- Bueno, bueno, bueno. Aylen, Aylen, Aylen – la chico se giro para mirar a su interlocutor.
- Harry, Harry, Harry.
- Así que nuestra pequeña amiga se a encandilado de Wood – hizo una mueca y siguió hablando – y yo que pensaba que estabas perdida por mis huesos. Que decepción.
- Harry, esta conversación no tiene mucho sentido.
- Ya supongo que no.
- ¿Qué quieres Harry? – pregunto ella curiosa.
- No estoy muy seguro, supongo que quiero hablar contigo ahora que se ha descubierto que somos familia.
- ¿Familia? – interrogo ella con una sonrisa.
- Si familia, tu eres sobrina de Sirius y el es mi padrino, así que se puede decir que somos familia.
- Yo creo que ya éramos familia antes – le dijo ella poniéndose seria.
- Si, pero porque tú ya lo sabias – indico él – eso es jugar con ventaja.
- ¿Acaso para ti tanto ha cambiado la situación entre nosotros dos? Yo te apreciaba antes y aun lo hago, me encariñe mucho contigo cuando te conocí a ti, no a la leyenda del gran Harry Potter, no al niño que vivió, si no al que compartía la casa con Oliver y conmigo.
- ¿En serio? – ella movió la cabeza afirmativamente – yo también te he cogido algo de cariño – le rodeo con un brazo el hombro – pero no entiendo como te quedaste con Oliver, teniéndome a mi aquí – bromeo él.
- Yo tampoco Harry, yo tampoco – contesto ella siguiéndole la broma.
La noche ya hacia horas que había caído y Oliver aun no había vuelto a la casa, Aylen daba vueltas en la cama nerviosa sin conseguir conciliar el sueño cuando oyó unos ruidos, se levanto y salio de la habitación para oír un golpe y luego a alguien maldiciendo.
- ¿Oliver? – el aludido levanto la vista para encontrarse a la chica enfrente de él.
- Me gustaba mas el camisón que llevabas ayer – señalo mirándola de arriba abajo el pijama de dos piezas que llevaba puesto.
- ¿Estas borracho? – pregunto ella al oírlo hablar.
- Eres preciosa – rápidamente se puso a la altura de ella, coloco cada una de sus manos en la pared dejándola a ella en medio – tan magnífica – el la beso, pero ella lo rechazo.
- Estas borracho – dijo intentando apartarlo.
- No, pero quiero estar ebrio de ti – contesto mientras le besaba el cuello y la rodeaba con sus brazos.
- Oliver suéltame – grito ella mientras el mas la atraía contra su cuerpo – me haces daño, suéltame.
- ¿Qué demonios? – murmuro el chico cuando era separado de la chica de un tirón cayendo al suelo, miro a la persona que le había empujado – Harry ¿Qué demonios haces?
- No – grito el otro chico - ¿Qué demonios haces tu?- Aylen al verse liberada miro al chico que estaba en el suelo y corrió hacia la puerta saliendo a la calle – Aylen, vuelve aquí ¿Dónde vas? – Harry corrió a su habitación, se puso lo más rápido que pudo unos pantalones y salio todavía poniéndose la camisa.
- ¿Qué ha ocurrido? – pregunto Hermione saliendo de la habitación tras el joven Potter.
- Pregúntale al imbecil este – vocifero Harry señalando al otro que todavía seguía en el suelo - ¿Qué hacías Oliver?
- Yo … solo quería que olvidara, que no volviera a pensar en lo que le había ocurrido , quería que se olvidara de todo - se pasaba las manos por el rostro nervioso – no pensé …
- Eso es justo Oliver no pensaste. Voy a por ella – le dijo a Hermione.
- Voy contigo – apuntó el otro levantándose, Harry lo miro durante unos segundos debatiéndose entre dejarlo ir o darle un puñetazo – tengo que decirle que lo siento, no quería que esto fuera así, no la quería asustar.
- Hermione quédate por si ella vuelve – la chica afirmo con la cabeza mientras ellos dos salían.
Corría todo la rápido que podía y ni siquiera sabia a ciencia cierta porque lo hacia, conocía a Oliver perfectamente y en su cabeza no podía entrar la opción de que el le hiciera daño pero esta noche, no podía creer que fuera el mismo chico dulce que se quedaba con ella de noche mirando las estrellas o el mismo que la había llevado en brazos o con el que había pasado toda la noche anterior, era como si hubiese visto a otra persona que no conocía y eso la había asustado mucho, pensando dentro de ella si todo el mundo llevaría dentro de el un demonio que alguna vez en la vida dejaba escapar y permitía que el mundo lo viera.
Paro un momento para coger aire y tranquilizarse, no se había dado cuenta de que había salido tal y como estaba, estupendo no llamare la atención que digamos por ahí en pijama pensó mirándose, al menos se había calzado. Oyó un ruido detrás de ella se giro apresuradamente para encontrarse con la persona que menos quería ver en ese momento.
- En los últimos años no recuerdo haberte visto más de dos veces y en estos dos días ya te he visto dos veces, nuestros encuentros se volverán a hacer distanciados ¿verdad?
- ¿Ahora no me quieres ver?
- No estoy muy segura de haberte querido ver alguna vez, pero si te puedo decir que ahora mismo no deseo para nada volver a ver te en lo que me queda de vida, madre.
- Eres una niña muy contestona y respondona, debería castigarte.
- Si, seguro soy una niña mala. Y dime madre vas a castigarme tu o vas a mandar a alguno de tus amigos a que lo haga.
- Eres desobediente, encarada, rebelde, indisciplinada e insolente.
- Muy bien madre, veo que sabes muchos sinónimos pero eso lo llevo escuchando toda mi vida, no deberías decirme algo nuevo – en cuanto vio como la mano de la mujer se levantaba, sabia cual seria su destino – lo ves eres muy predecible – le dijo desde el suelo intentando mantener la calma – siempre haces lo mismo, me dices lo mala hija que soy y luego la bofetada, madre deberías cambiar algo, esto cada día es mas aburrido –la mujer se agacho a la misma altura que la chica, tiro del pelo de ella hacia atrás.
- Te aseguro que esta vez van a ver muchos cambios – le susurro al oído al mismo tiempo que le lanzaba un hechizo que la dejaba inconsciente.
- No comprendo como no la encontramos ¿Dónde puede estar? Llevamos ya horas buscándola, cuando la encuentre le voy a …
- Pedir disculpas – termino Harry por el.
- Si, eso también.
- Estará ya en la casa – se quedo parado mirando la vivienda – Oliver ¿Cerraste la puerta al salir?
- Claro que cerré la puerta… - miro a donde tenia la vista fijada su amigo – y aunque no lo hubiese echo, te aseguro que antes no tenia un agujero – los dos entraron corriendo a la casa.
- Hermione – gritaba Harry por toda la casa, pero nadie le contestaba.
- Harry, ven rápido, corre – el moreno no perdió tiempo y se dirigió hacia donde su amigo que miraba al suelo con los ojos abiertos de par en par y blanco como la nieve.
- ¿Qué pasa? – pregunto pero no necesito contestación, al dirigir la mirada hacia donde su amigo la tenia, pudo ver lo que ocurría, en el suelo había sangre, no era mucha, pero si lo suficiente para que los dos chicos se asustaran.
- Harry, Aylen – los dos muchachos se dieron la vuelta al escuchar la voz.
- Sirius – llamo Harry - estamos aquí rápido ven.
