba el clítoris y le introducía rápidamente los dedos.
Y cuando ella tenía los ojos cerrados, me levanté de golpe le saqué los dedos, la tumbé rápidamente en el suelo y le introduje bruscamente el pene.
Rebecca gritó fuertemente, una mezcla de placer, susto, excitación y dolor por la entrada tan violenta. La tapé la boca con un beso, porque ese grito estaba seguro de que lo habría oído alguien si estaba por algún sitio de las mazmorras.
Y tuvo otro orgasmo, mayor que los anteriores y dejó que la penetrase mientras respiraba con dificultad apaciblemente y con las piernas totalmente abiertas en el suelo.
Empecé a meterme en su interior y moverme rápidamente, dejando un tiempo el pene hasta el fondo para luego retirarlo lentamente hasta la punta al borde de su vagina, y volverlo a introducir de un golpe.
Sus gritos ahora eran imposibles de acallar, así que dejé de besarla, para concentrarme en chuparle los pezones, lo que le arrancó todavía más gritos y gemidos de placer, sentí como me iba a correr de nuevo, pero aguanté y esta vez mientras le introducía el pene volví a tocarle el clítoris con una mano, mientras con la otra acariciaba y estrujaba su pecho.
Decidí agarrarla las piernas, así que levantándoselas y apoyando sus rodillas en mis hombros, mientras yo me pegaba a ella comencé a penetrarla de esa manera, haciendo que mi pene se introdujese más al fondo por esa nueva postura.
Estuve seguro que mañana Rebecca estaría afónica, y era una suerte que no hubiese aparecido el conserje, porque yo no podía parar y la penetraba con fuerza haciendo que ella chillase más aún.
Ella tensó sus músculos e intentó cerrar las piernas, yo las apreté fuerte para que siguiese dejándome acceder con libertad a su interior por lo que ella acabó cerrando los ojos mientras abría la boca y acababa con un nuevo orgasmo y yo esta vez me corrí con ella, cayendo sobre ella.
Intenté controlar mi respiración agitada, mientras ella hacia lo mismo. Nos miramos a los ojos y sonreímos.
Me puse en pie y la extendí el brazo. "Sirius ha sido el mejor polvo de mi vida" dijo agarrándose a mi brazo y levantándose con dificultad.
La sonreí y la pasé su ropa, cuando se hubo vestido la acompañé a la entrada del pasadizo y la dije que siguiese todo recto y llegaría a su Casa.
Yo giré y me aparté el sudor de la cara, luego empecé a andar en dirección a las escaleras que te dejaban frente la puerta para salir al jardín.
Pero cuando andaba hacia las escaleras alguien me cortó el paso: "¿Son todas tus putitas igual de ruidosas?" dijo una chica de pelo morado, largo, ondulado, que rebelde se movía hacia su cara. Ella se pasó una mano con dedos largos y de uñas largas acabadas en punta y pintadas de morado, se apartó el pelo, y unos ojos enormes y morados me miraron con una mueca sarcástica.
Se acercó a mí moviéndose como si fuese una diosa, dejándome ver a través de su camisón morado ceñido un cuerpo magnífico, la verdad es que el uniforme no le quedaba tan bien.
Se colocó delante de mí, no era muy alta, era más bien tirando a bajita, baje la cabeza y me perdí en su escote de piel blanca y buenas formas.
Subí la cabeza y me encontré con una sonrisa irónica y una mueca de superioridad en sus ojos. Alargó una mano y comenzó a jugar con el cuello de mi túnica, "¿Sabes que he tenido que ponerle un hechizo al estúpido del conserje en los oídos para que creyese que los gemidos venían de otro piso?" dijo riendo dulcemente, sus ojos se entornaron y pensé que cómo era posible que una persona como ella pareciese tan angelical a veces.
