(todos los personajes, y localizaciones pertenecen a Square-Enix, y Final Fantasy 8. los cuales no poseo. U¬¬  no por falta de ganas. jajajajaja)

The Vampire Slayer

Cáp. 7:   Te odio

De repente, Squall nota que la cama se mueve mucho, que Rinoa no deja de moverse. En realidad, Rinoa ya necesitaba su dosis de sangre para sobrevivir, pero al estar dormida, no se da cuenta de ello, con lo que entra en una especie de trance. Sin darse cuenta, y teniendo solo a Squall al lado, Rinoa empieza a sacar los colmillos, impulsada por su instinto de beber. De repente, Squall nota que Rinoa se acerca mucho más a él, pero de nuevo, su experiencia le avisa que tiene que tiene que abrir los ojos. En ese momento Squall abre los ojos, y no puede creerse lo que ve. Allí Rinoa a su lado, con la boca abierta y con colmillos. Rinoa parece estar casi en trance, pero al momento Squall enciende la luz, sale de la cama y coloca su mano en el cuello de ella. Al notar la mano de Squall contra su cuello, Rinoa vuelve del trance. En ese momento ve en los ojos de Squall una rabia y una ira que nunca había visto en él. Su tono de voz era completamente diferente. Squall se había transformado en aquel asesino que ella soñó tiempo atrás.

- Squall: Tú. de todos los seres que hay, tenías que ser tú.

- Rinoa: Squall. me haces daño.

- Squall: ¿Qué importa? Eres uno de ellos, me has engañado, no te lo perdonaré, jamás.

- Rinoa: No. por favor. me cuesta respirar. déjame, hablar.

- Squall: Ya has hablado suficiente. No me engañarás con tus palabras bonitas, vampiresa. Por culpa de los tuyos, soy lo que soy.

- Rinoa: ¿Eh? ¿qué. qué quieres decir con eso?

- Squall: ¡Je! ¿qué quiero decir? Esto. (Squall abre la boca y enseña sus colmillos)

- Rinoa: (sorprendida) ¡Tienes.! (Squall deja de apretar por un momento)

- Squall: (esconde los colmillos para poder hablar) Sí, pero no soy uno de los vuestros. Simplemente una zorra se lió con un antepasado mío, y nos ha tocado ser para siempre cazadores. Así que ya te puedes imaginar que cariño les tengo a los vampiros.

- Rinoa: ¿Tu antepasado? ¿Có. cómo se llamaba? "Oh no, por favor. Que no sea lo que pienso"

- Squall: ¿? Bueno, como estás a punto de morir, te dejaré saber lo que quieres. Se llamaba Squall, como yo. ¿Contenta?

- Rinoa: Entonces. no era una coincidencia.

- Squall: ¿Qué?

- Rinoa: Por favor, Squall. Acaba.

Al oír esas palabras Squall abre los ojos, incrédulo de lo que oye. Allí estaban, aun desnudos, Squall aun agarrado en cuello de Rinoa, y ella pidiéndole que acabe con su vida. Nunca un vampiro le había pedido morir. Todos se resistían, ¿por qué Rinoa no? y ¿qué no era una coincidencia?

- Squall: Mm. explícate mejor. ¿Qué quieres decir con que no ha sido una coincidencia? ¿Quién eres en realidad? (aprieta de nuevo el cuello de Rinoa) ¡Dilo!

- Rinoa: . Conocí a Squall, tu antepasado. Pensé que era una coincidencia que te parecieras tanto a él. No se me pasó por la cabeza que fueras su descendiente. ni que hubieran sobrevivido todo este tiempo.

- Squall: ¿A quién te refieres? Y ¿de qué conoces a mí antepasado?.... (suelta de nuevo un poco el cuello) Mira, no te mataré hasta que te haya extraído toda la información que me interesa.

- Rinoa: Me refiero. a mis hijos, y lo conozco. porque era su mujer.

- Squall: ¿¡Qué!?... "No, no puede ser. no por favor. Habría aguantado cualquier cosa, pero eso no, por favor que no sea ella, por favor." (de nuevo un ataque de ira lo invade y la agarra del cuello de nuevo) Tú. tú nos condenaste a todos a esto. No te lo voy a perdonar.

- Rinoa: Por favor, Squall. Mátame ya.

