(todos los personajes, y localizaciones pertenecen a Square-Enix, y Final Fantasy 8. los cuales no poseo. U¬¬ no por falta de ganas. jajajajaja)
The Vampire Slayer
Cáp. 5: Todos reunidos
- Rinoa: ¿¡Qué!?
- Squall: A manos de Seifer. Es bastante duro de comentar. me ha dicho que quizá se puede cambiar, pero. para ello tengo que hacer una cosa que nunca pensé que haría. No estoy seguro que lo que puede ocurrir. Lo más probable es que muera cuando pelee con él.
- Rinoa: No, no, ¡¡No!! No lo hagas. (se agarra con fuerza a la chaqueta de Squall y esconde su cara en ella) No lo hagas. no quiero perderte a ti también. Ya le perdí a él, no quiero perderte a ti.
- Squall: . (sorprendido de su reacción) Rinoa.
- Rinoa: No pelees con él. Sería un suicidio. No quiero volver a estar sola. Eres con quien más segura me siento, no te marches. No vayas a por él, quédate conmigo. No vale la pena perder la vida por ello.
En ese momento, Squall la agarra de los hombros, y hace que ella lo mire a la cara. Entonces Squall ve que ya hay lágrimas en sus ojos, y que ha empezado a llorar. Suavemente pasa su pulgar por el trazo que han hecho sus lágrimas para secarlas. Una vez ha secado el trazo se queda al lado de los ojos de ella.
- Squall: No te preocupes. No ocurrirá nada malo, te lo prometo. Lucharé contra él, tengo que hacerlo, pero no moriré.
- Rinoa: ¿Por qué tienes que hacerlo?
- Squall: Es mí obligación. Yo estoy investigando esto, yo acabaré con esto.
Antes de que Rinoa pueda protestar por esas palabras, Squall vuelve a tocar los labios de ella con los suyos. Volviendo a empezar un largo y dulce beso. Mientras dura este, Squall nota que su pulgar vuelve a estar húmedo, ya que inconscientemente Rinoa está volviendo a llorar. Volviendo a tumbarse suavemente, Squall nota que algo se mueve entre ellos dos. Al finalizar el beso y mirar, se da cuenta que se trata de un colgante, con forma de dragón. Alarmado por lo que ello significa, se aparta de Rinoa, con la mirada aturdida por ese colgante.
- Rinoa: Squall, ¿qué ocurre?
- Squall: Ese colgante. ¿de dónde lo has sacado? ¿Cómo es que lo tienes tú?
- Rinoa: Eh. "No puedo decirle que lo tengo como señal de quien soy." Me lo regaló Seifer cuando salíamos juntos. "Hazte la ingenua" Es bastante guapo, ¿no? a mí me gusta mucho esta figura.
- Squall: Ah. sí, es bastante guapo. "Parece que no sabe lo que significa, pero ¿por qué Seifer daría el símbolo del clan a una simple novia?" ¿Cuándo te lo regaló?
- Rinoa: . Fue poco antes de romper. No creas lo que no es, solo lo llevo porque me gusta esta figura. No es porque sienta algo. Siempre me ha gustado la figura mitológica del dragón, igual que tú con el león alado.
- Squall: . Sí, igual que yo. "¿Por qué siempre me da la sensación de que me oculta algo? De que hay algo que no encaja con sus palabras. ¿Por qué?"
- Rinoa: Squall, ¿estás bien?
- Squall: Sí, tranquila. No te preocupes, es que las figuras de dragones me traen malos recuerdos.
- Rinoa: Lo siento.
- Squall: No es culpa tuya. No sabías nada de ello, así que no te preocupes.
Sin dejar que diga nada más para disculparse la vuelve a besar. Intentando olvidar sus sospechas sin ningún fundamento. Pero algo en su interior, le advertía que sus sospechas si eran ciertas. De repente algo los vuelve a interrumpir. Esta vez se trata del reloj de Squall que empieza a sonar la alarma, indicándole que ya es hora de que se marche y se reúna con Zell. Teniendo esta vez que presentar a Quistis al nuevo grupo. Dándole un beso de despedida, Squall se levanta del banco y se marcha a buscar a Quistis. Ya frente a su puerta, llama y al momento Quistis abre ya preparada para irse.
- Squall: ¿Cómo sabías que.?
- Quistis: Recuerda, Squall.
- Squall: Oh, sí, perdona. Se me ha ido de la cabeza que predices el futuro, perdona.
- Quistis: No pasa nada. Ocurre muy a menudo.
- Squall: Claro, como pareces una persona normal y corriente.
- Quistis: Tú también lo pareces y ambos sabemos que no es cierto.
- Squall: Bingo. ¿Vamos ya? Tengo que presentarte.
- Quistis: Tú me guías.
Sin decir nada, Squall acompaña a Quistis hasta su habitación. Allí se encuentran ya con Zell e Irvine. un poco animados.
- Irvine: Tío, no sé como Squall te aguanta.
- Zell: Pues somos grandes amigos. Al que no entendiendo es a ti como te puede soportar.
- Irvine: ¿A mí? Pero si soy lo mejor que le ha pasado en la vida.
- Zell: ¡Ja! No hay quien se crea eso. ¿Lo mejor de su vida? No me hagas reír que me hace daño.
- Squall: ¿De qué demonios estáis hablando ahora vosotros dos?
- Zell & Irvine: ¡¡¡Squall!!!
- Irvine: . ¿Desde cuando estás allí?
- Squall: Me da la sensación que el suficiente. Y la respuesta a vuestra pelea, es, simplemente no os aguanto a ninguno de los dos, pero me ha tocado soportaros. ¿Contentos?
- Zell: ¿No nos consideras amigos?
