Los días pasaban despacio en aquella casa, no había mucho movimiento, veía la tele con ellos o leía un libro, pero no se podía hacer mucho mas, Molly iba de vez en cuando y ella se sentaba a conversar siempre que venia, era un cambio hablar con alguien que no fuera un hombre, que además pasaban mucho tiempo encerrados hablando sobre la Orden del Fénix, así que cuando un día estaba mas que harta de estar encerrada en aquella casa no se lo pensó dos veces y salio aprovechando el descuido de sus protectores.

Londres seguía siendo como lo recordaba, hacia muchos años que no había estado en esa ciudad, pero aun así no había cambiado tanto, el tiempo seguía siendo húmedo y la ciudad gris, se paro cuando encontró una cabina y llamo a la única persona que conocía en esa ciudad y que  la podía animar un poco en esos momentos. Al cabo de media hora ya estaba delante de la puerta de su apartamento.

- Mayor sorpresa no me podías haber dado y yo que pensaba que nunca saldrías de ese pueblucho.

- Yo también me alegro de verte Henry – contesto ella - ¿Espero no molestarte?

- Sabes que tu nunca me molestas – los dos pasaron al salón y se sentaron en un sofá de dos plazas, era un apartamento muy grande, adornado de manera muy exótica, tal y como era su amigo - ¿Y dime que haces aquí?

- Bueno, me apeteció ver un poco la cuidad, nada mas.

- Se cuando me mientes pequeña mentirosa, pero si no me quieres contar la verdad… - dijo el poniendo cara de herido.

- Esa es la verdad – ella le golpeo el hombro – te conozco bien y esa cara no me va ablandar.

- ¿Y Remus? – a ella le sorprendió la pregunta.

- Y ese interés, él no esta entre tus posibilidades Henry.

- Que desconfiada, no siempre pienso en los hombres de esa manera.

- ¿A no? Esa si es un sorpresa.

- Yo aun te puedo sorprender pequeña – contesto riéndose.

- Permíteme que lo dude.

- Estoy seguro de que puedo -  siguió el poniéndose serio.

- Claro te creo – rió ella – tu siempre escondes un lado oscuro no lo dudo.

- Pues no lo dudes señorita Potter, no lo dudes – ahora era ella quien se quedo seria.

- ¿A que viene eso? – dijo ella nerviosa.

- Sabes que mi tío me dejo bastante dinero, pero la vida es muy cara y yo no se vivir de manera mediocre, así que cuando el dinero se termina tienes que hacer lo que sea por sacar mas.

- ¿Qué quieres decir? – pregunto ella asustada se intento levantar y alejarse de él, pero se lo impidió cogiendola por la muñeca y devolviéndola a su sitio.

- Me lleve una gran sorpresa cuando ese tío apareció y me dijo que eras una bruja, en el primer momento no veas como me reí, pensé que estaba loco, pero cuando el saco una varita me apunto y pronuncio unas palabras creí morir, todo el cuerpo me dolía, parecía que los huesos se me querían salir del sitio, no te iba a traicionar de verdad que no y casi hasta me sentí mal cuando el me ofreció tanto dinero, pero bueno los remordimientos y la culpabilidad no sirven para pagar nada, así que …

- Me vendiste – susurro ella.

- Si es una buena manera de decirlo.

- Te creía mi amigo ¿Cómo lo has podido hacer?

- ¿Amigos? Si ni siquiera se quien eres Helena Potter.

- No me llames así suena sucio en tu boca – ella le golpeo la cara con todas sus fuerzas y aprovecho el momento de descuido de él para salir corriendo de piso, lo oía correr detrás de ella gritando, pero no se iba a detener corría por las calles oscuras de Londres sin saber ni adonde iba, no conocía la ciudad y ni siquiera sabia donde se dirigía, para llegar hasta la casa de Henry, había tenido que preguntar a varias personas para que le indicaran.

Sintió como alguien la agarraba y lucho con todas sus fuerzas para soltarse y hizo lo primero que se le ocurrió darle una patada en la entrepierna a quien le estaba sujetando, lo oyó ayudar por el golpe y hubiese seguido corriendo si no hubiera reconocido la voz de la persona.

- Ahora si que no tendré descendencia – murmuro entre el dolor.

- ¿Sirius? – pregunto.

- Helena que pretendías haciendo esto – grito alguien detrás de ella sobresaltándola.

- Dejarme sin hijos – gruño el otro poniéndose en pie.

- Lo siento – susurro ella – pensé que eras Henry.

- ¿Henry?  - interrogo el otro.