- Squall: No. Voy a hacerte sufrir. Por culpa tuya Eleone. mamá. mis abuelos. Todo por culpa tuya. Todos ellos han sufrido, porque les diste los genes de vampiro. No vas a morir rápidamente, eso sería demasiado piadoso. Te haré sufrir, no te preocupes, conozco todos los puntos débiles y más dolorosos para un vampiro.

Con esas palabras sale de encima de Rinoa, y empieza a vestirse. Una vez con los pantalones puestos, le ordena que se vista. Una vez se ha vestido Rinoa, Squall la agarra del brazo y empieza a estirar del cuerpo de ella. Llevándola hasta un lugar que Rinoa no había visto nunca, era una especie de prisión dentro del jardín.

- Squall: Pasarás el resto de la noche aquí. Ah! Por cierto, los que hoy te harán compañía esta noche. puedes alimentarte de ellos. Pero. ten cuidado, son los elementos más peligrosos que han pisado este jardín. Exceptuándome a mí, claro. Pero de esta manera haremos un poco de limpieza. Tanto como si tú los matas a ellos, como si ellos te matan a ti.

Con esas palabras, abre la celda y tira a Rinoa al suelo de un empujón. Al momento cierra la celda, y empieza a marcharse. Mientras tanto, Rinoa intenta ponerse de nuevo en píe e intentar hablar con Squall.

- Rinoa: ¡Squall! Por favor, tienes que escucharme. ¡No te pido nada más! Si quieres matarme, ¡mátame! Pero por favor, al menos escúchame.

- Squall: (deteniéndose para cerrar la puerta de la sección) No tengo porque escuchar las palabras de una zorra como tú.

- Rinoa: Squall. (no hace ni caso) ¡Squall! (finalmente Squall cierra la puerta) ¡¡Squuaaaaaaalllllllll!!

Viendo que Squall ha cerrado la puerta, sin tan siquiera girar la vista hacia ella, Rinoa cae sobre sus rodillas. Empezando a hacer algo que no había hecho en muchos años. Llorar por alguien. De nuevo, la persona a la que amaba, le había hecho daño, la había abandonado, por lo que ella era. Poco a poco se van oyendo unas risas siniestras desde atrás.

- Sombra: Parece que tenemos un nuevo juguete. (sale a la luz) Mm. no está nada mal.

- Preso 3: Tendremos que agradecerle. Nos ha traído una buena mercancía.

- Rinoa: (sin levantar la cabeza) Dejadme en paz. Quiero llorar tranquila.

- Preso: Vamos, no queremos verte llorar. Ven a divertirte.

- Rinoa: (siguiendo igual) Apartaros de mí. No sabéis porque me han encerrado. En verdad os puedo matar en un segundo, si quiero. Pero ahora no quiero matar.. solo quiero llorar.

Entre tanto, y ya en la habitación, Squall se encuentra sentado en la cama. Allí no puede dejar de pensar en lo rápido que ha sucedido todo. En como en unos segundos, su vida había cambiado tan repentinamente. Poco a poco vuelve la vista hacia la almohada, y el resto de la cama. De repente empiezan a aparecer imágenes en su mente de él y ella juntos. Como esa misma noche, Squall se había entregado por completo a ella. Como Squall le había hecho el amor con toda su alma, tratándola con toda su cura y cariño. Como le había susurrado al oído sus sentimientos más profundos, como la había protegido, como la había amado. Empezando así a asomarse unas lágrimas en sus ojos, y empezando llorar, algo que hacía muchos años que no había hecho. Llorando así, por todo lo que había pasado. Pasando así toda la noche, sentado en su cama, recordando lo que sentía por ella. A la mañana siguiente la puerta empieza a abrirse lentamente para dar paso a una cara con una mirada, bastante pícara. Intentando hacer el menor ruido posible, Zell va abriendo la puerta, para ver a la pareja durmiendo plácidamente. Pero en vez de eso, se encuentra con Squall, solo con los pantalones, sentado en la cama y con la mirada perdida en la pared. Viendo ese estado, Zell entra más en la habitación, dándose cuenta de que Rinoa no se encuentra por ningún lado y que Squall no responde a su presencia.

- Zell: ¿Squall? Squall, tío. ¿estás? ¿Hola?

- Squall: .

