(todos los personajes, y localizaciones pertenecen a Square-Enix, y Final Fantasy 8. los cuales no poseo. U¬¬ no por falta de ganas. jajajajaja)
The Vampire Slayer
Cáp. 8: El viaje
Una vez ha llegado, se encuentra que Zell aun lo mira con miedo, Irvine está inseguro que lo que ha ocurrido, Quistis mira extrañada a Zell por su miedo hacia Squall, y Selphie parece que no se ha dado cuenta de ello. Viendo la tensión que hay, Quistis decide romper el silencio tan insoportable.
- Quistis: Bien ¿qué ocurre aquí ahora? ¿Por qué estás tan asustado, Zell?
- Squall: Zell, no hables.
- Quistis: Squall, por mucho que seas nuestro jefe, Zell tiene derecho a decir que le está provocando tanto miedo hacia ti.
- Irvine: Sí, ¿qué ocurre aquí? Esta mañana ha sido horrible, con tanto ajetreo.
- Selphie: ¿Qué ha pasado? Y otra pregunta. ¿dónde está Rinoa? Ayer no te separabas ni un centímetro de ella.
- Squall: No es asunto vuestro lo que ocurre en mí vida.
- Quistis: *suspiro* De acuerdo, ya hablarás cuando quieras.
- Squall: Exacto, ahora nos tenemos que ocupar de una cosa más importante. He tenido acceso a algo de información, y ahora sé que el vampiro que buscamos va detrás de mí y de este colgante.
- Todos: ¿¡Cómo!?
- Squall: Por unas circunstancias, estoy en el punto de mira del vampiro que tenemos que coger, ¿de acuerdo? No voy a explicar nada más.
- Quistis: Squall, creo que tenemos derecho a saber porque el vampiro este va detrás de ti, y de tu colgante.
- Squall: ¿Quieres que explique toda mí vida, Quistis?
- Quistis: Si es necesario, sí. Queremos entender lo que ocurre aquí, Squall no estás solo en este asunto. También estamos nosotros, queremos ayudarte, saber si estamos en peligro y como solucionar esto.
- Squall: Tú eres la que tiene las visiones. ¡Descúbrelo por ti misma!
- Quistis: Squall, no quiero entrometerme en la vida más privada de la gente, sin su permiso. Por eso quiero que lo expliques tú mismo.
- Squall: No hay nada que explicar. Solo que has empezado a acertar todo aquello que me dijiste, ¿contenta?
- Quistis: No, en realidad deseaba haberme equivocado. De acuerdo, Squall te ayudaremos en todo lo que podamos, pero recuerda lo que te dije.
- Selphie: ¿Qué ocurre aquí? Creo que me he perdido algo.
- Irvine: Verás Selphie. esta mañana ha habido un nuevo cadáver, y Squall ha estado muy hostil todo el rato. Y será mejor que nadie pregunte por Rinoa, porque parece que se cabrea aun más. Y os doy un consejo a todos, Squall asusta mucho cuando está realmente cabreado.
- Zell: Ni que lo jures.
- Irvine: ¿Lo has visto cabreado?
- Zell: . Sí, y es verdad, asusta.
- Squall: O calláis o os mato, ahora.
- Zell & Irvine: Sí, jefe.
- Squall: Bien, volviendo al tema que nos preocupa ahora. Tengo un plan, pongámosle en bandeja de plata lo que quiere. Y cuando baje la guardia, atacamos.
- Selphie: ¡Eso es demasiado arriesgado!
- Squall: Bien, ¿qué propones, entonces?
- Selphie: . Eh. No darle lo que quiere.
- Squall: Seguiría matando a inocentes. No, se lo entregaré todo en bandeja.
- Quistis: ¿Incluida tu vida? Si haces esto, solo podrías salir vivo si estuviera Rinoa.
- Squall: Rinoa no tiene nada que ver en este asunto. No quiero que mencionéis su nombre en ningún momento. Olvidadla, para todos nosotros, Rinoa ha muerto, ¿de acuerdo?
- Irvine: Tío, exijo que me digas que ha pasado. ¿Muerta? Ni de coña, venga.
