(todos los personajes, y localizaciones pertenecen a Square-Enix, y Final Fantasy 8. los cuales no poseo. U¬¬ no por falta de ganas. jajajajaja)
Atención!! Este capítulo contiene un buen trozo en que se explica una situación adulta. Vamos, por eso tiene el calificativo de R desde el principio. A pesar de esto, la escena tiene mucha importancia en la historia. así que tranquilos, tampoco he sido muy explícita.
The Vampire Slayer
Cáp. 6: Te amaré siempre, pase lo que pase
Los días van pasando y a cada momento el día de la fiesta se va acercando más. También y curiosamente cada uno de ellos consigue su pareja para la fiesta, convenciendo incluso Irvine a Selphie. Entre tanto, y mientras no llega el día, la relación entre Squall y Rinoa se va haciendo cada vez más fuerte. Llegando a pasar días enteros ellos dos juntos y la mayoría de veces a solas. Hablando entre ellos, o simplemente estando los dos solos, compartiendo el momento y el poder estar juntos, disfrutando de la compañía mutua. Ya en el día de la fiesta, ambos habían quedado que Squall pasaría a buscar a Rinoa a su habitación. Al llegar a su puerta, Squall llama un par de veces hasta oír la voz de Rinoa.
- Rinoa: ¡Un segundo más por favor!
- Squall: Tranquila, no hay prisa.
- Rinoa: Ahora salgo.
A esas palabras Squall sonríe suavemente para sí mismo. A los pocos minutos, Rinoa abre finalmente la puerta. Pero esa acción solo hace que Squall se quede sin aliento al verla. Allí se encontraba ella, con un vestido de color negro, brillante, solo un poco por encima de sus rodillas, y que le queda como un guante. Rinoa también se sorprende de ver a Squall vestido con el traje de gala, que le queda de maravilla. A pesar de notar la mirada de Rinoa, Squall aun no había recuperado el aliento y seguía maravillado por ella. Sin contar con el vestido, en realidad hoy estaba especialmente preciosa, si cabello completamente liso, sus labios húmedos, y un suave aroma delicioso, hacía que Squall estuviera poseído por ella.
- Rinoa: (sonriendo) Ya estoy, Squall.
- Squall: .
- Rinoa: Squall. ¿estás allí?
- Squall: (despierta del trance) ¿Eh? Ah! Sí, perdona. (se pone rojo)
- Rinoa: (se ríe suavemente) No pasa nada, tranquilo.
- Squall: (le dedica su mejor sonrisa) ¿Vamos a la fiesta? (pone su brazo para que se agarre a él)
- Rinoa: Por supuesto.
Con esas palabras, se coge al brazo de Squall y caminan hasta la entrada de la sala de fiestas y bailes. Una vez entran, todos los presentes se quedan sorprendidos de ver a la pareja, y de inmediato se reúnen todos los amigos. Y empiezan a disfrutar de la fiesta. A los pocos minutos, Selphie arrastra a la pista de baile a Irvine, lo mismo pasa con Zell y Aya, y Quistis y Tom. Dejando de nuevo solos a Squall y a Rinoa. Viendo que todos están bailando, a Rinoa le entran ganas de bailar también.
- Rinoa: Squall, ¿un baile?
- Squall: Eh. mejor que no.
- Rinoa: ¿Por qué no?
- Squall: Esto. no me gusta bailar. Es una idea que nunca me ha seducido.
- Rinoa: (poniendo una mirada triste) Por favor, Squall.
- Squall: .. De acuerdo. Como sabes de bien que no puedo decirte que no, con esta mirada.
- Rinoa: Eres un sol. (lo besa suavemente en los labios)
- Squall: Venga, vamos.
Con esas palabras entran dentro de la pista de baile y empiezan un waltz perfecto, en medio de la pista. Para asombro de todos los presentes, son la mejor pareja en el baile, incluso sorprenden al propio Irvine. Quien no se puede creer que Squall supiera bailar como un bailarín profesional. Llevando perfectamente los pasos y el cuerpo de Rinoa. Asombrado por ello Irvine no puede apartar la vista de ellos dos.
- Selphie: ¿Qué ocurre, Irvine?
- Irvine: . Squall.
- Selphie: ¿Qué pasa con Squall? Está bailando de maravilla.
- Irvine: Eso es lo que me sorprende. Siempre dijo que no sabía bailar, que no le gustaba y que nunca pensaba bailar en su vida. y ahora.