- Zell: Eeeooo.. Squallito. "seguro que si pregunto por ayer responde" ¿qué, cómo estás? Ayer fue la gran noche, ¿no?

- Squall: .

- Zell: . Hey, Squall, ¿estás bien? No creo que esa sea la reacción al día siguiente. Por cierto, ¿dónde está la afortunada mujer que te ha conquistado por completo?

- Squall: . Lárgate, Dincht.

- Zell: "¿Dincht? Ostia. desde que salía con Rinoa que me llamaba Zell. ¿Por qué ahora otra vez Dincht? ¿Y si algo ha ido mal.?" (preocupado) Squall, de verdad ¿te encuentras bien? ¿Dónde está Rinoa? No os habréis peleado, ¿verdad?

- Squall: Mira Dincht, (Squall se gira a él y Zell ve que sus ojos están llenos de lágrimas) no te importa nada mí vida, y si quieres ver a esa zorra, ve a las celdas de castigo.

- Zell: ¿¡Las celdas de castigo!? ¿Qué hace allí? ¿Y por qué la has llamado zorra? Ella no es ninguna zorra, ¿de acuerdo?

- Squall: Tú no sabes lo que es.

- Zell: ¡Vamos, ni que fuera un vampiro!

- Squall: Lo es.

- Zell: ¿¡Qué!? ¿Ella? No. no puede ser.

- Squall: Sí. A parte de que me he acostado con ella. encima es un antepasado mío.

- Zell: ¿¡¿Qué?!?

- Squall: Sí. Zell, esto que te voy a decir y a enseñar, tiene que quedar entre nosotros dos. ¿De acuerdo? No tiene que saberlo nadie más.

- Zell: ... De acuerdo. Mantendré silencio. sea lo que sea.

- Squall: De acuerdo. Entonces, te lo explicaré. Te explicaré porque nadie me puede superar como caza vampiros. Aunque creo que te constará un poco de asimilar, en realidad ni yo mismo lo asimilo bien.

- Zell: Pondré todo mí empeño para que no tengas que repetir las cosas.

- Squall: (extrañamente sonríe aliviado) Gracias. Verás. todo empezó hará unos 500 años. En verdad esta historia ha ido pasando de generación en generación. Hace 500 años, mí antepasado, Squall. se lió con una mujer que parecía normal. Pero ella lo engañó, en realidad era una vampiresa. Mí antepasado ya era cazador, pero nunca se había encontrado con un vampiro tan humano como ella. Lo malo de esta historia es que ella se aprovechó de los sentimientos de él, y se las ingenió para que no la matara bajo ninguna circunstancia. Fue así que quedó embarazada, tuvo los críos y se convirtió en su esposa. Pero al tercer crío, ella hizo que mí antepasado se volviera loco. Dejando a los críos a él, y marchándose. Ella ya estaba satisfecha, había conseguido salvar el cuello. La muy zorra. hasta ahora no sabía ni su nombre ni nada. Pensé que habría muerto. o que si la encontraba, sabría que era ella y la mataría. Pero me ha engañado como a él. Pero no pienso ser tan blando como mí antepasado, yo la torturaré y la mataré.

- Zell: Squall. ¿no crees que es demasiado precipitado? Al final y al cabo, la sigues queriendo. Lo puedo ver en tus palabras, y en tu mirada. Te esfuerzas para poder odiarla.

- Squall: Aun no he acabado.

- Zell: ¡Uy! Perdón, Squall.

- Squall: De la mezcla de ellos dos, los críos no eran ni humanos ni vampiros. Al cabo de los años, el gen que compartimos de vampiro, no ha desaparecido. Por eso. (Squall abre la boca y se esfuerza para que salgan los colmillos, una vez fuera.) tengo esto que ves aquí. (Zell se asusta al ver los colmillos de Squall) También mí fuerza, velocidad, agilidad, olfato, vista, oído. los tengo de vampiro. Pero con una excepción, no tengo ninguna debilidad ni su sed. Por eso desde pequeño que soy cazador, toda mí familia lo ha sido siempre. Por desgracia, no siempre todos tienen las mismas cualidades.. por ejemplo, mí hermana Eleone. (esconde los colmillos de nuevo)

- Zell: ¿Qué le ocurre a ella?