- Squall: Prefiero pensar que ha muerto. Y por supuesto un muerto no acompaña a pelear a los vivos. Así que no quiero oír a nadie hablar de alguien, que para todos nosotros, a muerto. Por cierto, Quistis. ¿Por qué demonios no me avistaste de ello?
- Quistis: .
- Squall: (muy amenazador) Contesta.
- Quistis: No dije nada, porque tenía que ocurrir, y era imposible evitarlo.
- Selphie: ¿Pero se puede saber que demonios ocurre aquí?
- Squall: Que tu amiguita es en realidad un vampiro, y el causante de muchos de mis problemas actuales.
- Selphie: ¿Rinoa? ¿Un vampiro?
De repente una silueta aparece por la puerta. Al notar la presencia, todo el mundo se gira, solo para encontrarse con la figura de Rinoa allí. Observando a sus antiguos amigos, y observando al hombre que aun amaba.
- Selphie: ¡¡Rinoa!! (Squall deja de mirarla)
- Irvine: Rinoa, dile a Squall que esto que dice es una locura. Tú no eres ningún vampiro. Los vampiros no actúan como tú.
- Rinoa: . Él está en lo cierto, soy. un vampiro. Pero, antes de que acabéis con mí vida, os quiero pedir un favor. Dejadme que os ayude. Sé lo que quiere.
- Squall: No hace falta, chupóptero. Ya lo sabemos, me quiere a mí. Y pienso darle lo que quiere.
- Rinoa: ¡¡No puedes estar hablando en serio!! Morirás a sus manos. ¿No recuerdas lo que dijo Quistis?
- Squall: No es asunto tuyo. Además no quiero la ayuda de un traidor.
- Zell: ¿Cómo que traidor? Rinoa no es ninguna traidora.
- Squall: ¿A no? ¿entonces como es que estamos todos vivos? Si ha traicionado a los de su especie, ¿cómo nos podemos fiar de ella?
- Zell: Squall, te estás pasando. Seguro que no lo hizo con mala intención.
- Squall: ¿El qué no hizo con mala intención? No sabes nada Dincht, así que no te metas en esto.
- Zell: Pero.
- Rinoa: Zell. lo que dice Squall es totalmente cierto, no os podéis fiar de alguien que a dado la espalda a su propia especie.
- Irvine: (se acerca a Rinoa) No le des la razón a este idiota. Squall no sabe nada de lo que dice. Rinoa, tú no eres ninguna traidora, simplemente has optado otro estilo de vida. Además, nos has ayudado a todos sin pedir nunca nada a cambio.
- Rinoa: Pero.
- Selphie: Es verdad, no hagas caso de lo que dice Squall.
- Squall: (ya muy enfadado) Irvine, ¿cómo que este idiota? Tengo mis razones, para odiar a este ser. Y tú no conoces ni la mitad de ellas. Y segunda cosa de la que te olvidas. Yo soy el jefe del grupo y el que se encarga personalmente de todos los vampiros. Así que yo decido quien está y quien no.
- Rinoa: Por favor, Irvine, Selphie, Zell, Quistis. no os enfrentéis a Squall por mí culpa.
- Squall: Entonces, ¿por qué has venido aquí?
- Rinoa: Quería hablar con vosotros. Tenéis que saber unas cuantas cosas. (empieza a marearse y cada vez es más fuerte).
- Squall: No queremos oír tus historias, márchate ya, o no tendré más piedad y te mataré ahora.
- Rinoa: .. De acuerdo. Solo quería ayudar, pero veo que no estás dispuesto a volver a confiar en mí.
Con esas palabras se gira, y empieza a andar, pero a los tres pasos, Rinoa se marea por completo y cae al suelo.
- Todos (menos Squall): ¡¡Rinoa!!
- Squall: ¡Ri.!..... "no, no lo hagas Squall. ella te ha hecho daño."
Todos van a ver que ha pasado y como se encuentra. Al llegar a ella, ven que está inconsciente. Lentamente, Squall se va acercando al grupo. Intentando parecer frío, y que solo tiene curiosidad.
- Squall: (frío e insensible) ¿Qué ha ocurrido?
- Selphie: ¡Está muy pálida!
- Zell: Quizá es que necesita.
- Quistis: Beber.
- Squall: Imposible, la dejé ayer con tres tipos dentro de la celda, y hoy no parecían moverse cuando he ido yo. Supongo que debe ser más bien una intoxicación por la mala sangre de esos tipos.