- Squall: ... Quizá, pero si seguís con estas tonterías, podéis tener por seguro que seguiré con esto, solo.
- Irvine: Por cierto, Squallito, ¿quién esta rubia maciza?
- Squall: (hacia Quistis) Perdón. (Hacia Irvine) Esta rubia maciza que tú dices, Irvine. se llama Quistis Trepe y nos ayudará con nuestro asuntito sin importancia.
- Zell: ¿Ella también es caza vampiros? Encantado, me llamo Zell Dincht.
- Quistis: No, no soy ninguna caza vampiros como vosotros.
- Zell: ¿Eh? Y entonces ¿Cómo es que te unes a nosotros?
- Squall: Tiene el poder de sufrir visiones. Hace poco me ha hecho una demostración muy convincente.
- Irvine: ¿Ver el futuro?
- Quistis: Y algunas cosas que suceden ahora mismo, en otro lugar.
- Zell: (realmente muy sorprendido) Vaya.
- Irvine: Pero. sin querer faltar al respeto, pero ¿de que nos puede servir una persona que ve el futuro?
- Squall: Yo mismo te diría que para nada, sino hubiera sido por una cosa que ha visto y me ha dicho Quistis antes.
- Irvine: ¿Qué ha visto?
- Squall: Ha visto.. mí muerte.
- Zell & Irvine: ¿¡¿¡Qué!?!?
- Squall: Como lo oís. Mí muerte. Me ha dicho que hay una manera de evitarlo, que todo en el futuro es incierto y que se puede cambiar con facilidad. por eso quiero que esté cerca de nosotros. Porque a pesar de que ha dicho que era la única manera de sobrevivir. creo que no sería capaz de hacer lo que me pides. Por eso quiero que estés cerca nuestro, por si hay otra posibilidad.
- Quistis: De acuerdo. Siempre me intentaré concentrar por si hay otra alternativa a lo que te he dicho antes. Veo que no deseas hacer eso para salvar tu vida.
- Squall: No podría.
- Zell: ¿De que estáis hablando?
- Squall: Es muy privado, Zell.
- Zell: .... De acuerdo. Pero espero poder enterarme algún día.
- Squall: Y yo espero que nunca te enteres, ¿queda claro?
- Irvine: Ehh.
- Squall: Y lo mismo para ti, Irvine. Ninguno de los dos tiene porque saber de que estoy hablando con Quistis. Ella es la única que lo sabe y la única que lo sabrá, nadie más. ¿Comprendido?
- Irvine & Zell: Sí, jefe.
- Squall: Por cierto, hoy está tardando mucho Selphie. Zell, ¿sabes donde puede estar?
- Zell: No, ha dicho que tenía unas cosas que hacer y que era muy probable que hoy no viniese.
- Irvine: ¿Quién es esa Selphie? ¿Una chica, quizás muy guapa?
- Squall: Cállate, mujeriego. *suspiro* No hay manera de que esta Selphie pare quieta. Zell, ¿seguro que no hay nada para remediar la hiperactividad?
- Zell: No. no hay nada, por desgracia.
De repente alguien abre la puerta de la habitación. Al momento ven que se trata de Selphie, quien ya había acabado lo que estaba haciendo.
- Squall: ¡Hombre! Hablando del rey de Roma.
- Selphie: Hola, ¿qué tal va todo? (Se fija en Quistis e Irvine) ¿? ¿Quiénes son estos nuevos?
- Squall: Selphie, esta es Quistis, se une a nosotros y ese de allí.. se llama Irvine (se acerca al oído para susurrarle) Ten mucho cuidado con Irvine, hace mucho tiempo que lo conozco y sé como es.
- Irvine: ¡Hey, Squall! No le digas cosas malas de mí.
- Squall: Sí, ya las descubrirá ella solita. Bueno, Quistis, Irvine, esta de aquí se llama Selphie Tilmitt. Al principio no nos dimos cuenta, pero al parecer todos los que estamos relacionados con esto, nos hemos reunido aquí. Selphie es la que lleva más tiempo en este jardín.
- Selphie: En verdad, me he criado aquí. Lo de los asesinatos vino mucho más tarde de que yo llegara. Pero no soy muy buena que digamos, por eso no me atrevía a hacerle frente.
- Squall: E hiciste bien. También al haber crecido aquí le da una ventaja sobre nosotros, ya que conoce a todos los alumnos. Lo que nos ayuda a descartar posibles vampiros.
De repente el sonido de una alarma de reloj distrae a todo el grupo, preguntándose de donde viene el ruido. Al momento Squall vuelve a mirar el reloj, y apaga la alarma. Indicándole que tiene que darse prisa.
- Squall: Esto. tengo que marcharme, tengo cosas que hacer y ya es muy tarde. Mañana nos vemos a la misma hora, ¿de acuerdo?
- Irvine: ¿Qué pasa Squall? ¿Qué ya tocan los mimitos?
- Squall: Irvine, ¿recuerdas aquel maravilloso juego en que yo hacía una cuenta atrás y tú corrías lo más lejos que podías de mí?
- Irvine: ¿Maravilloso? Era horrible, pero. sí lo recuerdo.
- Squall: ¿Quieres que volvamos a jugar? A mí me encantaba.
- Irvine: Eh. Retiro todo lo que he dicho, tranquilo, Squall no volvamos a aquel juego, por favor.
- Squall: Lástima, tenía ganas de divertirme. quizá en otra ocasión. Ya que estoy perdiendo demasiado tiempo contigo. A los demás. adiós.
Sin más palabras se marcha de la habitación, y se marcha hacia la suya propia. En realidad necesitaba poner en orden todas sus ideas. Al llegar cierra su puerta y se estira en la cama. Allí empieza a pensar en todo un poco, hasta quedarse finalmente dormido.
