Sirius fue declarado inocente luego de conseguir que Peter confesara toda la verdad, fue juzgado junto a Lucius Malfoy que relato algunas de las muertes de las que había sido culpable incluida la de los padres de James y Helena, habían sido los primeros a los que había matado, durante el tiempo que duro el juicio Helena y Harry estuvieron allí junto a Remus y a Sirius, esperando la sentencia que al final fue el beso del dementor. Esa noche ya en la casa, celebraron por fin que la justicia había estado presente por fin. Harry y Sirius eran los que más contentos estaban, tanto que al final los dos se habían pasado en la celebración quedándose dormidos en el sillón como dos niños chicos. El pequeño de la casa se revolvía en su cuna no pudiendo conciliar el sueño, hoy a su padrino y a su tío y el también quería unirse a la fiesta.

- ¿Qué le ocurre? - pregunto Remus acercándose hasta ellos.

- Que el niño se parece demasiado a esos dos. No debería pasar tanto tiempo con ellos.

- No será para tanto. además se quedara dormido en seguida, pero si no puede mantener los ojos abiertos - rió mientras contemplaba a su hijo intentando no cerrar sus ojos - ¿Tu estas bien?

- Claro ¿Por qué no habría de estarlo? - ella estaba de espaldas a el apoyada en la cuna.

- Te he notado rara desde que salimos del ministerio. Parece como si no estuvieras contenta con la sentencia.

- No, no es la sentencia, ellos lo merecen incluso si no hubiesen tenido nada que ver con la muerte de Lily y James, pero no me siento mejor, es como si ...

- Estuvieras vacía - se adelanto el.

- Si algo así, pensé que cuando todo acabara me sentiría mejor, pero sigue faltando algo. Fue horrible escuchar a Malfoy explicar como había matado a mis padres, como le había lanzado todas esas maldiciones a mi madre - el la abrazo por detrás, si saber a ciencia a cierta lo que podía pasar, vivían juntos pero intentaban tener el mínimo contacto y por un segundo se arrepintió de abrazarla al pensar que ella lo iba a rechazar, pero cuando ella se echo hacia atrás y dejo descansar su cabeza en su pecho ahogando los sollozos la necesito mas cerca de él para poder silenciar todo su sufrimiento, la giro y la apretó contra el intentando acallar su llanto, era la primera vez que la veía llorar, nunca se había derrumbado así delante de él.

- Tranquila - le susurraba al oído - ya acabo todo, por fin acabo. A partir de ahora todo ira bien.

- ¿Cómo lo sabes? - el le levanto la barbilla y la obligo a mirarle.

- Porque ya nos lo merecemos, merecemos ser felices - miraba sus ojos y sus labios reiteradamente. Le dio un suave beso en los labios, no pretendía que fuera nada mas que una señal de amistad, un simple beso y se apartaría, pero volver a probar de nuevo sus labios, lo hizo sucumbir y ella no le puso ninguna objeción ya que respondió al beso con ansias, se separaron cuando oyeron a Nathan llorar - perdona no se que me paso, lo siento mucho, lo siento  - repitió mientras salía de la habitación.

- Yo no - dijo ella, pero el ya no la escucho.

La navidad había llegado dando paso a las luces y a las calles iluminadas, todo el mundo estaba contento, pero había un chico que era feliz por encima de todo, Harry Potter que por primera vez pasaría las vacaciones en su casa, no en casa de sus horrible tíos, ni en la madriguera donde siempre se sintió bien, sino en su casa, la que compartía con Sirius, Remus, Helena y su primo y ahijado Nathan.

- Harry no - grito su tía.

- ¿Por qué? - pregunto él con cara de niño bueno - si le gusta, mira la cara que pone.

- Pues por eso exactamente, no quiero que piense que la magia es un juguete, no le lances agua a Sirius.

- Eso no me lances agua - repitió el moreno mientras de su varita salía agua dándole directamente a su ahijado.

- Sirius - murmuro ella - se supone que tú eres el adulto.