- Squall: A diferencia de mí, ella sí tiene su sed. Siempre hemos intentado controlar, y dormir esa parte de ella. Pero más de una vez se nos ha escapado de las manos. Y hemos tenido que facilitarle sangre. Por suerte ya ha crecido y sabe controlarse.. pero fue horrible cuando era una niña.

- Zell: ¿Eres el hermano mayor?

- Squall: Sí. Es cinco años más pequeña, que yo. He hecho el papel de padre por ella.

- Zell: ¿De padre? ¿Qué pasó?

- Squall: ¡Je! Parece que hoy vas a descubrir todos mis secretos, Dincht. Verás, cuando tenía cinco años y medio. mí padre se marchó. Dejó de nuevo a mí madre embarazada, y se marchó de casa. Nunca supe porque ni el motivo real, solo sé que nos dejó. Mamá insistía, cada vez que yo lloraba por mí padre, que él lo hacía por nuestro bien. Que nos estaba protegiendo, nunca supe que pensar en verdad.

- Zell: Seguro que lo debes odiar por haberos dejado, ¿no?

- Squall: No, no le odio. En verdad no siento nada hacia él. Ni odio, ni amor. nada. Solo sé una cosa, de alguna manera, estoy vivo. Quizá sí nos protegió, o quizá se marchó de casa para no saber nada de nosotros. Nunca lo sabré. y creo que no quiero saberlo nunca.

- Zell: Vaya. eso explica muchas cosas, pero. no sé. lo de Rinoa.

- Squall: No quiero saber nada de esa zorra.

- Zell: Squall, me da la sensación de que ni ella es feliz con lo que es, y que no le gusta serlo. En verdad ha actuado como una mortal todo el tiempo que ha estado aquí. ¿Por qué no intentas ser un poco comprensivo con ella? Quizá te estás pasando un poco. Sé que ella indirectamente te ha hecho mucho daño, pero seguro que ella no quería.

- Squall: Hablas como si la conocieras.

- Zell: La conozco, al igual que tú. Además, mientras salías con ella, me dediqué a investigar. Ya sospechaba alguna cosa, pero estaba tan fuera de lo típico que no me lo creía. Es tan poco vampiro que es difícil llamarla como tal.

- Squall: ¿Y qué?

- Zell: *suspiro* Iré a ver la celda donde está, y te aconsejo que vengas conmigo. Seguro que necesitaréis hablar de ciertas cosas. (Ve que Squall quiere empezar a hablar, pero Zell lo corta) Y aunque no quieras tienes que venir. Solo tú tienes la llave de ese lugar.

- Squall: *suspiro* De acuerdo. Deja que me vista un poco más y te acompaño. Pero no hablaré con esa zorra de nada, ¿lo has entendido?

- Zell: De acuerdo, pero no la llames más así, ¿quieres? Seguro que nunca fue a mala intención. me apostaría lo que fuera, que todo lo que ha hecho en su existencia, ha sido por amor de verdad.

- Squall: Bah, si tú lo dices.

Con estas palabras Squall se levanta de la cama y se coloca la camiseta que estaba en el suelo aun. Llevándole de nuevo recuerdos sobre lo que había ocurrido la noche anterior. En realidad, para Squall, había sido la mejor y la peor noche de su vida. Por una vez que había amado a alguien, este alguien era su enemigo declarado. La persona que había odiado durante toda su vida, era ahora también la persona que más había amado. Mientras piensa eso, mira detenidamente la camiseta, haciendo que Zell se vuelva a preocupar por él.

- Zell: ¿Squall? Venga tío, anima esa cara. Venga, saquémosla de allí y hablad vosotros dos.

- Squall: La voy a sacar, pero no voy a hablar.

- Zell: *suspiro* De acuerdo. No le hables entonces. Pero vayamos ya. lo admito, estoy preocupado.

Manteniendo la expresión fría, Squall lo mira, pero a los pocos segundos, Zell decide ya caminar fuera de la habitación. Durante el camino, ninguno de los dos dice ni una sola palabra. Una vez han llegado, Squall abre la puerta y Zell entra disparado para ver como se encuentra Rinoa. Entonces la encuentra aun allí, de rodillas, cogiendo los barrotes y aun llorando. Al notar la presencia de alguien, coge fuerzas para hablar un poco.

- Rinoa: (sin casi ni voz) ¿Qui. quién es?

