(todos los personajes, y localizaciones pertenecen a Square-Enix, y Final Fantasy 8. los cuales no poseo. U¬¬ no por falta de ganas. jajajajaja)
The Vampire Slayer
Cáp. 2: Presentimientos
Al momento Rinoa coge sus apuntes, y sale de la biblioteca detrás de Squall. Va siguiendo a Squall durante todo el paseo por el jardín. Extrañamente Squall va muy rápido, por lo que Rinoa casi tiene que correr para seguir su paso. Una vez han llegado al pasillo de las habitaciones el paso de Squall se hace más calmado. En ese momento Rinoa aprovecha para hacer unas cuantas preguntas.
- Rinoa: ¿Por qué corrías tanto?
- Squall: Yo no corría.
- Rinoa: Sí que corrías. Ibas muy rápido. "Este Squall es muy extraño. Por suerte, mejor que siga actuando como una humana normal y corriente."
- Squall: Te lo debería parecer a ti. "Vale, ella no es peligrosa, ni ninguna de ellos. Sino, me habría seguido con facilidad." Bueno, ya estamos aquí. (abre la puerta) Pasa.
Rinoa simplemente afirma con la cabeza y entra dentro de la habitación. Una vez ya ella dentro de la habitación, Squall mira a un lado a otro el pasillo, por si alguien había visto a Rinoa entrar en su habitación. Una vez hecha la comprobación, también entra en su habitación y cierra la puerta tras de si. Al dirigir su vista hacia dentro, se fija que Rinoa aun esté de píe, esperándolo.
- Squall: (mostrando toda la habitación con el brazo) Siéntate donde más te plazca.
- Rinoa: De acuerdo. gracias. Eh. ¿puedo?
- Squall: Déjalos donde quieras. Pero acuérdate de luego recogerlos.
Con esa indicación, Rinoa deja los apuntes sobre el escritorio de Squall, y se sienta en la cama. Al momento Squall coge la silla del escritorio, coloca el respaldo frente a Rinoa y se sienta, quedándose cara a cara con ella. En realidad, la mirada que utiliza Squall para analizar cada milímetro de ella, la incomoda un poco. Es una mirada como si quisiera saber algo sobre ella, solo mirándola, solo analizando sus movimientos, como si intentara leer su mente.
- Rinoa: (mirando hacia otro lado, incómoda) ¿Qué. qué pasa?
- Squall: (dejando de mirarla de esa manera) Nada. (Se pone más cómodo) Bien, cual es esa información que me puedes dar. Estoy abierto a sugerencias.
- Rinoa: Squall. no sigas con esto. Olvídalo, no podrás hacer nada contra lo que está matando a esas personas.
- Squall: Hablas como si conocieras al asesino, y no te preocupes por mi. Sé cuidar de mí mismo.
- Rinoa: No sabes a lo que te enfrentas.
- Squall: Sí que lo sé. Y no quiero tus consejos, quiero información, por eso estás aquí. Así que mejor que ya me estés dando lo que me interesa.
- Rinoa: "Es tan diferente al que recuerdo." De acuerdo.
- Squall: Así me gusta. Venga, y no te enrolles demasiado.
- Rinoa: Todas las víctimas tenían dos heridas en el cuello.
- Squall: Eso ya lo sabía, dime algo que no sepa.
- Rinoa: . Tengo sospechas sobre quien ha sido. Pero si vas a por él, morirás. Es muy fuerte.
- Squall: Yo también lo soy. Desconoces muchas cosas sobre mí, pero no te las pienso explicar nunca. Bien, gracias por la información. ya te puedes marchar. (Se levanta) No olvides llevarte tus cosas. No quiero ir después buscándote para darte lo que te hayas dejado aquí.
- Rinoa: ¿Por qué no me escuchas? Él es muy peligroso, yo sé algo de él que desconoces.
- Squall: Entonces, dímelo.
- Rinoa: No. no puedo. Pensarás que estoy loca.
- Squall: Prueba suerte.
- Rinoa: .. ¿Crees en que pueden existir los vampiros?
- Squall: Tengo mis razones para creerlo.