"¿Por qué lo has hecho?" dije intrigado después de haberme repuesto del choque que me había dado verla con ese mini camisón. Ella se volvió a apartar el pelo de la cara y con unos labios pálidos que en ocasiones parecían estar pintados de morado me susurró al oído "¿Crees que no hubiese sido divertido ver la cara que se le ponía al gran Sirius Black cuando le pillaban con una de las innumerables chicas que babean por él?" ahora dio una vuelta alrededor mío "Sí, hubiese sido muy entretenido, pero resulta que yo quiero algo" dijo volviendo a enfrentarse cara a cara conmigo.
Su belleza me tenía atontado pero conseguí preguntarla desconfiado "¿Qué es lo que quieres?" ella sonrió ante mi tono y volviendo su rostro de pronto a uno serio me dijo "A ti" y me mordió el cuello.
Sentí un pequeño pinchazo en el lugar donde me acababa de morder y vi como ella cerraba los ojos, y de pronto una extraña sensación me recorrió, cerré los ojos sintiendo como mi cuerpo entraba en un extraño éxtasis.
Ladeé más el cuello para que ella tuviese mejor acceso a lo que me estuviese haciendo, sentí como me estaba excitando y acabé eyaculando mientras caía al suelo y la negrura se cernía sobre mí.
Black Darck Lady: Me alegro de que lo leyeras tan pronto, jeje way! Ke bien ke te haya emocionado jeje, y el Sirius si que pudo dormir está acostumbrado a esos dos tortolitos jaja, si es que James, también es otro que tal baila MmM. Y si que habrás cosillas sobre Remus! Tengo una sorpresita preparada jeje.
Amemait: Sé que no hay casi fics con relaciones hetero, y la mayoría son flash, yo no escribo flash, así que seguiré mi dinámica habitual, con este segundo fic que escribo de este tipo.
Silence-messiah: Jejeje, lo sigo, aquí el segundo capítulo.
Shumara: Sí aquí está la continuación. Me alegro de que éste también te gustase.
ATRACCIÓN
2. Luna Llena
Me levanté y al dirigirme al baño me choqué con una figura menuda, me froté los ojos y los abrí mucho, me había chocado con Lily, que salía del baño envuelta en una toalla, pude notar su cuerpo apetitoso, pero giré la cabeza pensando que era la novia de mi mejor amigo.
Seguí hacia delante, pero ella me paró en seco: "¿Qué le has hecho a Nox, Black?", la miré desconcertado, cuando le dije que nada me soltó: "¡Cómo que nada! ¿Te crees que soy tonta? Anoche llegaste más tarde de lo normal y James me contó que os vio en el tren. Y Nox está coladita por ti, como la hayas hecho algo te enteras", me dejó sorprendido, así que James nos había visto en el tren, y ¿yo le gustaba a Nox? Y de qué me sorprendía, estaba harto de recibir cartas de admiradoras, así que la respondí insolente: "No la he hecho nada malo, te aseguro que muchas hubiesen deseado estar en su lugar". Me miró enfadada y frunció el cejo antes de darme un bofetón.
Me quedé mirándola mientras se alejaba y entré a la ducha rápidamente. Cuando salí me encontré a Remus muy pálido y con aspecto enfermizo, me acerqué a él cuando las piernas le fallaron: "¡Ey! Lunático no te me caigas ahora, venga agárrate iremos a la enfermería". Le llevé a la enfermería donde la enfermera que ya le conocía bien, le dio una poción para tranquilizarle y le tumbó a descansar en una camilla, luego me dijo que era normal porque esta noche era Luna Llena, yo asentí y ella me dijo que avisase a mis amigos que no le verían esa noche.
Me fui de la enfermería pensando en que Remus sí que nos vería, esta noche deberíamos convertirnos en animales para irle a visitar.
Cuando iba a bajar al Gran Comedor una chica de Slytherin de último año se me puso delante y sonriéndome con esos labios carnosos pintados de rojo sangre y acercándose sensualmente hacia mí me susurró en el oído "¿Qué tal primito?", pasó una de sus uñas largas por mi mejilla, la agarré la mano y la aparté: "Piérdete Bella, tengo prisa" Y seguí mi camino hacia delante dejando a Bellatrix atrás mirándome insistentemente.