- Zell: Rinoa, ¿estás bien? Soy yo, Zell.

- Rinoa: (levanta poco a poco la cara) ¿Zell? Zell. eres tú.

- Zell: Oh, dios.

Al fijarse más en ella puede ver que tiene los ojos rojos de haber llorado, una tristeza increíble dentro de sus ojos, su piel aun más pálida, solo rota por las ojeras que se han formado alrededor de sus ojos. Sus labios, completamente resecos y su expresión, como si su alma se hubiera muerto por completo.

- Rinoa: Zell.. ¿qué haces aquí? ¿Cómo es que estás aquí?

- Zell: He venido a buscarte, y estoy aquí. para sacarte de este lugar.

- Rinoa: No. Squall me encerró aquí por una razón, no le lleves la contraria. Tengo que quedarme aquí.

- Zell: Rinoa, Squall está aquí también. Seguro que se ha arrepentido de lo que hizo. fuera por la causa que fuera. ¿No Squall?

- Squall: (desde las sombras) No, solo queda libre para que calles, Dincht. No por ganas de querer liberarla.

- Zell: (a estas palabras Rinoa vuelve a entristecer su cara, pero Zell se da cuenta de ello) Bah, no le hagas caso Rinoa. La verdad es que Squall está muy arrepentido de lo que ha ocurrido, y no ha dejado de hablar lo mucho que te quiere. Y sé que estaba diciendo la verdad, ahora solo hacer ver que no siente nada. Pero te aseguro que sigue queriéndote.

- Squall: . (amenazador) Zell.

- Zell: Ves como ahora quiere matarme, porque sabe que lo que he dicho es la verdad.

- Squall: Grrr.. Lo que sea.

Sin decir nada más, Squall le da la llave a Zell y se marcha sin poder soportar estar más allí. Pero en el fondo de sus sentimientos de odio hacia los vampiros y Rinoa, sabía que Zell tenía razón. Lo que lo enfurecía de verdad. Sabía que era verdad que la amaba aun con todo su corazón. En ese momento se topa con Irvine, que aun no era consciente de la realidad.

- Irvine: Hey, Squallito. ¿Qué tal la mejor noche de tu vida?

- Squall: Muérete.

- Irvine: Vaya. si que estás picado hoy, ¿qué te pasa?

- Squall: Si sabes lo que te conviene, será mejor que dejes de preguntar y te largues lo más lejos posible de mí. ¿Entendido?

- Irvine: Pero Squall.

Antes de que Irvine pueda decir ni una sola palabra más, se oye un grito aterrador procedente del patio. Al momento Squall se pone a correr para ver que sucede. Solo para ser recibido por el cuerpo de un joven, ya sin vida, y sin una gota de sangre. Allí sentado en uno de los bancos, parecía como si solo estuviera dormido. A su lado, se encontraba la persona que lo había encontrado, aterrada por la visión aquella. Al momento Squall se da cuenta de que tiene a Irvine, mirando con horror el nuevo cadáver.

- Squall: Ha vuelto.

- Irvine: ¡Mierda! ¿Por qué ahora?

- Squall: No lo sé, pero ahora no se me escapará.

- Irvine: Oh, oh.. Tío, cuando hablas así me asustas hasta incluso a mí. Me parece que este va a ser un mal día, ¿no?

- Squall: Ni que lo jures. Pero ya tengo que atrapar a ese vampiro, y sé a quien preguntar.

Con esas palabras Squall se marcha de nuevo. Esta vez en dirección a las celdas, esperando que aun se encuentren allí Zell y Rinoa. Por suerte, la fortuna está ahora de su parte, con lo que los encuentra, al momento. Al momento y mientras están hablando Zell y Rinoa, Squall se acerca peligrosamente a ellos dos.

- Rinoa: Gracias por todo, Zell.

- Zell: No tiene importancia. Para eso están los amigos, ¿no?

Antes de que pueda alguno de los dos decir una palabra más, Squall llega a Rinoa. La agarra del cuello y la hace chocar contra la pared, levantándola así del suelo y manteniéndola en el aire.

- Squall: Bien, y ahora me explicarás todo sobre él, o te mato aquí mismo. Por mucho que lo intente, Zell no puede salvarte esta vez. Zell sabe perfectamente que si me ataca no saldrá vivo. ¿Lo entiendes, encanto? Así que ya estás diciéndome lo que me interesa oír.