- Rinoa: Él lo es. Se alimenta de sangre, puede beber cualquier tipo de sangre, pero le gusta mucho la sangre humana.
- Squall: ¿Eso es todo? Bueno. *suspiro* Como he dicho antes, te puedes marchar.
- Rinoa: ¡¡Pero si eres un simple humano!!
- Squall: No me conoces. Si no tienes ninguna información que valga la pena de escuchar, te puedes marchar ya. Ah! Y una cosa, intenta que al salir nadie te vea. No quiero rumores estúpidos. (Squall se levanta y de repente Rinoa se fija en el colgante que lleva)
- Rinoa: Una cosa antes. ¿de dónde has sacado ese colgante?
- Squall: (extrañado) "¿Por qué pregunta? Bah, me invento un cuento chino" Me lo compré hace dos años. Lo vi y me gustó. ¿Hay algún problema con ello?
- Rinoa: Eh.. No. "Es idéntico que aquél."
- Squall: Ahora, ¿puedes marcharte ya? Y recuerda, con cuidado, nada de rumores estúpidos.
Muy decepcionada, coge los libros y se marcha. Una vez se ha marchado de la habitación, Squall advierte que hay un pañuelo en el suelo de su habitación. En ese momento Squall se levanta de la cama y lo recoge. Lo analiza durante unos segundos y al instante se dirige hacia la puerta y mira por el pasillo, para ver si aun se encontraba Rinoa allí. Contra todo lo que había pensado, Rinoa no se encontraba aun en el pasillo. Era como si se hubiera evaporizado. Extrañado por la terrible rapidez, pero también perezoso de ir a buscarla, vuelve a cerrar su puerta y se estira en la cama. A pesar de hacer solo unas horas que la había visto, sentía un extraño sentimiento que le recorría por todo el cuerpo.
- Squall: "No hay quien me entienda. ¿Por qué siento esto? Bah, es de idiotas pensar en estas cosas. Al menos ahora sé seguro que es un vampiro varón. Pero. ¿cómo lo sabe ella? Será mejor que la vigile de cerca, creo que no sospecha nada de mí, pero mejor prevenir." (susurrando) Es una chica muy extraña, pero bella.
Sin decir más se vuelve a quedar dormido. Entre tanto, y ya en su habitación, Rinoa no para de pensar en este nuevo Squall y en los sentimientos que vuelven a surgir cada vez que lo ve.
- Rinoa: "¿Cómo puede parecerse tanto a mí príncipe? ¿Y si él se ha reencarnado en este chico, y por eso se parece tanto a él? Pero esconde algo." Oh. que sed que tengo. Pero no puedo dejar que nadie lo descubra, pero necesito beber, tengo sed.
Lentamente Rinoa se levanta de la cama y sale de su habitación, intentando buscar algo que tomar. No queriendo matar a nadie, se marcha hacia los exteriores del jardín, y allí caza un pequeño animal. Allí mismo bebe toda la sangre del animal y Rinoa emite un suave gemido de placer. Habiendo tomado su dosis de sangre necesaria para sobrevivir, vuelve corriendo de nuevo al jardín para que nadie la encuentre de esa manera. Pero mientras camina por los pasillos silenciosos del jardín, una voz perturba su tranquilidad.
- ¿?: Parece que nos volvemos a encontrar.
- Rinoa: (girándose bruscamente) ¿Quién?
- ¿?: Vamos, no me digas que con estos años has olvidado la voz de tu creador. ¿Cómo estamos, Rinoa?
- Rinoa: .. (sin ganas) Hola, Seifer. ¿Qué quieres de mí esta vez?
- Seifer: Me alegra que me hayas recordado, (sale de entre las sombras) pensé que no te acordarías de quien te dio la inmortalidad.
- Rinoa: No somos inmortales, Seifer. Hay cazadores por todas partes.
- Seifer: Ah, sí. como aquél con el que te enrollaste. ¿Estuvo bien? ¿Te gustó más que estar conmigo?
- Rinoa: (sintiéndose cada vez más incómoda) Por supuesto que me gustó más. Él me amaba, no como tú. Tú solo me utilizaste, nada más.