- Selphie: Jejeje, Rinoa ha cambiado su forma de ver las cosas. Y seguro que eso de que no sabe bailar era una excusa para que lo dejases en paz. Ya sabes como es. Pero para ella, cambia todo. Y ahora. ¿Por qué no seguimos nosotros bailando y dejas de mirarlos?
- Irvine: Oh! Sí, perdón Selphie.
Todo el mundo sigue bailando, ya solamente concentrados en cada una de sus respectivas parejas. Una vez la música finaliza y las luces se hacen más tenues, Squall y Rinoa se detienen, quedándose muy cera el uno del otro, con lo que no pueden evitar volver a besarse. Ya satisfecha con su baile, ambos deciden salir de la pista de baile e ir a un lugar más apartado. Un lugar como el balcón, donde poder respirar el aire fresco, ver las estrellas, tener tranquilidad y poder estar solos. De mientras todos sus amigos, están en la fiesta, bailando, hablando, comiendo, bebiendo e incluso algunos jugando. Zell, por ejemplo había hecho un baile, pero ya se encontraba delante de bufete libre, devorando todo lo que está a su alcance, Selphie e Irvine, siguen bailando, Aya intenta controlar que Zell no se atragante con la comida, y finalmente Quistis y Tom, estaban simplemente sentados, hablando, riendo y bebiendo un poco. Entre tanto, Squall y Rinoa se encuentran en el balcón, observando la noche, pero también observando a su amor. De repente y al pasar una corriente de aire frío, Squall observa como un escalofrío recorre el cuerpo de Rinoa. Con lo que al momento, se acerca a ella y la abraza para darle calor.
- Squall: ¿Estás mejor?
- Rinoa: (enrojecida) Sí, gracias, Squall.
- Squall: No es nada, me encanta abrazarte, ya lo sabes.
- Rinoa: Me siento tan bien. así.
De repente nota como Squall la acaricia en la cabeza con suavidad, con mucha delicadeza. Pero poco a poco, se va dejando llevar por sus sentimientos, empezando a bajar su mano y a acariciar de una manera incluso distinta. Al notar ese cambio y que la mano ya está por la espalda, Rinoa lo mira a la cara.
- Rinoa: ¿Squall?
- Squall: (despierta del trance que había entrado) ¿Eh?... ¿Qué? (se da cuenta de lo que empezaba a ocurrir a parte de otra cosa que le estaba ocurriendo también..) ¡Oh! Esto. yo. lo. lo. siento mucho.. No. no era mí intención. yo. (se marcha más hacia el raíl del balcón) Lo siento, de veras. Yo no quería, pero. (de repente nota que unos brazos rodean su cintura) ¿Eh?
- Rinoa: Relájate, Squall. y. salgamos ya de la fiesta.
- Squall: (alertado por el posible significado) ¿Qué?
- Rinoa: . Salir de la fiesta ambos.... y.... ir a las habitaciones. ¡¡si quieres, claro!!
- Squall: (empieza a respirar profundamente, analizando sus pensamientos). "La amo, quiero estar con ella. ¿qué tiene de malo mostrar lo que sientes a la persona que quieres?... Creo que no es nada malo, que quiera estar cerca de ella. Querer, amarla con toda mi alma y corazón. ¡Decidido!"
- Rinoa: Squall, ¿estás bien?... si no quieres nos quedamos aquí, y no ha ocurrido nada.
- Squall: Rinoa, te quiero.
- Rinoa: Yo también te quiero.
- Squall: Y. quiero. mostrar mis sentimientos. hacia ti. (Rinoa se queda sorprendida al oírlo) Sí, salgamos de la fiesta.
Con esas palabras se gira hacia ella, y la mira a los ojos. Demostrando que no está hablando en broma. Manteniendo esa miranda, acaba por ponerse rojo y opta al final por desviar la vista. Al oír una suave risa de ella, la vuelve a mirar directamente y sonríe tímidamente.
- Squall: .. ¿Vamos?
- Rinoa: (sonriendo ampliamente) Sí.
Al momento ambos salen del balcón, de inmediato miran de un lado hacia otro, para que ninguno de sus compañeros los vea salir de la fiesta a escondidas y puedan pensar la verdad. Una vez ven el camino bastante despejado, caminan hacia la salida, siempre intentando que no parezca nada raro. Una vez han conseguido ya salir de la fiesta, ambos caminan hacia las habitaciones, agarrados de la mano. Ya frente a la puerta de la habitación de Squall, acorrala a Rinoa contra la puerta y la besa de nuevo.
- Rinoa: (susurrando) Squall, entremos.