- Rinoa: (casi sin poder respirar). Squall.

- Squall: (apretando más la mano) No quiero que pronuncies mí nombre, ¿de acuerdo? Venga, dímelo todo. Todo lo que sepas de él, quiero saberlo yo también.

- Zell: Squall te estás pasando. Si sigue así morirá.

- Squall: La mala hierba nunca muere, no te preocupes, Zell. A no ser que quieras protegerla. entonces ya sabes a lo que te enfrentas. Y tú, maldito chupóptero ¡habla! (aprieta más)

Rinoa hace esfuerzos para respirar y poder hablar, pero con el rato transcurrido, acaba por quedarse sin aire, y se desmaya. Al ver que se ha desmayado, Squall la deja caer al suelo.

- Squall: Maldita sea, la muy zorra se ha desmayado. Bueno, ya la interrogaré más tarde. Y por cierto, Zell, llévala a mí habitación. Allí la interrogaré, ¿de acuerdo?

- Zell: ... Sí.

Preocupado por ella, Zell va a comprobar como está. Viendo que ya vuelve a respirar muy suavemente, se relaja. Siguiendo las órdenes de Squall, coge a Rinoa en brazos y la lleva hasta la habitación de Squall. Una vez ha llegado, Squall le ordena que la deje allí y se marche. Sin poder hacer nada por ello, Zell simplemente obedece. Al pasar un rato, Rinoa vuelve a recuperar la conciencia, y una de las primeras cosas que ve es a Squall sentado en una silla, al lado de la cama, pensativo. Con miedo, pero a la vez esperanza de que todo eso hubiera sido una pesadilla terrible, coge aire para pronunciar su nombre.

- Rinoa: ... (muy suavemente) ¿Squall?

- Squall: (gira su cara hacia ella) ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me llames por mí nombre, chupóptero? Dirígete a mí, como cazador. No quiero que una rata como tú me llame por mí nombre.

- Rinoa: (se da cuenta de que todo es real, y que ahora él la odiaba. Empezando a llorar suavemente). Lo. lo siento, snif. nunca te volveré a llamar así. snif. pero es que cazador suena tan, snif, frío y distante. snif.

- Squall: (totalmente frío e insensible) Pues acostúmbrate. Porque después de lo que me has hecho, no verás a otro.

- Rinoa: Entonces.. ¿Qué ha pasado con aquello que me dijiste?

- Squall: ¿El qué?

- Rinoa: Lo de. te amaré pase lo que pase, siempre. ¿Qué ha sido de eso?

- Squall: (enfurecido) ¡¿Por qué?! ¿Por qué no me dijiste lo que eras?

- Rinoa: (indignada) ¡Oh! ¿qué quieres? ¿Qué diga, hola me llamo Rinoa Heartilly, aparento 17 años, pero en realidad tengo 607, y es porque soy un vampiro, encantada de conocerte? ¿Crees que puedo decir eso?

- Squall: ¡No!... Pero podrías habérmelo dicho en privado.

- Rinoa: Y habrías reaccionado igual.

- Squall: No, por lo menos, no me habría acostado contigo.

- Rinoa: Eso es verdad, me habrías matado antes de que hubiera podido acabar la frase. He pasado toda mí existencia con miedo, con desconfianza. ¿Crees que confío en la primera persona que veo? Nunca sé si alguien es un mortal normal o es un cazador. Solamente me sentí sin miedo cuando estuve con mí príncipe. y cuando estuve contigo. Sois los únicos que me habéis brindado paz.

- Squall: De acuerdo, pero deja de lamentarte. No hay cosa que soporte menos que los lamentos de una mujer. y menos los lamentos de un chupóptero como tú. Si buscas que te perdone, no lo haré. Ya puedes hacer lo que quieras. Y ahora habla de lo que me interesa.

- Rinoa: (muy seria) Quieres saber todo de Seifer, ¿no?

- Squall: (sarcásticamente) Oh! ¿cómo lo has sabido? (normal) Venga, habla.