- Seifer: (se coloca detrás de ella, la agarra de los hombros, se pega a su espalda y le susurra al oído) Venga, recuerdo que disfrutabas mucho. Recuerdo tu sonrisa de satisfacción. ¿No lo recuerdas tú?
- Rinoa: Prefiero olvidar todo eso. Y ahora saca tus manos de encima mío. Recuerda que no soy una chica normal (acabado abre la boca y enseña los colmillos) Suéltame.
- Seifer: De acuerdo, preciosa. Solo quería ver si estabas bien, tengo entendido que ha aparecido un nuevo cazador por estos lugares, y no me interesaría que te cazara o que interviniese en mis planes.
- Rinoa: Seifer, ¿por qué estás matando a tanta gente ahora?
- Seifer: . Una sorpresa. Ya lo verás cuando haya reunido la sangre necesaria.
- Rinoa: Bah, es igual. Seguro que no será nada bueno para nadie.
- Seifer: Excepto para mí, bien preciosa, me marcho y que duermas con los demonios.
Dicho esto, Seifer vuelve a desvanecerse entre las sombras tan rápido como apareció. Extrañada por sus palabras, Rinoa continúa caminando hacia su habitación. Una vez estirada en su cama, se pone a pensar en varias cosas que ha dicho Seifer.
- Rinoa: "¿Un nuevo cazador? ¿quién puede ser? Hablaba como si fuera nuevo. la única persona que es nueva aquí es. ¡Squall! No, no puede ser él el cazador. Ha dicho que investigaba las muertes y desapariciones. Quizá aspira a ser detective o policía, tiene que ser eso. No puede ser un cazador."
Lentamente empieza a dormirse, no sin dejar de estar preocupada por la posibilidad de que Seifer tuviera razón y que hubiera un cazador. Aun peor, la idea de que Squall fuera el cazador no dejaba de recorrer su mente. Hasta tal punto que hacia mitad de la noche empieza a tener una pesadilla.
*FLASH*
Rinoa se encuentra en medio de un campo, esperando a alguien. De repente alguien se acerca por detrás y susurra su nombre. Al girarse, se da cuenta que se trata de Squall. Al verlo solo puede sonreír. Lentamente se acerca a él, para abrazarlo. Pasados unos segundos en sus brazos, Rinoa coge aire para hablar un momento.
- Rinoa: Squall. tengo que decirte una cosa.
- Squall: Lo sé. Por eso estoy aquí.
- Rinoa: Squall, no es lo que crees. Sí también te quiero, pero tengo que decirte una cosa.
- Squall: Lo sé. Por eso vine, por eso quise conocerte. (su tono se vuelve más peligroso) para poder estudiarte y matarte de una vez por todas.
- Rinoa: ¿¡Qué!?
Rinoa intenta separarse de Squall con todas sus fuerzas, pero Squall es demasiado fuerte para ella. Poco a poco la dulce mirada de Squall se vuelve en la mirada de un asesino. De repente tira a Rinoa al suelo y se coloca sobre de ella para inmovilizarla y pone su mano contra el cuello de Rinoa.
- Rinoa: (con lágrimas en los ojos) Squall. me. haces daño.
- Squall: Solo estás probando un poco la agonía de tus víctimas.
- Rinoa: Yo. ya no hago daño a nadie.
- Squall: El único vampiro bueno es el vampiro muerto. Pero tranquila, ahora serás una vampiresa buena. Te lo puedo asegurar, yo mismo te mataré.
- Rinoa: Squall. no... no puedo respirar... (agarra el brazo de él) no... no lo hagas.. por favor...
En ese momento Squall aprieta el cuello de Rinoa con todas sus fuerzas. Pero antes de poder privarla de aire o pulverizar su cuello.