- Zell: Squall, te equivocas. Los tíos con la que la dejaste, estaban vivos. Le pregunté porque estaban tan quietos. Me dijo que había usado la fuerza para dejarlos inconscientes pero que no había bebido ni una gota de sangre.
- Squall: ¿Y te fías de la palabra de ella?
- Zell: Después lo comprobé por mí mismo, respiraban, y no presentaban ninguna herida. Estaban vivos y no habían perdido ni una gota se sangre.
- Squall: . Bueno, aun nos conviene que siga viva. Llevadla a mí habitación. Me ocuparé yo de esto.
- Zell: Squall. eh.
- Squall: ¿Qué?
- Zell: . Nada.
Zell se lleva a Rinoa en brazos hasta la habitación de Squall. Una vez se ha marchado Zell de la sala, todos los presentes se miran a Squall, en cual no había apartado la vista del suelo. Sin decir nada, ni dedicar ni siquiera una mirada a sus compañeros, se marcha siguiendo a Zell. Una vez ha llegado a la habitación, espera fuera a que Zell salga. Ya Zell fuera, Squall sigue sin decir ni una palabra, entra en la habitación y cierra la puerta. Ya a solas con el cuerpo inconsciente de Rinoa, Squall se acerca lentamente a la cama y se agacha a su lado, observando detenidamente su rostro.
- Squall: "Si es cierto que Rinoa no ha probado aun ni una gota se sangre, debe estar sufriendo mucho y debe estar casi al borde de la muerte. Tengo que hacer algo, pero si alguien se entera de ello. no lo entenderán. Ni siquiera yo mismo me entiendo. Ella es un vampiro, además de que es la que me ha provocado tanto dolor todo este tiempo. pero a pesar de eso, la sigo queriendo. Tendré que evitar que alguien se entere de lo que voy a hacer."
Meditado esto, se quita la chaqueta, dejando sus brazos al aire. Al momento se concentra y hace que aparezcan sus colmillos. Al momento se muerde la vena de la muñeca, de inmediato, y antes de que alguna gota de sangre pueda manchar, coloca su muñeca frente los labios de Rinoa. Inconscientemente y usando su instinto de supervivencia, Rinoa abre la boca y empieza a beber. Queriendo estar un poco más cómodo, Squall incorpora un poco el cuerpo de ella y se sienta detrás del cuerpo de ella, haciendo que su cabeza repose en el pecho de él. En ese momento solo el movimiento de su puño, para que la sangre no deje de circular, y la respiración pausada de ambos, es el único movimiento que hay en la habitación. Allí los dos, como si nada hubiera pasado, como si fuera la cosa más normal del mundo. Pasado un buen rato, de ese momento, Squall aparta su muñeca de la boca de Rinoa.
- Squall: (con un susurro) Ya es suficiente. Rin. Por favor, espero que olvides esto que he hecho. Lo que ocurre es que aun significas. mucho para mí. Pero.... mí orgullo, puede con mí amor. Solo me veo capaz de decirlo, estando tú inconsciente.
Con esas palabras sale de la cama y va a buscar una venda para taparse la herida. Ya que sabía perfectamente que si alguien veía esa herida, sabría que había dado sangre a algún vampiro. Además, no quería que Rinoa fuera consciente de que él la había salvado. Una vez se ha hecho un buen nudo, se pone la chaqueta e intenta que la ropa tape el vendaje. Aprovechando que aun está dormida, coge otro trozo de tela, y limpia con cuidado un poco de sangre que aun tenía en los labios. Ya con sus labios limpios, Squall se sienta en la silla que hay cercana y espera a que despierte. Al pasar sobre unos diez minutos, Rinoa empieza a volver en sí. Sin saber como es posible que se encuentre en una habitación y como es que aun esté viva, se fija que Squall está a su lado, pero sigue teniendo esa expresión seria, que le indica que todo lo que ha ocurrido era real. Aun sin entender bien lo que ocurre vuelve a colocar bien su cabeza.
- Rinoa: ¿Qué. qué ha ocurrido?
- Squall: (sin ni una pizca de sentimiento) Te has desmayado.
- Rinoa: ¿Y qué hago aquí? ¿Cómo es que sigo viva?