Antes de llegar al Comedor me crucé con Nox, ella me miró de reojo pero siguió su camino, "¿No me saludas Nox?", ella se paró y volteó a mirarme, me sorprendió su mirada, tenía los ojos un poco hinchados así que se me revolvió el estómago al pensar que podría haber estado llorando por la noche, tenía una mirada entre mezcla de orgullo herido y vergüenza.
"Buenos días Sirirus, ¿qué tal pasaste la noche?" dijo esa pregunta con cierto tono de ironía, "Muy bien, preciosa" dije acercándome peligrosamente hacia ella, que retrocedía sonrojada, "Dormí como un angelito, ¿y tú?". Me miró recobrando su postura y me dijo irónicamente "Genial", se giró y entramos al Gran Comedor.
Cuando llegamos ya estaban sentados Peter, James y Lily, que nos habían guardado sitio, esta última me miró recelosa, y Peter y James me preguntaron entre susurros dónde estaba Remus, les dije que en la enfermería y que hoy tendríamos que ir a verle a la Casa de los Gritos, los dos chicos asintieron y siguieron comiendo.
"¿Dónde está Remus?" preguntó Nox cuando entramos en nuestra primera clase, "Está enfermo" le dije fríamente. Al entrar cruzamos miradas asesinas con los de Slytherin, nos tocaba pociones y odiábamos tanto al profesor como a los Slytherins con los que teníamos que compartir clase.
Bella me miró, y se relamió los labios, no sabía qué iba a hacer con esa prima, además estaba convencido de que se había pasado al lado oscuro, al igual que muchos de los muchachos con los que ahora compartíamos clase.
Snape estaba inclinado sobre su caldero, leyendo un libro de pociones muy concentrado, su pelo grasiento caía por su cara, su palidez cetrina le daba aspecto débil, me acerqué lentamente por su espalda y empecé a susurrar una canción sobre él y su pelo, Snape se dio la vuelta rápidamente y me miró horrorizado esperando la nueva broma que le iba a hacer, en ese momento Lilith una chica de Slytherin bastante atractiva, muy extraña y misteriosa se puso al lado de Snape y me miró desafiadoramente con los brazos cruzados.
Les miré alternativamente y después de decirle: "Vaya Snape no sabía que tuvieses novia, tienes buen gusto, esta chica es demasiado para ti", me fui al ver entrar al profesor por la puerta.
Cuando terminamos la sesión de clases me crucé con una Ravenclaw de sexto curso que me susurró una hora y un lugar para ir a verla por la noche. Así pues cuando se hizo tarde y mis amigos fueron hacia la Casa de los Gritos, yo me desvié en un pasillo, saliendo de la capa invisible de James y les dije que en una hora más o menos estaba con ellos, James me guiñó el ojo y les perdí de vista de nuevo cuando se pusieron la capa invisible.
Subí con cuidado de que el conserje no me viese, y llegué a un pasillo cerca de la Sala Común de Ravenclaw, la chica esperaba ahí, la agarré de la mano y me metí por unos pasadizos que bien conocía, el hacer el mapa del merodeador con James, Lupin y Peter había servido para algo, y me conocía el castillo como mi propia palma de la mano.
Anduvimos silenciosos durante unos cinco minutos, hasta que me paré delante de un tapiz, y apartándolo a un lado ayudé a pasar a Rebecca. Luego entramos en un aula vacía, habíamos bajado hasta las mazmorras.
Vi como Rebecca se encogía al sentir el frío de ese lugar, yo la agarré por la cintura para darla calor mientras la guiaba a oscuras entre las mesas de una clase en desuso.
Cuando nuestros ojos se acostumbraron a la penumbra, la empujé hacia la pared y empecé a besarla apasionadamente, ella me atraía con fuerza, agarrando mi cuello, y jugando con mi pelo, enrollándolo en sus dedos y dando pequeños tirones.