*FLASH*
De repente Rinoa se despierta en su cama. Allí se da cuenta de que había sido un terrible sueño y que solo estaba completamente sudada y con lágrimas en los ojos. No se podía creer lo que había soñado. Primero parecía que ellos dos estaban juntos y enamorados, pero de repente Squall la había traicionado y solo deseaba matarla. ¿Por qué ese sueño? ¿Era un presagio de que algo malo iba a ocurrir? Encontrándose mal, se levanta de la cama y se dirige al baño para lavarse la cara, y quizá tranquilizarse. Había sido un sueño tan real y aterrador, que no conseguía rehacerse aun del susto. Mirándose fijamente al espejo, solo puede ver que no ha dejado de llorar en ningún momento. En realidad no había conseguido sacarse de la cabeza la idea de Squall asesinándola a sangre fría. De nuevo se marcha hacia su cama e intenta volver a dormirse, convenciéndose de que era solo un sueño. Por suerte en lo que queda de noche, Rinoa no vuelve a sufrir una pesadilla tan fuerte. A la mañana siguiente todo ocurre como si nada hubiese pasado. Una vez preparada, Rinoa sale de la habitación y se dirige hacia el comedor. Al llegar se da cuenta de que hay una cola terrible y no hay ni una sola mesa libre. Al llegar a la barra y ya teniendo su comida en la bandeja, se da cuenta de que aun siguen todas las mesas ocupadas al máximo. Todas excepto una. Pero esta está ocupada por la persona con quien había soñado. Allí tranquilamente desayunando se encuentra Squall, inmerso en sus pensamientos. Viendo que no tiene otro lugar, decide acercarse para probar suerte.
- Rinoa: . Perdona.
- Squall: ¿Eh? (levanta la cabeza y ve a Rinoa) Ah, tú. ¿Qué pasa?
- Rinoa: . Verás, no hay ni una sola silla en la que me pueda sentar, y he pensado, que quizá. no sé, querrías compartir la mesa. conmigo. Si, si te molesto me marcho.
Sin decir nada, Squall la continúa mirando. Analizando su cara, su cabello, sus ojos, sus labios. En realidad, cada vez que la miraba, sin saber bien porque, el corazón de Squall se aceleraba. A los pocos momentos de mirarla, baja la mirada y mira la mesa. Contra todo lo que podía pensar Rinoa, Squall aparta unas cuantas cosas de la mesa y le hace un poco de sitio. Hecho esto, la vuelve a mirar.
- Squall: Ya puedes.
- Rinoa: ¡Oh! Oh, gracias. Muchas gracias, Squall.
- Squall: (mirando hacia otro lado) No es nada.
Al momento Rinoa le sonríe, una sonrisa que podía deshacer hasta un iceberg de hielo macizo. Intentando controlar sus propios sentimientos, Squall aparta la mirada y mira su desayuno.
- Squall: "Me estoy olvidando de algo.".. "¡Ah! Ya lo recuerdo, el pañuelo que se le cayó ayer en mí habitación". Esto. por cierto Rinoa, (Rinoa dirige su atención a él) se te cayó esto ayer en la habitación.
- Rinoa: ¿El qué?
- Squall: (se levanta y saca el pañuelo del bolsillo de su pantalón) Este pañuelo. Me di cuenta de ello, después de que te marcharas, pero no llegué a alcanzarte.
- Rinoa: (mira el pañuelo) Sí, es mío. Gracias de nuevo, Squall. Hoy estás muy amable.
- Squall: No te creas. "¿Por qué sigo sintiéndome igual? Bah, será mejor que le pregunte más cosas. Ayer no puede sacar nada claro" Esto, Rinoa. ¿Sabes algo sobre ese tipo?
- Rinoa: ¿Qué?
- Squall: Sobre el asesino que está matando a todo el mundo, ¿quién sino? Ayer hablabas como si conocieras muy bien al asesino.
- Rinoa: Squall, no quiero hablar de eso. Solo te puedo decir que si sigues buscándole, él te encontrará y te matará. Y.. no quiero que mueras.
- Squall: De alguna forma me tendrás que pagar los favores que te he hecho.
- Rinoa: ¿¡Qué!? ¿por eso me has dejado sentarme y me has devuelto el pañuelo? ¿Para intentar sobornarme? Squall, eres despreciable, un ser rastrero, un interesado. Eres igual que él.