- Squall: Estás aquí porque lo he mandado yo. Y sigues viva, porque me interesa que lo sigas estando. Aun hay información que quiero saber. Y para eso, necesito que aun puedas hablar.
- Rinoa: Pero. ¿cómo?
- Squall: . He cazado un monstruo y he hecho que bebieras su sangre. Nada más. Solo es eso, me interesan tus conocimientos sobre él. Y si hace falta te mantendré viva.
- Rinoa: De acuerdo. Te diré una cosa, que aun no he dicho, y es que quizás sé donde se encuentra ahora.
- Squall: Mm. por fin algo de ayuda por tu parte. Dime donde está, ya.
- Rinoa: No lo sé exacto, pero me da la sensación de que si quiere seguir con lo que tiene pensado, tendrá que ir a un lugar en concreto. Pero Squall, si vas a por él, le darás lo que quiere. Nadie nunca ha podido ganarle.
- Squall: Eso ya no te incumbe. Venga, dime las coordenadas.
- Rinoa: Te las diré cuando estemos ya en camino. Squall, quieras o no, yo vendré.
- Squall: Haz lo que te plazca, a mí ni me interesa ni me importa. Y no creas que intentaré salvarte si estás en problemas. Tú misma has decidido esto.
- Rinoa: Soy consciente de lo que digo y de lo que voy ha hacer.
- Squall: Ya sabes que si estás preparando una trama, morirás.
- Rinoa: Moriré de todas formas. Pero solo confía una vez más en mí, no te pido nada más. Solo un poco de confianza. Squall. una vez te enfrentes a Seifer, ganes o pierdas, moriré. No tengo porque traicionarte ni a ti, ni a ninguno del grupo.
- Squall: Claro, si gano después te mataré, y si pierdo, será Seifer quien te mate. Lógico.
- Rinoa: "No. no será así. Pero mejor no se lo explico, hay algo que no encaja en esta manera de actuar, así que mejor no digo nada al respecto." Correcto.
- Squall: Mm. de acuerdo. Entonces quiero verte en el garaje en cinco minutos. Nos marcharemos ya.
Con esas palabras, Squall se marcha de la habitación. Aunque a medio camino, siente un ligero mareo y tiene que acabar apoyándose en la pared.
- Squall: "¿Por qué me ocurre esto? Nunca había sentido un mareo tan fuerte. ¿Y si. ha sido porque le he dado sangre?... No imposible. ya he perdido mucha sangre anteriormente, y nunca he sentido este mareo"
Tambaleándose lentamente va caminando hacia el garaje, no sin antes no intentar quitar ese mareo que lleva encima. Habiendo descansado un minuto, camina con todas sus fuerzas para llegar al garaje. Una vez allí, ve a todos sus compañeros preparados para el viaje, y también ve a Rinoa. Sin tan siquiera ni mirarla, hace que todos sus compañeros suban a la nave. Ya a bordo todo el mundo se coloca en sus puestos. Rinoa se coloca al lado de Selphie e Irvine, para indicarles el lugar donde ella sospecha que Seifer hará la invocación. Entre tanto, Squall decide marcharse lejos del grupo, sin querer tener contacto con nadie, y menos con Rinoa. Ya en el compartimiento de carga, Squall se sienta encima de una de las cajas y descansa aun de su pronunciado mareo. Extrañamente su cabeza no dejada de dar vueltas, en realidad no estaba seguro si su estómago también iba a aguantar ese mareo. Respirando profundamente, no puede entender la razón de ese mareo tan fuerte. Nunca había sentido algo con la misma intensidad.
- Squall: "No consigo creerlo, ¿y si me he pasado con la cantidad de sangre que le he dado? Pero. eso es imposible. Lo tengo bajo control, el tiempo que tengo que estar. aun lo recuerdo de cuando Ele era pequeña. Yo era quien calmaba su sed, sé que cantidad tengo que dar para no sentirme así" No lo entiendo. no consigo comprenderlo. ¿Por qué?
- ¿?: ¿El qué no comprendes?
- Squall: ¿Eh? (ve a Zell) Zell.
- Zell: ¿Qué es lo que no comprendes, Squall? Quizá yo pueda ayudar.