Me pegué todavía más a ella haciendo que a Rebecca se le escapase un gemido tanto de dolor como de excitación.
Comencé a besarla de nuevo mientras la desnudaba rápidamente, cuando quedó completamente desnuda y yo me aparté un poco para observar los cambios que su cuerpo había sufrido en verano, su pecho había aumentado al igual que sus caderas, ella me sacó la túnica por la cabeza despacio, mientras yo le acariciaba los muslos y la tripa sin llegar a la zona prohibida.
Ella terminó de desnudarme y se arrodilló, cogió mi pene con manos hábiles y lo introdujo en su boca, comenzó lentamente a rodear con círculos la punta, para luego ir introduciéndoselo más en la boca e ir chupando más detenidamente.
Mientras hacia movimientos rítmicos con la cabeza, me agarraba fuertemente del culo, atrayéndome más hacia ella, sentía como mi pene llegaba hasta el borde de su garganta, provocándome un placer extremo, la agarré con una mano la cabeza y comencé a acariciarle el pelo y a mover su cabeza hacia mi con mayor velocidad.
Rebecca incrementó la velocidad mientras absorbía, yo con la mano que tenía libre la tocaba el pezón de un pecho que ya estaba muy hinchado. Comencé a respirar agitadamente, y cerré los ojos cuando de vez en cuando dejaba escapar un débil gemido de mi boca.
Decidí tumbarme sobre el frío suelo de las mazmorras y ahora con las dos manos acariciaba todo su cuerpo, llegando a su entrepierna. Ella colocada sobre mi con posición de perrito, abrió más las piernas al sentir como mis fríos dedos buscaban la apertura.
Estaba muy mojada así que introduje dos dedos de golpe y ella gimió sin dejar de chupar, comencé a introducir los dedos con rapidez, haciendo que Rebecca respirase con dificultad subiendo y bajando muy deprisa el pecho. Pellizqué uno de sus pezones mientras seguía introduciéndole los dedos en la vagina con velocidad.
Sentí que me iba a correr, y así hice, mientras ella seguía teniendo mi miembro en su boca, al sentir como eyaculaba dentro, ella empezó a absorber y a tragar. Cuando acabó levantó la cabeza y se acercó más a donde yo tenía el brazo, yo aún seguía introduciéndole los dedos, pero al estar ella andando de rodillas tuve mayor acceso y la escuché gemir de placer cuando se los metí violentamente, sintiendo como su interior bombeaba un líquido al llegar ella a su orgasmo.
No paré y seguí introduciéndole los dedos, pronto ella se repuso y volvió a gemir.
Empecé a acariciarla el clítoris con los dedos de la otra mano, y vi como se retorcía de gusto encima mío, aún estando incorporada y rodillas, luchaba por abrir más las piernas, y sus gemidos, que ahora eran casi gritos, hicieron que mi miembro volviese a ponerse erecto, y ella volvió a correrse ante mi insistencia cuando le tocaba el clítoris y le introducía rápidamente los dedos.
Y cuando ella tenía los ojos cerrados, me levanté de golpe le saqué los dedos, la tumbé rápidamente en el suelo y le introduje bruscamente el pene.
Rebecca gritó fuertemente, una mezcla de placer, susto, excitación y dolor por la entrada tan violenta. La tapé la boca con un beso, porque ese grito estaba seguro de que lo habría oído alguien si estaba por algún sitio de las mazmorras.
Y tuvo otro orgasmo, mayor que los anteriores y dejó que la penetrase mientras respiraba con dificultad apaciblemente y con las piernas totalmente abiertas en el suelo.
Empecé a meterme en su interior y moverme rápidamente, dejando un tiempo el pene hasta el fondo para luego retirarlo lentamente hasta la punta al borde de su vagina, y volverlo a introducir de un golpe.
Sus gritos ahora eran imposibles de acallar, así que dejé de besarla, para concentrarme en chuparle los pezones, lo que le arrancó todavía más gritos y gemidos de placer, sentí como me iba a correr de nuevo, pero aguanté y esta vez mientras le introducía el pene volví a tocarle el clítoris con una mano, mientras con la otra acariciaba y estrujaba su pecho.