- Squall: Eso quiere decir que lo conoces. Explícame todo lo que sepas de él.
- Rinoa: Te matará. No podrás con él. Y, ¿por qué no me dejas en paz?
- Squall: No me conoces. Y no te dejo en paz, porque eres la única persona que sabe algo de todo esto. Por eso, quiero saber todo lo que tú sabes y lo conseguiré. Vamos, explícamelo todo.
- Rinoa: . No hay mucho que decir. Solo es una sospecha.
- Squall: Dilo.
- Rinoa: Simplemente salí con él un tiempo. Después cortamos y ya está. Por eso lo conozco y sé que te puede hacer mucho daño. es capaz de matarte. No te enfrentes a él.
- Squall: Estoy aquí solo para eso.
Dicho esto Squall se levanta de la silla y se marcha, dejándole toda la mesa a Rinoa. Una vez fuera del comedor decide ir al patio para poder pensar con claridad.
- Squall: "Si el asesino es un vampiro. ¿cómo es que Rinoa salió con él? ¿Y si ella fuera.? No, no lo parece. Y si lo es, sabe esconderlo muy bien. Pero está claro que ella no es la asesina, si no ya."
De repente los pensamientos de Squall son interrumpidos al notar una fuerza y un aura sobrehumanas. Alertado empieza a mirar de un lado hacia otro, era algo que nunca había notado con tanta fuerza. Pero por más que mira a su alrededor no consigue ver al propietario de esa fuerza. De repente una corriente de aire pasa por detrás de él y oye un susurro.
- ¿?: Así que tú eres el legendario cazador, te esperaba. Dentro de poco morirás y completarás mí plan.
Al oír esas palabras Squall se queda helado durante unas milésimas, pero al momento se gira lo más deprisa que le permite su cuerpo, solo para ver la nada. Allí no se encontraba nadie.
- Squall: "¿Qué demonios ha sido eso? ¿el legendario cazador? ¿de que plan hablaba?". Por más que piense no sacaré nada claro. "Pero una cosa si que es clara. ese era el vampiro que buscaba. Tengo que obligar a Rinoa a hablar de ello, cueste lo que cueste"
Sin dudarlo ni un segundo más, Squall se vuelve a dirigir hacia el comedor, pero Rinoa ya no se encuentra allí. Extrañado, decide preguntar a una persona que ya conoce.
- Squall: Eh. eres Selphie, ¿no?
- Selphie: ¿Eh? ¡ah! Eres tú. ¿Qué te pasa? ¿te puedo ayudar en algo?
- Squall: ¿Conoces a una chica llamada Rinoa, no?
- Selphie: Sí, somos buenas amigas, ¿qué pasa? ¿qué te gusta?
- Squall: No es eso. Necesito hablar con ella un momento, ¿sabes dónde la puedo encontrar?
- Selphie: Si no está aquí quiere decir que está entrenando. Además, suele entrenar a esta hora.
- Squall: Gracias.
De inmediato Squall se dirige hacia la zona de entrenamiento y se da cuenta de la verdad. Allí estaba completamente sola, contra tres Arqueosaurios. Demostrando una fuerza increíble, pero de repente un Arqueosaurio la ataca y la deja mal herida, con lo que los demás aprovechan para hacerle más daño. Sin dudar de ello, Squall se une a la batalla, dejándolos fuera de combate al poco rato. Una vez ya los ha eliminado, se dirige hacia ella para comprobar su estado.
- Squall: Rinoa. Rinoa. ¿estás bien?
- Rinoa: .
- Squall: Rinoa.
Viendo que no recibe respuesta de ella, la coge en brazos y la lleva a la enfermería, temiendo por la seguridad de ella. Una vez ha llegado a la enfermaría, aparece la doctora Kadowaki.
- Dra. Kadowaki: ¿Qué. qué es esto? ¿qué le ha pasado a Rinoa?
- Squall: La han atacado tres Arqueosaurios, deprisa parece estar muy mal.
- Dra. Kadowaki: Tranquilo, no es nada que no pueda curar un buen Elixir. Y entonces reposo.