- Y claro que lo soy - contesto ofendido mientras volvía a echar agua a su ahijado que se la devolvía.

- Pero bueno no hay quien pueda con vosotros dos.

- ¿Qué ocurre? - pregunto Lupin haciendo en ese momento aparición en la casa - ya estáis discutrien... - pero no pudo terminar su frase ya que en cuestión de segundos estaba chorreando agua que había sido lanzada por los otros dos.

- Eso - dijo Helena señalándole - es lo que pasa. Venga vamos a sentarnos a cenar, antes de que haga aparición la luna llena.

- No tenéis que cenar tan temprano por mí, no es necesario.

- Es la primera navidad de Nathan y quiero que su padre este presente.

- Pues hace unos meses no parecías querer lo mismo - ella le miro, sabia que estaba dolido pero ya estaba cansada de que le echara eso en cara una y otra vez.

- A comer - grito Sirius, sentándose entre ambos para evitar posibles disputas - la cena transcurrió tranquila, Harry les contaba emocionado su ultimo partido de quitdchit donde desde luego había cogido la snicht, antes de terminar de comer el postre, Remus se retiro a su habitación antes de transformarse en lobo.

- Ven a Hogwarts Helena.

- No me apetece Harry. Además odio ir por esas chimeneas y Nathan es muy pequeño para ir, lo debo de acostar ya.

- De acuerdo - contesto Sirius - no volveremos tarde te lo prometo.

- No te preocupes y divertiros.

- Nathan me voy dime adiós - el niño miraba a Harry desde el suelo donde estaba sentado, en cuanto el chico lo llamo, el niño gateo hasta él - no Nathan dime adiós - Harry cerraba su mano y la abría intentando enseñarle al niño, pero el se reía y aplaudía viendo a su padrino.

- Nathan - dijo su madre - dale un beso a Harry que se va - el chico se puso a la altura del niño ofreciéndole su mejilla a la que acerco sus labios y los dejo allí.

- ¿Creéis - pregunto Harry mientras se limpiaba la baba que había dejado su ahijado en su mejilla - que es normal que con los diecisiete años que casi tengo el único beso húmedo que voy a tener hoy me lo de él - siguió mientras señalaba a Nathan que ahora corría detrás de Sirius que se había puesto a cuatro patas y se arrastraba por el suelo mientras el niño lo perseguía.

Se había quedado ella sola con el pequeño que gateaba de un lado a otro del salón, ella estaba sentada en el suelo y él bebe iba hasta ella, soltaba una carcajada y se dirigía hacia otra parte de la habitación,  por un momento Helena pensó que se parecía mucho a Sirius en su condición de animago andando de esa manera, si le tiro un palo y va detrás de él, empezare a plantearme seriamente la idea de que no pase tanto tiempo con él, estaba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que no estaba sola, cuando escucho un gruñido cercano, se sobresalto y un estremecimiento recorrió todo su cuerpo cuando se dio cuenta de que el lobo en el que Remus se había convertido estaba allí enfrente de ella y del niño, se movió despacio para no provocar al animal, tenia que coger al bebe antes de que el lobo lo atacase, pero el niño tenia otros planes y cuando vio al animal fue directo hacia él.

- Nathan no - grito ella - ven aquí - era tarde, el lobo ya estaba encima del niño, ella estaba agarrotada por el miedo, no se podía mover debía hacer algo antes de que el animal atacara al niño, pero cual fue su sorpresa cuando no arremetió contra el niño,  él lobo parecía tener otra cosa en mente, lo agarro por la camiseta que llevaba el crió con sus dientes y lo acerco a Helena depositándolo en su regazo, ella se quedo inmóvil, el fiero animal posteriormente poso su cabeza sobre las piernas de la chica y allí se quedo.

- Navidad, navidad, nanananananannanan.

- Sirius tu manera de cantar es horrible - reclamo Harry

- Black - grito alguien detrás de ellos.

- Estupendo - gruño Harry - este es capaz de bajarme puntos por culpa de lo mal que cantas, Hermione se va a enfadar mucho.