- Si fue el Remus, el les contó a Malfoy y a Peter donde me encontraba, por eso me localizaron, me estaba siguiendo, pero creo que lo he perdido aunque no estoy segura.

- Lo mejor será que volvamos a casa, necesito hielo – gimió el otro comenzado a andar.

- De veras que lo siento – volvió a repetir Helena caminando detrás del animago.

Estaba sentada en el salón esperando mientras los otros dos la miraban inquisidoramente.

- Espero que comprendas la gran estupidez que has hecho esta noche – a la chica le sorprendió con la tranquilidad que Lupin le hablaba cuando en sus ojos se podía ver todo lo contrario.

- Lo siento.

- Sabemos que lo sientes, pero creo que la única razón que lo sientes es porque te hemos pillado – ella se le quedo mirando un momento antes de contestar.

- Mira, para empezar, se que no me tenia que haber ido de la casa y mucho menos sin avisaros de adonde iba, pero me aburro mucho aquí es agobiante pasarme la vida encerrada como si fuera un reo que ha cometido un crimen contra la humanidad y que yo recuerde no he hecho nada para pasarme el día encerrada, además nadie te he pedido que me protejas ni mucho menos que me des sermones, pero lo que no te consiento y oyeme bien es que me trates como una niña pequeña que necesita que la reemprendan, siento lo que paso esta noche por haberme puesto en peligro y por golpear a Sirius, pero desde luego no lo siento porque me hayáis pillado.

- Helena eso no es lo que quería decir Remus – intento mediar Sirius.

- Si que quería, lo hace siempre se piensa que no se me cuidar sola pues esta confundido se me defender muy bien y si no que te pregunte a ti – grito mientras se iba a su habitación.

- Bueno golpear, golpea bien – dijo mirando al otro que no apartaba la vista de la puerta donde segundos antes se había ido la chica.

Corría lo más rápido que podía por los pasillos del colegio, cuando se lo contara no se lo iba a poder creer, era increíble, paso tan deprisa por el retrato que la señora gorda no paro de quejarse.

- Vamos a vuestra habitación – les dijo a los dos chicos que jugaban una partida de ajedrez – ahora – grito mas fuerte al ver que ninguno de los dos hacia ningún movimiento, los dos se levantaron apresuradamente tirando las piezas del juego al suelo y siguiendo a la chica.

- Cada día esta mas mandona – susurro Ron a Harry que solo pudo afirmar con la cabeza y reírse.

- Vamos rápido, moveos – la chica entro y se sentó en la cama de Harry con las piernas cruzadas e invitando a los chicos a sentarse. Harry se sentó enfrente de ella en la misma posición, Ron se quedo sentado en su propia cama mirando a la chica que lo miraba autoritariamente.

- ¿Que? – ella le señalo con la cabeza que se sentara junto al otro chico, el pelirrojo le hizo caso a regañadientes, en cuanto estuvo sentado la castaña cerro los dorsales y lanzo un hechizo.

- ¿Para que haces eso? – pregunto el menor de los Weasley.

- Porque ya lo tengo, por fin he encontrado quien es ella.

- ¿Quien? – preguntaron los dos chicos al mismo tiempo.

- Helena, la chica que estaba en casa de Sirius.

- Ah. Pero todavía sigues con eso Hermione – comento el moreno – si te has pasado buscando una semana entera y no has encontrado nada.

- No encontré nada, porque la sacaron del anuario, pero estaba segura de que ella había estudiado en esta escuela. No conseguía encontrar ni una sola foto de ella y ya lo iba a dejar por imposible cuando la encontré. Ya sé quien es Harry y te puedo asegurar que a ti te interesa mucho. Mira – la chica le enseño el libro que había llevado en sus manos todo el tiempo y lo abrió por una pagina en la que ella había dejado una señal, señalándole una foto.

- Es mi padre – contesto el chico sin entender.

- No, mira bien no esta solo.

- No esta con mi madre y con una niña ¿Y que?

- Por favor Harry – grito Hermione exasperada – mírala, se parece o no a la chica que vimos.

- Si, se parece bastante – el moreno miro a su amigo sentado junto a el, pero el otro solo se encogió de hombros.

- ¿No lo ves? – interrogo Hermione.

- ¿El que? – contesto irritado - ¿Qué es lo que tengo que ver?

- Lee Harry que trae debajo de la foto – el chico la miro un momento suspiro y leyó lo que ella le señalaba.

- James Potter cazador del equipo de Gryffindor después de ganar el torneo de quidditch junto a Lily Evans y su hermana menor Helena Potter – el chico se quedo callado sin saber que decir miro a su amiga que sonreía y afirmaba con la cabeza. Se levanto corriendo casi arrollando al pelirrojo.