- Rinoa: No es que sepa mucho de él. me enseñó mundo y lo que sé, fue mí maestro.pero hacía más de 500 años que no sabía nada de él. Entonces, antes de que tú aparecieras, empezaron los asesinatos. Tenía mis sospechas, pero no estaba segura. Entonces él me buscó y encontró. Me habló de un plan para el que necesitaba la sangre de todas las víctimas, y la sangre del elegido.. creo que se refería a ti. No sé que quiere hacer, esa es la verdad.

- Squall: ¿La sangre del elegido? ¿Por qué yo?

- Rinoa: Creo que se refiere a que.

- Squall: ¡Venga, habla!

- Rinoa: A que eres descendiente mío. Que eres mezcla de humano y vampiro. Recuerdo que a Seifer le fascinaban los mitos de invocación. Invocar un ser, que solo un ser, mezcla de ambos podría. soportar.

- Squall: ¿Soportar?

- Rinoa: Este ser otorga una gran fuerza, pero necesita tomar una cantidad de sangre, que su amo, normalmente no le puede proporcionar. Al ser dos requisitos que nadie ha podido cumplir, la leyenda se ha ido perdiendo con el tiempo.

- Squall: Si, vale muy bonito. ¿Pero que has querido decir con soportar?

- Rinoa: (enfadada) Ya sabes que los vampiros tenemos ciertas debilidades que los humanos no tienen. Pero la mezcla de los dos seres, anula las debilidades de ambas especies. ¿Ahora lo entiendes?

- Squall: Habla con un poco más de respeto, ¿quieres? Recuerda que puedo matarte cuando me plazca. Y tengo que recordarte que a parte de que eres el ser que más odio, estoy un poco girado últimamente. Pero volviendo al tema. si Seifer consigue la sangre del elegido, en este caso la mía. podrá invocarlo ¿no? ¿Y qué es lo que hace esta criatura?

- Rinoa: Pues esta criatura que tú dices. puede matar a todo el planeta de un chasquido de dedos. Pero eso no es lo preocupante. Si lo consigue, Seifer tendrá un poder tremendo, ahora ya es uno de los vampiros más fuertes que he visto en mí existencia, si aun se hace más fuerte. Puede ser un infierno. Pero en realidad, Seifer necesita dos cosas de ti.

- Squall: ¿No tiene suficiente con mí sangre y vida?

- Rinoa: Necesita el colgante que llevas.

- Squall: ¿Encima me tiene que robar? Pues lo lleva claro, es una reliquia de la familia.

- Rinoa: Lo sé. Yo se lo di a mí príncipe. Primero se lo quité a Seifer, y después pensé que estaría en buenas manos, si lo llevaba él. En realidad este colgante es donde se hospeda el poder de la invocación. Brinda su poder a aquel que lo lleva.

- Squall: ¿Primero invocarlo y después guardar el poder en el colgante?

- Rinoa: . Exacto. Aunque ese es ya el último paso. Seifer tiene que beber una cierta cantidad de tu sangre. Entonces, lo invocará y guardará el poder en el colgante.

- Squall: De acuerdo. Y tengo otra duda. Me parece recordar, que los vampiros como tú, no soportáis el sol. En cambio, te he visto tomando el sol. ¿Cómo?

- Rinoa: Con este anillo (enseña su mano). Proporciona que cualquier vampiro se haga tolerante al sol. Evita que nuestra muerte sea producida por el sol, pero solo evita ese tipo de muerte. No protege de los otros tipos de muerte. como cuando se atraviesa nuestro corazón.

- Squall: Bueno, te has portado bastante bien. te dejaré vivir hasta que esto acabe. Después ya pensaré que haré. Tanto como si esto va bien, como si va mal. no veo un gran futuro para ti.

- Rinoa: Moriré de todas formas. Solo quiero ser de ayuda. Squall, aunque no me creas, todo lo que hecho, lo he hecho por amor. Tanto en el caso de él. como en el tuyo.

- Squall: Lo que sea. Por cierto, cuando vuelva no quiero verte aquí. Si aun sigues aquí, te mataré.

Mientras lo dice, se levanta y se marcha de la habitación. Pensando por el camino en las palabras que le ha dicho Rinoa. Tanto en lo que se refiere al plan de Seifer, como en el tema de que  lo que hizo, lo hizo por amor. Sintiendo que estaba totalmente de acuerdo, con aquello. Al momento mira el reloj y se da cuenta que tiene que ir a la reunión de cada semana.