- ¿Y Lupin? - casi grito el otro.

- En casa, hoy es luna llena ¿l o  r e cu e r d a s  t u  l e  h i c i s t e s   l  a  p o c i o n? - le contesto como si hablara con un tonto, el otro paso por alto al menos esta vez, la observación del animago.

- Logbotoom, ese... - maldijo unas cuantas veces antes de continuar - le dije que se la llevara a Lupin  y se confundió al cogerla, no se a tomado la poción - Sirius se quedo blanco.

- A ver si lo he entendido bien, me estas diciendo que he dejado a Helena y a Nathan solos en la casa con un hombre lobo - Snape afirmo con la cabeza molesto,  Sirius corrió de nuevo hacia la chimenea seguido de cerca por Harry.

- ¿Dónde crees que vas? - pregunto al muchacho.

- Contigo ¿Dónde sino?

- Ni lo sueñes, tu quédate aquí bastante tengo con tener que sacar de allí a Helena y a Nathan, no quiero mas espectadores.

- Pero tu solo no podrás - protesto él.

- Harry el te atacara, solo hocicos puede controlarlo. Entiéndelo - fue lo último que le dijo antes de meterse en la chimenea.

Respiraba agitadamente no sabia lo que debía hacer, el lobo la miraba mientras seguía con su cabeza en sus piernas sin moverse, Nathan, intentaba acariciarlo como otras veces había hecho con Sirius transformado en Hocicos, pero la chica no se lo permitía, lo tenia sujeto y lo apretaba contra ella, provocando que el niño se enfado y llorara, el animal levanto su cabeza y se acerco al bebe, la muchacha lo apretó aun mas contra ella para protegerlo y cerro sus ojos en espera del ataque, pero los volvió a abrir sobresaltada al notar como el lobo le lamía la cara. Oyó un ruido procedente de la chimenea y miro hacia ella.

- Sirius - llamo en un murmullo - no sé que esta pasando.

- No se tomo la poción - miro al lobo que lo miraba amenazadoramente mostrando sus dientes y gruñendo - ¿Qué hace? - pregunto cuando vio como el animal se ponía delante de Helena y del niño, pero el mismo se contesto a la pregunta - os esta protegiendo debe creer que os quiero hacer daño y os protege, es increíble, nunca había hecho algo así - el lobo empezó a gruñirle preparándose para acometerlo y rápidamente Sirius se cambio a Hocicos antes de que lo atacase, enseguida lo reconoció y volvió de nuevo a la tranquilidad volviendo a apoyar la cabeza en las piernas de la chica. El perro se acerco a ellos tiro de la manga de la camisa de la chica hacia el lobo, pero ella no estaba por la labor, el can seguía insistiendo hasta que consiguió que ella con la mano temblorosa, acariciara al lobo.

Se despertó cuando sintió unos rayos de sol en su rostro, debía ser ya tarde, miro a su alrededor, subió la manta que tenia sobre su cuerpo y se la paso por encima de la cabeza cerrando sus ojos, los volvió a abrir rápidamente al darse cuenta de que estaba en el salón y no es su habitación, se levanto apresuradamente, le dolía todo el cuerpo y eso hizo que se tuviera que volver a sentar antes de que se cayera al suelo.

- Ya estas despierto ¿Tienes hambre? Te he dejado hay la ropa.

- ¿Por qué estoy aquí? ¿Dónde están los otros? ¿Qué ha pasado? Dime que no le he hecho daño a nadie por favor - estas últimas palabras las dijo en un susurro mientras se tapaba la cara con sus manos.

- Dormiste aquí. Helena duerme, Nathan y Harry están en el patio jugando. Neville se confundió al coger la poción en el despacho de Snape y te dio la que no era. No, no le has hecho daño a nadie, al contrario.

- ¿Al contrario? - pregunto dejando escapar el aire que había estado reteniendo mientras su amigo le contestaba.