- Squall: Eh.. No es nada, solo un pequeño mareo, nada del otro mundo. "Inventa algo deprisa." Quizá mato cinco vampiros a la vez, pero no soporto viajar, siempre me mareo un poco durante el viaje. Nada más.
- Zell: . "Miente, pero no lo llevaré la contraria" De acuerdo. ¿sabes? Dicen que para el mareo, lo perfecto es no pensar en ello. Y también que estar quieto también es malo.
- Squall: Lo sé, pero haga lo que haga me mareo, así que prefiero estar quieto en un lugar y no creas que pienso en ello... Pienso en otras cosas.
- Zell: ¿Cómo lo tuyo con Rinoa?
- Squall: Zell, deja el tema. No quiero saber nada de ello ni de ella. ¿Queda claro?
- Zell: Squall, hace menos de un día, le jurabas amor para siempre. Ella te quiere, y te seguirá queriendo pase lo que pase. No importa si es un vampiro, una mujer lobo, un zombi, o una humana. Lo que importa es que ambos os queréis. Squall, recuerda como de importante era ella para ti. La querías más que a la propia vida. Era tu mundo.
- Squall: Un mundo que ahora de ha derrumbado. ¿Contento? ¡Déjame en paz! Es mí vida y hago lo que me da la gana con ella, ¿lo entiendes? ¿Acaso me entrometo yo en tu vida privada? No lo hago. Pues tú tampoco lo hagas.
Con esas palabras se marcha lejos de la vista de Zell, quien se queda mirando como Squall sigue con su tozudez. Aunque también comprendiendo como se siente, entiende que por más que hable, no conseguirá nada. Por lo que decide ir a ver a Rinoa, quien se encontraba ya en el compartimiento de pasajeros.
- Zell: ¿Rin?
- Rinoa: ¿Eh? Zell. ¿qué ocurre?
- Zell: *suspiro* He intentado hablar con Squall, pero parece que no quiere escuchar nada. Tú no tienes la culpa de nada.
- Rinoa: No es cierto. Le he hecho daño. mucho daño. Él pensaba, creía, que era humana. Pero, cuando descubrió que era un monstruo, le hice mucho daño en ese momento. Sé que no confía en mí, y no le culpo de ello. Pero siempre le querré, y siempre creeré en las palabras que me dijo cuando aun pensaba que yo era humana.
- Zell: No te preocupes, seguro que dentro de nada, entenderá lo que ocurre y volverá a abrazarte como siempre.
- Rinoa: Zell, su condición de cazador, no le permite. Su orgullo puede con su amor. Pero no me importa, siempre le amaré. No me importa que me odie. lo entiendo. Comprendo ese odio. (Tocándose suavemente en vientre) Yo le he dado toda esta pesadilla, llamada vida.
- Zell: Rinoa, no te culpes de ello. Seguro que pronto volverá a ser el Squall que tú conociste. (pone su mano en el hombro de Rinoa) Te lo aseguro, no te preocupes. Conseguiré que vuelva contigo. Te lo prometo (le guiña el ojo)
- Rinoa: (sonriendo melancólicamente) Gracias, Zell. por todo lo que haces. En realidad no me merezco un amigo como tú.
- Zell: Hey! Para eso están los amigos, para ayudarse.
Con esas palabras, Zell se marcha de nuevo a buscar a Squall. Pero esta vez no lo encuentra por ninguna parte. Buscando por toda la nave, no encuentra ni rastro de Squall por ningún lado. Finalmente se detiene delante de la puerta del servicio.
- Zell: "¿Dónde se habrá metido?" Es imposible que se haya esfumado así como así.. Bueno ya hablaré con él cuando esto acabe, entonces tendrá que escuchar a Rinoa quiera o no.
En realidad Zell no tenía ni idea que Squall había escuchado estas palabras desde donde se encontraba. Ya que se encontraba en el baño. Allí sentado y aun bastante mareado, había escuchado lo que había dicho Zell. Sin querer pensar más en ello, se pone a reflexionar sobre otras cosas.
- Squall: "Nunca me había mareado tanto en toda mí vida. Y la verdad es que estar aquí en el baño, se está muy tranquilo. Además de que nadie tiene porque entrar aquí. Mientras sigan pensando que está ocupado y usándose, no hay problema. lo malo será cuando alguien quiera entrar." Pero hasta entonces, me dedico a estar aquí, y así de paso si el mareo es demasiado fuerte, lo tengo a mano. "Aunque espero no usarlo."