- Squall: (entre los besos y susurrando) ¿Estás segura de ello?
- Rinoa: . Sí.
- Squall: De acuerdo.
Sin más palabras, Squall intenta abrir la puerta que da a su habitación. Por suerte, no era demasiado complicado, con lo que al momento ya están pasando adentro. También era una suerte que la habitación de Squall no fuera como la de Zell, ya que en la de Zell, allí siempre habían cosas por el suelo que día raro era el que no se hacía alguien daño al entrar. Era toda una suerte que la de Squall estuviera ordenada, ya que ninguno de los dos estaba pendiente de donde ponía los píes. Unidos por sus labios y besos, van andando hasta que las piernas de Rinoa tocan un lado de la cama. Poco a poco y mientras duran los besos, Squall empieza a bajar con delicadeza la cremallera del vestido, siempre hiendo muy lentamente. Mientras que Rinoa ya ha conseguido quitarle la chaqueta e interrumpe el beso, para quitarle la camiseta. Aprovechando la interrupción provocada, los dos que quedan observando los ojos del otro. Observando como crece entre los dos, el amor y el deseo. Habiendo observando la mirada del otro, vuelven a besarse con todos los sentimientos que habían crecido dentro de ellos dos, en todo ese tiempo. Al finalizar el beso, Rinoa ya intenta desabrocharle los pantalones. Una ves ha conseguido desbrocharlos intenta bajarlos pero Squall la detiene. Sin saber como reaccionar Rinoa lo mira a los ojos, extrañamente, Squall no ha dejado de sonreír con ternura ni un solo segundo. Pero al momento agarra la cara de Rinoa y la vuelve a besar con todo su corazón. Antes de que se pueda dar cuenta y mientras dura el beso, Squall ya está tratando de desabrochar el encaje del sostén. Una vez lo ha conseguido, deja caer las tiras y junto a ellas, el sostén por completo. En ese momento, sí que deja que Rinoa le quite definitivamente los pantalones. Una vez ya ambos se encuentran solamente con la ropa interior, Squall empieza a invitar a Rinoa que se estire ya en la cama. Acompañándola con su propio cuerpo, hace que ambos queden estirados. Una vez estirados se miran dulcemente a los ojos, y Squall vuelve a aprovechar para besarla. De repente Squall va bajando sus besos, hasta que llega al vientre de Rinoa. Allí finalmente la desnuda por completo, y él aprovecha para quitarse también la poca ropa que le quedaba. Ya completamente desnudos, se cubren con la manta y Squall empieza a colocarse bien sobre su amada. Una vez Squall se encuentra ya colocado encima de ella, se detiene por unos instantes. Observándola, maravillado de la belleza de ella y de sus propios sentimientos hacia ella, y su deseo de hacerla feliz, hacerla sentirse amada y protegida. De nuevo vuelve a besarla, pero esta vez no pasa de los labios, haciendo un beso muy suave. Hecho el beso, se acerca a su oído para susurrarle unas palabras.
- Squall: Rinoa, te amaré pase lo que pase, siempre. Nunca te dejaré, nunca te haré daño. Te lo prometo. Eres la mujer a la que más amo, de todo este planeta. Y quiero demostrarte mis sentimientos. "Quizá me estoy precipitando. mejor lo digo" Lo siento si me estoy precipitando, o voy demasiado deprisa, Rinoa. Pero nunca en mí vida he sentido algo igual. No sé si voy a la velocidad correcta. (acabado esto se pone un poco rojo de vergüenza)
- Rinoa: No te preocupes. Yo te guiaré. (coge con suavidad la cara de Squall y le besa) Déjate llevar por tus instintos. Deja que tu yo básico, salga. Haz caso a tu corazón, no a tu cabeza.
- Squall: (muy flojo) De acuerdo, mí amor.
Con esas palabras, la besa suavemente en la unión del cuello y la mandíbula. Empezando así a introducirse en ella, mostrando sus verdaderos sentimientos, mostrando que la necesita de verdad. Entregándose por completo a ella, no cesa de besarla con todo su cariño, convirtiéndose en uno con ella para siempre. Por primera vez en su vida sentía que necesitaba estar cerca de alguien, que necesitaba amar a alguien y que necesitaba demostrar su amor a esa persona. Nunca había sido muy bueno para expresar de alguna forma sus sentimientos, pero ahora estaba poniendo toda su concentración en expresarlos de la forma correcta. El tiempo, parecía haberse detenido por completo, como si en el universo entero, solo estuvieran ellos dos, solos. Entre tanto, y en la otra punta del jardín, Zell aun estaba en la fiesta. De repente mira hacia el balcón donde se encontraban Squall y Rinoa, pero ambos habían desaparecido de allí. Intrigado por donde se deben haber metido, Zell se acerca a Irvine, quien descansaba del último baile con Selphie.