- Si, fue increíble, la próxima vez quiero una cosa de esas muggles para grabar y que lo veas - el otro lo miraba sin entender nada desde su asiento donde se empezaba a vestir - mira cuando Snape me contó que no habías tomado lo poción, volví y te encontré lamiéndole la cara a Helena - el otro puso cara de incredulidad - debiste creer que les podía hacer daño y te pusiste a la defensiva colocándote delante de ellos para protegerlos, te digo que si no lo hubiese visto con mis propios ojos no me lo hubiera creído.

- ¿Qué me estas diciendo? Que no les ataque, Sirius sabes que es imposible, el lobo no distingue.

- Si lo hace, él supo quienes eran, los lobos protegen a sus camadas, él estaba protegiendo a su cría y a su...  - se quedo unos segundos callado buscando la palabra correcta - hembra.

- ¿Hembra? - pregunto el otro con cara dudosa.

- Bueno no se como llamarlo, lo que sé es que los sentimientos que tienes por Helena y por Nathan son tan fuertes que hasta el lobo los siente, los protege Remus no los ataca, los quiere.

- ¿Estas seguro? - interrogo el otro no muy convencido.

- Si que lo estoy, lo que vi ayer de noche no dejo lugar a dudas.

- ¿Qué ha dicho ella?

- No mucho, la verdad es que estaba algo asustada, sujetaba a Nathan con tal fuerza que la ha debido dejar hasta marcas, hombre como comprenderás no es muy normal que un lobo que normalmente es agresivo ponga su cabeza en tus piernas y se eche una cabezadita. Cuando te volviste a transformar, estaba entumecida por no haber movido las piernas en horas, la verdad que esta noche solo dormisteis tú y Nathan, la ayude a meterse en la cama y aun temblaba como una hoja, le prepare un cacao y no se lo cuentes, pero le metí un poco de poción para que durmiera.

- Aja apa aja.

- Ven aquí pequeño bicho endemoniado.

- Harry no llames así a mi hijo - rió Remus - ¿Qué te ha hecho esta vez?

- Le intento dar de comer y al final tengo yo mas comida encima que la que él comió y luego me di la vuelta un segundo, un segundo - volvió a repetir levantando el dedo índice -y ya se me había escapado ¿Le podemos poner una correa?

- Entonces te la pondremos a ti también - dijo una voz detrás de él.

- Venga tita, solo para cuando yo lo cuide - ella levanto una ceja mirando a su sobrino.

- ¿Tita?

- Si, eres mi tía preferida - contesto él con una sonrisa - le ponemos la correa.

- No, no le ponemos la correa y cuando soy tu única tía, eso no es un cumplido.

- No eres la única - negó el chico - también esta mi tía Petunia.

- Eso tampoco es un cumplido.

- No hay correa ¿no?

- No, no hay correa.

- Venga chico - decía Sirius mientras recogía al niño del suelo - ven conmigo que te voy a enseñar como se da de comer a un bebe - le puso una mano sobre el hombro - ya veras que no es tan difícil - le revolvió el pelo y le susurro - y si no podemos le ponemos la correa.

- Sirius te he oído.

- Pues no escuches, así no me oirías.

- Es imposible - grito mirando a Remus - no va a madurar nunca.

- Debemos hablar, sobre lo que paso anoche, Sirius me lo ha contado.

- No hay mucho de que hablar, tuvimos suerte y no paso nada. Dejemos ahí el tema.

- El lobo no os ataco.

- Lo sé yo estaba ahí.

- ¿Te asuste?

- Si, algo no te voy a mentir, pero no querías hacernos daño, es mas cuando creíste que Sirius nos iba a atacar, casi es a él a quien atacaste.

- Te dije que seria difícil.

- Si, pero prefiero dejar el tema, no paso nada y eso es lo importante - contesto ella dándose la vuelta.

- Yo creo que también es importante la razón por la que no os ataque ¿no lo quieres saber?

- Ya lo sé - contesto ella sin darse la vuelta - Nathan es tu hijo por eso te comportaste así.

- ¿Y a ti? No quieres saber porque no te ataque a ti.

- No estoy segura de querer saberlo - murmuro saliendo de la estancia.