Pasando así todo el viaje, finalmente Squall nota que el Lagunamov está aterrizando por fin. Al salir del baño se encuentra cara a cara con Rinoa, pero Squall parece como si no viera nada e ignora por completo la mirada de preocupación de Rinoa. Ya en el suelo, se da cuenta de que se encuentran en las famosas y malditas ruinas de Centra.
- Squall: De todos los lugares del mundo el maldito tuvo que elegir este lugar.
- Selphie: ¿Qué ocurre con este lugar?
- Squall: Es el criadero de vampiros, monstruos y para colmo, lugar antiguo de rituales.
- Irvine: Bastantes macabros. Poco recomendables.
- Squall: A parte de que me trae malos recuerdos.
- Selphie: ¿Qué ocurrió aquí?
- Squall: Aquí recibí una importante lección. Nunca te despistes por nada, ello te puede costar la vida. A mí me costó la cicatriz de la cara, pero para muchos les ha costado la vida.
- Quistis: Según las últimas visiones que he tenido. aquí alguien perderá la vida. pero Squall. aun sigues estando sin vida en mis visiones. Antes de entrar tienes que tener las ideas más claras que ahora.
- Squall: Tengo mis ideas perfectamente bien, Quistis.
- Quistis: Eso no es verdad. Si quieres sobrevivir a esto, será mejor que estés preparado para hacer lo que nunca has querido hacer.
- Squall: Si tú lo dices.
Sin dejar que digan una palabra más, Squall camina ya hacia el interior de las ruinas. Los últimos en seguirle son Zell y Rinoa. Pero al adentrarse más, Squall obliga a Rinoa que sea la primera del grupo.
- Squall: Chupóptero, tú primero. Tú conoces este lugar, al final y al cabo, seguro que naciste aquí.
- Rinoa: ... De acuerdo.
- Selphie: Squall, ¿no has dicho que has estado antes aquí?
- Squall: Exactamente, dentro de las propias ruinas, no he estado nunca. La cicatriz la recibí peleando afuera. Eso me enseñó que este lugar es extremadamente peligroso.
- Selphie: Vaya.
- Squall: En cambio este chupóptero nos llevará ante él y guiándonos por los laberintos que hay.
- Irvine: ¿Quieres dejar de llamar a Rinoa de esa manera?
- Squall: No te metas en lo que no sabes Irvine.
- Quistis: Squall, Irvine tiene razón. Sea lo que sea Rinoa, no tienes derecho a llamarla así, ¿de acuerdo?
- Squall: . Lo que sea.
Sabiendo todos de buena tinta que cuando Squall no quería seguir con una conversación, decía "lo que sea", todos guardan silencio, mientras que Rinoa los va guiando por los laberintos del lugar. Para ser finalmente recibidos por un salón enorme. Allí, en medio de ese intenso salón, se encuentra Seifer, mirando con una sonrisa a todos y cada uno de ellos.
- Seifer: Bueno, bueno, bueno. ¿qué tenemos aquí? El cazador ha venido por su propio píe. Muy bien hecho, Rinoa. Veo que aun puedo seguir confiando que harás tu trabajo bien.
Ha esas palabras de Seifer, Squall mira aun con más rabia, e ira a Rinoa. Quien a su vez, mira sorprendida a Seifer. Incapaz de creer que había hecho algo a favor de él. Pero ante este descuido por parte de todos, Seifer aprovecha para dejarlos a todos inconscientes con un gas. Una vez con Squall inconsciente manda a sus siervos que se lo lleven.
- Seifer: Llevaros a nuestros invitados a sus lugares correspondientes. Y. quiero divertirme, dejad al cazador y a la traidora en el mismo recinto. Ya le extraeré la sangre más tarde.
- Vampiro: Pero. señor. ¿no era también necesaria la sangre de la traidora?
- Seifer: De eso ya me encargaré más tarde. No dejaré que el cazador la mate. Solo quiero divertirme. Viendo un buen espectáculo, quiero ver la reacción del cazador.
Sin dudarlo más tiempo llevan a ambos a una habitación cerrada completamente.