- Zell: Hey, Irvine. ¿Has visto a Squall y Rinoa?
- Irvine: No, ¿por qué?
- Zell: . Por nada, quería preguntarle una cosa sobre esta fiesta a Squall.
- Irvine: Quizá yo lo sepa.
- Zell: No, era sobre si sabía donde podía conseguir unos cuantos bocatas más.
- Irvine: Tío, te los has zampado todos tú.
- Zell: Lo sé, pero sigo teniendo algo de hambre. y sed.
- Irvine: Eres un pozo sin fondo. (ve a Quistis) Hey, Quistis, ¿no sabrás donde están Squall y Rinoa?
- Quistis: No, no lo sé.
- Irvine: ¿No tenías visiones? Intenta concentrarte en ellos dos, quizá veas donde se encuentran.
- Quistis: Irvine, no me dedico a espiar la vida privada de la gente, como tú haces. Además, las visiones son del futuro, no del presente, y no siempre son del todo exactas, el futuro puede cambiar con mucha facilidad.
- Irvine: *suspiro* De acuerdo.
- Zell: ¿Qué ocurre?
- Irvine: Es que. te he mentido, he visto cuando ellos dos se han marchado del balcón. Squall tenía una mirada que nunca en la vida había visto. Y encima estaba sonriendo, yo creo que esos dos ahora se están liando bien. Nunca lo había visto de esa manera, aunque también, a pesar de la sonrisa pícara, tenía cierta mirada de miedo, de no saber que hacer. Es oficial, seguro que ahora se están liando.
- Zell: Irvine, nunca habría creído que fueras tan mal pensado.
- Quistis: Ni tan pervertido. Si lo tienes tan seguro, ¿por qué me has preguntado?
- Irvine: .. Es que quería saber los detalles de la velada.
- Zell: Bah, es igual. Lo importante es que ambos se quieren. ¿No crees, Quistis?
- Quistis: Correcto. Lo importante es eso, si quieren demostrárselo mutuamente, nosotros no tenemos nada que hacer en sus asuntos.
- Zell: Bueno gente, yo me marcho. Que tengo sueño.
- Irvine: ¿Seguro que no es para espiar a los tortolitos?
- Zell: ¡¡Cállate, pervertido!!
Sin más palabras Zell se marcha de la fiesta, intentando ignorar las palabras de Irvine. La verdad es que era cierto que tenía sueño y que quería dormir. No le importaba en absoluto la vida privada de Squall. Ya que era eso, vida privada. Pero al llegar a los pasillos y debido al silencio que reinaba, cualquier ruido se oía casi a la perfección. Con lo que escucha, involuntariamente unos cuantos gemidos. Sabiendo perfectamente de que van, Zell se pone un poco rojo, e intenta entrar en su habitación para que nadie se piense que estaba espiando. Entre tanto, volviendo a la habitación de Squall y sintiendo que ya ha cumplido su cometido, Squall se separa ya de su amada y gira su cuerpo hacia un lado de la cama. Aprovechando así para abrazarla con las fuerzas que aun le quedan, y besarla de nuevo.
- Squall: Te quiero.
- Rinoa: Yo también te quiero.
- Squall: Gracias.
- Rinoa: ¿? ¿Por qué?
- Squall: Por todo. Por estar conmigo, por ser como eres, por aguantarme en el pasado, pero sobretodo, por amarme también. Rinoa (la abraza con más fuerza) quédate conmigo. para siempre. No quiero volver a estar solo, quiero estar contigo. Ya te lo he dicho antes, nunca dejaré que te pase nada, y te amaré pase lo que pase, siempre. Te lo prometo.
- Rinoa: . Yo también, siempre. Lo prometo, ocurra lo que ocurra. (ambos se besan de nuevo)
- Squall: Buenas noches, mí amor.
- Rinoa: (mientras pasa su mano por el pecho de Squall) Buenas noches, mí caballero de armadura reluciente.
Al momento Rinoa se coloca mejor entre los brazos de Squall y se duerme, a los pocos segundos, Squall la besa en la frente, coloca su cabeza junto a la suya y se duerme casi al instante. El resto de noche pasa muy tranquila, pero no todo es lo que parece.