Cualquiera que viera la escena de un hombre adulto y un adolescente dándole de comer a un bebe no la podrían creer, el pequeño iba ganando y por mucho, cada vez que ellos le metían una cucharada de comida en la boca, el se las escupía, Sirius llego un momento que se trago el una cucharada de la papilla del bebe y se la escupió al niño.

- A que no te ha gustado ¿eh? Pues por eso no se lo debes hacer a los demás - el pequeño que en el primer momento no reacciono se empezó a reír y a aplaudir, dando botes en su silla.

- ¿Creo que quiere que lo repitas? - dijo Harry mirando.

- Si me permitís voy a dar yo de comer a mí hijo antes de que él os dé una paliza a los dos.

- Vale - suspiro Harry - voy a escribirle a Hermione, le dije que le mandaría una lechuza.

- No te cortes Harry, huye, huye - grito Sirius - huye de un niño de un año - Helena le limpio la cara al niño y se sentó enfrente de él con su comida, metió la cuchara en el plato y se la acerco a la boca al niño que la trago sin protestar, Sirius miraba la escena alucinado - pero bueno, porque a ti no te escupe.

- Porque sabe que yo no estoy jugando, que tiene que comer si no me enfadare con él. Vosotros solo jugáis con él, entonces él piensa que siempre estáis jugando, por eso os busca cuando quiere jugar no te das cuenta que cuando tiene sueño y quiere dormir nunca va contigo ni con Harry, además eso de escupirle la comida, no es algo que yo haría.

- Él me escupió primero - se defendió el moreno.

- El tiene un año Sirius ¿Y tu?

- Oye - reclamo el animago - que yo no... ¿Dónde esta Remus?

- Cambiando de tema Black, no esperaba eso de ti.

- No cambio de tema, estoy preocupado por mi amigo. Y por ti.

- ¿Por mí? No sé porque estoy bien.

- El día que os encontré en el hotel encima de la mesa, le di tal puñetazo a Remus que no te lo puedes ni imaginar y poco falto para que a ti te pusiera un cinturón de castidad - ella le miro y por un momento hubiera jurado que no era broma lo que le estaba contando - pero cuando os veía miraros, con esas sonrisas que os dabais, como el te mira cuando tu no te das cuenta y como tu te portas cuando el esta cerca, eso es lo que me preocupa, me inquieta que os perdáis el uno al otro.

- Sirius entre Remus y yo todo acabo - contesto ella casi ahogándose la voz.

- ¿Porque? Por orgullo, por cabezonería, por testarudez, por terquedad,  por obstinación

- Porque el ya no me quiere - murmuro.

- Que ya no té... pero bueno tú eres tonta. Claro que te quiere, no te demostró nada lo que paso anoche.

- ¿Pero porque? Porque cree que me debe de querer por Nathan, no porque realmente este enamorado de mí, no le voy a obligar a que este conmigo solo por el niño.

- Yo te quiero - levanto la vista para encontrarse con los castaños de él apoyado en la puerta - y si Nathan no existiera te querría igual.

- Bueno pequeño - dijo Sirius cogiendo al niño - creo que debemos dejar a tus padres solos.

- Te quiero y no sabes cuanto, cuando te fuiste, me sentí tan desesperado, te necesitaba conmigo, te quería conmigo - se agacho a la altura de ella para poder mirarla a los ojos - cuando Sirius me contó donde te podía encontrar fui a buscarte y en ese momento dije muchas cosas que no pensaba, me sentí herido, habías tenido un hijo mío y me lo habías ocultado, estaba enfadado y furioso, no tenia que haberte dicho todo lo que te dije, pero no lo pude evitar, yo fui quien pensó que tu no me querías, que por eso te habías ido con el niño, no sabes lo mal que me sentí.

- Yo... - él le puso un dedo sobre los labios.