- Squall: De acuerdo.
En ese momento mira a Rinoa detenidamente, nunca había visto a alguien con tanta paz en su rostro. Alguien con un espíritu tan libre. En cierto modo, era eso lo que le atraía tanto de ella. Sin querer ser una molestia para la doctora, se marcha de la enfermería. Aun sus pensamientos se centraban demasiado en esa voz.
- Squall: "Aun no sé como se me ha podido escapar con tanta velocidad. Es verdad lo que dice Rinoa, es bueno. muy bueno. Pero lo cazaré. Y no le daré el placer de verme morir. pero, ¿qué ha querido decir con eso del elegido y un plan?" *suspiro* Me volveré loco si sigo pensando en todo esto. Ahora lo que me tendría que preocupar es Rinoa. "Esa chica me hace sentir raro."
Nuevamente vuelve a encontrarse con Selphie.
- Selphie: ¡Ah, hola de nuevo! ¿Has encontrado a Rin?
- Squall: . Sí. Ahora está en la enfermería.
- Selphie: ¿Qué? ¿Qué ha pasado?
- Squall: La han atacado tres Arqueosaurios. Es increíble que haya sobrevivido.
- Selphie: Tranquilo, Rin es un hueso duro de roer. Es la chica más rápida, ágil y fuerte que conozco.
- Squall: ¿Qué has dicho? ¿Ágil, fuerte y rápida?
- Selphie: Sí, a veces parece ser sobrehumana. Pero cuando le pregunto por ello, cambia de tema.
- Squall: Gracias por la información, Selphie. "Sabía que esa chica tenía algo raro." (se marcha)
- Selphie: Hey, ¿adonde vas ahora?
- Squall: A arreglar un asunto.
Al volver a la enfermería se encuentra cara a cara con la doctora Kadowaki y con otro alumno que está hablando con ella. Sin querer interferir en la conversación decide escucharla de lejos.
- Dra. Kadowaki: Ya te lo he dicho, Seifer. Nadie puede verla. Necesita descansar.
- Seifer: Pero.
- Dra. Kadowaki: No hay peros que valgan. Está totalmente prohibido a cualquier persona. Necesita descansar y lo último que quiero es que tenga visitas y la agobien. ¿Entendido?
- Seifer: . ¿Cuándo podré venir?
- Dra. Kadowaki: Ella misma lo decidirá. Cuando esté recuperada y ya no necesite tanto descanso.
- Seifer: . De acuerdo. Me marcho, pero mantenme informado.
- Dra. Kadowaki: Descuida.
En ese momento Squall oye unos pasos y se esconde entre las sombras para no ser descubierto. Habiendo pasado Seifer por delante de él, decide dirigirse hacia la doctora. Al oír los pasos de Squall, la doctora levanta la cabeza para ver de quien se trata ahora. Pero su expresión es diferente de cuando estaba hablando con Seifer.
- Dra. Kadowaki: Ah, tú eres Squall, ¿no?
- Squall: Sí. Esto. ¿cómo se encuentra ella?
- Dra. Kadowaki: ¿No quieres ir a verla tú mismo?
- Squall: ¿Qué? Verá cuando venía he oído un poco lo que estaba hablando con el otro chico. y me ha parecido oír que no podía recibir visitas.
- Dra. Kadowaki: Eso es solo para Seifer. En realidad Rinoa ya está despierta y dentro de poco tendrá el alta, pero me ha pedido que no dejara que Seifer entrara en su habitación. Todos los otros que la conozcan pueden pasar. Además, has sido tú quien la ha traído hasta aquí.
- Squall: Ha sido solo suerte. yo estaba entrenando y nos hemos encontrado. Nada más.
- Dra. Kadowaki: Bueno, para ella eres su héroe y salvador. En realidad me ha dicho que se moría de ganas de hablar contigo.
- Squall: Bueno. si es así y ella quiere hablar conmigo. la verdad es que yo también le tengo que comentar unas cuantas cosas.
- Dra. Kadowaki: Entonces puedes pasar. Es la tercera habitación.
- Squall: Gracias.