Decidí agarrarla las piernas, así que levantándoselas y apoyando sus rodillas en mis hombros, mientras yo me pegaba a ella comencé a penetrarla de esa manera, haciendo que mi pene se introdujese más al fondo por esa nueva postura.
Estuve seguro que mañana Rebecca estaría afónica, y era una suerte que no hubiese aparecido el conserje, porque yo no podía parar y la penetraba con fuerza haciendo que ella chillase más aún.
Ella tensó sus músculos e intentó cerrar las piernas, yo las apreté fuerte para que siguiese dejándome acceder con libertad a su interior por lo que ella acabó cerrando los ojos mientras abría la boca y acababa con un nuevo orgasmo y yo esta vez me corrí con ella, cayendo sobre ella.
Intenté controlar mi respiración agitada, mientras ella hacia lo mismo. Nos miramos a los ojos y sonreímos.
Me puse en pie y la extendí el brazo. "Sirius ha sido el mejor polvo de mi vida" dijo agarrándose a mi brazo y levantándose con dificultad.
La sonreí y la pasé su ropa, cuando se hubo vestido la acompañé a la entrada del pasadizo y la dije que siguiese todo recto y llegaría a su Casa.
Yo giré y me aparté el sudor de la cara, luego empecé a andar en dirección a las escaleras que te dejaban frente la puerta para salir al jardín.
Pero cuando andaba hacia las escaleras alguien me cortó el paso: "¿Son todas tus putitas igual de ruidosas?" dijo una chica de pelo morado, largo, ondulado, que rebelde se movía hacia su cara. Ella se pasó una mano con dedos largos y de uñas largas acabadas en punta y pintadas de morado, se apartó el pelo, y unos ojos enormes y morados me miraron con una mueca sarcástica.
Se acercó a mí moviéndose como si fuese una diosa, dejándome ver a través de su camisón morado ceñido un cuerpo magnífico, la verdad es que el uniforme no le quedaba tan bien.
Se colocó delante de mí, no era muy alta, era más bien tirando a bajita, baje la cabeza y me perdí en su escote de piel blanca y buenas formas.
Subí la cabeza y me encontré con una sonrisa irónica y una mueca de superioridad en sus ojos. Alargó una mano y comenzó a jugar con el cuello de mi túnica, "¿Sabes que he tenido que ponerle un hechizo al estúpido del conserje en los oídos para que creyese que los gemidos venían de otro piso?" dijo riendo dulcemente, sus ojos se entornaron y pensé que cómo era posible que una persona como ella pareciese tan angelical a veces.
"¿Por qué lo has hecho?" dije intrigado después de haberme repuesto del choque que me había dado verla con ese mini camisón. Ella se volvió a apartar el pelo de la cara y con unos labios pálidos que en ocasiones parecían estar pintados de morado me susurró al oído "¿Crees que no hubiese sido divertido ver la cara que se le ponía al gran Sirius Black cuando le pillaban con una de las innumerables chicas que babean por él?" ahora dio una vuelta alrededor mío "Sí, hubiese sido muy entretenido, pero resulta que yo quiero algo" dijo volviendo a enfrentarse cara a cara conmigo.
Su belleza me tenía atontado pero conseguí preguntarla desconfiado "¿Qué es lo que quieres?" ella sonrió ante mi tono y volviendo su rostro de pronto a uno serio me dijo "A ti" y me mordió el cuello.
Sentí un pequeño pinchazo en el lugar donde me acababa de morder y vi como ella cerraba los ojos, y de pronto una extraña sensación me recorrió, cerré los ojos sintiendo como mi cuerpo entraba en un extraño éxtasis.
Ladeé más el cuello para que ella tuviese mejor acceso a lo que me estuviese haciendo, sentí como me estaba excitando y acabé eyaculando mientras caía al suelo y la negrura se cernía sobre mí.