- Calla, ahora necesito hablar yo, quiero sacar todo esto de dentro. Cuando los tres hablamos y decidimos vivir juntos y que Harry estuviera con nosotros, creí que no iba a poder verte todos los días y no besarte, no desearte, verte como estabas con Nathan, como reías con Sirius o como Harry se echaba sobre tus piernas y tu le acariciabas el pelo, me moría de envidia, porque yo quería que tu estuvieras así conmigo y cuanto mas intentaba arreglar las cosas mas las estropeaba. Ayer te quería dar las gracias por que cenarais antes para poder estar conmigo y en vez de eso, termine contestándote de la manera mas borde, necesito que me perdones.

- ¿Qué yo te perdone a ti? Pero si fui yo quien escapo, tenia miedo de que me dejaras de querer cuando supieras que estaba embarazada, por eso huí.

- Helena me has dado lo más importante de mi vida, por que Nathan y tú son lo más importante para mí.

- Perdóname por favor - suplico ella abrazándole y tirandose al suelo donde él estaba arrodillado - nunca quise que sufrieras por mi culpa - él le devolvió el abrazo - Remus.

- ¿Que?

- Una caja negra esta levitando detrás de ti - él se dio la vuelta para ver una pequeña caja flotando delante de sus ojos, miro a la puerta y pudo ver como dos sombras se escondían y la pequeña caja caía al suelo, la cogió y la abrió, sonrió la cerro y miro a Helena.

- Bueno ya que más en bandeja no me lo pueden poner y bien mirado ya estoy en la posición perfecta - volvió a abrir la caja pero esta vez mostrándole el contenido a la chica - Helena Potter ¿Te casarías conmigo? - ella miraba al anillo que había dentro de la cajita y a Remus.

- Si será un honor - se oyó una voz varonil intentando hacerse pasar por chica, Remus volvió a mirar a la puerta y vio de nuevo las dos sombras escondiéndose mientras Helena se reía.

- ¿Esto no debería ser romantico? - pregunto la chica entre la risa.

- Debería - contesto el sacando su varita y apuntando a la puerta cerrándola.

- Yo quiero hacer eso - comento ella.

- ¿El que?

- Pues eso, es un hechizo sencillo, quiero cerrar la puerta y quiero tener otra vez mi varita.

- Pues vale - corroboro Lupin - me parece bien, pero eso no contesta a mi pregunta. ¿Lo harás?

- Si, mañana hablare con Dumbledore y se lo diré que quiero terminar mis estudios - el licántropo la miraba sin entender nada solo quería una respuesta a una pregunta - y además le habrá que preguntar que si nos quiere casar él - cogió entre sus manos su rostro y la beso.

- Eres mala ¿lo sabias?- le dijo mientras le colocaba el anillo en el dedo.

- Un poco - la volvió a besar, olvidando con ese beso todo el sufrimiento de los últimos años.

- Lupin si no abres, te juro que tirare la puerta abajo.

- Seremos felices - afirmo ella.

- Bueno, al menos nos reiremos mucho con esos dos - la puerta se abrió de golpe y entraron Sirius y Harry que llevaba a su ahijado en brazos.

- ¿Os felicitamos? - pregunto Sirius, Helena alzo su mano donde se podía ver el anillo que Remus le había colocado y recibió un abrazo enorme de Sirius que la tiro al suelo.

- Eh tu, quítate de encima de mi mujer.

- Futura mujer - Sirius le guiño un ojo a la chica - por ahora sigue siendo mi protegida, así que Remus vete haciéndote a la idea que hasta que no estéis casados, nada de nada. No quiero mas niños antes de la boda. ¿El padrino del siguiente seré yo verdad? -pregunto con cara inocente - porque Harry es un inmaduro y además un irresponsable.

- Oye - contesto el chico molesto arrojándose encima de su padrino con una sonrisa, Helena reía y gritaba intentando salir de debajo de los dos mientras Remus se unía a ellos riendo.

Todos rieron y lloraron aquel día que se sintieron felices que por fin habían conseguido que su vida tomara un rumbo hacia la felicidad, el día que todo cambio y el pasado se olvido aunque no dejaron de recordar a aquellos que ya no estaban junto a ellos.